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LAV 162 - LaCasaEncantada - PDF

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LA CASA

Selección y presentación de María Elena Maggi

ENCANTADA
POESÍA VENEZOLANA PARA NIÑOS
Ilustraciones de Álex Sarmiento
Libro al Viento
COLECCIÓN INICIAL

Este ejemplar de Libro al Viento es un bien público.


Después de leerlo permita que circule entre los demás lectores.
2

ALCALDÍA MAYOR DE BOGOTÁ © Instituto Distrital de las Artes – Idartes


Claudia Nayibe López Hernández © María Elena Maggi, por la selección y pre-
Alcaldesa Mayor de Bogotá sentación.
© Luis Fernando Álvarez, Rosario Anzola,
SECRETARÍA DE CULTURA, Marina Araujo, Vicente Arreaza, Alberto
RECREACIÓN Y DEPORTE Arvelo Torrealba, Andrés Bello, Carmen
Catalina Valencia Tobón Delia Bencomo, Velia Bosch, José Joaquín
Secretaria de Cultura, Recreación y Deporte Burgos, Luis Churión, Luis Alberto Crespo,
Isabel De Los Ríos, Silvia Dioverti, Tulio
INSTITUTO DISTRITAL DE LAS Febres Cordero, Jacinto Fombona Pachano
ARTES – IDARTES , Vicente Gerbasi, Jacqueline Goldberg,
Carlos Mauricio Galeano Vargas Enrique Hidalgo, María Elena Maggi, Rubén
Director General Martínez Santana , Beatriz Mendoza
Maira Salamanca Rocha Sagarzazu, Eugenio Montejo, Luiz Carlos
Subdirectora de las Artes Neves , Marielba Núñez, Fernando Paz
Hanna Paola Cuenca Hernández Castillo, Gustavo Pereira, Carlos Ildemar
Subdirectora de Equipamientos Culturales Pérez, Ángel Miguel Queremel, Jesús Rosas
Leyla Castillo Ballén Marcano, Manuel Felipe Rugeles, Efraín
Subdirectora de Formación Artística Subero, Josefina Urdaneta, Miguel Ramón
Adriana María Cruz Rivera Utrera , Fanny Uzcátegui, Marisa Vannini, por
Subdirectora Administrativa y Financiera la autoría.
Carlos Alberto Ramírez Pérez
Gerente de Literatura Camila Cardeñosa, diseño de la colección
Olga Lucía Forero Rojas, Ricardo Ruiz Bastarda Type y Camila Cardeñosa, diseño de
Roa, Andrea Mojica Molina, María Camila la tipografía Obispo
Jaramillo Laverde, María Eugenia Montes Paula Andrea Gutiérrez Roldán,
Zuluaga, Yenny Mireya Benavídez Martínez, diseño y diagramación
Wilmar Molina Vargas, Massiel García Lugo, Alex Sarmiento, Ilustraciones de cubierta e
Natalia López Mazo, Yalila Pérez. interiores
Equipo del Área de Literatura Fredy Ordóñez, edición

Primera edición (en Libro al Viento) ISBN: 978-628-7531-27-7


Bogot á, diciembre de 2021
GERENCIA DE LITERATURA
IDARTES
Los derechos de los textos pertenecen a sus
Carrera 8 # 15-46. Bogotá D. C.
autores. Sin embargo, queda prohibida cual-
Teléfono: 3795750
quier reproducción (parcial o total) de esta
www.idartes.gov.co
obra en su conjunto sin consentimiento de
contactenos@idartes.gov.co
Idartes.
f @LibroAlViento t @LibroAlViento
la
casa
encantada
7
Unos poemas, un país, una casa
Presentación

13
De día, el cielo
23
Paisaje y embeleso
41
De árboles, flores y frutos
53
Tan cerca del mar
65
Alados y rastreros
83
Dueños y señores
103
Los juegos y las risas
123
Del país de los cuentos
143
Oficios y oficiantes
151
Primeros amores
165
Llega diciembre
181
De noche, el sueño,el cielo
192
los autores

Libro al Viento es un programa de fomento a la lectura del


Instituto Distrital de las Artes - Idartes, entidad adscrita a la
Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte.
Unos poemas, un país, una casa
Presentación

Todos saben
que en tu casa encantada
viven hadas y duendes.
José Joaquín Burgos

Mi papá tardó años imaginando


nuestra casa abierta al cielo.
Jacqueline Goldberg

SIN DUDA, UNA DE LAS EXPRESIONES ARTÍSTICAS


que nos permite conocer de una manera más profunda el
territorio, la cultura, la sensibilidad y el alma de un país es
su poesía. Mostrar aunque sea una pequeña parte de esa ex-
presión es el propósito de esta selección de poesía venezo-
lana para niños que hoy ofrecemos, concebida tanto para el
público infantil, como para los adultos mediadores entre los
niños y los libros.
En ella hemos reunido más de cien poemas de treinta y
cinco poetas, en su mayoría venezolanos, pero también de
8 Presentación

algunos autores que han vivido y desarrollado su obra en


Venezuela, de épocas muy diferentes.
Con la intención de propiciar un acercamiento más lúdico
y menos académico, no nos ceñimos a un orden cronólogico,
pero es oportuno señalar que la selección incluye desde au-
tores que marcaron los inicios de la literatura para niños en
Venezuela —durante el siglo xix y principios del siglo xx—,
hasta escritores contemporáneos. Aunque la mayor parte de
los poemas seleccionados fueron escritos expresamente para
niños, también incluimos textos no concebidos para ellos,
pero que se prestan para su lectura. Los temas son ricos y di-
versos. En algunos es evidente el embeleso de los poetas ante
la visión del paisaje venezolano: el llano, el Orinoco, el lago
de Maracaibo, la ciudad de Caracas, el Ávila —la imponen-
te montaña que arropa la ciudad—, y el cálido mar Caribe;
mientras que otros se detienen en elementos más específicos
de la naturaleza: las flores y los frutos.
Un significativo número de autores aborda uno de los te-
mas preferidos de los niños como es el de los animales, des-
de los pequeños insectos del jardín —la tara, el ciempiés y
las hormigas—, hasta aquellos más grandes —vacas y cochi-
nos—, que humanizados protagonizan divertidas historias.
No podían faltar los poemas relativos a los juegos infantiles,
así como los que se refieren a motivos y personajes de los
UNOS POEMAS, UN PAÍS, UNA CASA 9

cuentos maravillosos: duendes, sirenas, magos y príncipes;


los que le cantan a una festividad tan significativa para los
venezolanos como es la Navidad; aquellos que recrean las ex-
periencias y emociones de los primeros amores, y las nanas
o canciones para dormir.
Poemas con los que también hemos querido trazar un re-
corrido que nos lleva del despertar del día al recogimiento
de la noche, bajo ese mismo cielo con el que nos protege la
naturaleza en cualquier lugar del planeta, la inmensa mora-
da de todos. Pues la literatura, especialmente la poesía, es esa
casa encantada abierta al cielo, donde lo maravilloso es posi-
ble, una casa de palabras que puede dibujar un país que nos
pertenece, pero en la que todos los seres humanos nos encon-
tramos, porque trasciende edades, nacionalidades y fronteras.

María Elena Maggi


la casa
Selección y presentación de María Elena Maggi

encantada
POESÍA VENEZOLANA PARA NIÑOS
Ilustraciones de Álex Sarmiento
De día,
el cielo
15

Alba
Vicente Arreaza (Kaikusé)

Hoy amaneció azul.


