Moyano C Swiss Medical ART
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s/
accidente ley especial
SENTENCIA
27 de Julio de 2020
CAMARA NACIONAL DE APELACIONES DEL TRABAJO. CAPITAL FEDERAL, CIUDAD
AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES
Sala 07
Magistrados: Néstor Miguel Rodríguez Brunengo - Luis Alberto Catardo - Graciela
Liliana Carambia
Id SAIJ: FA20040037
SUMARIO
Corresponde ratificar la constitucionalidad del art. 1 de la Ley 27.348, en tanto establece que
la actuación de las comisiones médicas jurisdiccionales creadas por el art. 51 de la Ley
24.241 y sus modificatorias, constituye una instancia administrativa previa, de carácter
obligatorio y excluyente de toda otra intervención, para que el trabajador afectado, contando
con el debido patrocinio letrado, solicite la determinación del carácter profesional de su
enfermedad o contingencia, fijando su incapacidad y las correspondientes prestaciones
dinerarias previstas por la ley especial.
VISTO:
El recurso de apelación interpuesto por la parte actora a fs. 32/35, destinado a cuestionar la
resolución de la Sr. Juez "a quo" de fs. 28/31, mediante la cual desestimó la inconstitucionalidad
articulada en torno a la ley 27.348 y declaró la falta de aptitud jurisdiccional para entender en el
presente caso, por no encontrarse cumplido el recaudo previo establecido en la referida norma.
En efecto, el diseño instaurado a partir de las modificaciones impuestas a la Ley de Riesgos del
Trabajo, consistentes en un procedimiento administrativo con facultades jurisdiccionales, de carácter
previo, obligatorio y excluyente, no brinda las garantías del debido proceso (art. 18 de la Constitución
Nacional), tanto más que no le permite al trabajador enfermo o accidentado replantear los hechos ni
ofrecer pruebas, sino solamente discutir lo actuado en aquella sede.
No soslayo que el decreto 1475/2015 determina que cada Comisión Médica y Comisión Médica Central
se constituirán con Secretarios Técnicos Letrados como órgano jurídico permanente, pero éstos no
emitirán dictámenes vinculantes y la decisión jurídica se encuentra en manos de los galenos, de modo
que no se sanea la falencia referida anteriormente, pues la resolución administrativa definitiva
estará a cargo de los profesionales de la medicina, quienes deberán resolver cuestionas jurídicas
muchas veces complejas, relativas a distintos aspectos de la ley 24.557 (contingencias comprendidas,
situaciones cubiertas, determinación del IBM, si hay pagos clandestinos que conformen el salario, qué
prueba resulta conducente, los derechohabientes legitimados, entre otras).
Cabe recordar que el art. 116 de la Norma Fundamental determina como facultad exclusiva y
excluyente del Poder Judicial la decisión de todas las causas que versen sobre puntos regidos por la
Constitución y por las leyes de la Nación, de modo que cuando tal potestad se le confiere a un órgano
del Poder Ejecutivo, se viola el principio republicano de división de poderes y se afecta el derecho de
acudir al Juez natural en un debido proceso judicial.
La revisión judicial prevista en el art. 2 de la ley 27.348 no satisface la garantía mínima del debido
proceso, tendiente a asegurar un resultado justo y equitativo dentro de un proceso judicial, que le
permita tener oportunidad de ser oído y a hacer valer sus pretensiones legítimas frente al Juez (art.
18 citado), ya que el recurso que estatuye como única revisión judicial, no constituye un proceso, sino
una mera revisión de lo actuado en sede administrativa por los profesionales de la medicina, a
quienes se les otorga facultades jurisdiccionales para desestimar las pruebas improcedentes,
superfluas o dilatorias, amén de establecer los distintos aspectos que rodean la viabilidad de un
reclamo indemnizatorio dentro de las previsiones y con los alcances previstos por la ley 24.557 que
tiene su vigencia hace más de veintiún años.
