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Viajes de Colon

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Antecedentes descubrimiento de América.

Unos años antes del descubrimiento de América, los viajes marítimos portugueses a la India
bordeando la costa de África y siguiendo el derrotero hacia el este a través del Océano
Índico sirvieron como un estímulo para otros navegantes europeos que creían que era
posible llegar a las regiones de Asia oriental navegando hacia el oeste. Cristóbal Colón
defendía la hipótesis de que el diámetro de la Tierra era tan pequeño que se podía alcanzar
Asia navegando desde Europa hacia poniente. En 1492 consiguió el apoyo y el patrocinio
económico de los reyes Isabel y Fernando de Castilla y Aragón, que le autorizaron a
organizar un viaje de exploración que lo condujo a la costa americana.

Fuera del descubrimiento por parte de Cristóbal Colón, actualmente existe evidencias de
contactos transoceánicos precolombinos, el primero bien testimoniado arqueológicamente
que muestra asentamientos vikingos en Terranova antes del descubrimiento de Colón que
fueron posteriormente abandonados sin mayor repercusión y por otro lado existen algunas
evidencias materiales y genéticas que apuntan a que pequeños grupos de navegantes
malayo-polinesios pudieron arribar a las costas de América del Sur, antes de la llegada de
Colón. Sin embargo, en ninguno de los dos casos estos grupos tuvieron un impacto
permanente, por lo que en cierto modo no se consideran un descubrimiento consciente de
una civilización por parte de otra civilización.

Los cuatro viajes de Colón

Cristóbal Colón, en representación de los Reyes Católicos de Castilla y Aragón, realizó


cuatro famosos viajes desde Europa a América en 1492, 1493, 1498 y 1502. En el primero
de ellos llegó a América el 12 de octubre de 1492, a una isla de las Bahamas llamada
Guanahaní, cuya exacta localización aún se discute.

A partir del segundo viaje de Colón, descubrimientos y conquista militar progresaron


conjuntamente. Durante los veinte años que separan 1499 de 1519, cuando empezó la
empresa de Fernando de Magallanes, tuvieron lugar los llamados «viajes de descubrimiento
y rescate» «viajes menores» o «viajes andaluces», capitulados por la corona española con
empresarios privados quebrando el discutido monopolio colombino. En el primero de estos
participó Américo Vespucio, a quien se ha atribuido ser el primer europeo en proponer que
las tierras a las que Colón había llegado no eran en realidad parte de Asia, sino de un
continente desconocido para los europeos y de cuyo nombre de pila deriva el nombre de
"América".

Primer viaje

Artículo principal: Primer viaje de Colón

Los Reyes Católicos, particularmente la reina Isabel I de Castilla, decidieron ayudar a


Cristóbal Colón en su proyecto de llegar a Asia por el oeste, atravesando la mar océana. El
17 de abril de 1492, Colón firmó con los reyes las Capitulaciones de Santa Fe, documentos
por los cuales se autorizó, sin financiar, la expedición de Cristóbal Colón a las Indias por el
mar hacia occidente. Además se le concedieron a Colón una serie de prebendas y títulos,
entre ellos: Almirante, Gobernador, Virrey y el 10% de las riquezas. También se firmaron
varias provisiones y cédulas para que ayudasen a Colón en aquellas villas y puertos de mar
a las que se dirigía. Una provisión fue dirigida a la villa de Palos de la Frontera por una
sanción impuesta a algunos de los vecinos de esta villa.

Iglesia de San Jorge Mártir de Palos de la Frontera.

El 23 de mayo de 1492, a las puertas de la iglesia de San Jorge de Palos de la Frontera, en


presencia de Cristóbal Colón, fray Juan Pérez y las autoridades locales, se dio lectura a la
Real Provisión, firmada por los Reyes Católicos, en la que se ordenaba a ciertos vecinos de
la villa palerma poner a disposición de Colón dos carabelas totalmente armadas y
aparejadas.

Real Provisión de los Reyes Católicos DIRIGIDA A CIERTOS VECINOS DE PALOS


PARA QUE ENTREGUEN A CRISTÓBAL COLÓN DOS CARABELAS Granada, 30 de
Abril de 1492…………….........................................................................................................
Vien sabedes como por algunas cosas fechas e cometidas por vosotros en desserbicio
nuestro, por los del nuestro Consejo fuistes condenados a que fuésedes obligados a nos
servir dos meses con dos carabelas armadas a vuestras propias costas e espensas cada e
quando e doquier que por nos vos fuese mandado so ciertas penas, segund que todo más
largamente en la dicha sentencia que contra vosotros fue dada se contiene. E agora, por
quanto nos avemos mandado a Christoval Colón que vaya con tres carabelas de armada,
como nuestro capitán de las dichas tres carabelas, para ciertas partes de la mar océana sobre
algunas cosas que cunplen a nuestro servicio e nos queremos que llebe consigo las dichas
dos carabelas con que asy nos aveis de servir...

