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Laboral Material 3 PDF

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Derecho Laboral I 2023

Secciones H, I, A, F.
Licenciado Avidán Ortiz Orellana

LO ÚNICO IMPOSIBLE ES
AQUELLO QUE NO INTENTAS.

PRIMERA PARTE DEL PROGRAMA

ANTECEDENTES DEL DERECHO DEL TRABAJO

1. Historia del Derecho del Trabajo


2. Los Principios Ilustradores del Derecho del Trabajo
3. Naturaleza Jurídica del Derecho del Trabajo
4. Las Fuentes del Derecho del Trabajo
5. La Interpretación del Derecho del Trabajo

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3. NATURALEZA JURÍDICA DEL DERECHO DEL
TRABAJO

a. CRITERIO
b. CONCEPCIONES
c. CONCLUSIÓN

a. CRITERIO:
➢ Qué es la Naturaleza Jurídica. Por “naturaleza” entendemos el origen de las
cosas, su principio, proceso y fin; la esencia de cada cosa. Los tratadistas del
Derecho Laboral consideran que la naturaleza jurídica del Derecho del Trabajo,
debe analizarse desde la perspectiva del Derecho Privado, del Derecho Público
o del Derecho Natural.

➢ Para definir la Naturaleza Jurídica del Derecho del Trabajo, los tratadistas han
realizado su enfoque desde la siguiente perspectiva:
Por sus Normas
Por sus Instituciones
Por la Tutela de sus Intereses

b. CONCEPCIONES:
1. La Concepción Privativa del Derecho del Trabajo.
2. La Concepción Publicista del Derecho del Trabajo.
3. La Concepción Dualista del Derecho del Trabajo.
4. La Concepción Social del Derecho del Trabajo.

1. La Concepción Privativa del Derecho del Trabajo.

➢ Los tratadistas que sostienen esta concepción consideran que todo lo relativo
a la contratación individual y a las condiciones de trabajo está formado por
instituciones del Derecho Privado, consideran que desde la denominación de
“Contrato” es un acuerdo de voluntades. Adicionalmente en su historia
siempre estuvo contenido dentro del Derecho Privado.

➢ Esta concepción argumenta que el trabajo se basa en un contrato, que debe


personalizarse como los demás, por la espontaneidad y voluntariedad de las
partes, en las normas jurídicas civiles o en las equiparables a ella, son un
conjunto de normas que regulan la relación de tipo privado.

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➢ En Guatemala. Dentro de la Historia del Derecho del Trabajo, podemos
analizar que algunas de las instituciones del mismo se encontraban
reguladas en el Derecho Privado, tal como lo señala el Tratadista Mario
López Larrave, en su libro “Breve Historia del Movimiento Sindical
Guatemalteco”, en el que comenta que en el Decreto Gubernativo 176 del 8
de marzo de 1877 en el Código Civil regulaba las relaciones laborales con el
Contrato de Locación de Servicios.

COMENTARIO: Esta concepción no define la naturaleza jurídica del Derecho


del Trabajo porque a pesar que es un contrato, es el Estado quien da los
lineamientos de su contenido, los cuales contienen garantías mínimas a favor
de los trabajadores, por lo que no existe la autonomía de la voluntad.

2. La Concepción Publicista del Derecho del Trabajo.

➢ La Naturaleza Jurídica del Derecho del Trabajo en nuestra legislación es de


DERECHO PÚBLICO porque contiene normas de interés público,
irrenunciables, y porque el Estado debe ejercer la vigilancia para que los
derechos mínimos contenidos en la ley sean aplicables desde el momento
del inicio de la relación laboral, en la celebración de un contrato de trabajo y
la ejecución de la prestación del servicio exigiendo el cumplimiento de las
obligaciones de patronos y trabajadores (ningún trabajador puede renunciar
a los derechos que le otorga la legislación).

➢ Estipula que se trata de una concepción publicista porque sus normas son
taxativas o de carácter imperativo, o sea que la autonomía de la voluntad se
ve limitada a la aplicación de este derecho, pues sus normas tienden a
proteger intereses no particulares sino de carácter general.

➢ En Guatemala. Cuarto Considerando, Inciso “e”, Código de Trabajo:


Que esas características ideológicas del derecho de Trabajo y, en
consecuencia, también las del Código de Trabajo, por ser éste una
concreción de aquel, adaptadas a la realidad de Guatemala se pueden
resumir así:
…e) El Derecho de Trabajo es una rama del Derecho Público, por lo que al
ocurrir su aplicación, el interés privado debe ceder ante el interés social o
colectivo; (…)

3. La Concepción Dualista del Derecho del Trabajo.

➢ Tratadistas como el Maestro Salomón González Blanco, considera que el


Derecho del Trabajo es Dual o Mixto, porque todo lo relativo a la contratación
individual y condiciones de trabajo está formado por instituciones del
Derecho Privado y lo relativo al sindicato, inspección de trabajo, huelga,
designación de los funcionarios de los tribunales de trabajo, se rigen por
instituciones de Derecho Público.

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➢ Esta concepción afirma que por una parte el derecho del trabajo tutela
intereses privados y por otra, intereses de la generalidad. Pertenece al
derecho público por cuanto organiza una especie de tutela administrativa
sobre los trabajadores, pero depende por el contrario del derecho privado
cuando estatuye sobre los contratos.

➢ El Tratadista Eugenio Pérez Botija, considera al Derecho del Trabajo como


un conjunto indisoluble e inseparable de Instituciones de Derecho Público y
de Derecho Privado.

➢ El Tratadista José Dávalos, manifiesta que estamos frente al derecho


público cuando se tutela un derecho no patrimonial, y cuando se tutela un
derecho patrimonial, nos encontramos frente a normas de derecho privado.
Esta tesis se critica, pues vemos que el derecho fiscal es derecho público, a
pesar de que tutela derechos patrimoniales; en cambio, todo el régimen de
familia no es patrimonial y pertenece al derecho privado. También indica que
si los sujetos de la relación jurídica se encuentran para poder distinguir si la
norma que los rige es de derecho público o de derecho privado; si los sujetos
se encuentran en un mismo plano, estamos frente a una norma de derecho
privado, es decir, una relación de coordinación; si uno de los sujetos de la
relación está en un plano de superioridad, estamos frente a una norma de
derecho público.
Pero puede ocurrir que los sujetos de la relación estén en un plano de
igualdad y, sin embargo, las normas que los rigen sean de derecho público;
por ejemplo, los tratados internacionales.
Otro criterio por el que se inclinan casi todos los autores es el de la naturaleza
de la norma. Si una de las partes impone a la otra las condiciones del
contrato, se está frente a normas de derecho público; pero si las partes tienen
facultades para discutir las condiciones o normas reguladoras del contrato,
estamos frente al derecho privado.
Si el Estado actúa como tal, si lo hace con ese poder frente a un particular,
se está en el campo del derecho público; pero si el Estado deja de actuar
con su imperio político y se coloca en la misma situación que el particular,
estamos en el campo del derecho privado. Ejemplificando: cuando el Estado
realiza una expropiación estamos colocados en el ámbito del derecho
público, y cuando celebra un contrato de arrendamiento, en el del derecho
privado.
Sin embargo, el problema consiste en determinar si el derecho del trabajo es
del derecho público, del derecho privado o del derecho social.

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4. La Concepción Social del Derecho del Trabajo.

➢ El Tratadista Carlos García Oviedo, dice que todo lo relativo a la prestación


de servicios, debe considerarse dentro del Derecho Social, pues el grupo de
trabajadores engendra problemas de carácter social.

➢ El Doctor Trueba Urbina afirma que el Derecho Social es un conjunto de


principios, instituciones y normas que en función de su integración protegen,
tutelan y reivindican a los que viven de su trabajo y a los económicamente
débiles.

➢ El Maestro Mario de la Cueva define a los derechos sociales como los que
se proponen entregar la tierra a quien la trabaja y asegurar a los hombres
que vierten su energía de trabajo a la economía, la salud y la vida y un
ingreso, en el presente y en el futuro, que haga posible un vivir conforme con
la naturaleza, la libertad y la dignidad humana, además considera que el
Derecho del Trabajo es como el estatuto de la clase trabajadora que impuso
la Constitución para definir su posición frente al capital y fijar los beneficios
mínimos que deben corresponderle por la prestación de sus servicios.

➢ Al Derecho del Trabajo le dan una categoría nueva, incorporan a él una serie
de instituciones que hace convertir a todas las relaciones jurídicas en una
misma idea o finalidad que es la Social. Pues tiene características propias,
peculiaridades especiales, desborda los límites de las grandes ramas del
derecho, y es lícito que sus normas sean derogadas cuando lo convenido
resulte más beneficioso para la parte más débil.

➢ En Guatemala. La Constitución Política de la República de Guatemala, en


su artículo 101, regula que el Trabajo es un derecho de la persona y una
obligación social. El Régimen Laboral del País debe organizarse conforme a
principios de justicia social.

c. CONCLUSIÓN
La legislación guatemalteca, los principios que la inspiran, las resoluciones
judiciales y la doctrina legal establecen que la Naturaleza Jurídica del Derecho del
Trabajo es de carácter Público como lo establece el cuarto considerando inciso
“e” del Código de Trabajo, puesto que indica que el mismo en su aplicación
prevalece el interés colectivo sobre el interés particular.

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4. LAS FUENTES DEL DERECHO DEL TRABAJO

I. DEFINICIÓN
II. FUENTES TRADICIONALES DE LA LEY
III. FUENTES ESPECÍFICAS DEL DERECHO DEL TRABAJO.
IV. JERARQUÍA DE APLICACIÓN SUPLETORIA DE LAS FUENTES DEL
DERECHO DEL TRABAJO.

I. DEFINICIÓN:

Según Cabanellas: Es el principio, fundamento u origen de las normas jurídicas y, en


especial del Derecho Positivo o vigente en determinado país o época.

