El Problema de La Fiebre Amarilla EN América : Oficina Sanitaria Panamericana
El Problema de La Fiebre Amarilla EN América : Oficina Sanitaria Panamericana
El Problema de La Fiebre Amarilla EN América : Oficina Sanitaria Panamericana
Desenvolvimientos Recientes
Epidemiología Amazónica
Los estudios encaminados a determinar la distribución de la in-
munidad contra la fiebre amarilla, mediante pruebas de protección
del ratón blanco, verificados en los años 1932-34, han confirmado
nuevamente que en los niños existe una inmunidad adquirida para
esta enfermedad; hecho que prácticamente abarca a todas las pobla-
ciones investigadas en la cuenca del Amazonas, tanto de Brasil como
de Perú y Colombia.
En Río Branco, Awe; Lauro Sodré, cerca de Leticia; Ponte Boa,
entre Leticia y Manaos, y en San Sebastián, isla de Marajó (Pará),
el servicio de viscerotomía ha recogido muestras de hígado en las
cuales anátomopatólogos competentes han diagnosticado la existencia
de lesiones de fiebre amarilla. Estos casos han sido hallados sin
existir allí enfermos declarados como sospechosos de fiebre amarilla.
Investigaciones cuidadosas han demostrado que los casos de Lauro
Sodré y São Sebastião se presentaron en familias esparcidas a lo
largo de las márgenes del río y siempre a cierta distancia de toda
ciudad o pueblo y en completa ausencia del Stegomyia.
Por lo tanto, parece que ahora es que comienza la historia epide-
miológica de la fiebre amarilla en la cuenca del Amazonas.
Por extraños e imprevistos que parezcan los hechos relacionados
con la existencia de la fiebre amarilla en la cuenca del Amazonas y
que acabamos de mencionar, el colmo de lo inesperado en la epide-
miología de esta enfermedad fué alcanzado en abril de 1934, cuando
apareció una enfermedad extraña, rápidamente mortal, que de pre-
ferencia atacaba labradores adultos en Coronel Ponce, distrito rural
de poca densidad de población, ubicado a 180 km. de Cuyabá, capital
de Matto Grosso. La autopsia de un caso y las pruebas de pro-
tección revelaron que se trataba de fiebre amarilla.
Esta zona infectada, colocada precisamente en la hnea divisoria
de las cuencas del Amazonas y del Río de la Plata, está completa-
mente libre de Stegomyia. La falta de anticuerpos protectores en
el suero de los niños de Cuyabá, Poxereu y Lageado, demuestra que
tal vez el virus no fuera introducido en Coronel Ponce de posibles
focos ubicados en las ciudades nombradas, las cuales, por otra parte,
son los ticos centros urbanos próximos de alguna importancia.
La población de Coronel Ponce es tan reducida en número y dis-
persa, que a los que visitan el área se les hace difícil creer que no tenga
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Distribución Actual
Por otra parte, estamos obligados a reconocer que, no obstante el
enorme trabajo efectuado para conseguir la extinción de la fiebre
amarilla en el pasado, la enfermedad, según se ha dicho más arriba,
existe en las áreas rurales del nordeste del Brasil, en lugares muy
separados de la cuenca del Amazonas, en la cuenca del Magdalena y
en la del Orinoco en Colombia. También debemos admitir que los
factores determinantes de la’endemicidad persistente en áreas rurales
de escasa población nos son por el momento desconocidos. Ignoramos
asimismo los métodos apropiados para entablar la lucha en las áreas
donde el Stegomyia no es el vector.
Correlación de Pruebas
La prueba de protección del ratón blanco está considerada, cuando
positiva, como signo de que la persona cuya sangre se examina ha
sido infectada en algún período de su vida con el virus amarílico.
A pesar de que el hígado de los que mueren de fiebre amarilla
presenta generalmente lesiones características que permiten hacer el
diagnóstico histopatológico, el examen de 50,000 muestras, colectadas
en muchas partes de la América del Sur, nos ha convencido de la
necesidad de correlacionar el cuadro histopatológico hepático con los
datos clínicos y con los resultados de prolijas investigaciones en el
presunto foco, antes de denunciar la presencia de fiebre amarilla en
zonas aparentemente indemnes.
