Economía Colonial
Economía Colonial
Economía Colonial
Durante la era colonial, y hasta el Reglamento de Comercio Libre de 1778, la economía del Tucumán y Cuyo estaba
dedicada a la producción de insumos y bienes de consumo para los mercados del Alto y Bajo Perú, Buenos Aires y
Paraguay. Así, vinos y aguardiente de Cuyo, mulas de Córdoba, tejidos de Salta y Tucumán, carretas de Córdoba y
Tucumán, etc., se producían bajo el amparo del proteccionismo español. En el siglo XVIII, bajo los Borbones, la
actitud comenzó a variar, buscando proteger los intereses comerciales de los productores peninsulares en los
mercados cautivos de las colonias.
El mestizaje[editar]
A diferencia de otros colonizadores como los ingleses, que no admitían el mestizaje por considerar impuras otras
razas que no fuesen la suya, tras siglos de convivencia de árabes, judíos y cristianos en la península ibérica, los
castellanos tenían menos prejuicios raciales y por ello se formaron matrimonios mixtos y, sobre todo, uniones
sexuales extramatrimoniales con mujeres indígenas. Esto se debió también a que las mujeres castellanas siempre
fueron escasas en América. El ejemplo clásico es el de la Malinche, amante de Hernán Cortés, con quien incluso
tuvo un hijo, Martín Cortés, que no hay que confundir con su hijo legítimo del mismo nombre. Se puede observar en
la pintura de castas la variedad de combinaciones de mestizaje que convivieron en América durante la colonia. El
léxico de castas testimonia también la rigidez de este sistema. Hoy en día, gracias al mestizaje, la población de
los países hispanoamericanos comparte antepasados indígenas, europeos y africanos, en diversos grados.
Organización social[editar]
La sociedad colonial presentó aspectos disímiles de acuerdo a la región. En el interior, se determinó una sociedad
de castas fuertemente diferenciadas, los hacendados blancos eran la cúspide de ésta y el poder en las ciudades,
eran educados y refinados, mientras que el campesinado mestizo estaba en condiciones cuasi serviles. La población
negra era muy escasa, reducida casi en su totalidad al servicio doméstico, salvo en ciudades algo más mercantiles
como Córdoba. Al momento de la independencia, existían todavía algunas encomiendas en el NOA.
En cambio, en el Litoral argentino, y especialmente en Buenos Aires, los estancieros, en ese entonces, todavía no
representaban la cúspide de la sociedad, sino que eran productores medianos, de carácter rudo debido a la
actividad ganadera y que residían la mayor parte del tiempo en la campaña. La élite porteña (es decir los pocos
individuos adinerados que residían en la entonces muy pequeña "ciudad" de Buenos Aires, casi en el puerto de esa
ciudad) en esos tiempos estaba representada por los comerciantes muchos de ellos dedicados a todo tipo
de contrabando, especialmente a lo que irónicamente pasó a ser llamado "contrabando ejemplar" e incluso al tráfico
de esclavos capturados en África muchas veces realizado con barcos portugueses e ingleses aunque los dueños
"capitalistas" es decir los que "invertían" en el "rentable negocio" de la esclavitud, es decir los dueños de las
"empresas" esclavistas pudieran ser de otros orígenes ( Véase: "asiento de negros" y "navío de permiso")
La vestimenta en 1810.
En la colonia año 1810, las damas de clase alta “decente”(*), adoptaron la sencillez de la Francia
revolucionaria, con colores muy pálidos, marfil o blanco, el corte debajo del busto estilo imperio con
grandes escotes y telas muy finas y transparentes como la muselina, (aún en invierno debajo de los
vestidos solo tenían una enagua de la misma tela, de allí que la enfermedad mas común entre las señoras
era “el mal de la muselina”, bronquitis fuerte).
A veces le bordaban mostacillas.
Tampoco usaban peinetones, sólo la pequeña peineta española (tipo teja) caladas y talladas en carey.
Para ir a misa, sobre la peineta se colocaban la mantilla española, el misal y el infaltable abanico.
Los peinados estilo romanas, con pequeño rodete alto, rizos a los costados y todo adornado con perlas y
collares.
Los zapatos eran de tela, generalmente blancos o negros, ellas mismas los cosían y bordaban con
mostacillas, luego los zapateros les colocaban las suelas, sin tacón.