La idoneidad técnica de los miembros de las comisiones médicas para evaluar la existencia de
dolencias y las incapacidades que éstas pudieran generar desde sus conocimientos científicos es
indudable, pero la determinación del carácter laboral del accidente o profesional de la enfermedad, así
como la relación causal con el factor laboral, son materias que exceden los conocimientos médicos y
requieren de una formación técnico-jurídico de la que adolecen, y es natural que así sea, pues para la
determinación de tales aspectos, son los jueces los idóneos desde el punto de vista científico y
constitucional. Circunstancia, esta última que, a mi modo de ver, de ningún modo queda zanjada por la
actuación de un Secretario Técnico Letrado, ni siquiera con el aditamento dado por la Resolución E
899/2017 –la que no soslayo-, empero ello no implica en modo alguno que esos letrados reúnan los
requisitos propios que detenta un Magistrado.
El Máximo Tribunal ha dicho in re “Álvarez, Maximiliano y otro c. Cencosud S.A. s/Acción de Amparo”
(A.1023.XLIII) que el debido impulso hacia la progresividad en la plena efectividad de los derechos
humanos que reconocen, propia. de todos los textos internacionales y especialmente del PIDESC (art.
2.1), sumado al principio pro homine, connatural con estos documentos, determina que el intérprete
del derecho debe escoger, el resultado que proteja en mayor medida a la persona humana.
La pauta hermenéutica citada se impone con mayor intensidad, cuando su aplicación no entrañe
colisión alguna del derecho humano, así interpretado, con otros valores, principios, atribuciones o
derechos constitucionales. En el precedente de 1974 de vital importancia en el control constitucional in
re “Bercaitz Miguel Ángel s/Jubilación (CSJN, Fallos: 289:430), se censuró toda inteligencia restrictiva
de los derechos humanos, puesto que contrariaba de tal modo la jurisprudencia de la Corte
concordante con la doctrina universal y el principio de favorabilidad (Fallos: 289:430, 437; 293:26,27).
La Corte Interamericana por su parte tiene dicho que “…constituye un principio básico relativo a la
independencia de la judicatura, que toda persona tiene derecho a ser juzgada por tribunales de justicia
ordinarios con arreglo a procedimientos legalmente establecidos. El Estado no debe crear tribunales
que no apliquen normas procesales debidamente establecidas para sustituir la jurisdicción que
corresponda normalmente a los tribunales ordinarios” (Caso “Lori Berenson Mejía Vs. Perú. Fondo.
Reparaciones y Costas”, Sentencia del 25 de noviembre de 2004, Serie C Nro. 119, párr.143). Recordemos
el antiguo proverbio latino "Pacta quae contra leges, constitutiones que vel bonos mores fiunt, nullam
vim habere indubitati iuri est."
Lo hasta aquí expuesto me permite establecer que en virtud del estado de vigencia de los tratados, el
alcance interpretativo de éstos según el art. 75 inc. 22 de la Constitución Nacional, por imperio de los
principios pro homine y de progresividad, al perderse el Juez natural con su especial versación y en el
marco de un proceso específico determinado para la disciplina como es la Ley Orgánica, se produce la
violación del debido proceso, que no se preserva porque se establezca una mera revisión vía recursiva,
pues el proceso en sí, se deja en manos de profesionales de la medicina –con la salvedad que ya vertí
en la presente resolución respecto de los Secretarios Letrados- en un régimen que el entonces Fiscal
General del Trabajo -Dr. Eduardo Álvarez- calificó como algo parco y barroco– en la conocida causa
Burghi y que se encuentra reglamentado en parte por el Superintendente de Riesgos del Trabajo, con
la posible laguna acerca del proceso judicial concreto ulterior que el mencionado Sr. Fiscal –refirió
esperar- que sea conjurada por los magistrados, lo que se encuentra en pugna con el mandato
constitucional como he adelantado (art. 18 de la Constitución Nacional).
Sumado a ello, debo agregar que en la causa “Ángel Estrada”, nuestro Cimero Tribunal también dijo
que “…no cualquier controversia puede ser válidamente deferida al conocimiento de órganos
administrativos con la mera condición de que sus decisiones queden sujetas a un ulterior control
judicial suficiente. Los motivos tenidos en cuenta por el legislador para sustraer la materia de que se
trate de la jurisdicción de los jueces ordinarios deben estar razonablemente justificados pues, de lo
contrario, la jurisdicción administrativa así creada carecería de sustento constitucional, e importaría
un avance indebido sobre las atribuciones que el art. 116 de la Constitución Nacional define como
propias y exclusivas del Poder Judicial de la Nación. Admitir que el Congreso pudiera delegar en los
órganos de la administración facultades judiciales sin limitación material de ninguna especie sería
tan impensable como permitir que el legislador delegara la sustancia de sus propias funciones
legislativas, lo cual está expresamente vedado en el art. 76 de la Constitución Nacional…” (ver
considerando 14º de la mayoría). Argumento, que abona la postura que vengo asumiendo sobre la
cuestión.
