La Revolución Psicoanalítica
La Revolución Psicoanalítica
La Revolución Psicoanalítica
Es un honor para m dirigirme a Uds. en el da de hoy, abril 6, pues dentro de un mes exactamente estaremos celebrando lo que hoy por adelantado nos rene: la celebracin de los 150 aos del nacimiento de Sigmund Freud en un pueblito del Imperio Austro-Hngaro de la poca, llamado Friburgo, Moravia. La conmemoracin del nacimiento de todo gran hombre llena de alegra y profundo agradecimiento, no solo por lo que nos ha aportado personalmente sino tambin por lo que aportado a la humanidad entera. Es con estos sentimientos de alegra y de reconocimiento al pensamiento freudiano, que quisiera recordar junto con Uds. tanto la figura de Freud, como su obra. Voy a referirme a algunos de los aspectos fundamentales, del gran edificio terico y clnico del descubrimiento freudiano: el Psicoanlisis. En cuanto a la figura de Freud, es evidente que nos encontramos con el genio. As lo demuestra su aguda inteligencia, su inmensa capacidad de trabajo desde la edad de la adolescencia hasta los ltimos das antes de su muerte, a la importante edad de sus 83 aos. En esos das Freud trabajaba atendiendo su consulta, aunque por supuesto no con la misma intensidad de sus aos jvenes. Tena en preparacin un compendio de su obra y a travs de sus notas encontramos que se planteaba an nuevos interrogantes dentro del marco de su descubrimiento, estableciendo hiptesis que lamentablemente no pudo terminar de elaborar. Hasta el final mantuvo el estilo tan profundamente sutil y al tiempo encantador, siempre expres la agudeza y seriedad de sus observaciones sobre la complejidad que se le revelaba en el ser humano. All hay algo tambin de revelacin. Hace poco que conversaba con un antiguo colega y observbamos la increble intuicin del pensamiento freudiano y este amigo observaba que efectivamente a Freud el saber era tan natural en l, que de manera grfica expresaba, que a Freud su obra le sala por los poros. De all la frescura, la originalidad y la abundante produccin terica, fruto de su continua y penetrante observacin de lo que pasaba en el inconsciente de sus analizantes. Ni siquiera la
pobreza de los primeros aos de trabajo, recin graduado de mdico, un poco antes de los 30, creo, ni la pobreza de esos aos, ni la terrible enfermedad de sus ltimos 25, le hicieron desviarse de ese afn de construir su legado a la humanidad. Legado que permite liberarnos por el mtodo analtico, del profundo desgarramiento del sujeto hablante. De ese insistente dolor de existir an hoy mas imperioso y actual, como lo muestra nuestro malestar en la cultura. Deseo hoy comentar en especial, algunos aspectos de los dos conceptos fundamentales que sin lugar a dudas han marcado el desarrollo del pensamiento sobre el ser hablante en este siglo y medio de nuestra historia: El concepto de Inconsciente y el campo de la sexualidad establecido por Freud. Esta aproximacin muestra cmo el pensamiento freudiano introduce un corte radical en la concepcin del ser hablante. No somos los mismos antes y despus de Freud. Un hombre nuevo tiene lugar. Nace un nuevo hombre y una nueva mujer. El proceso de la cura analtica no deja de sealarlo siempre. Alguien que haya estado por cierto tiempo en el proceso analtico no dejar de referirse a la idea de un nuevo nacimiento de su ser. El pensamiento, la obra de Freud, su clnica, produce un nuevo sujeto: tanto en la historia del pensamiento, como en el hombre y en la mujer (concretaconcretos?), en su cotidianidad. En la historia de esas rupturas del pensamiento sobre el ser humano, Freud se reconoce en un tercer lugar despus de Coprnico y de Darwin. Coprnico nos causa una herida narcisista al comprobar un cierto descentramiento del lugar de la tierra en el universo. De igual manera Darwin nos seala un cierto desarrollo animal del idealizado sujeto humanoy en un tercer momento Freud toca al ser humano en lo mas profundo de sus entretelas, si podemos usar aqu este trmino. Efectivamente, Freud va a demostrar que el famoso Yo, aparentemente dueo de su actos, de sus decires, de sus quereres, no es mas que una fachada de un profundo desconocimiento de las causas, del sentido que lo determina, que la conciencia no es sino una pequea parcela del ser hablante. Freud podra afirmar al igual que el pensador que lo precede, me refiero al filsofo Baruch Spinoza, podra afirmar, que lo que llamamos libertad no es ms que la ignorancia de las causas de nuestros actos . Es fcil deducir el gran alcance, las consecuencias del desvelamiento freudiano que aporta al destino de cada ser, en cada individuo de la humanidad. En Holanda, en la poca de Freud era reciente la realizacin de una gran obra de ingeniera, una obra de civilizacin, el Zwiverse, el haber ganado terreno al mar, ampliando el terreno frtil del pas de Holanda. Este terreno til ganado al mar, haba, cmo es de suponer, transformado la economa y la vida holandesa, ampliando su territorio y sus posibilidades de explotacin de mayor riqueza. Esa obra de civilizacin, Freud la compara con su descubrimiento del Inconsciente. Su objetivo: recuperar para el ser hablante toda esa tierra propia, la mas cercana y llena de posibilidades para cada ser: su Inconsciente. Lo ms cercano, lo ms ntimo, pero al mismo tiempo lo mas lejano, lo ms extranjero para su conciencia.
