Viajes de Colon
Viajes de Colon
Viajes de Colon
Unos años antes del descubrimiento de América, los viajes marítimos portugueses a la India
bordeando la costa de África y siguiendo el derrotero hacia el este a través del Océano
Índico sirvieron como un estímulo para otros navegantes europeos que creían que era
posible llegar a las regiones de Asia oriental navegando hacia el oeste. Cristóbal Colón
defendía la hipótesis de que el diámetro de la Tierra era tan pequeño que se podía alcanzar
Asia navegando desde Europa hacia poniente. En 1492 consiguió el apoyo y el patrocinio
económico de los reyes Isabel y Fernando de Castilla y Aragón, que le autorizaron a
organizar un viaje de exploración que lo condujo a la costa americana.
Fuera del descubrimiento por parte de Cristóbal Colón, actualmente existe evidencias de
contactos transoceánicos precolombinos, el primero bien testimoniado arqueológicamente
que muestra asentamientos vikingos en Terranova antes del descubrimiento de Colón que
fueron posteriormente abandonados sin mayor repercusión y por otro lado existen algunas
evidencias materiales y genéticas que apuntan a que pequeños grupos de navegantes
malayo-polinesios pudieron arribar a las costas de América del Sur, antes de la llegada de
Colón. Sin embargo, en ninguno de los dos casos estos grupos tuvieron un impacto
permanente, por lo que en cierto modo no se consideran un descubrimiento consciente de
una civilización por parte de otra civilización.
Primer viaje
... que estaban presto de la cumplir en todo y por todo según d sus Altezas lo mandan...
pero la marinería de la zona, que no era obligada por la real provisión, no estaba dispuesta a
formar parte de la expedición con un desconocido, como lo era Colón para aquellos
hombres. Independientemente de la mayor o menor credibilidad de las ideas colombinas,
los hombres de Palos nunca secundarían al genovés a no ser que le acompañara algún
navegante respetado en la villa. Con la oposición de los vecinos y de los marineros, Colón
recurrió a una de las provisiones expedidas por los monarcas en la que se le concedió
permiso para reclutar marineros entre los encarcelados, aunque finalmente esto no fue
necesario.
Así mismo hizo uso de otra real provisión, dirigida a las villas de las costas andaluzas:
... las cibdades e villas e logares de la costa de la mar de Andalucía como de todos los nros.
reynos e Señorios (...) Sabedes que nos habemos mandado a Christobal Colon que con tres
carabelas vaya a ciertas partes de la mar oceana como nro. capitán (...) por ende nos vos
mandamos a todos e a cada uno de vos en vros. logares e jurisdicciones que cada quel dicho
Christobal Colon hobiere menester...
Embargó dos barcos en Moguer, en presencia del escribano moguereño Alonso Pardo y por
medio de una comisión dirigida a la villa de Moguer para que cumplieran dicha provisión,4
embarcaciones que más tarde fueron desechadas. Pero seguía sin conseguir enrolar a la
tripulación necesaria para la empresa.
Señor Martín Alonso Pinçón, vamos a este viage que, si salimos con él y Dios nos descubre
tierras, yo os prometo por la Corona Real de partir con vos como un hermano.
Sea como fuere Martín Alonso desde aquel momento comenzó una enérgica campaña en
favor de la empresa. Aportó de su hacienda personal medio millón de maravedís, la tercera
parte de los gastos en metálico de la empresa. 6 7 y convence a sus hermanos, Francisco y
Vicente, y a los Hermanos Niño, destacada familia marinera de Moguer, y con los cuales se
consigue animar y enrolar a toda la marinería necesaria para la empresa, hombres de Palos,
del vecino Moguer, de Huelva, del resto de la comarca8 9 e incluso de fuera de Andalucía.
Marinería que ahora sí se arriesgaba a aquella navegación, ya que el hecho de que Martín
Alonso Pinzón, con sus hermanos y los Hermanos Niño, estuvieran a la cabeza de dicha
armada, era una garantía para los hombres de la zona del Tinto-Odiel.10 11
Primer viaje.
Ultimados los preparativos la expedición partió del Puerto de Palos, el 3 de agosto de 1492.
La escuadra colombina estaba formada por las carabelas Pinta, Niña y la nao Santa María.
La Pinta y La Niña fueron elegidas por los hermanos Pinzón y costeadas por el concejo de
Palos, en cumplimiento de la citada real provisión.12 La tripulación estaba formada por unos
90 hombres aproximadamente.
