Imagenes Clase4
Imagenes Clase4
Imagenes Clase4
Después de recorrer y ahondar en la cuestión de las imágenes fijas o en movimiento en las dos
clases anteriores, en esta vincularemos el tema a un contexto más amplio: al guion o sustrato
conceptual que subyace a la selección y uso de las imágenes en algunos dispositivos de
exposición en el Museo del libro y de la lengua y en las dimensiones problemáticas de la toma de
registros audiovisuales. Decíamos que una clase o una exposición
exposición requiere un guion: una
secuencia, una serie de ideas o conceptos que se van a desplegar por medio de distintos
procedimientos retóricos o expositivos. Al mismo tiempo, esa secuencia surge de un cierto mapa de
conocimientos, de ideas que el autor del guion quiere poner en juego, demostrar o enseñar. Lo que
nos interesa en esta clase es recorrer ese mapa de conceptos que no tienen nada de neutrales
aunque los consideramos objetivos e implican controversias con otros modos de entender la lengua
en sus distintas dimensiones.
Las variedades
A lo largo de la historia de las instituciones argentinas, el idioma que hablamos tuvo distintos
nombres: castellano, español, idioma nacional. Cada uno, como ocurre con los nombres, implicaba
una lectura del origen y el señalamiento de aquello que prevalecía o se quería hacer prevalecer. El
castellano
no nombraba la región de origen; el español la localización en el país europeo en el que es
la lengua hegemónica; idioma nacional el matiz singular que tenía la versión rioplatense.La
expresión idioma nacional, que tuvo su peso en el momento de reivindicación nacionalista de la
década de 1930 y durante el primer peronismo en la enseñanza y en la planificación cultura
cultural ya no
se utiliza y el adjetivo español sigue acarreando una serie de discusiones: porque en España se
hablan otros idiomas, como el catalán y el euskera; y porque la mayoría –el 95 %-- de los hablantes
de esa lengua se encuentran en América.
MempoGiardinelli,
elli, en un artículo reciente sostiene que el nombre del idioma es castellano y “no
Español, como se popularizó en el mundo última y equivocadamente, y por diversas razones
políticas y económicas. Entre ellas, el avance de Telefónica en América y la creaci
creación del Instituto
Cervantes como avanzada política cultural de España en el mundo. Lo cual estuvo muy bien para
ellos, pero limitó el término ‘castellano’ a designar el dialecto románico nacido en el Reino de
Castilla durante la Edad Media, y que se habla en
en esa región. Contribuyó a ello la fácil traducción
del gentilicio: Spanish, espagnol, Spanisch, spagnolo, espanhol, etc.”
etc.”. Esas discusiones sobre el
nombre desplazan algo que es más problemático en los usos de la lengua: el reconocimiento de las
variedadess lingüísticas. Porque es claro que bajo el mismo nombre hay variedades nacionales e
incluso regionales. Un pequeño video permite recorrer esas diferencias con humor:
Al elegir el punto de vista del extranjero que quiere aprender español (acento), la canción consigue
"objetivar" la dimensión de la diversidad lingüística en Hispanoamérica, a partir de distintos pares
de forma (por ejemplo, "fresa/ frutilla") y significado ("chucho", con múltiples significados en
distintos países).
