Fleixas Resumen
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EL CLIENTE
El cliente o usuario de los servicios psicoterapéuticos, desde el punto de vista
práctico, es cualquier persona que siente la necesidad de realizar cambios en su
forma de relacionarse consigo mismo y con el mundo; cambios que no puede
realizar por sí mismo, ni recurriendo a las fuentes naturales de ayuda existentes en
la comunidad, y que requieren la ayuda de una persona especialmente preparada.
A su vez, también es frecuente que los clientes acudan a la terapia con expectativas
poco realistas, es decir, buscando que el terapeuta les dé la solución a sus
problemas. En este sentido es importante tener en cuenta que el proceso de la
terapia se diseña no para cambiar a los pacientes sino para ayudar a los pacientes a
que se cambien a sí mismos.
El cliente debe poder admitir que no puede resolver la situación por sí sola, lo cual
supone el reconocimiento de un cierto fracaso personal (o, por lo menos, un
sentimiento de cierta incapacidad). Pero, por otro lado, va a ingresar en un proceso,
el psicoterapéutico, en el que lo que interesa es incrementar el sentimiento de
competencia personal. Así pues, en el mismo momento en que el cliente pide ayuda
se coloca en la posición opuesta que se quiere conseguir con la psicoterapia. A
veces, puede no acudir a psicoterapia en un intento de preservar su autoimagen.
Otro elemento a tener en cuenta respecto al rol del cliente es la ansiedad que puede
despertar el hecho de iniciar una psicoterapia.
EL PSICOTERAPEUTA
Aunque el rol social del psicoterapeuta es muy antiguo, la profesión de
psicoterapeuta es muy reciente. Hasta mediados del S. XX no se inició el proceso de
institucionalización de la profesión de psicoterapeuta que, gracias al fuerte
incremento de la demanda social, empieza a consolidarse en nuestros días. En este
sentido, a la psicoterapia se le ha llamado la quinta profesión; poniendo de
manifiesto dos hechos: por un lado, que el papel de psicoterapeuta se ha ejercido
tradicionalmente en el marco de la medicina, la pedagogía, la asistencia social y la
religión, y por otro que, en la práctica, cada una de estas profesiones necesita
recurrir actualmente a los conocimientos y técnicas psicoterapéuticas. No obstante,
aunque comparte aspectos importantes con estas profesiones, la psicoterapia tiende
en la actualidad a consolidarse como una profesión autónoma.
§ Capacidad de escuchar.
§ Capacidad de conversar.
§ Aflicción emocional.
§ Manejo vicario.
§ Soledad y aislamiento.
Esto nos lleva a plantear un concepto más amplio, el de equipo terapéutico, que
incluye una mayor gama de posibilidades. Este equipo se caracteriza por compartir
parte de la responsabilidad terapéutica. Aunque han sido principalmente los
terapeutas sistémicos los que han desarrollado estas modalidades, éstas
constituyen aportaciones de un valor considerable para la psicoterapia en general.
b) Tomar decisiones acerca de qué hay que hacer primero y qué hay que
hacer después.
LA RELACIÓN TERAPÉUTICA
Para que la relación sea verdaderamente terapéutica, debe ser diferente de otras
relaciones en la vida del cliente. La diferencia esencial reside en que se trata de una
relación profesional: el terapeuta se interesa genuinamente por el cliente, pero no
forma parte de sus relaciones interpersonales cotidianas.
Pero más allá de las particularidades propuestas por cada modelo, Bordin ha
sugerido que la noción de alianza terapéutica, originada en el seno del modelo
psicoanalítico, resulta en la actualidad ampliamente generalizable a los otros
modelos. Es un factor de cambio esencial en todas las formas de psicoterapia,
aunque su naturaleza particular varíe según la modalidad de terapia.
Un primer componente de esta alianza es el vínculo establecido entre cliente y
terapeuta. La calidad de este vínculo determina el tono emocional de la vivencia que
el cliente tiene del terapeuta, que influye en su colaboración en el proceso
terapéutico.
EL PROCESO TERAPÉUTICO
Constituye el conjunto de procesos psicosociales que tienen lugar desde el inicio al
fin de la psicoterapia. La concepción del proceso terapéutico depende, en gran
medida, del modelo psicoterapéutico que se adopte. No obstante, existen algunos
planteamientos que abarcan el proceso psicoterapéutico en general.
Ya Rogers había propuesto un modelo general del proceso terapéutico que constaba
de tres etapas básicas: catarsis, insight y acción. Carkhuff tomó este mismo modelo
como punto de partida, pero enfatizando el papel de la tercera fase. Según esta
propuesta el cliente sigue las siguientes fases en el proceso terapéutico:
a) Exploración de la situación.
El modelo de Egan resulta útil a la hora de trabajar con problemas de ajuste, de falta
de habilidades o con casos en los que el objetivo terapéutico puede
operacionalizarse claramente. El modelo concibe la ayuda psicológica como un
proceso secuencial en tres etapas, cada una de las cuales consta a su vez de tres
pasos:
Este esquema está pensado para compaginar dos estilos terapéuticos, el directivo y
el no directivo. El segundo, en general, resulta más útil en las fases exploratorias del
problema, en las que el objetivo es revelar aquello que está oculto, para lo cual la
habilidad empática del terapeuta resulta apropiada. Sin embargo, a medida que el
proceso terapéutico avanza, el terapeuta necesita recurrir a habilidades de un nivel
superior.
LA APROXIMACIÓN HISTÓRICA
La psicoterapia hunde sus raíces en el hecho de que la vida humana es
constitutivamente problemática, porque el hombre es siempre un náufrago en el mar
de lo que no sabe o no puede; es un ser intersubjetivo que depende de sus
semejantes para sobrevivir en un mundo cambiante y sólo parcialmente conocido.
Por otra parte, la solución estoica para la vida feliz viene a ser más radical, porque
consiste en prescindir de las pasiones por considerarlas irracionales. Según los
estoicos, el hombre debe vivir ajustado al orden del mundo que está determinado
por la Razón universal. Las pasiones son excesos irracionales que pueden conducir
a la “enfermedad del alma”. Siguiendo el principio cognitivo de que no son las cosas
las que nos afectan, sino las representaciones que tenemos de ellas, los estoicos
concibieron las pasiones como representaciones falsas o engañosas de las cosas.
En consecuencia, para alcanzar un estado de auténtica libertad, el hombre debe
aprender a controlar las pasiones, lo cual se consigue borrando las representaciones
falsas que perturban el buen juicio. En la práctica, los estoicos aprendían a controlar
las pasiones por medio de ejercicios escritos y verbales de concentración y
meditación.
