El Propósito de La Disciplina
El Propósito de La Disciplina
El Propósito de La Disciplina
"El que tiene en poco la disciplina menosprecia su alma; mas el que escucha la corrección
tiene entendimiento".
Proverbios 15 : 32
Cuando el fuego abrasa la madera, la destruye; cuando abrasa el oro, lo purifica. El fuego es
símbolo de la disciplina divina, de las pruebas y adversidades que aparecen en la vida.
Necesitamos entender que la disciplina divina no es como el castigo humano. Nada que trae
dolor. Las lágrimas y la tristeza no nacen en la mente divina. Dios solo es el autor de las cosas
buenas. Si yo rechazo la disciplina, me coloco en un camino peligroso. "Menosprecia su
alma", advierte Salomón.
Nada sucede en este mundo sin el permiso divino y si Él permite que la adversidad toque a la
puerta de tu corazón, es porque desea que escribamos capítulos más brillantes de nuestra
propia historia. Teológicamente, la adversidad llega a la vida del hijo de Dios, porque el Señor
quiere despertarlo ante el peligro que se aproxima.
El verbo hebreo mas que Salomón usa aquí, ha sido traducido como "el que tiene en poco", es
decir, el que "rechaza". Rechazar significa literalmente sentirse sublevado, incomodado, no
estar de acuerdo. ¿No es así como nos sentimos cada vez que las cosas no salen como
queremos? Y no obstante, esa aparente adversidad es el instrumento que Dios usa para
librarnos de tragedias mayores.
Si aceptamos la prosperidad y la alegría, dones preciosos de Dios para hacernos felices, ¿no
deberíamos también aceptar que el Señor nos despierte a la realidad, cuando nuestra
humanidad nos induce a dormirnos en el volante de las circunstancias favorables?
Ningún dolor es permanente. Ninguna adversidad dura para siempre. No para los hijos de
Dios. Porque el objetivo no es destruir, sino educar y edificar. El dolor que tú estás viviendo en
este momento es pasajero. Mañana será un nuevo día. El sol brillará de nuevo y tú habrás
crecido en tu manera de ver la vida. Escucha la reprensión con humildad.
Por eso hoy, aunque las cosas no sean todas "color de rosa", aunque en el cielo haya nubes
amenazadoras, vale la pena recordar el consejo divino: "El que tiene en poco la disciplina
menosprecia su alma; mas el que escucha la corrección tiene entendimiento".
"Porque grande es Jehová digno de suprema alabanza, temible sobre todos los dioses".
Salmo 96 : 4
Tu actitud ante Dios y la manera como tú adoras, será proporcional al tamaño de tu Dios.
El salmista contrasta en este salmo el Dios "grande y digno de suprema alabanza", con
los dioses creados por el ser humano.
Si tú te fabricaste tu propio dios, es lógico que en el momento de adorarlo tu preocupación
sea solo tú y tus sentimientos. Por más que tú llames dios al objeto que tus manos o tu
mente fabricaron, inconscientemente tú te sentirás superior a él. Ese tipo de dios está a tu
servicio, pero el centro de tu adoración eres tú, no él.
Sabes por qué el ser humano llega a esa conclusión? Por causa del deseo de libertinaje,
que confunde con libertad. "No quiero que un dios me esclavice". "Yo ya superé esa
etapa", dice, tratando de librarse de cualquier principio orientador que vaya contra su
instinto.
El camino de la felicidad es establecido por un Dios "digno de ser alabado" y más temible
que todos los otros dioses. Este temor no nace del miedo, y sí de la reverencia, del
reconocimiento de que no soy una partícula independiente, perdida en el universo. Tengo
un origen asegurado y un destino glorioso. Mi principio y mi fin se encuentran en el Dios
eterno que un día me creó por amor.
Por más que los desafíos que tú enfrentes hoy sean grandes. Por más que tú sientas que
no tienes fuerzas para resistir las pruebas de la vida, no te desanimes ni desmayes. No
desistas, "porque grande es Jehová, y digno de suprema alabanza; temible sobre todos
los dioses".
¿SABIOS O NECIOS?
"Porque el desvío de los ignorantes los matará, y la prosperidad de los necios los echará a
perder".
Proverbios 1 : 32
Un niño, de más o menos tres años de edad, gritaba desesperado dentro del avión mientras el
padre trataba de calmado.
"No quiero morir. Este avión se va a caer, y yo no quiero morir". Después, el padre les explicó
a los otros pasajeros que contemplaban la escena sin entender lo que pasaba, que el hijo
había visto una película en la que el avión caía. Había quedado tan impresionado que
confundió la ficción con la realidad.
La verdad es que nadie en su sana conciencia quiere morir. El ser humano fue creado con
vocación de vida. La muerte es una experiencia extraña al plan original de Dios.
Sin embargo, en el texto de hoy, Salomón presenta a la muerte como el destino inevitable de
mucha gente. No se refiere solamente a la muerte física, sino a la espiritual y a sus
consecuencias eternas. En la segunda parte del texto, Salomón define la muerte como
perdición.
¿Quiénes son esas personas que se dirigen a un destino tan triste? El autor de los proverbios
los llama "necios" e "ignorantes". Ser necio es lo contrario de ser sabio. Mientras los sabios
caminan hacia la vida, los necios se dirigen a la muerte.
Lo peor de todo es que ellos no lo saben. No tienen conciencia del peligro en que viven. El
texto afirma que tienen la impresión de estar bien. Pero que, finalmente, serán muertos por su
"desvío".
En algún momento se desviaron del camino que conduce a la vida. Hoy andan tranquilos,
teniendo la impresión de que todo está bien, pero la Biblia declara que no basta "pensar".
¿Ves la locura de confiar en los propios sentimientos?
En el siguiente versículo, Salomón presenta una manera de vivir más sensata. El que "oyere,
habitará confiadamente y vivirá tranquilo, sin temor del mal".* ¿El que oyere qué? Los
consejos divinos, que solo pueden encontrarse en la Palabra de Dios.
Antes de partir para tus actividades diarias, pregúntate: ¿A dónde estoy yendo? El camino que
estás siguiendo, ¿es el camino que tú crees que es el correcto, o es el camino que Dios
estableció para ti? Esto es vital, "porque el desvío de los ignorantes los matará, y la
prosperidad de los necios los echará a perder".
YO SOY TU DIOS.
"Oye, pueblo mío, y hablaré; escucha, Israel, y testificaré contra ti: Yo soy Dios, el Dios tuyo".
Salmos 50 : 7
Hay muchas voces. Todas pretenden tener la verdad. No es políticamente correcto creer que
hay una sola verdad. El relativismo dio origen al pluralismo. Todos quieren ser oídos. Desde el
punto de vista bíblico, las personas necesitan ser escuchadas y respetadas.
Dios le dio a cada uno el derecho de escoger su camino, ateniéndose a las consecuencias de
su elección. Ni el mismo Creador obliga a la criatura a aceptar algo que ella no quiere.
Al pueblo de Israel, Dios le dijo: “Os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la
maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia”.
