Sentencia T-275/21: Ansiedad e Insomnio"
Sentencia T-275/21: Ansiedad e Insomnio"
Sentencia T-275/21: Ansiedad e Insomnio"
Expediente: T-8.021.685
Magistrada ponente:
PAOLA ANDREA MENESES MOSQUERA
SENTENCIA1
I. ANTECEDENTES
1. Hechos
1
La Sala de Selección Número Uno de 2021 decidió reservar la identidad de las partes y vinculados en el
presente proceso de tutela. Por lo tanto, los nombres que aparecen en la presente decisión corresponden a
nombres sustitutos. De igual forma, la Sala advierte que en atención a la naturaleza del litigo constitucional
que se resuelve, esta providencia reproduce expresiones textuales y denuncias sobre presuntas conductas de
abuso sexual en contra de menores que pueden resultar incómodas para el lector.
2
Hospital Universitario del Valle, examen de entrada del 7 de enero de 2020.
3
Escrito de tutela, pág. 2.
4
El accionante afirma que los testigos que le brindaron esta información fueron Vecino III y Vecino IV,
quienes viven en la misma unidad residencial.
5
Id.
bíblicos a todas las personas que se cruzaban con [él]” y se comportó “de
forma muy agresiva cuando intentaron detener[lo]”6.
6
Escrito de tutela, pág. 2. En concreto, indica que “intenté ahorcar a [Vecina I] y pateé a otro vecino
llamado [Vecino II], cuando ambos intentaron calmarme justo después de haber ingresado al apartamento
del señor [Sandro Santa]”.
7
Denuncia Penal Rad. No. 76001600019300260, del 8 de enero de 2020, pág. 2.
8
Id, pág. 2.
9
Id.
10
Id.
11
Id, pág. 4. El 22 de enero de 2021 el accionante confirmó la denuncia y solicitó a las autoridades el decreto
de medidas de protección para su familia e hijos.
12
Escrito de respuesta a la acción de tutela, pág. 1.
13
Id.
14
Id.
15
Id.
5. Publicaciones realizadas por Mónica Muñoz16. El 16 de enero de 2020,
la señora Mónica Muñoz17, comunicadora social de profesión y amiga de los
padres de la menor, publicó “varias fotos”18 del señor Pedro Pérez y su madre,
así como una descripción de los hechos ocurridos el 7 de enero de 2020 en su
perfil personal de facebook y de twitter, y en el muro del grupo de facebook
llamado Mujeres Unidas III19. Esta publicación “alcanzó a obtener 185
reacciones (me gusta, me asombra, me enoja) en facebook y 296
comentarios”20, algunos de los cuales insultaban y amenazaban al accionante.
El texto de la publicación hecha por la señora Mónica Muñoz fue el siguiente:
16
Nombre ficticio.
17
El accionante afirma que la señora Mónica Muñoz es “aparentemente una comunicadora social de la
Universidad Javeriana, según la información en su perfil de facebook”.
18
Escrito de tutela, pág. 3.
19
Nombre ficticio.
20
Escrito de tutela, pág. 3.
21
Luego, en respuesta a los comentarios publicados por otros miembros del grupo Mujeres Unidas III, la
señora Mónica Muñoz afirmó que “los hechos los sabemos, los vídeos existen! No se puede tapar nada por
querer encubrir un amigo y un familiar. Lo mismo q con la niña Samboní”.
6. Luego, el 18 de enero de 2020, la señora Mónica Muñoz realizó una
nueva publicación sobre los hechos ocurridos. En esta publicación expresó lo
siguiente:
7. Denuncia penal interpuesta por Pedro Pérez en contra del señor Sandro
Santa y la señora Mónica Muñoz, por los delitos de injuria y calumnia. El 18
de enero de 2020, el señor Pedro Pérez denunció al señor Sandro Santa y la
señora Mónica Muñoz por los delitos de injuria y calumnia. En su denuncia,
relató que una vecina del conjunto residencial en el que vivían le informó que,
después de los hechos ocurridos el 7 de enero de 2020, el señor Sandro Santa se
ubicó en la portería del edificio y le contó a “todos los residentes que
ingresaban en esa hora mi situación psicológica, calumniándome, diciéndoles
que yo estaba drogado, loco y que quería violar a su hija y violentar a su
familia (…)”22 y les mostró “unas fotos y videos que me tomaron cuando me
encontraba en ese estado”23.
22
Denuncia Penal Rad No. 2192261 del 18 de enero de 2020, pág. 1.
23
Id.
24
Id.
manifestó que “por mi seguridad y propia salud mental, mi familia y yo nos
mudamos a otra unidad cercana, pero no el mismo barrio, porque no podemos
soportar más esta situación y temo recaer nuevamente en un estado psicótico
por la presión y estrés que acarrea este asunto” 25. Por esta razón, mediante
orden No. 01211, la Fiscalía General de la Nación decretó medidas preventivas
de seguridad en su favor26.
25
Escrito de tutela, pág. 9.
26
El accionante pone de presente que “durante la prestación de apoyo de seguridad por parte de la policía,
me encontré con una prestación insuficiente y que dejó de efectuarse desde la primera semana”. Asimismo,
manifiesta que vivió “situaciones revictimizantes por las expresiones de algunos agentes policiales que se
referían abiertamente como un violador, drogadicto y enfermo”. Escrito de tutela, pág. 6. De otro lado, la
Sala resalta que el accionante manifiesta que acudió por segunda vez ante la Fiscalía General de la Nación
para denunciar las publicaciones de los colectivos, pero dicha entidad “negó la recepción de la nueva
denuncia (…) porque ya cursaba una denuncia previa, pero no teniendo en cuenta que estos hechos y
agresores eran nuevos y diferentes”.
27
Acta de audiencia de conciliación del 29 de enero de 2020.
28
Id.
29
Nombre ficticio.
30
Escrito de respuesta de @Mujeres I, 6 de marzo de 2020, pág. 3.
31
Nombre ficticio.
32
Nombre ficticio.
sufrido un ataque psicótico el 7 de enero de 2020 y (ii) que había sido internado
en una clínica psiquiátrica “desde ese día hasta el 15 de enero”. Además,
manifestó que la denuncia publicada por el colectivo era falsa dado que, aunque
el señor Pedro Pérez “si entró a la casa de esa familia [familia Santa]”, éste
“no violó a nadie; la mamá [de la menor] dijo que él le pegó una cachetada”33.
En este sentido, indicó que las administradoras del grupo estaban incurriendo
en el delito de injuria y calumnia, porque estaban imputando al señor Pedro
Pérez un delito, a pesar de que este no había sido condenado. Las
administradoras del grupo feminista respondieron a dicho mensaje indicando
que “entendían la complejidad de la situación” y que no tenían “la intención de
juzgar a nadie”34. Además, manifestaron que la información que se difundió
estaba basada en las declaraciones de los padres de la menor, quienes ya habían
iniciado acciones legales 35.
2. Trámite de tutela
33
Mensajes directos de facebook enviados por la señora Natalia Gómez al grupo @Mujeres I.
34
Id.
35
Id.
36
Escrito de tutela, pág. 16.
37
Id.
38
Id.
39
Escrito de tutela, pág. 10.
[XXXX]”40. Del mismo modo, argumentó que está en una situación de
debilidad manifiesta frente a los demás accionados en atención a (i) “la
magnitud e impacto de las redes sociales” en las que éstos hicieron las
publicaciones, (ii) la imposibilidad “de retirar las publicaciones debido a la
privacidad de cada cuenta personal y página o grupo”41 y (iii) la “gran
publicidad y esparcimiento de la calumnia e injurias, que alcanzaron una
potencial visualización de 57.915 usuarios”42. Además, respecto de los grupos
feministas, agregó que “esta situación se encuentra magnificada debido a que
sus administradoras se aprovechan del anonimato que las redes sociales les
ofrecen para lograr la impunidad ante este tipo de imputaciones deshonrosas y
calumnias”43. De otro lado, sostuvo que en este caso se cumple el requisito de
subsidiariedad, en tanto la acción penal es un recurso “inefectivo e inidóneo
para evitar la concreción y magnificación del daño a la honra, buen nombre,
privacidad, dignidad y presunción de inocencia”44.
15. En este sentido, concluyó que “la acción de tutela es procedente como
mecanismo transitorio para evitar el acaecimiento de un perjuicio
irremediable”45. De igual forma, precisó que en este caso no era necesario
solicitar la retractación a los accionados, porque este requisito de procedencia
sólo es aplicable cuando el mensaje se difunde por medios de comunicación
masiva y no cuando es publicado por un particular que no cumple la función de
informar. En cualquier caso, indicó que la retractación y rectificación fueron
solicitadas a todos los accionados.
16. En cuanto al fondo, el señor Pedro Pérez argumentó que los accionados
violaron su derecho a la intimidad y a la imagen, al publicar una foto suya, su
cédula y su dirección de residencia, “a pesar de que no existe, existió ni existirá
una autorización o consentimiento”46. En criterio del accionante, ello
desconoce los principios de libertad, finalidad, integridad, necesidad y
veracidad de los datos personales, previstos en la Ley 1582 de 2012. Además,
afirmó que los accionados vulneraron sus derechos fundamentales a la honra,
buen nombre, dignidad humana y presunción de inocencia, puesto que
incurrieron en las “conductas penales de injuria y calumnia agravadas en
perjuicio del accionante”47 al acusarlo falsamente de “haber violado”48 a la hija
menor del señor Sandro Santa.
40
Id.
41
Escrito de tutela, pág. 12.
42
Id.
43
Id. Para ejemplificar esta situación, el accionante puso de presente que después de la solicitud de
rectificación a @Mujeres I, una integrante del grupo escribió lo siguiente en el muro de facebook: “Otra chica
escribió amenazándonos y diciéndonos que demandaría a la colectiva por injuria y calumnia (supongo).
Quedamos atentas a la demanda, que la envíen a la dirección de no sé dónde, a la persona no se sabe
cuál…Graxiasss. El patriarcado se los agradecerá”.
44
Escrito de tutela, pág. 14.
45
Id.
46
Escrito de tutela, pág. 20.
47
Id., pág. 21.
48
Id. El accionante solicitó que “tanto la rectificación, retractación y disculpas públicas se hagan delante de
los habitantes del conjunto residencial [XXXX]”.
intimidad y presunción de inocencia. Segundo, ordenar al señor Sandro Santa
“realizar la rectificación pública de información y los hechos ocurridos el 7 de
enero de 2020 y (…) practicar una retractación pública por las injurias y
calumnias hechas de forma verbal (…) y pronunciar una disculpa pública en
favor de [Pedro Pérez] por las falsas acusaciones e insultos en su contra”49.
Tercero, ordenar a la señora Mónica Muñoz “realizar la rectificación de la
información junto con una retractación y disculpa pública mediante sus redes
sociales personales (Facebook y Twitter) y en el grupo de Facebook [Mujeres
III] por las acusaciones e injurias pronunciadas en contra del accionante”50.
Cuarto, ordenar a las administradoras de @Mujeres I y @Mujeres II “realizar
la rectificación de la información junto con una retractación y disculpa pública
mediante sus redes sociales”51. Quinto, ordenar a Facebook Colombia S.A.S
(en adelante “Facebook Colombia”) e Instagram Colombia que (i) investiguen
“las identidades y ubicación de administradoras o administradores de los
perfiles de [@Mujeres I] (de facebook y de instagram) y [@Mujeres II] (de
instagram) a fin de que comparezcan ante la justicia colombiana en este
proceso”, (ii) determinen “la ubicación de la señora [Mónica Muñoz] a fin de
hacerla comparecer en este proceso”52 y (iii) impidan “el libre acceso a las
publicaciones realizadas en los perfiles”53 de los accionados.
49
Id., pág. 27.
50
Id.
51
Id. Asimismo, el accionante solicitó que “todas las retractaciones y disculpas públicas sean hechas
también ante un medio masivo de comunicación nacional tanto escrito como televisivo”.
52
Id., pág. 26.
53
Id.
54
Escrito presentado el 3 de marzo de 2020 ante el Juzgado Diecinueve Penal Municipal de Cali.
55
Id.
20. Sentencia de tutela de primera instancia y solicitud de nulidad. El 9 de
marzo de 2020, el Juzgado Diecinueve Penal Municipal de Cali con funciones
de conocimiento (en adelante, el “Juzgado Diecinueve Penal”), resolvió “no
conceder el amparo”. El 13 de marzo de 2020, el señor Pedro Pérez solicitó
decretar la nulidad del trámite de tutela. Argumentó que el Juzgado Diecinueve
Penal no había integrado el contradictorio en debida forma, puesto que (i) no
vinculó a Facebook Inc, quien es la persona jurídica encargada del manejo y
administración del servicio de facebook e instagram y (ii) no notificó del
proceso a las administradoras de los perfiles de facebook e instagram de
@Mujeres I y @Mujeres II.
56
Juzgado Cuarto Penal del Circuito con Funciones de Conocimiento de Cali, decisión del 27 de mayo de
2020, pág. 3.
57
Id., pág. 4.
58
Id.
59
Además, el Juzgado Diecinueve envió citaciones de notificación a (i) la Fundación OLOF PALME, donde
Mónica Muñoz presuntamente laboraba y (ii) a diferentes correos electrónicos registrados en la página de
facebook de @Mujeres I.
traslado de la tutela nuevamente a Sandro Santa y Facebook Colombia a fin de
que fijaran su postura “adicionando sus respuestas, si así lo consideran
necesario”60.
24. (i) Respuesta del señor Sandro Santa. Argumentó que no había violado
los derechos fundamentales del señor Pedro Pérez ni había incurrido en los
delitos de injuria y calumnia. Sostuvo que “los hechos que relaté son ciertos y
los declaré bajo la gravedad de juramento y existe suficiente prueba científica
en el plenario procesal que indica la certeza de los hechos narrados”61. De
otro lado, indicó que no había hecho ninguna publicación en redes sociales, sin
embargo, admitió que le entregó copia de la denuncia a medios de
comunicación y diversos colectivos que lo solicitaron. Afirmó que la entrega de
la denuncia no es un acto contrario a la ley, puesto que “nadie me puede
restringir o limitar el derecho que tengo de contar la ocurrencia de estos
delitos graves a la prensa o a los medios de comunicación”62. Por otra parte,
manifestó que la certificación del ataque psicótico del señor Pedro Pérez “es
dudosa” y “podría ser espuria”63, porque algunos testigos le habían informado
que al día siguiente de los hechos el accionante “estaba en la unidad y lo vieron
durante otros días”64.
60
Informe Secretarial de notificación del 3 de junio de 2020.
61
Escrito de respuesta de Sandro Santa, 3 de marzo de 2020, pág. 2.
62
Id.
63
Id.
64
Id.
65
Escrito de respuesta de @Mujeres I, 10 de junio de 2020, pág. 1.
66
Id., pág. 4.
67
Id.
68
Id.
26. De otro lado, indicaron que la información que publicaron respecto de
los hechos ocurridos el 7 de enero de 2020 “no es falsa”69. En efecto, el propio
accionante reconoce que golpeó a la menor y el colectivo no afirmó que el
accionante hubiera violado a la hija del señor Sandro Santa, por el contrario,
únicamente indicó que había “intentado violarla”, tal y como relató el padre de
la menor. Además, aclararon que (i) la publicación “correspondía a una pieza
gráfica que estaba circulando en las redes sociales, no fuimos las encargadas
de crearla (…) solo se compartió algo público que venía circulando en
internet”70; y (ii) la pieza gráfica se difundió por medio de una historia en
facebook, por tanto, “sólo estuvo publicada por 24 horas”71. Por último,
pidieron rechazar la solicitud del accionante de revelar la identidad de las
administradoras del colectivo, puesto que ello implicaría “un riesgo latente
para nuestro bienestar”72.
69
Id.
70
Id., pág. 3.