Que haya marcado a todo el pensamiento sobre el ser humano, desde el inicio y divulgacin de su obra a finales del siglo XIX, principios del XX, hasta nuestros das, no hay la menor duda. De ello, ustedes acaban de ser testigos, durante la exhibicin, de un entretenimiento de masas, el moderno desarrollo del cine, as lo demuestra. Desde la encantadora y refrescante pelcula de Hitchcock: Spellbound. En la cual con toda la frescura de la poca, 1946, se dan algunas clases de psicoanlisis, al tiempo que por la trama se nos muestra cmo antiguos dramas de nuestra infancia, que han permanecido en el inconsciente, influyen y determinan dramticamente el presente y el futuro de nuestras vidas. O bien como en ese Jardn de Cemento se nos muestra el peligro social del aislamiento del pequeo grupo familiar donde la separacin de las figuras familiares abrira la posibilidad de ampliar el ncleo familiar y desemboca en la estrechez del vnculo incestuoso. O en esa hermosa pelcula del argentino Eliseo Subiela donde la locura no impide que se comprenda la idiotez y profundo desgarramiento de una sociedad. Donde podemos leer en esa foto desgarrada, literalmente desgarrada, la huella de la ausencia, si, la huella de la ausencia, de lo que el psicoanlisis ha denominado la Funcin Paterna. Funcin Paterna que en ltimas, nos permite subsistir en medio de esa arma mortal de la estupidez humana, como la denomina el guionista del film, soportar el dolor de una sociedad desquiciada, sin enloquecernos a la vez. Bien, quisiera poder concretar algunos aspectos puntuales de la obra de Freud. Acercarnos a algunos aspectos, sin pretender de ninguna manera, delimitar el concepto de: EL INCONSCIENTE Tratemos entonces de mostrar en que consiste la llamada revolucin freudiana a partir del concepto del inconsciente. Veamos someramente como se topa, o como se le revela, mejor, este campo psquico. El concepto de Inconsciente, o mejor no el concepto, sino la palabra inconsciente exista antes de Freud. Los filsofos han hablado del inconsciente. All Freud rompe con ese trmino. Nada que ver con el inconsciente filosfico. Freud ms bien reconocer otra tradicin donde algunas veces disfrut del trmino: en la Literatura. El poeta sealaba Freud, el poeta el novelista, es un conocedor del alma humana. Ellos saben mostrar con sutileza las entretelas donde se nos muestra el Inconsciente. Las llamadas formaciones del Inconsciente: el sntoma, el lapsus, el chiste, el sueo, la fantasa. Todo aquello que posibilita, el llamado material de la sesin analtica y que nos permite ir descifrando. Si, descifrando. El Inconsciente est cifrado.
