Biología Reproductiva Del Ostrero Pardo Argentina
Biología Reproductiva Del Ostrero Pardo Argentina
Biología Reproductiva Del Ostrero Pardo Argentina
1
Lab. Vertebrados, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Universidad Nacional de Mar del Plata.
Funes 3250, 7600 Mar del Plata, Buenos Aires, Argentina.
2
Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata.
Paseo del Bosque s/n, 1900 La Plata, Buenos Aires, Argentina.
3
Dirección actual: Pellegrini 4849, 7600 Mar del Plata, Buenos Aires, Argentina.
silvinabachmann@yahoo.com.ar
RESUMEN.— Se estudió la biología reproductiva del Ostrero Pardo (Haematopus palliatus) durante
cuatro temporadas reproductivas consecutivas (1997–2001) en la Reserva de Biosfera Parque
Atlántico Mar Chiquita, en Mar de Cobo y en La Caleta (sudeste de la provincia de Buenos Aires,
Argentina). Los nidos fueron construidos sobre sustratos con poca cobertura de vegetación, alta
densidad de piedras y cercanos al pie del médano. Las puestas iniciales (septiembre–octubre) se
extendieron durante 27 días. Se registraron hasta dos puestas de reposición. Las eclosiones
abarcaron desde octubre hasta diciembre. No hubo diferencias entre el tamaño de la puesta inicial
y la de reposición. Se observó una correlación negativa entre el tamaño y la fecha de puesta. El
éxito reproductivo fue bajo, registrándose un éxito de eclosión del 25.85% y una producción
promedio de 0.24 volantones por pareja por temporada. La fecha de inicio de la puesta se relacionó
negativamente con el éxito de eclosión y con el número de volantones producidos por pareja.
Las pérdidas de huevos fueron debidas a temporales, predación y perturbaciones humanas. El
tamaño de puesta y el volumen de los huevos fueron menores a los reportados para la subespecie
Haematopus palliatus palliatus de América del Norte. El éxito reproductivo, sin embargo, fue similar.
Debido al bajo éxito reproductivo registrado y al efecto de las perturbaciones humanas se
proponen medidas de restricción en el uso de las playas que utiliza el Ostrero Pardo durante la
temporada reproductiva.
PALABRAS CLAVE: biología reproductiva, conservación, costa marina, Haematopus palliatus, Mar Chiquita,
Ostrero Pardo.
Los ostreros (familia Haematopodidae) son estable de individuos (40–50) que se alimen-
aves vadeadoras típicas de costas marinas y tan principalmente de navajas (Tagelus
estuarios de todo el mundo (Hayman et al. plebeius) y huevos de cangrejo (Cyrtograpsus
1986). Nidifican en hábitats abiertos con escasa angulatus) (Bachmann y Martínez 1999) y que
vegetación; la mayoría de las especies lo hace nidifican en playas marinas cercanas a la
en playas marinas, cerca de la línea de costa, albufera. En este trabajo se describen las
aunque algunas también nidifican en hábitats características del ciclo reproductivo del
terrestres (Lauro y Burger 1989). Cuando se Ostrero Pardo en Mar Chiquita y su sector de
reproducen poseen territorios aislados que playas, dunas y pastizales circundantes.
defienden vigorosamente (Heppleston 1971). Específicamente, el objetivo es aportar infor-
Son generalmente desconfiados e intoleran- mación detallada sobre la selección del sitio
tes a la presencia humana (Nol y Humphrey de nidificación, la fenología reproductiva, el
1994). Debido a su naturaleza sedentaria y a éxito reproductivo y el desarrollo de los picho-
su sensibilidad ante las perturbaciones duran- nes, esperando que ésta contribuya a deter-
te la temporada reproductiva, han sido consi- minar un mejor uso de la costa y al desarrollo
derados por algunos autores como valiosos de medidas de manejo.
bioindicadores de los impactos ecológicos pro-
ducidos por el uso de las costas (Leseberg et M ÉTODOS
al. 2000). El uso humano de las costas (pesca,
extracción comercial de moluscos, urbaniza- Área de Estudio
ción, circulación de vehículos por las playas) El trabajo se llevó a cabo en tres áreas de
puede tener efectos negativos sobre la distri- muestreo: la Reserva de Biosfera Parque
bución y el éxito reproductivo de estas espe- Atlántico Mar Chiquita, Mar de Cobo y La
cies (Teague 1955, Leseberg et al. 2000).