En el salmo de hoy Dios pide que lo escuchemos. El ser humano parece dispuesto a escuchar
cualquier voz, menos la de Dios. Crea sus propias teorías, establece sus criterios, define sus
valores, determina qué es moral o inmoral. Se zambulle en sus filosofías existencialistas, en
su razonamiento humanista y, haciendo uso de la libertad que Dios le dio, niega, inclusive, a
su Creador.
Pero Dios dice: “Oye, pueblo mío, y hablaré; escucha, Israel”. ¿Por qué desea Dios ser oído?
¿Por qué llama la atención de la gente? “Yo soy Dios, el Dios tuyo”, dice Él. ¿Necesita, acaso,
la obediencia de sus hijos para continuar siendo Dios? ¿Se alimenta de la actitud servil de sus
criaturas? ¡Claro que no! Llama la atención de los hijos porque desea verlos felices. Conoce el
fin desde el principio; sabe, mejor que nadie, qué es lo que está bien y qué es lo que está mal;
conoce el camino que conduce a la vida o a la muerte. Él es Dios.
El ser humano crea una infinidad de pequeños dioses: ideas, filosofías, objetos. Prefiere oir a
esos dioses fabricados. Al hacerlo, sigue sus propias inclinaciones. Pero Dios nos recuerda:
“Yo soy Dios, el Dios tuyo”. Tú puedes decir: “Sí, Señor, te acepto” o puedes también seguir
andando en tus caminos y escogiendo tus propias veredas.
¿De qué tamaño es tu dios? Eso va a determinar tu actitud ante los problemas de la vida. Un
dios pequeño puede funcionar cuando todo va bien, pero cuando la tormenta llegue, ¿qué
“energía” será capaz de librarte de la angustia? Por eso, hoy, escucha al Señor diciendo:
“Oye, pueblo mío, y hablaré; escucha, Israel, y testificaré contra ti: Yo soy Dios, el Dios tuyo”.
¡LÍBRATE!
"Escápate como gacela de la mano del cazador, y como ave de la mano del que arma lazos".
Proverbios 6 : 5
Si la presa supiera que el cazador quiere atraparla, nunca sería cazada. Si el pajarito intuyese
que aquel muchacho quiere enjaularlo, huiría lejos. Pero el arma del cazador es la astucia.
Con sutileza se aproxima. Llega cerca astutamente, y cuando la víctima se da cuenta del
peligro, ya es tarde. La libertad acabó, muchas veces, hasta la vida.
¡Escápate! ¡Líbrate! Hay muchos cazadores de pajaritos espiando tu vida. Son los pequeños
hábitos que se transforman en vicios, pensamientos negativos que se transforman en
acciones, sentimientos enfermizos que se traducen en actos y que acaban destruyendo los
valores, los ideales, y los sueños. Si tú pudieses identificarlos a primera vista, ciertamente
huirías. Pero se acercan inadvertidamente. Tú no los ves como una amenaza. Llegan, ocupan
un lugar en tu mente, se acomodan en tu corazón, se pegan a tu cuerpo y van chupando
lentamente lo más precioso que hay en ti. Cuando tú te das cuenta, ya es tarde y todo está
destruido. Perdiste la libertad. Ya no eres dueño de tu propia vida. Eres un esclavo de los
sentimientos, las circunstancias y las situaciones irreversibles.
¿Cómo llega una persona a ser esclava de los vicios? ¿Cómo llega una pareja al divorcio?
¿Cómo se endeuda una persona? La respuesta es: Lentamente, paso a paso, día tras día.
Ninguna empresa quiebra de la noche a la mañana, ningún matrimonio se destruye en el lapso
de una semana, ningún cáncer aparece en pocos días. Tú no ves los tumores, pero percibes
los síntomas. Son detalles diarios que se van acumulando. Palabras, gestos aparentemente
inocentes, que tú ignoras, a propósito o no.
Hoy tienes la oportunidad de revisar tus intenciones, palabras, pensamientos y sentimientos.
Hoy todavía hay tiempo de pedir perdón, tiempo para reconocer que erraste, para decir "te
amo". Hoy, todavía no perdiste la libertad. Puedes decidir para el bien o para el mal. ¿Por qué
no escoger el camino del bien, de la humildad, de la renuncia, del amor? Mañana puede ser
demasiado tarde. Por eso, no salgas a los desafíos de la vida, sin recordar el consejo divino:
"Escápate como gacela de la mano del cazador, y como ave de la mano del que arma lazos".
ENEMIGOS GRATUITOS.
"No me entregues a la voluntad de mis enemigos; porque se han levantado contra mí testigos
falsos, y los que respiran crueldad".
Salmo 27 : 12
Que hay enemigos ocultos a lo largo de la vida, no es una paranoia. Es una realidad. Quizá en
este exacto momento, tú estás siendo víctima de las artimañas de tus enemigos. Nunca
subestimes al enemigo, por insignificante que parezca. Creer que un enemigo pequeño no
puede alcanzarte, es tan necio como creer que una chispa no puede causar un incendio.
La oración de David no es: "Que no me los encuentre en mi camino". Orar de esa manera,
sería igual que pedirle a Dios que "no haya sol o lluvia". El sol y la lluvia son realidades de la
vida y Dios "...hace salir su sol sobre malos y buenos, y hace llover sobre justos e injustos".
Mientras vivamos en este mundo, aún andando en los caminos de Dios, o quizá por causa de
eso, tú encontrarás enemigos gratuitos, tratando de destruirte.
La palabra enemigo, en hebreo tsar, aparece 106 veces en el Antiguo Testamento y se refiere
a los que "sienten hostilidad contra ti". El mismo David afirma: "Mis enemigos están vivos y
fuertes, y se han aumentado los que me aborrecen sin causa".
En el salmo de hoy, David acepta la realidad de sus enemigos, pero le suplica a Dios que no
lo deje caer en manos de ellos. La promesa divina no es que tú no tendrás enemigos, sino que
ellos no prevalecerán.
¿Cómo actúan los enemigos? Usan la más venenosa de las flechas: La palabra. Tuercen la
verdad, difaman, acusan, inventan falsos testimonios. El mejor remedio es una conciencia
limpia, ante Dios y ante los hombres. Teme a tu enemigo solo cuado él comienza a tener
razón. Entonces, para, reflexiona y, si es necesario, pide perdón y corrige el rumbo de tus
actitudes. De esta forma es como los hijos de Dios lidian con las intrigas.
El salmista tenía la conciencia limpia, por eso dice para sí mismo: "Aguarda a Jehová;
esfuérzate, y aliéntese tu corazón; sí, espera en Jehová".
Parte hoy para la lucha de la vida con la confianza depositada en el Dios que nunca falla.
Marcha con la cabeza levantada, mirando a los ojos de las personas. No tengas miedo. No
huyas. No retrocedas. Tú tienes un objetivo. Ve y corre detrás de él. Pero ora como David: "No
me entregues a la voluntad de mis enemigos; porque se han levantado contra mí testigos
falsos, y los que respiran crueldad".