Y hay un gran Otro como dira Jacques Lacan, otro ilustre psicoanalista que nos permiti tener otra cifra del campo Freudiano, Hay un gran Otro que conoce la cifra que rige nuestro Inconsciente. Pero, vayamos ms despacio en nuestra espiral que queremos aqu ir desplegando. Ese gran Otro Lacaniano se le revela a Freud a partir de sus llamados pacientes, hoy ms apropiadamente llamadas y llamados psicoanalizantes. Me refiero a ciertos sujetos, donde el cuerpo muestra un extrao sufrimiento. Tan extrao que la ciencia mdica de la poca va a buscar un trmino en el lenguaje antiguo. El hysteron () viene parece de la palabra griega para tero. Las llamadas histricas, donde el cuerpo sufre una serie de inhibiciones, de sufrimientos, de imposibilidades, de limitaciones que la ciencia mdica de la poca de Freud solo puede entender como un engao, una simulacin, pues ese sufrimiento corporal no corresponde al dao de una funcin fisiolgica. Eso es la histeria en la poca de Freud. Unas simuladoras. Freud, joven mdico fisilogo ha ido con una beca a Paris, a estudiar durante un ao, con un prestigioso medico neurlogo, el Dr. Charcot, en el igualmente famoso hospital de la Salpetriere. El Dr Charcot recibe a Freud en su servicio donde el examina a enfermas que presentan una serie de disfunciones corporales. Estas enfermas presentan diversas patologas: parlisis, cegueras, por ejemplo, pero no hay ninguno dao de la funcin. Charcot utiliza un procedimiento: la hipnosis. Y a partir de la hipnosis, la ceguera o la parlisis, por ejemplo puede desaparecer y atacar a otra parte del cuerpo. Algo sucede a partir de la presencia del mdico Charcot y de su tcnica. Ello le muestra que hay algo que determina la patologa, que va mas all de la concepcin corporal, fisiolgica. Algo le seala que la sexualidad tiene algo que ver. Pero algo tambin se le escapa. Freud regresa a Viena . Y empieza a tratar a estas graves enfermas donde la medicina de su poca nada aporta a su entendimiento, a su curacin. Y resulta que estas pacientes hablan y hablan de su enfermedad y Freud escucha. Hay una famosa paciente llamada en los historiales Anna O, que va hablar de la cura del habla. Creo que esta analizante le revela a Freud la cifra de su sufrimiento: el lenguaje. Un cierto tipo de lenguaje, es cierto. Un lenguaje que no se articula en sonidos, sino que lo expresa en su propio cuerpo. Su cuerpo habla. El sntoma de su cuerpo est regido por otras leyes que van ms all de su cuerpo mismo: el lenguaje. Otra paciente de Freud llamada Dora. El caso Dora, nos muestra como al presentar la misma afona, el mismo malestar corporal que afectaba al padre en su garganta, nos ilustra tanto su identificacin con este padre impotente y nos muestra de alguna manera su inclinacin sexual que sostiene amorosamente a esta figura paterna. La ley que rige al ser humano, al ser hablante: el lenguaje, su singularidad, su especificidad ser el modelo que brinda las bases para aprehender el campo donde se articula el inconsciente . Antes de Freud, todo lo psquico, las percepciones, las ideas, los recuerdos, los sentimientos, los actos volitivos, todos estos elementos tenan una cualidad comn, el carcter de ser consciente. Se crea que el hombre tena el dominio de su Yo. Lo psquico era por lo tanto, sinnimo de conciencia. Lo que Freud va a demostrar es que lo psquico, en la mayora de las veces, es inconsciente. Esto por supuesto implica un escndalo en la concepcin del ser humano. El yo, el sujeto, el individuo, no es el amo de su vida. Esto es comparado por Freud con la revolucin de
Coprnico. La tierra no es el centro del Universo. De igual manera, el Yo es slo una de las instancias que componen el aparato psquico. El Yo desconoce las causas que lo mueven que lo dirigen. En consecuencia, al inconsciente como tal no tenemos acceso, solamente podemos conocerlo, hemos dicho, a partir de sus manifestaciones las llamadas por Lacan la formaciones del Inconsciente: a saber, el sntoma, el acto fallido, el chiste, la fantasa, el sueo. Examinemos con Freud el funcionamiento, las leyes que rigen el fenmeno inconsciente a partir de un acto fallido: el olvido de un nombre. Esto est en un texto de 1905 de Freud que se denomina Psicopatologa de la vida Cotidiana. Este olvido es bastante ejemplar para entender el concepto de inconsciente y ha sido retomado por muchos comentadores. Es un olvido de Freud mismo, que tuvo lugar durante un viaje en tren por la regin de la antigua Yugoeslavia, llamada Herzegovina. Freud haba