Ya desapareció la última estrella.
Volverá mañana.
Los pájaros cantaron hoy en parejas.
Pude escucharlos.
16

La madrugada
Velia Bosch

Arrodillada la niña se acerca


arrodillada
Agazapada tras la nube
agazapada.

Toda vestida de negro


y murmurando
cuentos que la sombra escucha...

la madrugada.
17

Dijo la voz
Ángel Miguel Queremel

—¡Buenos días!
En el amanecer
ha sido una luz nueva.
—¡Buenos días!
Ríe el aire, la tierra, todo.
Y hasta el mundo
parece
tener un ritmo
que no le conocíamos
ayer.
—¡Buenos días!, dijo la voz.
18

Matutino
Alberto Arvelo Torrealba

¡Qué linda está la mañana


y qué alegre el campo está!
Muge el toro en la sabana
y mientras la vaca brama
el rebaño vueltas da.

Dos zagalas buscan leña


a orillas de una laguna
y otro campesino ordeña
en una taza pequeña
una vaquita lebruna.
20

La nube
Jacinto Fombona Pachano

—¡Cójala usted,
la nube!
¡La nube blanca y loca
que se ha puesto a llover!
Alla vá, señor Viento,
cójala usted,
la nube blanca y loca…
Mire, si no corre, no la va a coger…

Les destiñó el domingo a las muchachas,


a las pobres muchachas de a pie.
Anda mojada y loca,
todo lo pone al revés.
Allá va, señor Viento,
Cójala usted.
21

Pero no le haga daño


que acaso se podrá desvanecer.
Cójala, señor Viento,
póngala a secar muy bien,
vístala con el traje de colegiala,
llévela después
al preceptor Crepúsculo, para que aprenda
lo que una nube debe ser…
Y luego, desocúpese, señor Viento,
que eso lo enseña el otro mejor que usted.
Paisaje y
embeleso
25

Llovizna
Vicente Arreaza (Kaikusé)

Celebraron
al alba con cantos

la inusitada lluvia
los pájaros.
26

Zoología
Ángel Miguel Queremel

El paisaje
—lagarto verde-gris—
mueve su cola:
el río.
El camello del monte
se bebe todo el cielo.

Tras la reja del sol


—en jaula de aire—
aúlla la mañana.
27
28

Lluvia
José Joaquín Burgos

En tu casa
la lluvia se detiene a cantar
como paraulata

y en la piedra del tinajero


le brotan jagüeyes al corazón.

En tu casa encantada.
29

Lacustre
Carlos Ildemar Pérez

Cuando todos
dormimos
bien dormidos
la ciudad aprovecha
y se mete
con sus edificios
con sus casas
y sus ranchos
a nadar
y flotar bocarriba
en las aguas
del lago.
30

Sobre las aguas del Orinoco


Jesús Rosas Marcano

Miro del puente


del Orinoco
una sapoara
y un morocoto.

El puente tiende
de un lado a otro
su pasarela
como un chinchorro.

Y por las noches


se mece solo
sobre las aguas
del Orinoco.
31

En mi pueblo había un río


Enrique Hidalgo

En mi pueblo había un río


con aromas y rumor,
con pececitos y ramas,
con flores de cundeamor.
Al tiempo se fue secando
por el fuego destructor
y llorando entre las piedras,
un día desapareció.

Solo queda el cauce seco


sin colores ni canción,
el mar se quedó en espera
de su hermano soñador.
Y yo me siento muy triste
añorando aquel verdor,
32

cuando en mi pueblo había un río


con aromas y rumor,
con pececitos y ranas,
con flores de cundeamor.
33

Tal vez mañana me vaya


Alberto Arvelo Torrealba

Tal vez mañana me vaya


cuando el callejón me alumbres,
tras esa brisa coplera,
trocha de la tarde dulce.

La cañada dijo luna,


el estero dijo garza.
A ti no más te diré
lo que dijo la guitarra.
Trocha de la tarde dulce.
Cargados burros los cerros
llevan barriles de nubes.
34

Sopla el polvo del llano


Luis Alberto Crespo

Sopla el polvo del llano


sobre estas palabras
Ahora leo la inmensidad
no lo que he escrito.
35

El Ávila
Vicente Gerbasi

El cielo de enero mueve nubes


donde mora la montaña
que acerca la mirada a gladiolas,
a hortensias de soledad.
Montaña del cielo.
El valle
incendia yerbas ásperas
en medio de tus ojos
deslumbrados
en el amarillo solar
del araguaney.
La montaña
cambia
con la pesadumbre del mundo.
36

En la penumbra
se vuelve una violeta oscura.
Por la noche se alumbra con astros
y murciélagos.
37

La casa sin sombrero


Jacqueline Goldberg

Mi papá es un inventor de casas


a las que entra sin prisa el solazo del verano,
los soplos de lluvia del invierno

las hojas secas,


los pájaros perdidos,
el susurro de la ciudad,
el polvorín de los días viejos.

Mi papá tardó años imaginando


nuestra casa abierta al cielo.
38

Hizo muchos dibujos,


soñó mil techos.

Quería regalarnos un mundo sin prisas,


sin muecas,
una alegría sin tropiezos,
una casa,
un tiempo sin sombreros.
39

Nubes de Caracas
Rubén Martínez Santana

Tan altos son los edificios


que ya no se ve nada de mi infancia.
Perdí mi patio con sus lentas nubes.
Eugenio Montejo

Si miras hacia el cielo


te vas a sorprender
de ver en pleno vuelo
lo que no puede ser.
Pero tú no te preocupes
porque solo son
las nubes de…

¡Caracas!
Vacas gordas, vacas flacas.
40

Vacas locas eslovacas.


Pitos, flautas y maracas.

¡Caracas!
Morrocoyas currutacas.
Los tuqueques de Tucacas.
¡Guarachosas guacharacas!

¡Caracas!
Capas de pecas opacas.
Sapos que saltan estacas.
Naipes, pines y espinacas.

¡Caracas!
Barracas, carros, urracas.
O camas, casas, hamacas.
Mirandas en las carracas.
De árboles,
flores y
frutos
43

Reflejo
Luiz Carlos Neves

Los árboles
se peinan
mirándose
en el espejo
del río.

Espinito, pura espina (fragmento)


Alberto Arvelo Torrealba

Espinito, pura espina


sin hojas y medio seco,
cuando vengan las garúas
te retoñarán luceros.
44

Las frutas síbiri


Josefina Urdaneta

De frutas, las mil matas:


el mango tango,
el limón de Ramón,
el mamón de Nana,
el plátano filúo,
el cambur melcochúo
la pomagás al cielo y más,
la guayaba, sí estaba,
la mandarina síbiri quitina
… ¡Anjá!
Anjá la naranja del alto altaba.

De frutas
las mil matas
en mi patio
45

y en patios vecinos
del alto altino
¡síbiri quitino!
46

Púrpura
Manuel Felipe Rugeles

Con la luz clara de junio,


qué milagro el que hemos visto:
¡el corazón de la acacia
arde en mitad del camino!

Haikú
Isabel de los Ríos

Llueve la flor
de suave oro encendido:
araguaneyes.
47

Maizal
José Joaquín Burgos

Tus cabellos
sueltos

al aire
en el conuco
Todo
el sol
brilla
en cada hebra.
48

Pepino
Tulio Febres Cordero

Arribado a nuestras tierras


desde Asia Meridional,
los frutos del buen pepino
aquí lozanos se dan.