La salud se concibió como un estado de armonía o equilibrio (crasis) entre los cuatro
humores y la enfermedad como un desequilibrio de los mismos (discrasis); la
curación se consideraba obra de la naturaleza, el médico debía ayudarla en su lucha
por restablecer el equilibrio. Se hacía hincapié en lo somático, no se indagaba lo
psicológico.
La enfermedad es para Galeno una disposición preternatural del cuerpo por la cual
están alteradas las funciones vitales. El médico puede ayudar a la naturaleza a curar
alterando las seis cosas no naturales.
El padre Gassner distinguía dos tipos de enfermedades, las “naturales”, que eran
cosa de los médicos, y las “preternaturales”, que eran cosa del demonio. El sólo
tenía competencias sobre estas últimas. Para saber si una enfermedad pertenecía a
su ámbito, Gassner conjuraba al demonio pidiéndole que los síntomas de la
enfermedad se manifestaran; si esto se producía, entonces había que proceder a un
exorcismo que requería la fe del paciente en Jesucristo; en caso contrario, se le
recomendaba al paciente que fuera a ver al médico.
Durante esta época los tratamientos médicos recomendados para los problemas
histéricos se diferenciaban poco de los procedimientos antiguos. Las
recomendaciones consistían en curas de reposo en un sanatorio, masajes e
hidroterapia, electroterapia, etc.
Pinel, por otro lado, asignaba gran importancia a la relación del médico con el
enfermo. Recomendaba que los centros donde se practicara este tratamiento fueran
pequeños y se animaba al personal a que conociera los problemas del enfermo.
A pesar de todo, el tratamiento moral ofrecía un tratamiento más humanitario que
psicoterapéutico.
LA APARICIÓN DE LA PSICOTERAPIA
La psicoterapia aparece durante el último cuarto del siglo pasado. La medicina oficial
reconoce la naturaleza psicogénica de la neurosis. Aunque el problema de la
influencia de la mente sobre el cuerpo preocupaba a los médicos la vía que hizo
posible la aparición de la psicoterapia se desarrolló al margen de los esquemas de la
medicina oficial y sólo hacia finales del siglo pasado se integró dentro de ésta.
En un primer momento, Mesmer pensó que los imanes podrían ser el vehículo
adecuado para restaurar el fluido desequilibrado y empezó a experimentar con las
posibilidades terapéuticas del magnetismo. Poco a poco, Mesmer abandonó el uso
de los imanes, ya que el poder curativo no residía en ellos sino en su propio fluido
magnético. A partir de aquí, Mesmer sostuvo la tesis de que este fluido se
concentraba en las personas, de modo que algunas tenían más que otras.
Entre los seguidores de Mesmer se produjo una escisión: por un lado, estaban los
“fluidistas” ortodoxos, que atribuían los poderes curativos a la existencia del fluido
magnético, y, por otro, estaban los “animistas”, seguidores del marqués de
Puységur, que sostenían que los poderes curativos tenían que ver con el poder
psicológico de la fe.
Freud pensaba que el método catártico podía curar los síntomas de la enfermedad,
pero no modificaba la predisposición a la histeria, de modo que los síntomas podían
volver a aparecer. Por otro lado, veía problemas de índole práctico, tales como el
que no todos los pacientes fueran hipnotizables y el que no todos reaccionaran con
la descarga emocional deseada. Además, Freud había descubierto la importancia de
la defensa, por la cual el Yo del paciente rechaza las representaciones insoportables,
y la importancia de la relación terapéutica. Practicando con éste método, Freud
había descubierto los fenómenos clínicos de la resistencia y transferencia, lo cual le
llevó a desarrollar el método de la asociación libre.
El desarrollo de la psicoterapia
A finales del siglo XIX y principios del XX, a instancias públicas y privadas, algunos
psicólogos académico-experimentales comienzan a interesarse por problemas
sociales prácticos, y a aproximarse a ellos con su ciencia. La posición de Wundt es
representativa: argumenta en contra de la aplicación de la psicología científica a la
solución de problemas prácticos porque sería “precipitada” antes de una mayor
fundamentación experimental y teórica de la psicología “pura”.
Progresivamente se desarrolló en los EE.UU. una psicología profesional orientada a
la resolución de los problemas prácticos de sus clientes.
Durante la década de los años sesenta y setenta aparecen los modelos cognitivos
en psicoterapia, en parte debido a la propia evolución de las teorías del aprendizaje
y la terapia de conducta, pero principalmente como movimiento autónomo.
El estado actual de la psicoterapia
Los autores consideran pertinente situar los ejes que configuran el espacio en que
se mueven las perspectivas actuales.
Estas dos últimas formas de eclecticismo forman parte, junto con la línea de los
factores comunes, del movimiento integrador en psicoterapia.
Modelos Psicodinámicos:
En psicoterapia, el término “psicodinámico” se suele identificar con el psicoanálisis,
con aquellas concepciones que el conflicto intrapsíquico tiene un papel central.
El psicoanálisis fue el primer sistema integrado de la psicoterapia moderna. Abarca
una teoría de la estructura y el desarrollo de la personalidad,así como de la
psicopatología, relación terapéutica y el proceso terapéutico.
En el psicoanálisis el ser humano no es solo un ser racional, sino que a duras penas
resulta razonable.
Desde el punto de vista clínico, Freud fue un pionero. La forma particular que
concibió tales relaciones básicas ha sido muy cuestionada, pero es innegable que su
planteamiento sentó las bases de la psicoterapia moderna.
· Desarrollo Histórico:
Baker (1985) añade un cuarto elemento que es el de ser una filosofía social.
Los conceptos básicos del psicoanálisis se encuentran formulados en, al menos,
cinco modelos distintos de las estructuras psíquicas que se han llegado a
distinguir en la obra de Freud. Son los siguientes:
Ø Modelo Topográfico: Elaboro este modelo durante la etapa fundacional del
psicoanálisis.
La mente humana se concibe como una estructura compleja que funciona en
niveles diferentes. Distingue tres niveles:
Ø El Inconsciente: es el nivel mas determinante de la conducta,
especialmente de la conducta patológica. Se almacenan recuerdos e
imágenes. No accesible al sujeto en estado normal de vigilia. Esta
gobernado por sus propios principios. Es ilógico, atemporal, puede
simultanear sucesos del presente y el pasado. Procesos primarios se
denominan a los que están gobernados por principios del inconsciente,
se distinguen de los procesos secundarios, que son ordenados y
consientes.
