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Cea D Ancona-Organización Cuestionario

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Cea D'Ancona, M.A. (1996). Metodología cuantitativa.

Estrategias y técnicas de
investigación social. Síntesis sociológica.

Capítlllo 7: El uso de fuentes documentales y estadísticas 273

La puntuación se obtiene asignando "1" a la posición que indica la respuesta más ne-
gativa, y el "7", a la respuesta más positiva. La puntuación global será, igualmente, el pro-
medio de todas las respuestas para la totalidad de los enunciados propuestos.

EJEMPLO DE DIFERENCIAL

"En su opinión, ¿cómo definiría las amistades de sus hijos? Coloque una X en una de las
siete posiciones comprendidas entre cada par de adjetivos polares." (Mostrar tarjeta.)

Estudiosos ------- No estudiosos


Desobedientes ------- Obedientes
Tímidos ------- Descarados
Callejeros ------- Caseros

Esta última modalidad de formato escalar resulta útil en situaciones donde la gen-
te es probable que presente fuertes reacciones emocionales hacia una determinada
cuestión (Henerson et al.) 1987).

7.2.3. La disposición de las preguntas en el cuestionario y su codificación

El cuestionario ha de diseñarse de forma que parezca atractivo y cómodo de res-


ponder. De manera especial, cuando éste sea autoadministrado. A tal fin, son varios los
aspectos a cuidar. Éstos tienen que ver, sobre todo, con el formato del cuestionario y
la secuencia de las preguntas en él.

• Respecto al formato del cuestionario) Sudman y Bradburn (1987) dan las si-
guientes recomendaciones:

a) Utilizar el formato de libro. Este tipo de formato facilita la lectura del cues-
tionario y la vuelta de página. Pero, también, previene la pérdida de páginas,
y parece más profesional y fácil de seguir.
b) Espaciar las preguntas. La disposición de las preguntas sin apenas espacio en-
tre ellas, con la intención de que el cuestionario parezca más corto, provoca
efectos no deseados: una menor cooperación y mayor probabilidad de errores
en su cumplimentación.
c) En las preguntas abiertas) proporcionar espacio suficiente para que se anoten
las respuestas. El espacio dado suele interpretarse, en general, como indicador
de la cantidad de información que se desea.
274 Tercera Parte: La obtención de información

d) Imprimir el cuestionario en color blanco o pastel. También suele ayudar la uti-


lización de papeles de varios colores para diferenciar las distintas partes del
cuestionario.
En cuanto a la impresión, Newell (1993) aconseja, además, escoger una im-
presión atractiva para el documento, y que ésta sea fácil de leer. Si el presu-
puesto lo permite, utilizar papel de buena calidad.
e) Numerar las preguntas. Las preguntas principales suelen numerarse, conse-
cutivamente, con números arábigos (de 1 hasta n). Las preguntas que figuran
bajo un mismo encabezamiento se identifican, normalmente, por letras (A, B,
C ...).
f) Evitar que las preguntas queden partidas entre páginas. Una pregunta (inclu-
yendo todas sus categorías de respuesta) nunca debería figurar entre dos pá-
gmas.
g) Una pregunta larga, que incluye varias partes, no debería seguirse de una pre-
gunta breve al final de la página. Dicha pregunta suele, con frecuencia, omitirse
por error.
h) Proporcionar instrucciones al entrevistador, en lugares apropiados a lo largo del
cuestionario. Estas instrucciones han de poderse identificar con facilidad, me-
diaete una impresión diferenciada del resto (acudiendo, por ejemplo, a letras
mayúsculas, en cursiva, o a otros recursos tipográficos).
Las instrucciones se disponen delante de la pregunta, si tienen que ver con
la manera de formular o responder la pregunta. Por el contrario, las instruc-
ciones figuran detrás de la pregunta, si se refieren al modo de registrar las res-
puestas, o señalan al entrevistador cómo debería sondearlas.
También ayuda la preparación de especificaciones que acompañen al cues-
tionario: comentarios explicativos, y clarificaciones, en caso de complicaciones
que puedan presentarse en el trabajo de campo (Babbie, 1992).
i) Disponer las respuestas en sentido vertical.
j) En la entrevista personal, recurrir a tarjetas (en preguntas cerradas comple-
jas) para que el entrevistado pueda visualizar las distintas opciones de res-
puesta.
Cuando se empleen tarjetas, los entrevistadores deberán leer las preguntas,
y las opciones de respuesta, en voz alta (aunque los encuestados estén visua-
lizando la tarjeta). Esta precaución se toma por si algún entrevistado tiene pro-
blemas de lectura o de visión.
k) En preguntas filtro, dar instrucciones expresas (literales o mediante flechas), que
apunten a la siguiente pregunta. Es importante que la instrucción figure in-
mediatamente después de la respuesta. De este modo es menos probable
que el entrevistador (o el encuestado) la pase por alto.
Una pregunta filtro es aquella que se formula con anterioridad a otra (u
otras), con la finalidad de eliminar a los sujetos a los que no procede hacer la
pregunta siguiente.
Capítulo 7: El uso de fuentes documentales y estadísticas 275

