Tema 22
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Tema 22
Tras varias décadas de búsqueda, el final del siglo XIX asistió finalmente a la síntesis de
una identidad musical francesa , capaz de rivalizar en prestigio y modernidad con
la tradición germánica poswagneriana sin imitarla. Esta síntesis -a la que se
bautizará Impresionismo por analogía con el movimiento pictórico– pondrá en
entredicho algunas de las bases conceptuales -armonía, textura, forma musical, etc.- más
firmes de la música occidental.
http://mlozar.blogspot.com/2012/11/la-musica-del-impresionismo.html#:~:text=Las
%20formas%20utilizadas%20fueron%3A%20sinfon%C3%ADa,libertad%20para
%20captar%20nuevas%20sensaciones.
Se caracteriza por una escritura no lineal en el tiempo sino como una sucesión
de impresiones. En las formas impresionistas lo que importa es el colorido o sonoridad
de cada acorde con independencia de las disonancias que estos puedan llegar a crear con
sus choques con los demás acordes.
Las novedades que la obra presentaba eran muchas. Por primera vez, Debussy se
apartaba totalmente de la estética establecida, de cualquier obligación tonal y tomaba a
su antojo los recursos para expresar esa impresión general que en él dejó el poema
de Mallarmé.
• Al igual que en la Pintura la primera víctima había sido la precisión del contorno, en
música ese contorno se corresponde con la melodía que, al diluirse el sentido tonal,
queda desdibujada y a la deriva. Es mucho más difícil, por ejemplo, encontrar un
aficionado que tararee una melodía impresionista que una romántica.
• Se utilizan escalas exóticas, tomadas frecuentemente de folklores ancestrales e incluso
de culturas lejanas geográficamente, como la escala pentatónica, de cinco sonidos o la
de tonos enteros.
• También utilizan con frecuencia intervalos muy extensos, como los de novena o
séptima. Asimismo, emplean a menudo sonoridades medievales por medio de acordes
formados por intervalos de cuarta y quinta seguidas, acordes muy denostados en
cualquier Tratado de Armonía, o bien usan directamente antiguos modos medievales. Y
es que como en el caso del color en la pintura, aquí no interesa tanto que la relación
entre los sonidos sea la “académicamente” correcta, sino el impacto directo del sonido
por sí mismo.
• La preferencia por los pintores por temas de ambiente se traduce en nuestro caso por
un tipo de música descriptiva, evocadora más bien, a partir de un poema literario, de una
imagen de un panorama…
• La predilección pictórica por la luz y el color se traduce en Música por la exquisitez
tímbrica, que obtiene los mejores resultados de la instrumentación y de la sutileza del
sonido, por encima del virtuosismo (del piano, por ejemplo) tan característico del
Romanticismo. El piano, durante el Impresionismo, exigió de los intérpretes un gran
esfuerzo, debido al uso de los pedales para otorgar resonancia y color a las nuevas
sonoridades.
Ya hemos dicho que se trata de un movimiento francés con repercusión universal, por
eso, los compositores más significativos son de esta nacionalidad. Sin embargo, hay que
señalar que el Impresionismo tuvo en España una vivencia especial, precisamente a
través de nuestros autores nacionalistas, cuya formación y principal teatro de
operaciones es el París de este período. Por eso, entre los autores vinculados a este
movimiento, señalaremos a Manuel de Falla, que, en su estancia parisina, no pudo ser
impermeable a este contacto con los impresionistas y no lo fue.
Claude Debussy (1862-1918) Alumno rebelde en París en cuyo Conservatorio se
educó, ganó el Premio Roma en 1884 con la cantata “El hijo pródigo”. Durante la
década de 1880, las obras de Debussy se interpretaron con frecuencia, y a pesar de su
por entonces naturaleza controvertida, se le empezó a valorar como compositor. Entre
sus obras más importantes cabe destacar el Preludio a la siesta de un fauno, de 1894, su
primera composición orquestal madura escrita a los 32 años, y basada en un poema del
escritor simbolista Stèphane Mallarmé. Su ópera Peleas y Melisande, basada en la obra
teatral del mismo nombre del poeta belga Maurice de Maeterlink data de 1902 y le
otorgó a Debussy el reconocimiento como músico de prestigio. Entre 1902 y 1920
compuso casi de forma exclusiva obras para piano, destacando Estampas,
Imágenes (dos series) y varios preludios. También para este instrumento es Claro
de Luna, considerado como una de las piezas pianísticas más bellas. En 1909 le
diagnosticaron un cáncer del que murió el 25 de marzo de 1918, en París, antes del final
de la I Guerra Mundial. La obra de Debussy es el Impresionismo en sí, pues si en sus
comienzos tuvo algunos devaneos “wagnerianos”, pronto encontró su camino
abandonando las formas tradicionales, ampliando el concepto de tonalidad mediante el
uso de escalas antiguas, modales, exóticas, disponiendo de una forma muy libre los
acordes y dando una gran importancia a los timbres de los instrumentos para conseguir
esa “evocación” y atmósfera sugerente característica de su obra.