Caleta (37°46'S,57°27'O; partido de Mar Chi-
El Ostrero Pardo (Haematopus palliatus) habita quita, provincia de Buenos Aires, Argentina;
las costas de los océanos Pacífico y Atlántico Fig. 1). El régimen de mareas de esta región
desde el sur de Canadá hasta Tierra del Fuego es semidiurno, con una amplitud de 0.91 m
(Hayman et al. 1986). Hayman et al. (1986) han (Reta et al. 2001).
reconocido cinco subespecies, distinguiendo
La Reserva de Biosfera Parque Atlántico Mar
a Haematopus palliatus durnfordi como la que
Chiquita incluye a la albufera Mar Chiquita,
habita las costas argentinas, incluyendo a la
una laguna costera de 25 km de largo, paralela
provincia de Buenos Aires (Narosky y Di
al mar, con el cual se conecta en su extremo
Giacomo 1993). Su hábitat de cría más frecuen-
te consiste en playas y marismas (de la Peña
1987, Lauro y Burger 1989, Shields y Parnell
1990, Canevari et al. 1991), donde utiliza luga-
res abiertos, con escasa vegetación, general-
mente cercanos a la línea de costa (Lauro y
Burger 1989). Se conoce poco en América del
Sur sobre la biología del Ostrero Pardo (Siegel-
Causey 1991, Martínez y Bachmann 1997,
Bachmann y Martínez 1999, Daleo et al. 2005),
y en especial sobre su biología reproductiva
(Nol 1984).
Las mayores abundancias del Ostrero Pardo
en la provincia de Buenos Aires se encuen-
tran asociadas a ambientes estuariales como
los de Mar Chiquita, Punta Rasa o Bahía Blan-
ca (Favero et al. 2001, Martínez 2001, Petracci
y Delhey 2005). Es la única ave costera de la
provincia que se reproduce exclusivamente Figura 1. Área de estudio en el sudeste de la pro-
sobre playas. En Mar Chiquita, en el sudeste vincia de Buenos Aires, Argentina. Se muestran
de la provincia de Buenos Aires, se ha obser- las tres áreas de muestreo: Mar Chiquita, Mar de
vado desde 1981 un número relativamente Cobo y La Caleta.
2010 REPRODUCCIÓN DEL OSTRERO PARDO 77
sur, y separada de éste por una barra de disponible para la nidificación (se excluyeron
médanos y marismas (Fasano et al. 1982). En áreas con arroyos, pueblos, escolleras o acan-
esa área se realizaron muestreos desde la tilados).
desembocadura de la laguna en el mar hacia Se utilizaron dos métodos para localizar el
el norte, a lo largo de 1.4 km de playas de limo nido: (1) observación a distancia de las parejas
y arena separadas por una línea de médanos para detectar individuos que se hallaran
de pastizales psamófilos y marismas. incubando y (2) seguimiento de huellas que
Las áreas de Mar de Cobo y La Caleta están confluyen hacia el nido. Una vez ubicado el
constituidas por playas de arena que alternan nido se colocó una estaca numerada a aproxi-
con restingas de tosca que se descubren única- madamente 5 m de distancia. El sitio y el nido
mente durante la bajamar. Se encuentran fueron caracterizados en función del tipo de
limitadas por un cordón de médanos detrás ambiente (playa, médano, marisma), el
del cual aparecen pastizales y bañados. La tamaño del nido (diámetro y profundidad),
vegetación de las playas en general es muy el material utilizado (e.g., valvas de moluscos,
escasa, observándose matas aisladas de ramitas), el porcentaje estimado de cobertura
Spartina ciliata y Cakile maritima. Los médanos de vegetación, piedras y basura (consideran-
tienen una cobertura de vegetación muy do radios de 1 m y 5 m centrados en el nido),
variable (5–60%), predominando Spartina y las distancias a la vegetación más cercana, a
ciliata, Panicum racemosum y Calycera crassifolia. la línea de máxima pleamar, al pie del médano
Mar de Cobo está ubicado aproximadamente y a las huellas de vehículo más cercanas. Para
a 3 km al sur de la boca de la albufera. Allí, el determinar si existe selección del sitio de
muestreo abarcó 0.5 km de playa. En La nidificación se evaluaron las diferencias en las
Caleta, ubicada a 6.5 km al sur de la albufera, características mencionadas previamente
se realizaron muestreos a lo largo de 2.4 km entre cada sitio ocupado por un nido y un sitio
de playa. elegido al azar dentro de un radio de 40 m (la
distancia mínima registrada entre parejas fue
Muestreo de 80 m).
