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Plan de Estrategia Del Virus Del Covid-19

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PLAN DE ESTRATEGIA DEL

22 de Marzo del 2023


VIRUS COVID-19
Nombre de los integrantes:
Perla Desiret Lucas Feliz / 100612975
Anny Leydi Marte Rodriguez /100484808
Karen Rachel Capellán Candelario/100519861
Sahiana Yosef temo/100528771
Yarianna Garcia S./100616625
Asignatura:
Promoción de la salud
Tema:
Plan de estrategia del virus COVID-19
Maestro:
Vidal Pérez Vidal
Sección:
#07
Fecha de entrega:
21/03/2023
Introducción
La enfermedad por coronavirus (COVID-19) es una enfermedad infecciosa
causada por el virus SARS-CoV-2. La mayoría de las personas infectadas con el
virus desarrollan una enfermedad respiratoria de leve a moderada y se recuperan
sin un tratamiento específico. Sin embargo, algunas personas se enferman
gravemente y necesitan atención médica.

En República Dominicana, como en otros países del mundo, la situación no es


grave, y aunque se han logrado avances muy significativos, aún existen algunas
zonas donde la población sigue estando severamente afectada, aunque ya
estamos en lo que el gobierno llamadas post-COVID.

En el próximo plan, se desarrollarán estrategias para mejorar la situación en


aquellas comunidades que se han visto afectadas de manera desproporcionada
por el virus.
Objetivos

General
Fortalecer y contribuir a su protección y recuperación en las zonas más afectadas
de nuestro país durante la pandemia.

Específicos
 A nivel comunitario se fortalecen los factores protectores de la salud y se
brindan complementos esenciales a través del desarrollo de chalas.
 Áreas de trabajo que fortalezcan a la comunidad.
 Realizar acciones individuales de salud para los miembros de la
comunidad.

Los objetivos estratégicos mundiales son los siguientes:


 Movilizar a todos los sectores y comunidades para garantizar que cada
sector del gobierno y de la sociedad asuma la responsabilidad y participe
en la respuesta y en la prevención de casos mediante la higiene de manos,
el protocolo de higiene respiratoria y el distanciamiento físico a nivel
individual.
 Controlar los casos esporádicos y grupos de casos y prevenir la
transmisión comunitaria mediante la detección rápida y el aislamiento de
todos los casos, la prestación de los cuidados adecuados y la trazabilidad,
cuarentena y apoyo de todos los contactos.
 Contener la transmisión comunitaria mediante la prevención del contagio y
medidas de control adecuadas al contexto, medidas de distanciamiento
físico a nivel de la población y restricciones adecuadas y proporcionadas
en los viajes domésticos e internacionales no esenciales.
 Reducir la mortalidad prestando una atención clínica adecuada a los
enfermos de COVID-19, asegurando la continuidad de los servicios
sanitarios y sociales esenciales y protegiendo a los trabajadores de
primera línea y las poblaciones vulnerables.
 Desarrollar vacunas y terapias seguras y eficaces que puedan ofrecerse a
escala y que estén accesibles en función de la necesidad.
Alcances del plan
El plan cubre diferentes sectores de la comunidad más afectados por el COVID
19.

Situaciones de salud más afectadas en la comunidad


 Creencias
 Hábitos
 Costumbres
 Mitos

Estrategias

Prevención comunitaria
El acceso a una vacuna contra el COVID-19 ha sido uno de los inventos y/o
adquisiciones que más ha ayudado a nuestra nación en la lucha contra este virus,
sin embargo, aún existe mucha desinformación al respecto en la mayoría de las
comunidades en recuperación, lo que ha resultado en Varios residentes no usan.

En este programa se desarrollarán diferentes técnicas para reducir esta


información.

 Como primer punto a tratar, hasta que se resuelva este tema, se seguirán
utilizando medidas de precaución como el uso de mascarillas, higiene de
manos y distanciamiento social.
 Se darán charlas educativas sobre los beneficios de las vacunas y se
orientará a las personas para que se vacunen.
 Se entrevistará a las personas para averiguar por qué no han sido
vacunadas.
Comunicación en salud
A través del uso de los medios masivos de comunicación y tecnología, a través de
recursos tradicionales y multimedia, se implementará el uso de estrategias para
informar e influir en las decisiones individuales y colectivas para mejorar la salud
de la población.

Contención de la transmisión comunitaria Incluso con la implantación proactiva de


medidas integrales de salud pública, la transmisión de la COVID-19 puede
establecerse rápidamente en países y regiones subnacionales, con brotes
explosivos que crecen a un ritmo exponencial. En países o regiones
subnacionales en las cuales se ha establecido la transmisión comunitaria, o que
están en riesgo de entrar en dicha fase de la epidemia, las autoridades deben
adoptar y adaptar inmediatamente medidas de distanciamiento físico y
restricciones de movimiento a nivel de la población además de otras medidas de
salud pública y del sistema sanitario para reducir la exposición y contener la
transmisión, entre otras:

 Medidas personales que reduzcan el riesgo de transmisión entre las


personas, como lavarse las manos, el distanciamiento físico y
practicar una buena higiene respiratoria;
 Medidas a nivel de la comunidad que reduzcan el contacto entre
personas, como la suspensión de concentraciones multitudinarias, el
cierre de lugares de trabajo no esenciales y establecimientos
educativos y la reducción del transporte público;
 Medidas que reduzcan el riesgo de importación o de reintroducción
del virus procedente de zonas de alta transmisión, tales como
establecer límites a los viajes nacionales e internacionales, mejor
cribado y cuarentena;
 Medidas que garanticen la protección de los trabajadores sanitarios y
grupos vulnerables, tales como la provisión de los equipos de
protección individual correctos.
Entornos saludables
El objetivo de la estrategia es promover el desarrollo humano y mejorar la calidad
de vida de quienes viven, estudian o trabajan en la comunidad.

