El Buen Vivir: Un Paradigma para La Vida, El Equilibrio Entre Los Pueblos Y La Madre Tierra
El Buen Vivir: Un Paradigma para La Vida, El Equilibrio Entre Los Pueblos Y La Madre Tierra
El Buen Vivir: Un Paradigma para La Vida, El Equilibrio Entre Los Pueblos Y La Madre Tierra
VIVIR
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internacionales y sobre lo cual ha girado la discusión de las normas, los pueblos han
incorporado en el debate constitucional sus paradigmas, el pensamiento originario, que por
cierto es muy distinto al de la cultura europea, occidental. Así, hoy se debaten conceptos
nunca antes valorados en el diálogo político, me refiero al concepto de suma kawsay o küme
mogen, el Buen vivir, entre otros, como el pluralismo jurídico.
El küme mogen proviene de la filosofía de los pueblos, de cómo piensan su sociedad en
vínculo con la tierra, con el itrofill mogen, la biodiversidad. Según la filosofía mapuche del az
mapu, la tierra es la madre “mapu ñuke”, es dadora de la vida, agua, alimentos, protección;
todos los que habitamos en ella tenemos gen, “dueño”, newen, ‘fuerza’, incluyendo el ser
humano. Nadie es más, nadie es menos y estas fuerzas deben estar en equilibrio para que
pueda haber küme mogen. El küme mogen es un principio de interdependencia, el estar
bien individual depende del bienestar del colectivo y viceversa.
El Buen vivir además es un principio muy importante por su integralidad, articula como un
todo lo ecológico, como el cuidado de la tierra; lo económico, economías de reciprocidad y
de complementariedad entre la comunidad y la naturaleza; lo social, cultural y espiritual que
implica el respeto entre los seres humanos independientemente de su género, clase,
pertenencia cultural; todo ello para dar paso al equilibro, la armonía entre las personas, la
familia y comunidad, los pueblos, la armonía con la naturaleza.
El küme mogen es una forma de vivir y estar en el mundo, cultivado por los pueblos desde
sus orígenes, y se manifiesta en una ética de cuidado de la naturaleza, de la vida comunitaria
y colectiva, como práctica diaria, en la siembra, cosecha; en la convivencia familiar. Ha
convertido a los pueblos en los verdaderos guardianes de la tierra, por eso, donde existen
los pueblos indígenas hay naturaleza y vida; aunque hoy el territorio ha sido devastado por la
explotación extractivista, por los monocultivos, rompiendo el Buen vivir.
Tal como lo dice Nina Pacari (2021), hermana indígena exministra de Relaciones Exteriores del
Ecuador, “el paradigma del sumak kawsay tiene algo importante que decir en el debate sobre el
cambio climático, y es el daño que se está causando a la naturaleza, a la Pachamama”. Si los
Estados latinoamericanos hubieran valorado el pensamiento indígena, el cambio climático no
habría golpeado la vida de los pueblos y de la naturaleza a tal extremo de mantener amenazada
la existencia de la biodiversidad y la vida del ser humano.
El principio del Buen vivir se instaló hace 15 años en la Constitución de Ecuador y hace 14 años
en Bolivia, con ello los pueblos indígenas muestran la relevancia de sus prácticas y filosofía, y las
ponen a disposición de toda la sociedad y de los pueblos para proyectar la vida de la Madre
Tierra, de nosotros, respondiendo con sabiduría a los siglos de exclusión y de colonialismos.
Es el tiempo del diálogo y de la inteligibilidad entre los pueblos, sus culturas, sus prácticas, sus
lenguas, para construir juntos una sociedad más justa, libre de explotación y de autoexplotación
y que también respete a la Madre Tierra, a las mujeres y las diversidades.