Antonio Vivaldi
Antonio Vivaldi
Antonio Vivaldi
La primavera es uno de los conciertos para violín que forman parte del II cimiento dell
´armonía e dell´invenzione (Ensayo de la armonía y la invención). Esta obra, publicada
en 1726, está dividida en dos libros, cada uno de ellos con seis conciertos. Vivaldi,
introdujo en la partitura explicaciones escritas de aquello que describe mediante la
música: el canto de los pájaros, los truenos...
Esta obra está compuesta para violín solista y orquesta barroca de cuerda: violines,
violas y lo que llamamos el bajo continuo (línea de bajo que se extiende a lo largo de
toda la pieza), formado por violonchelos, contrabajos y clavicémbalo. Que consta de
tres movimientos: 1.º: Allegro, 2º.: Largo, 3.º: Allegro. Uno de los recursos
compositivos de Vivaldi es la repetición de un estribillo, llamado ritornello. A
continuación se presentan los tres movimientos de "la primavera".
En el campo y bajo el cielo azul pastores y ninfas danzan gozosos por la llegada de la
primavera. Musicalmente la escena se desarrolla sobre un compás de 12/8 con figuras
rítmicas iguales para todas las cuerdas a excepción de las prolongadas notas largas de
las cuerdas graves.
Verano (Concierto nº 2 en Sol menor, RV. 315) Primer movimiento: Allegro non
molto
Una lenta introducción describe el intenso calor del verano, de nuevo oímos el canto de
las aves en el súbito allegro, el cú-cú en figuras de dobles corcheas por el violín solista,
después la tórtola el jilguero cuyos cantos son arrebatados por un fuerte viento y el
llanto del pastor por miedo a la tormenta. Con huracanados vientos descritos por dobles
corcheas en toda la cuerda finaliza el movimiento.
El temor del pastor aún no se disipa, el solo de violín es interrumpido por los truenos
que anuncian la tormenta.
Llenos de gran entusiasmo y acompañados por los ladridos de sus perros y el sonar de
sus cornos los cazadores se dirigen al bosque.
En este movimiento Vivaldi ingeniosamente describe los efectos del frío, el castañeo de
los dientes y el temblor del cuerpo. De nuevo aparece el elemento de tempestad, para
mitigar un poco el frío los campesinos corren y patalean.
Con una placentera y larga melodía del violín solista, Vivaldi, evoca una tarde de lluvia
disfrutando de ésta al abrigo de la casa y al calor del fuego de la chimenea.