El muestreo se realizó durante cuatro tem- La fecha de puesta fue considerada como el
poradas reproductivas consecutivas (agosto– día en que se encontró el primer huevo.
febrero, 1997–2001). Las áreas de muestreo Cuando se encontró el nido con dos o tres
fueron visitadas semanalmente. En 1999-2000 huevos, la fecha fue estimada como el día
solo se obtuvieron datos en el área de la intermedio entre las visitas al nido. En algu-
reserva; en Mar de Cobo y La Caleta única- nos casos se encontraron puestas tardías de
mente se contabilizaron las parejas y se regis- las que no se estaba seguro si eran iniciales o
tró el número de volantones al finalizar el de reposición. Por lo tanto, para cada año, se
período reproductivo. estableció la fecha de la primera puesta de
Para ubicar a las parejas y sus territorios de reposición como fecha tope para las puestas
nidificación potenciales se realizaron recorri- iniciales (i.e., todas las puestas encontradas
dos antes del comienzo de la puesta. El ancho luego de esa fecha fueron consideradas como
del territorio de cada pareja reproductiva se de reposición). Durante la temporada 1997-
midió desde la línea de máxima pleamar de la 1998 no se pudo determinar en muchos casos
temporada reproductiva correspondiente a si los nidos encontrados contenían puestas
ese año (identificada por las marcas del mar iniciales o de reposición; los datos de esa tem-
en la arena y la resaca de marea) hasta el pie porada fueron excluidos de los análisis en los
del médano. Para establecer los límites del que se requería esa información. Los huevos
territorio se utilizaron observaciones de los fueron numerados con lápiz negro muy
movimientos de los individuos, de las huellas blando. Se midieron la longitud y el ancho
en la arena y de los sitios en los que se generó máximos con calibre digital (precisión:
la mayor frecuencia de interacciones con 0.02 mm). A partir de las medidas obtenidas
parejas vecinas. Se obtuvo una estimación de se estimó el volumen del huevo usando la
la densidad de parejas reproductivas (parejas/ fórmula desarrollada por Nol et al. (1984) para
km) a partir del número de parejas registra- Haematopus palliatus palliatus:
das por kilómetro de playa potencialmente V = (0.47736 × longitud × ancho 2) - 1.318.
78 BACHMANN Y DARRIEU Hornero 25(2)
El criterio para determinar la fecha de eclo- quita) y 41 en la temporada 2000-2001 (23 pa-
sión fue la observación de huevos cachados y rejas). A partir de la última semana de julio
pichones piando dentro del huevo o de picho- las parejas o uno de sus miembros comenza-
nes recién nacidos en el sitio del nido. Cuando ron a ocupar y defender su territorio de
no se encontraron estas evidencias, la fecha nidificación. El tamaño promedio (± DE) de
fue estimada como el día intermedio entre el territorio fue de 7434 ± 3741 m2 (rango: 1470–
último en que se registraron huevos y el del 14 126 m2, n = 26). La densidad promedio de
primer registro de pichones. Los pichones parejas reproductivas fue de 5.7 ± 3.5 parejas/
fueron pesados semanalmente con balanzas km (rango: 1.8–12.0, n = 16).
de campo (100 g, 300 g y 500 g; precisión: 3%) Antes de la puesta, las parejas construyeron
y se tomaron medidas de culmen expuesto, “proyectos” de nido dentro del territorio.