Archivo General de Indias. Signatura: PATRONATO, 295, N.3.3

Los vecinos a los que es referida dicha provisión contestarían:

... que estaban presto de la cumplir en todo y por todo según d sus Altezas lo mandan...

Parte trasera de la Real Provisión.3

pero la marinería de la zona, que no era obligada por la real provisión, no estaba dispuesta a
formar parte de la expedición con un desconocido, como lo era Colón para aquellos
hombres. Independientemente de la mayor o menor credibilidad de las ideas colombinas,
los hombres de Palos nunca secundarían al genovés a no ser que le acompañara algún
navegante respetado en la villa. Con la oposición de los vecinos y de los marineros, Colón
recurrió a una de las provisiones expedidas por los monarcas en la que se le concedió
permiso para reclutar marineros entre los encarcelados, aunque finalmente esto no fue
necesario.
Así mismo hizo uso de otra real provisión, dirigida a las villas de las costas andaluzas:

... las cibdades e villas e logares de la costa de la mar de Andalucía como de todos los nros.
reynos e Señorios (...) Sabedes que nos habemos mandado a Christobal Colon que con tres
carabelas vaya a ciertas partes de la mar oceana como nro. capitán (...) por ende nos vos
mandamos a todos e a cada uno de vos en vros. logares e jurisdicciones que cada quel dicho
Christobal Colon hobiere menester...

Archivo General de Indias. Signatura: PATRONATO, 295, N.4.

Embargó dos barcos en Moguer, en presencia del escribano moguereño Alonso Pardo y por
medio de una comisión dirigida a la villa de Moguer para que cumplieran dicha provisión,4
embarcaciones que más tarde fueron desechadas. Pero seguía sin conseguir enrolar a la
tripulación necesaria para la empresa.

En estas circunstancias, y gracias a la ayuda de los franciscanos del monasterio de La


Rábida y a Pero Vázquez de la Frontera, viejo y respetado marino de la zona, Colón
conoció a Martín Alonso Pinzón,5 rico armador y líder natural de la zona gracias a sus
muchas navegaciones tanto por el Océano Atlántico como por el Mar Mediterráneo, y por
los que había amasado fortuna y fama. Además de los ánimos y la influencia de estas
amistades, al mayor de los hermanos Pinzón le habría convencido también la propuesta
que, según el testimonio de Alonso Gallego en los Pleitos colombinos, Colón le hizo a
Martín Alonso:

Señor Martín Alonso Pinçón, vamos a este viage que, si salimos con él y Dios nos descubre
tierras, yo os prometo por la Corona Real de partir con vos como un hermano.

Sea como fuere Martín Alonso desde aquel momento comenzó una enérgica campaña en
favor de la empresa. Aportó de su hacienda personal medio millón de maravedís, la tercera
parte de los gastos en metálico de la empresa. 6 7 y convence a sus hermanos, Francisco y
Vicente, y a los Hermanos Niño, destacada familia marinera de Moguer, y con los cuales se
consigue animar y enrolar a toda la marinería necesaria para la empresa, hombres de Palos,
del vecino Moguer, de Huelva, del resto de la comarca8 9 e incluso de fuera de Andalucía.
Marinería que ahora sí se arriesgaba a aquella navegación, ya que el hecho de que Martín
Alonso Pinzón, con sus hermanos y los Hermanos Niño, estuvieran a la cabeza de dicha
armada, era una garantía para los hombres de la zona del Tinto-Odiel.10 11

Primer viaje.

Ultimados los preparativos la expedición partió del Puerto de Palos, el 3 de agosto de 1492.
La escuadra colombina estaba formada por las carabelas Pinta, Niña y la nao Santa María.
La Pinta y La Niña fueron elegidas por los hermanos Pinzón y costeadas por el concejo de
Palos, en cumplimiento de la citada real provisión.12 La tripulación estaba formada por unos
90 hombres aproximadamente.
La expedición se dirigió hacia las islas Canarias, donde Colón visitó a Beatriz de Bobadilla
y Ulloa, gobernadora de La Gomera, y además en la Gran Canaria hizo reparaciones en la
Pinta en el timón y en las velas. Finalizadas las reparaciones, desde la isla de La Gomera
continuó su travesía del Atlántico el 6 de septiembre.13

La llegada a América

El viaje de Cristóbal Colón no resultó fácil para nadie, de hecho hubo conatos de
amotinamiento, pero gracias a la presencia y las dotes de mando de Martín Alonso Pinzón
se consiguieron resolver estas situaciones. Cuando ya se habían agotado todos los cálculos
y previsiones realizadas por Colón, se oyó desde La Pinta el famoso grito de Rodrigo de
Triana «¡Tierra a la vista!», dos horas después de la medianoche del 12 de octubre.