71
Id. De otro lado, aclararon que el accionante no realizó una solicitud de rectificación. Al respecto,
precisaron que “la señora [Natalia Gómez] solicitó retirar la publicación, sin embargo, primero se presentó
como una amiga y después manifestó ser la abogada del accionante, pero en ningún momento acreditó dicha
calidad, por lo que no nos consta que sea su apoderada”.
72
Id.
73
Escrito de respuesta de Facebook Colombia, 6 de marzo de 2020, pág. 1.
74
Id., 19.
75
Id.
76
Id., pág. 2.
77
Id., pág. 23.
78
Id., pág. 31.
79
Id.
28. De otro lado, precisó que Facebook Colombia es una sociedad distinta y
autónoma de Facebook Inc., la cual es “la sociedad encargada del manejo y la
administración del Servicio de Facebook y del Servicio de Instagram”80. Por
esta razón, manifestó que no estaba en capacidad de suministrar la información
requerida referente a la dirección y datos de contacto de Mónica Muñoz y las
administradoras de @Mujeres I y @Mujeres II. Esta información sólo podía ser
suministrada por Facebook Inc. En cualquier caso, señaló que el accionante no
había suministrado la dirección URL de las publicaciones, por lo que resulta
imposible comprobar la existencia de éstas. En efecto, la existencia y contenido
de una publicación únicamente se puede acreditar mediante la URL, no
mediante capturas de pantallas, como lo pretende el accionante.
80
Id.
81
Juzgado Diecinueve Penal con Funciones de Conocimiento de Cali, sentencia del 17 de junio de 2020, pág.
24.
82
Id.
83
Id., pág. 28.
84
Id., pág. 27.
85
Id., pág. 32.
86
Id.
los grupos feministas para poder realizar estas acusaciones falsas, injuriosas y
calumniosas”87. Del mismo modo, argumentó que el a quo ignoró que la Corte
Constitucional ha establecido que “la acción de tutela [es procedente] contra
particulares por vulneración al derecho a la honra y buen nombre por
publicaciones en redes sociales donde no se persiga la acción penal sino
solamente la retractación de los accionados”88.
32. De otro lado, indicó que el Juez Diecinueve Penal desconoció que
diversas Salas de Revisión de tutela de la Corte Constitucional, en decisiones
recientes, han reconocido que la solicitud de retractación previa no es un
requisito necesario para la procedencia de la acción de tutela cuando “no es
posible contactar o localizar al autor del mensaje y (…) el particular que
realiza la publicación no cumple con la función de informar a la sociedad”89.
En este caso, los accionados no cumplían la función de informar, por lo tanto,
la solicitud de rectificación previa no era exigible.
33. De otro lado, sostuvo que el Juez Diecinueve Penal incurrió en una
indebida valoración probatoria “al descartar las pruebas documentales donde
constan textualmente los agresiones y perjuicios morales”90 y al ignorar que la
Corte Constitucional ha sostenido que no es necesario suministrar los URLs de
las publicaciones en aquellos casos en los que el accionante “está
imposibilitado para acceder a las publicaciones, ya sea porque se le bloqueó
del perfil, se restringió la publicidad del grupo o porque se haya eliminado”91.
Por último, afirmó que “la eliminación de la publicación no equivale a una
retractación”92. Por lo tanto, el hecho de que las publicaciones ya no estén en
redes sociales no implica que no proceda “un fallo condenatorio en contra de
los accionados”93. Con fundamento en estas consideraciones, el accionante
solicitó “que se revoque la decisión de primera instancia, se conceda el
amparo y se ordene la retractación de los accionados”94.
87
Escrito de impugnación, pág. 5.
88
Escrito de impugnación, pág. 2.
89
Id., pág. 3.
90
Id., pág. 6.
91
Id.
92
Id.
93
Id.
94
Id., pág. 7.
95
Juzgado Cuarto Penal del Circuito de Cali con funciones de conocimiento, sentencia del 15 de octubre de
2020, pág. 10.
96
Id.
Además, encontró que el accionado sí se encontraba en una situación de
indefensión dado que “se ha reconocido como una expresión de debilidad
manifiesta constitutiva de estado de indefensión, la ocurrencia de cierta
inferioridad que produce la publicidad de información u otras expresiones
comunicativas, por medios que producen un amplio impacto social”97.
36. Por su parte, el Juzgado consideró que el señor Sandro Santa no había
vulnerado los derechos del accionante, puesto que “muy a pesar de que fue la
persona que circuló antes (sic) los grupos feministas hoy demandados la
noticia criminal, no hay evidencia alguna que indique que su proceder fue más
allá del contenido de la noticia criminal puesta ante las autoridades
competentes. Tampoco existe elemento alguno que permita determinar que el
accionado [Sandro Santa], hubiere difundo (sic) mensajes en redes sociales en
contra del aquí accionante, por lo cual no será objeto de orden por parte de
este despacho judicial”101.
97
Id., pág. 11.
98
Id., pág. 12.
99
Id.
100
Juzgado Cuarto Penal del Circuito de Cali con funciones de conocimiento, sentencia del 15 de octubre de
2020, pág. 12.
101
Id.
102
Id., pág. 15.
38. Mediante el auto de 15 de marzo de 2021, la magistrada sustanciadora
solicitó a Mónica Muñoz, @Mujeres I y @Mujeres II informar: (i) cuáles
fueron las redes sociales en las que publicaron información relacionada con el
señor Pedro Pérez y los hechos ocurridos el 7 de enero de 2020, (ii) cuál fue el
contenido de estas publicaciones, (iii) cuántas interacciones y reacciones
obtuvieron, (iv) durante cuánto tiempo estuvieron publicadas y (v) si habían
emitido alguna declaración de retractación en relación con dichas publicaciones
y por cuál medio.
40. De otro lado, confirmaron que “en ninguna de las redes sociales de la
Colectiva figura ninguna publicación que haga referencia o contenga
información del accionante”. Además, indicaron que para la fecha de
publicación tenían “1.787 seguidores, sin embargo, no existe una estadística
que compruebe con exactitud la interacción con dicha publicación ya que esta
fue una historia de Facebook”. Por último, informaron que el 26 de octubre de
2020 llevaron a cabo la rectificación ordenada por la sentencia de tutela de
segunda instancia por medio de una historia de facebook en la que manifestaron
que (i) el señor Pedro Pérez no ha sido “autor de conducta punible alguna” y
(ii) los hechos ocurridos el 7 de enero de 2020 “son materia de investigación
por las autoridades competentes y aun no existe una condena”103. La señora
Mónica Muñoz y el grupo @Mujeres II no presentaron el informe requerido en
el auto de pruebas.
III. CONSIDERACIONES
1. Competencia
103
El 14 de abril de 2020, el accionante descorrió el traslado de la respuesta al auto de pruebas de @Mujeres
I. En este escrito, el accionante reitero los argumentos de la solicitud de tutela. Además, indicó que “en un
caso de tal magnitud, resulta triste observar que, quien probablemente proporcionó la información a terceros
[Sandro Santa], salga impune frente a su actuar altamente reprochable e injustificable”. De otro, afirmó que
“los accionados, al carecer de consentimiento por parte del accionante para la captura y posterior
publicación de fotografías y de otra información personal en redes sociales, carecen de legitimidad absoluta
y, en consecuencia, han vulnerado los derechos a la imagen e intimidad en conexión con el derecho a la
honra y dignidad humana de Pedro Pérez”. Por su parte, por medio de escrito del 16 de abril de 2021
Facebook Colombia reiteró el pronunciamiento presentado en instancias.
2. Metodología de decisión
3. Análisis de procedibilidad
104
Corte Constitucional, sentencia T-593 de 2017.
“se encuentre en situación de subordinación o indefensión respecto del
particular contra el cual se interpuso la acción”. La situación de indefensión se
configura cuando por circunstancias de hecho una persona se encuentra en
estado de debilidad manifiesta frente al presunto responsable 105, debido a que
no “tiene posibilidades jurídicas ni fácticas para reaccionar defendiendo sus
intereses”106 y repeler efectivamente la amenaza o vulneración en un plano de
igualdad107. La situación de indefensión es “relacional”108 y, por tanto, debe ser
evaluada por el juez constitucional según las particularidades del caso,
considerando los sujetos que integran la litis, el objeto de la controversia y las
condiciones de desprotección del afectado, las cuales “pueden ser económicas,
sociales, culturales y personales”109.
105
Corte Constitucional, sentencias T-583 de 2017 y T-030 de 2018, entre otras.
106
Corte Constitucional, sentencia T-1040 de 2006.
107
Corte Constitucional, sentencia T-050 de 2016. “En ese orden, el estado de indefensión se puede
configurar cuando los medios que existen para hacer frente a la amenaza o vulneración de los derechos
fundamentales son insuficientes o cuando simplemente el sujeto agredido no cuenta con mecanismos para su
protección. En otras palabras, a la persona le resulta imposible detener o repeler efectivamente la amenaza o
vulneración a la cual se está viendo sometida. En efecto al respecto la Corte desde sus primeros estudios al
respecto, en sentencia T-290 de 1993 indicó que la situación de indefensión ‘(…) no tiene su origen en la
obligatoriedad derivada de un orden jurídico o social determinado sino en situaciones de naturaleza
fáctica en cuya virtud la persona afectada en su derecho carece de defensa, entendida ésta como posibilidad
de respuesta efectiva ante la violación o amenaza de que se trate (...)’”.
108
Corte Constitucional, sentencia T-454 de 2018.
109
Id.
110
Corte Constitucional, sentencias T-643 de 2013, T-015 del 2015 y T-117 de 2018, entre otras.
111
Corte Constitucional, sentencia SU-420 de 2019.
112
Corte Constitucional, sentencia SU-355 de 2019. Ver también, sentencia T-031 de 2020. “En una primera
aproximación, cabría señalar que no se presenta indefensión cuando hay igualdad de acceso, como ocurre,
precisamente, en las redes sociales, en las que el dicho de una persona puede, eventualmente, ser replicado o
corregido, empleando el mismo canal de comunicación, que es igualmente accesible a quien se considera
afectado. Sin embargo, aun cuando en ciertos supuestos ello resulta ser así, no puede dejar de observarse
que, en estricto sentido, la indefensión se predica de la circunstancia de que el afectado no puede obtener que
se retire de la red el contenido que estima lesivo de su buen nombre. Frente a esa pretensión, no parece
suficiente protección la réplica, sino que es preciso que se retire la causa eficiente de la afectación del
derecho, esto es, que el contenido que se considera agraviante deje de difundirse en las redes y,
eventualmente, que haya el reconocimiento de que se obró con lesión del derecho”.
113
Corte Constitucional, sentencias T-121 de 2018 y T-244 de 2018. Ver también, sentencia T-050 de 2016.
114
Corte Constitucional, sentencias T-015 del 2015 y T-117 de 2018.
115
Corte Constitucional, sentencias T-693 de 2016 y T-102 de 2019.
116
Id.
mayoría de los casos “no cuenta con las herramientas para lograr que el
contenido lesivo deje de difundirse”117.
47. Este Tribunal ha precisado que “la simple existencia de una publicación
en una red social”118 no es suficiente para generar una situación de inferioridad
que se enmarque en la hipótesis de indefensión. En estos eventos, es necesario
constatar que el accionante no cuenta “con un medio directo de reclamo ante la
plataforma”119. Así, en cada caso el juez constitucional debe evaluar si los
mecanismos de denuncia o reporte que brindan las plataformas en las que se
hizo la publicación que el accionante considera difamatoria constituyen
instrumentos idóneos y efectivos120 para retirar la publicación y evitar su
divulgación. Si la respuesta es positiva, la acción de tutela es improcedente. Por
el contrario, si la respuesta es negativa, deberá concluirse que el afectado se
encontraba en un estado de indefensión y, por lo tanto, la solicitud de amparo
procede contra el emisor de las publicaciones.
117
Corte Constitucional, sentencia SU-355 de 2019. Ver también, sentencia T-031 de 2020.
118
Corte Constitucional, sentencia T-179 de 2020.
119
Corte Constitucional, sentencia SU-420 de 2019.
120
Corte Constitucional, sentencia T-031 de 2020.
121
La Sala reconoce que la Corte Constitucional ha señalado que, la situación de indefensión puede
configurarse cuando los accionados han publicado expresiones difamatorias en medios de difusión masiva de
información. Así, en la sentencia T-110 de 2015, la Sala Sexta de Revisión concluyó que el accionante en ese
caso se encontraba en una situación de indefensión respecto del accionado dado que éste había difundido un
escrito que contenía información presuntamente difamatoria entregándolo “puerta a puerta en el municipio de
Tabio”. Así mismo, en la sentencia T-787 de 2004, la Sala Quinta de Revisión indicó que la accionante se
encontraba en estado de indefensión frente una persona que había difundido ampliamente una caricatura suya
en el colegio donde laboraba, lo que implicó que esta tuviera que dar explicaciones sobre su vida íntima a
otros miembros. A pesar de lo anterior, la Sala considera que los casos resueltos en las sentencias T-110 de
2015 y T-787 de 2004 son diferentes al que se resuelve en esta oportunidad. Esto es así, dado que (i) el señor
Sandro Santa no realizó ningún documento o pieza gráfica relacionada con los hechos y (ii) tampoco difundió
masivamente la información sobre los hechos ocurridos el 7 de enero de 2020.
122
La Sala advierte que no existe prueba alguna que demuestre que los medios de comunicación publicaron
notas de prensa después de que el señor Sandro Santa les informó sobre lo ocurrido el 7 de enero de 2020.
Sandro Santa existe una relación asimétrica que sitúe al primero en una
posición de desventaja. La Sala advierte que, de acuerdo con las pruebas que
obran en el expediente, el accionante sufrió un ataque psicótico el 7 de enero de
2020 y, entre el 8 y 15 de enero del mismo año, fue tratado con medicamentos
antipsicóticos. De igual forma, la Sala reconoce que las personas que padecen
este tipo de trastornos mentales ven afectado su discernimiento, usualmente no
pueden prevenir los ataques psicóticos y no tienen control sobre sus actos
durante estos episodios. Estos trastornos psicológicos sitúan a los pacientes y a
sus familias en circunstancias y escenarios sociales complejos e incluso
dramáticos, que exigen al Estado adoptar medidas reforzadas de protección y
garantía de sus derechos y, a los particulares, una especial consideración frente
a su estado de salud. Sin embargo, la condición de salud de estos sujetos y los
efectos que esta tiene en sus relaciones con los demás, no implica que, en todos
los eventos, estos se encuentren en una situación de indefensión en los términos
del artículo 42 del Decreto 2591 de 1991. Por el contrario, los impactos que
dicha condición de salud tiene en la defensa de sus derechos y las relaciones de
asimetría que podría implicar frente algunos sujetos, deben ser analizados en
cada caso. En criterio de la Sala, en el presente caso la condición psiquiátrica
del accionante no lo situó en una posición de debilidad manifiesta frente al
señor Sandro Santa, porque este puede controvertir las afirmaciones hechas por
el accionado frente a sus vecinos en un plano de igualdad.
52. (b) Mónica Muñoz. La Sala considera que la señora Mónica Muñoz se
encuentra legitimada por pasiva, porque el señor Pedro Pérez se encuentra en
un estado de indefensión frente a esta. En efecto, la señora Mónica Muñoz
utilizó las redes sociales para denunciar al accionante por haber violentado e
intentado violar a una menor de edad. En efecto, publicó una serie de mensajes
en el muro de su perfil de facebook y twitter, así como en el perfil de facebook
del grupo Mujeres Unidas III. El accionante no podía replicar ni controvertir la
123
La Sala reconoce que la legitimación en la causa por pasiva y la subsidiariedad son requisitos de
procedencia independientes. Sin embargo, de acuerdo con la jurisprudencia de esta Corte, la verificación de la
existencia de una situación de indefensión exige constatar que el accionante no cuenta con “medios jurídicos
de defensa” que le permitan repeler la vulneración en un plano de igualdad (ver párr. 45 supra). Este análisis
coincide, o es por lo menos similar, con el examen del requisito de subsidiariedad. Por lo tanto, es posible que
una solicitud de tutela sea improcedente por el incumplimiento concurrente de ambos requisitos, tal y como
ocurre en este caso.
información divulgada por la señora Mónica Muñoz en estas redes, puesto que
esta “bloqueó”124 a su apoderada de su perfil de facebook.