Ø El Preconsciente: media entre el inconsciente y el consiente. Ciertos
contenidos inconscientes pueden en ocasiones traspasar la barrera y
entrar en el preconsciente
Ø El Consiente: es la parte racional del sujeto, se identifica con el propio
Yo, y es el responsable de las actividades cognitivas y de la relación
con el mundo exterior.
Ø La relación terapéutica:
Constituye el principal elemento curativo del psicoanálisis. El aspecto mas
importante de la relación terapéutica es la noción de transferencia.
- Transferencia positiva: esta compuesta por reacciones de
amor en cualquiera de sus derivados.
- Transferencia negativa: se compone de reacciones de odio y
sus derivados.
Ø El Proceso Terapéutico:
- Apertura del análisis: se inicia con la primera sesión y su
extensión oscila entre los dos y los tres meses. Se caracteriza
por los ajustes entre las expectativas del paciente y el analista.
- Etapa intermedia: es la mas larga y creativa. Comienza
cuando el paciente ha comprendido y aceptado las reglas del
juego, suyas y del analista. Su duración es variable y se
extiende hasta que la neurosis original, a través de su replica en
la neurosis de transferencia, ha desaparecido. Se caracteriza
por continuas oscilaciones, entre progresión y regresión,
reguladas por el nivel de resistencia.
- Terminación del análisis: etapa mas breve y su característica
esencial es el conflicto de separación que incluye los
sentimientos de dependencia del paciente con el terapeuta, los
cuales pueden activar las resistencias y recaídas. Ambas
pueden superarse mediante la adecuada interpretación del
analista.
Baker (1985) considera que la adecuada resolución de esta fase
incluye la resolución de la transferencia y la integración de las
funciones más maduras del Yo.
Ø Recursos Técnicos:
Greenson (1967) divide los procedimientos técnicos en:
1. Para la producción del material: asociación libre, reacciones
transferenciales y resistencias
2. Para el análisis del material: confrontación, aclaración, interpretación
y construcción.
3. Procedimientos no analíticos: catarsis, sugestión y manipulación.
v Asociación libre: consiste que el paciente trate de dejar venir las
ideas a la mente y decirlas tal y como salgan, sin importar el orden
y la lógica. Se producirá una regresión al servicio del Yo en la que
salen los derivados del Yo inconsciente, Ello y Superyó. Tiene
prioridad sobre los demás medios de producir el material en la
situación clínica.
v Análisis de las reacciones transferenciales: se pueden clasificar
de modo muy diverso, según el objeto de la primera infancia, según
la fase libidinal de la que se derivan y el punto de vista estructural.
Pero clínicamente, las dos formas mas importantes son la
transferencia positiva y negativas.
v Análisis de las resistencias: pueden ser consientes, inconscientes,
preconscientes. Puede expresarse por medio de emociones,
actitudes, ideas, impulsos, pensamientos, acciones y fantasías. El
analista debe descubrir la forma en la que se resiste el paciente o
qué resiste y por qué lo hace. Pueden clasificarse de diferentes
formas, pero las más importantes son:
- Resistencia egosintónica: se caracteriza por parecer racional,
familiar y objetiva. Suelen ser normas habituales de
comportamiento del paciente y rasgos del carácter.
- Resistencia egodistónica: aparece como extraña y ajena al Yo
razonable del paciente.
v Confrontación: con ella se muestra al paciente dos cosas
opuestas con la intención de colocarlo ante un dilema, para que
advirtiera la contradicción. Lleva al paciente a apreciar aspectos
que se le pasaban por alto y que el analista considera
importante.
v Clarificación: consiste en la reformulación de un episodio que ha
narrado el cliente desde un punto de vista distinto. Mas
focalizado, de forma que se resalte algún aspecto especifico.
Busca iluminar algo que el individuo sabe, pero no de forma
diferenciada.
v Interpretación: Comunicación hecha al paciente para hacer
consiente un fenómeno inconsciente y hacer consiente el
significado, modo o causa inconsciente de un determinado
suceso psíquico. Al interpretar, el analista va mas allá de lo
directamente observable, por lo que es necesario ver las
reacciones de los pacientes para determinar la validez de la
interpretación. La interpretación daría al paciente una nueva
conexión de significado, otra significación a la experiencia.
Los criterios de éxitos terapéutico, Freud los identificaba con la capacidad para
disfrutar la vida, especialmente de la sexualidad, y la capacidad para trabajar
productivamente. Los desarrollos posteriores del psicoanálisis han extendido estos
criterios. Lagache propone los siguientes:
1. Liberación de la angustia de frustración, entendida como la capacidad
para producir y tolerar tensiones elevadas y reducirlas de un modo
satisfactorio.
2. Supresión de las inhibiciones y capacidad para realizar las propias
posibilidades: normalización sexual, liberación de la agresividad
constructiva y de la afectividad y la imaginación.
3. Ajuste de las aspiraciones a las posibilidades del sujeto y la realidad.
4. Capacidad para trabajar en la persecución de su propio afán de vida.
5. Facilitación de las relaciones con los demás.
6. Abandono de las actitudes exageradamente conformistas o destructivas
y conciliación entre las fuerzas creadoras y conservadoras.
Ø El método terapéutico de Adler
En 1946, Franz Alexander y Thomas French incio una investigación sobre una
serie de modificaciones de la técnica psicoanalítica centrada en el incremento de
la flexibilidad del terapeuta y reducción del numero de entrevistas, que se
consideraron los antecedentes más recientes de las terapias breves
psicoanalíticas actuales.
Características:
1. Actitud activa y flexible del terapeuta
2. Focalización de la terapia en un problema concreto
3. Limitación de la duración de la terapia
4. Orientación hacia el fortalecimiento de áreas del Yo libres del conflicto y
hacia la adaptación realista del sujeto.
5. Énfasis en los determinantes actuales del conflicto y los proyectos
futuros del sujeto
6. Énfasis en los aspectos externos de la vida cotidiana del cliente, con la
posibilidad de realización de tareas entre sesiones.
Ø Tratamiento de la psicosis:
Freud no recomendó la aplicación del psicoanálisis a pacientes psicóticos, él
lo utilizó para el análisis de Schreber.
El análisis directo (1953) basado en la interpretación directo y en el
establecimiento de una transferencia positiva muy intensa en la que el
terapeuta asume ciertas funciones de maternaje. Implica también la adopción
de procedimientos activos que abandonan la neutralidad analítica para
promover que el terapeuta pueda entrar en el mundo cerrado del psicótico.