El resumen del Diario de Colón cuenta del siguiente modo el momento de la llegada a la
isla de Guanahaní:

Jueves 11 de octubre: A las dos horas después de media noche pareció la tierra de la cual
estarían dos leguas amainaron todas las velas, y quedaron con el treo, que es la vela grande
sin bonetas, y pusiéronse a la corda, temporizando hasta el día viernes, que llegaron a una
islita de los Lucayos, que se llamaba en lengua de indios Guanahaní. Luego vinieron gente
desnuda, y el Almirante salió a tierra en la barca armada, y Martín Alonso Pinzón y Vicente
Yáñez, su hermano, que era capitán de la Niña. Sacó el Almirante la bandera real y los
capitanes con dos banderas de la Cruz Verde, que llevaba el Almirante en todos los navíos
por seña, con una F y una Y: encima de cada letra su corona, una de un cabo de la cruz y
otra de otro. Puestos en tierra vieron árboles muy verdes y aguas muchas y frutas de
diversas maneras. El Almirante llamó a los dos capitanes y a los demás que saltaron en
tierra, y a Rodrigo de Escobedo, escribano de toda la Armada, y a Rodrigo Sánchez de
Segovia, y dijo que le diesen por fe y testimonio cómo él por ante todos tomaba, como de
hecho tomó, posesión de la dicha isla por el Rey y por la Reina sus señores, haciendo las
protestaciones que se requerían, como más largo se contiene en los testimonios que allí se
hicieron por escrito. Luego se ajuntó allí mucha gente de la isla.

La isla estaba habitada por el pueblo lucayo o taíno. El texto arriba citado, señala la primera
oportunidad en la que los europeos utilizaron el término «indios» para denominar
generalizadamente a los pobladores de América, palabra que deriva del error que
cometieron al pensar que la isla Guanahaní se encontraba en la zona oriental del continente
asiático, que los europeos de entonces confundían con India. En el diario de a bordo, Colón
dejó escrita su primera impresión sobre los nativos que hallaron:

Jueves 11 de octubre: Esto que se sigue son palabras formales del Almirante, en su libro de
su primera navegación y descubrimiento de estas Indias. «Yo -dice él-, porque nos tuviesen
mucha amistad, porque conocí que era gente que mejor se libraría y convertiría a nuestra
Santa Fe con amor que no por fuerza, les di a algunos de ellos unos bonetes colorados y
unas cuentas de vidrio que se ponían al pescuezo, y otras cosas muchas de poco valor, con
que hubieron mucho placer y quedaron tanto nuestros que era maravilla. Los cuales después
venían a las barcas de los navíos adonde nos estábamos, nadando, y nos traían papagayos e
hilo de algodón en ovillos y azagayas y otras cosas muchas, y nos las trocaban por otras
cosas que nos les dábamos, como cuentecillas de vidrio y cascabeles. En fin, todo tomaban
y daban de aquello que tenían de buena voluntad. Mas me pareció que era gente muy pobre
de todo. Ellos andan todos desnudos como su madre los parió, y también las mujeres,
aunque no vi más de una harto moza. Y todos los que yo vi eran todos mancebos, que
ninguno vi de edad de más de treinta años: muy bien hechos, de muy hermosos cuerpos y
muy buenas caras: los cabellos gruesos casi como sedas de cola de caballo, y cortos: los
cabellos traen por encima de las cejas, salvo unos pocos detrás que traen largos, que jamás
cortan. De ellos se pintan de prieto, y ellos son de la color de los canarios ni negros ni
blancos, y de ellos se pintan de blanco, y de ellos de colorado, y de ellos de lo que hallan, y
de ellos se pintan las caras, y de ellos todo el cuerpo, y de ellos solos los ojos, y de ellos
solo el nariz. Ellos no traen armas ni las conocen, porque les mostré espadas y las tomaban
por el filo y se cortaban con ignorancia. No tienen algún hierro: sus azagayas son unas
varas sin hierro, y algunas de ellas tienen al cabo un diente de pez, y otras de otras cosas.

Los taínos habían organizado una sociedad agraria, relativamente avanzada, basada en el
cultivo del maíz, la mandioca y el algodón, incluyendo otros importantes cultivos como el
maní (cacahuete), la pimienta, la piña, la batata y el tabaco. El propio Colón relató en su
diario que cultivaban calabazas y algodón y que poseían casas y «huertas de árboles».14

Colón desembarca en Guanahaní.