124
Escrito de tutela, pág. 16.
125
En este punto, la Sala aclara que la tutela es presentada contra las administradoras de los perfiles de
instagram y facebook de los colectivos, no contra los colectivos strictu sensu, que no tienen personalidad
jurídica. Las administradoras de estos colectivos son personas naturales pasibles de la acción de tutela.
126
Corte Constitucional, Sentencia SU-420 de 2019. “Los usuarios se pueden clasificar en identificables o
anónimos, dado que su interacción normalmente se da a través de perfiles. Los perfiles identificables son
usados por personas que tienen un amplio reconocimiento social (políticos, actores, cantantes, deportistas,
entre otros), normalmente certificados por las propias plataformas, y aquellos propios de las personas que no
cuentan con estas especiales características. Por su parte, el anonimato es un elemento esencial del derecho
a la libertad de expresión. Es así como la posibilidad de difundir contenidos de manera anónima implica que
la protección debe hacerse extensiva a las tecnologías que posibilitan esa acción, como la encriptación. La
garantía de escoger la forma en la que un individuo se expresa incluye el uso de las herramientas que
implementan ese derecho”.
127
Id.
afectada” y, particularmente, en aquellos casos en los que “el infractor no
quiere o no puede cumplir con lo ordenado por un juez”128.
128
Corte Constitucional, sentencia SU-420 de 2019.
129
Id. Ver también, sentencia T-277 de 2015. “Ahora bien, en torno a la responsabilidad que cabe a los
intermediarios de Internet, la mencionada declaración conjunta señala que “(n)inguna persona que ofrezca
únicamente servicios técnicos de Internet como acceso, búsquedas o conservación de información en la
memoria caché deberá ser responsable por contenidos generados por terceros y que se difundan a través de
estos servicios, siempre que no intervenga específicamente en dichos contenidos ni se niegue a cumplir una
orden judicial que exija su eliminación cuando esté en condiciones de hacerlo ("principio de mera
transmisión")’. Es decir que se propende por dotar a los intermediarios de Internet de cierta inmunidad, de
tal forma que no se les haga responsables por los contenidos y actividades que los usuarios del sistema
desarrollan. Lo anterior se explica porque atribuir responsabilidad a quienes prestan estos servicios, por lo
general actores privados, podría afectar la neutralidad de Internet y sus principios de no discriminación y
acceso en condiciones de igualdad, al convertir a los intermediarios en censores que controlarían el
contenido y tipo de información que comparten los usuarios”.
130
Corte Constitucional, Sentencia SU-420 de 2019. Ver también, sentencia T-040 de 2013.
131
Así, en la sentencia T-040 de 2013 la Sala Séptima de Revisión de Tutelas decidió desvincular a Google
Inc. de una acción de tutela en la que el accionante solicitaba al periódico “El Tiempo” rectificar información
contenida en una nota de prensa que aparecía publicada en su página web.
132
Corte Constitucional, sentencia SU-420 de 2019.
accionante considera difamatorias. Sin embargo, el accionante solicitó como
pretensiones que el juez de tutela ordenara a Facebook Colombia S.A.S e
Instagram Colombia: (i) investigar “las identidades y ubicación de las
administradoras o administradores de los perfiles de [@Mujeres I] (de
facebook y de instagram) y [@Mujeres II] (de instagram) a fin de que
comparezcan ante la justicia colombiana en este proceso”, (ii) determinar “la
ubicación de la señora [Mónica Muñoz] a fin de hacerla comparecer en este
proceso”133 y (iii) impedir “el libre acceso a las publicaciones realizadas en los
perfiles”134 de los accionados.
(iii) Inmediatez
133
Escrito de Tutela, pág. 26.
134
Id.
135
Escrito de respuesta a la tutela, pág. 32.
136
Corte Constitucional, sentencia C-543 de 1992.
exige que la solicitud de amparo se presente en un término “razonable”137
respecto de la ocurrencia de los hechos que dieron lugar a la presunta amenaza
o vulneración de los derechos fundamentales. Esto, dado que “de otra forma se
desvirtuaría el propósito mismo de la acción de tutela, el cual es permitir una
protección urgente e inmediata de los derechos fundamentales”138. La solicitud
de amparo sub examine satisface el requisito de inmediatez, por cuanto la
acción de tutela fue presentada de forma oportuna. En efecto, el señor Pedro
Pérez radicó la solicitud de tutela el 25 de febrero de 2020, es decir, un mes y
una semana después de que la señora Mónica Muñoz hiciera las publicaciones
en su perfil de facebook, y tres semanas después de que los grupos feministas
publicaron la pieza gráfica que el accionante considera difamatoria. En criterio
de la Sala, dicho término resulta razonable.
(iv) Subsidiariedad
137
Corte Constitucional, sentencia SU-961 de 1999.
138
Corte Constitucional, sentencia T-307 de 2017.
139
Corte Constitucional, sentencia C-531 de 1993.
140
Constitución Política, artículo 86.
141
La jurisprudencia ha sostenido que una acción judicial es (i) idónea si es materialmente apta para producir
el efecto protector de los derechos fundamentales y (ii) efectiva si permite brindar una protección oportuna a
los derechos amenazados o vulnerados en el caso concreto. Corte Constitucional, sentencias T-211 de 2009 y
T-222 de 2014.
información, datos y mensajes en las redes sociales. Esto es así, dado que
existen diferentes mecanismos de autocomposición, acciones y recursos
judiciales ordinarios que permiten proteger los derechos a la honra, buen
nombre e intimidad o cualquier otro derecho que pueda verse afectado por la
divulgación de datos, información y mensajes falsos o difamatorios por estos
medios digitales. En concreto, el afectado con una publicación en redes sociales
puede proteger sus derechos fundamentales por medio de (i) la solicitud de
retiro o enmienda ante el particular que hizo la publicación, (ii) la reclamación
ante la plataforma donde se divulgó la información y (iii) las acciones penales y
civiles ordinarias. Estos mecanismos de autocomposición y medios judiciales
ordinarios de defensa son prima facie idóneos y efectivos.
142
Corte Constitucional, sentencia SU-420 de 2019.
143
Id.
144
Id. Ver también, sentencia T-179 de 2019.
145
Id.
146
La acción penal tiene una finalidad sancionatoria y es de última ratio lo que implica que “sólo protege
determinadas vulneraciones a los anotados derechos fundamentales, la acción de tutela ampara de manera
más completa estos derechos. En ese sentido, existen violaciones a estos derechos fundamentales que, sin
constituir expresamente un delito, sí afectan el ámbito material de los derechos fundamentales a la honra y al
buen nombre”. Corte Constitucional, sentencia T-361 de 2019. Ver también, sentencia T-031 de 2020. “En
materia de protección de los derechos fundamentales a la honra y al buen nombre, la Corte ha sostenido de
fines147 y (iii) objetos de protección diferentes a los de la acción de
tutela. Por esta razón, el juez debe constatar su idoneidad en cada
caso a la luz de las pretensiones del accionante y el objeto de la
solicitud de tutela 148. De igual forma, debe examinar la eficacia en
concreto de estos mecanismos y el posible riesgo de configuración de
un perjuicio irremediable, en atención a las afectaciones a los
derechos fundamentales que podrían producirse mientras las acciones
ordinarias se resuelven. En efecto, la procedencia de la acción de
tutela podría justificarse en algunos casos para evitar “que los efectos
de una eventual difamación sigan expandiéndose y prologándose en
el tiempo como acontecimientos reales y fidedignos”149.
manera categórica que, si bien es cierto que existen herramientas jurídicas para conjurar la afectación de
tales garantías ante las jurisdicciones penal y civil, también lo es que dichos mecanismos no garantizan el
amparo oportuno y efectivo que se requiere frente a la publicación de información o contenidos a través de
medios masivos de comunicación como las redes sociales. Así, por ejemplo, la acción penal que podría
promoverse ante información no veraz y parcializada no necesariamente atiende a los mismos fines de la
acción de tutela, por cuanto es posible que el contenido en cuestión lesione los derechos a la honra y al buen
nombre sin que se aprecie el animus injuriandi requerido para que la conducta sea típica; al tiempo que una
y otra acción se distinguen en importantes aspectos como: (i) su finalidad, (ii) los supuestos de
responsabilidad aplicables en casa caso, (iii) el alcance de las facultades de que goza el juez y (iv) las formas
de restablecimiento de los derechos conculcados”.
147
Corte Constitucional, sentencia T-578 de 2019. “Debe tenerse en cuenta que el accionante no busca
establecer una responsabilidad civil o penal, sino específicamente, el restablecimiento de sus derechos a la
honra y al buen nombre. En efecto, solo la protección que brinda la Constitución Política a los mencionados
derechos es completa puesto que no se limita al establecimiento de responsabilidades, sino que permite
además evitar una vulneración de derechos o restaurarlos si es del caso”.
148
Corte Constitucional, sentencia T-155 de 2019. “En casos similares la jurisprudencia constitucional ha
señalado que, ‘en razón a la afectación a los derechos a la honra y al buen nombre que se puede causar con
las publicaciones de información en medios masivos de comunicación, la acción de tutela resulta o, al menos,
puede resultar, en razón de su celeridad, en el mecanismo idóneo para contener su posible afectación actual
y, en principio, irreparable’”.
149
Corte Constitucional, sentencia T-110 de 2015.
las publicaciones, rectifiquen la información y le ofrezcan disculpas públicas,
las cuales son pretensiones que pueden ser resueltas por el juez de tutela de
acuerdo con lo previsto por el artículo 42.7 del Decreto 2591 de 1991 150. De
otro lado, no es un medio eficaz en concreto, puesto que no es lo
suficientemente célere para evitar que la presunta difamación se siga
divulgando en la red y prolongando en el tiempo.
69. La Sala encuentra que en este caso el señor Pedro Pérez no estaba
obligado a solicitar la rectificación previa a los accionados como requisito para
poder interponer la solicitud de tutela. Esto, porque la señora Mónica Muñoz,
así como las administradoras de los perfiles de facebook e instagram de los
colectivos @Mujeres I y @Mujeres II no son medios de comunicación,
periodistas, ni personas que se dedican habitualmente a emitir información.
150
Decreto 2591 de 1991, art. 42. “La acción de tutela procederá contra acciones u omisiones de particulares
en los siguientes casos (…) 7. Cuando se solicite rectificación de informaciones inexactas o erróneas. En este
caso se deberá anexar la transcripción de la información o la copia de la publicación y de la rectificación
solicitada que no fue publicada en condiciones que aseguren la eficacia de la misma”.
151
Id.
152
Corte Constitucional, sentencia SU-355 de 2019.
153
Corte Constitucional, sentencias T-593 de 2017 y T-361 de 2019.
154
Corte Constitucional, sentencia T-031 de 2020.
71. La carencia actual de objeto es un fenómeno jurídico que se presenta
cuando la causa que motivaba la solicitud de amparo se extingue155 o “ha
cesado”156 y, por lo tanto, el pronunciamiento del juez de tutela frente a las
pretensiones de la acción de tutela se torna innecesario, dado que “no tendría
efecto alguno” o “caería en el vacío”157. Este fenómeno puede configurarse en
tres hipótesis: (i) daño consumado, el cual tiene lugar cuando “se ha
perfeccionado la afectación que con la tutela se pretendía evitar, de forma que
(…) no es factible que el juez de tutela dé una orden para retrotraer la
situación”158; (ii) hecho superado, que ocurre cuando la “pretensión contenida
en la acción de tutela” se satisfizo por completo como resultado de un hecho
voluntario de la entidad accionada 159, o (iii) hecho sobreviniente, el cual se
presenta cuando sobreviene una situación que acarrea la “inocuidad de las
pretensiones”160.
73. La Sala considera que en este caso no se presenta una carencia actual de
objeto. En primer lugar, las solicitudes de la acción de tutela dirigidas a la
señora Mónica Muñoz no han sido cumplidas. En efecto, la accionada no ha
retirado los mensajes y fotos presuntamente difamatorias y vulneradoras de la
intimidad del accionante que fueron publicadas en sus cuentas de twitter y
facebook, y en el muro del grupo Mujeres Unidas III. Además, la señora
Mónica Muñoz no se ha retractado del contenido de dichos mensajes y tampoco
ha emitido disculpas públicas.
155
Corte Constitucional, sentencias T-033 de 1994 y T-285 de 2019.
156
Corte Constitucional, sentencia T-060 de 2019.
157
Corte Constitucional, sentencias T-235 de 2012, T-695 de 2016, T-085 de 2018 y T-060 de 2019.
158
Corte Constitucional, sentencia SU 522 de 2019.
159
Corte Constitucional, sentencias T-321 de 2016 y T-154 de 2017.
160
Corte Constitucional, sentencia T-308 de 2011.
161
Corte Constitucional, sentencia SU-141 de 2020.
162
Corte Constitucional, sentencia T-412 de 2008.
163
Corte Constitucional, sentencia SU-522 de 2019.
la pretensión de retiro y eliminación de esta publicación, el señor Pedro Pérez
solicitó (i) la retractación de las accionadas, (ii) la rectificación del contenido
del mensaje y (iii) la presentación de disculpas públicas 164. Dado que estas
pretensiones no han sido satisfechas en su integridad, la Sala concluye que en
este caso no se ha configurado una carencia actual de objeto165.
Procedente.
Mónica Muñoz
5. Análisis de fondo
164
De otro lado, la Sala nota que la retractación publicada por las accionantes en cumplimiento de la orden
proferida en la sentencia de segunda instancia, no configura una carencia actual de objeto por hecho superado.
Esto es así, dado que este Tribunal ha aclarado que (i) el hecho superado “sólo puede producirse de manera
previa al proferimiento de una sentencia que ampare el derecho fundamental invocado para su protección”;
y (ii) no constituye hecho superado, sino un simple cumplimiento de sentencia, “la conducta que acata la
orden impartida por el juez de primera instancia en procura de amparar derechos fundamentales”. Corte
Constitucional, sentencia T-439 de 2018.
165
En cualquier caso, aún si en gracia de discusión se aceptara que la publicación de los mensajes configuró
un daño consumado, o la inexistencia de las publicaciones en la actualidad, implica la existencia de un hecho
superado, la Sala encuentra que es procedente emitir un pronunciamiento de fondo. Lo anterior, dado que la
intervención del juez de tutela todavía es necesaria con miras a determinar si estas publicaciones en efecto
vulneraron los derechos fundamentales del señor Pedro Pérez y si es procedente ordenar a los accionados
reparar estas presuntas violaciones mediante la retractación, rectificación y la presentación de disculpas
públicas.
mediante los cuales lo inculpaban de haber intentado abusar sexualmente a la
hija menor del señor Sandro Santa (sección 5.1 infra). Luego, estudiará si las
accionadas desconocieron el derecho a la intimidad y el derecho a la imagen
del señor Pedro Pérez al divulgar, sin su consentimiento, fotos suyas y de su
madre, su número de identificación y su dirección de residencia (sección 5.2
infra). La Sala considera que debe abordar las vulneraciones a estos derechos
de forma diferenciada e independiente, dado que las reglas jurisprudenciales
desarrolladas por la Corte Constitucional para resolver las tensiones entre la
libertad de expresión y la honra y buen nombre, de un lado, son diferentes a las
tensiones entre esta libertad y el derecho a la intimidad, de otro. En este
sentido, en cada una de estas secciones, la Sala (i) describirá el alcance de estos
derechos, así como las metodologías que este Tribunal ha empleado para
resolver las tensiones, (ii) planteará un problema jurídico específico para cada
grupo de vulneraciones y (iii) a la luz de estas consideraciones, resolverá si las
accionadas violaron los derechos fundamentales del accionante.