II. FUENTES TRADICIONALES DE LA LEY.

Artículo 2. Ley del Organismo Judicial. Fuentes del derecho. La ley es la fuente del
ordenamiento jurídico. La jurisprudencia, la complementará.
La costumbre regirá sólo en defecto de ley aplicable o por delegación de la ley, siempre
que no sea contraria a la moral o al orden público y que resulte probada.

❖ La Ley: Toda norma jurídica reguladora de los actos y de las relaciones humanas,
aplicable en determinado tiempo y lugar. (Manuel Ossorio)

Artículo 10. Ley del Organismo Judicial. Interpretación de la Ley. Las normas
se interpretarán conforme a su texto, según el sentido propio de sus palabras, a su
contexto y de acuerdo con las disposiciones constitucionales. Cuando una ley es
clara, no se desatenderá su tenor literal con el pretexto de consultar su espíritu.
El conjunto de una ley servirá para ilustrar el contenido de cada una de sus
partes, pero los pasajes de la misma se podrán aclarar atendiendo al orden
siguiente:

a) A la finalidad y al espíritu de la misma;


b) A la historia fidedigna de su institución;
c) A las disposiciones de otras leyes sobre casos o situaciones análogas;
d) Al modo que parezca más conforme a la equidad y a los principios
generales del derecho.

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❖ La Jurisprudencia: Es la interpretación que de la ley hacen los tribunales para
aplicarla a los casos sometidos a su jurisdicción. Así, pues, la jurisprudencia está
formada por el conjunto de sentencias dictadas por los miembros del Poder Judicial
sobre una materia determinada. (Manuel Ossorio)

❖ La Costumbre: Hábito adquirido por la repetición de actos de la misma especie. La


Academia la define, dentro del vocabulario forense, como la que se establece en
materia no regulada o sobre aspectos no previstos por las leyes. (Manuel Ossorio)

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III.FUENTES ESPECIFICAS DEL DERECHO DEL TRABAJO

CLASIFICACIÓN
a. Fuentes Formales
b. Fuentes Reales
c. Fuentes Históricas

a. Fuentes Formales:

Son aquellos procesos por medio de los cuales se crean normas jurídicas y según
la doctrina tenemos:
1. La Ley
2. La Costumbre y Usos locales
3. La Doctrina
4. La Jurisprudencia
5. Principios del Derecho del Trabajo
6. Los Principios Generales del Derecho
7. La Equidad

1. La Ley:

En nuestro ordenamiento jurídico:

• Constitución Política de la República de Guatemala;


• El Código de Trabajo;
• Tratados y Convenios Internacionales (Artículos 46 y 102 inciso “t” de la
Constitución Política de la República de Guatemala);
• Recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo.
• Reglamentos Interiores de Trabajo (Artículos 57 y 60 Código de Trabajo);
• Convenios Colectivos de Trabajo (Artículos 61 inciso “ñ”, numeral 7 y 386
Código de Trabajo)
• Pactos Colectivos de Condiciones de Trabajo (Artículo 49, Código de
Trabajo);
• Sentencia Colectiva o Laudo Arbitral (Artículos 403; 408 y 412, Código de
Trabajo); y
• Disposiciones Legales de las entidades del Estado y las empresas privadas
en Materia Laboral.

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2. La Costumbre y Usos Locales:

Definición de Costumbre:

Según el Profesor Claude Du Pasquier: “la costumbre es un uso implantado en


una colectividad y considerado por esta como jurídicamente obligatorio; es el
derecho nacido consuetudinariamente, el ius moribus constitutum”.

Según el Profesor Julien Bonnecase: “la costumbre es una regla de derecho que
se constituye progresivamente bajo la influencia subconsciente de la noción de
derecho y de las aspiraciones sociales”.

Clasificación de la Costumbre:

❖ Secundum legem: Es decir la costumbre coincide con el texto legal o la


mejora.

❖ Proeter legem: La costumbre está más allá de la ley se desenvuelve en un


área respecto del cual la ley no se ha pronunciado.

❖ Contra legem: La costumbre se instala en abierta contradicción con la ley.


Debe entenderse que ello no puede ser fuente de derecho si implica el
desconocimiento de los principios básicos de nuestro derecho

Definición de Usos Locales:

Prácticas o reglas de conducta e interpretación seguidas en un lugar por todos


sus habitantes o la generalidad; y, más especialmente, por los dedicados a una
determinada actividad: agraria, pecuaria, mercantil. etc.
Artículo 20. Código de Trabajo. El contrato individual de trabajo obliga, no sólo
a lo que se establece en él, sino:
a) A la observancia de las obligaciones y derechos que este Código o los
convenios internacionales ratificados por Guatemala, determinen para las
partes de la relación laboral, siempre, respecto a estos últimos, cuando
consignen beneficios superiores para los trabajadores que los que este
Código crea; y
b) A las consecuencias que del propio contrato se deriven según la buena
fe, la equidad, el uso y costumbres locales o la ley. Las condiciones de
trabajo que rijan un contrato o relación laboral, no pueden alterarse
fundamental o permanentemente, salvo que haya acuerdo expreso entre las
partes o que así lo autorice el Ministerio de Trabajo y Previsión Social, cuando
lo justifique plenamente la situación económica de la empresa. Dicha
prohibición debe entenderse únicamente en cuanto a las relaciones de
trabajo que, en todo o en parte, tengan condiciones superiores al mínimum
de protección que este Código otorga a los trabajadores.
Son condiciones o elementos de la prestación de los servicios o ejecución de
una obra: la materia u objeto; la forma o modo de su desempeño; el tiempo de
su realización; el lugar de ejecución y las retribuciones a que esté obligado el
patrono.
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Artículo 116. Código de Trabajo. La jornada ordinaria de trabajo efectivo diurno
no puede ser mayor de ocho horas diarias, ni exceder de un total de cuarenta y
ocho horas a la semana.
La jornada ordinaria de trabajo efectivo nocturno no puede ser mayor de seis
horas diarias, ni exceder de un total de treinta y seis horas a la semana. Tiempo
de trabajo efectivo es aquel en que el trabajador permanezca a las órdenes del
patrono.
Trabajo diurno es el que se ejecuta entre las seis y las dieciocho horas de un
mismo día.
Trabajo nocturno es el que se ejecuta entre las dieciocho horas de un día y las
seis horas del día siguiente.
La labor diurna normal semanal será de cuarenta y cinco horas de trabajo
efectivo, equivalente a cuarenta y ocho horas para los efectos exclusivos del
pago de salario. Se exceptúan de esta disposición, los trabajadores
agrícolas y ganaderos y los de las empresas donde labore un número
menor de diez, cuya labor diurna normal semanal será de cuarenta y ocho
horas de trabajo efectivo, salvo costumbre más favorable al trabajador.
Pero esta excepción no debe extenderse a las empresas agrícolas donde
trabajan quinientos o más trabajadores. (También ver artículo 9, Código de
trabajo.)

3. La Doctrina:

Según Lastra Lastra: La constituyen los trabajos de “investigación,


sistematización e interpretación que llevan a cabo los jurisconsultos en sus
obras”.

Según Manuel Ossorio: Conjunto de tesis y opiniones de los tratadistas y


estudiosos del Derecho, que explican y fijan el sentido de las leyes o sugieren
soluciones para cuestiones aún no legislativas. Tiene importancia como fuente
mediata del Derecho; ya que el prestigio y autoridad de los destacados juristas
influyen a menudo sobre la labor del legislador e incluso en la interpretación
judicial de los textos vigentes.

Ejemplos:

Expediente 2023-2016 Corte de Constitucionalidad, Jurista Geovani


Salguero Salvador.

Expediente 1316-2015 Corte de Constitucionalidad, Jurista Mario López


Larrave.

Expediente 780-2008 Corte de Constitucionalidad, Jurista Mario López


Larrave.

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4. La jurisprudencia:

Según manifiestan David Cienfuegos Salgado y Miguel Alejandro López


Olvera en su libro “Estudios en Homenaje a don Jorge Fernández Ruiz,
Derecho Procesal”:
Se aplica al contenido de las decisiones de los tribunales, pronunciadas en igual
sentido, al resolver cuestiones semejantes.

Artículo 43. Ley de Amparo, Exhibición Personal y Constitucionalidad.


Doctrina legal. La interpretación de las normas de la Constitución y de otras
leyes contenidas en las sentencias de la Corte de Constitucionalidad, sienta
doctrina legal que debe respetarse por los tribunales al haber tres fallos
contestes de la misma Corte. Sin embargo, la Corte de Constitucionalidad
podrá separarse de su propia jurisprudencia, razonando la innovación, la cual
no es obligatoria para los otros tribunales, salvo que lleguen a emitirse tres fallos
sucesivos contestes en el mismo sentido.

Ejemplo:
Según la Jurisprudencia existente en cuanto a la excepción al principio
procesal de inversión de la carga de la prueba, corresponde al trabajador
probar la relación laboral, según de conformidad con los siguientes
expedientes:
1. Expediente 1932-2018 de la Corte de Constitucionalidad
2. Expediente 3224-2018 de la Corte de Constitucionalidad
3. Expediente 1474-2012 de la Corte de Constitucionalidad

5. Principios del Derecho del Trabajo:

a. Principios Generales
b. Principios Particulares

a. Principios Generales:

Octavio Bueno Magano, lo define como las proposiciones genéricas de las


cuales se derivan las demás normas componentes de un sistema.

Dentro de los principios podemos mencionar:

❖ La idea del Trabajo como un Derecho y un deber social


❖ Libertad de Trabajo
❖ Igualdad en el Trabajo
❖ Estabilidad en el empleo
❖ Principio Protectorio
❖ Principio de actuación Colectiva

Como fuente del derecho tenemos que ver los cambios tecnológicos,
económicos, políticos, culturales y sociales de la sociedad.