En consecuencia, propongo revocar la resolución apelada y asumir sin más, la aptitud jurisdiccional en
la presente causa.
Propongo que los gastos causídicos de ambas instancias sean soportados por su orden, toda vez que
existe jurisprudencia disímil sobre la materia y que no ha mediado contradictorio (arts. 68 segundo
párrafo y 279 del C.P.C.C.N.) y que se difiera la regulación de honorarios para la etapa de la sentencia
definitiva.
A partir de esta postura, considero que la norma procesal analizada cumple adecuadamente con los
presupuestos enunciados precedentemente, por cuanto la reforma introducida por la ley 27.348 tuvo
como finalidad, precisamente, que los reclamos fundados en la L.R.T. requieran la necesaria
intervención de los organismos médicos creados a fin de determinar la existencia de una minusvalía
resarcible en el marco de dicho régimen. Se trata, pues, de la necesidad de requerir la intervención de
expertos en medicina que posibiliten un adecuado juzgamiento acerca de la existencia de una
incapacidad y de su nexo causal con el trabajo. A ello se suma la indudable independencia e
imparcialidad de las comisiones médicas jurisdiccionales encargadas de este proceso previo.
Por lo demás, el procedimiento administrativo previo –incluida la vía recursiva- que instauró la
normativa cuestionada asegura que el trabajador cuente con asesoramiento letrado, asimismo
posibilita la revisión judicial de lo que decidan las comisiones médicas, incluida la Comisión Médica
Central. A su vez, impone a las comisiones médicas un plazo concreto para que se expidan,
prorrogable sólo por cuestiones de hecho relacionadas con la acreditación del accidente de trabajo o de
la enfermedad profesional, disponiéndose la perentoriedad de los plazos, a cuyo vencimiento queda
expedita la vía judicial, en caso de existir agravio. Ello descarta el peligro de una demora excesiva en la
resolución de cada cuestión, así como el argumento de que nos hallamos frente a una privación de
acceso al juez natural.
Sin perjuicio de todo lo expuesto, cabe destacar que es facultad discrecional del legislador decidir qué
tribunales serán los competentes para resolver los conflictos suscitados en su jurisdicción, en la
medida en que ello no constituya un perjuicio para el justiciable.
Ahora bien, en el caso en análisis, entiendo que se trata de una norma adjetiva que no restringe el
acceso a la justicia, sino que solamente lo difiere por un lapso prudencial a una etapa procesal
posterior en el supuesto de existir algún agravio, pero de ningún modo habilita a iniciar directamente
la acción ante la justicia ordinaria, tal como lo hiciera la accionante en el sub lite .
Por lo demás, tampoco advierto que la quejosa haya alegado circunstancia idónea, que conculque
prima facie alguno de sus derechos invocados y que sea hábil como para determinar la ineficacia del
sistema de acceso a la jurisdicción esbozado en la ley citada. Ello así lo digo, en tanto opino que, el
régimen recursivo previsto en la norma impugnada ciertamente habilita a un suficiente y amplio
control jurisdiccional por parte de los tribunales especializados en la materia (ver, art. 2 de la citada
norma).
Sumado a ello y en ese mismo andarivel, es dable remarcar la función ejercida por esta Excelentísima
Cámara Nacional de Apelaciones -a fines de salvaguardar las garantías de acceso y eficacia de la
jurisdicción-, en tanto se reglamentó el procedimiento para las causas derivadas de los recursos
previstos por la ley referida, mediante el Acta CNAT Nº 2669 del 16/05/20108, dónde concretamente se
estableció -en cuanto a la competencia de los Jueces de Primera Instancia- que; “…c) en el recurso se
podrán peticionar las medidas de prueba denegadas o defectuosamente producidas; ello sin perjuicio
de las medidas para mejor proveer que se pudieran adoptar…” (ver apartado 4º). Lo que, a todas luces,
permite inferir la existencia de un adecuado “control amplio”, por parte de esta Justicia Nacional del
Trabajo, para los casos en que se acceda a la jurisdicción mediante la vía recursiva establecida en el
art. 2 de la ley 27.348 (en consonancia con la doctrina de la ya aludida causa “Ángel Estrada”).