166
Corte Constitucional, sentencia T-578 de 2019. Ver también, sentencia T-949 de 2011.
167
Corte Constitucional, sentencias C-442 de 2011, C-635 de 2014 y C-452 de 2016.
168
Id.
169
Corte Constitucional, sentencia T-546 de 2016.
170
Corte Constitucional, sentencias C-442 de 2011, C-635 de 2014 y C-452 de 2016.
171
Id. Ver también, sentencia T-949 de 2011.
172
Corte Constitucional, sentencia T-155 de 2019.
173
Corte Constitucional, sentencia C-489 de 2002. Reiterada en la sentencia SU-355 de 2019.
174
Id.
175
Sentencias C-417 de 2009.
176
Corte Constitucional, sentencia T-121 de 2018.
177
Corte Constitucional, sentencia T-228 de 1994.
178
Corte Constitucional, sentencias T-603 de 1992, T-492 de 2002 y -510 de 2006.
179
Corte Constitucional, sentencia T-471 de 1994. Ver también, sentencia T-229 de 2019. Ahora bien, es
preciso resaltar que, según lo ha advertido esta Corporación, difícilmente pueden considerarse lesionados
los derechos fundamentales a la honra y al buen nombre cuando es la persona quien directamente le ha
impuesto el desvalor a sus conductas y ha perjudicado su propia imagen ante la colectividad. Al respecto, ha
señalado que ‘no se viola el derecho al buen nombre y a la honra, si es la misma persona la que con sus
acciones lo está pisoteando y por consiguiente perdiendo el prestigio que hubiera conservado si hubiera
advertido un severo cumplimiento de sus deberes respecto del prójimo y respecto de sí mismo’”.
180
Corte Constitucional, sentencias T-228 de 1994 y C-417 de 2009.
181
Corte Constitucional, sentencia T-050 de 2016.
182
Corte Constitucional, sentencias C-489 de 2002. Reiterada en las sentencias T-546 de 2016, T-578 de 2019
y SU-355 de 2019, entre muchas otras.
183
Id.
en su propia conducta pública”184 y que menoscaba su “patrimonio moral”185,
socava su prestigio y desdibuja su imagen frente a la colectividad social 186.
184
Corte Constitucional, sentencia T-110 de 2015.
185
Corte Constitucional, sentencias T-634 de 2013 y T-578 de 2019.
186
Corte Constitucional, sentencias T-634 de 2013 T-015 de 2015 y T-578 de 2019.
187
CADH, art. 11. “Protección de la Honra y de la Dignidad 1. Toda persona tiene derecho al respeto de su
honra y al reconocimiento de su dignidad”.
188
PIDCP, art. 17. “Nadie será objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, su familia, su
domicilio o su correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra y reputación”.
189
Corte Constitucional, sentencia T-411 de 1995. Reiterada en las sentencias T-277 de 2018, T-293 de 2018,
T-578 de 2019 y T-031 de 2020, entre otras.
190
Corte Constitucional, sentencia C-489 de 2002. Ver también sentencias T-904 de 2013 y C-452 de 2016.
191
Id.
192
Corte Constitucional, sentencia C-442 de 2011. Ver también, sentencias C-489 de 2002, T-949 de 2011 y
T-578 de 2019.
193
Corte Constitucional, sentencia C-442 de 2011. Ver también sentencias T-1319 de 2001 y T-031 de 2020.
“En ese orden de ideas, si bien es cierto los derechos a la honra y al buen nombre tienen una condición
necesariamente externa, pues se predican de la relación entre el sujeto y los demás miembros de la sociedad,
se diferencian en que, mientras el primero responde a la apreciación que se tiene de la persona a partir de su
propia personalidad y de comportamientos privados directamente ligados a ella; el segundo se refiere a la
apreciación que se tiene de la persona por asuntos relacionales dependientes de la conducta que observa en
su desempeño dentro de la sociedad”.
194
Corte Constitucional, sentencia T-050 de 2016. Ver también, sentencia C-010 de 2000.
195
Id.
196
Corte Constitucional, sentencias T-213 de 2004, T-550 de 2012 y T-050 de 2016. Ver también, sentencia
SU-540 de 2019. “En este sentido, en la divulgación de ciertas opiniones o pensamientos pueden identificarse
expresiones desproporcionadas en relación con los hechos que se quieren comunicar o cierto grado de
insulto que denotan la intención injustificada de dañar, perseguir u ofender a la persona, lo que deriva en
una vulneración de los derechos al buen nombre, honra e intimidad, entre otros relacionados”.
197
Corte Constitucional, sentencia C-010 de 2000. “Es cierto que el contenido de un discurso se encuentra
muchas veces ligado indisolublemente a su forma, y que la libertad de expresión protege también la forma
como una persona desea transmitir una idea o una información. Sin embargo, si el derecho a la honra (CP
afecta el ámbito de protección del derecho a la honra 199. En efecto, para que
una expresión insultante vulnere este derecho debe “generar un daño en el
patrimonio moral del sujeto afectado”200 y tener la entidad suficiente para
menoscabar su reputación de forma “intensa”201, manifiestamente
“irrazonable”202, “exagerada”203 o desproporcionada. En efecto, si toda
expresión que denota hostilidad o aflige el amor propio fuera justiciable,
“habría que suponer que el legislador había tenido la pretensión de darle a la
sociedad civil y política la austeridad de un claustro, lo que es inadmisible”204.
En este sentido, la Corte Constitucional ha sostenido que, a pesar de que
ventilar en medios masivos los conflictos personales “con un lenguaje ofensivo
y soez” puede ocasionar malestar, sólo aquellas expresiones insultantes que
generan un “daño moral tangible”205 vulneran la honra y buen nombre del
afectado206.
art. 21) quiere tener algún significado, es indudable que las expresiones manifiestamente injuriosas y
despectivas, e innecesarias a la divulgación de una opinión o información, pueden ser limitadas por la ley, ya
que se encuentran por fuera del ámbito constitucionalmente protegido de la libertad de expresión, la cual,
como lo ha señalado la jurisprudencia comparada, no incluye ningún pretendido derecho al insulto”.
198
Corte Constitucional, sentencia C-392 de 2002. Ver también, sentencias T-603 de 1992, T-040 de 2005 y
T-088 de 2013.
199
Corte Constitucional, sentencias C-392 de 2002. Ver también, sentencias T-603 de 1992, T-040 de 2005,
T-088 de 2013 y T-102 de 2019.
200
Id. Ver también, sentencias T-714 de 2010, T-022 de 2017 y T-244 de 2018.
201
Corte Constitucional, sentencia T-102 de 2019.
202
Corte Constitucional, sentencia T-213 de 2004.
203
Id.
204
Id.
205
Corte Constitucional, sentencias T-213 de 2004 y T-007 de 2020.
206
Id.
207
Corte Constitucional, sentencia C-392 de 2002, T-293 de 2018 y T-102 de 2019, entre otras.
208
Corte Constitucional, sentencia SU-420 de 2019.
209
Corte Constitucional, sentencia C-392 de 2002. En esta decisión, la Corte precisó que, aunque existan
mecanismos de protección en materia penal, “cuando se presenten violaciones a la honra y al buen nombre
de las personas que, sin llegar a constituir formas de injuria o de calumnia, afecten estos derechos, será
posible invocar la acción de tutela, cuando ello sea necesario para evitar la consumación de un perjuicio
irremediable”.
210
Corte Constitucional, sentencia SU-274 de 2019.
Código de Procedimiento Penal señala: “[t]oda persona se presume inocente y
debe ser tratada como tal, mientras no quede en firme decisión judicial
definitiva sobre su responsabilidad penal”. La presunción de inocencia es el
presupuesto básico211 de todas las garantías judiciales que integran el ámbito de
protección del derecho al debido proceso 212, puesto que exige que la facultad
punitiva y sancionatoria del Estado únicamente se ejerza cuando exista “prueba
obtenida legalmente que establezca, más allá de toda duda, y a través de las
formalidades propias de cada juicio” la culpabilidad o responsabilidad de una
persona213.
211
Corte IDH. Caso Tibi Vs. Ecuador. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de
7 de septiembre de 2004. Serie C No. 114. En el mismo sentido, Corte IDH. Caso Barreto Leiva Vs.
Venezuela. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 17 de noviembre de 2009. Serie C No. 206.
212
Corte Constitucional, sentencia T-259 de 2020.
213
Id.
214
Corte Constitucional, sentencias C-121 de 2012 y C-342 de 2017.
215
Id.
216
Corte Constitucional, sentencia C-342 de 2017.
217
Corte Constitucional, sentencias T-040 de 2013, T-145 de 2016 y SU-274 de 2019.
218
Corte Constitucional, sentencia T-391 de 2007.
219
Declaración Universal de los Derechos Humanos, art. 19. “Todo individuo tiene derecho a la libertad de
opinión y de expresión; este derecho incluye el no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y
recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de
expresión”.
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos 220 (en adelante PIDCP) y
13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos 221.
220
PIDCP, art. 19. “1. Nadie podrá ser molestado a causa de sus opiniones. // 2. Toda persona tiene derecho
a la libertad de expresión; este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e
ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o
artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección. // 3. El ejercicio del derecho previsto en el
párrafo 2 de este artículo entraña deberes y responsabilidades especiales. Por consiguiente, puede estar
sujeto a ciertas restricciones, que deberán, sin embargo, estar expresamente fijadas por la ley y ser
necesarias para: a) Asegurar el respeto a los derechos o a la reputación de los demás; b) La protección de la
seguridad nacional, el orden público o la salud o la moral públicas”.
221
CADH, art. 13. “Libertad de pensamiento y de expresión. 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de
pensamiento y de expresión. Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones
e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o
artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección. // 2. El ejercicio del derecho previsto en el inciso
precedente no puede estar sujeto a previa censura sino a responsabilidades ulteriores, las que deben estar
expresamente fijadas por la ley y ser necesarias para asegurar: a) el respeto a los derechos o a la reputación
de los demás, o b) la protección de la seguridad nacional, el orden público o la salud o la moral públicas. //
3. No se puede restringir el derecho de expresión por vías o medios indirectos, tales como el abuso de
controles oficiales o particulares de papel para periódicos, de frecuencias radioeléctricas, o de enseres y
aparatos usados en la difusión de información o por cualesquiera otros medios encaminados a impedir la
comunicación y la circulación de ideas y opiniones. // 4. Los espectáculos públicos pueden ser sometidos por
la ley a censura previa con el exclusivo objeto de regular el acceso a ellos para la protección moral de la
infancia y la adolescencia, sin perjuicio de lo establecido en el inciso 2. // 5. Estará prohibida por la ley toda
propaganda en favor de la guerra y toda apología del odio nacional, racial o religioso que constituyan
incitaciones a la violencia o cualquier otra acción ilegal similar contra cualquier persona o grupo de
personas, por ningún motivo, inclusive los de raza, color, religión, idioma u origen nacional”.
222
La Corte Constitucional ha resaltado que el derecho a la libertad de expresión es de “titularidad universal”.
Corte Constitucional, sentencia T-155 de 2019.
223
Constitución Política, art. 20.
224
Corte Constitucional, sentencia SU-141 de 2020
225
Corte Constitucional, sentencia SU-274 de 2019.
226
Comité de Derechos Humanos. Observación General No. 34. Artículo 19. Libertad de opinión y libertad de
expresión. 21 de julio de 2011. CCPR/C/GC/34, pár. 1.
227
Corte Constitucional, sentencia T-015 de 2020.
228
Corte Constitucional, sentencias T-512 de 1992, T-022 de 2017 y SU-420 de 2019.
229
CIDH, Relatoría Especial para la Libertad de Expresión. Marco jurídico interamericano sobre el derecho
a la libertad de expresión. OEA/Ser.L/V/II CIDH/RELE/INF.2/09, 30 diciembre 2009, párr. 7.
230
Corte Constitucional, sentencias C-442 de 2011, T-022 de 2017 y SU-420 de 2019.
231
Corte Constitucional, sentencias T-022 de 2017 y SU-420 de 2019. Ver también, sentencia C-442 de 2011.
derecho232. En efecto, la Constitución protege las expresiones del lenguaje
convencional y las exteriorizadas a través de “conductas simbólicas o
expresivas”233 y garantiza la potestad de difundir tanto las expresiones
socialmente aceptadas como aquellas “chocantes, impactantes, indecentes,
escandalosas, excéntricas o simplemente contrarias a las creencias y posturas
mayoritarias”234. En su dimensión colectiva, por su parte, la libertad de
expresión salvaguarda el derecho “a recibir cualquier información y a conocer
la expresión del pensamiento ajeno”235 sin interferencias injustificadas.
232
Corte Constitucional, sentencia T-361 de 2019. Ver también, sentencias C-087 de 1998, T-391 de 2007, T-
015 de 2015 y T-628 de 2017.
233
Corte Constitucional, sentencia T-155 de 2019.
234
Id.
235
Corte IDH, Caso “La Última Tentación de Cristo” (Olmedo Bustos y otros) Vs. Chile. Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 5 de febrero de 2001. Serie C No. 73, párr. 64. Ver también, Corte IDH,
Caso Kimel vs. Argentina. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 2 de mayo de 2008, serie C núm. 177,
párr. 53.
236
Corte Constitucional, sentencia T-904 de 2013.
237
Corte Constitucional, sentencia T-031 de 2020.
238
Ver, entre otras, las sentencias T-022 de 2017 y T-244 de 2018.
239
Constitución Política, art. 20.
240
Corte Constitucional, sentencias SU-056 de 1995, T-787 de 2004, T-391 de 2007, T-904 de 2013 y T-155
de 2019, entre otras.
241
Corte Constitucional, sentencias T-015 de 2015 y T-117 de 2019.
242
Botero, Catalina et., al, El derecho a la libertad de expresión: curso avanzado para jueces y operadores
jurídicos en las Américas, Bogotá, 2017, pág. 40.
243
Corte Constitucional, sentencias C-442 de 2011 y T-015 de 2015.
conocer el mensaje transmitido244. Por lo tanto, su ejercicio supone mayores
responsabilidades para quien la ejerce 245 y, en concreto, exige que los emisores
de información, sean estos particulares, periodistas o medios de comunicación
masiva246, cumplan con las cargas de veracidad e imparcialidad247. Estas cargas
constituyen límites internos al ejercicio de la libertad de información que tienen
por finalidad garantizar que el proceso de comunicación sea “verdaderamente
libre, pluralista e igualitario”248.
92. La carga de veracidad obliga a que “las versiones sobre los hechos o
acontecimientos sean verificables”249. El deber de publicar información veraz
exige que el emisor sea lo suficientemente diligente para sustentar fácticamente
sus afirmaciones250, pero no implica que la información publicada deba ser
“indudablemente verdadera”251. Esta carga se transgrede cuando el emisor
publica información que (i) contraría a la realidad “por negligencia o
imprudencia”252, (ii) corresponde a un juicio de valor u opinión y, sin embargo,
“se presenta como un hecho cierto y definitivo” y (iii) se sustenta en rumores,
invenciones o malas intenciones e “induce a error o confusión al receptor”253.