~>t;JEMPLOS
DEPREGUNTA
F/~TRQ>-I-------------

P.1. ¿Ha hecho amistades P.1. ¿Está Ud. jubilado?


entre las personas que acuden
al centro? Sí 1
No 2

¡- ~ 1
2 Sólo si está jubilado
P.1.A. ¿A qué edad se jubiló?
P.1.A. De ellas, ¿cuántos son ....................................

varones y cuántas mujeres?


Sólo si se jubiló antes de
Varones . los sesenta y cinco años
Mujeres . P.1.B. ¿Cuál fue el motivo de
su jubilación? .
.............................................
.............................................

l) En los cuestionarios que sean administrados por entrevistadores, dejar espa-


cio para que el entrevistador anote la duración de la entrevista, y cualquier inci-
dencia que estime de interés.
m) Preparar el cuestionario para el procesamiento de los datos. Ahorra tiempo y di-
nero. Esta preparación del cuestionario supone dos actividades previas:

1) La precodificación de las preguntas cerradas. Véase lo señalado al respecto


en el subapartado 7.2.1.
2) Precollllnnar el cuestionario entero; es decir, asignar a cada pregunta o ítem
una localización de columna, para su procesamiento informático.

La precolumnación consiste en asignar a cada pregunta del cuestionario una


o más columnas, dependiendo del número de respuestas posibles. Si la pregunta
es cerrada, ya se conoce, con certeza, el número de columnas que requerirá. Pe-
ro, si la pregunta es abierta, debe de preverse el tipo y el número de respuestas po-
sibles. A menos que la respuesta sea numérica, generalmente no se precisa más
de dos columnas. Si son menos de diez las opciones de respuesta posibles, se asig-
na a la pregunta una sola columna. Si son diez o más las respuestas, dos columnas.
En este último caso se codificarían las respuestas desde 00, 01, 02... hasta 99.
Cuando el encuestado puede dar más de una respuesta en una misma
pregunta (pregunta mÚltiple), el número de columnas depende del número de
alternativas que se pidan, y del tratamiento informático que se dé a esta co-
lumnación especial.
---~------- .----------------- ---- --- - - --- --

276 Tercera Parte: La obtención de información

EJEMPLOS DEPREtOLUMNACfÓN DE PREGUNTAS DE UN CUESTfONARfO

• N.O de cuestionario (1-4)

• Comunidad autónoma (5-6)

P.1. ¿Ha estado Ud. casado?

Sí 1 (7)
No 2

P.1.A. ¿Cuántas veces? (8)

P.1.B. ¿A qué edad se casó por primera vez? (9-10)

P.2. De la siguiente lista de cualidades, por favor escoja las tres que más le gustan en una
persona (pregunta múltiple). Mostrar tarjeta A.

