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Yo Te Recuerdo

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Poema de Daniel Osuna

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Escriba a continuación su poema.

Yo te recuerdo
15/11/18
Dirección: Floridablanca, Santander (Colombia).
Comentarios: Desamor; nostalgia.

Tú fuiste el gran amor de mi vida


y por eso se me hace imposible olvidarte.
Yo te recuerdo en cada instante,
no importa si sale el sol o si cae la lluvia,
no importa si es de noche o es de día.

Me dediqué a recordarte, aunque me pese en la vida.


Recordarte siempre será mi consolación,
no importa que se me abrumen las nubes
o que se me infecte la herida de este loco amor.
No importa si el viento va al norte y me trae una hoja
seca, como está mi alma ahora.
No importa si el río Amazonas se desborda
o si el Tigris se vuelve un desierto vacío y triste.
Yo voy a recordarte, no importa si no me quisiste
pero mi meta será esa, y al menos esa sí la tendré por siempre.

Tú fuiste el gran amor de mi vida


y no me importa si las paredes de mi casa
me reclaman por no poder olvidarte.
No importa si el techo me cae encima,
no importa si debo vivir a oscuras.
Me conformaré con saber que yo te recuerdo
pese a que el mundo complote en mi contra.

Te miraré en cada flor, en cada primavera.


Te miraré en las aves que me cantan en la mañana,
en mi taza de café, en las hojas de ese libro viejo.
Te veré de cerca en mi espejo, en mi cama, en mi almohada.
Recrearé un holograma
solo para verte, aunque ya no estés conmigo.
Si hay una palabra de siete letras en mi crucigrama,
escribiré tu nombre porque sé que me haces falta
para que todos mis pasatiempos tengan sentido.
En la infinitud seré tu fiel amigo.
En la adversidad, aquí tendré un abrigo
para ti,
y jamás me olvidaré de ti.

Al amanecer voy a abrir la ventana


y el viento de la mañana
me dirá buenos días con tu aroma fresco de ausencia impensable.
Al atardecer voy a leer mi periódico
y un viejo poema melódico
vendrá a mi pensamiento como un recuerdo para nunca olvidarte.

Extenderé mis brazos al vacío


y entre notas, facturas vencidas y muchos desvaríos
te diré: “Yo te recuerdo”, con la fuerza que le quede a mi alma.
Hasta que lo diga no podré estar en calma
y tu voz, divina como el arrebol que me recibe,
callará el amor que me negaste, o que nunca me dijiste.

La lluvia caerá como lágrimas de seda


en un bosque de cristal lleno de latas de refrescos,
lleno de cartones viejos y de cajas vacías
donde algo de tu alma solía
guardar los secretos que nunca me contaste.
Cuando vea esa lluvia, diré: “Yo te recuerdo”
y se tornarán las lágrimas en flores hermosas
que ignorarán la pradera y caerán sobre tu silenciosa melodía,
esa que la vida no pudo concederte porque te fuiste de mi vera.

Yo te recuerdo.
Yo estaré por siempre lejos de tu amor profano,
pero muy cerca de tu abandono tan perpetuado.
Procuraré recordarte no importa si el agua es fría,
no importa si el hielo me quema las manos,
no importa si el valor me dilata los poros.

Procuraré recordarte no importa si esas viejas canciones


resultan profecías cumplidas de un amor declarado muerto.
Yo te recuerdo,
y te recordaré mientras viva,
aunque viva casi ya muerto,
aunque viva en el silencio,
aunque existe en mí este tormento.
HOMBRE.—

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