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Camino Cuaresmal Guadalupano 2023: Reflexiones para Vivir La Semana Santa 2023

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Insigne y Nacional Basílica de Santa María de Guadalupe

CAMINO
CUARESMAL
GUADALUPANO 2023

REFLEXIONES Para VIVIR


LA SEMANA SANTA 2023
RECOPILO: M. I. Mons. Cango. Jorge Antonio Palencia Ramírez de Arellano

1
DESDE EL TEPEYAC AL MUNDO

Muy estimados Hermanos y Hermanas,

Hoy Domingo de Ramos, iniciamos la Semana Santa 2023, muchas realidades han
pasado en nuestras vidas y en nuestras familias y un año más desde el Santuario de Nuestra
Madre Santísima de Guadalupe en el Tepeyac, ponemos a todos Ustedes y a sus familias, en
el cruce de su manto, les enviamos esta sencilla guía para rezar, meditar y celebrar, a manera
de una vivencia de fe doméstica en estos días tan importantes acontecimientos para fortalecer
nuestra fe.

Confiando en la infinita misericordia de Dios nuestro Padre, en la presencia cercana de


su Hijo Jesucristo y en la acción transformante y sanadora del Espíritu Santo, ante la realidad
post – Pandemia, la violencia, la inseguridad y la crisis mundial en muchas partes de mundo,
incluida nuestra Patria, los invito a unirnos en espíritu y verdad y vivir con gran fervor y fe
estos días que nos recuerdan la Pascua del Señor, el núcleo de nuestra REDENCION.

…. “El Papa Francisco afirma que: pareciera que el hombre de hoy no quisiera pensar
más en la Redención, en ser liberado y salvado por Dios; el hombre de hoy se ilusiona de hecho
con la propia libertad como una fuerza para obtener todo. También hace alarde de esto. Pero
en realidad no es así. ¡Cuántas ilusiones son vendidas bajo el pretexto de la libertad y cuántas
nuevas esclavitudes se crean en nuestros días en nombre de una falsa libertad! Tantos esclavos,
tantos… Tenemos necesidad que Dios nos libre de toda forma de indiferencia, de egoísmo y de
autosuficiencia1. En nuestros tiempos, prolifera una especie de neo-pelagianismo para el cual el

1 FRANCISCO. Catequesis sobre la relación entre redención y misericordia. 10 de septiembre de 2016.

2
individuo, radicalmente autónomo, pretende salvarse a sí mismo, sin reconocer que depende, en
lo más profundo de su ser, de Dios y de los demás. La salvación es entonces confiada a las
fuerzas del individuo, o a las estructuras puramente humanas, incapaces de acoger la novedad
de Espíritu de Dios2. (CEM Proyecto Global de Pastoral 2031-2033 PGP no.95)

Recordemos que, en el plan salvífico de Dios están asociados Cristo crucificado y la


Virgen María. Como Cristo es el "hombre de dolores" como lo anuncia el profeta Isaías (Is
53,3), por medio del cual se ha complacido Dios en "reconciliar consigo todos los seres: los del
cielo y los de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz" (Col 1,20), así María es la
"madre, junto a la cruz del dolor", que Dios ha querido asociar a su Hijo, como madre y
partícipe de su Pasión.

Hoy, más que nunca es el tiempo oportuno para crecer en nuestro amor filial a Santa
María de Guadalupe, que al pie de la Cruz nos entregó a su Hijo, y se entregó Ella misma con
Él, por nuestra salvación. En su Santuario del Tepeyac, María Santísima esta “junto a la gran
cruz glorificada”, que desciende en el centro de la Basílica. Pidamos a Santa María de
Guadalupe al inicio de esta Semana Santa que, nos acompañe y caminemos, en su compañía,
por la senda que nos conduce a Jesús. Desde el Tepeyac, los saludo y animo a iniciar nuestra
SEMANA SANTA 2023.

DOMINGO DE RAMOS

Comienza la Semana Santa y recordamos la entrada triunfal de Cristo en Jerusalén.