También aborda esta cuestión Ángel Rosenblat, en Nuestra lengua en ambos mundos
mundos, donde
imagina un
n viajero que atraviesa distintos países de América de habla castellana y se encuentra
con palabras que tienen diversos significados y cuya diferencia le complica la resolución de la vida
cotidiana. Veamos este ejemplo del turista confundido en México, como
como en todos los casos,
construido a partir de un diálogo en el que se produce el equívoco:
Existen dialectos y construcciones lingüísticas específicas, como el lunfardo, sobre cuyo origen
hay distintas hipótesis –hay
hay quienes le atribuyen una cuna carcelaria y otros una suerte de parodia
burlona del cocoliche y también los hay, como Borges,
Borges que lo consideran un invento letrado
letrado-, pero
que funcionó como sistema y dejó palabras en la oralidad coloquial argentina. En la “Milonga
lunfarda” cantada por Edmundo Rivero se van describiendo algunas de esas palabras. Las
articulamos con un montaje de palabras
palabr y dibujos del libro de Oski, El pequeño quesloque de los
muchachos:
Milonga lunfarda:
https://drive.google.com/file/d/0Bx2HLkme6bTkV0R183WmNjMHM/view?usp=sharing
Bingo de voces
Se planteó el reconocimiento del carácter multilingüe del país, condición fuertemente expresada en
la propia ciudad en la que se encuentra instalado el Museo. Nuevamente, hay que recordar que a lo
largo de la historia
a argentina, primaron políticas lingüísticas de aplanamiento de las diferencias:
“todas las personas étnicamente marcadas, sea por pertenencia a una etnia derrotada (los indios y
los africanos) o aun pueblo inmigrante (italianos, judíos, españoles, polacos,
polacos, rusos, sirios y
libaneses, alemanes, ingleses o tantos más) fueron convocadas o presionadas para desplazarse de
sus categorías de origen para, solamente entonces, poder ejercer confortablemente, la ciudadanía
plena”, escribe Rita Segato (2011).
Las primeras
meras oleadas migratorias, en las últimas décadas del siglo XIX, fueron compuestas
mayoritariamente por personas provenientes de distintas regiones de Italia. La mezcla entre los
distintos dialectos que hablaban y el español dio lugar a una interlengua llamada
llamada cocoliche. En este
fragmento de una serie televisiva pueden escucharse sus peculiaridades:
Esta lengua de transición, con muchas diferencias internas, fue condenada como signo de
desprestigio social. Si bien tuvo registro escrito, como lo muestra el folletín Los amores de la
Giacumina, escrita per il hicos dil dueño di la fundita del pacarito, publicado
ublicado en 1886 en forma
anónima, no se transmitió de una generación a otra. Esa rápida desaparición se debe, explica
Ángela di Tullio, a la combinación entre políticas educativas y deseo de los migrantes de
integración y ascenso social.
Es sobre el fondo
do de una tradición de condena a lo heterogéneo, que decidimos enfatizar la idea de
pluralidad lingüística del territorio nacional. Como en otras actividades,
actividades se consideró viable el
planteo de una interactividad lúdica, antes que la exposición de la información
información en términos
argumentativos. El Museo tiene distintos juegos. Algunos analógicos, la mayor parte digitales.
Niños y adolescentes priorizan la interacción digital y el uso de los dispositivos lúdicos antes que la
vista de los paneles o libros expuesto
expuestos.
s. Por ello, aun cuando la información, hipótesis o
interpretaciones se presenten en formatos argumentativos, se la intenta traducir en algún
dispositivo interactivo. El juego, presentado como hecho de entretenimiento y de placer, es ideal
para esta incitación
ción a una comprensión común,
común es un dispositivo pedagógico y de divulgación de
conocimientos.La inclusión de puntajes y rankings –decidida en este caso y omitida en otros-
otros tiene
que ver con la acentuación de la propuesta lúdica, agregándole un elemento de competencia. Que,
a veces,, es retomado en contra de los objetivos del juego (por ejemplo, cuando un jugador elige
siempre el idioma que reconoce con más facilidad y no prueba ninguno de los otros).
El juego diseñado es sencillo: hay cinco palabras en distintos idiomas. Las palabras son: agua,
tierra, hombre, mujer, sol. Los idiomas: coreano, chino, wolof, italiano, portugués, ruso, idish,
guaraní, quechua, mapuzundung. Las palabras se eligieron a par
partir
tir del análisis de su presunta
universalidad –esto
esto es, la idea de que todas las lenguas tendrían una palabra para nombrar al
hombre o al agua. Presunta, porque a medida que se trabajó el contenido descubrimos que había
que decidir si tierra refería al globo
bo terráqueo o al hábitat laborable del hombre porque por ejemplo
en coreano había distintas palabras para decirlo. Los idiomas fueron seleccionados tratando de dar
cuenta de las migraciones de distintas
distinta épocas y las poblaciones originarias. Obviamente, se trata
de una selección, quedando afuera muchas lenguas indígenas y de otros continentes.