1.° 2.° 3.°


(11-12) (13-14) (15-16)

Lealtad 01 01 01
Sinceridad 02 02 02
Tolerancia 03 03 03
Amabilidad 04 04 04
Simpatía 05 05 05
Humildad 06 06 06
Sencillez 07 07 07
Perseverancia 08 08 08
Entrega 09 09 09
Afabilidad 10 10 10

Los códigos correspondientes a las columnas suelen imprimirse en el mar-


gen derecho de la pregunta. Las primeras columnas habitualmente se dejan pa-
ra los datos de control del cuestionario (número de estudio, número de cues-
tionario, localidad, duración de la entrevista, entrevistador, ...). Esto permite
la identificación de cada registro (entrevistado) con cada cuestionario, una vez
que la información se transforma en códigos numéricos para su posterior
grabación en un fichero de datos.
Pero, téngase presente que no todos los cuestionarios son previamente pre-
columnados. Depende del sistema de grabación que se utilice. En los sistemas
CADAC, por ejemplo, no se precisa de la precofumnación. Tampoco resulta
Capítulo 7: El uso de fuentes documentales y estadísticas 277

necesaria en las entrevistas no asistidas por ordenador, si a la hora de grabar los


datos se recurre a programas como el DBASE, o se hace uso de la utilidad de
DATA ENTRY en las versiones últimas del SPSS, por ejemplo.
n) Siempre termina la entrevista con un "gracias". "Esto sería automático para la
mayoría de los entrevistadores, pero es mejor que cada cuestionario termine
con un gracias impreso" (Sudman y Bradburn, 1987: 259).

Estas mismas recomendaciones (salvo, quizás, la precolumnación) se hacen ex-


tensibles a la administración del cuestionario mediante ordenador. House (1985) las re-
sume en tres esenciales:

a) Utilización de procedimientos estándar para indicar preguntas e instrucciones.


b) Emplear la misma forma para indicar partes diferentes de la pantalla (por ejem-
plo, exponer algunas instrucciones breves al entrevistador; debajo, las preguntas
y las categorías de respuesta; y, a la derecha de las categorías, información adi-
cional, si se dispone).
c) No llenar la pantalla con demasiado texto. Las líneas con información im-
portante deberían estar separadas por líneas en blanco para, así, facilitar su vi-
sualización.

Por último, si el cuestionario es autoadministrado, su formato adquiere mayor re-


levancia. A lo expuesto, se añaden sugerencias sobre la cubierta y la parte posterior de
la cubierta del cuestionario (Bosch y Torrente, 1993). Concretamente:

a) La cubierta ha de contener: el título del estudio, una ilustración gráfica, el nom-


bre y la dirección de la entidad responsable.
b) La parte posterior de la cubierta comprende: una invitación a realizar co-
mentarios adicionales, con un espacio en blanco destinado a su anotación; el
agradecimiento por la colaboración en el estudio; y, si se piensa enviar copias
de los resultados de la investigación, instrucciones de cómo solicitarlos.

El orden de las preguntas también constituye una parte relevante del diseño de un
:llestionario. La calidad de las respuestas puede verse afectada no sólo por la redacción
je las preguntas, sino también por el contexto inmediato en el que figure cada pregunta
entre qué preguntas se halla comprendida), y su ubicación en el cuestionario (al
?rincipio, en el medio o al final).
Existen unas convenciones, generalmente aceptadas, sobre el orden o disposi-
:ión de las preguntas en un cuestionario. Éstas pueden resumirse en las siguientes:

a) Comenzar el cuestionario con un mensaje de presentación. Es conveniente


que la presentación incluya la identificación de la institución a cargo de la in-