Por otra parte, la carga de imparcialidad le impone al emisor el deber de
contrastar la información que publica “con versiones diversas sobre los mismos
hechos (…) para plantear todas las aristas del debate”254. De igual forma,
impone a quien publica información adoptar “cierta distancia crítica”255
respecto de sus fuentes de manera que sus preferencias y prejuicios no “afecten
también su percepción de los hechos”256. La exigencia de imparcialidad parte
244
Corte Constitucional, sentencias C-442 de 2011 y T-117 de 2018. “La titularidad es universal, pues es
definida por la expresión “toda persona” empleada por el artículo 20 constitucional, el artículo 19 del
PIDCP y el artículo 13 de la CADH. Esta Corporación ha sostenido que se trata de una titularidad compleja
puesto que involucra al mismo tiempo los intereses de quien se expresa, del receptor de la comunicación, y en
algunas oportunidades de ciertas audiencias o el mismo público en general; de allí que sean titulares de la
libertad de expresión, en relación con un acto de comunicación determinado, tanto el emisor como el
receptor, que en ciertos casos puede ser una colectividad o el público en general. Los intereses del receptor
de la expresión también son determinantes para establecer el alcance de esta libertad pues se trata de un
derecho de doble vía que involucra tanto al emisor como al receptor de actos comunicativos concretos. El
interés del receptor de un acto comunicativo también puede apreciarse desde la dimensión colectiva de la
libertad de expresión, consistente en el derecho de toda persona a recibir o conocer informaciones,
opiniones, ideas y pensamientos, dimensión que debe ser garantizada simultáneamente con la del individuo
que se expresa. En una democracia, los intereses de los que reciben el influjo de distintas expresiones son
primordiales, puesto que de ello depende la formación de sus preferencias como ciudadanos”. Ver también,
Corte Constitucional, sentencias T-256 de 2013 y T-145 de 2016.
245
Corte Constitucional, sentencia T-031 de 2020.
246
Corte Constitucional, sentencias SU 420 de 2019 y T-342 de 2020. Ver también, sentencia SU-082 de
1995.
247
Estas cargas se derivan del artículo 20 de la Constitución el cual dispone que se garantiza la libertad de
“informar y recibir información veraz e imparcial” (subrayado fuera del texto).
248
Catalina Botero, Rodrigo Uprimny y Juan Fernando Jaramillo, Libertad de información, democracia y
control judicial: la jurisprudencia constitucional colombiana en perspectiva comparada, Artículo publicado
en Anuario de Derecho Constitucional Latinoamericano, Ed. Ciedla, Konrad, Adenauer, pág. 279.
Stiftung, Buenos Aires. Argentina, 2000.
249
Corte Constitucional, sentencias C-442 de 2011 y T-015 de 2015.
250
Corte Constitucional. sentencias T-263 de 2010 y T-593 de 2017.
251
Corte Constitucional, sentencias T-695 de 2017 y SU-420 de 2019.
252
Corte Constitucional, sentencia T-117 de 2018.
253
Corte Constitucional, sentencia T-040 de 2013.
254
Corte Constitucional, sentencias T-263 de 2010 y T-593 de 2017.
255
Catalina Botero, Rodrigo Uprimny y Juan Fernando Jaramillo, Libertad de información, democracia y
control judicial: la jurisprudencia constitucional colombiana en perspectiva comparada, Artículo publicado
en Anuario de Derecho Constitucional Latinoamericano, Ed. Ciedla, Konrad, Adenauer, pág. 284.
256
Corte Constitucional, sentencias T-263 de 2010 y T-593 de 2017. En cuanto al principio de imparcialidad
de la información, la Corte Constitucional en la sentencia T-080 de 1993 estableció que “envuelve una
del supuesto de que el receptor de la información tiene el derecho a construir su
opinión, y, por ende, a “no recibir una versión unilateral, acabada y ‘pre-
valorada’ de los hechos que le impida deliberar y tomar posiciones a partir de
puntos de vista contrarios, expuestos objetivamente”257.
94. Entender la opinión como una apreciación subjetiva del fuero interno
implica que esta no puede ser “interferida, modulada o censurada por
terceros”262 y que, en principio, al emisor no le son exigibles las cargas de
veracidad e imparcialidad. Sin embargo, este Tribunal ha precisado que en
ocasiones es difícil realizar una distinción tajante entre libertad de opinión y
libertad de información, pues una opinión lleva de forma explícita o implícita
un contenido informativo, de la misma manera en que una información supone
algún contenido valorativo o de opinión. Por esta razón, “si bien en principio
no pueda reclamarse absoluta o total veracidad e imparcialidad sobre los
juicios de valor, sí se deben hacer tales exigencias respecto a los contenidos
fácticos en los que se funda esa opinión”263.
dimensión interpretativa de los hechos, la cual incluye elementos valorativos y está a mitad de camino entre
el hecho y la opinión”, en consecuencia, “una rigurosa teoría general y abstracta sobre la interpretación
haría imposible exigir la presentación imparcial de un hecho, ya que toda interpretación tendría algo de
subjetivo. El Constituyente no quiso llegar hasta este extremo y optó por vincular la exigencia de
imparcialidad de la información al derecho al público a formarse libremente una opinión, esto es, a no
recibir una versión unilateral, acabada y “pre-valorada” de los hechos que le impida deliberar y tomar
posiciones a partir de puntos de vista contrarios expuestos objetivamente”.
257
Sentencia T-626 de 2007, reiterada por la sentencia T-135 de 2014.
258
Corte Constitucional, sentencias T-391 de 2007 y T-040 de 2013.
259
Corte Constitucional, sentencia T-015 de 2015 y T-244 de 2018.
260
Corte Constitucional, sentencia T-155 de 2019.
261
Corte Constitucional, sentencia T-218 de 2009
262
Corte Constitucional, sentencia T-179 de 2019.
263
Id. Ver también, sentencia T-593 de 2017.
264
Id.
parte de las autoridades competentes”265. En estos eventos, los emisores de la
información “no están obligados a esperar a que se produzca un fallo para
informar de la ocurrencia” de los hechos266. Mas aun, pueden hacer tales
denuncias “pese a que la situación haya sido ya dirimida en sentido contrario
ante los órganos jurisdiccionales del Estado”267. La facultad de los particulares
de publicar este tipo de denuncias parte del supuesto de que nadie, ni siquiera
los poderes públicos, se puede atribuir el dominio exclusivo sobre la verdad268.
265
Corte Constitucional, sentencias T-040 de 2013, T-312 de 2015 y T-155 de 2019. Ver también, sentencia
T-213 de 2004.
266
Id.
267
Corte Constitucional, sentencia T-312 de 2015.
268
Corte Constitucional, sentencia T-312 de 2015.
269
Corte Constitucional, sentencia T-342 de 2020.
270
Corte Constitucional, sentencia SU-420 de 2019.
271
Id. Ver también, sentencia T-281A de 2016. Los límites internos también comprenden la imposibilidad de
publicar discursos prohibidos.
272
Corte Constitucional, sentencias T-293 de 2018.
273
Id. En la esfera penal, el emisor de imputaciones presuntamente calumniosas o injuriosas debe probar que
la información es “indudablemente verdadera” para liberarse de responsabilidad. En cambio, en el trámite de
tutela el emisor sólo debe demostrar que “desplegó un esfuerzo diligente por verificar, constatar y contrastar
razonablemente las fuentes, así como también, exploró los diversos puntos de vista desde los cuales un mismo
hecho puede ser observado”. Corte Constitucional, sentencias T-695 de 2017 y T-117 de 2018.
buen nombre si “prueba[n] la veracidad de las informaciones”274. Es
importante resaltar que el alcance de las cargas de veracidad e imparcialidad
debe ser determinado en el caso concreto en atención a, entre otros, los
siguientes factores: (i) la gravedad de las acusaciones, (ii) el sujeto emisor y
(iii) el medio de difusión275.
99. Por su parte, en cuanto a los límites externos, esta Corte ha indicado que
el respeto por la presunción de inocencia implica que los emisores de
información deben “abstenerse de sustituir a las autoridades de la República
en la adjudicación de responsabilidades de orden legal”280. Así, aunque la
Constitución protege la potestad de denunciar la comisión de un hecho
delictivo y publicar la información que soporte dicha acusación, los emisores
no pueden afirmar que un individuo fue declarado penalmente responsable si
éste no ha sido condenado. La presunción de inocencia “exige que cualquier
señalamiento en este sentido tenga como base una sentencia condenatoria en
firme”281. Además, esta garantía impone a los emisores el deber de “adoptar
formas lingüísticas condicionales o dubitativas, que denoten la falta de
seguridad sobre la culpabilidad”282. Las limitaciones externas que se derivan
del respeto a la honra y buen nombre serán estudiadas en detalle en la sección
5.2 (iii) infra.
274
Corte Constitucional, sentencias T-695 de 2017 y T-117 de 2018.
275
Así, en principio, no es posible exigir el mismo estándar de veracidad e imparcialidad a un particular que
publica información por redes sociales que a un medio de comunicación o un periodista. Es más, en algunos
eventos, estas cargas podrían no ser exigibles a los particulares que publican información por medios
digitales, en atención al dinamismo propio de estos foros.
276
Corte Constitucional, sentencia SU-420 de 2019.
277
Corte Constitucional, sentencias SU-420 de 2019 y T-342 de 2020.
278
Corte Constitucional, sentencia T-1198 de 2004. Ver, entre otras, los fallos T-1000 de 2000 y T-003 de
2011.
279
Corte Constitucional, sentencia T-342 de 2020.
280
Corte Constitucional, sentencia T-312 de 2015.
281
Corte Constitucional, sentencia T-145 de 2016.
282
Corte Constitucional, sentencias T-525 de 1992, SU-274 de 2019 y T-342 de 2020.
ejercicio de la libertad de expresión”283. En concreto, internet ha aumentado la
capacidad de las personas de recibir, buscar y difundir información, puesto que
“la red permite la creación en colaboración y el intercambio de contenidos”284
y es una plataforma en la que “cualquiera puede ser autor y cualquiera puede
publicar”285. De igual forma, las redes sociales han contribuido a que el
discurso y el debate público dejen de estar en manos exclusivas de personajes
públicos o de los medios tradicionales de comunicación 286, dado que en ellas la
ciudadanía puede “expresar su opinión y difundir información desprovista de
barreras físicas o incluso sociales que en el pasado reducían esta posibilidad a
ciertas personas y a ciertas estructuras”287. Así, estos escenarios digitales
constituyen un medio “transformador y disruptivo”288 para el ejercicio de la
libertad de expresión, facilitan la creación e intercambio de contenidos entre
pares de forma instantánea y hacen posible que personas y grupos “se
comuniquen a escala global casi gratuitamente”289.
283
Corte Constitucional, sentencia T-155 de 2019.
284
Corte Constitucional, sentencia SU-355 de 2019.
285
Id.
286
Corte Constitucional, sentencia T-578 de 2019.
287
Corte Constitucional, sentencia T-145 de 2016.
288
Corte Constitucional, sentencia SU-355 de 2019.
289
Id.
290
CIDH. Informe Anual 2013. Informe de la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión. Capítulo IV
(Libertad de Expresión e Internet). OEA/Ser.L/V/II.149. Doc. 50. 31 de diciembre de 2013.
291
Corte Constitucional, sentencia T-243 de 2018. Ver también, sentencia T-634 de 2013.
292
Corte Constitucional, sentencia T-145 de 2016
293
Id.
294
Id.
295
Corte Constitucional, sentencia T-155 de 2019.
296
Id.
contenido, pueden afectar significativamente la reputación e imagen pública de
los afectados297. En efecto, en un mundo en el que los individuos reciben vastas
cantidades de información por medios digitales, la responsabilidad de los
emisores frente al contenido de los mensajes que publican es de vital
importancia para proteger los derechos de los afectados y garantizar el derecho
de la sociedad a estar informada.
297
Corte Constitucional, sentencia T-277 de 2018 y T-578 de 2019.
298
Corte Constitucional, sentencia T-361 de 2019.
299
Id.
300
Id.
301
Id.
302
Id.
303
Id.
304
Id.
305
Corte Constitucional, sentencia T-239 de 2018.
306
Id.
307
Corte Constitucional, sentencia T-878 de 2014. “El silencio esconde la violencia de género. Una mujer
que no denuncia las agresiones que sufre por el temor a las represalias de su pareja, por la vergüenza de
contar lo que sucedió o por desconocimiento de sus derechos, es una mujer que no puede recibir la ayuda del
estado, que ya falló al no prevenir el ataque. Por ello, hay que empoderar a las víctimas para que denuncien
y ello se logra a través de un ambiente que propicie y aplauda la valentía de la mujer. Por el contrario, el
reproche social de su conducta, cuestionando su decisión de iniciar una relación o permanecer en ella, así
como la de utilizar los mecanismos legales a su alcance es una nueva agresión en su contra. En el ámbito
laboral, la realización de reuniones con otros empleados para condenar a la mujer constituye un acto de
discriminación, que no solo vulnera su derecho a la intimidad y a la igualdad de ella, sino que amenaza las
garantías de todas las mujeres vinculadas a esa empresa, a quienes se les prohíbe de forma velada ejercer
sus derechos, puesto que de hacerlo, su castigo será el despido”.
que obstaculizan el acceso a los mecanismos institucionales de denuncia. Por
esta razón, la sociedad y el Estado están llamados a proteger a las mujeres que
usan las redes como una “válvula de escape”308 en aquellos eventos en los que
los medios judiciales o administrativos de defensa de sus derechos no son
suficientes, aptos, rápidos o seguros.
106. La falta de certeza sobre la culpabilidad del acusado y los graves riesgos
de afectación que estas denuncias suponen, exigen que las mujeres y usuarios
de redes sociales que acudan al “escrache” como herramienta de denuncia sean
especialmente cuidadosos y responsables con la información que divulgan. En
particular, los obliga a cumplir con las cargas de veracidad e imparcialidad
aplicables, abstenerse de incurrir en conductas de hostigamiento, acoso,
linchamiento digital o “cyberbullying”, respetar la presunción de inocencia y no
causar afectaciones arbitrarias y desproporcionadas a la honra y buen nombre
de los acusados. Estos deberes, cargas y responsabilidades no están
encaminados a evitar que se conozca una determinada denuncia de abuso y
acoso sexual, sino a regular las circunstancias de la publicación, racionalizar el
ejercicio del derecho de denuncia y armonizar la libertad de expresión con otros
derechos fundamentales e intereses constitucionales.
308
Id.
108. El derecho fundamental a la libertad de expresión tiene un estatus
privilegiado en el sistema constitucional y goza de una protección reforzada de
parte del Estado. La importancia estructural de este derecho en los sistemas
democráticos es el fundamento de las presunciones de cobertura y
prevalencia309. La presunción de cobertura implica que “toda expresión, de
cualquier contenido y forma”310 está prima facie amparada por este derecho. La
presunción de prevalencia, por su parte, supone que cuando esta garantía entre
en conflicto con otros derechos, valores o principios constitucionales –como la
honra y el buen nombre–, “se debe otorgar, en principio, una primacía a la
libertad de expresión”311.
309
Corte Constitucional, sentencias T-391 de 2007, T-243 de 2018, T-155 de 2019 y SU-420 de 2019, entre
muchas otras.
310
Corte Constitucional, sentencia T-361 de 2019. Ver también, sentencias C-087 de 1998, T-391 de 2007, T-
015 de 2015 y T-628 de 2017.
311
Corte Constitucional, sentencia T-102 de 2019 y SU-141 de 2020.
312
Corte Constitucional, sentencia T-031 de 2020.
313
Id.
314
Corte Constitucional, sentencia T-110 de 2015.
315
Corte Constitucional, sentencias T-219 de 2012, T-593 de 2017 y T-179 de 2019.
316
Corte Constitucional, sentencia T-546 de 2016.
317
Corte Constitucional, sentencia T-391 de 2007, T-243 de 2018, T-155 de 2019 y SU-141 de 2020, entre
muchas otras.