Absalón, el hijo rebelde de David, avanzaba con sus ejércitos en dirección a Jerusalén. El rey
amaba la ciudad y sabía que si se quedaba allí para enfrentar al enemigo, la ciudad de
Jerusalén sería destruida. De modo que, guiado por el buen sentido, inició la retirada.
"David subió la cuesta de los Olivos; y la subió llorando, llevando la cabeza cubierta y los pies
descalzos. También todo el pueblo que tenía consigo cubrió cada uno su cabeza, e iban
llorando mientras subían. Y dieron aviso a David, diciendo: Ahitofel está entre los que
conspiraron con Absalón".
Ahitofel había sido hasta entonces miembro prominente del consejo real de David. El rey
confiaba en él y su tristeza aumentó al sentirse traicionado por un amigo.
Toda traición es dolorosa, y cuando el traidor es alguien en quien tú confías parece que el
suelo tiembla bajo tus pies. No hay peores enemigos que aquellos que se fingen amigos.
Porque ellos te conocen y saben cuáles son tus puntos frágiles.
Observa la tristeza del rey: "Sino tú, hombre, al parecer íntimo mío, mi guía y mi familiar; que
juntos comunicábamos dulcemente los secretos, y andábamos en amistad en la casa de
Dios".
Es asombroso saber que Ahitofel congregaba con David en la misma iglesia. También existen
traidores en la iglesia, entre los que dicen ser cristianos. Asusta, pero es real. Hay personas
que nunca permiten que el evangelio trabaje en su corazón, que viven un cristianismo teórico,
de fachada, pero el corazón nunca fue convertido.
El fin de Ahitofel fue triste. Acabó traicionándose a sí mismo. Se suicidó. La amistad es algo
tan sagrado que el mismo Señor Jesucristo dice que es nuestro Amigo. Pero el traidor, por
conveniencia, por envidia, o simplemente por maldad, pisa la tierra sagrada de la amistad para
corromperla con la traición.
Si tú fuiste herido por la actitud desleal de un "amigo", pídele a Dios que te quite la amargura
del corazón. Administra la traición con altruismo. Aprende a perdonar. Jesús aceptó que el
traidor Judas participara de la última cena con Él. No lo condenó. Dejó que la propia vida se
encargase de cobrarle el precio de la traición.
EL LOS DERRIBARÁ.
"Por cuanto no atendieron a los hechos de Jehová, ni a la obra de sus manos, Él los derribará,
y no los edificará".
Salmo 28 : 5
El Brasil tuvo un boxeador llamado Adilson Rodrigues da Silva, más conocido por el
sobrenombre de "Maguila". Era un hombre grande, fuerte y duro. Cuando en cierta ocasión se
ventilaba la posibilidad de luchar contra Mike Tyson, un periodista le preguntó: "¿Tienes miedo
de Tyson?" La respuesta del folklórico Maguila fue: "Yo no tengo miedo de nadie, yo solo
tengo miedo de los juicios de Dios".
La declaración de ese hombre sencillo con cara de malo, parecería haber sido inspirada en el
salmo de hoy. Esta no es una súplica, es apenas una declaración del salmista. Es una
profecía que describe cómo terminarán las personas que se endurecen contra Dios.
Lo dramático de la situación es que en este versículo David está hablando de su hijo Absalón
y de los que junto con él trataron de arrebatarle el reino. Por tanto, no se puede pensar que
esta sea una maldición de un rey airado contra sus enemigos. Tú recuerdas que en la última
batalla contra el hijo rebelde, David ordenó a sus generales: "Tratad benignamente por amor
de mí al joven Absalón".
David, en este caso, es una pálida figura del modo como Dios tratará a las criaturas rebeldes.
Al enterarse de la muerte de su hijo, colgado por la cabeza entre las ramas de un árbol y
atravesado por las flechas, David llora: "¡Hijo mío Absalón, hijo mío, hijo mío Absalón!"
El amor de Dios por los seres humanos es incuestionable. Los buenos y los malos son
amados por el Señor. Pero, es incuestionable también el hecho de que los rebeldes recibirán
de manera natural la consecuencia de las decisiones equivocadas que tomaron.
En el salmo de hoy, David no se refiere solamente a la palabra de Dios. Aquellos rebeldes no
se opusieron o ignoraron solo las enseñanzas divinas. Aquellas personas negaron también los
"hechos" del Señor, lo que las manos del Señor hicieron. Dios es muy misericordioso con la
criatura, va mucho más allá de la teoría. Muestra sus hechos. Todos los días, en cada
esquina, en detalles simples o en acontecimientos extraordinarios, sus obras están siendo
mostradas por amor al ser humano.
Pero la criatura parece no entender. Lo rechaza. Se endurece, "por cuanto no atendieron a los
hechos de Jehová, ni a la obra de sus manos, Él los derriba y no los edificará". Vale la pena
pensar en eso hoy.
CÓMO TRATAS A LOS ANIMALES?
"El justo cuida de la vida de su bestia; mas el corazón de los impíos es cruel".
Proverbios 12 : 10
¿Sabias tú que el carácter de una persona se puede medir por la manera como trata a los
animales? "El justo —afirma Salomón— cuida de la vida de su bestia". En verdad, el justo está
atento a la vida. Sabe que la vida es una expresión del amor de Dios. En el caso de los
animales, es una vida dependiente.
Cuando Dios creó al ser humano, le dijo: "Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y
sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias
que se mueven sobre la tierra".
El verbo dominar o "señorear", no significa solo subyugar con propósitos egoístas, sino cuidar
y proteger. La vida humana es una vida inteligente y los animales son seres irracionales.
La manera como tratamos a los animales expresa de cierto modo la manera como tratamos la
vida. Inclusive, como tratamos a los seres humanos que están bajo nuestra responsabilidad.
Las personas no merecen solamente compasión. Merecen también justicia. Sé justo. "El justo
cuida de la vida..."
En el lado opuesto de la justicia está la injusticia, que termina siendo crueldad. El perverso es
déspota, hasta cuando es compasivo. Mira de arriba a abajo. Como si por el hecho de precisar
de ayuda, las personas fuesen menos humanas que él.
Si pudiésemos llevar al laboratorio los sentimientos del perverso, veríamos que la crueldad no
pasa de ser un auto castigo inconsciente, por el desasosiego que su corazón siente. No es
feliz. No sabe explicar por qué, pero siente que le falta algo y se culpa, por eso se maltrata a sí
mismo realizando actos de crueldad para con los demás. Cree que eso aumentará el dolor
que él inconscientemente cree que merece.
Si pudiera mirar en la otra dirección, se daría cuenta que ser feliz es simple. Que no tiene
complicación alguna. Es apenas reconocerse criatura. Reconocer que existe un Dios. Seguir
sus consejos y enfrentar las luchas de la vida con la certeza de que no está solo.
Vive hoy una experiencia de amor y de justicia. Haz el bien a quien supuestamente necesita
de ti, porque "el justo cuida de la vida de su bestia; mas el corazón de los impíos es cruel".
NO SE DESVÍE TU CORAZÓN.
"No se aparte tu corazón a sus caminos; no yerres en sus veredas".