“Eso me importa un pepino”


asienta cierto refrán,
al decir que algo carece
de valor o utilidad.

Más injusticia no cabe


con este útil vegetal,
quien no por ello se inmuta
ni se pone a protestar.
49

Su humilde ambición se cifra


—desde tiempo inmemorial—
en seguir siendo ingrediente
de ensaladas y encurtidos
en la mesa familiar.
50

La guanábana
Alberto Arvelo Torrealba

A Simón Jiménez

Oculta de la fronda en la espesura


el verde oscuro de su piel rugosa,
como para esquivar la luz furiosa
del sol que baña la feraz llanura.

Después, crecida, bajo el sol madura,


y del costado en que el turpial se posa,
de sangre azucarada y deliciosa
el corazón que finge su figura.

Y trocado en matiz amarillento


su lozano verdor, si acaso el viento,
con su invisible revolar de duende
rumoroso estremece la espesura,
51

¡súbito de la rama se desprende


y derrama en el fango su blancura!
Tan cerca
del mar
55

La vuelta de la Tierra
Carlos Ildemar Pérez

Dentro
de un grano de arena
navegan
todos los ecos
del mar.
56

Horizonte
Marisa Vannini

Cielo, cielo y cielo


Mar y mar y mar
allá donde se encuentran
nunca he de llegar.

Istmo
Efraín Subero

La isla se iba de viaje


y se quiso despedir.
Pobrecita, pobrecita,
ahora no se podrá ir.
57
58

Luna del puerto


Efraín Subero

Cubriendo con toldos de oro


el agua, en la oscuridad,
la luna rompió el velamen
y anda náufraga en el mar.
Pobre luna marinera.
Ahora a nadar. ¡A nadar!
59

Pisada
Gustavo Pereira

La hallé esta mañana en la arena


Ni la alta marea ni los vientos pudieron
llevársela
Brillaba como una moneda nueva en
medio de la playa
húmeda.
60

Somari
Gustavo Pereira

La solitaria cresta del mar


apura su último sorbo de sol.
61

Remolino
Enrique Hidalgo

Remo, remolino,
nidito de espuma,
bostezo de mar.

Loco toberllino
caracol de agua
gira sin parar.

Remo, remolino,
loco torbellino
¿no te cansarás?
62

Nada más
Manuel Felipe Rugeles

¡Quién tuviera un balandro!


¡Un navío en el mar!
¡Bandera de pirata
y alma de capitán!

¡Quién tuviera un balandro


para poder cruzar
las rutas más distantes
sobre el azul del mar!

¡Quién tuviera un balandro


y no más! ¡Nada más!
¡Con dos velas al viento
y un ancla de coral!
63
64

Mi niña pintó un velero


Luis Fernando Álvarez

Mi niña pintó un navío…


Parece que va volando…
Lo pintó de verde-azul
y sobre un mar todo blanco.

Mi niña pintó su alma,


navío que va volando
sobre mar,
o cielo
o sueño
siempre blanco.
Alados y
rastreros
67

El ciempiés
Carmen Delia Bencomo

Uno, dos, tres,


con sus zapatos de tierra
caminando va el ciempiés,
mientras sus ojos oscuros
miran el mundo al revés.

Uno, dos, tres,


se va callado el ciempiés,
como un tren en miniatura,
como los niños lo ven.
68

Los grillos
Beatriz Mendoza Sagarzazu

Resbala un grillo su tiza


allá por la madrugada
y en el pozo de la noche
crece la voz de las ranas.

(Los gallos lanzan cuchillos


desde una casa a otra casa
y se escapan los luceros
perseguidos por el alba).
69

Colibrí
Miguel Ramón Utrera

¿Dónde se esconde?
¿Dónde lo vi? Saeta de raso,
el colibrí.
Se ha zambullido en el iris
muy temprano de mañana.
Las gemas de su plumaje
luce ahora en su ventana.
¿En qué flor habita?
¿Dónde lo vi?
Saeta en el alba,
el colibrí.
70

El cardenal
Efraín Subero

Una gorrita roja


lleva mi cardenal
porque asiste a una fiesta
muy especial.

(La bella paraulata


se va a casar).
71

COQUITOS (SELECCIÓN)
Rubén Martínez Santana

No logra sentarse
en ningún sillón
bachaco culón

A las doce y pico


el tucán parece
un pájaro y pico

El colibrí nota
cómo en cámara lenta
todo el jardín flota
72

Los gallos (FRAGMENTO)


Fernando Paz Castillo

Un gallo canta, otro le responde


y otro y otro, y la canción se aleja
hasta perderse en el silencio inmenso
de la noche negra.

La cadena es tan larga. Se diría


que cantan con los gallos las estrellas.
73

Pequeño tren verde


Josefina Urdaneta

Pequeño tren verde


como la grama
este gusano
come que come hojas
con muchas ganas.

Hace una casa


marrón
cierra puertas
y ventanas.

Sin hacer caso


del sol,
se duerme
sobre una rama.
74

Un hilo claro,
de luz,
se cuela
por la persiana
y surge una mariposa
roja, grana.
75

Como la hoja verde


Manuel Felipe Rugeles

Como la hoja verde,


la cerbatana.
Como la hoja verde,
también la rana…

Pobre de aquel insecto


que se avecina
a la fuente o al árbol…
Allí termina.

Como la hoja verde,


la cerbatana.
Como la hoja verde,
también la rana…
76

La una por el aire,


la otra en el limo,
¡ay del que vuela en busca
del verde arrimo!
77

Viaje
Miguel Ramón Utrera

A través del patio


va el leve cortejo.
Llevan las hormigas
un grillito muerto.

(Gallinita pinta,
gallito guineo,
es bueno que ustedes
se den un paseo…).

Viajan las hormigas,


pero tienen miedo…
¿Quién podrá robarles
su frágil trofeo?
78

(Gallinita pinta,
gallito guineo,
es bueno que ustedes
sigan de paseo).

A la cueva limpia
llega ya el cortejo:
¡todas las hormigas
vestidas de negro!
79
80

Libélula
María Elena Maggi

Una libélula un día


quiso renovar su look,
y muy temprano salió
para la peluquería.

No había caminado mucho


cuando se encontró un cartel:
Salón La Naturaleza,
se llevaría una sorpresa.

Muy moderno era el local,


todo era al aire libre,
y las normas se ceñían
a una estricta ecología.
81

Con productos refinados


exclusivos, patentados,
mil jabones naturales,
y cremas artesanales.

Para más información,


el servicio era self service,
y los clientes procedían
a hacerse lo que querían.

Se acomodó en una hoja,


como en el mejor spa,
y extendió sus largas alas,
con total comodidad.

Se mojó la cabellera
con el agua de la lluvia,
se aplicó champú de savia
de las plantas del lugar.
82

Con sus antenas se hizo


un original peinado,
y fuertes rayos de sol
sirvieron de secador.

De allí salió al mediodía,


con sus alas transparentes,
de hilos de mil colores,
muy coqueta, muy sonriente.

***

Y por ese inolvidable


tratamiento de belleza,
recomienda a sus amigas
ir a La Naturaleza.
Dueños
y señores
85

Buenos días a los animales


Marisa Vannini

Buenos días, señor zancudo,


¿sabe usted que es muy picudo?

Buenos días, doña tortuga,


¿sabe usted que tiene arrugas?

Buenos días, niño venado,
¿sabe usted que es delicado?

Buenos días, señora iguana,


¿sabe que le faltan canas?