tarso y cuerda del ala con calibre (precisión: Estos “proyectos” de nido consisten en una
0.02 mm). A los 13–15 días de edad fueron depresión en la arena similar al nido, con
anillados con anillos numerados plásticos N° 5 abundantes huellas alrededor. Se observaron
de colores. Para la descripción del plumaje del entre dos y nueve “proyectos” de nido por te-
pichón y del volantón se utilizó la carta de rritorio. Los nidos eran una simple depresión
colores de Canevari et al. (1991). en la arena, de 19.94 ± 2.14 cm de diámetro
El éxito reproductivo fue evaluado a través (rango: 15–27, n = 47) y 3.39 ± 1.07 cm de pro-
del éxito de eclosión (porcentaje de huevos fundidad (rango: 1.5–6.0, n = 47). En general,
eclosionados sobre el total de huevos puestos), los nidos no presentaban materiales de cons-
el éxito de nidificación (porcentaje de parejas trucción; solo en algunos casos se observó la
que lograron eclosionar al menos un huevo) cavidad o el borde del nido cubiertos con frag-
y el número de volantones producidos (nú- mentos de valvas de moluscos (15% de los
mero de pichones que alcanzaron a volar por nidos) o con ramitas o raíces secas (5% de los
pareja por año). nidos).
La mayoría de los nidos se ubicaron sobre
Análisis de los datos arena (77.42%) o sobre arena con fragmentos
Para evaluar las diferencias entre las caracte- de valvas de moluscos (17.74%), mientras que
rísticas de los sitios en donde estaba ubicado el resto fue encontrado sobre la resaca de la
el nido y los sitios ubicados al azar en sus alre- línea de marea de la laguna. Estos últimos
dedores se utilizó la Prueba de Wilcoxon para nidos correspondieron a las parejas que
muestras pareadas (Zar 1999). La relación en- nidificaron en Mar Chiquita asociadas a inter-
tre el tamaño de puesta y la fecha de inicio de mareales de marismas. Las parejas seleccio-
la misma fue analizada mediante correlacio- naron sitios de nidificación con poca cobertura
nes no paramétricas de Spearman (Zar 1999). de vegetación en un radio de 5 m, con alta
La hipótesis nula de no diferencia entre el cobertura de piedras (tanto en un radio de 1 m
tamaño de puesta inicial y de reposición fue como de 5 m) y cercanos al pie del médano
analizada con la Prueba de Mann-Whitney. (Tabla 1). No se observó selección en el resto
Para el análisis de las relaciones entre el tama- de las variables medidas.
ño de puesta, la fecha de puesta y el éxito
Puesta y eclosión de los huevos
reproductivo (éxito de eclosión y número de
volantones producidos) se utilizaron correla- En las temporadas 1998-1999 y 1999-2000 la
ciones parciales debido a la dependencia entre primera puesta de huevos comenzó durante
el tamaño y la fecha de puesta (Zar 1999). los primeros 10 días de septiembre, extendién-
dose mayormente hasta finales de septiembre
R ESULTADOS y, en algunos casos, hasta los primeros días
de octubre. Durante 2000 las puestas iniciales
Territorio, nido y sitio de nidificación fueron más tardías, comenzando a fines de
A lo largo del estudio se encontró un total septiembre. Las puestas iniciales se realizaron
de 142 nidos de Ostrero Pardo: 34 en la tem- en un período de 27 días en 1998-1999 y 1999-
porada 1997-1998 (correspondientes a 22 2000 y de 22 días en 2000-2001.
parejas), 30 en 1998-1999 (23 parejas), 37 en Se registraron puestas de reposición en
1999-2000 (16 parejas, solamente en Mar Chi- parejas que perdieron sus huevos y, en algu-
2010 REPRODUCCIÓN DEL OSTRERO PARDO 79
Tabla 1. Selección de sitio de nidificación del Ostrero Pardo (Haematopus palliatus) en el sudeste de la
provincia de Buenos Aires, Argentina. Se muestran los valores promedio (± DE) de las variables que
caracterizan sitios ocupados por nidos y sitios elegidos al azar (n = 48), el valor del estadístico Z de la
Prueba de Wilcoxon y su significancia.
nos casos, al perder pichones; algunas parejas ca fueron de un solo huevo, pero algunas de
llegaron a tener tres puestas de reposición por las de reposición sí, mientras que las terceras
pérdida de huevos. Un 91.8% (n = 61) de las y cuartas puestas nunca fueron de tres hue-
parejas que perdieron la puesta inicial, un vos. Se observó una correlación negativa entre
53.8% (n = 39) de las que perdieron la segun- el tamaño de puesta y la fecha en que fue ini-
da puesta y un 36.8% (n = 19) de las que per- ciada (rS = -0.296, t = -2.4, P = 0.019, n = 62).