En resumidas cuentas, siendo que, en la especie, no surge que la aplicación, lisa y llana, de la vía
recursiva establecida por la ley complementaria a la Ley de Riesgos del Trabajo, viole los principios,
derechos y/o garantías constitucionales que indica la recurrente, todo lo cual determina su
constitucionalidad.
Por consiguiente, propongo confirmar la resolución apelada y que los gastos causídicos de esta
instancia sean soportados por su orden, toda vez que existe jurisprudencia disímil sobre la materia y
que no ha mediado contradictorio (arts. 68 segundo párrafo).
EL DR. LUIS ALBERTO CATARDO DIJO: Por análogos fundamentos adhiero al voto de mi distinguida
colega la Dra. GRACIELA LILIANA CARAMBIA.
Por lo expuesto y, oído que fue la Sra. Fiscal General Adjunta Interina, EL TRIBUNAL RESUELVE: 1)
Confirmar la resolución apelada. 2) Disponer las costas de esta Alzada por su orden (art. 68 segundo
párrafo del C.P.C.C.N.). 3) Oportunamente, cúmplase con lo dispuesto en el art. 1 de la ley 26.856 y con
la Acordada de la CSJN Nº 15/2013.
LEY 27.348
BUENOS AIRES, 15 de Febrero de 2017
Boletín Oficial, 24 de Febrero de 2017
Vigente, de alcance general
Id SAIJ: LNS0006300
SUMARIO
Ley sobre riesgos del trabajo, riesgos del trabajo, ley complementaria, asistencia médica, incapacidad
temporaria, incapacidad permanente, asegurador por riesgos del trabajo, Derecho laboral, Derecho
constitucional, Salud pública
El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina reunidos en Congreso, etc. sancionan con
fuerza de Ley:
ARTÍCULO 1° - Dispónese que la actuación de las comisiones médicas jurisdiccionales creadas por
el artículo 51 de la ley 24.241 y sus modificatorias, constituirá la instancia administrativa previa, de
carácter obligatorio y excluyente de toda otra intervención, para que el trabajador afectado, contando
con el debido patrocinio letrado, solicite la determinación del carácter profesional de su enfermedad o
contingencia, la determinación de su incapacidad y las correspondientes prestaciones dinerarias
previstas en la Ley de Riesgos del Trabajo. Será competente la comisión médica jurisdiccional
correspondiente al domicilio del trabajador, al lugar de efectiva prestación de servicios por el
trabajador o, en su defecto, al domicilio donde habitualmente aquel se reporta, a opción del trabajador
y su resolución agotará la instancia administrativa. Los trabajadores vinculados por relaciones
laborales no registradas con empleadores alcanzados por lo estatuido en el apartado primero
del artículo 28 de la ley 24.557 no están obligados a cumplir con lo dispuesto en el presente artículo y
cuentan con la vía judicial expedita. Los honorarios profesionales que correspondan por patrocinio
letrado y demás gastos en que incurra el trabajador a consecuencia de su participación ante las
comisiones médicas estarán a cargo de la respectiva aseguradora de riesgos del trabajo (A.R.T.).
ARTÍCULO 2° - Una vez agotada la instancia prevista en el artículo precedente las partes
podrán solicitar la revisión de la resolución ante la Comisión Médica Central. El trabajador
tendrá opción de interponer recurso contra lo dispuesto por la comisión médica jurisdiccional
ante la justicia ordinaria del fuero laboral de la jurisdicción provincial o de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, según corresponda al domicilio de la comisión médica que
intervino. La decisión de la Comisión Médica Central será susceptible de recurso directo, por
cualquiera de las partes, el que deberá ser interpuesto ante los tribunales de alzada con
competencia laboral o, de no existir éstos, ante los tribunales de instancia única con igual
competencia, correspondientes a la jurisdicción del domicilio de la comisión médica
jurisdiccional que intervino. Los recursos interpuestos procederán en relación y con efecto
suspensivo, a excepción de los siguientes casos, en los que procederán con efecto devolutivo:
a) cuando medie apelación de la aseguradora de riesgos del trabajo ante la Comisión Médica
Central en el caso previsto en el artículo 6°, apartado 2, punto c) de la ley 24.557, sustituido
por el artículo 2° del decreto 1278/2000;
b) cuando medie apelación de la aseguradora de riesgos del trabajo ante la Comisión Médica
Central en caso de reagravamiento del accidente de trabajo o de la enfermedad profesional.