Los caballeros se vestían al estilo inglés combinaban chaqueta oscura, con ceñidos calzones cortos en
blanco, natural o amarillo.
Debajo medias de seda blancas. Las camisas con cuello “palomita” y yabot o pañuelo de seda, terminaban
en mangas rematadas con puntillas.
Era de gran elegancia llevar galera y bastón, los funcionarios del cabildo usaban pelucas blancas
entalcadas, estilo francés.
Los paraguas eran muy pocos, solo algún que otro representante del cabildo lo poseía, en el Museo de
Historia Nacional hay uno perteneciente a un cabildante.
Los zapatos se importaban de Europa y tenían grandes hebillas de bronce, eran muy costosos.
Los niños vestían casaca, calzón corto y chaleco. Las niñas vestían como las señoras.
En la Buenos Aires de la colonia no todas las mujeres podían vestir a la moda de las cortes europeas. Muy
pocas podían comprar grandes peinetas y perfumes de fuerte aroma. Todas usaban faldas muy largas,que
se ensuciaban o embarraban todo el tiempo. El talle imperio que se usaba en el Río de la Plata, era más
corto, dejaba ver los tobillos y se le adosaba una mantilla.
Los esclavos usaban la ropa vieja de sus amos. La ropa era muy cara, por eso entre la gente pobre,
formaba parte de la herencia.
Las "negritas" no usaban las polleras rojas a lunares blancos. Más bien utilizaban vestimentas con telas
lisas o a lo sumo a rayas. La tela con lunares llega aproximadamente hacia 1900, es decir 90 años
después de la Revolución de Mayo.
También es posible entender cómo era la vida en otra época, observando con atención objetos que
sobrevivieron al paso del tiempo: por ejemplo monumentos, casas, abanicos, utensilios de cocina y de
cuidado personal, herramientas, grabados y litografías…Gracias a ello podemos saber, por ejemplo, cómo
se viajaba en la época colonial.
De viaje
Una forma de viajar era utilizando carretas. Las carretas eran tiradas por varios pares de bueyes. Los
bueyes son animales más fuertes y con más resistencia que los caballos, pero caminan más lento.
Las carretas servían para el transporte de cargas y de personas.
Los viajes podían durar semanas o meses. En la caja iban ubicados los asientos para los pasajeros y
también el equipaje.
El carretero era el encargado de dirigir a los bueyes. Los carreteros nunca engrasaban el eje de su
carreta. Por eso las carretas hacían mucho ruido al andar y se las podía oír desde lejos.
A veces los carreteros entraban con los bueyes al río y se detenían cuando el agua llegaba al pecho de
los animales. Se quedaban allí pescando.
Para los viajes largos se armaba una caravana de muchas carretas. Un jinete a caballo marchaba
adelante para indicar el camino.Atravesar la pampa era peligroso. ¿Por qué? Porque en muchos lugares,
bajo la tierra,había túneles construidos por las vizcachas. Al pisar allí las patas de los bueyes se hundían y
podían quebrarse.
Caballos
En los tiempos de la Colonia el caballo era el medio de transporte más rápido. Por eso los utilizaban para
transmitir noticias urgentes.
Los jinetes no tenían tiempo para esperar que los caballos se recuperaran. Entonces montaban los
caballos libres y seguían adelante. Recién a la noche jinetes y caballos paraban a descansar.
Los jinetes usaban las monturas como camas y sus ponchos como frazadas.
Mulas
En los caminos de montaña se usaban mulas en lugar de caballos. Las mulas caminan con mayor
seguridad por terrenos irregulares. Viajar a lomo de mula era muy agotador porque avanzaban muy
despacio y con paso desparejo.
En la montaña las mulas solían andar al borde del precipicio. Aunque los jinetes se asustaban, las mulas
se movían seguras.
Coches
Se llamaban coches a los carros y carruajes que andaban por la ciudad. Eran tirados por varios caballos
que manejaba un cochero. Llevaban entre seis y ocho pasajeros con sus equipajes.
Vehículo es de caja pequeña y alta. La misma está suspendida por sopandas de cuero crudo. Su interior
es de dos asientos, forrados en tafilete.No posee pescante. Capacidad: 4 personas adentro.