Al considerar la aplicación de estos dos métodos de estudio, hay
que tener presente el hecho de que la información suministrada por
cada uno de ellos es diferente. En efecto, la prueba de protección
del ratón blanco informa acerca del número de personas que no han
sido infectadas y del número de las que han sobrevivido a la enferme-
dad. A su vez, el examen sistemático del hígado sólo indica casos
fatales, sin referencia alguna a la pasada o presente extensión de la
enfermedad, con excepción, por supuesto, de los casos descubiertos.
Problema Panamericano
El año pasado, al indicar a la Academia de Medicina del Brasil que
la fiebre amarilla constituye realmente un problema continental que
exige acción internacional, dije lo siguiente: l “El Brasil ha recono-
cido la fiebre amarilla como un problema nacional, pero a la luz de
nuestros actuales conocimientos debe ser considerada como un pro-
blema internacional. Los descubrimientos de los últimos años en
Brasil, Colombia, Bolivia, y Africa demuestran que para una com-
prensión adecuada del problema es necesario un reconocimiento com-
pleto, por los métodos modernos, de todas las regiones previamente
endémicas. En la América del Sur puede decirse que la fiebre
amarilla debe ser considerada un problema continental al cual están
ligados los intereses de todas las naciones que la constituyen. Hasta
el Uruguay, la Argentina y Chile, donde no existen condiciones
favorables para la endemicidad, han pagado tributo en épocas pasadas.
A este respecto, la Argentina se vió obligada a organizar un servicio
de defensa cuando en 1932 temió la importación de la fiebre amarilla
de los llanos de Bolivia. Con el aumento de los medios de transporte
en muchas partes, y con un servicio aéreo que permite efectuar la
vuelta de la América del Sur en 13 días (dentro de poco tiempo el
1 Ver el BOLETÍN de abril 1934, p. 387.
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Programa de Acción
Es de esperar que, como uno de los frutos de la presente Confe-
rencia Sanitaria Panamericana, se concierte una acción que comprenda
todos los puntos de este programa continental, para que sea total o
parcialmente aplicado por las autoridades de todas las naciones del
continente americano en las regiones previamente endémicas. Tal
acción conjunta se basará en:
1. La adopción por todas las naciones de reglamentos uniformes para las
medidas antilarvarias y para la recolecta sistematica de tejido lrepatico de los
casos febriles rapidamente letales,
2. Establecimiento de servicios de laboratorio para cfcctuar pruebas de pro-
tección, examenes de hígado, estudios entomológicos c investigaciones sobre
posibles hu6spedes animales.
El uso de métodos uniformes en la lucha contra el mosquito en
las ciudades y puertos de todo el continente permitiría la remisión
periódica de informes uniformes a una oficina central, de la cual las
autoridades de todas las naciones podrian ser informadas de las con-
diciones, estado y resultado de dicha lucha.
La Oficina Sanitaria Panamericana es actualmente el centro de
reunión e intercambio de los informes relativos al número de casos
de fiebre amarilla y de otras enfermedades de importancia interna-
cional, que son diagnosticados en cada uno de los países del continente.
Pero, desde el punto de vista de la protección contra la entrada de la
fiebre amarilla, es probablemente tan importante conocer todo lo
relativo a la cría de mosquitos en los principales puertos y ciudades
de las regiones peligrosas, como conocer el número de casos diagnosti-
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cados y denunciados por los médicos locales a las correspondientes
autoridades sanitarias.
He procurado en el corto tiempo de que he dispuesto llamar la
atención sobre alguna de las mas recientes adquisiciones de la epi-
demiología de la fiebre amarilla en la América del Sur, especialmente
en lo que se refiere a los brotes de la enfermedad en localidades
rurales y boscosas sin Stegom~iae. Pero deseo hacer notar que el
mantenimiento de índices estegómicos bajos en todos los puertos 7~
ciudades americanas es primordialmente esencial en la lucha contra la
jiebre amarilla.
Me bastará recordar el importante brote de 1928-29 en Río de
Janeiro, después de una aparente ausencia de 20 años de esa ciudad
y de sus distritos adyacentes, para que todos aprec,iemos la cardinal
importancia profiláctic,a de las medidas contra el mosquito.
Por último, deseo consignar mi sincero deseo de que esta con-
ferencia no termine sus sesiones sin adoptar una bien definida política,
tendiente al desarrollo de una acción conjunta para la lucha perma-
nente contra la fiebre amarilla y para su estudio.