Ø Otros desarrollos actuales:
El movimiento psicoanalítico, conviene mencionar otros desarrollos actuales
importantes, como la figura de Lacan. Vinculo la lingüística y el psicoanálisis
desde un enfoque estructuralista influido por Saussure, Jacobson y
Levi-Strauss. Descubrió el estadio del espejo como etapa estructurante de la
personalidad, para centrarse más adelante en el estudio de leyes
inconscientes que son isomórficas con las polaridades universales del
lenguaje de la metáfora y metonimia. Propuso que el inconsciente esta
estructurado como un lenguaje.
Kohut sobre el análisis del self. Propuso eliminar el concepto de pulsión y
restar énfasis al complejo de Edipo para centrarse mas en el self ha hecho
que este enfoque se halle mas cerca de una filosofía humanista.
Ø La formación del terapeuta:
La formación del psicoanálisis reconocido por la API incluye el análisis
personal y didáctico, los seminarios y supervisiones.
El análisis consta de cuatro a cinco sesiones semanales durante un período
de unos cinco años. Su propósito es que el futuro psicoanalista conozca los
conflictos inconscientes de su propia vida infantil, todo aquello que pudiera
perturbar su juicio clínico.
La supervisión de casos clínicos por medio de un psicoanalista experto, suele
durar tres años
Rasgos y habilidades:
1. Habilidad para referir los pensamientos, sentimientos, fantasías y
actos del paciente a sus antecedentes inconscientes.
2. Habilidad para facilitar la formación de la neurosis de transferencia y
la alianza de trabajo. Debe ajustarse a la regla de la abstinencia de la
cual el terapeuta no debe responder a las ansias neuróticas de
afirmación y tranquilización.
3. El analista tiene que decidir qué le dirá, cómo y cuándo lo hará. Debe
utilizar el tono de voz apropiado, ordenar su mensaje de modo preciso
y comunicar la intención terapéutica.
Ø Investigación terapéutica:
Durante las últimas dos décadas, han aparecido formas breves de terapia
dinámica que han llevado a cabo estudios controlados, principalmente en
contexto hospitalarios.
Se han desarrollado instrumentos de evaluación para medir aspectos del
proceso terapéutico considerados importantes desde el punto de vista
analítico.
Gill y Hoffman: creación de un sistema para codificar la experiencia del cliente
acerca de su relación con el terapeuta.
El grupo de Luborsky ha desarrollado, entre otras, escalas para medir la
alianza terapéutica, así como también temas conflictivos en relaciones
Ø Valoración Critica:
Modelos humanísticos–existenciales
Con esta etiqueta se ha denominado tanto a los enfoques que provienen de la
tradición fenomenológico-existencial europea como al fenómeno americano de la
psicología humanista. Agrupa una serie de enfoques terapéuticos con multitud de
influencias mutuas, pero con marcadas peculiaridades dentro de cada enfoque.
Entre sus características principales cuenta esta fragmentación, además de una
acentuada orientación tecnológica. Más que de una escuela, se trata de un
movimiento que se aglutina como reacción reduccionismo académico, en defensa de
los valores integrales del hombre. A pesar de las diferencias por cuales son estos
valores y como llevarlos a cabo, la autorrealización y el desarrollo del potencial
humano son enfoques en común.
Desarrollo histórico
Su evolución debe contemplarse a la luz de su repercusión social y cultural en la
escena norteamericana primero, y más tarde en la europea. Su desarrollo se ha
realizado al margen de la psicología académica, y, a pesar de considerarse una
tercera fuerza frente al conductismo y al psicoanálisis, ya hemos indicado su falta de
vocación paradigmática. En la actualidad debe considerarse como un conjunto de
procedimientos terapéuticos, en su mayor parte desligados de las principales
corrientes académicas.
Antecedentes filosóficos:
El existencialismo y la fenomenología. La corriente fenomenológica halla sus
orígenes más inmediatos en el pensamiento de Franz Brentano, por su énfasis en la
experiencia, en el carácter activo de la psique, y en la naturaleza intencional de todo
acto psíquico.
Para Edmund Husserl la experiencia inmediata del acto de conocimiento puede
revelar la naturaleza de las cosas. Para ello hay que tomar lo que se conoce como la
epoché, o actitud fenomenológica, es decir, la observación pura del fenómeno sin
prejuicios ni creencias apriorística. Se traduce en una exigencia de imparcialidad en
el observador y en el intento de prestar una atención especial a su propio estado de
conciencia. La epoché es una operación mental en la que el sujeto pone el «mundo
entre paréntesis», es decir, excluye de su mente cualquier juicio de valor sobre el
fenómeno o su trasfondo. Se trata de poner entre paréntesis la «sustancialidad» del
objeto para quedarse con la conciencia pura. Antes de proceder al análisis empírico
de la percepción o del juicio hay que intentar delimitar qué son, en esencia, una
percepción o un juicio.
Logoterapia:
Viktor Frankl era director del «pabellón de suicidas» de un sanatorio psiquiátrico en
Viena cuando el nazismo se extendió por Europa. Le otorga gran importancia a la
pérdida de significado (sentido) en la vida o vacío existencial. La tarea del terapeuta
es ayudar al paciente a encontrar significado a su vida, porque «la vida es
potencialmente significativa hasta el último momento, hasta el último suspiro, gracias
al hecho de que se pueden extraer significados hasta del sufrimiento» (Frankl,
1985). El logoterapeuta se vale de un conjunto amplio de técnicas
- los diálogos socráticos: donde se cuestionan por medio de preguntas las
interpretaciones del paciente;
- la desreflexión: se entrena al paciente a redirigir su atención de modo
que no preste una atención inadecuada al síntoma;
- la intención paradójica: por vía del humor, principalmente, se anima al
paciente a intensificar su síntoma de modo que se crea un nuevo contexto
para su aparición.
La formación del movimiento humanista:
El antecedente más claro de la psicología humanista es la Gestalt. Kurt Goldstein en
su obra El organismo, expresa su concepción del organismo humano como totalidad
y de su tendencia a la autorrealización, como fuerza impulsiva que pone al
organismo en acción. De esta influencia surge en la psicología humanista la noción
del ser humano como ser dotado de un potencial humano inherente que debe ser
realizado o actualizado, descubierto más que inventado o creado. Villegas: «el
hombre es naturalmente bueno y saludable: sólo necesita las condiciones
amnióticas adecuadas para su crecimiento»
La psicoterapia gestáltica:
La terapia gestáltica nació de la mano de Fritz y Laura Perls. Se pueden identificar
una diversidad de fuentes, entre las que se encuentran: el psicoanálisis, el
psicodrama de Moreno o el existencialismo y budismo zen (el aquí y ahora). Perls se
vinculó mucho al movimiento humanista.