El recurso interpuesto por el trabajador atraerá al que eventualmente interponga la
aseguradora de riesgos del trabajo ante la Comisión Médica Central y la sentencia que se
dicte en instancia laboral resultará vinculante para todas las partes. Los decisorios que
dicten las comisiones médicas jurisdiccionales o la Comisión Médica Central que no fueren
motivo de recurso alguno por las partes así como las resoluciones homologatorias, pasarán
en autoridad de cosa juzgada administrativa en los términos del artículo 15 de la ley 20.744
(t.o. 1976). Las resoluciones de la respectiva comisión médica jurisdiccional y de la Comisión
Médica Central deberán ser notificadas a las partes y al empleador. Para todos los
supuestos, resultará de aplicación lo dispuesto en el artículo 9° de la ley 26.773. Todas las
medidas de prueba producidas en cualquier instancia serán gratuitas para el trabajador. En
todos los casos los peritos médicos oficiales que intervengan en las controversias judiciales
que se susciten en el marco de la ley 24.557 y sus modificatorias deberán integrar el cuerpo
médico forense de la jurisdicción interviniente o entidad equivalente que lo reemplace y sus
honorarios no serán variables ni estarán vinculados a la cuantía del respectivo juicio y su
regulación responderá exclusivamente a la labor realizada en el pleito. En caso que no
existieren profesionales que integren los cuerpos médicos forenses en cantidad suficiente
para intervenir con la celeridad que el trámite judicial lo requiera como peritos médicos, los
tribunales podrán habilitar mecanismos de inscripción de profesionales médicos que
expresamente acepten los parámetros de regulación de sus honorarios profesionales
conforme lo previsto en el párrafo precedente. No podrán ser objeto de pactos de cuota litis
los procesos judiciales que se sustancien en el marco del presente Título.
ARTÍCULO 5° - Créase el Autoseguro Público Provincial destinado a que las provincias y sus
municipios y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires puedan autoasegurar los riesgos del
trabajo definidos en la ley 24.557 y sus modificatorias, respecto de los regímenes de empleo
público provincial y municipal, de acuerdo a lo que establezca la Superintendencia de Riesgos
del Trabajo. Para acceder al Autoseguro Público Provincial, cada jurisdicción deberá garantizar
la existencia de una estructura suficiente para el adecuado otorgamiento de las prestaciones
en especie de la ley 24.557 y sus modificatorias, de acuerdo a las condiciones y requisitos que
establezca la Superintendencia de Riesgos del Trabajo. Las prestaciones dinerarias deberán
ser administradas mediante un régimen de gestión económica y financiera separado del que
corresponda a la contabilidad general provincial. El Autoseguro Público Provincial deberá
integrarse al sistema de registros y establecer para cada dependencia o establecimiento con
riesgo crítico, de conformidad con lo que determine la Superintendencia de Riesgos del
Trabajo, un plan de acción específico. Los autoasegurados públicos provinciales tendrán
idénticas obligaciones que las Aseguradoras de Riesgos del Trabajo y los empleadores
autoasegurados en materia de reportes e integración al Registro Nacional de Incapacidades,
según determine la Superintendencia de Riesgos del Trabajo. El autoseguro público de cada
provincia podrá admitir la incorporación de sus municipios, los que pasarán a integrar el
Autoseguro Público Provincial de la respectiva provincia.
ARTÍCULO 6° - Los empleadores que opten por el régimen de Autoseguro Público Provincial
deberán:
b) Cumplir con las obligaciones y procedimientos que la ley 24.557 y sus modificatorias ponen
a cargo de los empleadores y de las aseguradoras de riesgos del trabajo, en los términos que
establezca la Superintendencia de Riesgos del Trabajo con la excepción de la afiliación, del
aporte al Fondo de Reserva de la ley 24.557 y sus modificatorias y de toda otra obligación
incompatible con dicho régimen.