Taínos y españoles intercambiaron productos pacíficamente, pero aquellos no tenían


posesiones de oro, principal producto que buscaban los españoles. Al día siguiente el Diario
comentaba:

Sábado 13 de octubre: Yo estaba atento y trabajaba de saber si avía oro y vide que algunos
de ellos traían un pedaçuelo colgado en un agujero que tienen en la nariz. Y por señas pude
entender que yendo al Sur o Bolviendo la isla por el Sur, que estaba allí un rey que tenía
grandes vasos de ello, y tenía muy mucho.

Sin embargo, a pesar de la buena relación entre taínos y españoles, Colón ya pensaba en
Guanahaní, en la posibilidad de esclavizarlos:

Domingo 14 de octubre: puédenlos todos llevar a Castilla o tenellos en la misma isla


captivos, porque con cincuenta hombres los ternán a todos sojuzgados y los harán hazer lo
que quisieren.

La expedición de Colón arribó después a la isla de Cuba, bautizada con el nombre de Juana,
y posteriormente a La Española. El 25 de diciembre encalló la carabela Santa María y con
sus restos mandó construir el Fuerte de La Navidad, en el que dejó una pequeña guarnición.

El 15 de enero de 1493 Colón tomó la decisión de partir, y el 16 las carabelas Pinta y Niña
abandonaron La Española con rumbo a España. Colón, al mando de la expedición en La
Niña, llevaba varios objetos recogidos en la expedición, y además le acompañaban 10
indios, dos de ellos hijos del cacique Guacanagari. El 14 de febrero de 1493, en el
tornaviaje, se cruzaron con una fuerte tempestad que estuvo a punto de hacer naufragar las
embarcaciones. En tan difícil trance, Cristóbal Colón realizó el Voto colombino.15 12 Los
temporales habían separado a las dos carabelas. La Pinta fue desviada hacia el puerto de
Bayona, y el 15 de marzo regresó al puerto de Palos, con Martín Alonso de Pinzón
gravemente enfermo quien finalmente falleció el 31 de marzo en La Rábida. Colón se vio
obligado a atracar en las islas Azores con La Niña, luego regresó al puerto de Palos el 15 de
marzo y, posteriormente, se encaminó a Moguer donde cumplió el voto que había
realizado.12 Posteriormente se encaminó a Barcelona para informar a los Reyes Católicos de
su descubrimiento.

Segundo viaje

Segundo viaje

El segundo viaje de Cristóbal Colón zarpó de Cádiz el 24 de septiembre de 1493. La


expedición tenía como finalidad asentar la presencia española en los territorios descubiertos
y encontrar el camino hacia India y Catay. La primera isla a que arribó fue La Deseada, el 3
de noviembre; después descubrió Puerto Rico y llegó a La Española, donde encontró
destruido el Fuerte de La Navidad por una ofensiva del cacique caribe Caonabo. En la
misma isla fundó la Villa Isabela, el 6 de enero de 1494.

Continuó su viaje de exploración y recorrió las costas de Juana (Cuba) y Santiago


(Jamaica). A fines de 1494 o principios de 1495 se dirigió hacia el sur.

Los escritos de este viaje registraron algunas situaciones de violencia sexual contra mujeres
indígenas, como la que relató uno de los hombres de su tripulación.16

Tras este viaje se dedicó a consolidar el dominio sobre La Española. En 1496 regresó a
España, llegando a Cádiz el 11 de junio.

Tercer viaje

Artículo principal: Tercer viaje de Colón

Tercer viaje

Ruinas de Nueva Cádiz, en la costa nororiental de la isla de Cubagua.

El tercer viaje de Cristóbal Colón comenzó el 30 de mayo de 1498. Colón partió de


Sanlúcar de Barrameda y llegó a la isla Trinidad a finales del mes de julio. Del 4 al 12 de
agosto visitó el golfo de Paria, en la desembocadura del río Orinoco, en América del Sur .
Denominó a toda esta región Tierra de Gracias, por la amabilidad de los indígenas. Supuso
que había llegado a un continente por la gran cantidad de agua dulce. Así, por primera vez,
se llegaba a Tierra Firme.
Posteriormente recorrió y exploró las tres islas del actual estado de Nueva Esparta, la isla
principal la llamó Asunción, las otras son las actuales Cubagua y Coche. Más tarde
Cristóbal de la Guerra, le cambió el nombre a La Asunción por el de isla Margarita por la
gran cantidad de perlas que había.

Finalmente arribó a La Española. En esta isla los españoles se habían sublevado por la falta
de riquezas que supuestamente encontrarían. En una de las negociaciones, Colón propuso a
un grupo de españoles el regreso a Cubagua para el tráfico de perlas. Se fundó un
asentamiento perlífero y más tarde, en 1528, de él nació la primera ciudad fundada por
españoles en continente americano, Nueva Cádiz.17

A la llegada del administrador real, Francisco de Bobadilla, Colón fue arrestado. Retornó a
España, el 25 de noviembre de 1500, fue puesto en libertad, pero perdió su prestigio y sus
poderes.

