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El Iter Criminis en El Derecho Penal

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El Iter Criminis en el Derecho

Penal
"En líneas generales, el iter criminis o camino del delito, es una serie de etapas o
fases por las que atraviesa en la psique del agente desde la génesis (ideación)
hasta la exteriorización de la conducta (consumación)"

Generalidades
El Iter Criminis (camino del delito), también conocido como grados de desarrollo del delito, lo
que significa que, cuando inicia y cuando termina el delito, es decir, es un proceso de
realización del delito, tanto interna como externa propia del comportamiento humano. La
misma que presenta una consecuencia jurídico-penal por lesionar o poner en peligro bienes
jurídicos tutelados.

Asimismo, en el Derecho Penal existen dos figuras a saber: a) el derecho penal de autor, y b) el
derecho penal de acto; por el primero, se entiende que los pensamientos, ideas, etc., no son
punibles; por el segundo, las conducta exteriorizada o comportamiento humano sí son punibles,
lo que significa que al Derecho Penal le interesa el derecho penal de acto y, mas no, el derecho
penal de autor.

Al respecto señala WELZEL, la simple decisión de la acción no es punible: cogitationis


poenam nemo partitur (los simples pensamientos no pueden ser sancionados – Ulpiano).
También en el derecho penal de la voluntad no se castiga la voluntad mala como tal, sino solo
la voluntad en realización; esto, no sólo porque la voluntad mala no es aprensible y la
moralidad no puede ser impuesto a la fuerza, sino también por el profundo abismo que separa
en último caso los pensamientos del hecho[1].

El delito, como toda obra humana, «nace, vive y muere» (MANTOVANI). Esa vida del delito
se conoce con el nombre de iter criminis. Ese camino vital abarca todas las fases de realización
del delito, que trascurre desde el momento en que nace en la mente del autor hasta el instante en
que se perfecciona su ejecución, pasando lógicamente por su necesaria manifestación de la
resolución criminal del autor en el mundo social[2].

Entonces, el iter criminis, está compuesto por dos fases principales: a) la fase interna (ideación
– deliberación – resolución o decisión) y b) la fase externa (actos preparatorios – actos de
ejecución (tentativa) – consumación – agotamiento). En ese orden de ideas se tocará algunos
lineamientos básicos al respecto.

2. Concepto
En palabras de PAVÓN VASCONCELOS, el iter criminis, que no es otra cosa que las fases a
través de las que se desarrolla el fenómeno jurídico al que llámanos delito, éste como producto
del hombre tiene un proceso que transita por etapas a las que en conjunto llámanos el iter
criminis, que va desde a ideación hasta el agotamiento. Para Carlos PARMA, el iter criminis es
el derrotero que recorre el delito desde la idea del autor, hasta que culmine plenamente
objetivado en el mundo exterior.

En el mimo sentido alude ZAFFARONI, el iter criminis recorre desde la decisión que el autor
toma, en su esfera interior, hasta el agotamiento de la ejecución del delito. En este camino se
dan sucesivos momentos cronológicos, como la concepción, decisión, preparación, comienzo
de ejecución, culminación de la acción típica, acontecer del resultado típico y agotamiento del
hecho.

En efecto, el iter criminis, es el camino del delito, es decir, es la génesis en que aparece en la
psique del agente la idea o pensamiento hasta el momento en que se lleva a exteriorizar o
concretar el hecho punible.

3. Fases
El delito tiene un proceso dentro del Derecho penal denominado iter criminis. El delito
comienza en la esfera interna del sujeto, como la ideación – deliberación – resolución o
decisión. Aquí, termina la fase interna y da comienzo a la fase externa con los actos
preparatorios – actos de ejecución (tentativa) – consumación – agotamiento. Como bien señala
la doctrina penal, el “agotamiento” no es relevante para el Derecho penal, dado que el delito ya
está consumado, desde luego, no se descarta una posición minoritaria que señala al
“agotamiento” como parte de la fase de ejecución.