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b. Principios Particulares:

Dentro de los principios podemos mencionar:

❖ Principio de Condición más beneficiosa


❖ Principio de igualdad en el trato
❖ Principio de Favor de la duda
❖ Principio de Primacía de la Realidad
❖ Principio de la conservación del contrato

❖ Principio de Primacía de la Realidad:

Según Américo Plá Rodríguez: "es aquel por el cual en caso de


divergencia entre lo que ocurre en la realidad y lo que se ha plasmado en
los documentos, debe darse prevalencia a lo que surge en la práctica, con
este principio se establece la existencia o no de una relación laboral y con
ello se procede a la protección que corresponde como tal”.

6. Los Principios Generales del Derecho:

❖ Según Rabinovich-Berkman, se clasifican en tres:

a. Principios que están fuera del ordenamiento.


b. Principios que están dentro del ordenamiento.
c. Principios extrajurídicos.

a. Principios que están fuera del ordenamiento.El principio de algo puede ser
lo referido a cómo, dónde o cuándo ese algo comienza. Los principios que se
hallan fuera del ordenamiento jurídico en sí pueden ser metafísicos. Es decir,
que hacen referencia a factores que no se pueden percibir por medio de los
sentidos. Por ejemplo, que en todos los casos prevalezca la justicia. Pueden
además no estar expresos en el ordenamiento, pero tampoco ser metafísicos,
ni religiosos, sino netamente jurídicos. En tal caso, lo normal es que se deriven
de una determinada tradición. Es decir, de un pasado, de un tiempo
prolongado, anterior en que, o bien figuraron dentro del esquema expreso o
bien se aplicaron reiterada y pacíficamente. A estos últimos el autor los
denomina principios residuales, es decir, que quedan como restos de un
estado anterior del sistema y cambian de naturaleza, porque su entorno ha
mudado.

Tampoco podrá ser perseguida ni molestada por sus opiniones o por actos
que no impliquen infracción a la misma”. Lo anterior no es más que “el
principio de libertad”. El principio, Nullum crimen, nulla poena sine praevia
lege, lo encontramos de manera clara en el Artículo 6 de la Constitución, y de
igual forma en el Artículo 1 del Código Procesal Penal. En este ejemplo en
particular aunque este principio no se encontrara por ejemplo contenido en la
norma ordinaria, debe de ser observado por los operadores jurídicos, pues se
encuentra sí regulado en la Constitución como fuente de las normas que
forman parte de nuestro ordenamiento jurídico.

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b. Principios que están dentro del ordenamiento. Lo más normal nos dice
Rabinovich-Berkman, es que los principios se puedan hallar dentro del
ordenamiento mismo y formando parte de él. Algunos principios se colocan
en la Constitución, que es la ley sobre la que se basa el ordenamiento jurídico
de un Estado. Aquí cito por ejemplo el Artículo 5º de nuestra Constitución
Política “Toda persona tiene derecho a hacer lo que la ley no prohíbe; no está
obligada a acatar órdenes que no estén basadas en ley y emitidas conforme
a ella.

c. Principios extrajurídicos. Esto se refiere a la posición que existen principios


que no corresponden al derecho sino a otras ciencias, como sociológicas,
económicas, políticas y biológicas que el Derecho ha de buscar para darle
solución a un caso concreto. Así por ejemplo a finales del siglo XIX
aparecieron leyes en Europa y América influidas por ideas de normas
eugenésicas y racistas, cuyos principios de derecho biológico, debían de
buscarse no en el terreno jurídico, sino en el de la biología, concretamente en
las escuelas eugenésicas heredadas de Charles Darwin y Francis Dalton.

❖ Humberto Podetti citando a Arce y Florez-Valdés los define como las ideas
fundamentales sobre la organización jurídica de una comunidad, emanados de la
conciencia social, que cumplen funciones fundamentadoras, interpretativas y
supletoria de su total ordenamiento jurídico.

Podetti manifiesta que su función ‘‘no se reduce al caso particular de las lagunas
existentes en la legislación’’, sino que en realidad ‘‘toda la experiencia jurídica y,
por tanto, también la legislación que la integra descansan sobre los principios
generales del derecho, que pueden ser considerados como los pilares y paredes
maestros del edificio jurídico’’. De ahí, que a la luz de los principios es ‘‘como
debemos interpretar y aplicar los modelos jurídicos a la relación social sobre cuya
juridicidad ha de decidir el juez, aunque haya dificultades de ajuste’’. En definitiva,
dichos principios generales constituyen las bases teóricas y las razones lógicas
del ordenamiento jurídico que recibe de ellas su sentido ético, su medida racional
y su fuerza vital o histórica.

❖ Ejemplos de Principios Generales del Derecho:

• Principios de Equidad
• Principios de Libertad
• Principios de Justicia
• Principios de Igualdad
• Principio de Pacta sunt servanda, “lo pactado obliga”.
• Principio de bona fides, “buena fe”
• Principio de Prior in tempore, potior in iure, “Primero en el tiempo,
mejor en el derecho”.

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7. La Equidad:

Según el Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales Manuel Ossorio:


Es la Justicia distributiva: es decir, la basada en la igualdad o proporcionalidad.

Nuestra Legislación:

Artículo 20. Código de Trabajo. El contrato individual de trabajo obliga, no sólo a lo


que se establece en él, sino:
…b) A las consecuencias que del propio contrato se deriven según la buena fe,
la equidad, el uso y costumbres locales o la ley.(…)

Artículo 361. Código de Trabajo. Salvo disposición expresa en este Código y con
excepción de los documentos públicos y auténticos, de la confesión judicial y de los
hechos que personalmente compruebe el juez, cuyo valor deberá estimarse de
conformidad con las reglas del Código Procesal Civil y Mercantil, la prueba se
apreciará en conciencia, pero al analizarla el juez obligatoriamente consignará
los principios de equidad o de justicia en que funde su criterio.

b. Fuentes Reales:
La constituyen aquellos factores y elementos que determinan el contenido de las
normas jurídicas.

1. Elementos:

a. Supuesto de Hecho: Actividad humana que da origen a la norma.


b. Contenido: Mandato o prohibición de la norma.
c. Sanción: Efecto de la norma.

2. Factores:

a. Políticos
b. Sociales
c. Económicos

c. Fuentes Históricas:
Son aquellos elementos como libros, escrituras, inscripciones que encierran el texto de
una ley o conjunto de leyes.

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IV. JERARQUÍA DE APLICACIÓN SUPLETORIA DE LAS
FUENTES DEL DERECHO DEL TRABAJO

Dentro de la jerarquización de las fuentes del derecho laboral citamos el Código de Trabajo
y demás legislación laboral aplicable en Guatemala.
Amauri Macaró Nascimiento, citado por Américo Plá Rodríguez, anota al respecto: "Al
contrario del derecho común, en el Derecho del Trabajo, entre varias normas sobre la
misma materia, la pirámide que entre ellas se construye tendrá en el vértice no la
Constitución o la ley federal o las convenciones colectivas o el reglamento de taller de modo
invariable y fijo. El vértice de la pirámide de las normas laborales será ocupado por la norma
más favorable al trabajador de entre todas las diferentes normas en vigor”.
En materia laboral no aplica la pirámide de Kelsen de conformidad con el artículo 106 de la
Constitución Política de la República de Guatemala se aplicará el principio de indubio pro
operario, lo que más favorezca al trabajador.
Por su parte, el autor mexicano José Dávalos manifiesta:
En materia laboral la situación jerárquica de las normas jurídicas se presenta en forma
distinta que en las demás ramas del derecho.
En efecto, en tanto que en las demás disciplinas, de conformidad con la llamada teoría
piramidal del orden jurídico de Hans Kelsen, se coloca a la Constitución en el vértice de una
supuesta pirámide, como la norma fundamental, y debajo de ella a sus leyes inmediatas, a
sus reglamentos, a los tratados y demás disposiciones, cuya validez dependerá de su total
adecuación a la norma fundamental, en el derecho del trabajo, en cambio, los elementos
que conforman tal pirámide presentan una colocación distinta, ubicándose a la Constitución
en la base y a las demás normas en los niveles superiores.

Lo anterior tiene su base en la misma Constitución (México), ya que en ella se ha


establecido un sistema de mínimos siempre a favor del trabajador y de los cuales se ha de
partir, sin perjuicio de que, por algún medio, como la contratación individual o colectiva, se
modifiquen, pero siempre y cuando sea para beneficiarlo. Por ejemplo, se ha establecido
que la jornada de trabajo tendrá, como máximo, una duración de ocho horas, es válida su
disminución, pero no su ampliación; se ha determinado que el trabajador disfrutará, por lo
menos, por cada seis días de trabajo, de un día de descanso, es posible otorgarle más días
de descanso, y no así reducir o suprimir el día de descanso concedido por la Ley.

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5. LA INTERPRETACIÓN DEL DERECHO DEL TRABAJO

I. Definición de Interpretación
II. Los Sistemas Tradicionales de Interpretación de la ley.
III. La Regla de Interpretación del Indubio pro operario.
IV. Integración del Sistema de Interpretación del Derecho del Trabajo.
V. Métodos de Interpretación Jurídica en el Derecho Común

I. DEFINICIÓN DE INTERPRETACIÓN:

Según el tratadista José Dávalos: Es la delimitación del significado y sentido de un


término, armonizándolo con el todo al que pertenece. implica indagar sobre el
sentido, alcances y relaciones de un precepto con las otras normas del ordenamiento
jurídico.