Escribe San Lucas: “Al acercarse a Betfagé y a Betania, junto al monte llamado de los Olivos, envió a
dos de sus discípulos diciéndoles: Vayan al caserío que está frente a ustedes. Al entrar, encontrarán atado
un burrito que nadie ha montado todavía. Desátenlo y tráiganlo aquí. Si alguien les pregunta por qué lo
desatan, díganle: el Señor lo necesita. Fueron y encontraron todo como el Señor les había dicho”.

2Cf. FRANCISCO. Discurso en el encuentro con los participantes en el V Congreso de la Iglesia Italiana, Florencia, Italia, 10 de noviembre
de 2015
3
Jesucristo, Nuestro Señor, que es Dios elige un burrito para ingresar en Jerusalén.
Cuantas veces nosotros, que no somos nada, elegimos lo mejor, lo más vistoso, lo más costoso,
nos mostramos a menudo vanidosos y soberbios, buscamos sobresalir, llamar la atención,
tratamos de que los demás nos admiren y alaben.

Hemos de sacar consecuencias de esta acción de Jesús, pensemos un momento: cada uno
de nosotros puede ser quien lleve a Cristo Jesús, y muchos ya pensarían, ¿yo…. un burro? Pero
ve más adentro, Cristo Jesús se fijó en él, para presentarse como rey ante el pueblo que lo
aclamaba. Porque Jesús no sabe qué hacer con la astucia humana calculadora, con la crueldad
de corazones fríos, con la hermosura vistosa pero hueca. Jesús Nuestro Señor en cambio, estima
la alegría de un corazón sencillo, con los ojos limpios, el oído atento a sus palabras de cariño.

Comentando esta escena evangélica, San Juan Pablo II recuerda que Jesús no entendió
su existencia terrena como búsqueda del poder, como afán de éxito y de hacer carrera, o como
voluntad de dominio sobre los demás. Al contrario, renunció a los privilegios de su igualdad
con Dios, asumió la condición de siervo, haciéndose semejante a los hombres, y obedeció al
proyecto del Padre hasta la muerte en la Cruz (S.S. Juan Pablo II, Homilía, 8-IV-2001).
Si en estos días notamos el aleteo divino de la gracia de Dios, que pasa cerca, démosle
cabida en nuestras almas. Extendamos en el suelo, más que palmas o ramos de olivo,
coloquemos nuestros corazones. Seamos humildes. Seamos mortificados. Seamos
comprensivos con los demás. Éste es el homenaje que Jesús espera de nosotros. Caminemos de
la mano de Nuestra Madre Santísima María de Guadalupe, que Ella nos obtenga la gracia de
que estos días dejen una huella profunda en nuestras almas, que sean ocasión de profundizar
en el Amor de Dios, para poder así mostrarlo a los demás.

PREPARATIVOS EN CASA PARA COLOCAR LA PALMA BENDITA

Si se puedes ir a la Iglesia o parroquia para la bendición de las palmas, posteriormente sería muy
importante colocarla en la puerta de entrada y adórnala con moños o flores, una por cada miembro de la
familia. Si tienes una cruz o crucifijo en tu casa, allí también se puede colocar la palma bendita.
Compartir con tus vecinos esta iniciativa para que ellos también en su casa adorno su puerta de entrada.

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Reunida la familia y quizás invitado a algunos vecinos junto a la puerta de entrada, el que dirige
saluda de la siguiente manera:

En el nombre de Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. R. Amen.


Queridos amigos, amigas, bendigamos a Dios Padre que nos permite reunirnos en su nombre para
aclamar y reconocer públicamente a su Hijo como nuestro Señor y Rey. R. Bendito seas por siempre,
Señor.

Del Evangelio según san Mateo.