iniciado una conversacin con su vecino de tren y hablaban de las famosas pinturas de las iglesias de la regin- Estaba hablando especficamente de las pinturas, concretamente de los bellos frescos que adornan la catedral de Orvieto, en Italia. Los frescos llamados Las Causas Finales. Freud iba a mencionar el nombre del famoso pintor, pero en ese momento le fue imposible recordarlo. Haba un blanco en su mente. Haciendo un esfuerzo, surgan en su mente otros nombres de pintores famosos, como Botticelli y Boltrafio. Botticelli Boltrafio Signor elli HERR Significantes Reprimidos: Muerte y Sexualidad. El nombre del pintor que Freud no puede recordar es Signorelli. Parte de este nombre se encuentra en las silabas de los nombres que Freud recuerda. As la terminacin elli de Botticelli, El nombre de Boltrafio remite a Trafoi, donde Freud haba tenido un paciente con una enfermedad incurable que termina suicidndose. Esta la regin que estn transitando en el tren de Bosnia (el Bo de Boticelli y Boltrafio ) y Herzegovina que hacen pensar a Freud en una actitud bastante peculiar de los turcos de la regin sobre la enfermedad, la sexualidad y la muerte. Sin embargo Freud reprime ese comentario por considerarlo inconveniente de tratar con un desconocido. Esa represin se desplaza hacia el nombre que el trata de buscar en su recuerdo. Este ejemplo ilustra varias articulaciones del concepto de Inconsciente: El Inconsciente como lugar de lo reprimido. Como lo reprimido aparece como un hueco, un vaco en la cadena consciente del discurso del sujeto. Es decir un texto faltante
Ese texto faltante se constituye de acuerdo con las leyes que rigen el lenguaje, a saber, de acuerdo con el pionero de la lingstica estructural Ferdinand de Saussure, las relaciones sintagmticas, que se despliegan en la cadena horizontal, y las relaciones paradigmticas, que se despliegan en la cadena vertical. Recordemos que en la misma poca que Freud en Viena construye su teora, de Saussure en Ginebra, Suiza, dicta sus cursos de Lingstica General . Aqu vemos esa curiosa convergencia, entre las leyes del lenguaje que ya sealamos y las leyes de lo inconsciente que esta construyendo Freud conocidas como desplazamiento y condensacin. Postulado de Jacques Lacan, (psiquiatra, psicoanalista francs): el inconsciente est estructurado como un lenguaje. Hasta aqu, los caracteres que queramos subrayar de esta primera Tpica Freudiana. Especficamente queramos subrayar la analoga entre inconsciente y lenguaje. Esto deja sin base una cierta concepcin popular de lo inconsciente como algo irracional, asistemtico, errtico. No. El descubrimiento freudiano nos presenta una lgica inconsciente. Por supuesto, no es la lgica de los filsofos, pero es igualmente rigurosa y compleja. La analoga entre inconsciente y lenguaje ser ms precisa si hablamos de inconsciente y de lenguaje potico. Es sabido que la poesa explota otras leyes del lenguaje, creando nuevos sentidos . Nuevos sentidos cifrados en su texto. De eso se trata, de una ficcin intima de un relato, o de otra escena como la llamaba Freud, o como tambin lo seal Freud La novela familiar del neurtico. Poema y/o novela: las creaciones personales inconscientes , cuyos personajes determinan nuestra conducta, nuestros sentimientos, sin saber que somos los signos que nosotros mismos hemos creado. El poeta ya lo haba sealado: Un signo somos, indescifrado. Hlderlin Otro poeta, Jorge Luis Borges tambin nos lo muestra, valga recordar aqu ese hermoso cuento titulado Las Ruinas Circulares donde Borges recrea un monje solitario que una noche decide crear un hijo de su imaginacin. Este hijo posteriormente tiene su propio templo lejos del padre. Una noche el monje suea con su hijo y ve como mientras su hijo duerme, el fuego devora el templo donde ste se encuentra y siente todo el dolor que lo desgarra porque su hijo al no ser destruido por el fuego va a enterarse que solo es un ser de la imaginacin. El profundo dolor de su hijo lo despierta, para darse entonces cuenta que el templo a su alrededor ha sido devorado tambin por el fuego. Podramos agregar de todas maneras, valga como consuelo al poeta, que entonces slo entonces, podremos dejar nuestro ser imaginario y construir otros significantes que nos permitan construir un cierto Real, menos imaginario que nuestra realidad , menos desconocido tambin y por lo tanto que nos posibilite recrear nuestra aspiracin de un ser mas real. WO ES WAR, SOLL ICH WERDEN (Donde ello era, yo debe advenir. La cifra de nuestro ser).