ARTÍCULO 7° - El incumplimiento por parte de los empleadores que opten por el régimen de
Autoseguro Público Provincial de las obligaciones a su cargo, será pasible de las sanciones
dispuestas en el artículo 32 de la ley 24.557 y sus modificatorias, sin perjuicio de las
previstas en el Libro 2°, Título XI, Capítulo VII del Código Penal.
1. Existe situación de Incapacidad Laboral Temporaria (ILT) cuando el daño sufrido por el
trabajador le impida temporariamente la realización de sus tareas habituales.
a) Alta médica;
3. Si el trabajador damnificado, dentro del plazo previsto en el inciso c) del apartado anterior,
se hubiera reincorporado al trabajo y volviera a estar de baja por idéntico accidente o
enfermedad profesional, su situación de Incapacidad Laboral Temporaria (ILT) continuará
hasta el alta médica, declaración de Incapacidad Laboral Permanente, en caso de
corresponder, su deceso o hasta completar dos (2) años efectivos de baja, sumándose todos
los períodos en los cuales se hubiera visto impedido de trabajar.
1°. A los fines del cálculo del valor del ingreso base se considerará el promedio mensual de
todos los salarios devengados -de conformidad con lo establecido por el artículo 1° del
Convenio N° 95 de la OIT- por el trabajador durante el año anterior a la primera
manifestación invalidante, o en el tiempo de prestación de servicio si fuera menor. Los
salarios mensuales tomados a fin de establecer el promedio se actualizarán mes a mes
aplicándose la variación del índice RIPTE (Remuneraciones Imponibles Promedio de los
Trabajadores Estables).
ARTÍCULO 12. - Incorpórase como apartado 6 del artículo 27 de la ley 24.557 el siguiente texto:
6. La Aseguradora de Riesgos del Trabajo podrá extinguir el contrato de afiliación de un
empleador en caso que se verifique la falta de pago de dos (2) cuotas mensuales,
consecutivas o alternadas, o la acumulación de una deuda total equivalente a dos (2) cuotas,
tomando como referencia la de mayor valor en el último año. La extinción del contrato
deberá ajustarse a los requisitos, modalidades y plazos que determine la reglamentación. A
partir de la extinción, el empleador se considerará no asegurado y estará en la situación
prevista en el apartado 1 del artículo 28 de esta ley. Sin perjuicio de ello, la aseguradora
deberá otorgar prestaciones en especie, con los alcances previstos en el Capítulo V de esta
ley, por las contingencias ocurridas dentro de los tres (3) meses posteriores a la extinción
por falta de pago. La aseguradora podrá repetir del empleador el costo de las prestaciones
otorgadas conforme lo dispuesto en el párrafo anterior.
ARTÍCULO 13. - Sustitúyese el texto del artículo 37 de la ley 24.557 (reemplazado por el
artículo 74 de la ley 24.938) por el siguiente:
Artículo 37: Financiamiento. Los gastos de los entes de supervisión y control serán
financiados por las Aseguradoras de Riesgos del Trabajo, los empleadores autoasegurados
públicos provinciales y los empleadores autoasegurados, conforme aquellos entes lo
determinen. En ningún supuesto dicha contribución podrá superar:
a) En el caso de las Aseguradoras de Riesgos del Trabajo, el uno coma cuatro por ciento (1,4
%) del total de los importes percibidos por cuotas de contratos de afiliación.
b) En el caso de los empleadores públicos autoasegurados y los empleadores autoasegurados,
el cero coma cinco por mil (0,5%) de su masa salarial promedio de los últimos seis (6) meses.
ARTÍCULO 14. - Sustitúyese el primer apartado del artículo 46 de la ley 24.557 por el siguiente
texto:
Artículo 46: Competencia judicial.
1. Una vez agotada la instancia prevista ante las comisiones médicas jurisdiccionales las
partes podrán solicitar la revisión de la resolución ante la Comisión Médica Central.
El trabajador tendrá opción de interponer recurso contra lo dispuesto por la comisión médica
jurisdiccional ante la justicia ordinaria del fuero laboral de la jurisdicción provincial o de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires según corresponda al domicilio de la comisión médica que
intervino.