Cuando se aproximaban ya a Jerusalén, al llegar a Betfagé, junto al monte de los Olivos, envió Jesús a
dos de sus discípulos, diciéndoles: "Vayan al pueblo que ven allí enfrente; al entrar, encontrarán
amarrada una burra y un burrito con ella; desátenlos y tráiganmelos. Si alguien les pregunta algo,
díganle que el Señor los necesita y enseguida los devolverá".
Esto sucedió para que se cumplieran las palabras del profeta: Díganle a la hija de Sión: He aquí
que tu rey viene a ti, apacible y montado en un burro, en un burrito, hijo de animal de yugo.
Fueron, pues, los discípulos e hicieron lo que Jesús les había encargado y trajeron consigo la
burra y el burrito. Luego pusieron sobre ellos sus mantos y Jesús se sentó encima. La gente, muy
numerosa, extendía sus mantos por el camino; algunos cortaban ramas de los árboles y las tendían a su
paso. Los que iban delante de él y los que lo seguían gritaban: ¡Hosanna! ¡Viva el Hijo de David!
¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en el cielo!" Al entrar Jesús en Jerusalén, toda la
ciudad se conmovió. Unos decían: "¿Quién es éste?" Y la gente respondía: "Éste es el profeta Jesús, de
Nazaret de Galilea". Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

MEDITACION

La liturgia del domingo de Ramos es casi un solemne pórtico de ingreso en la Semana santa.
Asocia dos momentos opuestos entre sí: la acogida de Jesús en Jerusalén y el drama de la Pasión; el
"Hosanna" festivo y el grito repetido muchas veces: "¡Crucifícalo!"; la entrada triunfal y la aparente
derrota de la muerte en la cruz. Así, anticipa la "hora" en la que el Mesías deberá sufrir mucho, lo
matarán y resucitará al tercer día (cf. Mt 16, 21), y nos prepara para vivir con plenitud el misterio
pascual.

Al acoger a Jesús, se alegra la ciudad, como debemos en nuestra ciudad, en nuestro barrio, en
nuestra unidad habitacional o condominio, también cada uno de nosotros acoger a Cristo que llega a
nuestras familias que guarda seguridad dentro de sus paredes y muros. Deben resonar las consoladoras
las palabras del profeta Zacarías: "Alégrate, hija de Sión; canta, hija de Jerusalén; mira a tu rey que
viene a ti justo y victorioso, modesto y cabalgando en un asno. (...) Romperá los arcos guerreros, dictará
la paz a las naciones" (Zc 9, 910). Hoy estamos de fiesta, porque entra en Jerusalén Jesús, el Rey de la
paz.

Hoy acogemos con fe y con júbilo a Cristo, que es nuestro "rey": rey de paz de verdad, de
libertad, de justicia y de amor. Estos son los cuatro "pilares" sobre los que es posible construir el
edificio para nuestra familia en estos días tan difíciles. La paz es don de Cristo, que nos lo obtuvo con
el sacrificio de la cruz. Para conseguirla es necesario subir con el divino Maestro hasta el Calvario.

5
PETICIONES:

Como Cristo se dirigió al Padre en el momento de su máximo sufrimiento, oremos también nosotros
con toda confianza ante Dios, nuestro Padre. Pidamos especialmente para comprometernos con las
personas que más comparten hoy, el sufrimiento de Jesús.

❖ Familia, Dios se nos ha manifestado, principalmente en el amor de Jesús, en su


sufrimiento, en su humillación hasta morir en la cruz. Pidamos, pues que nosotros no
busquemos la gloria y el poder, sino el servicio humilde, atento, comprometido con los más
necesitados, con los más pobres, oremos. R. Que tu gracia, nos ayude, Señor.

❖ Familia, Jesús en la cruz, clamó al Padre con el grito del hombre que se siente abandonado.
Pidamos por las mujeres y los hombres, los niños, jóvenes o ancianos de tantas partes de mundo
y nuestra Patria, que se sienten solos, perdidos, abandonados, en estos momentos de
incertidumbre. R.

❖ Familia, en este Domingo de Ramos, en este día en que nuestro niños vivan con alegría estos
días se Semana Santa, tiempo de vacaciones y tiempo de convivir en familia, oremos. R.

❖ Oremos, también por nosotros, para que celebremos de tal modo estos días santos en casa y con
unidad y caridad profesemos en nuestro camino de seguimiento de Jesucristo, oremos. R.