Buenos días, oso hormiguero,


¿sabe que le sobra pelo?
86

Buenos días, misia hormiga,


¿por qué carga tanta miga?

Buenos días, don cachicamo,


¿no me quiere dar la mano?

Buenos días, morrocoy,
te saludo y me voy.



87

[Rabo desnudo]
Rubén Martínez Santana

Rabo desnudo
recién afeitado
rabipelao.
88

Espejo I
Beatriz Mendoza Sagarzazu

En los cristales del río


van a mirarse las garzas
los grillos y las palomas
los pájaros y las ranas.

Al pez pequeño que vive


en la casa azul del agua
dos espejitos redondos
le regaló la venada.
89
90

Reyezuelo
Carlos Ildemar Pérez

El bagre
nada con cara
de música triste
Y con bigotes
siempre anda
por allí
atento
a las limosnas.
91

Leopardo
Vicente Gerbasi

El leopardo
acostado bajo la luna
ilumina la noche
del desierto.


92

Oso hormiguero
Fanny Uzcátegui

Desdentado,
narizón,
colilargo,
paletón,
blanqui-negro
bravucón,
come hormigas,
fanfarrón.

93
94

La pereza
Fanny Uzcátegui

Hija de un bostezo
nieta de una almohada
la pereza cuelga
bajo la enramada.

En un mismo sitio
duerme todo el día,
igual si es de noche
o si es mediodía.

No sale a pasear
ni a ver las estrellas.
Solo ronca y ronca
la pobre doncella.
95

Los ratonautas
Jesús Rosas Marcano

Desde California
a la luna clara
cinco ratoncitos
van en caravana.

El Apolo lleva
como provisión
–en cinco paquetes
ración a ración–
lo que en trece días
se come un ratón.

Los cinco han volado


en una misión:
96

palpar los efectos


de la radiación.

Y entre cablecitos
y papel de avión,
rollos de película,
puntos de carbón
y las dos agujas
de un anotador,
se pasan las horas
de navegación.

Y aunque no gozaron
mucho la excursión,
quedaron dispuestos
para otra misión.
97

La vaca Flor
Rosario Anzola

Érase una vez una vaca de corral,


un tanto coqueta y muy poco formal,
era pues el colmo de la distracción,
porque se creía una vaca flor.

Una mañanita se vistió de raso


y en cada pezuña se colocó un lazo,
pintó su bocaza con lápiz carbón,
pero se olvidó de ropa interior.
Con pasta de dientes se lavó la cara,
se pulió las muelas con agua y jabón,
se echó de perfume salsa de tomate
y usó como espejo el televisor.
98

Salió de paseo con una gran prisa


y dejó los lentes sobre una repisa,
en vez de cartera se guindó un reloj
y del becerrito también se olvidó.
¡Hola, señor Sapo!, le dijo al garzón.
¡Adiós, señor Gato!, le gritó al ratón.
¿Qué hubo, doña Pata?, le mugió a la
ardilla,
mientras se peinaba con una sombrilla.

Se fue de mercado a comprar malojo,


pero se compró un sombrero rojo,
de vuelta a la casa vino a recordar
que dejó sus cachos en un ventanal.
Hoy al mediodía fue a buscar la luna
y de puntillitas salió a la laguna,
al llegar la noche fue a pedirle al sol
un remedio bueno pa’ la distracción.
99
100

Fábula de los cochinos


Rosario Anzola

Hace mucho tiempo, muy lejos de aquí,


un par de cochinos fueron a vivir.
Él de botas verdes y paltó levita,
salió de paseo con su cochinita.

Como no había lobo que los asustara


estos dos cochinos el tiempo pasaban
entre desayunos, las cenas, almuerzos
y cinco meriendas que hacían sin esfuerzo.

Camino a la casa compraban helados


y los saboreaban con pollos asados,
dejaban el rastro de los bizcochuelos
que se habían tragado con los caramelos.
101

Come que te come pan con mermelada


y papitas fritas con carne esmechada,
se servían montones de fresa y natilla
y a todo le echaban mucha mantequilla.

Flan de chocolate con crema batida


era obligatorio para la comida.
Salchichas horneadas antes de dormir
con cien pastelillos de queso y maní.

Sitio preferido era la cocina,


en donde abundaba miel y gelatina.
Tomaban por litros jugo de limón
y engullían por kilos tortas y turrón.

Y si en golosinas gastaban los reales


también olvidaban los buenos modales.
102

Entonces un día se sintieron mal


y fueron corriendo para el hospital.
Hasta el autobús quisieron subir
y el chofer la puerta no les quiso abrir,
estaban tan gordos, casi al estallar,
que hasta los asientos podían reventar.

Así que tuvieron que seguir andando,


un poquito a pie y otro caminando,
con fiebre, sudores, calor y calambres
y, a pesar de todo, con sed y con hambre.

El doctor los vio de abajo hacia arriba


y diagnosticó: dolor de barriga.
Les dio de receta algo que aprender:
que de esa manera no debían comer.
Los juegos
y las risas
105

El retrato
Marisa Vannini

Desde una casa


chiquita, chiquita,
en una silla
bajita, bajita,
sobre una mesa
estrechita, estrechita
con una pluma
finita, finita,
¿quién escribía?
La enanita.

Era una carta


largota, largota,
con unas líneas
grandotas, grandotas
106

en una letra
gruesota, gruesota,
y decía cosas
hermosas, hermosas,
¿quién recibía?
La grandota.
107

Invisible
María Elena Maggi

Ponerse la capa,
un truco infalible,
hacer un chasquido
también servirá.

Decir con firmeza


la frase secreta,
y cerrar los ojos,
todo ocurrirá.

Ya nadie me mira,
ya nadie me observa,
ya nada me impide
saltar o volar.
108

Asombrar al mundo
hacer lo imposible,
y por más que miren,
nadie me verá.
109

Zarandas
Vicente Gerbasi

A Gonzalo Andrés Gerbasi

Los niños juegan


en el sueño de las flores.
Juegan con la zaranda
del sol, entre las nubes
que cambian la luz de las colinas.
Las zarandas suenan
entre gallos
que picotean maíz
en el fondo de nuestros ojos.
Los niños en la noche
giran sus zarandas
entre el movimiento de los astros.
110

Viaje
Luis Alberto Crespo

Subimos a la casa por la escalera de


ladrillos,
pintados de cal, y nos sentamos en el
chinchorro.
Mis primas me pusieron sus piernas atrás
y dábamos vueltas.
Nos mecimos hasta el techo.
Ellas pegaban los pies en las cañabravas
y pasamos por encima de los santos,
los veladores. De venida,
el chinchorro se traía las telarañas.
La punta de una casa, los postes,
los veíamos pasar, lejos.
111

Viajamos por unas montañas. Los hicos,


las cabuyeras, eran alas de avión.
La gente miraba para el balcón y nos veía,
ahí arriba, en esa frescura.
112

¿Vacaciones?
Isabel de los Ríos

¿Por qué me enojo y no río?


Por frío.
¿Por qué tengo yo calambres?
Por hambre.
¿Por qué se me arruga el ceño?
Por sueño.
Y aunque en reír yo me empeño
solo me sale una mueca
ando incluso patuleca:
tengo frío, hambre y sueño.
113

[ADIVINA…]
Josefina Urdaneta

Adivina,
buen adivinador:

¿Quién se pone a rayar el aire?


—La lluvia.

¿A qué se parece la lluvia?


—A los papelitos de Carnaval.

¿Cuál es la sábana más grande?


—El cielo.