Cuarto viaje

Cuarto viaje

Estrecho de Malaca. Este estrecho era el que buscaba Colón en su cuarto viaje, creía que había
llegado a Asia, y lo necesitaba para llegar a las Indias.

Pese a los problemas por la pérdida de sus poderes, Cristóbal Colón inició el cuarto y
último viaje, aunque con una serie de prohibiciones, como la de tocar tierra en La Española.
El objetivo de este viaje era encontrar un estrecho, el Estrecho de Malaca, que le permitiera
llegar a las Indias, al oeste de las islas Antillas, ya que se veía que éstas no lo eran aunque
no podían quedar muy lejos de las tierras por él descubiertas. Salió del puerto de Cádiz con
dos carabelas y dos navíos: La Capitana, La Gallega, La Vizcaína y el Santiago de Palos,
el día 11 de mayo. Pasando por Canarias, llegó a las Indias en 30 días.18

Por los problemas surgidos en La Española, Nicolás de Ovando, nuevo gobernador de la


colonia, no permitió que Colón desembarcase a pesar de una inminente tempestad y que
cambiase uno de sus buques por otro de mejores condiciones. Colón capeó como pudo el
temporal y pasó a Jamaica, aunque la tormenta no le dejó hasta el 12 de septiembre, 88 días
de tormenta.

Siguiendo al oeste, descubriendo la isla de Guanaja, en la costa de Honduras, en América


Central, encontró una embarcación con mercaderes mayas que le ofrecieron cacao. En la
Punta Cajina (hoy Punta Trujillo) los tripulantes descendieron de sus naves para asistir a la
primera misa católica celebrada en la tierra firme de América. Continuó al este y lo
sorprendió un huracán, durante varias semanas las 4 naves fueron sacudidas por la tormenta
y el 12 de septiembre doblaron un cabo. Allí se calmó la tormenta y Colón lo bautizó como
Cabo Gracias a Dios, en la costa de Honduras, por decir «Gracias a Dios que al fin salimos
de esas honduras» y de allí navegó hacia el sur.[cita requerida]
Varias expediciones siguieron a los cuatro viajes colombinos. Fueron los Viajes Menores,
los cuales permitieron reconocer la existencia del continente Americano y explorar toda la
costa de Venezuela.

Los viajes menores o andaluces

En 1499 la corona española decidió poner fin al monopolio que tenía Colón sobre las
navegaciones a las Indias y abrió el negocio a otros navegantes y empresarios. Esto dio
lugar a la realización de una serie de expediciones denominadas «viajes menores», «viajes
de reconocimiento y rescate» o también «viajes andaluces», ya que todos se organizaron y
partieron desde Andalucía y los que participaron en ellos residían mayoritariamente en esa
región de España.19

Entre los muchos marinos se destacaron: Pedro Alonso Niño, descubridor de las costas de
golfo de Paria, en Venezuela; Andrés Niño, descubridor de las costas centroamericanas;
Bartolomé Ruiz, descubridor y navegante del Océano Pacífico que integró como piloto la
famosa expedición de Francisco Pizarro de los Trece de la Fama; fray Antonio de Olivares,
fundador de la ciudad de San Antonio de Texas; Alonso Vélez de Mendoza, repoblador de
la isla de Santo Domingo; Diego García de Moguer que tomó parte en el primer viaje
alrededor del mundo junto a Magallanes; Juan Ladrillero, considerado el otro descubridor
del Estrecho de Magallanes y Vicente Yáñez Pinzón, descubridor del Brasil,20 21 Juan
Rodríguez Mafra que participó como piloto de la Nao San Antonio en el viaje de la primera
vuelta al mundo.22

Consecuencias

La llegada de Cristóbal Colón a América está considerada como uno de los hechos más
importantes de la historia universal por las consecuencias que tuvo y debe relacionarse con
el primer viaje alrededor del mundo realizado por la tripulación de Fernando de Magallanes
pocos años después, que abrió paso a la conquista del mundo por parte de Europa.

Consecuencias a largo plazo

Artículos principales: Colonización europea de América y Colonización española de América.

Américo Vespucci despierta "America," grabado del 1638

La llegada de Cristóbal Colón permitió el comienzo de la conquista de América, cuya


primera campaña fue la que los españoles emprendieron en Cuba, por Velázquez. A ella
siguieron las dos más importantes: la del Imperio azteca, por Hernán Cortés y la del
Imperio inca (por Francisco Pizarro) así como otras hasta su finalización definitiva tras los
decretos del rey Felipe II de abolición de la conquista. A partir de ellos comenzó la
«colonización de América», en la que intervinieron también portugueses, ingleses,
holandeses y franceses.
El contagio de las enfermedades que los europeos llevaron consigo (viruela, tifus, fiebre
amarilla, etc.) produjo un colapso de la población india de América, con gran impacto en la
mortandad. Igualmente vinieron enfermedades de las Américas como la en su día temida
sífilis que diezmó la población europea desde las posesiones españolas en Italia en 1494.