--_.--------------~--~--
278 Tercera Parte: La obtención de información

vestigación. Pero, también, una breve explicación de: por qué se realiza la en-
cuesta, cómo se ha seleccionado al encuestado, qué tipo de información se pre-
cisa, el interés del estudio, y los beneficios de su participación.
A ello se suma la garantía del completo anonimato de las opiniones que en
él se manifiesten. Se solicita la cooperación del encuestado, y se le agradece su
colaboración de antemano.
Cuando el cuestionario se administra mediante entrevista, es el entrevis-
tador el encargado de realizar esta introducción de forma verbal. En la encuesta
por correo, esta introducción figura en forma de carta de presentación, que pre-
cede al cuestionario. En ella se detallan, brevemente, los aspectos referidos. No
se aconseja que su extensión supere una página. Asimismo, es conveniente que
la carta incluya la fecha en que debe remitirse el cuestionario. Generalmente.
dos semanas después de la fecha de su envío. Puede incluirse, igualmente, un
número de teléfono para cualquier aclaración que el encuestado precise.
A la carta de presentación se añaden las instrucciones a seguir para la cum-
plimentación del cuestionario.
b) En el cuestionario debe también reservarse un espacio para los datos de con-
trol (al principio y/o al final del mismo).
Esto es especialmente importante, cuando el cuestionario se administra me-
diante entrevista (telefónica o personal). Los datos de control incluyen: el nú-
mero de orden del cuestionario; si hubo sustitución del entrevistado; duración
de la entrevista; nombre, dirección y teléfono del encuestado; nombre del en-
trevistador; fecha y hora de la entrevista: y cualquier otro dato que se estime
relevante para el control del trabajo de campo.
c) Las preguntas iniciales deben despertar el interés del encllestado y ser, al mismo
tiempo, sencillas de responder. Es preferible comenzar con preguntas fáciles de
responder, que resulten interesantes al encuestado, y que no provoquen en él
ningún retraimiento. Después, poco a poco, se irán introduciendo las más
complejas (técnica del embudo). A veces, no obstante, se invierte la secuencia:
el cuestionario comienza con preguntas específicas, pasando gradualmente a
cuestiones más generales (embudo invertido). Se elige esta última disposi-
ción de las preguntas cuando el investigador quiere asegurarse que el en-
cuestado ha considerado determinados aspectos al dar su respuesta.
En las encuestas mediante entrevista puede ser de gran utilidad comenzar el
cuestionario con preguntas abiertas, bastante genéricas, que traten con el tema
principal del estudio. Esto puede ayudar a romper el hielo. Por el contrario, en
los cuestionarios autoadministrados se desaconseja el uso de preguntas abier-
tas. Lo mejor es comenzar con preguntas cerradas sencillas. Como señalan Sud-
man y Bradburn (1987: 218):

"Las preguntas abiertas, que requieren escribir más de unas cuantas palabras,
se perciben como difíciles, como potencialmente embarazosas, debido a la posi-
bilidad de cometer errores gramaticales."
Capítulo 7: El uso de fuentes documentales y estadísticas 279

En los cuestionarios auto administrados se desaconseja, igualmente, se-


guir la técnica del embudo. Ésta pierde su eficacia, porque el encuestado pue-
de leer todo el cuestionario antes de comenzar a responder las preguntas.
Pero esto no limita la aplicación de procedimientos de embudo invertido: co-
menzar por preguntas específicas para, posteriormente, pasar a las genéricas.
d) Las preguntas "claves" (aquellas que se consideren de especial relevancia para
la investigación) deberían ubicarse en el centro del cuestionario. Estas pregun-
tas suelen situarse, de forma estratégica, en el tercio medio del cuestionano. Des-
pués de haber despertado el interés del encuestado, y haber generado un am-
biente distendido, favorable a la aplicación del cuestionario (sobre todo cuando
éste se administra mediante entrevista); pero, antes de que el cansancio del en-
cuestado comience a tener efecto.
e) Distribuir secuencialmente las preguntas que formen una batería. Por "batería"
se entiende un conjunto de preguntas confeccionadas sobre una misma cues-
tión, que se complementan, al enfocar distintos aspectos del mismo tema.
Es conveniente que las preguntas que forman una batería figuren juntas en
el Cllestionario, formando una unidad. Si bien, en ocasiones, hay que optar por
distanciarlas, si se quiere evitar que el encuestado trate de responderlas de for-
ma coherente (por haber percibido la relación existente entre las preguntas an-
teriores y las posteriores). No obstante, esta dispersión tendrá que hacerse pro-
curando no confundir (o molestar) al encuestado. Como observan Phillips y
Orenstein (1978: 223):