Maurice Ravel (1875-1937) Es un impresionista más abierto que Debussy, haciendo
gala precisamente de la independencia que reivindica el movimiento. Así, a veces
superpone a las características puramente impresionistas, más visibles en unas obras que
en otras (como en Juegos de agua), elementos propios de un moderno neoclasicismo
bien compatible con su ansia de perfección (La tumba de Couperin, Cuarteto
para cuerda), a veces incluye datos del folklore español por el que siente especial
predilección gracias sobre todo a su amistad con Falla (la obra escénica La hora
española, el famoso Bolero, Rapsodia Española…), o incluso elementos del jazz tan de
moda en Europa por aquellos años (Concierto para piano para la mano
izquierda, escrito para el pianista vienés Paul Wittgenstein que había perdido su mano
derecha en la I Guerra Mundial). Para el empresario ruso Serguei Diaguilev compuso el
ballet impresionista Dafnis y Cloe, aunque Diaguilev había ya escenificado arreglos de
obras anteriores de Ravel como la suite Mi madre la oca. En los años 20 también
colaboró con el compositor americano George Gershwin y ambos compositores se
vieron influenciados mutuamente: la orquestación de la últimas obras del músico
americano es más pulida y en las últimas obras de Ravel se observa una sutil influencia
jazzística. Como buen impresionista es un sibarita del sonido y, por consiguiente, un
gran orquestador, tal vez el más brillante del siglo, tanto de obras ajenas (Cuadros de
una exposición de Mussorgsky) como propias (la mencionada Dafnis y Cloe para los
ballets de Diaguilev).
En España hablar de Impresionismo nos lleva al nacionalista Manuel de Falla (1876-
1946). Aunque se dice a menudo que el impresionismo es una fase evolutiva del autor
gaditano (que evoluciona desde el nacionalismo hasta el neoclasicismo), lo cierto es que
parece más bien una constante en él desde La vida Breve hasta su obra inacabada La
Atlántida, pasando por Noches en los jardines de España, obra para piano u
orquesta(1915) o el Concierto para clave y cinco instrumentos (1926), obra que por
cierto ya nos habla en su título de otra característica impresionista: el gusto por los
timbres de las músicas antiguas. La admiración de Falla por Debussy se manifiesta en la
única obra que el gaditano escribió para guitarra: Le tombeau de Debussy.
Erik Satie (1866 - 1925), precursor del minimalismo, el serialismo y
el impresionismo, es considerado una de las figuras más influyentes en la historia de la
música. Denostado por la academia y admirado por otros compositores de su época, de
formación irregular, ingresó inesperadamente en el conservatorio a los 40 años, para
sorpresa de quienes le conocían, tras haberse dedicado, entre otras muchas cosas, a
la música de cabaret.
Tras haber convivido con las vanguardias de su época, su obra resulta aún hoy tan
extravagante como su vida. De conducta transgresora, de carácter insoportable e
intransigente, con ideas disparatadas y ocurrencias en ocasiones irritantes e incluso
paranoicas, se presentaba a sí mismo como «gimnopedista» (antes incluso de escribir su
más famosa composición, las Gymnopédies) y como «fonometrógrafo» (alguien que
mide y escribe los sonidos), prefiriendo definirse así que como músico.
Titulaba sus obras de manera delirante (Tres fragmentos en forma de pera, Españaña,
Vejaciones) y las anotaciones de sus partituras resultaban en ocasiones grotescas. En
su Danse cuiraseé se puede leer: "Paso noble y militar. Se baila en dos filas. La primera
no se mueve. La segunda fila se queda quieta. Los bailarines reciben un sablazo que les
divide en dos la cabeza". Inventó la música de mobiliario, aquella compuesta
específicamente para no ser escuchada, anticipando así la música ambiental de los
espacios públicos. En 1893 fundó la «Eglise Métropolitaine d'Art de Jésus
Conducteur», siendo él su único miembro, con el cargo de «Parcier et Maître de
Chapelle». Basó su obra en el humor y la ironía. Sólo a su muerte, tras entrar en su
apartamento, sus amigos se dieron cuenta de la miseria en la que vivía, miseria a la que
describía como «la muchacha de grandes ojos verdes».
CONCLUSIÓN
BIBLIOGRAFÍA
EWEN, David. Historia del teatro musical en Estados Unidos. México: Compañía
Cátedra, 1994.
REVERTER, Arturo. El arte del canto. El misterio de la voz desvelada. Alianza música , segunda edición,
2019.
RUELAS, Enrique. Historia del arte escénico a través de siglos, épocas y edades.México: Escenología,
2012.
RUIZ RAMÓN, Francisco. Historia del teatro español. Madrid: Cátedra, 1988.