dieron la tercera puesta volvieron a poner El peso promedio (± DE) de los huevos del
huevos. De las parejas que perdieron picho- Ostrero Pardo fue de 43.41 ± 3.14 g (rango:
nes, solo un 16.7% (n = 24) volvieron a poner 35.0–53.8 g, n = 128). La longitud de los huevos
huevos. En 1997-1998 y 1998-1999 las últimas fue de 56.37 ±1.90 mm (rango: 50.30–62.43 mm,
puestas de reposición comenzaron a fines de n = 265) y el ancho de 38.89 ± 0.94 mm (ran-
noviembre, mientras que en 1999-2000 y en
go: 35.54–41.90 mm, n = 265). El volumen de
2000-2001 se registraron puestas de reposición
los huevos se calculó en 40.74 ± 25.18 mm3
hasta los primeros 10 días de diciembre. El
(rango: 32.04–48.20 mm3, n = 265).
tiempo promedio (± DE) entre puestas (i.e.,
el tiempo comprendido entre la pérdida de El periodo de incubación pudo ser calculado
huevos o pichones y la puesta de reposición) con exactitud para cuatro parejas. El tiempo
fue de 17.9 ± 8.6 días (rango: 8–42 días, n = 37 comprendido entre la puesta del último huevo
puestas de reposición). y la eclosión del primero tuvo en esas parejas
una duración promedio (± DE) de 27.25 ± 0.5
Se encontraron nidos con uno, dos y tres
días. Las fechas de eclosión abarcaron desde
huevos, siendo el tamaño de puesta prome-
principios de octubre hasta el 15 de diciembre
dio (± DE) de 2.06 ± 0.39 huevos (mediana: 2,
moda: 2, n = 110). No se hallaron diferencias en 1997-1998 y hasta el 20 de noviembre en
entre el tamaño de las puestas iniciales (2.10 1998-1999. En 1999 no se registraron eclosiones
huevos) y las de reposición (2.00 huevos) en ninguno de los nidos en los que se realizó
(Z ajustado = 1.1, P = 0.27, n = 81; Prueba de seguimiento (en el área de Mar Chiquita). En
Mann-Whitney). Tampoco se observaron dife- la temporada 2000-2001 la eclosión comenzó
rencias entre el tamaño de la puesta inicial y recién después del 20 de octubre y se exten-
la de reposición de la misma pareja (Z = 1.48, dió hasta los primeros días de enero.
P = 0.14, n = 22; Prueba de Wilcoxon para En dos de las temporadas reproductivas se
muestras pareadas). Las puestas iniciales nun- observó en el área de Mar Chiquita un caso
80 BACHMANN Y DARRIEU Hornero 25(2)
Tabla 2. Éxito reproductivo del Ostrero Pardo (Haematopus palliatus) en el sudeste de la provincia de
Buenos Aires, Argentina, durante cuatro temporadas reproductivas consecutivas (1997–2001), estimado
a través del éxito de eclosión (%), el éxito de nidificación (%) y el número promedio (± DE) de volantones
producidos (número de pichones que alcanzaron a volar por pareja por año).
de poliginia (probablemente un macho y dos variable, abarcando entre 32–50 días (n = 16).
hembras), con dos puestas cada año de 5 y 4 Luego permanecieron con sus padres por un
huevos. El primer año eclosionaron huevos de tiempo más, que en algunos casos alcanzó a
la segunda puesta y uno de los pichones sobre- los 4 meses de edad.
vivió hasta el vuelo. A los 32 días de edad el volantón posee un
pico recto, mandíbula anaranjada y maxila
Pichones y juveniles rufo anaranjada, ambas con la punta pardo
Se registró un total de 51 pichones nacidos a negruzca. El ojo presenta un anillo rufo
lo largo de las cuatro temporadas de muestreo, anaranjado e iris pardo oscuro, y las patas son
de los cuales 16 llegaron hasta el vuelo. Los lila grisáceo con las uñas gris negruzco. La
pichones son semiprecociales y solo durante cabeza es pardo negruzca con plumas canela
el primer día se mantienen en el nido o muy intercaladas, más oscura hacia la nuca. El cue-
cerca de él; luego lo abandonan y ante la llo y el pecho son pardo negruzcos con restos
presencia de peligro se esconden detrás de de plumón en la garganta. El dorso es pardo
piedras, matas de vegetación o en los huecos oscuro con las puntas de las plumas acane-
rocosos de las restingas. A los 2–4 días de edad ladas y el vientre blanco con restos de plumón
el pichón tiene un pico pardo negruzco con en la tibia-tarso. Las alas son canela parduscas
base anaranjada, con ápice en gancho y diente y las remeras primarias y secundarias pardo
de huevo blanco. El ojo posee un anillo gris negruzcas con una banda blanca debajo de las
negruzco y el iris es pardo oscuro, mientras cobertoras menores. La cola, aún en crecimien-
que las patas muestran un color gris vináceo to, es pardo negruzca y la rabadilla canela.