La expedición se dirigió hacia las islas Canarias, donde Colón visitó a Beatriz de Bobadilla
y Ulloa, gobernadora de La Gomera, y además en la Gran Canaria hizo reparaciones en la
Pinta en el timón y en las velas. Finalizadas las reparaciones, desde la isla de La Gomera
continuó su travesía del Atlántico el 6 de septiembre.13
La llegada a América
El viaje de Cristóbal Colón no resultó fácil para nadie, de hecho hubo conatos de
amotinamiento, pero gracias a la presencia y las dotes de mando de Martín Alonso Pinzón
se consiguieron resolver estas situaciones. Cuando ya se habían agotado todos los cálculos
y previsiones realizadas por Colón, se oyó desde La Pinta el famoso grito de Rodrigo de
Triana «¡Tierra a la vista!», dos horas después de la medianoche del 12 de octubre.
El resumen del Diario de Colón cuenta del siguiente modo el momento de la llegada a la
isla de Guanahaní:
Jueves 11 de octubre: A las dos horas después de media noche pareció la tierra de la cual
estarían dos leguas amainaron todas las velas, y quedaron con el treo, que es la vela grande
sin bonetas, y pusiéronse a la corda, temporizando hasta el día viernes, que llegaron a una
islita de los Lucayos, que se llamaba en lengua de indios Guanahaní. Luego vinieron gente
desnuda, y el Almirante salió a tierra en la barca armada, y Martín Alonso Pinzón y Vicente
Yáñez, su hermano, que era capitán de la Niña. Sacó el Almirante la bandera real y los
capitanes con dos banderas de la Cruz Verde, que llevaba el Almirante en todos los navíos
por seña, con una F y una Y: encima de cada letra su corona, una de un cabo de la cruz y
otra de otro. Puestos en tierra vieron árboles muy verdes y aguas muchas y frutas de
diversas maneras. El Almirante llamó a los dos capitanes y a los demás que saltaron en
tierra, y a Rodrigo de Escobedo, escribano de toda la Armada, y a Rodrigo Sánchez de
Segovia, y dijo que le diesen por fe y testimonio cómo él por ante todos tomaba, como de
hecho tomó, posesión de la dicha isla por el Rey y por la Reina sus señores, haciendo las
protestaciones que se requerían, como más largo se contiene en los testimonios que allí se
hicieron por escrito. Luego se ajuntó allí mucha gente de la isla.
La isla estaba habitada por el pueblo lucayo o taíno. El texto arriba citado, señala la primera
oportunidad en la que los europeos utilizaron el término «indios» para denominar
generalizadamente a los pobladores de América, palabra que deriva del error que
cometieron al pensar que la isla Guanahaní se encontraba en la zona oriental del continente
asiático, que los europeos de entonces confundían con India. En el diario de a bordo, Colón
dejó escrita su primera impresión sobre los nativos que hallaron:
Jueves 11 de octubre: Esto que se sigue son palabras formales del Almirante, en su libro de
su primera navegación y descubrimiento de estas Indias. «Yo -dice él-, porque nos tuviesen
mucha amistad, porque conocí que era gente que mejor se libraría y convertiría a nuestra
Santa Fe con amor que no por fuerza, les di a algunos de ellos unos bonetes colorados y
unas cuentas de vidrio que se ponían al pescuezo, y otras cosas muchas de poco valor, con
que hubieron mucho placer y quedaron tanto nuestros que era maravilla. Los cuales después
venían a las barcas de los navíos adonde nos estábamos, nadando, y nos traían papagayos e
hilo de algodón en ovillos y azagayas y otras cosas muchas, y nos las trocaban por otras
cosas que nos les dábamos, como cuentecillas de vidrio y cascabeles. En fin, todo tomaban
y daban de aquello que tenían de buena voluntad. Mas me pareció que era gente muy pobre
de todo. Ellos andan todos desnudos como su madre los parió, y también las mujeres,
aunque no vi más de una harto moza. Y todos los que yo vi eran todos mancebos, que
ninguno vi de edad de más de treinta años: muy bien hechos, de muy hermosos cuerpos y
muy buenas caras: los cabellos gruesos casi como sedas de cola de caballo, y cortos: los
cabellos traen por encima de las cejas, salvo unos pocos detrás que traen largos, que jamás
cortan. De ellos se pintan de prieto, y ellos son de la color de los canarios ni negros ni
blancos, y de ellos se pintan de blanco, y de ellos de colorado, y de ellos de lo que hallan, y
de ellos se pintan las caras, y de ellos todo el cuerpo, y de ellos solos los ojos, y de ellos
solo el nariz. Ellos no traen armas ni las conocen, porque les mostré espadas y las tomaban
por el filo y se cortaban con ignorancia. No tienen algún hierro: sus azagayas son unas
varas sin hierro, y algunas de ellas tienen al cabo un diente de pez, y otras de otras cosas.