¿Quién apaga las luces del cielo


para que salga la luna?
—El sol.
114

¿Quién es el señor más bravo?


—El mar.

¡Oh, oh, oh!


¡Qué bien adivinas,
buen adivinador!
115

La bici sigue la cleta


Eugenio Montejo

La bici sigue la cleta


por una ave siempre nida
y una trom suena su peta...
¡Qué canción tan perseguida!

El ferro sigue al carril


por un alti casi plano,
pero el pere sigue al jil
y el otoño a su verano.

Detrás del hori va el zonte,


detrás del ele va el fante,
corren juntos por el monte
y a veces más adelante.
116

Allá se va la canción
en un aero, todo plano,
y con ella el corazón
escrito en caste muy llano.
117

Al revés
Eugenio Montejo

Me aturdo, me aturdo
con el niño zurdo.

Inclina su pecho
juntando los pies
y lo que es derecho
lo escribe al revés.

Me aturdo, me aturdo
con el niño zurdo.

Su luna es anul,
su sol es un los,
es luza el azul
y soida el adiós.
118

Me aturdo, me aturdo
con el niño zurdo.

Oír es un río
y Roma un amor.
¡Qué gran desvarío
qué consternación!

Me aturdo, me aturdo
con el niño zurdo.

El árbol es lobra,
la selva es avlés,
y toda su obra
la escribe al revés.
119

Cuento de la risa
Marina Araujo

Voy a contarte estos cuentos


que oí por casualidad
tienen como condimento
mucha risa y bla, bla, bla.

Estaba en un hoyo un oso


buscó sacarlo un rajá,
pero el rajá cayó al foso,
qué risa me dio ja, ja.

Corté la pata a la mesa


y por eso me alejé,
cayó el plato, ¡qué sorpresa!,
qué risa me dio je, je.
120

Puse una trampa con agua


y un amigo se mojó,
mejor busco mi paraguas,
qué risa me dio jo, jo.

Le pregunté cómo estaba


y me contestó ummjú,
el pobre no entendió nada,
qué risa me dio ju, ju.

Es mejor tomar el té
dije un día que me aflijí,
pues puse sal al café,
qué risa me dio ji, ji.

Se acabaron estos cuentos,


mejor continúas tú,
ya no tengo más inventos
de ja, je, ji, jo, ni ju.
Del país
de los
cuentos
125

Los duendes (fragmento)


Andrés Bello

¿Qué ruido
sordo nace?

Los cipreses
colosales
cabecean
en el valle;
y en menuda
nieve caen
deshojados
azahares.

¿Es el soplo
de los Andes
atizando
126

los volcanes?
¿Es la tierra
que en su bases
da balances?

No es la tierra,
no es el aire,
son los duendes
que ya salen.
127

Burbruja
Luiz Carlos Neves

La brújula
de la bruja
no brujulea.

Brujea
la brújula
de la bruja.
128

La sirena perdida
Manuel Felipe Rugeles

¡Coral y nácar
de la ribera!

¡Y azules peces
el mar me diera!

¡Sardinas rojas!
¡Salmón rosado!

¡Y caracoles
de sol dorado!

¡Y una sirena!
¡Una sirena
que me han robado!
129

Enano
Marielba Núñez

Era un ser pequeño,


tan pequeño
que cabía en un limón…
un limón pequeño.

Mandamás
Isabel de los Ríos

Había una vez un príncipe mandón


mandar quería hasta al mismo Rey León.
Mandarlo no podía,
por eso un lindo día
le mandó una linda carta por avión.
130

Zapatilla
Marielba Núñez

Le gustó
tanto el baile
que decidió
quedarse,
aun después
de que el reloj
había dado las
doce…
131

Sapo
Marielba Núñez

Cuenta la historia
que era tan bello
que todos los príncipes
querían ser como él
para que una linda princesa
les diera un beso.
132

Fortuna
Isabel de los Ríos

Llegó la mala suerte al Circo Hispano:


el mono se quebró las cuatro manos,
perdió el pelo el león,
se deprimió el bufón
y, de remate, se agrandó el enano.
133
134

Un mago muy especial


Marina Araujo

Un mago llamado Chírivicoco


que tú no conoces ni yo tampoco,
dicen que era un mago medio pirata
que haciendo magia metía la pata.
Si decía: “que aparezca un conejo en mi
chistera”,
se escondía un conejo en la pradera;
“que desaparezca ya este pañuelo”,
caían a montones pañuelos del cielo;
“de esta muchacha no verás nada”,
aparecía su doble en la sala.
A este pobre mago, como ves,
absolutamente todo le salía al revés.
¿Y qué pasó después? ¿Qué hizo?
Pues se tragó su propio hechizo.
135

El príncipe Melindros
Silvia Dioverti

Un príncipe remilgoso se echó al mundo


en busca de una bella que dormía
profundo
y que, según decían, para despertarla
bastaba solamente con besarla.
Pero primero, se dijo, debo cruzar las
zarzas
sin dañar ni mi capa ni mis calzas
pues mucho le he pagado al costurero.
También debo cuidar de mi sombrero
o se pondrá hecho un asco, ¡qué de mañas
me tendré que inventar para esta hazaña!
… El resto será fácil, con mi beso
acabará al instante el embeleso.
Ahora falta saber si con mi entrada
136

no forzaré la propiedad privada…


Hay otra cosa que mucho me preocupa
y que debo estudiar bajo la lupa:
¿dormirá igual que ella la jauría?
¡Ay de mí, mejor no entro, juraría
que la escuché ladrar hace un momento!
Está, además, el problema del aliento...
¡después de un siglo entero sin cepillo
su boca ha de tener cierto tufillo!
¿Y si despierta está malhumorada?
Habré corrido riesgos para nada…
¡Ay, cuántos nervios, me tomaré un
calmante
y más tranquilo lo intento el año entrante!
137

Gato embotado y enamorado


Silvia Dioverti

El gato con botas


perdió su sombrero,
ya no tiene espada
ni blanco pañuelo.

El gato con botas


está enamorado
de una gata blanca
que vio en el tejado.
138

No encuentra reposo
ni caza ratones,
descuidó su aspecto
y sus pantalones.

Anda por el monte


triste y compungido
pregunta a las flores
¿seré el elegido?

Como no ha comido
hace varios días
parece de un gato
su radiografía.
Por fin decidido
va en busca del rey
para que los case
siguiendo la ley.
139

Y dice el monarca
que es justo y sencillo.
¿Dónde está la gata,
en dónde el anillo?

Allí en el tejado
la he visto, señor,
mas no sé su nombre
solo su color.

En toda la aldea
se pegan carteles:
“Quien traiga la gata
tendrá mil pasteles”.
140

Y se dan las señas


que el gato recuerda:
ojos de lucero,
dienticos de perla.

Pero nunca nadie


la gatica halló
porque en el tejado
lo que el gato vio:

fue un rayo de luna


pálido y plateado
que sobre los techos
se quedó enredado.
141

Limericks de espanto
y brinco (fragmentos)
Marina Araujo

Lector de antiguos textos el vampiro


de sus raras costumbres yo me admiro
les digo que no es cuento
su menú suculento:
tomar gotas de sangre en un papiro.

*
En mi habitación suena una cadena
me aseguran que es por un alma en pena
no logro tener sueño
por mucho que me empeño
¡me mudaré en la próxima quincena!
142

*
Cuando veas una imagen macabra
quítate sin decir una palabra
si además te hace psss
mejor huye en un tris
¡porque te está buscando el chotacabras!