Si bien todas las potencias europeas impusieron obligatoriamente sus idiomas en sus
respectivos territorios, debido a la hegemonía que sobre América ejercieron España y
Portugal predominaron el idioma español y portugués en sus respectivas zonas de
influencia. España, empero, permitió la utilización de varios idiomas indios como el
quechua y el guaraní. Por su parte la religión católica pasó a ser oficial y la conversión de
los indios fue una de las causas de la conquista; además se generó una población con altos
niveles de mestizaje genético y cultural entre los pueblos originarios, los europeos y los
africanos subsaharianos.

La principal riqueza generada por los territorios españoles en América fue la extracción del
oro y la plata. Inicialmente los españoles encontraron sobre todo oro, y las cantidades
enviadas a España fueron pequeñas: hasta 1514 llegaron unos 40.000 o 50.000 pesos
anuales desde la Española, otros 11.000 desde San Juan y cantidades menores desde Cuba y
Tierra Firme.23 La conquista de los imperios azteca e inca deparó puntualmente grandes
botines de oro. Sin embargo fue la puesta en explotación de minas de plata en México y,
sobre todo, en Potosí a partir de 1545 lo que multiplicó la producción y exportación de
metales preciosos. Se ha calculado que hasta 1660 se enviaron a España unas 16.600
toneladas de plata y 181 toneladas de oro, incluyendo tanto las remesas de particulares
como los impuestos a la Corona. Esto desató una revolución de precios en Europa y
permitió a la Monarquía Hispánica financiar las numerosas guerras en que se vio envuelta. 24
25
No obstante, la mayor parte de la plata y del oro, en torno al 80%, se quedó en la América
española.26

Otra importante consecuencia de la llegada de los europeos a América fue la asimilación y


la difusión mundial de los alimentos que habían sido consumidos por las culturas
americanas y que hoy se estima constituyen el 75% de base alimentaria que consume la
Humanidad. Ellos son el maíz, la batata, la calabaza, el tomate, el chocolate, el cacahuate o
maní, la vainilla, los ajíes, la palta o aguacate, todos estos originarios de Mesoamérica, con
justa razón nombrada por los conquistadores «el cuerno de la abundancia», y la papa (o
patata como se denomina en España) originaria de los pueblos nativos de los Andes. Otros
productos importantes originarios de América son la goma y el tabaco.27

Por otro lado, los españoles primero y los europeos después llevaron consigo a América
animales tan útiles como el caballo, el burro, el asno y demás ganado como la vaca
castellana, el buey, la oveja y animales de granja como el cerdo, la gallina/gallo, el conejo...
Así como ciertos árboles frutales, la cebada, la avena, el centeno y el trigo de la península
ibérica y la caña de azúcar de la islas Canarias o Madeira, que tanto éxito tuvo en el Caribe
o el mismísimo café de las colonias portuguesas en África.28

La llegada de Colón a América causó también una gran expansión de la navegación y el


comercio entre los pueblos, que se volvió mundial.
Los colonos ingleses en América terminaron organizando a partir de 1776 un nuevo tipo de
sociedad a partir de conceptos novedosos como independencia, constitución, federalismo y
dieron origen a los Estados Unidos de América que, en el siglo XX, reemplazó a Gran
Bretaña como potencia mundial dominante.

No todo fue horror: sobre las ruinas del mundo precolombino los españoles y los
portugueses levantaron una construcción histórica grandiosa que, en sus grandes trazos,
todavía está en pie. Unieron a muchos pueblos que hablaban lenguas diferentes, adoraban
dioses distintos, guerreaban entre ellos o se desconocían. Los unieron a través de leyes e
instituciones jurídicas y políticas pero, sobre todo, por la lengua, la cultura y la religión. Sí
las pérdidas fueron enormes, las ganancias han sido inmensas.
Para juzgar con equidad la obra de los españoles en México hay que subrayar que sin ellos
―quiero decir: sin la religión católica y la cultura que implantaron en nuestro país― no
seríamos lo que somos. Seríamos, probablemente, un conjunto de pueblos divididos por
creencias, lenguas y culturas distintas.29

Octavio Paz, 1995

El debate terminológico

La expresión «descubrimiento de América» para referirse a la llegada de Cristóbal Colón al


continente americano es criticada por diversos sectores, culturas y estudiosos, dando lugar a
un amplio y apasionado debate. Esta confrontación ha estado íntimamente vinculada al uso
de los términos Día de la Raza, Día de la Hispanidad, Día de la Resistencia Indígena y otros
creados para referirse al mismo suceso. El debate se generalizó en 1992, en ocasión del V
centenario de la llegada de Colón a América.