318
Corte Constitucional, sentencias T-155 de 2019, SU-420 de 2019, T-578 de 2019 y T-031 de 2020.
determinar el grado de afectación que la publicación o divulgación de una
determinada expresión, información u opinión causa a los derechos a la honra y
buen nombre del afectado. Segundo, definir el alcance o grado de protección
que la libertad de expresión le confiere a la información, opinión o discurso
publicado. Tercero, comparar la magnitud de la afectación a los derechos al
buen nombre y a la honra con el grado de protección que la libertad de
expresión le otorga al discurso publicado, para determinar cuál derecho debe
primar. En caso de encontrar una vulneración al derecho a la honra y al buen
nombre, el juez debe adoptar el remedio judicial que resulte apropiado para
protegerlo. A continuación, la Sala describirá los criterios que el juez
constitucional debe atender para adelantar cada uno de los pasos del juicio de
ponderación.
115. (a) El emisor del mensaje (¿Quién comunica?). El juez debe examinar la
calidad de quien emite la información que se considera difamatoria y
319
Corte Constitucional, sentencias T-088 de 2013 y T-179 de 2019.
320
Id.
321
Corte Constitucional, sentencia SU-420 de 2019.
322
Corte Constitucional, sentencia T-155 de 2019.
323
Id.
determinar la autoría del mensaje. El impacto de un mensaje presuntamente
difamatorio es diferente si su emisor es un funcionario público, una figura
pública, un periodista o un particular. En efecto, las publicaciones de los
funcionarios públicos y las figuras públicas tienen un “impacto mucho mayor
en el imaginario colectivo, dado el grado de confianza y credibilidad que las
personas suelen tener en las afirmaciones de quienes ocupan estos cargos”324.
En el mismo sentido, los mensajes publicados por un medio de comunicación,
o por un periodista, tienen un mayor grado de credibilidad. Esto implica que las
publicaciones hechas por estos sujetos pueden generan una mayor afectación a
los derechos a la honra y al buen nombre de los afectados.
116. De otro lado, el juez debe valorar si el emisor es el autor del mensaje que
se publica dado que, en principio, las afectaciones por la reproducción o réplica
de un mensaje que ya circula en redes sociales o en internet no pueden ser
imputables a quien no fue el responsable de la creación del contenido 325. En
este sentido, la Corte ha señalado que, en principio, los particulares, los medios
de comunicación y los periodistas pueden reproducir acusaciones “que le[s]
merecen alto grado de credibilidad y que en sí mismas son noticiosas, sin que
del hecho de la denuncia se deduzca una imputación directa originada por el
propio medio o de la cual éste sea responsable” en todos los casos326.
333
Corte Constitucional, sentencia T-155 de 2019.
334
Id.
335
Id.
336
Corte Constitucional, sentencia SU-420 de 2019.
337
Corte Constitucional, sentencia SU-420 de 2019.
exige como presupuesto el cumplimiento de las cargas de veracidad e
imparcialidad por parte del emisor.
125. El tercer paso del juicio de ponderación supone llevar a cabo una
comparación entre la magnitud de la afectación que la expresión, opinión o
información causa a la honra y buen nombre del afectado, de un lado, con el
grado de protección que la libertad de expresión le otorga a dicho discurso. Lo
anterior, con el objeto de establecer una relación de precedencia condicionada
entre los derechos aplicable al caso concreto y, en particular, determinar si las
afectaciones a estos derechos son compensadas por la satisfacción que la
publicación de la información supone para la libertad de expresión. En caso de
que el juez encuentre que el emisor de la información vulneró los derechos del
afectado deberá adoptar el remedio “menos lesivo para [la libertad de
expresión], al tiempo que logre hacer cesar la vulneración de derechos
encontrada, y su restablecimiento, si ello fuera posible”339.
126. La Corte Constitucional ha señalado que los remedios que causan una
restricción a la libertad de expresión deben satisfacer los requisitos del “test
338
Corte Constitucional, sentencias T-015 de 2015 y T-244 de 2018, SU 274 de 2019, SU-420 de 2019 y SU-
141 de 2020. Todos los discursos o expresiones están protegidas por la libertad de expresión con
independencia de su contenido y de la mayor o menor aceptación social y estatal con la que cuenten. Sin
embargo, la Corte Constitucional ha resaltado en jurisprudencia reiterada que ciertos discursos son
especialmente protegidos, es decir, son merecedores de especial protección constitucional. La protección
constitucional reforzada implica que cualquier restricción que se imponga a estos discursos debe ser vista con
una sospecha de inconstitucionalidad, está sujeta a condiciones más rigurosas de validez y debe ser objeto de
un nivel más estricto de escrutinio judicial. De acuerdo con la jurisprudencia constitucional, son discursos
especialmente protegidos: (i) el discurso político, (ii) el debate sobre asuntos de interés público, (iii) el
discurso sobre funcionarios públicos en ejercicio de sus funciones y candidatos a ocupar cargos públicos, (iv)
los discursos que expresan elementos esenciales de la identidad o dignidad personal y (v) los discursos que
constituyen, en sí mismos, el ejercicio de otros derechos fundamentales distintos a la libertad de expresión. La
protección especial a estos discursos se justifica, de un lado, por la importancia que éstos tienen para la
consolidación, funcionamiento y preservación de la democracia y el control de los asuntos públicos. De otro,
porque estos discursos suelen ser los más amenazados incluso en las democracias más vigorosas, por cuanto
quienes detentan mayor poder social, político o económico pueden llegar a ser afectados por tales formas de
expresión y, en consecuencia, verse tentados a movilizar su poder para censurar dichas manifestaciones y
reprimir a sus autores.
339
Corte Constitucional, sentencia T-031 de 2020.
tripartito”340 desarrollado por la jurisprudencia interamericana. Este test exige
al juez constitucional constatar que el remedio (i) esté orientado al logro de
finalidades constitucionales imperiosas y (ii) las limitaciones que imponga a la
libertad de expresión sean idóneas, necesarias y estrictamente
proporcionadas 341. Así mismo, cuando la publicación objeto de reproche fue
publicada por medios digitales, al determinar el remedio, el juez debe evaluar
(iii) el impacto que la restricción de la publicación podría tener en la capacidad
de internet y las redes sociales “para garantizar y promover la libertad de
expresión respecto de los beneficios que la restricción reportaría para la
protección de otros intereses”342.
1. Presupuesto del juicio. El juez debe partir del reconocimiento de las presunciones de cobertura y
prevalencia de la libertad de expresión.
2. Carga de la prueba. El afectado tiene la carga de desvirtuar las presunciones de forma convincente
e inequívoca.
El juez debe:
340
Corte Constitucional, sentencias T-277 de 2015, T-243 de 2018, SU-274 de 2019 y T-342 de 2020.
341
Id.
342
Corte Constitucional, sentencia T-050 de 2016.
128. Posición del accionante. El accionante argumenta que la señora Mónica
Muñoz y los colectivos @Mujeres I y @Mujeres II vulneraron sus derechos a
la honra, al buen nombre y a la presunción de inocencia al publicar
imputaciones deshonrosas en sus redes sociales que son falsas y desconocen los
principios de veracidad e imparcialidad en la publicación de información. De
un lado, considera que la señora Mónica Muñoz vulneró estos derechos, dado
que lo insultó al referirse a él como un “malnacido hijo de puta drogado” y lo
acusó públicamente de “haber violado”343 a la hija menor de edad del señor
Sandro Santa, a pesar de que no ha sido condenado penalmente por dicha
conducta. De otro lado, afirma que las administradoras de las redes sociales de
los colectivos feministas @Mujeres I y @Mujeres II infringieron estos
derechos, porque (i) lo acusaron falsamente de “haber violado a una menor de
edad”344 y (ii) publicaron “información parcializada”345, puesto que “en ningún
momento tuvieron en cuenta las explicaciones ofrecidas por sus allegados(…)
ni su condición médica y sólo divulgaron información con el ánimo de
humillarlo públicamente e incitar a que terceros tomaran las vías de hecho
para hacer justicia”346.
343
Escrito de tutela, pág. 23.
344
Id.
345
Id., pág. 21.
346
Id.
347
Id., pág. 3.
348
Id. De otro lado, aclararon que el accionante no realizó una solicitud de rectificación. Al respecto,
precisaron que “la señora [Natalia Gómez] solicitó retirar la publicación, sin embargo, primero se presentó
como una amiga y después manifestó ser la abogada del accionante, pero en ningún momento acreditó dicha
calidad, por lo que no nos consta que sea su apoderada”.
derechos fundamentales del accionante, evaluará cuales son las medidas de
reparación que deben adoptarse.
131. La Sala considera que la señora Mónica Muñoz no vulneró los derechos
al buen nombre y a la honra del accionante. Esto es así, porque la expresión
“malnacido hijo de puta drogado” no generó un daño tangible al patrimonio
moral del señor Pedro Pérez y las acusaciones en el sentido de que el
accionante “violentó” y tuvo la “intención de abusar sexualmente” a la hija
menor del señor Sandro Santa, están protegidas por la libertad de información.
132. (i) La señora Mónica Muñoz no vulneró los derechos a la honra y buen
nombre del accionante al calificarlo de “malnacido hijo de puta drogado”. La
libertad de expresión protege la facultad de los particulares de publicar
expresiones chocantes e indecentes, pero no otorga un derecho al insulto. Es
decir, no faculta a los particulares a publicar expresiones que no guardan
ninguna relación de utilidad con el mensaje publicado y sólo buscan dañar y
ofender. Sin embargo, sólo aquellas ofensas que causen un daño tangible al
patrimonio moral de los afectados vulneran el ámbito constitucionalmente
protegido de la honra y buen nombre.
133. La Sala considera que la expresión “malnacido hijo de puta drogado” fue
ofensiva y tenía como único propósito descalificar públicamente al accionante.
Por esta razón, su publicación en redes sociales no estaba protegida por el
derecho a la libertad de expresión. No obstante, en criterio de la Sala, este
mensaje no causó una vulneración a los derechos fundamentales del señor
Pedro Pérez, por las siguientes razones.
349
Corte Constitucional, sentencia C-442 de 2011.
después de su publicación, la accionada hizo un nuevo “post” en el que
reconocía que “a veces no us[aba] los términos adecuados para no herir
susceptibilidades”. En tales términos, la Sala considera que la publicación de
esta expresión ofensiva, aunque desafortunada, chocante e indecente, no tuvo la
entidad suficiente para afectar el ámbito iusfundamental de la honra y buen
nombre del señor Pedro Pérez.
135. (ii) La señora Mónica Muñoz no vulneró los derechos a la honra y buen
nombre del accionante al acusarlo de haber tenido la “intención de abusar
sexualmente” a la hija menor de edad del señor Sandro Santa. El 16 de enero
de 2020, la señora Mónica Muñoz publicó mensajes en su perfil de facebook y
en el del grupo Mujeres Unidas III en los que denunciaba que el señor Pedro
Pérez tuvo la “intención de abusar sexualmente” de la hija menor del señor
Pedro Pérez. Luego, en respuesta a algunos mensajes de otros individuos a este
“post”, indicó que “los hechos los sabemos, ¡los vídeos existen! No se puede
tapar nada por querer encubrir un amigo y un familiar. Lo mismo q (sic) con
la niña Samboní”.
136. La Sala considera que la señora Mónica Muñoz no vulneró los derechos
fundamentales a la honra y buen nombre del señor Pedro Pérez. Esto es así,
dado que, a pesar de que la denuncia llevada a cabo en facebook y twitter
generó una afectación leve o a lo sumo moderada a la reputación y prestigio
social del señor Pedro Pérez, su publicación se encontraba protegida por la
libertad de información, puesto que era veraz e imparcial y su divulgación por
redes sociales satisfacía intensamente otras finalidades constitucionalmente
importantes.
137. Primero, la denuncia publicada por la señora Mónica Muñoz generó una
afectación leve o a lo sumo moderada a los derechos a la honra y buen nombre
del señor Pedro Pérez. La Sala reitera que las denuncias individuales y
agregadas de abuso o acoso sexual a un menor de edad por regla general causan
una afectación intensa a la reputación y prestigio social del acusado, puesto que
estos actos son ampliamente rechazados por la sociedad. Así mismo, la Sala
nota que en este caso la información publicada era especialmente delicada en
atención a (i) el estado de salud del accionante, quien habría llevado a cabo las
acciones denunciadas mientras sufría un ataque psicótico y (ii) tuvo una alta
difusión, dado que fue publicada por la señora Mónica Muñoz en el muro del
grupo de facebook Mujeres Unidas III, el cual contaba con 55.854 miembros.
Esta publicación tuvo 185 “me gusta” y 296 “comentarios” en los que otros
individuos insultaban y amenazaban al accionante. Estos elementos permitirían
concluir que dicha denuncia causó una afectación intensa a la honra y buen
nombre del señor Pedro Pérez.
138. La Sala considera, sin embargo, que en este caso la denuncia realizada
por la señora Mónica Muñoz causó una afectación apenas leve o a lo sumo
moderada a estos derechos, porque, antes de que esta fuera publicada, la
reputación social del accionante ya se encontraba deteriorada por sus propias
conductas públicas. La protección constitucional a la honra y buen nombre
tiene como presupuesto básico la conducta irreprochable del titular. De esta
forma, quien ha incurrido en actos que deterioran el concepto general que sobre
este tiene la sociedad ve reducido el ámbito de garantía de estos derechos y, en
principio, no está en posición de reclamar su protección y respeto de parte de
terceros. En este caso, la afectación de la reputación del accionante fue
producto, principalmente, de sus propias acciones. En efecto, el señor Pedro
Pérez admite que el 7 de enero de 2020 irrumpió desnudo en dos ocasiones al
apartamento de la familia del señor Sandro Santa y agredió a la hija menor del
accionado con “dos cachetadas en la cara”. De igual forma, según el relato del
señor Sandro Santa y de algunos vecinos, el señor Pedro Pérez le dijo a la
menor que “él era dios y ella maría y que venía a engendrar a Jesús”350. La
esposa del señor Sandro Santa pidió ayuda a los vecinos del conjunto
residencial quienes lograron controlar y calmar al señor Pedro Pérez a pesar de
que este se comportaba de forma agresiva.
139. La Sala reconoce que estas acciones fueron llevadas a cabo por el señor
accionante durante un ataque psicótico. De igual forma, la Sala advierte que el
señor Pedro Pérez niega haber tenido la intención de “abusar sexualmente” de
la hija menor del señor Sandro Santa. Sin embargo, con independencia del
estado psicótico en el que este se encontraba el día de los hechos, el cual
ciertamente pudo haber afectado su discernimiento, así como de la intención
que este pudo haber tenido al ingresar al cuarto de la menor, lo cierto es que
ingresar desnudo a la casa del señor Sandro Santa, golpear a su hija menor de
edad y comportarse de forma agresiva cuando intentaron detenerlo, fueron
actos que, de suyo, generaron un alto rechazo social y afectaron
significativamente la imagen del accionante frente a sus vecinos y ante a la
sociedad351. De esta forma, a pesar de que podría aceptarse que existe un debate
en torno a la exactitud del contenido de la denuncia publicada por la señora
Mónica Muñoz, la Sala encuentra que las afectaciones a la reputación y
prestigio social del señor Pedro Pérez, así como las ofensas y amenazas de las
que este fue objeto, no son en principio imputables a los mensajes publicados y
divulgados en facebook y twitter por parte de la accionada, sino,
principalmente, a sus propias conductas públicas.
350
Denuncia Penal Rad. No. 76001600019300260, del 8 de enero de 2020, pág. 4.
351
La Sala reconoce que el reproche social hacía personas que cometen este tipo de actos en estados
psicóticos podría ser menor que aquel que tiene la sociedad frente a individuos que los llevan a cabo en pleno
estado de conciencia. Sin embargo, los actos de violencia en contra de un menor son actos que, con
independencia de la condición de salud del presunto agresor, afectan ampliamente su prestigio y reputación.
352
La Sala considera que la denuncia sobre los presuntos actos de acoso constituyó un ejercicio de la libertad
de información. En efecto, la publicación de esta información tenía como objeto primordial informar a la
sociedad sobre hechos, no manifestar una simple opinión o valoración sobre los actos cometidos por el
accionante. Por, lo tanto la accionada debía cumplir con las cargas de veracidad e imparcialidad.
mensaje vincula a un individuo con la comisión de un presunto hecho delictivo.