El psicodrama de Moreno:
Moreno compaginó sus estudios de psiquiatría con su afición por el teatro y la
literatura. Aportaciones a la psicoterapia: introdujo el concepto de encuentro en el
ámbito terapéutico en los EE.UU. (que la psicología humanista retomó y adaptó),
desarrolló el énfasis en la vivencia del presente (el «aquí y ahora»), y creó las
técnicas de «la silla vacía» y «el juego de roles», que fueron recogidas por la terapia
gestáltica. Fue el iniciador de la terapia de grupos y el creador de la sociometría. El
psicodrama no debe entenderse simplemente como una técnica terapéutica, sino
como un sistema terapéutico complejo que abarca las técnicas psicodramáticas, la
sociometría y la terapia de grupos.
Las terapias corporales y energéticas:
Una serie de enfoques terapéuticos caracterizados por centrar su intervención en los
aspectos corporales (musculares), limitando el diálogo verbal a aspectos
relacionados con los ejercicios corporales propuestos, y cuya conceptualización
vincula los conflictos con bloqueos energéticos localizados en el cuerpo. Nos vamos
a centrar en el enfoque bioenergético de Lowen, que es quizá el más representativo.
Conceptos básicos
Lo que más se aproxime a un consenso formal de los principios básicos de los
modelos humanístico-existenciales es la declaración programática con la que se
constituyó la AAHP. Esta se presentó como una concepción psicológica del ser
humano centrada en torno a cuatro aspectos claves:
1. Autonomía e interdependencia social: autonomía significa aquí
capacidad para dirigir el desarrollo propio, tomando decisiones y
aceptando responsabilidades. La autonomía individual y la responsabilidad
social no son principios contrapuestos sino complementarios, de modo
que sólo un individuo que es autónomo puede ser responsable frente a la
comunidad.
2. Autorrealización: se concibe como una tendencia inherente al organismo
que lo impulsa hacia el crecimiento y la diferenciación. El desarrollo de
esta tendencia depende en gran medida de la satisfacción de las
necesidades básicas del organismo (Maslow).
3. Búsqueda de sentido: énfasis en el carácter intencional de la acción
humana. El hombre no sólo se mueve por motivaciones materiales, sino
también por principios axiológicos (la libertad, la justicia, la dignidad) que
suponen el intento de trascender la propia existencia.
4. Concepción global del ser humano: considerado como una Gestalt, un
conjunto integral en el que sentimiento, pensamiento y acción forman un
todo orgánico.
Desde el punto de vista psicoterapéutico, el rasgo único más relevante de los
modelos fenomenológico-existenciales es el énfasis otorgado a la vivencia inmediata
como fenómeno primario. Tanto las explicaciones teóricas como la conducta
manifiesta se consideran subordinadas a la vivencia misma y a su significado para la
persona. También resulta característico de estos modelos el énfasis en los aspectos
volitivos, creativos y valorativos de la conducta humana. A continuación, nos
adentraremos en los enfoques.
El análisis existencial:
Su noción central de este enfoque es el proyecto existencial. El propósito de la
psicoterapia es analizar este proyecto y su modificación. La psicoterapia no pretende
cambiar la realidad externa, física o social, la facticidad, sino la persona, su
percepción de las cosas, por la asunción de la única cosa que depende de ella
misma, la propia experiencia. Su objetivo es recobrar al ser humano para su auto
posesión y autodeterminación, lo que implica un cierto enfrentamiento consigo
mismo.
El enfoque Gestáltico:
Concibe al individuo en su totalidad. Se da por supuesto que el sujeto tiene una
tendencia natural a completar su existencia (versión gestáltica de la tendencia a la
autorrealización). Gestalt incompleta: primer paso hacia el desajuste, un proceso de
alienación que supone la negación de necesidades o deseos legítimos. Una persona
insatisfecha continúa elaborando asuntos inconclusos del pasado en su actividad
presente, impidiendo que nuevas figuras emerjan aquí y ahora. Tres principios de la
terapia Gestalt son:
1. Valoración de la actualidad: El aquí y ahora es la condición
situacional de la terapia; se intenta evitar todo lo que no está o no se
desarrolla en el presente; significa maduración y crecimiento. Se
pretende que el sujeto no se refugie en el pasado.
2. Valoración de la conciencia y aceptación de la experiencia.
3. Valoración de la responsabilidad o integridad. Cada uno es
responsable de su conducta, bien sea ésta el deprimirse, enloquecer o
incluso suicidarse.
Una de las finalidades de este enfoque es promocionar la toma de consciencia de
las emociones y del sentir del momento. Toma de consciencia ≠ introspección. En la
primera el self se experimenta como una totalidad, y se da una concentración
espontánea en lo que le interesa al sujeto, quien descubre nuevas cosas dando un
paso a lo desconocido; mientras que en la introspección el self aparece dividido: una
parte observa y otra parte se convierte en objeto (lo observado), no descubre nada
nuevo porque se mantiene apartado del interés organísmico total actual.
El individuo es una secuencia interminable de polaridades. Tiende a polarizarse
sobre un opuesto y a evitar el otro. Se superan estas fantasías y se da el crecimiento
cuando se remueven y dinamizan las posibilidades de contacto entre polaridades;
tendrá que auto apropiarse de la polaridad rechazada (toma de conciencia) para
llegar a la integración, que es el objetivo final de la terapia. Cuando no se produce la
integración, se llega al desequilibrio psicológico: el self realiza actividades que
bloquean esta toma de conciencia de diferentes formas:
- Proyección. El sujeto atribuye a otros los atributos que rechaza de sí
mismo. En terapia se pretende que se apropie de lo proyectado, que se
identifique con ello.
- Retroflexión. Proceso general de negar, contener o equilibrar la tensión
impulsiva. Marca excesivamente el límite entre el Yo y el entorno. El
individuo se hace a sí mismo lo que le gustaría hacer a los demás.
- Desensibilización. Análogo sensorial de la retroflexión motriz (visión
borrosa, el «no escuchar», la indiferencia sensorial...).
- Introyección. Forma de ser que el organismo en evolución adopta de los
otros significativos sin asimilarlos o integrarlos con el self. Es el camino
opuesto a la identidad.
La bioenergética:
Uno de los supuestos fundamentales es la existencia de una (bio)energía vital, no a
nivel metafísico, sino ligada a los procesos vitales (postura, respiración, etc.).
Principio fundamental: no tenemos cuerpo, somos cuerpo. Las represiones y
conflictos infantiles se registran en el cuerpo. Arraigamiento o asentamiento del
cuerpo (y por tanto de la persona) en el suelo (realidad): aquí se revelan tanto los
conflictos emocionales (que alejan la persona de la realidad) como la seguridad y
buena base.