La decisión de la Comisión Médica Central será susceptible de recurso directo, por cualquiera
de las partes, el que deberá ser interpuesto ante los tribunales de alzada con competencia
laboral o, de no existir éstos, ante los tribunales de instancia única con igual competencia,
correspondientes a la jurisdicción del domicilio de la comisión médica jurisdiccional que
intervino.
Los recursos interpuestos procederán en relación y con efecto suspensivo, a excepción de los
siguientes casos, en los que procederán con efecto devolutivo:
a) cuando medie apelación de la A.R.T. ante la Comisión Médica Central en el caso previsto en
el artículo 6°, apartado 2, punto c) de la ley 24.557, sustituido por el artículo 2° del decreto
1278/2000;
Los decisorios que dicten las comisiones médicas jurisdiccionales o la Comisión Médica
Central que no fueren motivo de recurso alguno por las partes así como las resoluciones
homologatorias, pasarán en autoridad de cosa juzgada administrativa en los términos del
artículo 15 de la ley 20.744 (t.o. 1976).
Las resoluciones de la respectiva comisión médica jurisdiccional y de la Comisión Médica
Central deberán ser notificadas a las partes y al empleador.Para todos los supuestos,
resultará de aplicación lo dispuesto en el artículo 9° de la ley 26.773.
Todas las medidas de prueba producidas en cualquier instancia serán gratuitas para el
trabajador.
ARTÍCULO 15. - Sustitúyese el cuarto párrafo del artículo 4° de la ley 26.773 por el siguiente
texto:
Las acciones judiciales con fundamento en otros sistemas de responsabilidad sólo podrán
iniciarse una vez recibida la notificación fehaciente prevista en este artículo y agotada la vía
administrativa mediante la resolución de la respectiva comisión médica jurisdiccional o
cuando se hubiere vencido el plazo legalmente establecido para su dictado.
ARTÍCULO 16. - Incorpórase a la ley 26.773 el artículo 17 bis, según el siguiente texto:
Artículo 17 bis: Determínase que sólo las compensaciones adicionales de pago único,
incorporadas al artículo 11 de la ley 24.557 y sus modificatorias, y los importes mínimos
establecidos en el decreto 1694/09, se deberán incrementar conforme la variación del índice
RIPTE (Remuneraciones Imponibles Promedio de los Trabajadores Estables), desde el 1° de
enero de 2010 y hasta la fecha de la primera manifestación invalidante de la contingencia
considerando la última variación semestral del RIPTE de conformidad con la metodología
prevista en la ley 26.417.
ARTÍCULO 17. - Dispónese que todas las prestaciones dinerarias e indemnizaciones que se
liquiden administrativa o judicialmente, deberán ser depositadas en la "cuenta sueldo" del
respectivo trabajador, creada en virtud de lo establecido en la ley 26.590 y normativa
complementaria y siempre que aquella se encuentre disponible.
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ARTÍCULO 23. - El Poder Ejecutivo deberá, dentro del plazo de seis (6) meses contados desde
la vigencia de la presente ley, elaborar un texto ordenado de las leyes 24.557, 26.773 y de la
presente.
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Artículo 3° - Para el caso en que las partes, en forma previa a la intervención de la comisión
médica jurisdiccional, hubieren convenido el monto de la indemnización correspondiente al
daño derivado del accidente laboral o enfermedad profesional, la Aseguradora de Riesgos del
Trabajo deberá solicitar la intervención de la Comisión Médica Jurisdiccional, a fin de someter
la propuesta de convenio ante el Servicio de Homologación.
El Servicio de Homologación citará a las partes y al empleador, con el objeto de que los
profesionales médicos que la Superintendencia de Riesgos del Trabajo designe al efecto,
verifiquen el grado de incapacidad contenido en la propuesta. Cumplido tal extremo y
contando con el respectivo informe del profesional médico, el Servicio de Homologación
constatará que el grado de incapacidad y el importe de la indemnización acordada se
corresponden con la normativa de la ley 24.557 y sus modificatorias.
En caso de disconformidad de alguna de las partes con el grado de incapacidad verificado por
el Servicio, se labrará un acta dejando constancia de ello y se requerirá la intervención de la
Comisión Médica a fin de que se sustancie el trámite de determinación de incapacidad.