En efecto, la gravedad de las acusaciones y sus impactos en los derechos del
afectado obligan a los emisores ser diligentes con la información que publican.
141. Por otra parte, (iii) estas cargas eran exigibles en este caso, habida cuenta
de la condición de salud del accionante. La Sala reitera que uno de los
elementos que debe ser tenido en cuenta en el juicio de ponderación entre la
libertad de expresión y los derechos al buen nombre y a la honra, es el sujeto de
quien se publica. En este caso, el sujeto afectado con las publicaciones, esto es,
el señor Pedro Pérez, era un individuo que, el día en que tuvieron lugar los
hechos por los que se le denunciaba, sufrió un ataque psicótico. La Sala reitera
que las personas que padecen este tipo de trastornos ven afectado su
discernimiento, usualmente no pueden prevenir los ataques psicóticos y no
tienen pleno control sobre sus actos durante estos episodios. Así, estos
trastornos sitúan a los individuos que los padecen y a sus familias en
circunstancias y escenarios sociales complejos e incluso dramáticos, que exigen
al Estado adoptar medidas reforzadas de protección y garantía de sus derechos
y, a los particulares, una especial consideración frente a su estado de salud.
143. La Sala encuentra que la señora Mónica Muñoz cumplió con las cargas
de veracidad e imparcialidad que resultaban aplicables. La afirmación según la
cual el señor Pedro Pérez tuvo la “intención de abusar sexualmente” de la hija
menor del señor Sandro Santa, era veraz, porque estaba soportada en la
denuncia penal presentada por el señor Sandro Santa y el relato que hizo el
propio accionante de los hechos ocurridos el 7 de enero de 2020. En efecto, en
la denuncia penal por abuso sexual el señor Sandro Santa afirmó que, en dos
ocasiones, el accionante había entrado desnudo a su apartamento, había roto la
puerta del cuarto de su hija menor y “la había estrujado contra la cama y le
dijo que él era dios y ella maría y que venía a engendrar a Jesús”353. Así
mismo, el señor Sandro Santa admite que le informó a “los vecinos y algunas
personas de los medios de comunicación”354 que el señor Pedro Pérez había
“agarrado por los senos a su hija”355 y realizado “actos sexuales abusivos”356
sobre el cuerpo de la menor.
353
Denuncia Penal Rad. No. 76001600019300260, del 8 de enero de 2020, pág. 4.
354
Escrito de respuesta a la acción de tutela, pág. 1.
355
Id.
356
Id.
144. La Sala reconoce que no es posible determinar con total certeza que el
señor Pedro Pérez en efecto tenía la “intención” de abusar sexualmente a la hija
menor del señor Sandro Santa. Esto es así, dado que su discernimiento podría
estar afectado por su estado psicótico y, además, las “intenciones” de las
personas no son objetivamente verificables por terceros. Sin embargo, esto no
implica que la denuncia publicada por la señora Mónica Muñoz haya sido falsa,
tendenciosa o hubiera inducido a error a los receptores del mensaje. Por el
contrario, la Sala encuentra que, a la luz de los hechos ocurridos el 7 de enero
de 2020, no era irrazonable inferir que el accionante tuvo la intención de abusar
sexualmente de la hija menor del señor Sandro Santa357.
357
La Sala resalta que en respuesta a algunos comentarios la accionante afirmó que “los hechos los sabemos,
¡los vídeos existen! No se puede tapar nada por querer encubrir un amigo y un familiar. Lo mismo q (sic) con
la niña Samboni”. De esta afirmación, sin embargo, no es posible inferir que la accionante quiso imputar al
señor Pedro Pérez los hechos que el perpetrador de los crímenes en contra de Yuliana Samboní cometió. Este
mensaje tenía como objeto manifestar su opinión en el sentido de que no es admisible que los familiares del
acusado invoquen sus enfermedades mentales como justificación de actos de violencia presuntamente
cometidos.
358
Escrito de respuesta a la acción de tutela, pág. 1.
359
La Corte Constitucional ha señalado que las finalidades constitucionalmente importantes son aquellas que
persiguen intereses públicos valorados por la Corte. Al respecto, ver: Sentencias C-673 de 2001, C-114 y C-
115 de 2017 y C-009 de 2018.
calificarse como una apología al odio. A pesar de que el primer mensaje
publicado el 16 de enero de 2020 tenía un tono descalificador, no es posible
aseverar que este invitaba a la audiencia a reaccionar mediante vías de hecho en
contra del señor Pedro Pérez. La señora Mónica Muñoz únicamente solicitó
“ayuda” a abogados y grupos feministas para “hacer justicia”360 en este caso.
Posteriormente, en la segunda publicación llevada a cabo el 18 de enero de
2020, indicó de forma expresa que no pedía que nadie ejerciera violencia sobre
el accionante y tampoco solicitaba que este fuera castigado con “cárcel”, pues
reconocía que tenía una enfermedad mental. Para la Sala, los llamados públicos
a la justicia y las solicitudes de ayuda en la investigación de hechos de esta
naturaleza, dirigidos a sujetos cuya función ordinaria es proteger los derechos
de las mujeres y los menores de edad de forma pacífica, no solo no están
prohibidas, son manifestaciones legítimas protegidas por la libertad de
expresión.
150. La Sala reitera que las denuncias públicas de violencia y abuso en contra
de mujeres y menores de edad afectan significativamente la honra y buen
nombre de las personas que son acusadas. Del mismo modo, la Sala reconoce
que las denuncias por parte de los colectivos feministas en este caso tuvieron
una alta difusión puesto que, para la fecha en que fueron llevadas a cabo, los
perfiles de facebook e instagram del colectivo @Mujeres I tenían 1674 y 851
seguidores respectivamente. Por su parte, el perfil de instagram de @Mujeres
II contaba con 214 seguidores. Esto permitiría concluir que la publicación de
dicha denuncia causó una afectación intensa a la honra y buen nombre del
360
En concreto, en el mensaje del 16 de enero de 2020 la señora Mónica Muñoz afirmó “por favor tu experto
en leyes, abogado, juez o que se yo, que lees esto y puedes ayudar hacer justicia en este caso.
AYUDA!”Gracias. Grupos activistas, feminista, no seee (sic) cualquiera q (sic) nos pueda aportar”.
señor Pedro Pérez. Sin embargo, la Sala considera, que, tal y como ocurrió con
las publicaciones realizadas por la señora Mónica Muñoz, la denuncia
publicada por estos colectivos causó una afectación leve o a lo sumo moderada
a estos derechos, porque la reputación social del accionante ya se encontraba
deteriorada por sus propias conductas (ver párrs.137-140 supra). Además, de
acuerdo con lo informado por el colectivo @Mujeres I, la pieza gráfica que
contenía las denuncias en contra del señor Pedro Pérez solo habría permanecido
en la red durante 24 horas, dado que fue publicada una sola vez mediante una
“historia” en facebook e instagram. Esto implica que, en principio, tuvo una
baja periodicidad, “encontrabilidad” y “buscabilidad”. No existen pruebas en
el expediente que permitan a la Sala concluir que esta pieza gráfica fue
replicada o se mantuvo en la red por un periodo prolongado en las cuentas de
las accionadas361.
151. De otro lado, la Sala considera que la denuncia llevada a cabo por los
colectivos feministas se encontraba protegida por el derecho fundamental a la
libertad de expresión. En efecto, la publicación de acusaciones de presuntos
actos de acoso y/o abuso en contra de menores constituye un ejercicio prima
facie legítimo de la libertad de información y de la importante labor de
“ciberactivismo feminista” que los colectivos llevan a cabo por medio de las
redes sociales, la cual es objeto de protección constitucional reforzada. La Sala
reitera que la Constitución protege el derecho de las mujeres a unirse y crear
foros de denuncia colectivos en las redes sociales que tengan por propósito
brindar espacios seguros para combatir los actos de discriminación en su
contra. El Estado y la sociedad deben proteger el uso las redes sociales con
estos propósitos, puesto que estas son un instrumento fundamental para que las
mujeres puedan visibilizar la violencia, acoso o abuso de los que son víctimas y
constituyen una válvula de escape ante la insuficiencia o ineficacia de los
mecanismos institucionales de denuncia.
152. La Sala encuentra que el ejercicio del derecho de denuncia en este caso,
como manifestación de la libertad de información, fue legítimo, porque la
acusación publicada era veraz e imparcial. Las cargas de veracidad e
imparcialidad eran aplicables a las administradoras de los colectivos feministas,
a pesar de que, según el colectivo @Mujeres I, la pieza gráfica que publicaron,
que contenía la denuncia en contra del señor Pedro Pérez, no habría sido creada
por ellas y ya se encontraba circulando en la web antes de que fuera difundida
por las accionadas. La Sala reitera que, de acuerdo con la jurisprudencia
constitucional, la responsabilidad y cargas aplicables a quienes replican o
reproducen un mensaje por redes sociales es menor que aquella que se predica
de los autores del contenido de los mensajes362. En efecto, en atención al
dinamismo propio de las redes sociales no resulta proporcionado exigir a todos
los usuarios de redes sociales cumplir con exigentes cargas y responsabilidades
para poder replicar contenidos. Una carga de esta naturaleza inhibiría el
ejercicio la libertad de expresión por medios digitales.
361
La Sala reconoce que el accionante afirma que estas piezas también fueron publicadas en los muros de
estos grupos. Sin embargo, no existe prueba de tal publicación en el expediente y, en cualquier caso, dicha
pieza gráfica ya no aparece en los perfiles de estos colectivos.
362
Corte Constitucional, sentencia T-298 de 2009. Reiterada en la sentencia T-292 de 2018.
153. Sin embargo, esto no significa que la réplica o reproducción de un
mensaje por redes sociales excluya per se el cumplimiento de las cargas de
veracidad e imparcialidad en todos los casos. En criterio de la Sala, un mínimo
de veracidad e imparcialidad es exigible en aquellos eventos en los que (i) los
mensajes replicados busquen informar y contengan denuncias especialmente
graves que vinculan a un particular a hechos delictivos 363 y (ii) los emisores de
la información que las publican (a) cuentan con un alto grado de credibilidad
frente a su audiencia en atención a la labor de denuncia que realizan por medios
digitales y (b) tienen un número de seguidores significativo. En estos eventos,
es razonable exigir a estos sujetos ser diligentes y responsables con la
información que publican con el objeto de salvaguardar los derechos de los
afectados 364.
363
Corte Constitucional, sentencia T-243 de 2018.
364
La Sala resalta que el mínimo de diligencia que es exigible a estos actores no es asimilable al de los
periodistas y los medios de comunicación, pues ello constituiría una carga desproporcionada. El alcance de las
cargas aplicables debe ser determinado en caso concreto en atención a distintos criterios (i) el emisor del
mensaje, (ii) el mensaje y (iii) la mayor o menor cercanía con la fuente de la información.
365
La Sala reconoce que el colectivo @Mujeres II no contestó a la acción de tutela. Por lo tanto, no es posible
determinar si las administradoras de este colectivo fueron o no las autoras de la pieza gráfica. Sin embargo,
aún si se aceptara que en efecto fueron las autoras, la denuncia contenida en la pieza gráfica satisface los
estándares de veracidad e imparcialidad generales aplicables a los usuarios en redes sociales que hacen este
tipo de publicaciones, por las mismas razones que se exponen en el párrafo 150.
7 de enero de 2020 el accionante habría golpeado a la menor y entrado desnudo
a su cuarto en dos ocasiones afirmando que él era Dios, ella la virgen María y
que este venía a engendrar a Jesús 366. Además, el accionante admite que, según
el relato de sus vecinos, se comportó agresivamente cuando intentaron
detenerlo y sacarlo del apartamento del señor Sandro Santa. La Sala reitera que
no es posible determinar objetivamente cual era la “intención” que el señor
Pedro Pérez tenía cuando ingresó desnudo al cuarto de la menor. Tampoco es
posible prever qué hubiera pasado si sus vecinos no lo hubieran detenido. De
igual forma, la Sala reconoce que el 7 de enero de 2020, el accionante sufrió un
ataque psicótico que pudo haber afectado su capacidad de discernimiento. Sin
embargo, lo anterior no implica que la denuncia publicada por los colectivos
feministas fuera tendenciosa o imparcial. Por el contrario, la Sala encuentra
que, a la luz de los hechos descritos y aceptados por el accionante, no era
manifiestamente irrazonable inferir que este tuvo la intención de “violar” a la
hija menor del señor Sandro Santa.
366
Denuncia Penal Rad. No. 76001600019300260, del 8 de enero de 2020, pág. 4.
367
Corte Constitucional, sentencia T-145 de 2016.
368
Corte Constitucional, sentencias T-525 de 1992, SU-274 de 2019 y T-342 de 2020.
justicia” en el caso. Segundo, las accionadas adoptaron fórmulas lingüísticas
condicionales y dubitativas en su denuncia. En efecto estas afirmaron que el
señor Pedro Pérez había “intentado” y tenido la “intención” de abusar
sexualmente de la hija menor del señor Sandro Santa. A diferencia de lo que
afirma el accionante, estas nunca indicaron que este efectivamente violó a la
menor. Tercero, las accionadas no incurrieron en conductas de persecución,
acoso o “cyberbullying”, puesto que las denuncias no fueron publicadas de
forma reiterada y sistemática. Además, no existe ningún elemento de prueba
que permita a la Sala concluir que las denuncias publicadas afectaron el juicio
de la Fiscalía o los jueces que tienen a cargo el proceso penal que actualmente
se adelanta en contra del señor Pedro Pérez, como resultado de la denuncia
presentada por el señor Sandro Santa.
161. A juicio de la Sala, las órdenes proferidas por el Juzgado Cuarto Penal
del Circuito de Cali desconocieron el derecho a la libertad de expresión de las
accionadas. Esto, dado que como se expuso en la parte motiva, el derecho a la
libertad de expresión protege la facultad de los particulares de denunciar la
comisión de hechos delictivos de los que tengan conocimiento aún antes de que
exista sentencia condenatoria. Una acusación en este sentido no vulnera la
honra y buen nombre del acusado públicamente siempre y cuando (i) satisfaga
las cargas de veracidad e imparcialidad, (ii) persiga finalidades
constitucionalmente importantes y (iii) no cause afectaciones manifiestamente
desproporcionadas a la reputación del acusado. Así mismo, este tipo de
publicaciones no vulneran el derecho a la presunción de inocencia siempre que
los emisores de la información (i) no afirmen que un individuo fue declarado
penalmente responsable si éste no ha sido condenado 369, (ii) adopten formas
lingüísticas condicionales o dubitativas y (iii) se abstengan de acusar y hostigar
a los acusados. En este caso, las accionadas cumplieron con dichos requisitos.
369
Corte Constitucional, sentencia T-145 de 2016.
intimidad y la propia imagen (sección 5.2(ii) infra). Luego, con fundamento en
estas consideraciones, determinará si los accionados vulneraron los derechos
fundamentales del accionante (sección 5.3(iii) infra).
370
PIDCP, art. 17. “1. Nadie será objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, su familia,
su domicilio o su correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra y reputación. 2. Toda persona tiene
derecho a la protección de la ley contra esas injerencias o esos ataques”.
371
CADH, art. 11.2. “Nadie puede ser objeto de injerencias arbitrarias o abusivas en su vida privada, en la
de su familia, en su domicilio o en su correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra o reputación”.
372
Corte Constitucional, sentencia T-517 de 1998.
373
Corte Constitucional, sentencia C-094 de 2020.
374
Corte Constitucional, sentencias C-640 de 2010, T-407 de 2012 y T-517 de 1998.
375
Corte Constitucional, sentencia C-881 de 2014.