Proverbios 7 : 25
Los años que viví en la selva cumpliendo parte de mi ministerio, me enseñaron la importancia
de no desviarme del camino. Muchas veces escogí caminos equivocados queriendo acortar
distancias y siempre me salió mal. En la selva eso puede ser fatal.
La vida está llena de caminos. Seductores, mentirosos, falsos y engañadores. La insensatez
aparece presentada en el libro de Proverbios como una mujer bonita que pretende llevarte al
ansiado valle de la felicidad. El cebo que usa es el placer. No hay nada malo en el placer
porque está relacionado con los sentidos y éstos fueron establecidos por el Creador. La
felicidad incluye placer, pero el placer no siempre incluye la felicidad. La búsqueda del placer
por el placer, es locura. El fin es perdición y muerte. La realidad, en verdad, es que vivimos en
un mundo en que las personas confunden felicidad con placer.
El versículo de hoy contiene la advertencia divina sobre el peligro de desviarse. "No yerres en
sus veredas", es decir, no andes perdido en sus caminos, refiriéndose a los caminos
seductores de la necedad.
No sé si tú estuviste perdido alguna vez. Un sentimiento de soledad y miedo se apodera del
corazón. A medida que el tiempo pasa y el miedo aumenta, parece que tú quedas
anestesiado. Ya nada importa. Caminas sin cuidado, no mides las consecuencias, y te
acercas temerariamente al peligro.
Ésta es la figura que el sabio describe en el versículo de hoy. Cada vez que el ser humano se
desvía voluntariamente de los caminos de Dios, va cayendo imperceptiblemente en el terreno
del cinismo. La conciencia ya no le duele más. La persona queda insensible y avanza en la
senda de su autodestrucción.
Vive con sabiduría. Revive tus sueños, lucha por las personas que amas, por los valores y
principios que vienen del Señor, y camina victorioso en la conquista de tus ideales.
No salgas hoy para cumplir tu agenda sin tener la seguridad de que estás andando en los
caminos de Dios. Aprende a desconfiar de tus "instintos" y a ser más obediente a los consejos
divinos. "No se aparte tu corazón a sus caminos; no yerres en sus veredas".
LLÉVAME A LA ROCA.
"Desde el cabo de la tierra clamaré a tí, cuando mi corazón desmayare. Llévame a la roca que
es más alta que yo".
Salmo 61 : 2
Hay momentos en que todo ser humano se siente lejos de Dios. La vida espiritual puede estar
bien. No hay motivo aparente para sentirse derrotado, pero la sensación de un Dios distante,
perturba el alma. Eso es fruto de la naturaleza pecaminosa que el ser humano lleva consigo
aún después de la conversión. Ese tipo de sentimiento estará dentro de él hasta que llegue el
día en que, finalmente, pueda ver cara a cara a Jesús.
El salmo de hoy presenta una oración hecha de todo corazón. Las oraciones deben ser así. El
formalismo es una barrera infranqueable para acercarse a Dios. Tú debes decirle a Dios en tu
oración lo que estás sintiendo, y no solo lo que piensas que debes decirle.
Cuando tú oras de todo corazón, una de las primeras cosas que reconoces es cuán pequeño y
finito eres, y cuán grande y poderoso es el Señor. Eso crea en ti el sentido de dependencia y
no de insignificancia. Es un cristianismo enfermo el que lleva a la criatura a sentirse distante
de Dios.
David sentía que estaba en los confines del mundo, "en el cabo de la tierra". Pero la criatura
desea sentirse cerca del Creador, y por eso suplica "llévame a la roca que es más alta que
yo".
Las normas de la vida cristiana siempre estarán demasiado altas para el ser humano, sin
embargo, es justamente la obediencia a esas normas lo que garantiza la felicidad en esta
tierra. ¡Qué situación contradictoria! El salmista quiere llegar más cerca, pero siente que la
roca está demasiado alta.
¿Qué hizo Dios para venir al encuentro del hombre? "El Verbo se hizo carne, y habitó entre
nosotros". Refiriéndose al pueblo de Israel, Pablo afirma: "Y todos bebieron la misma bebida
espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo".
La palabra roca en el texto original es petra que quiere decir "roca", y no lithos que es una
simple piedra suelta. Jesús es la Roca eterna y no es demasiado alta, en el sentido de
inalcanzable. Él se hizo hombre y vino a este mundo para guiar tus pasos y ser tu refugio
constante.
Antes de salir para la lucha de la vida, di hoy en tu corazón; "Desde el cabo de la tierra
clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare. Llévame a la roca que es más alta que yo".
ANDAR EN INTEGRIDAD.
"El que camina en integridad anda confiado; mas el que pervierte sus caminos será
quebrantado". Proverbios 10 : 9
Vivimos en días de inseguridad. Hay violencia por todos lados. Tú sales de casa por la
mañana y no estás seguro de volver a la anoche. Las empresas privadas de seguridad han
crecido mucho en los últimos años. ¿Quién no desea protegerse?
En el versículo de hoy encontramos la receta divina para andar seguro. "El que camina en
integridad -afirma el escritor bíblico- anda confiado". Integridad en hebreo tiene el significado
de "estar completo". Si las flechas envenenadas estuviesen hiriendo a todo el mundo, tú
estarás seguro si tu cuerpo está protegido en el refugio. No puede quedar nada de ti afuera. Ni
la cabeza, ni los brazos, ni los pies. El refugio es tu seguridad.
Esta es la recomendación divina: Anda en los caminos del Señor con todo tu ser, de forma
completa, con tu mente, con tu cuerpo y con tu alma. No te dividas, no te desintegres. Eso
puede ser fatal.
Lo contrario de la integridad, en la opinión de Salomón, es la perversidad. El diccionario define
la perversión como corrupción o deterioro. Cuando una persona muere, su cuerpo entra en
descomposición. Es un proceso lento. Segundo a segundo. Minuto a minuto. Día tas día,
hasta que queda completamente podrido y con el tiempo, se transforma en polvo.
Ese es el futuro para el que no sigue con integridad los consejos divinos. El peligro que
corremos no es lo que los hombres nos puedan hacer. No son las amenazas de la noche o del
día, ni los flagelos o cataclismos de la naturaleza. El gran peligro es quedar con un pie dentro
del refugio y otro afuera.
Pretender servir a dos señores es cruel. Ningún ser dividido tiene paz. Vive, pero está muerto.
Desintegrándose. Deteriorándose en un proceso lento, doloroso e irreversible.
¿Hay esperanza para quien se auto infligió heridas psicológicas y emocionales, tratando de
vivir una vida doble? Cuando Jesús estuvo en esta tierra encontró personas destruidas, como
la samaritana, María Magdalena y Zaqueo, y los reconstruyó por dentro. Los hizo de nuevo.
Los curó.
Hoy Jesús continúa dispuesto a hacer maravillas. Todo lo que hay que hacer es ir a Él, y
decirle: ¡Aquí estoy, Señor! Toma mi vida en tus manos. Lo hago de todo corazón, porque "el
que camina en la integridad anda confiado; mas el que pervierte sus caminos será
quebrantado".