El estudio del iter criminis consistirá, por lo tanto, en establecer cuáles son estas fases del
delito, así como en determinar qué importancia tiene cada una de ellas desde el punto de vista
del derecho penal, es decir, constatar si el derecho penal va a intervenir o no en todos y cada
uno de estos momentos imponiendo sanciones, y, en su caso, cual es el fundamento de dicha
intervención[3]. En ese sentido tenemos:

3.1. Fase interna


a) Ideación.- Consiste en la imaginación, pensamiento o idea del delito, es decir, es la génesis
de la idea delictiva que realizara el agente o sujeto activo; por ejemplo: “A” quiere robar a “B”.

La primera fase comprende, en esencia, actos mentales de voluntad interna, que pertenecen a la
psique del autor, por lo que sólo pueden tener significación moral. Estos actos representan la
ideación del delito, y son absolutamente irrelevantes a efectos penales: de internis non curat
preator, se decía en el Derecho romano, y también: cogitaciones poenam nemo patitur, esto es:
de lo interno no se puede ocupar el Derecho penal, es decir, el pensamiento no delinque[4].

b) Deliberación.- Consiste en la elaboración y desarrollo del plan delictivo, es decir, es el


planeamiento del delito a cometer, la forma o circunstancia a darse; por ejemplo: “A” quiere
robar a “B”, para ello, se vale del uso de un arma de fuego, la misma que lo realizara durante la
noche y en lugar poco transitado por personas.

En esta etapa hay una lucha interna entre la idea y la repulsa moral al delito, puede el hombre
por su inclinación al bien –según nuestra particular apreciación de la conducta humana–
rechazar la reflexión criminal, como puede acontecer que los mecanismos de inhibición no sean
suficientes y el hombre resuelva en su intimidad (subjetividad) delinquir[5].

c) Resolución o decisión.- Consiste poner en práctica o exteriorizar el plan delictivo; por


ejemplo: “A” decide robar a “B” mediante una pistola y durante la noche.

Entonces, en los tres momentos de la fase interna del delito son irrelevantes para el Derecho
penal, no son punibles; es decir, el pensamiento no delinque, la misma que se traduce en el
aforismo “cogitaciones poenam nemo patitur”.

3.2. Fase externa

         
a) Actos preparatorios.- Los actos preparatorios del delito son actos exteriores que no
consisten en la ejecución sino en la preparación de un hecho delictivo. Se encuentran, pues, en
su estadio conceptualmente anterior a la ejecución: en el estadio de preparación que precede a
la realización ejecutiva. Estos actos son, por regla general, impunes. Únicamente, en algunos
delitos especialmente relevantes, el legislador decide sancionar (no solo su ejecución, sino
también) su preparación[6]. El citado autor nos da a entender que en ciertos delitos son
punibles, ello se traduce a partir de las razones político-criminales, entre ellas tenemos: la
conspiración, proposición o provocación respectivamente.

Los actos preparatorios carecen de relevancia para el Derecho penal, son impunes, en otras
palabras, presentan un insuficiente contenido delictivo. En palabras de MAURACH, en ciertos
casos, no alcanzan siquiera la zona de lo típico, y en otros no llenan el cuadro rigurosamente
circunscrito de la figura legal. Y puesto que la conminación penal decide no solo como, sino
también si debe castigarse una conducta, estas acciones en principio serán irrelevantes para el
derecho penal[7].

b) Actos de ejecución (tentativa).- Los actos ejecutivos comprenden aquellas secuencias


del iter criminis que representan la realización ejecutiva, y no meramente preparatoria, del
delito[8]. Los actos ejecutivos aparecen con la exteriorización del pensamiento humano
mediante conductas que tienen una determinada finalidad[9].

Los actos de ejecución, que representa el límite superior en la fase externa del iter criminis, si
carece de relevancia penal, es decir, son punibles las conductas concretas o exteriorizadas como
tal.

c) Consumación.- Según FIANDACA y MUSCO, el concepto de consumación expresa


técnicamente la completa realización de todos los elementos constitutivos de una variedad
delictiva, esto es, cuando el hecho completo corresponde enteramente al modo legal delineado
en la norma penal en cuestión. En el mismo sentido ALCÓCER, la consumación surge cuando
se cumple totalmente los requisitos exigidos por el tipo. No obstante, este momento no solo
debe comprenderse desde una visión estrictamente formal, sino también material.