376
Corte Constitucional, sentencia T-696 de 1996.
377
Corte Constitucional, sentencia SU-089 de 1995. Ver también, sentencias T-155 de 2019 y T-546 de 2016.
378
Corte Constitucional, sentencia C-602 de 2016.
379
Corte Constitucional, sentencia C-094 de 2020.
380
Corte Constitucional, sentencia C-489 de 1995.
381
Id.
positiva de adoptar las “medidas normativas, judiciales y administrativas para
asegurar el respeto de las diferentes dimensiones del derecho”382.
382
Corte Constitucional, sentencia C-094 de 2020. Ver también, sentencia T-574 de 2017.
383
Corte IDH, Caso Fernández Ortega y otros. Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 30 de agosto de 2010 Serie C No. 215, párr. 129.
384
Corte Constitucional, sentencia T-574 de 2017.
385
Corte Constitucional, sentencia T-787 de 2004, reiterada en la sentencia T-634 de 2013.
386
Corte Constitucional, sentencia T-034 de 1995.
387
Corte Constitucional, sentencia C-881 de 2014.
388
Corte Constitucional, sentencias T-277 de 2018, T-546 de 2016 y T-312 de 2015.
389
Corte Constitucional, sentencia C-881 de 2014.
protección constitucional a la intimidad es mucho menor, pero no
desaparece390. Por último, la esfera gremial, relacionada con las
libertades económicas, que implica la posibilidad de reservarse –
conforme a derecho– la explotación de cierta información 391.
402
Corte Constitucional, sentencias C-1011 de 2008 y C-850 de 2013.
403
Id.
404
Id.
405
Corte Constitucional, sentencia C-1011 de 2008. Ver también, sentencias C-336 de 2007 y C-334 de 2010.
406
Corte Constitucional, sentencia C-602 de 2016.
407
Id.
408
Ley 1266 de 2008, art. 3. “e) Dato personal. Es cualquier pieza de información vinculada a una o varias
personas determinadas o determinables o que puedan asociarse con una persona natural o jurídica. Los
datos impersonales no se sujetan al régimen de protección de datos de la presente ley. Cuando en la presente
ley se haga referencia a un dato, se presume que se trata de uso personal. Los datos personales pueden ser
públicos, semiprivados o privados (…) “h) Dato privado. Es el dato que por su naturaleza íntima o reservada
sólo es relevante para el titular”.
409
Corte Constitucional, sentencias C-951 de 2014 y C-602 de 2016.
410
Corte Constitucional, sentencia T-091 de 2020. Ver también, sentencia C-602 de 2016
411
Corte Constitucional, sentencia C-1011 de 2008.
412
Corte Constitucional, sentencia C-1011 de 2008. Ver también, sentencias T-729 de 2002, C-490 de 2011, T-
828 de 2014 y T-058 de 2015.
413
Ley 1266 de 2008, art. 3. “g) Dato semiprivado. Es semiprivado el dato que no tiene naturaleza íntima,
reservada, ni pública y cuyo conocimiento o divulgación puede interesar no sólo a su titular sino a cierto
sector o grupo de personas o a la sociedad en general, como el dato financiero y crediticio de actividad
comercial o de servicios a que se refiere el Título IV de la presente ley”.
414
Id.
Información necesidad de autorización públicos, providencias
pública alguna para ello”415. judiciales ejecutoriadas y
datos sobre el estado civil, la
conformación de la familia y
la pertenencia a un partido o
movimiento político de
quienes ejercen cargos de
elección popular.
435
Id.
436
Corte Constitucional, sentencia T-379 de 2013, T-050 de 2016 y T-628 de 2017.
437
Id.
438
Corte Constitucional, sentencia T-379 de 2013.
439
Corte Constitucional, sentencia T-634 de 2013.
440
Id.
441
Corte Constitucional, sentencia C-094 de 2020. Ver también, sentencias C-692 de 2003 y T-379 de 2013.
442
Id.
443
Corte Constitucional, sentencia T-379 de 2013.
444
Corte Constitucional, sentencias T-609 de 1992, SU-056 de 1995, T-066 de 1998 y T-091 de 2020.
la publicación de información o imágenes privadas o semiprivadas sin el
consentimiento del titular vs., los beneficios que esta divulgación podría
implicar para la satisfacción de la libertad de información. El daño o restricción
a la intimidad serán más intensas cuanto más cercana sea la relación de la
información con la “vida privada” y mayores sean los riesgos que su
divulgación implica para el titular. La mayor o menor cercanía de una
determinada información, imagen o dato con la vida privada del individuo debe
determinarse en atención a la relación que esta tiene con las esferas, ámbitos y
espacios en los que se desarrolla la intimidad del individuo (ver párr. 165
supra). Por su parte, el grado de satisfacción de la libertad de información
depende, de entre otros, la relevancia pública de los datos que se divulgan445, la
repercusión social de los acontecimientos que las imágenes reflejan 446 y la
utilidad que su divulgación tendría para la protección de otros derechos
fundamentales.
176. Posición del accionante. El señor Pedro Pérez sostiene que la señora
Mónica Muñoz y las administradoras de los perfiles de facebook e instagram de
los colectivos feministas vulneraron sus derechos a la intimidad e imagen al
publicar en redes sociales una foto suya y de su madre, su dirección de
residencia y su número de cédula. En criterio del accionante, la publicación de
esta información sin su autorización (i) infringe el principio de libertad, porque
este no “autorizó a los accionados para que publicaran su nombre completo,
445
Corte Constitucional, sentencia T-546 de 2016.
446
Id.
447
Corte Constitucional, sentencia T-091 de 2020.
448
Corte Constitucional, sentencias T-379 de 2013 y T-066 de 1998. Ver también, sentencia T-546 de 2016.
449
Corte Constitucional, sentencia T-379 de 2013 y T-1233 de 2001.
450
Corte Constitucional, sentencia T-379 de 2013.
cédula, dirección y fotos en ninguna clase de red social”451; (ii) vulnera el
principio de finalidad, puesto que “con las publicaciones los accionantes no
persiguen ningún interés protegido constitucionalmente”452 y (iii) viola el
principio de necesidad, dado que “los datos e información compartida en redes
sociales no guardan relación alguna con un soporte constitucional, pues lo que
se evidencia, es el ejercicio de la justicia por mano propia”453.
180. De igual forma, la Sala considera que la publicación de fotos en las que
el señor Pedro Pérez aparecía con su madre constituyó una injerencia arbitraria,
451
Escrito del 14 de abril de 2020, pág. 4.
452
Id.
453
Id. El accionante también afirma que los accionados desconocieron los principios de veracidad e
integridad. Sin embargo, estas alegaciones ya fueron abordadas por la Sala al valorar las presuntas
vulneraciones a la honra y buen nombre.
irrazonable e injustificada en su vida privada. Esto es así, por dos razones. De
un lado, las fotos fueron tomadas en el conjunto residencial en el que el señor
Pedro Pérez vivía, el cual es un espacio semiprivado cerrado al público. La
protección de la intimidad en estos espacios es alta, dado que las actuaciones
que los individuos desarrollan en ellos, así como la imagen que allí proyectan,
no son de conocimiento público. Por el contrario, son usualmente reservadas,
porque tienen una relación cercana con la órbita personal. En efecto, las
personas tienen la expectativa legítima de que estas actuaciones y proyecciones
de su imagen sólo serán vistas y conocidas por quienes pueden legítimamente
ingresar en dichos espacios, no por cualquier otro tercero. De otro lado, en las
fotos que fueron publicadas, el señor Pedro Pérez aparecía con su madre, lo que
implica que la publicación de dichas imágenes (i) constituyó una intromisión
arbitraria y manifiestamente desproporcionada en su vida privada familiar, a la
que la Constitución le otorga una protección intensa; y (ii) sin ningún tipo de
justificación, puso en riesgo la seguridad de su madre, quien tampoco consintió
a que su imagen fuera divulgada.
183. Por lo tanto, la Sala concluye que la señora Mónica Muñoz y las
administradoras de los perfiles de facebook e instagram de los colectivos
feministas vulneraron los derechos fundamentales a la intimidad y a la imagen
del accionante.
184. Remedios y órdenes a proferir. En la sentencia de segunda instancia en el
trámite de tutela, proferida el 15 de octubre de 2020, el Juzgado Cuarto Penal
del Circuito de Cali con funciones de conocimiento concluyó que la señora
Mónica Muñoz y las administradoras de los colectivos feministas vulneraron
los derechos fundamentales a la intimidad e imagen del accionante. Por esta
razón, ordenó a las accionadas retirar las publicaciones que contenían las fotos,
número de cédula y dirección de residencia del accionante. Por las razones
expuestas en la sección precedente, la Sala confirmará el fallo de tutela en este
punto y, por lo tanto, tutelará el derecho a la intimidad e imagen del accionante.
Así mismo, ordenará a las accionadas (i) retirar las fotos del accionante y de su
madre, así como su número de cédula y dirección de residencia y (ii) abstenerse
de publicar datos privados o semi privados de los individuos que denuncian en
sus redes sociales cuando la divulgación de dicha información causa
afectaciones desproporcionadas a los derechos a la intimidad e imagen de los
acusados y no cumple ningún propósito constitucional legítimo. Por último,
(iii) ordenará a las accionadas ofrecer disculpas privadas al señor Pedro Pérez
por la publicación de esta información 454.
454
La Sala considera que en este caso las disculpas deben ser privadas -no públicas- con el objeto de evitar
que una nueva publicación de la información sobre los hechos ocurridos en el 7 de enero de 2020 pueda situar
al accionante en una nueva situación de riesgo.
455
Denuncia Penal Rad. No. 76001600019300260, del 8 de enero de 2020, pág. 4.
publicaron una pieza gráfica en sus cuentas de facebook e instagram en la que
denunciaban que el señor Pedro Pérez había violentado e intentado violar a la
hija menor del señor Sandro Santa. Esta pieza gráfica contenía, además, la
dirección de residencia del señor Pedro Pérez y una foto en la que éste aparecía
con su madre.
191. Sin embargo, la Sala resaltó que la falta de certeza sobre la culpabilidad
del acusado y los graves riesgos de afectación que estas denuncias suponen
para sus derechos, exigen que las mujeres y usuarios de redes sociales que
acudan al “escrache” como herramienta de denuncia sean especialmente
cuidadosos y responsables con la información que divulgan. En particular, los
obligan a cumplir con dos tipos de límites al momento de ejercer su derecho de
denuncia como manifestación de la libertad de expresión en redes sociales. De
un lado, límites internos, que les exigen cumplir con las cargas de veracidad e
imparcialidad y abstenerse de incurrir en conductas de hostigamiento, acoso,
linchamiento digital o “cyberbullying”. De otro lado, límites externos, que les
imponen la obligación de respetar la presunción de inocencia y no causar
afectaciones arbitrarias y desproporcionadas a la honra y buen nombre de los
acusados. Estos deberes, cargas y responsabilidades no están encaminadas a
evitar que se conozca una determinada denuncia de abuso y acoso sexual, sino
a regular las circunstancias de la publicación, racionalizar el ejercicio del
derecho de denuncia y armonizar la libertad de expresión con otros derechos
fundamentales e intereses constitucionales. De acuerdo con la Sala, el respeto
por la presunción de inocencia exige a los emisores (a) no afirmar que el
acusado es penalmente responsable de tales hechos si no existe una condena
judicial en firme y (b) usar formas lingüísticas dubitativas que eviten que la
audiencia concluya de manera anticipada que el accionante incurrió en las
conductas punibles que se le imputan. Por su parte, las tensiones entre la
libertad de expresión y la protección a la honra y buen nombre deben ser
abordadas a partir del juicio de ponderación desarrollado por la jurisprudencia
constitucional.
192. (ii) Reglas aplicables a las presuntas vulneraciones a los derechos
fundamentales a la intimidad y a la imagen. La Sala consideró que la faceta
negativa de los derechos fundamentales a la intimidad y a la propia imagen
impiden que la información o imágenes privadas o semiprivadas de un
individuo sean registradas, publicadas y divulgadas sin el consentimiento libre
y previo del titular. Esta garantía, sin embargo, no es absoluta. En concreto,
resaltó que la Corte Constitucional ha sostenido que, en algunos eventos, es
posible que terceros publiquen información o imágenes privadas o semi
privadas sin la autorización del titular con el propósito de “cumplir con un fin
constitucional superior”460, preservar el orden jurídico461 y garantizar la
“búsqueda del conocimiento o el acceso libre a la información”462. Estas
finalidades son constitucionalmente importantes y, por lo tanto, su satisfacción
y realización justifican las limitaciones a la faceta negativa de los derechos a la
intimidad y a la propia imagen, siempre que las restricciones que se derivan de
la publicación y divulgación de información privada y semiprivada sean
razonables y proporcionadas en el caso concreto.
460
Corte Constitucional, sentencia C-094 de 2020. Ver también, sentencias C-692 de 2003 y T-379 de 2013.
461
Id.
462
Corte Constitucional, sentencia T-379 de 2013.
señor Sandro Santa. imparcialidad, (ii) contribuye a
alcanzar finalidades
constitucionalmente importantes y (iii)
causó una afectación apenas leve, o a
lo sumo moderada, a la reputación
social del señor Pedro Pérez.
Conclusión. Las accionadas no
Presunción Las accionadas acusaron vulneran el derecho a la presunción de
de al señor Pedro Pérez de @Mujeres I y inocencia del señor Pedro Pérez. Esto,
inocencia haber cometido un delito @Mujeres II porque (i) no informaron que el señor
sin que exista una Pedro Pérez ya hubiera sido condenado
sentencia condenatoria en penalmente por la comisión de una
firme. conducta punible y (ii) utilizaron un
lenguaje dubitativo en relación con la
responsabilidad penal del accionante.
Conclusión. Las accionadas vulneraron
Publicación de (i) fotos, los derechos del señor Pedro Pérez. La
(ii) número de cédula y Mónica Muñoz463, publicación de sus datos privados en
Intimidad e (iii) dirección de @Mujeres I y redes sociales constituyó una
imagen residencia del accionante. @Mujeres II intromisión arbitraria y
manifiestamente desproporcionada en
su vida privada que puso al accionante
y a su madre en una situación de riesgo
que no estaban en obligación de
soportar.
V. DECISIÓN
RESUELVE
463
La señora Mónica Muñoz publicó fotos del accionante y de su madre y su número de cédula. La pieza
gráfica divulgada por los colectivos feministas, en cambio, contenía fotos del accionante y de su madre y su
dirección de residencia.
dicha información. Así mismo, ORDENAR a las accionadas que se abstengan
de publicar datos sensibles, privados o semi privados de los individuos que
denuncian en sus redes sociales cuando la divulgación de dicha información
causa afectaciones desproporcionadas a los derechos a la intimidad e imagen
de los acusados, no está amparada por la libertad de información y no cumple
ningún propósito constitucional legítimo.
Magistrada ponente:
PAOLA ANDREA MENESES
MOSQUERA
Así mismo la Sala debió observar las advertencias de la ley y del Comité de
Derechos Humanos de la ONU, que han llamado la atención sobre la carga
de estigma y de rechazo social que afecta usualmente a las personas que
padecen trastornos de su salud mental, y de la obligación de los organismos
del Estado, incluida la Rama Judicial, de prevenirla.
Fecha ut supra,
464
El demandante relató que una vecina del conjunto residencial en el que vivían le informó que, después de
los hechos ocurridos el 7 de enero de 2020, el señor Tabares Serna se ubicó en la portería del edificio y le
contó a “todos los residentes que ingresaban en esa hora mi situación psicológica, calumniándome,
diciéndoles que yo estaba drogado, loco y que quería violar a su hija y violentar a su familia (…)”y les mostró
“unas fotos y videos que me tomaron cuando me encontraba en ese estado”
CRISTINA PARDO SCHLESINGER
Magistrada