Por Jesús hemos sido hechos hijos del Padre, por eso nos alegramos de decir:

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;


venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. AMEN.

Oración final
Te pedimos, Señor aumentes la fe, en estos momentos tan difíciles que estamos pasando por las
guerras y violencia en el mundo, a los que tenemos en ti nuestra esperanza y nos permitas a quienes
agitamos estas palmas en honor de tu Cristo victorioso, podamos permanecer unidos a Él para que así
demos frutos de buenas obras. Por Jesucristo nuestro señor. R. Amén.

Se invoca la bendición de Dios y se santigua, diciendo:


El Señor nos bendiga, + Padre, hijo y Espíritu Santo, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida

6
MEDITACIONES DURANTE LOS DIAS SANTOS

LUNES SANTO

Ayer recordamos el ingreso triunfal de Cristo en Jerusalén. La muchedumbre de los discípulos y


otras personas le aclamaron como Mesías y Rey de Israel. Al final de la jornada, cansado, volvió a
Betania, aldea situada muy cerca de la capital, donde solía alojarse en sus visitas a Jerusalén. Allí, una
familia amiga siempre tenía dispuesto un sitio para Él y los suyos. Lázaro, a quien Jesús resucitó de entre
los muertos, es el cabeza de familia; con él viven Marta y María, hermanas suyas, que esperan llenas de
ilusión la llegada del Maestro, contentas de poder ofrecerle sus servicios.

En los últimos días de su vida en la tierra, Jesús pasa largas horas en Jerusalén, dedicado a una
predicación intensísima. Por la noche, recupera las fuerzas en casa de sus amigos. Y en Betania tiene
lugar un episodio que recoge el Evangelio de la Misa de hoy. Seis días antes de la Pascua -relata San
Juan-, fue Jesús a Betania. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía y Lázaro era uno de los que estaban
con Él a la mesa. María tomó entonces una libra de perfume de nardo auténtico, muy costoso, ungió a
Jesús los pies con él y se los enjugó con su cabellera, y la casa se llenó de la fragancia del perfume.
Inmediatamente salta a la vista la generosidad de esta mujer. Desea manifestar su agradecimiento al
Maestro, por haber devuelto la vida a su hermano y por tantos otros bienes recibidos.

Adentrémonos este Lunes Santo en esta vivencia que nos presenta el Evangelio, vivamos junto a
Jesús que como amigo visita nuestra familia, como nos decía el Papa San Juan Pablo II: “ …es preciso
ayudar a los creyentes y a los hombres de nuestro tiempo a dilatar su corazón a una vida sin confines”
(Juan Pablo II Aud. gen. 10.12.1997). Es importante comer con la familia y de vez en cuando con los
amigos, esto lo enseñó Jesús: un corazón dilatado a una vida sin confines, que en la aparente trivialidad
de un comer juntos, veamos el banquete de las bodas de Dios con la humanidad, un momento que se
integra en lo eterno porque participa de la eternidad del Verbo Encarnado, Jesucristo el Hijo de Dios, en

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quien, de quien y por quien vivimos y así las grandes celebraciones del Misterio Pascual serán el centro
y cúlmen al que se oriente todo nuestro vivir. Que esta Semana Santa, sea el centro y el cúlmen de todo
nuestro año, tiempo eternizado gracias al Verbo y nosotros acompañando.

MARTES SANTO

El Evangelio de hoy, termina con el anuncio de que los Apóstoles dejarían solo a Cristo durante
la Pasión. A Simón Pedro que, lleno de presunción, afirmaba: yo daré mi vida por ti, el Señor respondió:
¿conque tú darás mi vida por mí? Yo te aseguro que no cantará el gallo, antes de que me hayas negado
tres veces. A los pocos días se cumplió la predicción. Sin embargo, pocas horas antes, el Maestro les
había dado una lección clara, como preparándolos para los momentos de oscuridad que se avecinaban.