*
En esta casa sale un esqueleto
hay que tratarlo con mucho respeto
pero si tú no lo haces
te obliga a que lo abraces
¡y te cubre de besos por completo!
Oficios
y
oficiantes
145

La lavandera
Efraín Subero

Chiqui chuás
chiqui chuás
chiqui chuás…

—Dame la espuma
de tu batea,
¿ah, Timotea?

Chiqui chuás
chiqui chuás
chiqui chuás…

—¿Cuándo chiquita
tú eras bonita
146

o eras fea?
¿Ah, Timotea?

Chiqui chuás
chiqui chuás
chiqui chuás…
147

Pregón
Ángel Miguel Queremel

—¡Naranja!
(La voz corta el aire
de un tajo)

—¡Naranja, mandarina!
(Como una bala de oro
rompe el cristal del día).

—¡Naranja!
(Los chiquillos salen
a los balcones).

—¡Naranja!
¡Naranjita dulce
de la China!
¡Naranjita!
148

Tejedolores
Luiz Carlos Neves

Teresa, tejedora,
cuando está triste
teje tristeza.

Cuando está alegre


teje belleza.
Cuando está alegre
y triste,
teje una triste
alegría,
melancolía.
149
150

El pintor
Vicente Gerbasi

A Francisco Hung

En las palmeras del sol


de un lago azul
del mundo
vi el viaje de las nubes
y
a mis pies
flores de un eterno paraíso
ahí
donde juegan los días con sus árboles
en el mediodía, bajo el sol
vi a Hung
que traía una cesta de duraznos
para pintarlas en un mantel.
Primeros
amores
153

El clavel
Manuel Felipe Rugeles

Ha nacido
la luz del clavel.

Ya se viste
de rojo el vergel.

Hay olor
de canela y de miel.

La flor,
para ella.

El sí,
para él.
154

Amar, miramar
Luiz Carlos Neves

Mario
mira
a María.

Mira
María
al mar.

Mario mira
el mar
en la mirada
marina
de María.
155

Mirada
Luiz Carlos Neves

Ella me mira
con sus ojos
negros.
Sueño
con navegar
entre las estrellas,
brillando
en sus ojos
nocturnos.
156

La copla del casi casi


Alberto Arvelo Torrealba

Hoy casi me puse alegre,


casi de puro soñarte,
casi parodié por ti
la copla del casi casi.

Alma del hato lunero


viene en las brisas un son:
que tendrá el cedro del cuatro
tan seco y echando flor.

La copla del casi casi.


Casi es lindo como tú
el lucero de la tarde.
157
158

Mi bella novia voladora (fragmento)


Jacqueline Goldberg

Mi bella novia
volará en un avión

volará sentada y feliz


junto a una estrecha ventana

sus ojos en el aire

sus manos regadas


como islas
sobre el invierno del océano

*
159

Mi novia voladora
se fue a París
al ramaje
donde amanecen azules
las palabras
donde los viajeros
son puentes
abrazos en el río

*
Mi bella novia voladora
se despidió con un suspiro
y una carta

el suspiro me lo comí
todo rosado y de azúcar
como ella
160

la carta es un poema
un poema de lluvia y hojas
como ella
161

Aroma
José Joaquín Burgos

Desde tu casa encantada


hasta mi cuarto de estudiante pobre
llega tu aroma.

Hueles
a albahaca
a jazmín
a naranja
a mastranto enervante
a flor de lluvia
a incienso y a estoraque

a todos los perfumes


huele
tu piel de sueño.
162

CASI ABECEDARIO (SELECCIÓn)


Beatriz Mendoza Sagarzazu

Cuando llegaste
nuevo
a la escuela
todo desapareció
y solo quedaron tus ojos
fijos
tu voz tímida
y tu nombre que estrena sonidos
y campanas.
163

Gozo la vida
ese esplendor que rodea los frutos
maduros
el canto de los pájaros al amanecer
el amanecer mismo
y este deseo de verte
hoy
y mañana
y después de mañana
siempre.
164

He comenzado a contar
los primeros luceros
a saber
que un minuto es diferente a otro
minuto
si tú estás
y que todo es más hermoso
cuando llegas y
me miras.
Llega
diciembre
167

Nochebuena
Luis Churión

Él vió hacer el Nacimiento


con casitas de cartón,
y un molinito de viento,
que si se sopla, al momento
produce un alegre son.

Y el pesebre, ¡qué bonito


entre las pascuas se azula!
Y está el buey con un burrito,
(a él le parece un burrito,
aunque dicen que es la mula).

Hay uno de los pastores


que al hombro lleva un cordero,
y con mantos de colores
168

a caballo, tres señores,


están mirando un lucero.
169

La paradura del Niño


Carmen Delia Bencomo

Gritan los niños de casa


al no encontrar en su cuna
a Jesús que lo han robado
para hacer La Paradura.

De casa en casa va el Niño


al arrullo de diciembre
y entre cantos y violines
retorna el Niño al pesebre.
170

Pesebre
José Joaquín Burgos

Diciembre cruza el aire


con una rama de estoraque
y un villancico.

Los ángeles pastores


tienen la llave.

Titila
como risa
la alegría

y en tus ojos
se abren las puertas del cielo.
171

Diciembre
es repique de campanas
en el amanecer
de la ternura.
172

Poema de los Reyes Magos


Efraín Subero

Gaspar:
—Niño Dios,
aquí te traigo
mis corderos
de algodón
para que corras
sobre ellos
hacia donde
nace el sol.

Melchor:
—Yo que vengo
de tan lejos,
de cerca
lo quiero ver.
173

Quiero tocar
sus cabellos
quiero la estrella
encender.
¡Yo he venido
de muy lejos
sólo por jugar con él!

Baltasar:
—Nada te traigo,
amiguito.
Nada te pude
traer.
Sólo tengo
en el bolsillo
lo que tú
debes tener:
un pedacito
174
175

de espejo
y un trompo
con su cordel.
Atrapé
una mariposa
y una flor
se echó a llorar,
se destiñó
el arco iris
y me dijo:
“¡Eso está mal!”
Nada te traje,
amiguito.
¡Pero te vine
a mirar!

Bajo la estrella
encendida
176

sobre el portal
de Belén,
tres Reyes
rinden tributo
a un niño
a un ángel,
a un rey,
¡en un palacio
de paja
junto a una mula
y un buey!
177

El señor Marrano
Jesús Rosas Marcano

Saludemos todos
la marranidad
que es la fiesta grande
de la Navidad.

Montada la mesa
para el gran festín,
el señor Marrano
ofrece el pernil.

El señor Marrano
sabe con razón
que sin su presencia
no hay pan de jamón.
178

Marrano corpóreo,
la evidencia es plena,
pues sin tu tocino
no hay hallaca buena.

Y está convencido
que con su manteca
se ponen más suaves
las hojas más secas.

Su cabeza en gancho
que en la pesa está
dice todo el año:
Feliz Navidad.

Y bien se merece
que en cartas postales
enviemos su foto
a las amistades.
179

El dulce de lechosa
Velia Bosch

Ya la cena consumida
llega una dama famosa:
—No me piquen con cuchillo
soy el dulce de lechosa.

Aunque a la fina aceituna


no le gustan las morenas,
sin el dulce de lechosa
nos queda falla la cena.

Y dice una abrillantada:


—En los Andes soy graciosa,
píncheme con tenedor
que sigo siendo lechosa.
180

En la cena maracucha
nunca se presenta sola,
con la gaita y manjar blanco
entra el dulce de lechosa.