SED DE DIOS.
"Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela,
en tierra seca y árida donde no hay aguas".
Salmo 63 : 1
Este salmo lo escribió David mientras atravesaba el desierto de Judá, perseguido por su
propio hijo Absalón y traicionado por Ahitofel, uno de sus consejeros más cercanos.
El salmista estaba herido y triste, pero en medio de la tristeza hizo una declaración
extraordinaria de fe: "Dios, Dios mío eres tú". La expresión "Dios mío" denota la profunda
experiencia espiritual de alguien que en cierto momento soltó la mano poderosa de Dios y
conoció las profundidades del pecado, pero que se levantó e hizo de su comunión con el
Señor algo personal.
David no se contentaba con saber que Dios existía, quería que ese Dios fuese suyo. Spurgeon
decía: "¿Pueden los ángeles entonar una canción más dulce que ésta?" Creo que no. No
puede haber sentimiento más sublime que la paz que se apodera del corazón de quien hizo de
Dios "su Dios".
El versículo de hoy muestra cómo fue que el salmista llegó a tener esa experiencia. "Yo te
busco ansiosamente. En la lengua original dice "de madrugada te buscaré", tal como aparece
en muchas versiones de la Biblia. Si juntamos ambas expresiones, habremos encontrado el
secreto de David, "buscar a Dios de mañana, con ansiedad". No es fácil, porque el ser
humano prefiere la acción en lugar de la devoción.
Cuando tú sales corriendo, de mañana, para cumplir tus deberes diarios, sin haber pasado
tiempo con Dios, puede ser que las cosas salgan como lo habías planeado, pero tendrás en
un rincón del corazón, la sensación de que algo no está bien. Es la inconsciente nostalgia de
Dios, la instintiva necesidad del alma.
Mientras andaba por el desierto de Judá, el salmista contemplaba la tierra árida y sin vida. La
falta de agua transformaba aquel lugar en tierra de chacales, víboras y escorpiones, tierra de
muerte, ávida por una gota de agua. Aquel cuadro deprimente, impresionó el corazón de
David, y dijo: "mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde no hay
aguas".
Jesús es la fuente de agua que satisface la sed del corazón. El que bebe de esa agua, nunca
más se sentirá vacío del alma. Por eso, di hoy como David: "Dios, Dios mío eres tú; de
madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida
donde no hay aguas"
DIOS LO HARÁ.
"Encomienda a Jehová tu camino, y confía en Él y Él hará".
Salmo 37 : 5
El reloj digital del aeropuerto de Siberia indicaba 29 grados bajo cero. Hacía un frío de novela.
Sin embargo, lo que me hacía temblar no era la madrugada helada de aquella ciudad rusa,
sino la posibilidad de perder el vuelo. ¿Perdiste alguna vez un avión por cuestión de minutos?
Es muy desagradable, y todavía más, en mi caso. Estaba con un estado febril, y los síntomas
de la gripe evidenciaban un cuerpo cansado, después de una semana de intenso trabajo. Lo
que más quería en aquel momento era volver a casa, pero todo salía mal. La posibilidad de
perder el avión era cada vez más real. Eso me ponía nervioso y me hacía sentir más enfermo.
De repente, vino a mi mente el salmo de hoy: “Encomienda a Jehová tu camino, y confía en
Él; y Él hará”. Como bálsamo que trae alivio, las palabras del salmista trajeron a mi corazón
ansioso la paz que necesitaba. Me di cuenta que me estaba ahogando en un vaso de agua.
¿Aquello era problema? Permanecer, en la peor de las hipótesis, 24 horas más en una ciudad
que, aunque castigada por el clima, es el hogar de millones de seres humanos maravillosos,
¿era motivo para sentirme deprimido? Pero la vida es así. Perdemos la paciencia con
facilidad. Complicamos las cosas. Sobrestimamos las dificultades. Nos destruimos
innecesariamente.
Piensa en las luchas que tú tienes que enfrentar hoy. Pero no pienses tú solo. Trata de confiar
en Dios. Después, piensa con calma. No dejes que tus sentimientos negativos te ofusquen el
razonamiento. Luego, responde. Esa dificultad que estás enfrentando, ¿es motivo para
sentirse tan mal, al punto de lastimar a las personas que te rodean? ¿Por qué no levantas los
ojos y entregas tu camino al Señor?
El salmo dice: “El hará”. Eso no significa necesariamente que tú quedarás de brazos cruzados.
Dios lo hará poniendo paz en tu corazón y dándote la capacidad de ver el problema desde otro
ángulo. Entonces, tal vez percibas que el problema no es tan grande como parecía. ¿Y si
fuere? Bueno, Dios es Dios. Es soberano y eterno. Es Todopoderoso. No conoce imposibles.
Si fue capaz de abrir paso a través del Mar Rojo, ¿no podría también abrir el mar de
dificultades que está delante tuyo? Por tanto, “Encomienda a Jehová tu camino, y confía en Él;
y Él hará”.
¿MALDAD O DIVERSIÓN?
"El hacer maldad es como una diversión al insensato, mas la sabiduría recrea al hombre de
entendimiento".
Proverbios 10 : 23
Cuatro jóvenes de la clase media alta volvían de una fiesta cuando vieron a un hombre
durmiendo en el banco de una parada de ómnibus. Uno de ellos tuvo la idea y los otros
concordaron. Compraron tres litros de alcohol, lo rociaron y le prendieron fuego. El hombre se
transformó en una antorcha humana, mientras los jóvenes huían riéndose a carcajadas.
El cuadro que acabo de describir no es una historia para hacer una película de terror. Sucedió
en la capital de un gran país. Los abogados de los jóvenes presos, alegaron que sus clientes
no querían cometer un crimen, que “solo querían divertirse”.
Hace casi veintitrés siglos que Salomón describió a este tipo de personas. Lo único que le
faltó fue escribir el nombre de estos cuatro jóvenes. Hay gente que solo quiere “divertirse”,
pero va dejando un rastro de dolor, sangre y sufrimiento en personas inocentes.
Esa gente comienza con cosas consideradas inocentes, como colocar una cucaracha en el
bolso de una chica o tirar a un compañero vestido a la piscina. Actitudes “de chicos” que son
festejadas. Más tarde, serán paredes pintarrajeadas y monumentos públicos depredados,
después “picadas” de vehículos “tuneados por las calles de la ciudad y, finalmente, asesinatos
u otros delitos mayores. Todo en nombre de la diversión. A veces, los padres son los primeros
defensores de las “picardías” de sus hijos.
¿Qué tipo de persona eres tú? ¿Qué clase de hijos estás criando? ¿Qué clase de educación
les estás dando? ¿Justificas los errores de ellos? ¿Tratas de “explicar” sus deslices? La
paternidad es un don del cual un día el ser humano tendrá que rendir cuenta.
Cuando el fundamento es Cristo, los valores espirituales son parte de la educación. No
apenas los valores morales. Generalmente la persona es moral para los otros, pero es
espiritual para Dios, que todo lo ve. Es posible tener valores morales y no espirituales. Pero es
imposible ser espiritual y no tener valores morales.