"Si una serie de preguntas sobre temas religiosos de repente es interrumpida por
preguntas sobre renta, los encuestados no sólo pueden experimentar desorientación,
sino que también pueden volverse suspicaces acerca de los propósitos del estudio."

f) Las preguntas que se perciban como amenazantes (para el encuestado) es


mejor situarlas al final del cuestionario, cuando la reacción a ellas no pueda afec-
tar a las respuestas de preguntas posteriores.
De ahí que la práctica común sea disponer las preguntas de identifica-
ción (edad, nivel de estudios, ocupación, religiosidad, nivel de ingresos) al fi-
nal del Cllestionario. Ello se debe, sobre todo, a la reacción negativa que pue-
de provocar en el encuestado proporcionar datos de identificación personal. De
manera especial, los concernientes a sus ingresos. Lo que podría repercutir, ne-
gativamente, en su participación en la encuesta.
Esta repercusión se elimina situando las preguntas de identificación al final
del cuestionario. Aunque, a veces, hay que colocar algunas de estas preguntas
al principio del cuestionario. Por ejemplo, las preguntas acerca de las relaciones
padres-hijos precisarán la obtención previa de algunas características socio de-
mográficas, como la situación familiar del encuestado (estado civil, si tiene o no
hijos, u otras), que actúen de filtro de los encuestados que pueden aportar in-
formación.
-------------------------------------.-

280 Tercera Parte: La obtención de información

La percepción negativa de estas preguntas de identificación (como curio-


sidad o intromisión) puede también atenuarse, si figuran introducidas pe
algún preámbulo que informe al encuestado de la necesidad de su respuesta pa-
ra compararla con las respuestas de otros grupos de población.

Por último, conviene insistir en la conveniencia de diseñar un cuestionario no mzl'.


extenso. Una norma básica en la elaboración de un cuestionario es evitar fatigar al en-
cuestado, para que no merme la calidad de sus respuestas. De ahí la reiterada recc-
mendación de eliminar todas aquellas preguntas que se consideren repetitivas o no re-
levantes a los objetivos de la investigación.
No es el número de preguntas lo que determina la amplitud máxima de un cues-
tionario, sino la duración media de la entrevista. Por lo general, se aconseja que éste.
no sobrepase la hora, y mejor aún si dura entre treinta y cuarenta y cinco minutos. No
obstante, ha de matizarse que es el interés que despierte el tema en el encuestado (más
que la longitud del cuestionario en sí), lo que repercute en su atención y sensación de
cansancIO.
"Para temas notorios, las entrevistas personales pueden durar de una hora a hor"
y media, y son posibles cuestionarios por correo en torno a 16 páginas. Para temas no
notorios, los cuestionarios por correo suelen limitarse de 2 a 4 páginas" (Sudman y
Bradburn, 1987: 227).

De ahí que, cuando el investigador decida la longitud del cuestionario, deba fijar-
se, primordialmtnte, en la notoriedad o interés de las preguntas para el futuro en-
cuestado.