Método terapéutico
La mayoría de estos terapeutas conocen más de un enfoque y utilizan técnicas o
actitudes procedentes de otros. Dos posturas bien diferenciadas:
a. La de Rogers y los existenciales, que reclaman la supremacía de las
actitudes del terapeuta en detrimento de las técnicas concretas,
b. La de otros enfoques, que destacan el valor de los ingredientes técnicos.
La relación terapéutica:
Rogers sugirió que el ingrediente terapéutico más importante es la relación de
persona a persona que se establece entre cliente y terapeuta, lo que resulta
determinante son las actitudes que toma este último. Actitudes suficientes y
necesarias para el cambio terapéutico:
1. Consideración positiva incondicional: supone una actitud de total respeto
y aceptación de las vivencias y sentimientos del cliente. El cliente debe
sentir que todo aquello que sienta o exprese puede ser aceptado por el
terapeuta. Tal aceptación no supone estar de acuerdo o dar un
beneplácito, sino entender que aquello que expresa el cliente forma parte
de su experiencia.
2. Empatía: actitud del terapeuta por apreciar y comunicar al cliente la
comprensión de los sentimientos y significados que expresa. Entrar en el
mundo perceptual del cliente y entenderlo tal como éste lo entiende.
3. Congruencia: proviene del reconocimiento de que la empatía, para ser
efectiva, debe ser genuina y real. Congruencia entre lo que el terapeuta
dice, hace y siente. Supone que el terapeuta exprese también algunos de
sus sentimientos para proporcionar al cliente una imagen íntegra y
congruente. Implica que el terapeuta exprese aquellos sentimientos que le
impiden ser empático.
Tres estadios del ciclo de empatía:
1. El terapeuta se debe sentir empático hacia el cliente.
2. El terapeuta debe transmitir esta comprensión empática al
cliente.
3. El cliente debe sentirse entendido.
Recursos técnicos:
- El uso del espacio y los elementos materiales: pocos objetos decorativos
con la finalidad de conseguir una focalización de la atención
- El uso del tiempo: centramiento en el aquí y ahora: la Gestalt propone que,
con el fin de fomentar la conciencia del ahora, la gente se comunique en
tiempo presente: «¿Qué está pasando ahora?» «¿Qué está sintiendo?»
- «hacer de espejo» del individuo para confrontarle con sus contradicciones, y
ayudarle a una toma de conciencia más amplia
- Utilización de la fantasía: fantasías actuadas y similares para captar
decisiones habitualmente no accesibles a la conciencia. Su utilización
permite la revelación de material emotivo no consciente, mediante la
proyección de ese material en forma de metáforas y símbolos; y también
evita racionalizaciones que en el lenguaje verbal lógico tienen una mayor
posibilidad de aflorar. Se entra en un terreno desconocido hacia aspectos
negados de la propia personalidad.
- El empleo de la dramatización y la expresión corporal: es distinto narrar una
experiencia que actuarla. También se usa como método de exploración de
adaptaciones sociales que dan lugar a esquemas rígidos de conducta. La
experiencia catártica, dentro de los enfoques humanistas, no constituye un
objetivo por sí misma, ya que sólo darán resultado si se convierten en una
disciplina, no si se ejecutan mecánica o compulsivamente.
Desarrollos actuales:
De todos los modelos humanístico-existenciales considerados, el enfoque de Rogers
ha sido el que más influencia ha tenido y el que. más literatura clínica y de
investigación ha generado. La terapia gestáltica ha influido poderosamente en la
generación de una nueva técnica, la programación neurolingüística. Pero la herencia
más destacable de la terapia gestáltica es el enfoque llamado «psicoterapia
expresiva focalizada»: Se trata de una sistematización de la terapia gestáltica
basada en muchos de los conocimientos actuales de la psicología cognitiva, y de las
investigaciones sobre la emoción, se caracteriza por su rigurosidad y sistematización
al elaborar la terapia gestáltica de una forma actualizada.
Investigación terapéutica:
Quizás el principal motivo de esta ausencia de investigación se halle en el rechazo
de la artificialidad de la investigación controlada, y a un nivel más filosófico, su
opción por la riqueza de la subjetividad.
Valoración crítica:
Al realizar esta crítica podemos adoptar dos puntos de vista:
- Podemos valorar la psicología humanista desde la óptica
académico-científica: es clara y contundente dada la ausencia de esfuerzos
suficientes de validación o de operacionalización que posibiliten la
contrastación empírica.
- Podemos juzgarla desde lo que pretendió ser, una reivindicación: el
fenómeno humanista como una «protesta»
Uno de los problemas principales de la psicología humanista es su amplia diversidad
sin un núcleo suficientemente aglutinador. ¿Cómo definir un enfoque como
humanista? Nos encontramos ante un ingente corpus programático sin un referente
teórico bien definido; se habla de Las psicologías humanistas.
MODELOS CONDUCTUALES
los terapeutas de conducta conciben la terapia como una empresa empírica a la que
hay que aplicar el rigor y los procedimientos experimentales de la investi gación
científica.
DESARROLLO HISTÓRICO
EXPONENTES
Los esfuerzos por aplicar los principios del aprendizaje a los problemas clínicos
contaban ya con cierta tradición, y su origen se remonta a principios de este siglo,
concretamente a la escuela de fisiología rusa creada por I.M. Schenov (1829-1905).
Este autor consideraba que toda conducta podía explicarse apelando a los reflejos,
sin hacer referencia alguna a la conciencia u otros procesos mentales, y estableció
el marco para la apli cación de los métodos de la fisiología al estudio de los
problemas psicológicos.
Sus discípulos más destacados fueron I.P. Pavlov (1848-1936) y W.M. Bechterev
(1857-1927).
fue Bechterev más que Pavlov quien desarrolló la idea de que el condicionamiento
podía explicar gran variedad de conductas humanas. Su planteamiento influyó
decisivamente sobre Watson.
J.B. Watson (1878-1958) fue el autor del manifiesto conductis- ta con el que se
cristalizó un movimiento que fomentaba la introduc ción de métodos objetivos de
investigación psicológica. Con las tesis de Watson triunfó la idea de que la conducta
podía investigarse estudiando los reflejos simples y sus combinaciones. En la
historia de los tratamientos psicológicos, Watson ocupa también un lugar destacado
por su aplicación de los principios del condicionamiento en la reducción de los
miedos
M.C. Jones, que llegó a recopilar hasta siete métodos para eliminar los miedos
infantiles (deshabituación, engatusamiento verbal, adaptación negativa, represión,
distracción, condicionamien to directo, imitación social). Los trabajos de Jones,
además, mostra ban que los miedos podían ser tratados al nivel de la conducta
manifiesta, en lugar de al nivel de los procesos subyacentes que los psicoanalistas
suponían como causas.