Sin dejar de ser lechosa


la he visto en cena sifrina,
haciéndose la importante
al juntarse con la piña.
De noche,
el sueño,
el cielo
183

Duerme capitán
Rosario Anzola

Te contaré la historia
de un velerito azul
que tenía mucho sueño
como lo tienes tú.

De ese mismo velero


eres el capitán
me lo dijo un cangrejo
un pez y un calamar.

A los puertos del beso


tú me vas a llevar
por caminos de espuma
de un caballo de mar.
184

Con el timón de estrellas


de la Osa Mayor
tejerás unas redes
para pescar el sol.

Vendrá la luna llena


para hacerte reír
y anclarás en mi abrazo
tus ganas de dormir.

Una ola que viene


y una ola que va
se ha mecido el velero
se durmió el capitán.
185
186

Alerta
Luiz Carlos Neves

Señora San Tana


señor San Jua Quín
cuiden a mi madre
que se va a dormir.

Tengo maña, maña tengo,


finjo ganas de dormir,
medio ojo tengo abierto,
otro ojo a medio abrir.
187

Luna llena
Beatriz Mendoza Sagarzazu

Corre
la luna
en el cielo
¿se habrá
perdido
un lucero?
188

El carro de Saturno
Jesús Rosas Marcano

Hizo Saturno un carro


de luminosas ruedas
y se lleva en las noches
a pasear las estrellas.

Y toma la Vía Láctea


y después de unas vueltas
entre la Nebulosa
de Andrómeda las deja.
189

Luna
Vicente Gerbasi

La luna ilumina
las horas de la noche
en la calle de arena.

La luna en el cielo
de pequeñas nubes
es una hoja seca
al viento.

Las sombras de los aleros


caminan con nosotros.
190

Luna
Manuel Felipe Rugeles

Por el cielo va la luna


con sus ascuas de esmeralda.
Y como es clara la noche,
se está mirando en el agua.

La luna sobre los trigos,


la luna por la montaña,
le da vueltas al molino
y hace la harina más blanca.

Con su escolta de luceros,


la luna redonda viaja,
sobre un barquito de nubes,
camino al puerto del alba.
Los autores

Luis Fernando Álvarez (Caracas, 1901-1952)


Narrador, poeta, periodista y diplomático; formó parte del gru-
po Viernes. Entre sus libros de poesía se cuentan: Portafolio
del navío desmantelado, Soledad contigo y Vísperas de la muerte.

Rosario Anzola (Barquisimeto, 1950)


Maestra, escritora, cantante y compositora. Entre sus obras
para niños se cuentan: El son del ratón y otras canciones,
Chirriquiticos, Coctel de frutas y Poemas para bailar.

Marina ARAuJO (Jajó, 1962)


Docente, con amplia experiencia en aula, ha trabajado en pro-
yectos de promoción de lectura y en editoriales. Ha publicado,
entre otros libros, Limericks de espanto y brinco.
194

Vicente Arreaza (Uaiparú, Bolívar, 1960-2004)


Poeta y artista plástico conocido con el seudónimo de Kaikusé
(“jaguar” en pemón), escribió e ilustró: Wadäka: el árbol de las
frutas del mundo y Tukushi, la leyenda del colibrí.

Alberto Arvelo Torrealba (Barinas, 1905-Caracas, 1971)


Poeta y ensayista. Autor de Florentino y el diablo, Cantas, Glosas
al cancionero y Caminos que andan.

Andrés Bello (Caracas, 1781-Santiago de Chile, 1865)


Filólogo, traductor, poeta, crítico, educador y legislador. Sus
poemas han formado parte de los libros escolares venezola-
nos desde el siglo xix.

Carmen Delia Bencomo (Tovar, 1923-Caracas, 2002)


Poeta, narradora y dramaturga; colaboradora permanente de
revistas como Tricolor. Algunos de sus libros son: Los luceros
cuentan niños, Papagayos y El diario de una muñeca.

Velia BOSCH (Caracas, 1936-2015)


Poeta, crítica literaria y coordinadora de talleres de creativi-
dad infantil, experiencia que recogió en el título A bordo de
195

la imaginación. Otros de sus libros son: Arrunango, Jaula de


bambú y Bestias de casa.

José Joaquín Burgos (Guanare, 1933-Valencia, 2017)


Narrador, poeta y ensayista. Entre sus libros se cuentan:
Unicornio, Coromotanías, Piel de sueño, Cansancios de orilla,
La ciudad novelada y Las murallas del reino.

Luis Churión (Caracas, 1869-1945)


Poeta, ensayista y diplomático. Colaborador de revistas como
El Cojo Ilustrado y Cosmópolis. Algunos de sus libros son: Voces
en el sendero, Curarse en salud y De temporada.

Luis Alberto Crespo (Carora, 1941)


Poeta y ensayista. Director de La Casa de las Letras y de la
Biblioteca Ayacucho. Entre sus libros se cuentan: Si el vera-
no es dilatado, Novenario, Costumbre de sequía, Señores de la
distancia y La íntima desmesura.

Isabel De los Ríos (Caracas, 1943)


Abogada y docente universitaria. Ha publicado los libros:
Jardín volante, El caballo que perdía los estribos y El elefante
que tenía un mejillón.
196

Silvia Dioverti (Aluminé, Argentina, 1951)


Vivió muchos años en Venezuela y ha publicado libros para
adultos y para niños, entre estos Gato embotado y enamorado,
Dragón de bolsillo y Cuentos con espinillas.

Tulio Febres Cordero (Mérida, 1860-1938)


Historiador, periodista, impresor y primer estudioso del fol-
clore. Autor, entre otras obras, de: Don Quijote de América, la
cuarta salidad del ingenioso Hidalgo de la Mancha y Tradiciones
y leyendas.

Jacinto Fombona Pachano (Caracas, 1901-1951)


Poeta, narrador y ensayista. Director de diarios y revistas y
miembro de la llamada Generación del 18. Entre sus obras
se cuentan: El canto del hijo, Virajes, Las torres desprevenidas,
Sonetos y Poesías.

Vicente Gerbasi (Canoabo, 1913-Caracas, 1992)


Poeta y miembro fundador del grupo literario Viernes. Algunas
de sus obras son: Mi padre el inmigrante, Círculos del trueno,
Los espacios cálidos y Poesía de viajes.
197

JACQUELINE Goldberg (Maracaibo, 1966)


Escritora y editora. Ha publicado libros de poesía, narrativa,
ensayo e infantiles, entre ellos: Pitchipoï, El niño que desayu-
naba de noche, Qué ves cuando te ven y La casa sin sombrero.

Enrique Hidalgo (El Tigre, 1942)


Artista plástico, poeta y compositor. Entre sus obras dirigidas
a los niños se pueden mencionar: Acri Lacre, El libro de Sacha,
Canción del agua buena y Ya tenemos capitán.

María Elena Maggi (Maracay, 1951)


Promotora de lectura y editora. Ha publicado cuentos tra-
dicionales, libros de información y las antologías de poesía
para niños A la una la luna y Taquititán de poemas (esta con
María Francisca Mayobre).

Rubén Martínez Santana (Caracas, 1964)


Periodista, dramaturgo, narrador oral, compositor y escritor.
Ha publicado para niños: El libro de los libros, Carruselimbus,
circus mágica, Dragones y telones, Coquitos, Sopotocientos pro-
blemas difáciles (y un secreto) y Un gato en una esquina.
Beatriz Mendoza Sagarzazu (Valencia, 1926-Caracas 2016)
Maestra, poeta, narradora. Ha publicado, entre otros títulos,
Viajes en un barco de papel, Tarea de vacaciones, La muerte niña,
y La infancia en la poesía venezolana.