Reflexiona hoy en tus actitudes. Como ser humano, como padre, como educador, no
comiences las actividades de este día sin recordar que “El hacer maldad es como una
diversión al insensato, mas la sabiduría recrea al hombre de entendimiento”.
LA VERDADERA RIQUEZA.
"Visitas la tierra, y la riegas; en gran manera la enriqueces; con el río de Dios, lleno de aguas,
preparas el grano de ellos, cuando así la dispones".
Salmo 65 : 9
La sensibilidad del poeta encuentra belleza donde las personas comunes ven simplemente
hechos. En el versículo de hoy el salmista ve a Dios como un jardinero amoroso y preocupado
con su jardín. “Visitas la tierra y la riegas...”, dice el poeta.
Si tú recuerdas que la mayor parte de las tierras bíblicas eran desiertas, entenderás todavía
más el cuidado maravilloso del Creador con su creación.
Dios no hizo los desiertos. Creó vida, vegetación, animales, un mundo dinámico que explotaba
en una fiesta de colores y música. Fue la entrada del pecado lo que trajo la muerte, los
desiertos y las sequías.
En el versículo de hoy, David retrata a Dios enriqueciendo la tierra copiosamente. Así es con
Dios. A Él le gusta la abundancia, “preparas el grano para ellos”, para que el pueblo tenga el
alimento en el momento que lo necesita.
Para cumplir sus propósitos, Dios usa la lluvia. El poeta habla del río de Dios, lleno de aguas.
Los ríos de las tierras bíblicas no son enormes, corno el Amazonas o el Nilo. El río Jordán es
como un arroyo. Pero es un arroyo constante. No cesa de irrigar la tierra y traer vida.
Una vida sin Cristo es como un desierto. El otro día conversé con una persona que me dijo:
“Mi vida es un desierto. No tengo trabajo, ni amigos, ni familia y ahora ni salud”.
Este hombre me hablaba del dolor que sentía al ver a los amigos de la juventud prósperos y
felices. “En qué me equivoqué? ¿Qué hice mal?”, preguntaba ansiosamente.
Cuando le hablé de Jesús, mostró indiferencia. Nunca le prestó atención a las cosas
espirituales. Para él “ser honesto y respetar a las personas” era la mejor religión, y eso era
suficiente, decía.
Pero la realidad estaba diciendo lo contrario. Su vida no estaba enriquecida, como dice el
salmo. Se sentía árido, seco, improductivo. Antes de iniciar tus actividades de hoy, di con
David: “Visitas la tierra y la riegas; en gran manera la enriqueces; con el río de Dios lleno de
aguas, preparas el grano para ellos, cuando así lo dispones”
¡SE DISCRETO!
"Como zarcillo de oro en hocico de un cerdo es la mujer hermosa y apartadas de razón".
Proverbios 11 : 22
El proverbio de hoy no se refiere exclusivamente a la mujer. El tema del texto es la falta de
discreción en el ser humano. La palabra original traducida por „apartada de razón‟ o que „no
tiene discreción‟, es tá‟am, que significa “sabor”. El hombre o la mujer sin discreción es como
la sopa sin sabor, nadie quiere la receta y si alguien la acepta es solo por necesidad. Nadie la
soporta.
La figura que Salomón usa es pintoresca. Cierra los ojos e imagina una cerda tratando de ser
bonita, con una joya de oro en el hocico. Continúa siendo una puerca. Su problema no es la
falta o la existencia de este o de aquel adorno. Su problema es ser cerda.
Cuando era pequeño le oía decir a mi padre: “quien nació para ser puerco, siempre será
puerco”. Ésta es una verdad natural. La ciencia no inventó ni descubrió ninguna manera de
hacer que el puerco deje de ser puerco. Pero en el reino de Dios hay algo que la ciencia no
puede explicar: los milagros.
La Biblia habla del milagro de la conversión como la realidad más contundente de las
realidades. Si hay algo que el puerco no puede tener es discreción, sentido común y buen
criterio, virtudes que hacen a una persona atractiva, pero la Biblia afirma que cualquier ser
humano que se acerca a Jesús y lo busca diariamente, recibe de Él sabiduría.
Conocí gente con una personalidad horrible. Nadie los aceptaba, no tenían amigos y, aunque
prósperos financieramente, se sentían vacíos y solitarios. Un día, esas personas se
encontraron con Jesús. Lo aceptaron como su Salvador y sucedió algo que nadie puede
explicar. Parecía una metamorfosis, un proceso de transformación increíble.
El apóstol San Juan fue uno de ellos. Cuando llegó a Jesús era conocido como “el hijo del
trueno”, como le decían a su padre, pero al convivir con el Maestro se transformó en el
discípulo del amor.
¿Te sientes feliz con tu manera de ser? ¿Crees que hay algo que debes cambiar? Acude a
Jesús, permanece con Él, búscalo todos los días y te sorprenderá con la transformación que
sucederá en tu vida. Sin Jesús, somos “como zarcillo de oro en hocico de un cerdo, [como] la
mujer hermosa y apartada de razón”.
EL RESULTADO DE LA SOBERBIA.
"Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra; mas con los humildes está la
sabiduría".
Proverbios 11 : 2
El primer balance de la empresa fue extraordinario. El sol parecía brillar en la vida de Julio
César. Había pedido dinero prestado. Varios amigos le extendieron la mano con el solo
propósito de ayudarlo. No creían que la empresa funcionara bien. Pero funcionó. En pocos
meses las puertas se abrieron y las oportunidades aparecieron. De repente, Julio César se dio
cuenta que ahora era rico, y entonces comenzaron sus verdaderos problemas.
Hirió a los amigos, peleó con las personas que le habían prestado el dinero, humilló, ofendió y
maltrató a gente inocente. Nadie lo conocía ya. Hubo un cambio completo en su manera de
ser. Orgulloso, prepotente y vanidoso, se creía el rey del mundo, y olvidó que un día había
sido la persona más pobre y humilde.
La situación financiera que atravesó Brasil durante los años de la gran inflación lo ayudó a
enriquecerse. De repente, sin embargo, el cuadro económico del país cambió y con dolor, tuvo
que aceptar que nunca había sido un gran empresario. Había sido apenas un jugador que
sabía apostar su capital.
Se empobreció. Tan rápido como creció, cayó. Se rebeló contra Dios, contra el Gobierno,
contra la sociedad y contra la familia. Huía de los acreedores y se escondía de los amigos.
Creía que se reirían de su situación.
La vida de pobreza y limitaciones no era ya para él. Se había acostumbrado a despilfarrar el
dinero. Por eso, no le resultó difícil comenzar a andar por las sendas de la deshonestidad.
Lamentablemente para él, fue preso y condenado.
¡Cuánta sabiduría hay en las personas que se mantienen humildes aunque la vida las
conduzca a las montañas más altas de la tierra! Cuán gran tontería es dejarse manejar por los
triunfos y victorias. Creerse un semi-dios, indestructible y eterno. Olvidar que el hombre es
apenas una criatura. Transitoria, pasajera y mortal.