Según tradición oral, este coche fue utilizado por el Gral. Manuel Belgrano, el 20 de lebrero de 1813, día
de la batalla de Salta, ya que debido a su mal estado de salud se vio obligado a dirigir los preliminares de
la acción desde el carruaje. Posteriormente, este coche fue utilizado en un servició de mensajerías entre
las provincias de Salta y Tucumán, hasta que a mediados del siglo XIX la familia salteña Quirós, la utilizó
para hacer viajes entre la finca de La Lagunilla y la ciudad de Salta.
Las calles de las ciudades eran de tierra. Cuando llovía mucho las carretas provocaban enormes pozos.
Los coches tenían grandes dificultades para avanzar y muchas veces se atascaban en los pozos.
nes.
El interior de los coches era acolchado y lleno de bolsillos de todos los tamaños y formas. Los viajeros
colocaban allí sus pertenencias: escopetas, pistolas, espadas, libros. Otra parte del equipaje colgaba fuera
del carruaje.
Algunas familias ricas usaban los coches para viajes más largos, por ejemplo para ir dela ciudad a la casa
de descanso en el campo. Cuando el viaje era muy largo se paraba a descansar en las postas.
Nombre: Coche de sopandas / Galera/ FurgónMateriales: Madera de acacia, fresno, lapacho y cedro,
hierro, vidrio, cuero.Medidas: largo 4,10 m ancho 2,15 alto 2,80 m Capacidad: 4 personas
adentroProcedencia: Buenos AiresÉpoca: Finales del siglo XVIII o principios del siglo XIX Antecedentes:
Este coche fue utilizado por los antepasados de Anastasia Ramos de Castaño, por el año 1810, para
hacer viajes entre sus estancias y la ciudad de Buenos Aires. Se trata de un vehículo de caja pequeña y
alta, que está suspendida por sopandas de cuero crudo.Su interior es de dos asientos, forrados en tafilete.
Las ruedas de gran diámetro están retobadas en cuero.Como no posee pescante, sus conductores iban a
caballo a manera de postillones. Las postas eran ranchos en donde los viajeros conseguían comida,
bebida y caballos descansados. Alrededor de las postas se fueron formando pequeñas aldeas.
Goletas
Los viajes por ríos y mares se hacían en barcos a vela. La goleta era el barco que se usaba en distancias
no muy grandes. Tenían dos o tres palos y una vela amarrada a cada uno.
La duración de un viaje en goleta dependía del estado del río y de la fuerza del viento.
Por ejemplo para ir de Buenos Aires a Montevideo se podía tardar medio día o varios días.
Los barcos no podían llegar a la costa de Buenos Aires porque no había suficiente agua para navegar.
Las grandes naves anclaban a 3 leguas (15 kilómetros) de la costa y con botes iban llevando a la gente y
las cosas. Los botes tampoco podían llegar a la costa.
Entonces un carro tirado por bueyes los iba a buscar.
Dónde vivían:
En el Buenos Aires colonial las casas eran bajas, muy parecidas entre sí, sus paredes eran gruesas
pintadas con cal, tenían tejas rojas, ventanas con rejas de hierro y las infaltables macetas con
flores.
Sólo muy pocas casas tenían planta baja y primer piso, estas casas estaban alrededor de la plaza
mayor y pertenecían a familias más adineradas. Las denominaban "altos" las cuales llevaban el
apellido de sus propietarios como por ejemplo: Los altos de Riglos y los de Escalada.
Las casas tenían muchas habitaciones, con ventanales que daban a un patio con muchos árboles.
En el patio se reunían las familias a tomar mate, conversar y comer ricos pastelitos.
Las calles eran de tierra y las veredas eran empedradas pero muy angostitas. Cuando llovía se
hacía bastante difícil transitar por las calles de la ciudad.
Sólo las calles principales estaban alumbradas por las noches con un farol de vidrio y adentro se
colocaba una vela de grasa, que el farolero encendía todas las noches.
El mobiliario de las casas era muy escaso, sólo las familias más pudientes tenían gran cantidad de
muebles pero no seguían un estilo o muchas veces los muebles no combinaban entre sí.
En los salones tenían muebles bajos con puertas de vidrio donde se podían observar la vajilla y
adornos de plata muy comunes en aquella época. Lo7*40s platos y vajilla de loza o porcelana
eran traídas de Europa, eran muy costosas sólo las familias adineradas e importantes de la
colonia las tenían y eran utilizadas en ocasiones especiales ya que si se rompía una pieza era casi
imposible reponerla.