El filósofo argentino Santiago Kovadloff dijo a este respecto:

Se aproxima un nuevo 12 de octubre y aún perduran los ecos de la polémica desatada en


1992. Al cumplirse los quinientos años de la llegada de los españoles a América estalló la
discusión, hasta allí quizá menos estridente pero no menos apasionada. ¿Cómo debía
designarse lo sucedido? ¿Descubrimiento? ¿Encuentro de culturas? ¿Usurpación?
¿Conquista? Una gama de posibilidades e imposibilidades interpretativas se viene
desplegando con fervor desde entonces hasta hoy. El desacuerdo alentó confrontaciones
interminables. Si la trascendencia del acontecimiento evocado resulta indiscutible, su
caracterización, por uno u otro motivo insatisfactoria, prueba la dificultad para generar
consenso donde tanta falta hace. Después de todo, si cabe a los nombres, como enseña
Aristóteles, enunciar las propiedades de las cosas, la desorientación para lograr
convergencias en esta materia evidencia que, aún ahora, aquellos a quienes la cuestión
compete siguen hablando de cosas distintas.

Santiago Kovadloff30
En el debate terminológico sobre la manera de denominar el acontecimiento sucedido el 12
de octubre de 1492 se han desarrollado diversas posiciones, a la vez que se han expresado
diversos alcances para cada término:

 Postura tradicional: es la postura tradicional o clásica, mayoritaria, que se ha usa desde