claro. El dorso, la cabeza, la garganta, el cuello En relevamientos visuales fuera del período
y el pecho son pardo grisáceo claro con peque-
reproductivo (otoño-invierno) se registraron
ñas motas negras y canela, claramente demar-
pocos juveniles anillados: uno en abril y mayo
cados del vientre blanco. Poseen dos líneas
de 1998 (5–6 meses de edad) alimentándose
paralelas negras que se extienden dorsalmente
en la resaca de marea a 1 km de su área de
desde el cuello hasta antes de la zona uropigia
cría y otro, nacido en diciembre de 2000, ob-
y una línea negra a ambos costados del cuerpo
servado en noviembre de 2002 con plumaje
desde la base de la cola hasta el hombro. En la
de adulto, en una restinga a 3 km de la zona
cabeza tienen una mancha negra de forma
donde nació, junto a otros individuos sin
irregular, lineal o en forma de “L” y 1–5 man-
pareja. En febrero de 1999 un juvenil de 125
chas más pequeñas. La cola es de color canela
días anillado en La Caleta ese mismo año fue
con negro.
observado en Punta Rasa, a 175 km de distan-
Entre el nacimiento y los 34–35 días de vida cia por la costa (L Mauco, com. pers.).
(previo a comenzar a volar), los pichones
incrementaron 10 veces su peso (8.42 g/día) y
Éxito reproductivo
14 veces la cuerda del ala (4.04 mm/día). El
culmen tuvo una tasa de crecimiento de Considerando las cuatro temporadas de
0.95 mm/día y el tarso de 0.92 mm/día. La edad muestreo, eclosionó el 25.85% de los huevos
a la que los pichones lograron el vuelo fue muy registrados (n = 263). Si se excluye la tempo-
2010 REPRODUCCIÓN DEL OSTRERO PARDO 81
Tabla 3. Análisis de Correlación Parcial entre dos medidas del éxito reproductivo (éxito de eclosión y
volantones producidos) y el tamaño y la fecha de puesta del Ostrero Pardo (Haematopus palliatus) en el
sudeste de la provincia de Buenos Aires, Argentina.
rada 1999-2000 del análisis, el éxito de eclo- huevos, asentamientos diurnos y nocturnos
sión fue de 32.46% (Tabla 2). El éxito de en el territorio, pisoteo por vehículos) y el 2%
nidificación a lo largo de las cuatro tempora- a pisoteo por ganado.
das fue de 47.62% (n = 84 parejas). El número
promedio (± DE) de volantones producidos D ISCUSIÓN
por pareja por año fue de 0.24 ± 0.54 para todo
el periodo de estudio (rango: 0–2 volantones En el sudeste de la provincia de Buenos Aires
por pareja por año, n = 95). Se observó una el Ostrero Pardo construye su nido cerca del
relación negativa entre el éxito de eclosión y pie del médano en zonas con alta densidad
el número de volantones producidos por de piedras y baja cobertura de vegetación,
pareja y la fecha de inicio de la puesta, pero sugiriendo una selección de hábitats alejados
no con el tamaño de la puesta (Tabla 3). del mar, crípticos y con buena visibilidad
Se dedujeron las causas de la pérdida de los mientras incuba. Sin embargo, la zona del pie
huevos en 43 nidos: el 37.2% correspondió a del médano es coincidentemente la que posee
temporales (incluyendo nidos tapados con la mayor abundancia de piedras, por lo que
arena por el viento), el 23.2% a crecidas del no es claro si ese hábitat es seleccionado por
nivel de la laguna en las parejas que nidifi- su lejanía al mar o por su densidad de pie-
caban en playas de la albufera, el 16.3% a dras. No se observó nidificación en las maris-
predación (principalmente por Milvago mas, algo registrado en otros trabajos y que
chimango), el 21.3% a perturbaciones humanas es atribuido al incremento del uso de las pla-
(irrupciones frecuentes en los territorios que yas por parte del hombre (Lauro y Burger
impedían la incubación o el cuidado de los 1989, Shields y Parnell 1990).