II. LOS SISTEMAS TRADICIONALES DE INTERPRETACIÓN DE LA


LEY EN GUATEMALA

EXTRAÍDO PARA FINES ACADÉMICOS DEL LIBRO “DERECHO


SUSTANTIVO INDIVIDUAL DEL TRABAJO” DEL AUTOR EL LICENCIADO
CÉSR LANDELINO FRANCO LÓPEZ

a. Interpretación Histórica
b. Interpretación Literal
c. Interpretación Analógica
d. Interpretación Auténtica

a. INTERPRETACIÓN HISTÓRICA:
La interpretación histórica se constituye en la explicación o aclaración del sentido
de la ley, tomando como base los antecedentes legislativos que precedieron a la
vigencia de la ley, o bien, los antecedentes de normas anteriores que fueron
derogadas, pero que regularon un día los mismos supuestos regulados por la
norma que se busca interpretar.

En consecuencia, lo que se buscará con este tipo de interpretación será precisar


el pensamiento del legislador o de la norma, situándose en el tiempo en la que fue
dictada, para indagar con mayor seguridad el sentido de las palabras y de las
instituciones en tal época en armonía con el panorama de la vida jurídica y general
de entonces.

Ejemplo:
Artículo 96 Código de Trabajo.

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b. INTERPRETACIÓN LITERAL:
También llamada interpretación gramatical y consiste en la interpretación que se
funda en la declaración de un texto legal ateniéndose al significado estricto de las
palabras y por consiguiente a la letra de la ley.

Este tipo de interpretación es la que acoge el Artículo 10 de la Ley del Organismo


Judicial en el derecho guatemalteco.

Artículo 10. Ley del Organismo Judicial. Interpretación de la Ley. Las normas
se interpretarán conforme a su texto, según el sentido propio de sus palabras, a
su contexto y de acuerdo con las disposiciones constitucionales. Cuando una ley
es clara, no se desatenderá su tenor literal con el pretexto de consultar su espíritu.
El conjunto de una ley servirá para ilustrar el contenido de cada una de sus partes,
pero los pasajes de la misma se podrán aclarar atendiendo al orden siguiente:

e) A la finalidad y al espíritu de la misma;


f) A la historia fidedigna de su institución;
g) A las disposiciones de otras leyes sobre casos o situaciones análogas;
h) Al modo que parezca más conforme a la equidad y a los principios generales
del derecho.

Artículo 12. Código de Trabajo. Son nulos ipso jure y no obligan a los
contratantes, todos los actos o estipulaciones que impliquen renuncia, disminución
o tergiversación de los derechos que la Constitución de la República, el presente
Código, sus reglamentos y las demás leyes y disposiciones de trabajo o de
previsión social otorguen a los trabajadores, aunque se expresen en un
reglamento interior de trabajo, un contrato de trabajo u otro pacto o convenio
cualquiera.

c. INTERPRETACIÓN ANALÓGICA:

Esta interpretación procede con base en la analogía y solo en caso de cuando las
normas no contemplen un supuesto específico, pero regulen otro semejante, entre
los que se aprecie identidad de razón.

Ejemplo: Actual trabajo en casa. (Teletrabajo)

d. INTERPRETACIÓN AUTÉNTICA:

Esta es la que emana o procede del propio autor de la ley, es decir la que realiza
el legislador. En el caso de las sentencias será la que hagan los jueces; en el caso
de los contratos, la que hagan las partes; y en el caso del testamento la que haga
el propio testador. En consecuencia debe entenderse que la interpretación
auténtica es la aclaración que el propio legislador hace de la ley dictada por él.

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Ejemplo:

Artículo 116. Código de Trabajo. La jornada ordinaria de trabajo efectivo diurno


no puede ser mayor de ocho horas diarias, ni exceder de un total de cuarenta y
ocho horas a la semana.

La jornada ordinaria de trabajo efectivo nocturno no puede ser mayor de seis horas
diarias, ni exceder de un total de treinta y seis horas a la semana.

Tiempo de trabajo efectivo es aquel en que el trabajador permanezca a las


órdenes del patrono.

Trabajo diurno es el que se ejecuta entre las seis y las dieciocho horas de un
mismo día.

Trabajo nocturno es el que se ejecuta entre las dieciocho horas de un día y las
seis horas del día siguiente.

La labor diurna normal semanal será de cuarenta y cinco horas de trabajo efectivo,
equivalente a cuarenta y ocho horas para los efectos exclusivos del pago de
salario. Se exceptúan de esta disposición, los trabajadores agrícolas y ganaderos
y los de las empresas donde labore un número menor de diez, cuya labor diurna
normal semanal será de cuarenta y ocho horas de trabajo efectivo, salvo
costumbre más favorable al trabajador. Pero esta excepción no debe extenderse
a las empresas agrícolas donde trabajan quinientos o más trabajadores

III. LA REGLA DE INTERPRETACIÓN DEL INDUBIO PRO OPERARIO.

El principio fundamental de la interpretación en materia laboral es el indubio pro


operario y se define como principio general del derecho de naturaleza exegética
derivado del carácter tuitivo del derecho laboral. Ordena interpretar la ley en
beneficio del trabajador en los casos de duda o conflicto normativo.

Artículo 106. Constitución Política de la República de Guatemala.


Irrenunciabilidad de los Derechos Laborales. Los derechos consignados en esta
sección son irrenunciables para los trabajadores, susceptibles de ser superados a
través de la contratación individual o colectiva, y en la forma que fija la ley. Para este
fin el Estado fomentará y protegerá la negociación colectiva. Serán nulas ipso jure y
no obligarán a los trabajadores, aunque se expresen en un contrato colectivo o
individual de trabajo, en un convenio o en otro documento, las estipulaciones que
impliquen renuncia, disminución, tergiversación o limitación de los derechos
reconocidos a favor de los trabajadores en la Constitución, en la ley, en los tratados
internacionales ratificados por Guatemala, en los reglamentos u otras disposiciones
relativas al trabajo.

18
En caso de duda sobre la interpretación o alcance de las disposiciones legales,
reglamentarias o contractuales en materia laboral, se interpretarán en el
sentido más favorable para los trabajadores.

Artículo 15. Código de Trabajo. Los casos no previstos por este Código, por sus
reglamentos o por las demás leyes relativas al trabajo, se deben resolver, en primer
término, de acuerdo con los principios del Derecho de Trabajo; en segundo lugar, de
acuerdo con la equidad, la costumbre o el uso locales, en armonía con dichos
principios; y por último, de acuerdo con los principios y leyes de Derecho Común.

Artículo 16. Código de Trabajo. En caso de conflicto entre las leyes de trabajo
o de previsión social con las de cualquier otra índole, deben predominar las
primeras. No hay preeminencia entre las leyes de previsión social y las de
trabajo.

Artículo 153. Código de Trabajo. Toda trabajadora en época de lactancia puede


disponer en el lugar donde trabaja de media hora dos veces al día durante sus
labores con el objeto de alimentar a su hijo. La trabajadora en época de lactancia
podrá acumular las dos medias horas a que tiene derecho y entrar una hora
después del inicio de la jornada o salir una hora antes de que ésta finalice, con
el objeto de alimentar a su menor hijo o hija. Dicha hora será remunerada y el
incumplimiento dará lugar a la sanción correspondiente para el empleador.

El período de lactancia se debe computar a partir del día en que la madre


retorne a sus labores y hasta diez (10) meses después, salvo que por
prescripción médica éste deba prolongarse.

Artículo 102 Inciso “k”. Constitución Política De La República de Guatemala.


Son derechos sociales mínimos que fundamentan la legislación del trabajo, y la
actividad de los tribunales y autoridades:
… k) Protección a la mujer trabajadora y regulación de las condiciones en que
debe prestar sus servicios. No deben establecerse diferencias entre casadas y
solteras en materia de trabajo. La ley regulará la protección a la maternidad de la
mujer trabajadora, a quien no se le debe exigir ningún trabajo que requiera esfuerzo
que ponga en peligro su gravidez. La madre trabajadora gozará de un descanso
forzoso retribuido con el ciento por ciento de su salario, durante los treinta días que
precedan al parto y los cuarenta y cinco días siguientes. En la época de la lactancia
tendrá derecho a dos períodos de descanso extraordinarios, dentro de la
jornada. Los descansos pre y postnatal serán ampliados según sus
condiciones físicas, por prescripción médica;…

19
REGLAMENTO PARA EL GOCE DE PERÍODO DE LACTANCIA.

Artículo 2. El período de descanso con motivo de la lactancia se fija en diez


meses a partir del momento del parto, salvo convenio o costumbre más
favorable a la trabajadora.

Artículo 3. El período de lactancia podrá ampliarse por prescripción médica,


pero en ningún caso podrá exceder de doce meses después del parto.

COMENTARIO: En materia laboral no aplica la Pirámide de Kelsen.

IV. INTEGRACIÓN DEL SISTEMA DE INTERPRETACIÓN DEL


DERECHO DEL TRABAJO

En caso no exista norma para regular un caso concreto debe aplicarse la integración
de la norma por parte del juzgador.

Artículo 17. Código de Trabajo. Para los efectos de interpretar el presente


Código, sus reglamentos y demás leyes de trabajo, se debe tomar en cuenta,
fundamentalmente, el interés de los trabajadores en armonía con la
conveniencia social.

Artículo 326. Código de Trabajo. En cuando no contraríen el texto y los


principios procesales que contiene este Código, se aplicarán supletoriamente
las disposiciones del Código Procesal Civil y Mercantil y de la ley constitutiva
del Organismo Judicial. Si hubiere omisión de procedimientos, los tribunales
de Trabajo y Previsión Social están autorizados para aplicar las normas de las
referidas leyes por analogía, a fin de que pueda dictarse con prontitud la
resolución que decida imparcialmente las pretensiones de las partes.

Las normas contenidas en este título se aplicarán a su vez, si no hubiere


incompatibilidad, en silencio de las demás reglas del presente Código.
Los únicos incidentes, incidencias y recursos que se tramitarán en la misma pieza de
autos, serán los que señale expresamente este Código. Los demás se sustanciarán
en pieza separada, sin interrumpir el proceso.