Eugenio Montejo (Valencia, 1938-2008)


Poeta. Algunas de sus obras son: Terredad, Trópico absoluto,
El taller blanco y Alfabeto del mundo. Con el heterónimo de
Eduardo Polo publicó: Chamario. Libro de rimas para niños.

Luiz Carlos Neves (Mato Grosso, Brasil, 1945)


Desde 1983 reside en Venezuela. Ha publicado exitosos libros
para niños como: Carabela, calavera, Antojo de oso, Duendes
de aquende y de allende, A jugar, juglar, Cantor de amor, cantor
de mar y la serie del Sapo Cururú.

Marielba Núñez (Caracas, 1967)


Periodista. Algunos de sus libros son: Fabulosos y más fábulas,
Cantos del bosque profundo, Pequeño libro de las bestias olvi-
dadas y Abecedario con alas.
Fernando Paz Castillo (Caracas, 1893-1981)
Poeta, crítico y ensayista. Entre sus obras se cuentan La voz de
los cuatro vientos, Signo, Entre sombra y luces y Voces perdidas; su
poema El príncipe moro ha adquirido la categoría de clásico de la
poesía infantil venezolana.

Gustavo Pereira (Punta de Piedras, Margarita, 1940)


Poeta y ensayista; creador de la forma poética somari. Entre sus
libros se cuentan: En plena estación, Somaris, Segundo libro de los
somaris, Oficio de partir y Sobre salvajes.

Carlos Ildemar Pérez (Maracaibo 1964)


Poeta, ensayista, dramaturgo y titiritero. Ha publicado para niños:
¡A que no me come el gato!, Chirriquiticos musicantes, Olas para ni-
ños navegantes, ¡Tantarantan! y Más feliz que una lombriz.

Ángel Miguel Queremel (Coro, 1900-Caracas, 1939)


Uno de los más entusiastas fundadores del grupo Viernes. Poeta,
cuentista, dramaturgo y ensayista. Algunos de sus títulos son: El
barro florido, El hombre de otra parte y Santo y seña.
Jesús Rosas Marcano (La Asunción, 1930-Caracas, 2001)
Periodista, profesor universitario, destacado compositor de letras
de canciones y pionero del periodismo escolar. Sus obras para ni-
ños: Proclama de la espiga, A media mar, Cotiledón, cotiledón la vida,
Manso vidrio del aire y Así en la tierra como en el cielo.

Manuel Felipe Rugeles (San Cristóbal, 1904-Caracas, 1959)


Fundó y dirigió la revista infantil: Pico-pico. Mereció el Premio
Nacional de Literatura por sus libros Aldea en la niebla, Memorias
de la tierra, Puerta del cielo, Canto de Sur y Norte, Canta pirulero y
Dorada Estación, entre otros.

Efraín Subero (Pampatar, 1931-Caracas, 2007)


Crítico, ensayista, compilador, folclorista, poeta y cuentista. Entre
otros libros, publicó: Matarile, Poesía infantil venezolana y Estudio
y antología de la literatura infantil venezolana.

Josefina Urdaneta (Maracaibo, 1925-Caracas, 2016)


Educadora y escritora. Realizó una importante labor de recopila-
ción reflejada en libros como: Alas de letras, Contigo sí, Si canto, soy
un cantueso, Aquí mismo y la serie Cuento que te cuento.
Miguel Ramón Utrera (San Sebastián de los Reyes, 1909-1993)
Dedicado al periodismo y a la enseñanza, publicó importantes li-
bros de poesía como: Nocturna, Rescoldo, Aquella aldea y Selección
poética.

Fanny Uzcátegui (Boconó, 1932-2012)


Maestra, poeta e importante promotora cultural, en el estado andi-
no de Trujillo. Entre sus obras podemos mencionar: Poemas para
niños, El estanque y la ronda y Piapoco.

Marisa Vannini (Florencia, 1929-Caracas, 2016)


Filóloga, docente y miembro de la Academia Venezolana de la
Lengua y autora de numerosas obras para niños, entre estas El
oculto, La fogata y La palabra imaginaria.
Nota sobre esta edición
Esta selección de poesía infantil venezolana, hecha por María
Elena Maggi, contó con las ilustraciones de Álex Sarmiento,
ganador de la beca de ilustración convocada por Idartes en
el año 2021.
Libro al Viento
COLECCIÓN INICIAL

Es de color verde y está destinada al público infantil y primeros


lectores.

3 CUENTOS PARA SIEMPRE 47 ALICIA PARA NIÑOS


Varios autores Lewis Carroll

6 CUENTOS DE ANIMALES 48 JUANITO Y LOS FRÍJOLES


Rudyard Kipling MÁGICOS
Joseph Jacobs
13 LOS CUENTOS
Rafael Pombo 51 RIZOS DE ORO Y
LOS TRES OSOS
17 LOS VESTIDOS DEL cuento tradicional inglés
EMPERADOR Y OTROS
CUENTOS 55 PETER Y WENDY
Hans Christian Andersen (PETER PAN)
James Matthew Barrie
36 PARA NIÑOS Y OTROS
LECTORES 87 LAS AVENTURAS DE
Alphonse Daudet PINOCHO. HISTORIA DE
UNA MARIONETA
39 POESÍA PARA NIÑOS Carlo Collodi
Selección de Beatriz Elena
Robledo
94 FÁBULAS DE SAMANIEGO 143 NARICITA IMPERTINENTE
Ilustradas por Olga Cuéllar Y LA CASA DEL PÁJARO
CARPINTERO AMARILLO
95 COCOROBÉ: CANTOS Y Monteiro Lobato
ARRULLOS DEL PACÍFICO Ilustrados por Sindy Elefante
COLOMBIANO
Selección de Ana María Arango 147 TRECE RELATOS NÓRDICOS
Ilustrados por Ivar Da Coll Varios autores
Ilustrados por Mónica Peña,
105 FÁBULAS DE LA FONTAINE Andrés Rodríguez, Amalia
Ilustradas por Olga Cuéllar Satizábal, Alejandro Uscátegui y
Ingrid Vang Nyman
115 FÁBULAS DE IRIARTE
Ilustradas por Olga Cuéllar 152 PACO YUNQUE
César Vallejo
123 PIEL DE ASNO Y OTROS Ilustrado por Alicia Garavito
CUENTOS
Ilustrados por Eva Giraldo

129 JUAN SÁBALO


LEOPOLDO BERDELLA DE
LA ESPRIELLA
Ilustrado por Eva Giraldo

134 LA DICHA DE LA
PALABRA DICHA
Nicolás Buenaventura
Ilustrado por Geison Castañeda

136 HIP, HIPOPÓTAMO


VAGABUNDO
Rubén Vélez
Ilustrado por Santiago Guevara

140 FÁBULAS DE
TAMALAMEQUE
Manuel Zapata Olivella
Ilustradas por Rafael Yockteng
Este ejemplar de Libro al Viento es un
bien público. Después de leerlo, permite
que circule entre los demás lectores.

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colibrí

La casa encantada fue editado por el


Instituto Distrital de las Artes - idartes
para su Biblioteca Libro al Viento, bajo el número
ciento sesenta y dos.
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GRATUITA

162
“A las doce y pico
el tucán parece
un pájaro y pico.”
Rubén Martínez Santana

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