Las fechas de puesta en Mar Chiquita (lati- Buenos Aires se observó que el Ostrero Pardo
tud: 37°S) resultaron más tempranas y más no pone un solo huevo en las puestas iniciales
extendidas en el tiempo que las observadas y tampoco tres en las tardías. La misma ten-
en Punta Tombo (44ºS) (Nol 1984) (Tabla 4). En dencia se observó al analizar el tamaño de
cambio, en Virginia, EEUU (37°N), las fechas puesta con relación a la fecha de puesta. Por
de puesta abarcaron un periodo similar al lo tanto, esta especie estaría invirtiendo menor
observado en Mar Chiquita (Nol et al. 1984). energía en las puestas tardías.
Esto sugiere que existe una relación negativa Se registró una alta variación interanual en
entre la latitud y la extensión del periodo de el éxito reproductivo, pero éste siempre fue
puesta en el Ostrero Pardo, característica que relativamente bajo. Considerando que mu-
ya ha sido señalada para otros Charadrii- chas parejas llegan a perder hasta tres puestas
formes (Holmes 1971, Nol et al. 1984). por temporada y aún así no logran criar
Si se comparan los resultados de este estu- ningún pichón, parece que, a pesar de la baja
dio con los datos disponibles para la sub- inversión en la construcción del nido, existe
especie Haematopus palliatus palliatus en un gasto elevado en la reproducción. El éxito
Virginia y Massachusetts, EEUU, se encuen- reproductivo estuvo relacionado con la fecha
tran algunas diferencias en el volumen de los de inicio de la puesta, observándose un mayor
huevos y en el tamaño de la puesta (Tabla 4). éxito en las primeras puestas. A pesar de que
En el único trabajo que provee datos sobre en Virginia el éxito de eclosión es tres veces
Haematopus palliatus durnfordi en Argentina se mayor que en el sudeste de Buenos Aires, en
estudiaron pocas parejas, por lo cual no es definitiva el número de volantones produci-
conveniente la comparación de estos pará- dos por pareja por año es el mismo (Tabla 4).
metros (Nol 1984). El volumen promedio de La mayoría de las pérdidas de huevos fueron
los huevos en el sudeste de Buenos Aires es debidas a causas naturales (e.g., temporales,
menor que el registrado para Haematopus mareas extraordinarias, predación). Punta et
palliatus palliatus en Virginia (Nol et al. 1984; al. (1995) encontraron que la predación fue la
Tabla 4). causa del 40% de la mortalidad de los huevos
del Ostrero Negro (Haematopus ater) en la pro-
Durante este estudio no se registraron nidos vincia de Chubut, Argentina. En la tempora-
con más de tres huevos, excepto en los casos da reproductiva de 1999-2000 se observó un
observados de poliginia; solo se observaron marcado fracaso en el éxito de eclosión, pero
tres parejas con tres pichones nacidos, de los solamente en el área de Mar Chiquita. Esta
cuales uno solo logro volar, y cinco parejas situación probablemente se debió al aumento
lograron criar dos pichones cada una hasta el de lluvias y, por lo tanto, al aumento del nivel
vuelo. Esto podría indicar que esta especie no de la laguna, que produjo mayores pérdidas
es capaz de criar tres pichones en la zona de por inundaciones.