Los procedimientos y plazos procesales solamente quedarán interrumpidos cuando


llegado el momento de dictar sentencia o auto que ponga fin al proceso hubieren
incidentes o recursos sin resolver, cuando los mismos no deban resolverse en
sentencia.

20
V. MÉTODOS DE INTERPRETACIÓN JURÍDICA EN EL DERECHO
COMÚN

(Extraído para fines Académicos del Libro “METODOS DE INTERPRETACIÓN


JURÍDICA” DEL AUTOR VICTOR EMILIO ACHONDO PAREDES)

MÉTODOS DE INTERPRETACIÓN
JURÍDICA

Víctor Emilio Anchondo Paredes*

SUMARIO:
1. Introducción;
2. Diversos métodos interpretativos:
2.1 interpretación gramatical;
2.2 interpretación sistemática;
2.3 interpretación histórica;
2.4 interpretación genética;
2.5 interpretación teleológica;
2.6 interpretación acorde al uso alternativo del derecho;
2.7 interpretación analógica o extensiva;

1.- INTRODUCCIÓN

El método es el conjunto de pasos a seguir para alcanzar un determinado fin; el


camino que se traza para lograrlo. Actuar metódicamente permite saber lo que
se busca; el fin que se trata de alcanzar; y conocer la mejor manera de lograr el
objetivo propuesto.
Por la vinculación que existe entre el método y la técnica, es frecuente que se les
equipare. Sin embargo, como lo apunta Rafael Bielsa, hay una diferencia
conceptual entre uno y otra, pues el método es el camino elegido para realizar una
tarea o una obra, en tanto que la técnica es el instrumento de elaboración o
realización. En palabras de Walter Arellano, el método tiene que ver con la estrategia
utilizada para alcanzar un fin; en cambio, la técnica atiende específicamente a los
elementos, instrumentos, mecanismos o herramientas que al efecto se apliquen.
Cuando se tiene necesidad de desentrañar el sentido de una norma, legal o contractual,
porque hay desacuerdo con su contenido, el intérprete lo hace recurriendo a diversos
métodos y técnicas que le permitan encontrar el significado de la disposición, pues de
21
ese modo tendrá los elementos para resolver la controversia planteada con motivo
de la discrepancia surgida a propósito del alcance de la ley o de la estipulación.
Ciertamente que la ambigüedad, la oscuridad, lo confuso del texto, es lo que en
múltiples ocasiones obliga a buscar el verdadero sentido de aquél. De manera
preponderante, la diferencia planteada por el destinatario de la norma con respecto al
alcance de esta última, es lo que impone la tarea interpretativa de quien debe resolver
la contienda surgida con motivo de esa discrepancia.
Debe establecerse que la interpretación no es ajena a los textos que puedan estimarse
claros, ya que en múltiples casos la supuesta claridad no coincide con la voluntad real
de los contratantes y entonces alguno de ellos o ambos cuestionan el contenido del
pacto, en cuyo caso, el juez se encuentra obligado a realizar la actividad interpretativa
conducente.
Es obvio que la conclusión de que un texto resulta claro y que coincide con la intención
de sus autores, supone que ya se ha efectuado la interpretación, por lo que esta no es
refractaria a la claridad ni tampoco privativa de los textos oscuros, confusos o ambiguos,
aunque se reconozca que la mayor incidencia de conflictos en los que el juzgador debe
decidir sobre la disputa por el significado de las estipulaciones se encuentra en estos
últimos, es decir, cuando surge el choque entre los diferentes sentidos o alcances que
los interesados le dan a una cláusula contractual, a una disposición testamentaria o a
una norma legal y, de ese modo, pretenden su aplicación.
En opinión de Jordano Barrea y Grassetti, el aforismo in claris no fit interpretatio es, en
términos absolutos, radicalmente falso. Encierra una petición de principio, pues para
determinar si una cláusula aparentemente clara lo es en verdad, hay que haberla
interpretado antes. El brocardo, rectamente entendido, presupone ya acabada la tarea
hermenéutica.
Es precisamente esa variedad de sentidos o de significados que puede atribuirse a los
pactos, la que permite afirmar que los criterios interpretativos deben ser de diversa
naturaleza, ya que igual puede hallarse el verdadero significado normativo en el texto
de una disposición, que en las circunstancias imperantes en el momento en que aquella
surgió; en las causas que originaron su nacimiento; en la finalidad buscada con la
misma; o en el contexto normativo al que pertenece.
Ello lo explica Manuel Atienza, señalando que es a través de las técnicas interpretativas
como se llega y se justifica una decisión interpretativa. De ahí la gran importancia que
tiene saber cómo se soporta la decisión y cuáles argumentos se esgrimen en su
favor, porque en esa medida resultará aceptable o razonable.
Esa es la trascendencia que tienen en la labor de interpretación de las normas
y de los actos negociales, los métodos respectivos. “La gran utilidad que
desempeñan los métodos tradicionales de interpretación es la de contribuir a
una argumentación y motivación jurídica mucho más sólida y profunda cuando
se sustenta determinada decisión judicial o posición dogmática respecto al
sentido de la norma jurídica. Toda sentencia judicial o un procedimiento científico
sobre la ley descansa en la racionalidad del planteamiento que sólo puede
compartirse y llegar al consenso si es consecuencia del empleo de los métodos
de interpretación.”

2.- DIVERSOS MÉTODOS INTERPRETATIVOS


22
2.1 Interpretación gramatical o literal

Este método, denominado por algunos como exegético, se propone encontrar el


sentido de una norma o de una cláusula en el texto de las mismas. Es decir, a
partir de su literalidad, se atribuye un significado a los términos empleados en
la redacción por el legislador o por los contratantes. Con ayuda de las reglas
gramaticales y del uso del lenguaje, se indaga el significado de los términos en
que se expresa una disposición normativa.
Dicho significado suele coincidir con el lenguaje general empleado por los
miembros de la comunidad, aunque en ocasiones es menester atender al lenguaje
técnico que utiliza la norma jurídica.
Kart Larenz sostiene que toda interpretación de un texto ha de comenzar con el sentido
literal, en la medida que sea capaz de fijar definitivamente el significado de una
expresión. El enlace con el uso general del lenguaje es el más evidente, porque se
puede aceptar que aquel que quiere decir algo, usa las palabras en el sentido que
comúnmente son entendidas. El legislador se sirve del lenguaje general porque y en
tanto se dirige a los ciudadanos y desea ser entendido por ellos.
Sin embargo, como advierte Víctor Manuel Rojas Amandi, la generalidad y abstracción
de la ley, propia de los países que forman parte de la familia del nuevo derecho
románico, a la que pertenece el sistema jurídico mexicano, le dejan a la jurisprudencia
y a la doctrina jurídica la definición de la mayoría de los conceptos legales. Eso
explica, en su opinión, que muchas de las palabras de la ley, que se deben entender
en su significación técnico-jurídica, tengan otro significado en el lenguaje común.
LA INTERPRETACIÓN GRAMATICAL, imprescindible porque busca el significado
de un determinado lenguaje jurídico, presenta el siguiente problema: ante la
posibilidad de otorgar a una palabra o a una expresión un sentido literal
individual u otro que vaya acorde al contexto en que se contiene, ¿cuál debe
preferirse?
La conexión de significado de la ley determina, en primer lugar, que se comprendan de
la misma manera las frases y palabras individuales; pero al mismo tiempo, la
comprensión de un pasaje del texto es codeterminado por su contenido. Entre varias
interpretaciones posibles según el sentido literal, adquiere preferencia aquella que
posibilita la percepción objetiva con otra disposición, con tal que pueda admitirse una
concordancia objetiva entre los preceptos legales singulares. Por otra parte, la Doctora
Gisela María Pérez Fuentes plantea que, aunque el punto de partida de toda actividad
interpretativa de un documento, deba ser la letra cuando haya sido redactado por
escrito, de todas maneras cabe preguntar qué sucede si ha existido un acuerdo verbal.
En los contratos verbales, se responde dicha autora, la interpretación deberá ir
precedida de una tarea probatoria, de fijación de las declaraciones que podrán
asimilarse a la letra, a través de la prueba testifical.
Obviamente que la interpretación gramatical es aplicable cuando se ha elaborado un
escrito cuyo contenido presenta discusión; si se trata de un acuerdo verbal, más allá
del problema probatorio que entraña, la interpretación necesariamente debe atender a
otros criterios, precisamente porque no hay un texto al que deba asignársele el alcance
de su contenido.
23
LA INTERPRETACIÓN LITERAL no siempre se reduce a otorgar un significado a
partir de lo que gramaticalmente expresa un texto, ya que precisamente la
necesidad de interpretarlo surge de la ambigüedad o confusión que presenta su
redacción o, sencillamente, de la controversia que sobre su alcance se plantea.
Dada la multiplicidad de significados que puede tener un texto, su interpretación
puede presentar como variantes la interpretación restrictiva y la interpretación
extensiva.
LA INTERPRETACIÓN RESTRICTIVA, que constriñe el alcance normativo de una
disposición para aplicarla a casos específicos y limitados, como enseña Rojas
Amandi, puede entenderse en varios sentidos: a) la interpretación que trata de
respetar la voluntad del legislador y su texto de la manera más fiel posible; b) la
que acota el significado de los términos del texto legal a su menor ámbito material
de validez posible; y c) la reducción de la letra de la ley a su significado más
seguro y aceptado por todos o por muchos, por igual, en el ámbito de los
especialistas del derecho.
LA INTERPRETACIÓN EXTENSIVA, en cambio, consiste en ampliar el significado
de un texto para aplicarlo a situaciones que no se encuentran comprendidas
claramente en los términos literales de la norma.