7.2.4. La prueba o pretest del cuestionario

Como cualquier instrumento de medición, el cuestionario debe probarse antes de


su aplicación definitiva. Para ello se escoge una pequeña muestra de individuos (nor-
malmente inferior a 100 personas), de iguales características que la población del es-
tudio.
El objetivo esencial es evaluar la adecuación del cuestionario: la formulación de las
preguntas y su disposición conjunta. En concreto, se pretende comprobar que:

a) Las preguntas tienen sentido, se comprenden, y provocan las respuestas es-


peradas. El significado que el investigador da a una pregunta puede que no se
corresponda con el significado que el encuestado percibe.
b) La categorización de las respuestas (de las preguntas cerradas), y su codifica-
ción, sea correcta. A veces, la codificación de las preguntas abiertas se efectúa
después de la prueba o pretest del cuestionario (y antes de su aplicación defi-
nitiva), a partir de las respuestas obtenidas en dicho pretest.
Capítulo 7: El uso de fuentes documentales y estadísticas 281

c) La disposición conjunta del cuestionario (su secuencia lógica) sea adecuada, y


que su duración no fatige al encuestado.
d) Las instrucciones que figuran en el cuestionario se entiendan, así como el
formato de las preguntas filtro.

De los resultados del pretest se desprenderá la necesidad de revisar: algunas de las


preguntas del cuestionario, la secuencia de temas, la inclusión de nuevas preguntas o
la redacción de otras instrucciones que ayuden a su correcta aplicación. Como afirma
Bowen (1973: 90):

"Nadie puede escribir un buen cuestionario a menos que haya hecho algunas
entrevistas. Sólo de esta forma puede darse cuenta de cómo pueden formularse las pre-
guntas para que la gente las comprenda y cómo las preguntas que suenan sencillas no
se entienden por la gente corriente."

El pretest también proporciona otro tipo de información de interés para el desa-


rrollo de la encuesta:

a) El porcentaje aproximado de "no respuesta" que se obtendría en la encuesta. De


especial relevancia en la encuesta por correo.
b) La idoneidad del marco muestral utilizado en la investigación.
c) La variabilidad de la población, respecto al tema que se estudia.
d) La preparación de los entrevistadores (en encuestas personales y telefónicas).
e) El coste aproximado del trabajo de campo (en tiempo y dinero).

7.3. El trabajo de campo en una encuesta

En el desarrollo de una encuesta, la fase del trabajo de campo (o de recogida de in-


formación), es la más delicada y costosa. Su coste aumenta en relación con la com-
plejidad de la encuesta y la dimensión del diseño muestral elegido; de mayor relevan-
cia en encuestas personales.
Salvo en la encuesta por correo, la administración de los cuestionarios exige la for-
mación de la red de campo, integrada, en su mayoría, por el equipo de entrevistadores
y de supervisores.

7.3.1. La formación de los entrevistadores

En las encuestas mediante entrevista (personal o telefónica), la calidad de la in-


formación recogida depende, en gran medida, de cómo los entrevistadores hayan cum-
plido su trabajo. Entre las funciones del entrevistador se encuentran las siguientes:
282 Tercera Parte: La obtención de información

a) Localizar a los entrevistados.


b) Motivarles para conseguir su participación en la investigación. Es muy im-
portante que el entrevistador inspire confianza en el entrevistado. Ello re-
percute en su participación y en la sinceridad de sus respuestas.
c) Leer las preguntas en su exacta formulación y en el orden en que aparecen en
el cuestionario; es decir, tal y como fueron diseñadas.
d) Comprobar si la respuesta del entrevistado se adecua al objetivo de la pregunta.
En caso afirmativo, deberá registrarla lo más exactamente posible. En caso ne-
gativo, tendrá que volver a formular la pregunta, y aclarar cualquier duda que
pudiera tener el entrevistado.

"El mayor peligro en la recogida de datos es que quien los recoja pueda 'dirigir' al
encuestado, o registre los datos de una entrevista, informe u observación de forma se-
lectiva. Esto puede evitarse con una buena preparación y supervisión de su trabajo"
(Bourque y Clark, 1994: 34).