estudio. La subespecie Haematopus palliatus
Las perturbaciones humanas no contribuyen
palliatus, en cambio, pone más frecuentemente
marcadamente en la disminución del éxito
tres huevos (rango: 1–4) en las puestas inicia-
reproductivo del Ostrero Pardo en el área de
les y dos en las puestas de reposición, aunque
estudio, pero considerando que éste ya es muy
el número de volantones por pareja es el
bajo por causas naturales, la incorporación de
mismo que para Haematopus palliatus durnfordi
factores evitables debería ser considerada. En
(Nol y Humphrey 1994; Tabla 4). Nol (1984) EEUU esta especie ha sido considerada como
propone que esta diferencia entre las sub- amenazada, fundamentalmente debido a su
especies se debería a la distinta disponibilidad baja productividad y a los cambios que se
de alimento para los pichones, pero aclara que están produciendo en los ambientes costeros
no sabe de qué forma actuaría la selección (Davis et al. 2001). Estas amenazas son simila-
natural en contra de las parejas que ponen tres res a las que ocurren en el sudeste de Buenos
huevos, ya que el gasto energético para un Aires. Los resultados de este estudio muestran
huevo más sería muy bajo. la importancia del sistema de playas con
Tal como se encontró en este estudio, en dunas costeras de la provincia de Buenos Aires
Virginia las puestas de reposición no fueron como hábitat para la reproducción del Ostrero
significativamente menores que las puestas Pardo. Actualmente se están implementando
iniciales (Nol et al. 1984). En el sudeste de medidas de protección en las playas del área
2010 REPRODUCCIÓN DEL OSTRERO PARDO 83
de Mar Chiquita (principalmente con respecto FAVERO M, BACHMANN S, COPELLO S, MARIANO-JELICICH
a la circulación de vehículos), pero Mar de R, SILVA MP, GHYS M, KHATCHIKIAN C Y MAUCO L
Cobo y La Caleta no están incluidas en la (2001) Aves marinas del sudeste bonaerense. Pp.
251–267 en: IRIBARNE O (ed) Reserva de Biósfera Mar
reserva, y el tránsito por las playas y médanos
Chiquita: características físicas, biológicas y ecológicas.
es cada vez mayor (Bachmann, obs. pers.). En Editorial Martín, Mar del Plata
función de los resultados de este estudio, se HAYMAN P, MARCHANT J Y PRATER T (1986) Shorebirds.
recomienda restringir el uso de las playas, al An identification guide to the waders of the world. Croom
menos durante el periodo de las primeras Helm, Londres y Sydney
puestas (septiembre y octubre), ya que serían HEPPLESTON PB (1971) The feeding ecology of oyster-
las que tienen mayor probabilidad de éxito. catchers (Haematopus ostralegus) in winter in North-
El Ostrero Pardo es un ave emblemática de ern Scotland. Journal of Animal Ecology 40:651–672
las costas de la provincia de Buenos Aires y HOLMES RT (1971) Latitudinal differences in the
su protección puede llevar a la conservación breeding and molt schedules of Alaskan Redbacked
de otras especies y de este ambiente poco Sandpipers (Calidris alpina). Condor 73:93–99
valorado que posee igual o mayor grado de LAURO B Y BURGER J (1989) Nest-site selection of Ameri-
amenaza que otros. can Oystercatcher (Haematopus palliatus) in salt
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LESEBERG A, HOCKEY PAR Y LOEWENTHAL D (2000)
A GRADECIMIENTOS Human disturbance and the chick-rearing ability
of African Black Oystercatchers (Haematopus
Dedico este trabajo a Mariano M. Martínez, quien moquini): a geographical perspective. Biological
fue mi director, amigo y guía durante gran parte Conservation 96:379–385
del mismo. El trabajo fue realizado con una beca
MARTÍNEZ MM (2001) Avifauna de Mar Chiquita.
de estudio y perfeccionamiento otorgada por la
Pp. 227–247 en: IRIBARNE O (ed) Reserva de Biósfera
Comisión de Investigaciones Científicas (provincia
de Buenos Aires) a S. Bachmann y con subsidios Mar Chiquita: características físicas, biológicas y
de la Universidad Nacional de Mar del Plata al ecológicas. Editorial Martín, Mar del Plata
Laboratorio de Vertebrados de la Facultad de MARTÍNEZ MM Y BACHMANN S (1997) Kleptoparasitism
Ciencias Exactas y Naturales. Agradezco a mis hijas of the American Oystercatcher Haematopus palliatus
y amigos que me acompañaron en mis caminatas by gulls Larus spp. in Mar Chiquita Lagoon, Buenos
por la playa y me ayudaron a buscar nidos y perse- Aires, Argentina. Marine Ornithology 25:68–69
guir pichones, y a J. P. Isacch que me acompañó y NAROSKY T Y DI GIACOMO AG (1993) Las aves de la
apoyó en todas las etapas de este trabajo. provincia de Buenos Aires: distribución y estatus. Aso-
ciación Ornitológica del Plata, Vázquez Mazzini
Editores y LOLA, Buenos Aires
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