La interpretación literal, en general, tiene diversos instrumentos para realizarla,


que implican un razonamiento más allá de la simple lectura.
Entre ellos se encuentran los argumentos lingüísticos y a contrario. En el
argumento lingüístico, según afirma Rodolfo L. Vigo, se invoca el lenguaje en sus
diferentes dimensiones: semántica, sintáctica o pragmática. Lo cotidiano es que se
atienda al lenguaje ordinario o de uso corriente, pero en ocasiones habrá qué acudir
al lenguaje jurídico, tanto el que utiliza la norma como el que construyen los juristas,
sean doctrinarios o juzgadores. En cualquiera de los casos, la construcción de los
textos y el significado de las palabras por sí o el que le reconocen los miembros de una
determinada comunidad, se sustentan fundamentalmente en el lenguaje, en el alcance
textual de la norma o de la estipulación.
De ahí se deriva la distinción de la interpretación literal en interpretación
semántica e interpretación sintáctica.
La interpretación semántica se ocupa del sentido de las palabras comprendidas
en el texto. “Si la palabra presenta diferentes acepciones, la misión de la
interpretación es optar por el significado habitual y concreto del vocablo, de los
diversos que pueda tener, tomando en cuenta también los usos lingüísticos del
término, así como de su probable acepción específica en el lenguaje jurídico”.
La interpretación sintáctica se ocupa de encontrar el sentido de un enunciado
completo, en su construcción, “con arreglo a la relación que guardan entre sí el
sujeto y el predicado, el carácter adversativo, concesivo, disyuntivo, copulativo,
etc., de las conjunciones, la colocación del pronombre o del adverbio, etc.”
El argumento a contrario se basa en la presunción de que si el legislador ha regulado
expresamente una hipótesis, entonces esa regulación se refiere a dicha hipótesis y sólo
a ella, rechazándose su aplicación a cualquier caso distinto al expresamente
contemplado por el legislador. Esto es, si la norma se hace únicamente, de manera

24
exclusiva, para una determinada situación, de ese modo queda abortada la posibilidad
de extender la solución jurídica a una situación diferente a la expresamente prevista
por la disposición.
Es decir, como afirma Tarello, dado un enunciado normativo que predica una calificación
normativa de un término perteneciente a un enunciado destinado a un sujeto o una clase
de sujetos, se debe evitar extender el significado de aquel término de tal modo que
comprenda a sujetos o clases de sujetos no estricta y literalmente incluidos en el término
calificado por el primer enunciado.
El argumento a contrario es considerado un instrumento de la interpretación literal, en
cuanto que la actividad interpretativa llevada a cabo no se sale fuera del texto a
interpretar, pues se trabaja exclusivamente en un nivel lingüístico, además de que
supone el respeto de la letra, que se convierte en la única guía para la atribución de
significado.
Cierto es que, tratándose del argumento a contrario, la actividad de interpretación del
juzgador queda constreñida al texto que se interpreta; sin embargo, aunque este
argumento guarde estrecha relación con la textualidad de una norma, porque opera en
contextos donde debe haber al menos algún pronunciamiento expresado en una
norma, ello no es obstáculo para afirmar que el silencio del legislador es condición para
la aplicación de este argumento, precisamente porque re- quiere de una norma
expresamente formulada y de un supuesto sobre el cual no existe regulación
explícita. El resultado será la afirmación de que ese supuesto no regulado queda fuera
del ámbito de protección de la norma formulada.

2.2 Interpretación sistemática

Esta interpretación es la que busca extraer del texto de la norma un enunciado


cuyo sentido sea acorde con el contenido general del ordenamiento al que
pertenece. Procura el significado atendiendo al conjunto de normas o sistema del
que forma parte.
Un precepto o una cláusula deben interpretarse no de manera aislada, sino en
conjunto con los demás preceptos o cláusulas que forman parte del
ordenamiento o del negocio en cuestión.
La razón es que el sentido de una norma no sólo está dado por los términos que la
expresan y su articulación sintáctica, sino por su relación con las otras normas.
Antonio Piccato opina que las normas jurídicas no pueden ser comprendidas fuera del
contexto al que pertenecen; el sentido de un enunciado normativo muchas veces se ve
completado por otros enunciados pertenecientes al mismo ordenamiento o a uno
distinto, por lo que en rigor la interpretación de las normas jurídicas no puede hacerse
sobre la base del aislamiento de los enunciados. Para obtener una regla de derecho
completa es preciso hacer una compleja travesía constructiva por muchos enunciados,
es decir, por muchas normas.
La explicación de esta vinculación entre una norma y las demás del mismo
ordenamiento o entre una cláusula y el resto del contrato, se encuentra en que las

25
primeras, que forman parte de un todo, no pueden tener un significado distinto de las
demás y mucho menos contradictorio, pues el conjunto de preceptos o de estipulaciones
no se concibe como una simple acumulación o agregado de disposiciones, sino como
un verdadero y propio sistema; por lo que la interpretación sistemática conduce a
entender la norma particular en función del contexto general y de manera conforme a
este último.
El intérprete debe atribuir a una norma, cuyo significado sea dudoso, un sentido
congruente con las prescripciones que establecen otras normas del sistema. Por lo
tanto, al juez corresponde justificar el vínculo sistémico que existe entre la norma a la
que atribuye significado y las del sistema que la circundan.
El sistema jurídico tiene una lógica interna propia; en primer lugar, porque las normas
forman un sistema que obtiene su coherencia del diseño racional realizado por el
legislador y de los principios que, como consecuencia de ser un producto racional, lo
gobiernan; y, en segundo lugar, porque posee una coherencia intrínseca y objetiva que
justifica acudir a unos preceptos para aclarar el significado de otros dudosos.
En el caso del contrato, éste es un conjunto orgánico y no una simple suma de cláusulas;
es decir, cada estipulación se vincula a la anterior y, a su vez, es derivación y efecto
de la misma y de la propia naturaleza del negocio jurídico que se celebra; por lo que
existe una conexión lógica entre las distintas partes, que conduce a un análisis conjunto.
Esa interpretación sistemática en ocasiones nos lleva a la construcción del derecho,
cuando en un sistema jurídico determinado, se encuentren enunciados particulares
carentes de algún elemento que les otorgue la claridad suficiente para determinar su
alcance dispositivo, en cuyo supuesto es necesario acudir a los demás enunciados para
complementar el o los incompletos o confusos.
Más aún, la interpretación sistemática se apoya no sólo en la conexión material entre
los preceptos y en las razones lógicas que apelan a la unidad íntima de conexión
de los apartados de un artículo, sino también en “…las razones históricas o los
antecedentes doctrinales.”
Tarello sostiene que la interpretación sistemática es aquella que intenta dotar a un
enunciado de comprensión dudosa, de un significado sugerido, o no impedido, por
el sistema jurídico del que forma parte.
La doctora Gisela María Pérez Fuentes afirma que: “El criterio sistemático se
concreta en: 1º Superación de antinomias, 2º Determinación de las disposiciones
de carácter principal frente a las accesorias y, 3º La sistematicidad abarca no
sólo la armonía de las cláusulas sino de otros contratos relacionados cuando
todos ellos se celebren para con- seguir una finalidad económica unitaria”.
La utilidad del método sistemático es que evita las contradicciones entre las diversas
normas de un sistema jurídico y las entiende como partes de un todo normativo. Como
diría Hegel, la concepción del método sistemático supone que la verdad está en el todo
y no en las partes.
Una de las consecuencias importantes de caracterizar un ordenamiento jurídico como
un sistema, es la de que no pueden coexistir en su seno normas incompatibles o
contradictorias, es decir, no cabe la posibilidad de antinomias.
Sin embargo, como lo anterior es una situación ideal que en muchas ocasiones se ve
negada por la realidad, en virtud de que en los hechos sí surgen contradicciones de

26
normas, entonces se hace necesario resolver la incompatibilidad o contradicción
existentes.
Para restaurar la coherencia del sistema y la racionalidad del legislador, hay tres reglas
clásicas para resolver las antinomias: el criterio jerárquico (la norma superior prevalece
sobre la inferior); el criterio cronológico (la norma posterior prima sobre la anterior); y
el criterio de la especialidad (la ley especial deroga a la general).
No siempre dichos criterios resuelven los casos de antinomia, pero como la
incompatibilidad de normas no puede ser tolerada, hay que recurrir a otros argumentos
que se enmarcan dentro de la interpretación sistemática, pues atienden a la coherencia
del sistema, a la ubicación de la norma en el ordenamiento y a las conexiones con
las demás normas. Surgen así los argumentos a cohaerentia, a rúbrica, sedes materiae
y sistemático en sentido estricto. De igual manera, los argumentos de jerarquía, plenitud
y economía se agregan como instrumentos del método sistemático.
Lo que se afirma realmente cuando se proclama el carácter sistemático del derecho,
comenta Benito de Castro Cid, es, de un lado, que no pueden subsistir contradicciones
efectivas entre las normas y, de otro, que ha de darse inevitablemente una relación
mutua de complementariedad entre ellas, contribuyendo armónicamente todas las
normas al logro de los objetivos sociales que intenta realizar cada Derecho.
El argumento a cohaerentia es aquel por el que dos enunciados legales no pueden
expresar dos normas incompatibles entre ellas, por lo que sirve tanto para rechazar los
significados de un enunciado que lo hagan incompatible con otras normas del sistema,
como para atribuir directamente un significado a un enunciado, que lo haga lo más
coherente posible con el resto del ordenamiento.
La visión sistemática del orden jurídico impone la necesidad de resolver antinomias si
las mismas se advierten, pues los elementos de un sistema no pueden estar en
contradicción y si alguno de ellos no cumple con tal postulado, se impone eliminar
una de las soluciones o encontrar su armonización.
El argumento a rúbrica consiste en atribuir a un enunciado un significado sugerido por
el título o rúbrica que encabeza el grupo de artículos o cláusulas en que aquel se
encuentra.
El argumento sedes materiae es aquel que por la atribución de significado a un
enunciado dudoso se realiza a partir del lugar que ocupa en el contexto normativo
del que forma parte, ya que se piensa que la localización topográfica de una disposición
proporciona información sobre su contenido.
El argumento sistemático en sentido estricto es aquel que para la atribución de
significado a una disposición, tiene en cuenta el contenido de otras normas, su
contexto.
El orden jerárquico de las normas; la obligación de los tribunales de resolver toda
controversia aún en ausencia de disposición legal expresa sobre el caso; y la
conveniencia de evitar duplicidades, redundancias o reiteraciones, también son
argumentos que forman parte del método sistemático.
Es precisamente el principio de la interpretación sistemática el que inspira la
disposición según la cual, las cláusulas de los contratos de- ben interpretarse
las unas por las otras, atribuyendo a las dudosas el sentido que resulte del
conjunto de todas.