Sal hoy de casa para cumplir tus actividades diarias, pero ve con humildad, recordando que
"cuando viene la soberbia, viene también la deshonra; mas con los humildes está la
sabiduría".
EL PRECIO DE LA LOCURA.
"Los sabios heredarán honra, mas los necios llevarán ignominia". Proverbios 3 : 35
El texto de hoy dice literalmente: "Los sabios brillarán". La palabra hebrea es ti'parah, que
significa recibir una corona brillante. La persona que recibe ti'parah, recibe una distinción
especial que lo destaca de las personas comunes. Dios le promete eso a los sabios.
Sabio, en el sentido bíblico, no es la persona que tiene mucho conocimiento, sino el que sabe
usar el conocimiento para administrar la vida. La Biblia está llena de consejos que abarcan
todas las áreas. La persona que escucha estos consejos, es una persona sabia, que se
destacará nítidamente entre la multitud.
Lo contrario de la sabiduría es la necedad. En el versículo de hoy, Salomón se refiere a la
locura. Solo una persona sin equilibrio, ni amor por la vida, rechaza los consejos divinos. Con
esa actitud, desdichadamente, "llevarán ignominia". El sinónimo de ignominia es "vergüenza".
El camino de la vergüenza es ilógico. Las personas desprecian los consejos de Dios creyendo
que son anticuados y obsoletos; y pensando que descubrieron un camino mejor, siguen sus
instintos e inclinaciones, racionalizan los conceptos divinos, humanizan los principios
establecidos por Dios. Todo eso, en nombre de la felicidad y de la libertad. No obstante, el fin
es ignominia y vergüenza.
¡Qué ironía! Querían brillar y son estrellas sin luz. Ansiaban aparecer y andan ocultos en el
polvo de sus propios errores. Ambicionaban deslumbrar y envejecieron apagados por la
vergüenza que su espíritu de independencia les trajo.
Otro contraste entre los locos y los sabios, es que éstos "heredarán" honra.
Mientras que aquellos "llevarán ignominia". Para heredar tú no necesitas hacer nada. La
herencia es el fruto del amor. Los sabios no esperan nada y, sin embargo, reciben todo. Los
locos luchan para conseguir todo y solo encuentran ignominia.
Aprende a ser sabio. Ese aprendizaje lleva tiempo. Es un proceso que lleva esfuerzo y,
muchas veces, es lento y doloroso, pero vale la pena.
No salgas hoy para enfrentar los desafíos de la vida sin la certeza de que Jesús está en el
control de tu vida. Porque "Los sabios heredarán honra, mas los necios llevarán ignominia".
SÁLVAME, OH DIOS!
"Sálvame, oh Dios, porque las aguas han entrado hasta el alma". Salmo 69 : 1
El salmo de hoy es el segundo más citado por los escritores del Nuevo Testamento. Juan,
Lucas, Mateo, Marcos y el apóstol San Pablo, usaron varias referencias de este maravilloso
poema.
El salmista está en dificultades. Eso no es novedad. Los problemas siempre lo acompañan,
incluso en la vejez. Estaban presentes, tratando de destruir su fe y su confianza en Dios.
Esta vez, el espíritu de David estaba terriblemente conturbado. Sus emociones estaban
afectadas. El estrés había logrado dominarlo.
"Las aguas han entrado hasta el alma". Clama en busca de ayuda, y el socorro divino
aparece. Este salmo va más allá del libramiento del salmista. Se refiere también al libramiento
de Sión en un tiempo de crisis. En realidad, los sufrimientos personales del salmista son una
especie de figura de los sufrimientos colectivos de la nación.
Parece que el dolor emocional de David era causado por una falsa acusación, levantada
contra él. En el versículo 4 expresa: "Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza
los que me aborrecen sin causa; se han hecho poderosos mis enemigos, los que me
destruyen sin tener por qué. ¿Y he de pagar lo que no robé?" ¿Quiénes eran esos enemigos?
Poco importa. Lo que interesa es saber que en la hora de la angustia el salmista sabía dónde
buscar el socorro.
Los problemas de la vida son como aguas turbias y amenazadoras. A veces son tan
torrenciales que la persona pierde hasta el deseo de seguir viviendo. El salmo anterior habla
de triunfo, de victoria y éste, tiene como tema central los peligros y las dificultades. ¡Cuán
cerca está la victoria de la derrota, la alegría de la tristeza y la vida de la muerte!
El hecho de que tú no tengas problemas hoy, no es garantía de que mañana continuarás
igual. Por eso, es necesario que cada minuto aprendamos a depender de Dios. De ese modo,
cuando las aguas turbulentas lleguen hasta el "alma", sabremos echar mano de los recursos
invisibles de la fe y de la confianza en Dios.
¿Cuán triste o cuán alegre te sientes hoy? No importa. En esta vida siempre habrá sol y lluvia,
primavera e invierno. Pero si tú tienes la seguridad de que tu vida está en las manos del
Señor, sabrás decir: "Sálvame, oh Dios, porque las aguas han entrado hasta el alma".
TE NECESITO SEÑOR
"Yo estoy afligido y menesteroso; apresúrate a mí, oh Dios. Ayuda mía y mi libertador eres tú;
oh Jehová, no te detengas.".
Salmo 70 : 5
¿Qué sería del universo si por un instante Dios dejara de sostenerlo?
¿Qué cataclismo universal ocurriría si el Señor se olvidara de su creación? Sin embargo,
cuando el dolor visita al ser humano, el primer pensamiento que sube a la mente es que Dios
lo abandonó y que no se acuerda de sus promesas.
El mismo salmista dice con vehemencia: “No te detengas”. No tenía la mínima idea de la
tragedia que acontecería si el Señor se detuviera.
Cuando el Señor estaba en esta tierra, dijo: “Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo”. Dios
nunca para, nunca se detiene, jamás ignora lo que le pasa a sus hijos.
Su trabajo es diario. Protege y libra. Sus ojos, siempre vigilantes, siguen los pasos de cada ser
humano, listo para socorrer.
El versículo de hoy muestra el secreto de disfrutar del cuidado de Dios.
Reconocer que tú eres “afligido y menesteroso”. Porque Dios no puede hacer mucho por el
que dice: “Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad”.
La suficiencia propia es una barrera infranqueable entre la criatura y el Creador. El humanismo
de nuestros días es atrevido e impide que las bendiciones de Dios nos alcancen.
El camino más corto para llegar al trono de la gracia divina, es reconocer: Yo soy un pecador.
Nada hay bueno en mi, vengo a ti sin nada y necesitado, haz por mí lo que yo no puedo hacer
con mis propias fuerzas”.
¿Cómo anda tu vida financiera, familiar, profesional o espiritual? ¿Luchaste por ti mismo
tratando de recuperar el control de la situación, pero parece que no funciona? “Yo estoy
afligido y menesteroso; apresúrate a mí, oh Dios, ayuda mía y mi libertador eres tú; oh Jehová,
no te detengas”.
SER REAL.