El juego consiste en tocar en la pantalla una palabra o un idioma. Cuando lo hace escucha un
sonido que tendrá que identificar: a) si tocó una palabra tendrá que reconocer en qu
qué idioma fue
dicha; b) si tocó un idioma tendrá que reconocer qué palabra fue pronunciada. Cada acierto es
premiado con diez puntos y el jugador tiene un tiempo limitado para probar. La imagen elegida para
esta pantalla es la de Carlos Gardel tratado al modo
modo de las pinturas de Andy Warhol. Esa imagen
expresa la voz argentina como una voz tramada de extranjerías, de orígenes controversiales y a la
vez, profundamente inscripta en el imaginario nacional.
Un tema complejo a resolver para la realización de este juego fue la producción de los registros
sonoros. Después de distintos relevamientos y con la colaboración del Centro universitario de
idiomas de la UBA se pudo localizar a hablantes nativos de cada una
una de las lenguas para realizar
las grabaciones. Muchos ellos eran profesores de ese centro. Otros fueron contactados por el
Museo en forma individual.
Mapa parlante
En el Museo del libro y de la lengua hay una serie de dispositivos informáticos para nave
navegar por lo
que llamamos el Mapa parlante. Se trata de un recorrido por las regiones lingüísticas argentinas,
compuesto por grabaciones de frases. Todas las frases son las mismas y fueron diseñadas para
mostrar las modulaciones diferentes de la variedad. Inés
Inés Kuguel escribe que “el español de la
Argentina es una variedad dialectal que cubre una zona geográfica muy extensa y, por lo tanto,
adquiere muchas modulaciones diferentes según quiénes lo usen y dónde. La entonación, los
modismos, la manera en que las lenguas indígenas y las de los inmigrantes imprimieron sus
huellas en el español varían en cada región; esa diversidad enriquece la lengua.”¿Cómo
representar la heterogeneidad que no es sólo coexistencia de lenguas sino de matices al interior de
la misma? Hay diferencias que saltan al oído, como las que provienen de la entonación –los
conocidos “cantitos” de cada región, o las que surgen de palabras distintivas.
Muchas veces estas diferencias son objetos de estudios e investigaciones académicos. Otras, son
tomadas como objeto de relevamiento humorístico, del mismo modo en que fueron considerados
los modos de hablar el castellano de los migrantes extranjeros. No necesariamente el humor es
discriminación hacia otros, puede ser reflexión sobre las diferencias que
que sostiene el derecho a la
heterogeneidad. En la web se encuentran una cantidad de diccionarios, creados por los mismos
usuarios, de cordobesismos, mendocismos, tucumanismos… El tono que usan es jocoso pero al
mismo tiempo registran modismos y usos singulares.
singul
A nivel académico el intento más general de construir un mapa de esas diferencias lo realizó Berta
Vidal de Battini, en 1954, en El español de la Argentina. Este libro fue editado por el Consejo
Nacional de Educación en 1964 y si bien el objetivo explícito de Vidal es la corrección lingüística de
esas diferenciasel libro tiene un valor descriptivo
descriptivo. El mapa que ella constituye a partir de las
investigaciones divide al país en cinco regiones lingüísticas,
lingüísticas, como se ve en la imagen más abajo.
Las regiones
es se diferencian por la entonación pero también por rasgos de pronunciación –la ll o la
y; las s silbantes o aspiradas-,, morfología, sintaxis, léxico. En algunos casos, las diferencias
provienen de la coexistencia con lenguas indígenas, por ejemplo en la zona guaranítica. Esas
diferencias son percibidas por los hablantes, y las usamos para distinguir, en la vida cotidiana, el
origen regional o provincial.