27
2.3 Interpretación histórica

La interpretación histórica estudia los contextos anteriores que puedan influir en


el entendimiento actual de las normas.
Como afirma Larenz, a veces las perspectivas gramatical o sistemática dejan
abiertas ciertas interrogantes que se reducen a la pregunta:
¿qué quería el legislador al crear la norma?
Con ello llegamos al elemento “histórico” de la interpretación, el cual ha de
tenerse en cuenta al averiguar el sentido, normativamente decisivo, de la ley.
De manera relevante, la intención reguladora del legislador y las decisiones valorativas
por él encontradas para conseguir manifiestamente esa intención, siguen siendo una
pauta vinculante para el juez, incluso cuando acomoda la ley -por la vía de la
interpretación teleológica o por la vía del desarrollo del derecho- a nuevas circunstancias
no previstas por el legislador, o cuando la complementa.
Imer B. Flores Mendoza opina que el método histórico es congénito a la Escuela
Histórica Alemana y que tiene como punto de partida ya no la ley sino al legislador, o
mejor dicho su voluntad como representante de la volkgeist o espíritu del pueblo.
El correspondiente argumento del método histórico sirve entonces para justificar la
atribución de significado a un enunciado, que sea acorde con la forma en que los
distintos legisladores a lo largo de la historia han regulado la institución jurídica que el
enunciado actual regula. Es decir, el argumento histórico se encarga de explicar una
determinada regulación jurídica por sus orígenes y el modo en que fue desarrollándose
a través del tiempo.

Esta interpretación histórica puede ser estática o dinámica.

LA INTERPRETACIÓN ESTÁTICA es la forma tradicional o usual de entender una


institución o figura jurídica. Aunque el legislador elabore nuevas normas, se
entiende que su intención es no apartarse del espíritu que tradicionalmente ha
informado la naturaleza de la institución jurídica que actualmente ha regulado.
Ante la duda sobre el significado de un enunciado, el juez justifica su solución
argumentando que esa es la forma en que tradicionalmente se ha entendido la
regulación.

LA INTERPRETACIÓN DINÁMICA o evolutiva consiste en tomar la historia de las


instituciones jurídicas como una tendencia hacia el futuro, con carácter
progresista; como un proceso de cambio continuo, en evolución, o como un
proceso irregular, con rupturas y cambios en las circunstancias que impiden
entender las reglas actuales con los criterios proporcionados por regulaciones
ya derogadas.

28
Cualquiera de las dos vertientes, estática o dinámica, parte de la base de que el
legislador no solo es una asamblea colectiva, históricamente mutable, vigente en el
período de duración de cada legislatura, sino un ente racional que se mantiene a lo
largo del tiempo, que participa en la creación de una ley que no solo es aplicable a un
espacio temporalmente acotado, sino que va más allá de quienes en ese momento
integran la asamblea legislativa, aunque posteriormente haya variación de criterios por
el cambio de circunstancias.
En suma, la interpretación histórica consiste en asignar significado a una norma
“atendiendo a los precedentes existentes, empezando por los inmediatos”. Así
entendida, esta interpretación es realizada por los jueces sobre la base de alguno o
algunos casos resueltos con anterioridad, en los que se haya interpretado una norma
bajo los mismos razonamientos.
De ese modo, si la interpretación de una norma es consecuente con la manera en que
legisladores y jueces han entendido históricamente el alcance de la regulación de dicha
norma, se sientan las condiciones para que “los destinatarios puedan conjeturar las
consecuencias normativas derivadas de la actualización del supuesto previsto en esa
norma”, como afirma Rodolfo Vázquez.
Para la interpretación es relevante la evolución que ha experimentado la significación
de la ley desde su inicio de vigencia hasta la actualidad, de lo cual queda testimonio en
la jurisprudencia y en la doctrina.
Con este método de interpretación, opina Rojas Amandi, se busca evitar consecuencias
jurídicas indeseadas, con ayuda de la experiencia que aportan los criterios de
interpretación de la misma ley y que se han adoptado durante su vigencia en la misma
jurisdicción a la que dicha ley pertenece.
En los contratos, para determinar la significación que tienen, el intérprete debe conocer
los antecedentes del pacto, reflejados en la situación jurídica, económica o social en
que las partes se encontraban al momento de celebrarlo, así como la manera en que
el contrato fue celebrado, es decir, los actos preliminares o preparatorios, al igual
que la conducta observada por las partes en su ejecución. Resulta importante
determinar la significación que las partes otorgan a las estipulaciones con su conducta
de cumplimiento o ejecución de lo pactado.
Al mismo tiempo, es menester considerar en la labor interpretativa de los negocios,
la regulación normativa del contrato en los diversos ordenamientos legales y su
evolución legal, así como los diversos criterios jurisprudenciales que en ese lapso
temporal se hubieran emitido para casos similares.

2.4 Interpretación genética


Esta interpretación se sustenta en las causas que originaron el surgimiento de la
ley o del contrato, pues es obvio que ni una ni otro se generan de la casualidad y
sin un contenido motivador específico.

29
La norma legal aparece para regular una situación surgida en el seno de la comunidad,
que es de interés general. Por ejemplo, el incremento de los índices de criminalidad
ordinariamente originan penas más severas; la aceptación de las uniones maritales se
presenta como respuesta al reclamo de grupos de la sociedad interesados en ello o por
la situación de hecho que se observa.
Esas razones que han originado el surgimiento de la ley o del contrato, en ocasiones
sirven para definir el sentido de los textos que no son claros y que provocan
controversia. Es entonces cuando aparece la interpretación genética: la que atiende
a las causas, al origen, a la motivación de la ley o de los pactos.
Aunque esta interpretación se relaciona de manera estrecha con la histórica, de ninguna
manera deben confundirse. Una considera las circunstancias prevalecientes en el
momento en que se emitió la norma, las condiciones materiales y sociales imperantes
en esa fecha, que han originado el surgimiento de la disposición; otra, el modo como
se ha entendido una norma en las distintas épocas, esto es, su evolución. La
interpretación genética se refiere a la causa, al origen, a la motivación de la norma; la
interpretación histórica, a los precedentes legislativos y jurisprudenciales.
La esencia del argumento genético, que es propio de este método, radica, por tanto, en
encontrar las causas motivadoras de un determinado precepto o pacto.
Es decir, el argumento genético consiste en definir el origen o gestación de una
norma o negocio, para cuya explicación se consideran los trabajos preparatorios,
debates parlamentarios, dictámenes de las comisiones, la exposición de motivos
o, en su caso, el modo en que se han comportado las partes en el proceso o en
relación al contrato celebrado. El intérprete otorga significado jurídico a la
estipulación en base a ciertas expresiones, comportamientos o propósitos que
son relevantes en el caso.

2.5 Interpretación teleológica

Esta interpretación consiste en atribuir significado a una norma o a una cláusula


atendiendo a la finalidad del precepto o del pacto.
El legislador que crea la ley o las partes que celebran el contrato se proponen uno
o varios fines de los cuales las normas o las cláusulas son un medio; por lo que
la interpretación debe realizarse teniendo en cuenta esos fines o propósitos
buscados.
Lo anterior supone la búsqueda del sentido de la norma, que va más allá del simple
texto; exige encontrar la finalidad propuesta con su creación; hallar el propósito
perseguido por la misma.
Los fines que el creador de la norma intenta alcanzar son por regla general “fines
objetivos”, esto es, perceptibles, determinables y vinculados a una realidad conocida.
No se refiere a los fines subjetivos de alguna persona o de un grupo determinado, sino
a los objetivos racionales que son propios del orden jurídico prevaleciente.
En el caso de la ley, esos propósitos podrían ser: aseguramiento de la paz y la justa
solución de los litigios; el equilibrio de una regulación en el sentido de prestar la
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máxima atención a los intereses que se hallan en juego; la protección de los bienes
jurídicos y un procedimiento judicial justo; la solución de una problemática de carácter
general surgida; el mejoramiento de ciertas condiciones de interés colectivo, etc.
Al decir de Castillo Alva y Luján Túpez, la interpretación teleológica implica relacionar el
precepto con las valoraciones jurídicas, ético-sociales y político-criminales que
subyacen en las normas y en el ordenamiento jurídico en su conjunto. Importa contar
con una idea general de la dependencia social del derecho. Supone vincular la tarea
hermenéutica, por encima de criterios exclusivamente lógicos e históricos, a las
estimaciones jurídicas imperantes, a la llamada consciencia jurídica de la comunidad.
Cumplen aquí un rol protagónico e insustituible los conceptos de bien jurídico, justicia,
igualdad, equidad, seguridad jurídica y toda gama de consideraciones político-
criminales.
Hay quienes, siguiendo la escuela de la jurisprudencia de intereses, estiman que en
primer lugar se debe aclarar con precisión cuáles son los intereses que motivaron la
ley, pues sólo con base en su conocimiento quedará claro cuál es el objeto, motivo o fin
de la norma.
En el caso de los contratos, el propósito de lograr la transmisión de la riqueza o el
aprovechamiento de los bienes, así como la prestación de servicios y la garantía del
cumplimiento de obligaciones nos permitirá identificar si con el contrato se pretendió
la transmisión del dominio o del uso de las cosas, la prestación de un servicio, el pago
de una retribución adecuada y proporcional, o se trató de una liberalidad; tal vez, si se
buscó la satisfacción de una necesidad particular de los con- tratantes, como fines
concretos buscados con la celebración del negocio contractual.
Si el texto de la norma o de la cláusula fuera ambiguo, oscuro o confuso y generara
discusión su alcance, la interpretación podría apoyarse en los fines propuestos con su
creación.
El argumento teleológico, propio de este método, se invoca precisamente para justificar
que una solución sirve a determinado fin, ya sea intrínseco al derecho o procurado
por alguna norma jurídica. El argumento teleológico “estriba en la justificación de la
atribución de un significado apegado a la finalidad del precepto, por entender que la
norma es un medio para un fin”.
El método teleológico, aunque se le considera mayoritariamente como el ubicado en la
cúspide de la hermenéutica jurídica; el más importante porque se orienta a descubrir la
finalidad de la norma y que es instrumento eficaz para resolver conflictos sociales, lograr
la paz social y organizar la vida en común; debe manejarse sin exageraciones para no
incurrir en el error de dar a la norma o a la cláusula una finalidad que más bien sea de
la preferencia personal del intérprete, cuya valoración subjetiva podría llegar a
reemplazar la valoración objetiva de la ley o la finalidad del contrato.
Con motivo de que el método teleológico se propone encontrar la finalidad de una
norma o convención, hay quienes lo estiman distintivo de la Escuela de la
Jurisprudencia Finalista, en tanto que otros lo vinculan a la Escuela de la
Jurisprudencia de Intereses de Philip Heck.
2.6 Interpretación acorde al uso alternativo del derecho