Enuresis
Histeria
Miedos infantiles
Desviaciones sexuales
Reacciones neuróticas
Depresión
Alcoholismo
Alergia
Adicción a la morfina
Alcoholismo
Narcolepsia
Anorexia
Conducta homosexuales
Desviaciones sexuales
RECORRIDO HISTÓRICO
a principios de siglo se desarrollan los estudios de Thorndike sobre el
condicionamiento instrumental, en el que el aprendizaje se entendía como un
proceso que obedece a diversas leyes de asociación estímulo-respuesta, siendo la
más importante la ley del efecto. En síntesis, esta ley afirma cjue la conducta está
controlada por sus consecuencias. Estos trabajos sirvieron de fuente de inspiración
a Skinner para establecer su programa de investigación sobre el condicionamiento
operante. También por esta época merece mencionarse la aportación de Jacobson
(1929) y su método de relajación progresiva debido al gran uso que de este
procedimiento se ha hecho dentro cíe la terapia conductual.
A partir de los años treinta, la terapia de conducta entró en una fase de búsqueda de
una mayor fundamentación teórica. El interés de los investigadores se centró en el
desarrollo de las teorías del aprendizaje. Y hacia finales de los años cincuenta la
terapia de conducta aparece ya configurada como una alternativa fundamentada en
los principios de la psicología científica. Por esta razón, Pelechano (1979) ha
denominado a esta fase «período de latencia o incuba ción» y se extiende desde
1938, publicación de la tesis doctoral de Skinner, a 1958, publicación de Psicoterapia
por inhibición recíproca, de Wolpe. En cierto modo, esta fase puede describirse
también como la «la búsqueda de una ecuación conductual».'
Así, durante la década de los años cincuenta empieza a utilizarse el término «terapia
de conducta» por parte de tres grupos de investi gadores diferentes. En 1953
aparece el término en el mencionado trabajo de Skinner, Solomon y Lindsey, en el
que aplicaron el condi cionamiento operante en enfermos psicóticos. Sudáfrica
Lazarus acuñó el término «terapia de conducta» para referirse a la utilización de
procedimientos de laboratorio en la psicoterapia tradicional. Y Eysenck, en 1959,
utilizó el término para referirse a la terapia basada en las teorías del aprendizaje,
incluyendo el condicionamiento clásico tanto como el condicionamiento operante.
DESARROLLOS ACTUALES
Esta situación hace que la nota más característica de los desarrollos más recientes
en la terapia de conducta sea la diversidad. Para proporcionar unidad al campo, se
pasaron por alto las diferencias y se enfatizaron las similitudes. Sin embargo, a
medida que la necesidad de unidad frente a un enemigo común (el psicoanálisis y el
modelo intrapsíquico de enfermedad) ha ido perdiendo vigencia y la terapia de
conducta ha ido consolidándose firmemente en el campo de la psicología clínica, la
diversidad de sus planteamientos se ha hecho más patente.
Así pues, durante los últimos veinte años la terapia de conducta ha experimentado
una expansión vertiginosa, implantándose plenamente entre los profesionales de la
salud, así como en otras áreas de relevancia social.
Desde los años sesenta han florecido los programas de formación en técnicas
conductuales, las asociaciones profesionales, las conferencias y congresos y las
revistas especializa das. La mayor parte de los que ejercen la terapia de conducta
son psicólogos, aunque también suelen acceder a los programas de formación los
médicos y los asistentes sociales.
CONCEPTOS BÁSICOS
Aunque esta definición capta los rasgos esenciales, resulta demasiado general.
— El condicionamiento clásico
Este paradigma ha sido utilizado para explicar cómo estímulos neutros (o nuevos)
llegan a provocar respuestas innatas como consecuencia del emparejamiento con
otros estímulos. Concretamente, este paradigma establece que cuando un estímulo
incondicionado (El, por ejemplo, un soplo de aire) que da origen a una respuesta
incondicionada (RI, parpadeo) se presenta después de un estímulo condicionado
(EC, p. ej., un sonido), éste adquiere la propiedad de provocar por sí mismo una
respuesta condicionada que es similar a la respuesta incondicionada (parpadeo).
Se han dado dos tipos de explicaciones de este fenómeno: la teoría bifactorial del
aprendizaje, propuesta por Mowrer (1946), y la teoría de la incubación, popuesta por
Eysenck (1982). Mowrer sostiene que la ansiedad se adquiere mediante procesos
de condicio namiento clásico (primer factor), pero se mantiene por medio de
procesos de condicionamiento operante (segundo factor) dado que la ansiedad
activaría respuestas de evitación que resultarían reforzantes por producir alivio de la
ansiedad, e impedirían que el proceso de extinción se llevara a cabo. Por el
contrario, Eysenck entiende que el proceso de extinción puede no ocurrir cuando el
estímulo condicio nado es fuerte o se presenta repetidamente durante largos
períodos de tiempo, y puede adquirir las propiedades del estímulo incondicionado,
de modo que su simple presentación no sólo no provocaría la extinción sino que
fortalecería la respuesta condicionada.
— El condicionamiento operante
MÉTODO TERAPÉUTICO
— Recursos técnicos:
1. Técnicas de recondicionamiento
El entrenamiento asertivo. Esta técnica está indicada para tratar fobias sociales
(ansiedad ante situaciones interpersonales. La conducta asertiva se define como «la
expresión adecuada de cualquier emoción distinta a la ansiedad hacia otra
persona». Wolpe considera que la aserdvidad y la ansiedad son respuestas
incompatibles y cjue por medio del entrenamiento asertivo se puede recondicionar la
ansiedad cjue una persona siente ante determinadas situaciones sociales, como
hablar en público o ser evaluado.
Las técnicas de modelado se han utilizado para fines muy diversos. En la fase de
adquisición el observador tiene que atender a las conductas relevantes del modelo y
procesar y retener las observaciones.
Por otro lado, la adquisición de las conductas del modelo también está afectada por
la capacidad del observador para procesar y retener información. También está
afectada por el nivel de incertidumbre y el nivel de ansiedad.
INVESTIGACIÓN TERAPÉUTICA
Hay que recordar que una de las señas de identidad de los terapeutas de conducta
ha residido en la defensa de la necesidad de someter los tratamientos a la validación
empírica. En efecto, el problema de la eficacia terapéutica, entendido como el
problema de demostrar empíricamente la relación entre el cambio en la conducta
«x» y la técnica utilizada «y», ha sido el principal foco de interés de la investigación
terapéutica desde el modelo conductual.
