Tema 16
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Tema 16
Introducción
No todas las rutas metabólicas principales y procesos del cuerpo operan en cada tejido en un
momento dado. Según el estado nutricional y hormonal de un paciente necesitamos predecir, al
menos cualitativamente, qué rutas metabólicas principales del cuerpo son funcionales y cómo se
relacionan entre sí.
Los procesos metabólicos de los que nos ocuparemos en este capítulo son: la
glucogenogénesis, glucogenolísis, gluconeogénesis, glucólisis, síntesis de ácidos grasos, oxidación
de ácidos grasos, actividad del ciclo del ácido cítrico, cetogénesis, oxidación de aminoácidos,
síntesis de proteínas, proteolísis y síntesis de urea.
Es importante:
1. Saber qué tejidos son los más activos en estos diversos procesos
2. Cuándo son estos procesos más o menos activos
3. Cómo se controlan estos procesos y cómo se coordinan en diferentes estados metabólicos.
La mejor manera de adquirir un conocimiento de las relaciones entre las rutas metabólicas
principales es familiarizarse con los cambios que tienen lugar en el metabolismo durante el ciclo
ayuno-alimentación. El ciclo ayuno-alimentación permite un consumo de combustible variable para
afrontar una demanda metabólica variable.
O2
Combustibles
almacenados
ADP + Pi Demanda
ATP metabólica
variable
El hombre tiene la capacidad de consumir alimento en una cantidad superior a 100 veces sus
necesidades calóricas basales. Esto nos permite sobrevivir entre comidas sin tener que picar
continuamente. Así, almacenamos las calorías en forma de glucógeno y grasa y las consumimos a
medida que las necesitamos. Desgraciadamente, la capacidad casi sin límites de consumir alimento
se corresponde con una capacidad casi sin límites de almacenarla en forma de grasa. La obesidad,
un gran problema en los Estados Unidos, es la consecuencia del exceso de consumo, mientras que
otras formas de malnutrición son más frecuentes en los países subdesarrollados.
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Interrelaciones metabólicas
CICLO AYUNO-ALIMENTACIÓN
Hidratos de carbono:
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Interrelaciones metabólicas
nutrición, el hígado utiliza la glucosa y no emplea la gluconeogénesis. Así, el ciclo de Cori, que
implica la conversión de glucosa en lactato en los tejidos periféricos seguida de la reconversión del
lactato en glucosa en el hígado, se interrumpe en el estado de buena nutrición.
Aminoácidos:
Las proteínas de la dieta se hidrolizan en el intestino, cuyas células utilizan parte de los
aminoácidos generados como fuente de energía. La mayor parte de los aminoácidos de la dieta se
transportan hacia la circulación portal. El hígado entonces tiene oportunidad de eliminar de la
sangre los aminoácidos absorbidos. El hígado deja pasar a su través la mayoría de aminoácidos, a
menos que la concentración de aminoácidos sea excepcionalmente elevada. Los aminoácidos no
retenidos en el hígado se pueden utilizar para la síntesis de proteínas o la obtención de energía en
otros tejidos.
Lípidos:
Cuando se considera el envío de grasa hacia los tejidos, se debe diferenciar cuidadosamente
entre grasa endógena y grasa exógena. La glucosa, lactato, piruvato y aminoácidos se pueden
utilizar para mantener la lipogénesis hepática. La grasa formada a partir de esos sustratos se libera
del hígado en forma de VLDL. La grasa de la dieta se libera a la sangre en forma de quilomicrones.
Tanto los quilomicrones como las VLDL circulan por la sangre hasta que actúa sobre ellos una
enzima extracelular especial unido a las células endoteliales de los capilares de muchos tejidos. Este
enzima, la lipoproteína lipasa, es especialmente abundante en los capilares del tejido adiposo. Actúa
tanto sobre la VLDL como sobre los quilomicrones, liberando ácidos grasos por hidrólisis de los
triacilglicéridos. Los ácidos grasos son captados por los adipositos, reesterificados con glicerol-3P
para la formación de triacilglicéridos y almacenados como gotículas de grasa dentro de estas
células.