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Aunque el uso alternativo del derecho es una teoría interpretativa, ahora se alude
al método que la misma propone en la tarea hermenéutica.
En virtud de que, según esta postura interpretativa, se busca privilegiar en el
plano judicial los intereses y la práctica de aquellos “sujetos jurídicos” que
se encuentran sometidos o dominados; la interpretación debe adoptar carácter
restitutorio y de emancipación, dentro de una política jurídica o judicial ya
permitida por las posibilidades del mismo ordenamiento legal, para evitar así el
personalismo o el voluntarismo del intérprete.

El intérprete tiene que acercarse al sistema jurídico y a la investigación de los hechos,


desprendidos de sus prejuicios y de sus afectos.
Para lo anterior, el intérprete dispone de una jerarquía de fuentes establecidas por el
mismo sistema y de una metodología que se resuelve en un conjunto de reglas
técnicas que le permitirán descubrir las normas aplicables y mantener al mismo tiempo
las características de neutralidad y objetividad.
En esta tarea, el intérprete buscará la explicación adecuada de los vínculos genéticos y
funcionales que unen la superestructura de los códigos y de los conceptos jurídicos a la
totalidad social; analizará la función de las distintas instituciones jurídicas en relación
con la distribución real de poderes de la sociedad; esto es, debe proponerse recuperar
la relación existente entre normas jurídicas y estructuras sociales.
Siguiendo ese camino, el jurista llegará a una interpretación que favorezca la posición
del sujeto en desventaja, porque el sentido que atribuya a la norma será aquél que sea
más benéfica a su débil situación social.

2.7 Interpretación analógica o extensiva

Aunque parezca un contrasentido vincular a la interpretación con la integración, en


realidad no se trata de confundir ambas figuras, sin dejar de tomar en cuenta que para
autores como Flores Mendoza, la integración jurídica es parte subsidiaria de la
interpretación jurídica. Lo que sucede es que la analogía, que permite trasladar la
solución legalmente prevista para un caso, a otro caso distinto, no regulado por el
ordenamiento jurídico, pero que es semejante al primero, tiene una concepción
tradicional, según la cual es permitido colmar lagunas con base en la identidad de razón
(la aplicación analógica), pero también se le ha otorgado el carácter de procedimiento
interpretativo (la explicación analógica), que consiste en que el juez explica una
disposición de significado incierto, pero presente en el ordenamiento, a la luz de otra
disposición no equívoca o menos equívoca, invocando la analogía de las dos
previsiones.
“…a diferencia de la interpretación donde hay una norma jurídica aplicable al caso
concreto, en la integración de plano hay que encontrar una, ya sea porque 1. No hay
norma jurídica aplicable –caracterizada como laguna normativa-; o 2. Aunque hay una
norma, no es apli- cable al caso concreto por sus particularidades –considerada como
laguna axiológica”.

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La analogía, entonces, no se confunde con la interpretación extensiva, que aplica la norma a
los supuestos incluidos virtualmente y, por ende, no comprendidos expresamente.
Se afirma por algunos autores que la interpretación integradora es una figura creada por la
doctrina alemana para llenar el vacío que re- presenta la ausencia en el Código de un precepto
que señale que los contratos obligan no sólo al cumplimiento de lo expresamente pacta- do,
sino también a todas las consecuencias que, según su naturaleza, sean conforme a la buena
fe, al uso y a la ley. Con ella se busca llenar las lagunas a partir de una voluntad presunta de
las partes, a diferencia de la interpretación ordinaria, que opera sobre las dudas de una
voluntad real para resolverlas.
“El objeto de dicha interpretación sería una declaración de voluntad clara, pero lagunosa y
operaría mediante el procedimiento analógico”, opina García Amigo.
Un ejemplo de aplicación analógica es aquel en que “dada una formulación normativa con
significado controvertido, ella debe ser interpretada atendiendo a otra formulación normativa
ya interpretada con la cual guarde semejanza relevante o idéntica ratio”.
Se ha calificado a la interpretación integradora o integrativa del contrato como una categoría
intermedia entre la interpretación y la integración. Su objeto es una declaración de voluntad
clara pero con lagunas, de forma que mediante una reconstrucción conjetural de la declaración,
basándose en lo que habría sido la voluntad hipotética de las partes, se permite llenar el
vacío existente en la regulación contractual.

Esta interpretación analógica o extensiva, tiene diversos instrumentos:


a) El argumento extensivo, el cual asume que si el legislador ha regulado
expresamente un supuesto de hecho, quiere reservar el mismo tratamiento para
todos los supuestos esencialmente semejantes al primero, porque el sistema
jurídico requiere que las situaciones similares obtengan igual trato. El
legislador ha resuelto todos los casos jurídicamente relevantes, siendo tarea
del juez descubrir su regulación entre los enunciados explícitamente dictados,
pues el juez se mantiene como aplicador de las normas que le proporciona el
legislador, que es el único que puede crear el derecho.
No es el caso de una laguna que deba colmarse; más bien se trata de asignar
significado a un enunciado que no es claro y que, por lo mismo, debe ser interpretado.
Esta tarea se hace a la luz del significado que tienen otros enunciados que mantienen
similitud con el que se interpreta, al cual se le hace extensivo el alcance de los otros.

b) El argumento a fortiori, el cual, según G. Tarello, es un procedimiento por el


que, dada una norma jurídica que predica una obligación u otra calificación
normativa de un sujeto, o de una clase de sujetos, se debe concluir que también
es válida otra norma que predique la misma calificación normativa de otro
sujeto o clase de sujetos que se encuentran en situación tal que merecen,
con mayor razón que el primer sujeto o clase de sujetos, la calificación que la
norma dada establece para el primer sujeto o clase de sujetos.
Hay dos hipótesis: la expresamente prevista por el legislador o por los contratantes, en un
precepto o en una cláusula, respectivamente; y aquélla a la que se debe dar una valoración
jurídica por medio del argumento a fortiori.
Se basa en la mayor razón y en la presunta voluntad del legislador. No se está en presencia
de una laguna, de una imprevisión del legislador, sino que este, en lugar de dictar la norma
más general que ordena, permite o prohíbe, ha dictado expresamente una norma más
particular, no porque no considere como obligatoria la más general, sino porque al regular

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los casos más frecuentes o típicos, quería llamar especialmente la atención sobre ellos e
implícitamente estaba teniendo en cuenta todos aquellos casos que merecen con mayor razón
que los previstos, la regulación dictada.
Esta mayor razón, que presume lo que el creador de la norma tuvo en cuenta (que las
hipótesis no previstas expresamente merecen la misma consecuencia jurídica), es el elemento
que tiene en cuenta el intérprete para extender la regulación jurídica a hipótesis no
contempladas expresamente en el texto normativo.
c) El argumento a partir de los principios. Los principios generales del derecho se
pueden utilizar como argumentos para la integración e interpretación del
derecho.
En el primer caso, los principios son utilizados para colmar lagunas de la ley, respetando
así el mandato legal de dar solución a todos los casos jurídicamente controvertidos; en el
segundo, son utilizados con una finalidad interpretativa; esto es, ante la pluralidad de
significados de un enunciado, se optará por aquel que mejor se ajuste a lo establecido por el
principio.
Es decir, a los enunciados dudosos se le atribuyen significados que coinciden con la voluntad
del legislador. La razón es que el sistema jurídico es coherente, no solo en cuanto que sus
preceptos son consistentes, sino en cuanto que sus normas responden a criterios o principios
inspiradores comunes.
Ricardo Guastini ubica a esta interpretación en lo que denomina la interpretación-creación,
“que consiste en atribuir a un texto un significado “nuevo” (no comprendido entre los
significados identificados por la interpretación-conocimiento) y/o deducir del texto las normas
llamadas “implícitas” por medios pseudo-psicológicos (es decir, por unos razonamientos no
deductivos, y pues no apremiantes: por ejemplo, por el argumento analógico)”.

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