La formación de los entrevistadores ha de cubrir todos los aspectos implicados en


la actuación del entrevistador. Desde la selección de los sujetos, hasta el registro de las
respuestas. Además de información específica sobre preguntas concretas del cuestio-
nario.
La duración del período de formación oscila entre dos y cinco días. Depende de la
complejidad de la encuesta, de la formación previa y del tamaño del grupo de entre-
vistadores seleccionados. Períodos de preparación inferiores repercuten negativa-
mente en la investigación. Fowler (1988: 117) afirma que "los entrevistadores forma-
dos durante menos de un día producen, significativamente, más errores de encuesta que
aquellos que fueron preparados durante más tiempo".
Algunos estudios han mostrado también el alcance de algunas características del en-
trevistador (sexo, edad, étnia, nivel educativo y cultural) en la calidad de las res-
puestas obtenidas (véase Alvira y Martínez Ramos, 1985; Fowler, 1988; Bosch y To-
rrente, 1993). Si bien, su efecto se debilita dependiendo, fundamentalmente, de las
características del estudio (qué temas trate) y de la formación del entrevistador.

7.3.2. La supervisión del trabajo de campo

En la encuesta telefónica, la supervisión de la entrevista es más inmediata y


sencilla que en la encuesta personal. Las entrevistas se realizan desde un mismo edi-
ficio. Lo que facilita la consulta de cualquier incidencia del trabajo de campo con los
supervisores (o personal responsable). Además, el uso de ordenadores para la re-
cogida de información (sistema CATI) facilita el control inmediato de las respues-
tas y el registro de los datos de control. Todo lo cual revierte en una mejor supervi-
sión del trabajo de campo.
Capítulo 7: El uso de fuentes documentales y estadísticas 283

También en la encuesta personal suele incluirse un espacio (en el cuestionario) pa-


ra el registro de los datos de control: nombre del que responde, dirección, teléfono, lo-
calidad, si hubo o no sustitución, número de intentos de contactación, cómo se procedió
a la selección del encuestado, duración de la entrevista. Esta información servirá al su-
pervisor para comprobar la actuación del entrevistador. No sólo para comprobar
que realmente se entrevistó a quien debía entrevistarse (y número de intentos habidos
en su localización), sino también el tiempo de duración de la entrevista.

"Los entrevistadores que completan las entrevistas demasiado rápido pueden no


estar dando a los encucstados tiempo suficiente para oír las preguntas o considerar sus
respuestas" (Bourque y Clark, 1994: 42).

Estos dos autores desconfian de las entrevistas realizadas con prontitud, y reco-
miendan perspicacia ante los datos que se muestren demasiado perfectos.
Las funciones principales del supervisor son las siguientes:

a) La revisión de los cuestionarios. El supervisor comprueba los datos de identi-


ficación, el porcentaje de respuestas, la codificación de las preguntas, la omi-
sión de preguntas, la calidad de las respuestas, y el seguimiento de las preguntas
filtro, fundamentalmente.
Muchos de los errores en la cumplimentación del cuestionario pueden
evitarse si el entrevistador, inmediatamente después de la entrevista, realiza una
revisión completa del cuestionario recién concluido.
b) Conversar (si es factible) con el jefe de campo y los entrevistadores, para co-
nocer cualquier incidencia habida en la administración del cuestionario.
e) Si se ha seguido un muestreo por rutas aleatorias, el supervisor examina las ru-
tas complejas sobre el terreno. El objetivo es comprobar si realmente se en-
trevistó a quien tenía que entrevistarse.

A la vista de la información recabada, el supervisor realiza el informe de supervi-


sión. En él muestra el material que ha examinado (número de cuestionarios, de hojas
de rutas, y de rutas en el terreno), y cualquier aspecto que juzgue de interés en el de-
sarrollo de la encuesta.

7.4. Ejemplo de un cuestionario aplicado en una investigación real

A modo de ilustración, se expone un cuestionario propio diseñado en 1992 para el


Estudio sociológico de los socios de centros municipales de la tercera edad. Análisis eva-
!uativo del servicio: clientela, satisfacción de los usuarios y demandas latentes (Cea y Va-
lles, 1993). Esta investigación fue financiada por el Área de Servicios Sociales del Ayun-
tamiento de Madrid.

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