Los taínos habían organizado una sociedad agraria, relativamente avanzada, basada en el
cultivo del maíz, la mandioca y el algodón, incluyendo otros importantes cultivos como el
maní (cacahuete), la pimienta, la piña, la batata y el tabaco. El propio Colón relató en su
diario que cultivaban calabazas y algodón y que poseían casas y «huertas de árboles».14
Sábado 13 de octubre: Yo estaba atento y trabajaba de saber si avía oro y vide que algunos
de ellos traían un pedaçuelo colgado en un agujero que tienen en la nariz. Y por señas pude
entender que yendo al Sur o Bolviendo la isla por el Sur, que estaba allí un rey que tenía
grandes vasos de ello, y tenía muy mucho.
Sin embargo, a pesar de la buena relación entre taínos y españoles, Colón ya pensaba en
Guanahaní, en la posibilidad de esclavizarlos:
La expedición de Colón arribó después a la isla de Cuba, bautizada con el nombre de Juana,
y posteriormente a La Española. El 25 de diciembre encalló la carabela Santa María y con
sus restos mandó construir el Fuerte de La Navidad, en el que dejó una pequeña guarnición.
El 15 de enero de 1493 Colón tomó la decisión de partir, y el 16 las carabelas Pinta y Niña
abandonaron La Española con rumbo a España. Colón, al mando de la expedición en La
Niña, llevaba varios objetos recogidos en la expedición, y además le acompañaban 10
indios, dos de ellos hijos del cacique Guacanagari. El 14 de febrero de 1493, en el
tornaviaje, se cruzaron con una fuerte tempestad que estuvo a punto de hacer naufragar las
embarcaciones. En tan difícil trance, Cristóbal Colón realizó el Voto colombino.15 12 Los
temporales habían separado a las dos carabelas. La Pinta fue desviada hacia el puerto de
Bayona, y el 15 de marzo regresó al puerto de Palos, con Martín Alonso de Pinzón
gravemente enfermo quien finalmente falleció el 31 de marzo en La Rábida. Colón se vio
obligado a atracar en las islas Azores con La Niña, luego regresó al puerto de Palos el 15 de
marzo y, posteriormente, se encaminó a Moguer donde cumplió el voto que había
realizado.12 Posteriormente se encaminó a Barcelona para informar a los Reyes Católicos de
su descubrimiento.
Segundo viaje
Segundo viaje
Los escritos de este viaje registraron algunas situaciones de violencia sexual contra mujeres
indígenas, como la que relató uno de los hombres de su tripulación.16
Tras este viaje se dedicó a consolidar el dominio sobre La Española. En 1496 regresó a
España, llegando a Cádiz el 11 de junio.
Tercer viaje
Tercer viaje
Finalmente arribó a La Española. En esta isla los españoles se habían sublevado por la falta
de riquezas que supuestamente encontrarían. En una de las negociaciones, Colón propuso a
un grupo de españoles el regreso a Cubagua para el tráfico de perlas. Se fundó un
asentamiento perlífero y más tarde, en 1528, de él nació la primera ciudad fundada por
españoles en continente americano, Nueva Cádiz.17
A la llegada del administrador real, Francisco de Bobadilla, Colón fue arrestado. Retornó a
España, el 25 de noviembre de 1500, fue puesto en libertad, pero perdió su prestigio y sus
poderes.
Cuarto viaje
Cuarto viaje
Estrecho de Malaca. Este estrecho era el que buscaba Colón en su cuarto viaje, creía que había
llegado a Asia, y lo necesitaba para llegar a las Indias.
Pese a los problemas por la pérdida de sus poderes, Cristóbal Colón inició el cuarto y
último viaje, aunque con una serie de prohibiciones, como la de tocar tierra en La Española.
El objetivo de este viaje era encontrar un estrecho, el Estrecho de Malaca, que le permitiera
llegar a las Indias, al oeste de las islas Antillas, ya que se veía que éstas no lo eran aunque
no podían quedar muy lejos de las tierras por él descubiertas. Salió del puerto de Cádiz con
dos carabelas y dos navíos: La Capitana, La Gallega, La Vizcaína y el Santiago de Palos,
el día 11 de mayo. Pasando por Canarias, llegó a las Indias en 30 días.18
En 1499 la corona española decidió poner fin al monopolio que tenía Colón sobre las
navegaciones a las Indias y abrió el negocio a otros navegantes y empresarios. Esto dio
lugar a la realización de una serie de expediciones denominadas «viajes menores», «viajes
de reconocimiento y rescate» o también «viajes andaluces», ya que todos se organizaron y
partieron desde Andalucía y los que participaron en ellos residían mayoritariamente en esa
región de España.19
Entre los muchos marinos se destacaron: Pedro Alonso Niño, descubridor de las costas de
golfo de Paria, en Venezuela; Andrés Niño, descubridor de las costas centroamericanas;
Bartolomé Ruiz, descubridor y navegante del Océano Pacífico que integró como piloto la
famosa expedición de Francisco Pizarro de los Trece de la Fama; fray Antonio de Olivares,
fundador de la ciudad de San Antonio de Texas; Alonso Vélez de Mendoza, repoblador de
la isla de Santo Domingo; Diego García de Moguer que tomó parte en el primer viaje
alrededor del mundo junto a Magallanes; Juan Ladrillero, considerado el otro descubridor
del Estrecho de Magallanes y Vicente Yáñez Pinzón, descubridor del Brasil,20 21 Juan
Rodríguez Mafra que participó como piloto de la Nao San Antonio en el viaje de la primera
vuelta al mundo.22
Consecuencias
La llegada de Cristóbal Colón a América está considerada como uno de los hechos más
importantes de la historia universal por las consecuencias que tuvo y debe relacionarse con
el primer viaje alrededor del mundo realizado por la tripulación de Fernando de Magallanes
pocos años después, que abrió paso a la conquista del mundo por parte de Europa.