En efecto, la consumación es relevante para el Derecho penal y, por consiguiente, son punibles,
al respecto BRAMONT-ARIAS, distingue dos tipos de consumación:

1. Consumación Formal: Según el tipo de delito se determina cuando un delito esta


formalmente consumado. El delito se consuma con el total cumplimiento del tipo.
Generalmente, la ley indica la consumación en relación con el resultado lesivo
producido pero, sin embargo, ella admite que la consumación surja en un momento
anterior, esto se da en los delitos de resultado cortado, en los delitos de peligro, etc.
2. Consumación Material. Surge luego de la consumación formal, cuando el sujeto
logra el fin último por el que cometió el delito (agotamiento del delito). Esta
consumación es irrelevante para el derecho penal, si el sujeto obtuvo o logro la
finalidad que motivo su conducta.
d) Agotamiento.- La etapa de agotamiento surge cuando el agente consigue satisfacer la
intención que perseguía al idear, ejecutar y consumar el hecho criminal. Con relación al delito
cometido, tal hecho resulta irrelevante[10]. Es decir, en esta fase el delito ya se ha realizado, es
una consecuencia directa de la consumación.

4. Conclusión
En líneas generales, el iter criminis o camino del delito, es una serie de etapas o fases por las
que atraviesa en la psique del agente desde la génesis (ideación) hasta la exteriorización de la
conducta (consumación). Así, por ejemplo: en la esfera interna del iter criminis, se da la
ideación – deliberación – resolución o decisión. La misma que aquí termina la fase interna; y da
comienzo a la fase externa con los actos preparatorios – actos de ejecución (tentativa) –
consumación – agotamiento. Este último es irrelevante para el Derecho penal, dado que el fin
de la conducta se ha concretado como tal.
El «iter críminis» de los delitos
 

El iter criminis es el camino o proceso de la ejecución del delito. Se pueden apreciar cuatro
etapas o momentos que se corresponden con las fases de desarrollo del proceso delictual:

o Fase interna. Consistente en la ideación, deliberación y resolución interna del sujeto


activo.
o Actos preparatorios. 
o Tentativa.
o Consumación.

1- Fase interna
Es la fase en la que al sujeto le surge la idea criminal, y adopta la decisión de planificar cómo y
ejecutar el tipo delictivo sobre el que previamente ha pensado. En realidad este momento de
ideación no interesa al Derecho Penal, ya que la resolución interna de delinquir no es punible (y
no estaría justificada su represión): nadie sufre pena por su pensamiento.

Aquí nos encontramos con tres momentos diferentes:

1. Ideación: primera idea o primera aproximación al propósito de delinquir por parte del
sujeto activo.
2. Deliberación: meditación sobre la comisión o no del delito. En este momento es
cuando el futuro delincuente estudia tanto los motivos de su posible actuación como
las consecuencias derivadas de ésta.
3. Decisión: etapa final de la fase interna, el sujeto en base a sus planteamientos decide
actuar.

2- Actos preparatorios
Con los actos preparatorios, el sujeto da comienzo a la fase externa, de objetivación de una
voluntad que proyecta en el ataque de unos determinados bienes jurídicos. El ordenamiento
jurídico ante esos ataques no puede retrasar su intervención, es decir, que estos actos
preparatorios, al contrario que la fase de ideación, sí interesa al Derecho Penal. El principal
problema consistiría en determinar con claridad el límite entre la simple preparación no
relevante y los actos  encaminados a la ejecución (los primeros no son punibles, mientras que
los segundos sí). Así las cosas, para la diferenciación entre los actos preparatorios y de
ejecución se han planteado las siguientes doctrinas:

a) Subjetivas: Las teorías subjetivas se basan en el dolo relativo al delito consumado, lo que
dificulta la diferencia entre acto preparatorio y principio de ejecución.

b) Objetivas:

 La teoría del acto próximo. Según esta teoría, los actos remotos respecto del resultado
son preparatorios y los próximos a él, tentativa.
 Teoría de la univocidad. Dicha teoría, define el acto preparatorio como el acto externo
que podrá conducir tanto al delito como a una acción inofensiva, mientras la tentativa
va inequívocamente dirigida a la realización del delito.
 Teoría objetivo-formal. Esta teoría nos dice que la ejecución principal se da cuando ha
comenzado a realizarse alguno de los elementos recogidos en el tipo delictivo. Los
actos periféricos (los que no realizan el verbo del tipo), son preparatorios, y, frente a
ellos, los que constituyen el núcleo del tipo entrañan la tentativa.
 Teoría objetivo-materia. Interpreta que la ejecución se inicia cuando ha empezado a
estar en peligro el bien jurídico protegido. Hay comienzo de ejecución cuando los
actos, dada su necesaria pertenencia a la acción típica, aparecen como parte de ella
según una concepción natural; en otro supuesto, son meros actos preparatorios.
 Teoría funcionalista. No hay comienzo de la ejecución si a situación, según la
representación del sujeto, no es cercana a la consumación, y tampoco si son
comportamientos socialmente habituales. Junto a esos criterios obligatorios,
coexisten otros variables; la cercanía temporal a la acción típica y la introducción en la
esfera de protección de la víctima marcan el comienzo de la ejecución. 

Solo cuando expresamente así se indique serán punibles los actos preparatorios. Cuando se


supere la preparación, estaremos antes una tentativa o una consumación del delito. En estos
casos, la tentativa o la consumación, incompatibles con los actos preparatorios, absorberán
aquéllas a éstos.

Asimismo, por más que la ley conceptúe a los actos preparatorios como resoluciones
manifestadas, tanto la conspiración, como la proposición como la provocación para delinquir
son punibles. En ocasiones, el Código Penal puede llegar a calificar como un tipo penal propio,
lo que tiene apariencia de actos preparatorios, como por ejemplo la tenencia de sustancias
precursoras de la fabricación de drogas.

Dentro de los actos preparatorios destaca:

1. La conspiración (Art. 17 Código Penal).


2. La proposición (Art. 17 Código Penal).
3. La provocación ( Art. 18.1 Código Penal).
4. La apología (Art. 18 Código Penal).

3- La tentativa
El 16 Código Penal establece que hay tentativa cuando el sujeto da principio a la ejecución del
delito directamente por hechos exteriores, practicando todos o parte de los actos que
objetivamente deberían producir el resultado, y sin embargo éste no se produce por causas
independientes de la voluntad del autor.

4- La consumación del delito


La consumación consiste en la realización de todos los elementos objetivos y subjetivos del
tipo delictivo; es decir, una efectiva ofensa o lesión (o puesta en peligro) del bien jurídico
protegido.

El 15 Código Penal dice que son punibles el delito consumado y la tentativa de delito y el
61 Código Penal que cuando la ley establece una pena, se entiende que la impone a los
autores de la infracción consumada.

El momento de la consumación plantea problemas por el hecho de su dependencia de la


estructura típica. Es obligado, por tanto, diferenciar los supuestos siguientes:

 Los  delitos instantáneos se consuman al conjugarse la resolución de voluntad y


el logro material del tipo objetivo.
 Los delitos permanentes alcanzan el resultado con la agresión al bien jurídico aunque
el estado antijurídico consumado se prolonga temporalmente hasta su cesación o
terminación por voluntad del autor. Esa terminación es el límite de adhesión de nuevos
partícipes y marca el día inicial del cómputo prescriptito.
 Los delitos de hábito, al expresar un arraigo en la tendencia del autor y no realizar el
tipo cada acción aislada, subordinan la determinación consumativa a la valoración
judicial, comenzando el término prescriptito "desde que cesó la conducta".
 El delito continuado obtiene la consumación final de la realidad de la pluralidad de
acciones u omisiones que lo califican, comenzando el cómputo del plazo de
prescripción "desde el día en que se realizó la última infracción".

La consecuencia principal de la consumación se encuentra plenamente ligada a la imposición


de la pena correspondiente al tipo penal efectuado. En este sentido se pena tanto cuando los
delitos han sido consumados como cuando han sido "intentados". A parte de esto el
establecimiento del momento de consumación puede resultar útil para establecer:

 El momento límite para el desistimiento voluntario.


 La participación punible de terceras personas
 Los plazos de prescripción del delito.

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