Estado de ayuno
En esta situación no viene absolutamente nada de combustible del intestino y queda poco
glucógeno en el hígado. Los tejidos que utilizan glucosa quedan completamente dependiente de la
gluconeogénesis hepática, principalmente a partir de lactato, glicerol y alanina. Los ciclos de Cori y
de la alanina juegan un papel importante en el suministro de glucosa; no obstante, el ciclo de Cori y
de la Alanina no proporcionan carbono para la síntesis neta de glucosa. En estos ciclos, la glucosa
formada en el hígado tan sólo reemplaza a la que se ha convertido en lactato en los tejidos
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Interrelaciones metabólicas
El tejido adiposo también queda muy involucrado en el estado de ayuno. Debido a la baja
proporción insulina: glucagón que hay en estas condición, la lipólisis está muy activada. Esto da
lugar a niveles altos de ácidos grasos en sangre que pueden utilizarse como combustibles
alternativos a la glucosa por muchos tejidos. En el corazón y músculo la oxidación de los ácidos
grasos inhibe la glucólisis. Los ácidos grasos juegan un papel importante en el hígado siendo
oxiados a través de la -oxidación para la provisión de la mayor parte del ATP necesario para
respaldar las necesidades energéticas de la gluconeogénesis. Muy poco acetil-CoA generado por la
-oxidación del hígado se oxida completamente por el ciclo TCA. En estas condiciones, el acetil-
CoA se convierte en cuerpos cetónicos por las mitocondrias hepáticas. Estos cuerpos cetónicos se
liberan a la sangre para ser usados como fuente de energía por los diversos tejidos. A diferencia de
los ácidos grasos, los cuerpos cetónicos penetran la barrera hematoencefálica, una vez que su
concentración en la sangre es suficientemente elevada, los cuerpos cetónicos actúan como buen
combustible alternativo para el cerebro, pero no reemplazan completamente las necesidades de
glucosa que tiene el cerebro. Los cuerpos cetónicos disminuyen la utilización de glucosa por el
cerebro y también suprime la proteolísis en lo músculo esquelético disminuyendo hasta cierto punto
el despilfarro que tiene lugar durante la inanición.
La grasa se metaboliza tal como se describió para el estado de buena nutrición. Por el
contrario, en este período del ciclo ayuno-alimentación, el hígado absorbe poca glucosa, de tal
forma que este compuesto no puede actuar como precursor para la síntesis de glucógeno hepático.
En el hígado la glucólisis también actúa poco, por lo que este tejido continúa en un estado
gluconeogénico todavía algunas horas después de la comida. La gluconeogénesis hepática no
produce glucosa sanguínea, sino glucosa-6-P para la glucogenogénesis. Esto significa que después
del ayuno el glucógeno hepático no se repone por síntesis directa a partir de la glucosa sanguínea.
En su lugar, lo que ocurre es que los tejidos periféricos catabolizan la glucosa a lactato, el cual se
convierte en el hígado en glucógeno sin que en esta formación intervenga la glucosa en estado libre.
Después de mantener el estado de buena alimentación durante algunas horas, se establecen las
relaciones metabólicas del estado de buena nutrición. Disminuye la velocidad de la
gluconeogénesis, en el hígado la glucólisis se convierte en el principal proceso de utilización de
glucosa y el glucógeno hepático se mantiene por síntesis directa a partir de la glucosa sanguínea.
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Interrelaciones metabólicas
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Interrelaciones metabólicas
Nota: señalar las principales rutas metabólicas que están activas en cada estado del ciclo
ayuno-alimentación y en qué tejido se dan
Hígado Cerebro
Vena porta
Intestino
Eritrocitos
Tejido muscular
Hígado Cerebro
Vena porta
Intestino
Eritrocitos
Tejido muscular
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Interrelaciones metabólicas
Hígado Cerebro
Vena porta
Intestino
Eritrocitos
Tejido muscular
Hígado Cerebro
Vena porta
Intestino
Eritrocitos
Tejido muscular
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