Hemos de interrogarnos: ¿cómo es nuestra fe? ¿hemos abandonado también a Jesús? ¿Confiamos
plenamente en su palabra? ¿Pedimos en la oración permanecer siempre unidos a Él? ¿Cuantas veces
hemos cerrado los ojos a la infinita sabiduría que es infinito amor, tratando de figurarse que bien pudiera
ser que la Voluntad de Dios?

Podemos traicionar con la excusa de que no me parece que «eso» pueda ser la Voluntad de Dios
para mí, aquí y ahora. Yo a lo mío. Con mil extrañas sutilezas, razonadas sinrazones, podemos traicionar
al Amor, al mandato de amarnos los unos a los otros.

Aprovecharás esta Santa Semana para desagraviar con oración y silencio, para dejar nuestras
traiciones por un lado y abrazar el verdadero amor de Dios y el amor al prójimo, para culminar en la
celebración solemne del gran Misterio Pascual: la Redención, la participación en la Muerte y en la
Resurrección del Señor, vivir con Él estos días santos.

La Redención es un momento fundamental de un proyecto más amplio, el proyecto de


salvación de Dios: el Padre, que por el Espíritu se abre en su Hijo eterno a nosotros por un
amor infinito con el fin de dar plenitud, consumar y recapitular todo en Él…… Jesús murió como
vivió: dándose como pan partido y compartido. Y a eso nos invita, y así nos redime: no de manera
mágica, no desde arriba y desde fuera, sino involucrándonos en su seguimiento como hijos del
Padre y hermanos entre nosotros. La Redención nos renueva, nos reconcilia, reorienta nuestras
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opciones más importantes, reconstruye nuestras relaciones rotas, en la fuerza del Espíritu, para
reconocernos en el Reino. La cruz no es en sí misma redentora, la cruz era y sigue siendo hasta
hoy, signo e instrumento de tortura y de muerte. (CEM Proyecto Global de Pastoral 2031-2033 PGP
no.105 y 125)

MIÉRCOLES SANTO

El Miércoles Santo recordamos la triste historia de uno que fue Apóstol de Cristo: Judas. Así lo
cuenta San Mateo en su evangelio: Uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a ver a los sumos
sacerdotes y les dijo: “¿Cuánto me dan si les entrego a Jesús?”. Ellos quedaron en darle treinta
monedas de plata. Y desde ese momento, andaba buscando una oportunidad para entregárselo. ¿Por
qué recuerda la Iglesia este acontecimiento? Para que nos hagamos cargo de que todos podemos
comportarnos como Judas. Para que pidamos al Señor que, de nuestra parte, no haya traiciones, ni
alejamientos, ni abandonos. No solamente por las consecuencias negativas que esto podría traer a
nuestras vidas personales, que ya sería mucho; sino porque podríamos arrastrar a otros, que necesitan la
ayuda de nuestro buen ejemplo, de nuestro aliento, de nuestra amistad.

En algunas imágenes de Cristo crucificado se muestra una llaga profunda en la mejilla izquierda
del Señor. Y cuentan que esa llaga representa el beso de Judas. Tan grande es el dolor que nuestros
pecados causan a Jesús. Seamos sinceros con nosotros mismos, no queremos vender a Jesús, como Judas,
por treinta monedas que son nuestra soberbia, envidia, impureza, odio y resentimiento.

Acerquémonos al Sacramento de la Penitencia, allí nos espera el Señor, como el padre de la


parábola del hijo pródigo, para darnos un abrazo y ofrecernos su amistad. Continuamente sale a nuestro
encuentro, aunque hayamos caído bajo, muy bajo. Recuerda siempre es tiempo de volver a Dios. No
reaccionemos con desánimo, ni con pesimismo. No pensemos: ¿Qué voy a hacer yo, si caigo una vez y
otra por mi debilidad? No olvides: mayor es el poder de Dios, para levantarnos de nuestras caídas.

Pidamos a Santa María de Guadalupe, que no permita que nos desanimemos ante nuestras
equivocaciones y pecados, quizá repetidos. Que nos alcance de su Hijo la gracia de la conversión, el
deseo eficaz de acudir humildes y contritos a la Confesión, sacramento de la misericordia divina,
comenzando y recomenzando siempre que sea preciso.
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