VALORACIÓN CRÍTICA
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MODELOS COGNITIVOS
Las terapias cognitivas han sido quizá las que han adquirido un mayor protagonismo
en el contexto de la psicoterapia actual.
Durante las dos últimas décadas se ha producido una «cognitivizadón» de la
psicoterapia, hasta el punto de que, como señala Villegas (1990b), «apenas resulta
concebible algún tipo de psicoterapia en la actuali dad, independientemente de su
escuela de adscripción, que no pos tule de forma directa o indirecta alguna
modalidad de cambio cognitivo».
El rasgo común más destacable que unifica a todos los modelos cognitivos reside en
la importancia que otorgan a las cogniciones, tanto en la génesis de los trastornos
psicopatológicos como en el proceso de cambio terapéutico. El término «cognición»
se utiliza aquí en un sentido amplio que incluye ideas, constructos personales,
imágenes, creencias, expectativas, atribuciones, etc.
DESARROLLO HISTÓRICO
Dentro del contexto de la psicología, entre los factores que propiciaron la aparición
de las terapias cognitivas destacan los siguientes:
1. La aparición del conductismo mediacional o covariante. En sus inicios, el
enfoque cognitivo constituye un desarrollo del modelo S-O-R de Woodworth, en el
que la «O» del organismo se interpreta en términos cognitivos. Sugirió que los
contenidos mentales o sucesos privados deben considerarse conductas encubiertas
que siguen los mismos principios del aprendizaje que operan en la conducta
manifiesta; un mismo estímulo puede provocar dos respuestas distintas, una
encubierta y otra manifiesta, que covarían la una con la otra, de forma que también
los contenidos mentales tienen una relación de contingencia con los estímulos y las
conductas. La conducta anormal, según Homme, se da cuando la conducta y el
pensamiento no cumplen una misma y única función adaptativa.
Así fue como en los años setenta las terapias cognitivas conocieron un auge
importante al confluir el trabajo de autores independientes (Beck, Ellis, Kelly) con el
enfoque cognitivo-conductual.
CONCEPTOS BÁSICOS
Los orígenes de la noción de esquema se pueden hallar en los años veinte y treinta
en varios de los escritos de Head y Piaget, y en Barlett. Un esquema, como
estructura cognitiva, es una abstracción fruto de la experiencia previa; es el
responsable de los mecanismos que guían la atención selectiva y la percepción.
Puesto que coexisten varios esquemas distintos, el procesamiento de la información
depende del esquema que se haya activado. La estructura cognitiva se concibe
como la arquitectura del sistema, como la estructura que organiza internamente la
información, mientras que las proposiciones cognitivas se refieren al contenido de tal
información. Los esquemas permiten al perceptor identificar los estímulos
rápidamente, categorizar los acontecimientos, seleccionar estrategias para obtener
nueva información, resolver problemas y alcanzar metas. Los individuos poseen
esquemas específicos para distintas áreas.
— Operaciones cognitivas
Las operaciones cognitivas son los procesos en los que los diferentes componentes
del sistema cognitivo operan de forma interactiva para procesar la información. Son
las responsables de la manipulación de los datos sensoriales, es difícil tratar por
separado las estructuras y los procesos cognitivos puesto que estos procesos están
gobernados por las estructuras cognitivas, a la vez que influyen en éstas. Una forma
particular de operaciones cognitivas a las que Beck llama procesamiento automático,
quiere denotar que este procesamiento no se da de forma deliberada, es decir, que
el sujeto no elige necesariamente atender a cierta información y pasar por alto otra.
— Productos cognitivos
Se trata de procesos más globales en los que entran en una interacción compleja los
diferentes componentes del sistema cognitivo en un proceso particular.
Este enfoque no concibe los problemas desde un punto de vista patológico sino
como situaciones vitales que requieren una solución para lograr un funcionamiento
efectivo, pero para la que el sujeto no cuenta con una respuesta inmediatamente
disponible.
La teoría del apego de Bowlby (p.ej., 1977, 1983) resulta útil para estos autores en la
comprensión del desarrollo cognoscitivo de la persona. Según este enfoque, el
crecimiento se concibe como una serie de pasos progresivos o etapas en los que se
reorganiza el autoconocimiento hasta adquirir el nivel más avanzado en la
adolescencia, en concordancia con el período de operaciones formales postulado
por Piaget. Este crecimiento viene determinado por el desarrollo metacognitivo o el
progresivo distanciamiento entre el pensamiento y la experiencia inmediata.
MÉTODO TERAPÉUTICO
RELACIÓN TERAPÉUTICA
Los modelos cognitivos coinciden en suscribir las actitudes del terapeuta propuestas
por Rogers (1957) como necesarias, aunque rechazan su carácter de «suficientes».
En efecto, todos los modelos cognitivos reconocen la utilidad de la calidez, empatia,
autenticidad (sentimiento genuino) y aceptación. Sin embargo, el terapeuta cognitivo
debe mostrarse también activo, señalando problemas y dificultades, centrándose en
aspectos concretos. Debe proponer y representar roles (role playing), y animar al
sujeto a llevar a cabo experimentos controlados.
RECURSOS TÉCNICOS
Relajación. Incrementar la percepción que del propio auto control tiene el cliente.
Ello puede mejorar la autoimagen del sujeto, independientemente de sus efectos
sobre el sistema psicofisiológico, en el sentido de la reducción del arousal.
Valoración del dominio y agrado. Una de sus ventajas cognitivas estriba en que
permite valorar éxitos parciales y niveles bajos de agrado, contrarrestando así el
pensamiento absolutista dicotómico de «todo o nada».
Explicación del fundamento teórico al cliente. La exposición del modelo cognitivo que
se va a aplicar, las causas de su problema y los objetivos de la terapia, proporciona
un marco claro y esperanzador donde el problema queda explicado y se vislumbran
alternativas de futuro. Con ello se pretende combatir la desesperanza con que a
menudo acuden los clientes a la consulta.
En relación con los criterios de éxito terapéutico, los modelos cognitivos prestan
considerable atención a la eliminación de síntomas. Estos aspectos suelen
evaluarse por medio de listas de síntomas (check list). Algunos autores, como
Mahoney (1991) y Guidano y Liotti (1983), han hablado de cambios profundos en los
que estarían comprometidos aspectos más centrales de la personalidad del sujeto.
La evaluación de estos cambios, sin embargo, presenta aspectos difíciles de
operacionalizar.
PERSPECTIVAS ACTUALES
INVESTIGACIÓN TERAPÉUTICA
VALORACIÓN CRÍTICA