Esto significa asegurarse de que las personas estén saludables, felices y


satisfechas con sus roles en la vida.

• Las estrategias de ambiente saludable deben considerar:

• Escuelas promotoras de salud

• Promover la actividad física

• Semana del bienestar

• Actividades de autocuidado

• Mercado saludable

• Sanciones sanitarias.

Participación social y organización comunitaria


Grupos organizados, instituciones, otros actores sociales y comunidades
intervienen a través de un proceso dinámico, reflexivo y consciente para identificar
acciones de salud en estas comunidades que ayuden a la recuperación de sus
miembros.

Notas a partir de la experiencia: antes, durante y después


de la pandemia
Antes (de lo que partimos)
No solo existe abundante evidencia sobre cómo la participación de la comunidad
mejora la salud y disminuye las desigualdades, sino que, desde hace tiempo,
existen experiencias participativas que han mostrado buenos resultados en la
mejora del bienestar y la cohesión social. Desgraciadamente, no se las suele
priorizar a nivel institucional, ni se dotan de presupuestos y estructuras que las
favorezcan. Aun así, las redes construidas a partir de estas experiencias han sido
la base de la respuesta comunitaria a la pandemia. En los medios, con frecuencia
se las ha presentado como nuevas y espontáneas, pero la mayor parte de ellas ya
tienen una historia de participación, canales de comunicación y trabajo en red. 
Durante (de las formas de participación comunitaria que se han dado
en la emergencia sanitaria)

La gestión de la pandemia se ha basado en el modelo del déficit, más centrado en


los riesgos que en las capacidades. La elaboración de medidas y la comunicación
de información han sido unidireccionales, desde arriba (las instituciones) hacia
abajo (la población), sin espacios de escucha de las necesidades o propuestas de
la comunidad, y movilizando más a través del miedo que del compromiso.

Sin embargo, las redes comunitarias no se han limitado a recibir las indicaciones
institucionales, sino que han dado un paso al frente con diferentes iniciativas que,
a través de la cooperación, la solidaridad, el altruismo y la participación, han sido
aspectos clave tanto para reforzar las medidas preventivas frente a la pandemia
como para concretar el lema tantas veces enunciado en estos meses: «que nadie
quede atrás»

La emergencia provocada por la COVID-19 ha generado una situación de


desborde que obligó a buscar urgentemente formas autoorganizativas y de
cuidado para hacerle frente, tanto desde espacios comunitarios (redes de apoyo
mutuo) como profesionales (sanitarios, sociales, etc.) y de la Administración
(especialmente municipal). Sin embargo, en determinados ámbitos las medidas de
distanciamiento han dificultado el trabajo conjunto entre estos diferentes niveles.
Así, llama la atención cómo las dificultades de acceso a las instituciones parecen
haber promovido la apertura de nuevos espacios de participación dinamizados
desde la población. Quizás es una oportunidad para repensar el rol profesional en
estos procesos y los tipos de liderazgo, de manera que se pueda avanzar hacia
modelos más equilibrados en cuanto a las relaciones de poder dentro de las
dinámicas de participación comunitaria.

Después (de lo que nos toca hacer ahora)

Este «después» que se está viviendo ahora posiblemente sea el «antes» de una
próxima emergencia, y por eso no se debe olvidar todo lo aprendido durante la
crisis de la COVID-19. Es el momento de aprender de los errores y de los aciertos
frente a esta pandemia. Es el momento de evaluar y revisar participativamente lo
realizado, y aprender de las experiencias puestas en marcha para así cimentar
una respuesta comunitaria real y efectiva frente a futuras crisis. Es el momento de
pensar qué preguntas clave debemos hacernos para facilitar la incorporación de la
participación de la comunidad en la gestión de las crisis

Conclusión
Un contexto de pandemia puede favorecer los procesos de participación de la
comunidad, al situarse en primer plano la necesidad de abordar temas clave para
la vida de las personas, asumiendo desde ámbitos vecinales mayores
responsabilidades sobre cómo actuar para que sus condiciones de vida cambien.

Existen metodologías contrastadas, teorías y experiencias previas, del desarrollo


comunitario y la gobernanza local, que han servido de referencia para trabajar en
procesos participativos durante la pandemia, demostrando que siguen siendo
referentes para seguir trabajando en participación de la comunidad.

De esta manera, se hace evidente que son necesarias respuestas comunitarias


sólidas frente a emergencias futuras, invirtiendo más recursos y tiempo desde los
servicios públicos para reforzar vínculos, cohesión social y formas de cuidado.

Es preciso revisar en profundidad las dinámicas de liderazgo y la distribución de


poder que existen entre las diferentes personas que participan en los procesos
comunitarios, para que estos realmente generen salud y disminuyan las
desigualdades sociales.

El control de las personas y las comunidades para hacer frente a lo que afecta a
su propia salud, por medio de la participación autónoma y no cosmética, promueve
respuestas más adaptadas a cada territorio y realidad social, lo cual es
especialmente importante en situaciones de emergencia, en las que se ha
mostrado como un elemento clave en la ruta hacia la equidad social.

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