fines del siglo XVI, primero en la cultura occidental y luego se ha extendido en todo el
mundo, que utiliza el término «descubrimiento de América», para referirse
exclusivamente al acto realizado por Colón el 12 de octubre de 1492, al llegar a la isla
Guanahaní conduciendo la expedición española embarcada en las famosas tres carabelas,
en su primer viaje. La postura tradicional tiene su origen en el «mito del piloto original» ya
presente en los testimonios del padre Bartolomé de las Casas, luego modificado por
Fernando Colón en la biografía de su padre, Vida del almirante, publicada en 1571 (ver
O’Gorman).
o Postura tradicional ampliada: es la postura que sin abandonar la postura
tradicional discute el alcance original, y sostiene que el término debe extenderse a
todos los viajes de Colón a América, o sea, a sus cuatro viajes ya que entiende el
término «descubrimiento de América» no como un acto sino como una etapa, la
primera de la expansión ultramarina de Europa, sucedida luego por otras dos
etapas: la conquista y la colonización.
o Postura tradicional modificada: esta postura sostiene que es incorrecto aplicar el
término «descubrimiento de América» a ninguno de los actos realizados por Colón
y sus hombres, y que dicha denominación debe reservarse al momento que el
primer europeo «descubrió» que Colón había llegado a tierras desconocidas hasta
entonces para las culturas europeas, africanas, asiáticas y polinésicas del siglo XV.
Este momento también se encuentra discutido, pero existe cierto consenso en
atribuírselo al italiano Américo Vespucio a partir de cuyo nombre los europeos
denominaron «América» a ese continente.
 Postura cronológica: es la postura que sostiene que el término «descubrimiento», a secas,
o «primer descubrimiento», debe ser reservado para el primer ser humano en realizarlo, y
en el caso en debate, para los primeros seres humanos en poblar el continente americano
y es la utilizada por algunos arqueólogos, antropólogos e historiadores, como por ejemplo
William Dancey (de la Universidad de Ohio).31 y que admite denominaciones sucesivas
como «primer descubrimiento», «segundo descubrimiento», «tercer descubrimiento»,
«cuarto descubrimiento», de América, para referirse a las llegadas de los primeros seres
humanos, y luego de los inuit, vikingos/europeos y españoles/europeos, respectivamente.
o Postura cronológica modificada europea vikinga: esta postura rechaza la
aplicación del término «descubrimiento de América» para la llegada de Colón
porque sostiene que los primeros europeos en llegar a América fueron los
vikingos, debiendo aplicarse el término a la llegada a América de Leif Eriksson en
985 (ca.).
o Postura cronológica modificada europea moderna: esta postura sostiene que
hubo otros europeos modernos que descubrieron América antes de la llegada de
Colón, como la hipótesis de Alonso Sánchez de Huelva.
o Postura cronológica modificada no europea: esta postura sostiene que antes que
ningún pueblo europeo hubo otros pueblos no europeos en llegar a América luego
de los siberianos e inuit. Los casos varían entre chinos, polinésicos, fenicios,
egipcios, mandingos y marroquís.
 Postura etnológica: esta postura sostiene que puede considerarse «descubrimiento» al
realizado por cada cultura o etnia en condiciones de aislamiento. De este modo tanto la
llegada original de los siberianos a América y eventualmente de otras etnias, como las
posteriores de los inuit, los vikingos y los españoles, significaron un «descubrimiento»
para cada una de esas etnias o culturas. En este caso, propone adicionar al término
«descubrimiento» la etnia o cultura para la que es significativa, hablando de
«descubrimiento de América por los vikingos» o «descubrimiento de América por los
europeos medievales», etc.32 Un ejemplo de esta postura es el libro The American
Discovery of Europe (El descubrimiento americano de Europa), de Jack D. Forbes, 2006.
Esta postura abrió camino también al concepto de «descubrimiento de Europa» por parte
de las culturas indígenas, cuya existencia también desconocían, concepto que utilizan
algunos historiadores como Daniel Richter (Universidad de Pensilvania, en Native
American Discoveries of Europe) o el estado de Chile que denomina al 12 de octubre como
Día del Descubrimiento de Dos Mundos.
 Postura pluralista: esta postura acepta que para diversos grupos sociales, étnicos,
lingüísticos y culturales, el término «descubrimiento de América» tiene múltiples
acepciones, sin tomar partido por ninguna.
 Postura indígenista/anticolonialista: esta postura es sostenida por varios pueblos
indígenas americanos que cuestionan el término «descubrimiento de América» por
considerarlo una denominación eurocéntrica, que ignora la presencia de sus antepasados
en América al momento de la llegada de los españoles, dando prioridad a la idea de
América como «tierras» antes que como pueblos, con el fin de legitimar culturalmente la
posterior dominación y colonización de la que fueron objeto. Con esta postura coinciden
los sectores opuestos al colonialismo y al neocolonialismo para quienes el término es una
expresión de colonialismo cultural. En general han propuesto términos alternativos como
«invasión de América», o «Día de la Resistencia», entre otros.
 Postura hispanista: esta postura rechaza como acto de «indigenismo» (en sentido
peyorativo) y considera un ataque contra la Hispanidad, todo cuestionamiento al término
«descubrimiento de América» que no signifique llegada de los españoles a América con
Colón. Para esta postura el término y el hecho que expresa, está vinculado a la
superioridad de la cultura hispana, occidental y cristiana, sobre las demás. Estuvo
originalmente vinculada a la invención en 1915 del controvertido «Día de la Raza» como
Día de la Hispanidad y de la Raza Española, para el 12 de octubre, aunque luego varios
países atemperaron su significado para relacionarlo con una supuesta raza mestiza. Fue
difundida intensamente por algunos gobiernos latinoamericanos en los años setenta.
 Postura conciliatoria: esta postura propone conciliar las posturas
indigenista/anticolonialista con la hispanista, sosteniendo que antes que poner el acento
en la mayor o menor violencia que pudiera haber caracterizado la llegada de los españoles
a América, lo que se debe destacar es el hecho del encuentro entre dos grupos de culturas
humanas que habían vivido separados por milenios. Propone denominar «Encuentro de
Dos Mundos» o «Encuentro de Dos Culturas», al hecho de la llegada de Colón a América. 33
 Posturas nacionales: estas posturas han comenzado a aparecer como posturas oficiales
frente al 12 de octubre de 1492 y su denominación, en muchos casos rechazando o
limitando la denominación «descubrimiento de América». En Argentina, por ejemplo, para
el INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación) «la idea de descubrimiento y el
elogio de la conquista española» es violatoria de la Convención sobre Eliminación de toda
Forma de Discriminación Racial y constituye un acto de discriminación. 34
Conmemoraciones del descubrimiento

Hasta el siglo XIX la efeméride del descubrimiento pasó relativamente desapercibida. La


primera gran celebración oficial internacional tuvo lugar en 1892, con la Celebración del IV
Centenario del Descubrimiento de América.

Un siglo más tarde, en 1992, tuvo lugar la Celebración del V Centenario del
Descubrimiento de América concentrando gran número de actos conmemorativos y debates
sobre el significado y consecuencias del acontecimiento. España organizó la Exposición
Universal de Sevilla, que coincidió en el tiempo con la celebración de las Olimpiadas de
Barcelona. Los Lugares colombinos protagonizaron actuaciones de restauración en sus
principales monumentos y se hizo un viaje repitiendo el primer viaje de Cristóbal Colón a
América con réplicas de los navíos originales (la Pinta, la Niña y la Santa María)
construidos en los astilleros de ribera españoles de Isla Cristina, Cartagena y Barcelona
respectivamente, con métodos artesanales.

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