Si bien todas las potencias europeas impusieron obligatoriamente sus idiomas en sus
respectivos territorios, debido a la hegemonía que sobre América ejercieron España y
Portugal predominaron el idioma español y portugués en sus respectivas zonas de
influencia. España, empero, permitió la utilización de varios idiomas indios como el
quechua y el guaraní. Por su parte la religión católica pasó a ser oficial y la conversión de
los indios fue una de las causas de la conquista; además se generó una población con altos
niveles de mestizaje genético y cultural entre los pueblos originarios, los europeos y los
africanos subsaharianos.
La principal riqueza generada por los territorios españoles en América fue la extracción del
oro y la plata. Inicialmente los españoles encontraron sobre todo oro, y las cantidades
enviadas a España fueron pequeñas: hasta 1514 llegaron unos 40.000 o 50.000 pesos
anuales desde la Española, otros 11.000 desde San Juan y cantidades menores desde Cuba y
Tierra Firme.23 La conquista de los imperios azteca e inca deparó puntualmente grandes
botines de oro. Sin embargo fue la puesta en explotación de minas de plata en México y,
sobre todo, en Potosí a partir de 1545 lo que multiplicó la producción y exportación de
metales preciosos. Se ha calculado que hasta 1660 se enviaron a España unas 16.600
toneladas de plata y 181 toneladas de oro, incluyendo tanto las remesas de particulares
como los impuestos a la Corona. Esto desató una revolución de precios en Europa y
permitió a la Monarquía Hispánica financiar las numerosas guerras en que se vio envuelta. 24
25
No obstante, la mayor parte de la plata y del oro, en torno al 80%, se quedó en la América
española.26
Por otro lado, los españoles primero y los europeos después llevaron consigo a América
animales tan útiles como el caballo, el burro, el asno y demás ganado como la vaca
castellana, el buey, la oveja y animales de granja como el cerdo, la gallina/gallo, el conejo...
Así como ciertos árboles frutales, la cebada, la avena, el centeno y el trigo de la península
ibérica y la caña de azúcar de la islas Canarias o Madeira, que tanto éxito tuvo en el Caribe
o el mismísimo café de las colonias portuguesas en África.28
No todo fue horror: sobre las ruinas del mundo precolombino los españoles y los
portugueses levantaron una construcción histórica grandiosa que, en sus grandes trazos,
todavía está en pie. Unieron a muchos pueblos que hablaban lenguas diferentes, adoraban
dioses distintos, guerreaban entre ellos o se desconocían. Los unieron a través de leyes e
instituciones jurídicas y políticas pero, sobre todo, por la lengua, la cultura y la religión. Sí
las pérdidas fueron enormes, las ganancias han sido inmensas.
Para juzgar con equidad la obra de los españoles en México hay que subrayar que sin ellos
―quiero decir: sin la religión católica y la cultura que implantaron en nuestro país― no
seríamos lo que somos. Seríamos, probablemente, un conjunto de pueblos divididos por
creencias, lenguas y culturas distintas.29
El debate terminológico
Santiago Kovadloff30
En el debate terminológico sobre la manera de denominar el acontecimiento sucedido el 12
de octubre de 1492 se han desarrollado diversas posiciones, a la vez que se han expresado
diversos alcances para cada término:
Un siglo más tarde, en 1992, tuvo lugar la Celebración del V Centenario del
Descubrimiento de América concentrando gran número de actos conmemorativos y debates
sobre el significado y consecuencias del acontecimiento. España organizó la Exposición
Universal de Sevilla, que coincidió en el tiempo con la celebración de las Olimpiadas de
Barcelona. Los Lugares colombinos protagonizaron actuaciones de restauración en sus
principales monumentos y se hizo un viaje repitiendo el primer viaje de Cristóbal Colón a
América con réplicas de los navíos originales (la Pinta, la Niña y la Santa María)
construidos en los astilleros de ribera españoles de Isla Cristina, Cartagena y Barcelona
respectivamente, con métodos artesanales.