Nos interesaba mostrar ese abanico polifónico en el museo, mediante la creación de un mapa
parlante: organizado por regiones lingüísticas –con
con la división planteada por Vidal de Battini
Battini- y con
registros grabados. Para realizar estas grabaciones se solicitó la colaboración del Instituto de
investigaciones sensoriales del Conicet, para diseñar y realizar el
el relevamiento. En las grabaciones
apareció un problema inesperado: los hablantes, ante una situación formal de grabación, a veces
corrigen su pronunciación de acuerdo a lo que consideran normativo. Se pierden, así, las
distinciones regionales.
La experiencia de la lengua
Esos inconvenientes fueron resueltos en la toma de otros registros audiovisuales. Albertina Carri –
directora de varios filmes de ficción y documentales, como Los rubios o Géminis-
Géminis filmó para el
Museo del libro y de la lengua una obra que compone dos tipos de registros diferentes. Uno
ficcional, basado en un argumento propio, acerca de la relación y tensión entre el castellano y el
pilagá. Filmado en parte en una comunidad de ese origen, trabajó con niños indígenas y criollos. El
juego y la
a poesía son rasgos del universo infantil que constituye el centro del corto. Estará
proyectado en una sala de características particulares –una
una pantalla semi circular y con proyección
retrospectiva- y acompañado de una serie de pequeños dioramas en los que
que se ven filmaciones
documentales de distintas situaciones de habla y registros discursivos: una conversación entre
escribanos, una charla distendida entre migrantes paraguayas, un diálogo entre críticos literarios,
un encuentro de una joven pareja de clas
clasee media acomodada, un adolescente rapero, una travesti,
un grupo de señoras que tejen y conversan sobre temas religiosos en una iglesia de la ciudad de
Buenos Aires.
Estos registros fueron realizados como puestas en escena: la directora decidió los espacios y
sugirió que hablaran manteniendo sus registros habituales. Aunque no se intentó preservar, como
sí en las grabaciones del Mapa parlante, el registro científico de la oralidad, los resultados dan la
apariencia de ser más fieles respecto de lo coloquial. Los teóricos y hacedores de documentales
advierten contra la tendencia a tener una mirada ingenua respecto de los registros. Un dispositivo
de grabación –sonoro o visual- implica transformaciones de la escena tomada. El registro de
imágenes implica una escenificación que toma recursos de la ficción y supone modificaciones de
los fenómenos que son registrados.
La imagen fotográfica y mucho más la producida por cámaras que registran el movimiento, se
presentan como reproducción de la escena real. Como representación fiel y auténtica. Incluso
despliega más fuerza de convicción respecto de lo real cuando más lejanas están las imágenes
respecto de la percepción posible para el ojo. El uso y producción de imágenes no pueden
prescindir de la conciencia crítica sobre sus condiciones de elaboración, los presupuestos que las
organizan, el tipo de mirada que exhiben. Carri decidió mezclar imágenes y registros de actuación
que parecían provenir de la experiencia real –trabajando
trabajando con personas que no eran actores
profesionales, sino miembros de la comunidad-
comunid y recursos tecnológicos y poéticos que van
mostrando la cualidad ficcional de lo presentado. Se trató de enfatizar esa condición.
En los fotogramas reproducidos es posible advertir los recursos utilizados contra cualquier
presunción naturalista.En los dioramas documentales, por el contrario, predomina la puesta en
escena realista, con los hablantes presentados en escenas cotidianas. El efecto de naturalidad del
habla, sin embargo, fue solicitado por la directora. Por ejemplo, a una pareja de jovencitos de clase
media alta, les pidió que mantengan su costumbre de apelar al francés en su intercambio coloquial.
Actividades
En esta clase trabajaremos en el foro de Consultas la idea de guión a propósito del texto de Elena
Galán Fajardo y del desarrollo de la actividad que están produciendo. Nos interesa hacer foco en la
diferencia entre un guión o secuencia audiovisual y un guión o secuencia didáctica. Es importante
que tengamos presente la pregunta
regunta por los efectos didácticos que suponemos tienen las imágenes
elegidas y las secuencias propuestas.
Bibliografía de referencia