"No intentes mal contra tu prójimo que habita confiado junto a ti". Proverbio 3 : 29
De todos los defectos de carácter, la deslealtad es seguramente uno de los peores. El hombre
desleal actúa callado, en silencio, aparenta y finge que es amigo.
El otro día recibí una carta de cierta persona que estaba indignada. Su mejor amigo, a quien
había ayudado a ingresar en la empresa, lo traicionó cobardemente y le robo el cargo. “Podía
esperar eso de cualquier otro, menos de quien consideraba ser mi mejor amigo”, decía la
carta.
Conversé telefónicamente con una señora que invitó a su mejor amiga a vivir con ella por un
tiempo, debido a los momentos difíciles que la amiga pasaba y cuando abrió los ojos, la amiga
estaba teniendo un caso con su esposo. “¿Cómo puede haber gente tan fingidora, mentirosa e
hipócrita?”, decía ella.
En el texto de hoy, Salomón se dirige a ese tipo de personas. Gente que por envidia,
inseguridad, ambición o complejo, no sabe ser leal.
La traición perjudica más al traidor que al traicionado. Cualquier dolor que viene de afuera
pasa. Puede necesitar un poco de tiempo, pero pasa. La herida cierra y después quedan
solamente las cicatrices. Pero las heridas interiores son fatales. Destruyen la vida lentamente.
Un día me caí en la bañera, me golpeé la cabeza y perdí el sentido. Cuando desperté, revisé
mi cuerpo y aparentemente estaba bien. No sangraba, no había hematomas, nada que
llamara la atención. Pero media hora más tarde, me volví a desvanecer. Me llevaron al
hospital y después de algunos exámenes me internaron. Cuando el peligro pasó, el médico
me dijo: “Si hubiera tardado un poco más en llegar al hospital, estaría muerto”. Por fuera no
tenia nada, por dentro estaba sangrando.
El traidor sangra. Puede ser que no lo sepa, pero sangra por dentro. No es feliz. Ni disfruta de
la vida. Su deslealtad lo lastima más de lo que lastimó al amigo, y lo que consigue con su
traición, solo destruye la paz de su corazón.
En Jesús hay plenitud. En Jesús tú adquieres fuerza para luchar legítimamente por tus sueños
sin recurrir a actitudes cobardes como la traición. En Jesús la vida cobra dimensiones
altruistas.
Haz de este día un día de amistad leal con aquellos que te admiran y confían en ti. “No
intentes mal contra tu prójimo que habita confiado en ti”.
Bullón
EL ÁNGEL DEL SEÑOR.
"El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende".
Salmo 34 : 7
Era una noche oscura. Más oscura todavía en la cueva de Adulam donde David estaba
escondido temblando de miedo, perseguido por Saúl. El salmista huía al sur, y llegó a la tierra
de los filisteos, donde fue capturado. Llevado ante Aquis, rey de Gat, fingió estar loco. “Se
fingió loco entre ellos dice el relato, y escribía en las portadas de las puertas, y dejaba correr
la saliva por su barba".
Aquis tuvo compasión y lo mando soltar. David entonces anduvo errante por el desierto hasta
llegar a la cueva de Adulam, donde se escondió durante varios meses y donde escribió el
Salmo 34. En el presente el camino para librarse del miedo que invade la vida cuando llegan
dificultades aparentemente insolubles.
El salmista trata hoy de hacerte ver a ti, con los ojos de la fe, lo que tus ojos físicos no pueden
ver. Dice él: “El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende”. Tú
nunca estás solo cuando la tormenta llega.
Debían de ser las cuatro de la mañana cuando llegamos al rió aquella madrugada fría del mes
de septiembre. Estábamos viajando rumbo a Cruzero, el punto más alto del altiplano peruano.
Cruzero es una ciudad bucólica, enclavada en las montañas a cuatro mil metros sobre el nivel
del mar.
Uno de nuestros equipos había partido para allá la noche anterior para preparar los detalles de
nuestra llegada, pero al llegar al rió, aquella mañana encontramos la camioneta del equipo
atascada, siendo casi arrastrada por la correntada. Dos mujeres empujaban el vehículo,
descalzas, con los pies dentro del agua fría, con temperatura bajo cero. Todos los esfuerzos
parecían inútiles, cuando de repente vimos aparecer un jeep. El chofer sacó una cuerda de
acero, ató la camioneta, la arrastro al otro lado, guardó luego el cable y desapareció
misteriosamente. ¿Quien llamó a aquel hombre en los prados solitarios del altiplano? ¿De
dónde vino para ayudarnos?
Vi lágrimas en los ojos de mis compañeros. Vi la emoción escrita en sus rostros. Nadie decía
nada, pero todos sabíamos que era el cumplimiento de la promesa divina: “El ángel de Jehová
acampa alrededor de los que le temen, y los defiende”.
CAMBIO DE RUTA.
"El que ama la instrucción ama la sabiduría; mas el que aborrece la reprensión es ignorante".
Proverbios 12 : 1
Aquella tarde el mar parecía enloquecido. De un momento a otro, las olas se agitaron con
violencia y perdí el control de la situación. Fueron minutos que parecían horas. Los intentos de
mis colegas para ayudarme, eran inútiles. A cierta distancia vi la silueta de mi esposa que
esperaba a nuestro primer hijo. Aquella escena me conmovió profundamente. Imaginar que mi
hijo crecería sin un padre, produjo en mí una voluntad sobrehumana de seguir luchando contra
el enfurecido mar. Fue inútil, perdí la conciencia.
Cuando desperté, estaba en la playa. Un salvavidas me había llevado hasta la arena. Aquella
noche, acostado en el silencio de mi alcoba, reflexioné en todo lo que había sucedido. Joven
todavía, con apenas 23 años, estaba pensando en renunciar a un ministerio que apenas había
comenzado. Las cosas no marchaban de la manera que yo quería. En algún momento,
imperceptiblemente, estaba perdiendo la ruta del vuelo que Dios había trazado para mi.
Necesitaba una corrección. Corrección no es castigo, es crear circunstancias para cambiar el
rumbo.
Al conducir el avión, frecuentemente el piloto encuentra tormentas en el camino. Esas
tormentas pueden destruirlo o hacer que cambie de rumbo, para llegar salvo al destino. La
vida en esta tierra es un viaje rumbo al glorioso destino que Dios tiene preparado. Con
frecuencia, imperceptiblemente, olvidamos eso y salimos de la ruta. Dios permite entonces
que aparezcan nubes atemorizantes para forzarnos a corregir el plan de vuelo. No rechaces la
disciplina. Acéptala como un instrumento de redención.
Vale la pena repasar y evaluar la ruta todos los días. Es preciso. Es imprescindible. Es
necesario. Ninguna corrección que viene de Dios tiene propósitos destructivos. La corrección
divina es un instrumento de amor. El versículo de hoy dice: “El que aborrece la reprensión es
ignorante”.
Siéntete amado por Dios, aunque soplen vientos contrarios en tu vida. Acepta la reprensión
divina, medita y cambia el rumbo. Porque “el que ama la instrucción ama la sabiduría; pero el
que aborrece la represión es ignorante”.