Manual de ASA - Accion Solidaria Adventista
Manual de ASA - Accion Solidaria Adventista
Manual de ASA - Accion Solidaria Adventista
División Sudamericana
Sector de Grandes Áreas Sul, Quadra 611, Conjunto D
Parte C Asa Sul
Brasilia – DF
70200-710
Primera Edición
10.000 ejemplares - 2011
Colaboradores
Servidores de ADRA y ASA de los países que componen la División Sudamericana
Traducción
Departamento de Traducción de la División Sudamericana
Impresión
Asociación Casa Editora Sudamericana (ACES)
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN 7
CAPÍTULO 7: RECURSOS
1. Fuentes de recursos 57
1.1 Recursos internos 57
1.2 Recursos externos 58
2. Tipos de recursos 58
2.1 Recursos humanos 58
2.2 Recursos materiales o en especies 59
2.3 Recursos estructurales 60
2.4 Recursos financieros 60
3. Buscando recursos: Lo que debemos y lo que no debemos hacer 61
3.1 Lo que debemos hacer 61
3.2 Lo que no debemos hacer 62
4. Recomendaciones 62
ANEXOS
ANEXO 1 – Instrucciones para el uso del logo marca de ASA 73
ANEXO 2 – ADRA 76
ANEXO 3 – Registro de personas o familias carenciadas 78
ANEXO 4 – Registro de técnicos y profesionales voluntarios 79
ANEXO 5 – Registro de instituciones a dónde derivar 80
ANEXO 6 – Día de la acción solidaria y servicio a la comunidad 81
ANEXO 7 – Preparando una cesta básica 83
ANEXO 8 – Pasos para organizar un curso de generación de ingresos o técnico 86
ANEXO 9 – Formato básico para escribir proyectos sociales 87
91
SUGERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
INTRODUCCIÓN
E
l presente Manual es la respuesta a una necesidad percibida dentro
de la Iglesia Adventista del Séptimo Día de la División Sudameri-
cana, relacionada al trabajo de beneficencia social, especialmente
después de la reciente decisión de la iglesia de utilizar la nomen-
clatura Acción Solidaria Adventista (ASA) para las actividades solidarias que
las iglesias locales, a través de sus miembros, realizan para la comunidad de
alrededor.
Éste tiene el propósito de motivar, orientar, ayudar a organizar y movili-
zar a los miembros de su iglesia para que, sin reservas, pongan en práctica
la compasión, solidaridad y el deseo de servir llevando alivio y esperanza al
prójimo.
El mismo está dividido en ocho capítulos. Los primeros dos están enfoca-
dos en los fundamentos bíblicos y del Espíritu de Profecía en cuanto a la be-
neficencia social; en los capítulos 3 y 4 se expone lo que es Acción Solidaria
Adventista (ASA) y cómo organizarla; los capítulos 5, 6 y 7 se relacionan con
proyectos sociales y recursos necesarios para implementarlos; finalmente,
en el capítulo 8 se muestra cómo será la actuación de la Iglesia en los casos
de emergencias y desastres que cada día asolan nuestro planeta.
Vivimos en un mundo donde, por un lado, las necesidades humanas son
enormes y muy variadas, y por el otro, las posibilidades de servir también lo
son. Para ello, Dios requiere de nosotros compromiso y disposición para ir
al encuentro de estas necesidades, hasta que finalmente podamos presen-
ciar y vivir el momento en que Jesucristo regrese y establezca su reino, en el
cual no habrá más dolor, pobreza, hambre, injusticia, desigualdad, violencia
y muerte.
Hasta allí, recuerde que cada hecho de bondad, cuando se realiza con co-
herencia y amor genuino, es una poderosa forma de testificar, demostrando
a los demás quién es Jesús.
Vivimos en un mundo donde las oportunidades para el desarrollo humano son desigua-
les y las disparidades socio económicas son enormes, esto se agrava por calamidades natu-
rales que están sucediendo con mayor frecuencia e intensidad. Solo citando una situación:
mientras las mesas de algunos están abastecidas en abundancia, otros pasan hambre. Así
vemos el sufrimiento, la pobreza y el hambre esparcirse por todas partes.
Si alguien le preguntara por qué existen estas situaciones, ¿qué le respondería? Algunas
de las respuestas más comunes son:
10
2. AUNQUE NO ES LA VOLUNTAD DE DIOS QUE HAYA POBREZA, ¿CÓMO LA
UTILIZA ÉL?
“[…] Dios no quiso nunca que existiese esta miseria” (El ministerio de la bondad, p. 17). La
cita es fácil de comprender por el simple hecho de que Dios es amor. Sin embargo, en el mismo
libro encontramos algunas respuestas de cómo utiliza Dios estas situaciones desfavorables:
• Para ejercitar nuestro corazón. “En la providencia de Dios los hechos han sido así orde-
nados para que los pobres estén siempre con nosotros, con el propósito de que pueda
haber un constante ejercicio en el corazón humano de los atributos de la misericordia y
el amor” (ibíd., p. 19).
• Para desarrollar en el hombre el carácter semejante al de Dios (ibíd.,).
• Para que podamos comprender la misericordia de Dios. (ibíd., p.20).
• Para el ejercicio de la fe y alcanzar el corazón de los afligidos. “No sería para el beneficio
del cristianismo que el Señor quitara la pobreza de la tierra. De esa manera se cerraría una
puerta que ahora se abre para el ejercicio de la fe, un medio por el cual se pueden alcan-
zar los corazones de los afligidos por el evangelio de la bondad. Mediante la liberalidad
cristiana se alcanzan almas que no podrían ser alcanzadas de otra forma. Es la mano
ayudadora del Evangelio” (ibíd., p. 185).
Los consejos del Espíritu de Profecía continúan mostrándonos que hay un “antes” y un “des-
pués” en la evangelización de estas personas: “Suplid primero las necesidades temporales de
los menesterosos, aliviad sus menesteres y sufrimientos físicos, y luego hallaréis abierta la puer-
ta del corazón, donde podréis implantar las buenas semillas de virtud y religión” (ibíd., p. 92).
Finalmente: “Al poner entre nosotros los pobres y los dolientes, el Señor nos prueba para
revelarnos lo que hay en nuestro corazón” (Joyas de los testimonios, t. 2, p. 499). Cada cristia-
no necesita desarrollar el carácter que acompaña a este ministerio. Es una oportunidad sin
límites para que el pueblo de Dios demuestre alegremente la compasión que alivia y que
previene el sufrimiento del prójimo.
En toda la Biblia, del Antiguo al Nuevo Testamento, encontramos claramente cuál es nues-
tra responsabilidad como cristianos en cuanto al cuidado de los pobres. En ella encontramos
exhortaciones, orientaciones y promesas para el que ejerce la solidaridad.
En el Antiguo Testamento
En Deuteronomio 15, a partir del versículo 7, encontramos descritas las leyes a favor de
los pobres dadas a los hijos de Israel, que culminan en el versículo 11: “Porque no faltarán
menesterosos en medio de la tierra; por eso yo te mando, diciendo: Abrirás tu mano a tu
hermano, al pobre y al menesteroso en tu tierra”. El “abrir la mano” implicaba compartir los
11
bienes de la familia. Vemos aquí el énfasis dado para derrotar el egoísmo y desarrollar un
espíritu generoso.
Entre tantos otros pasajes bíblicos que tratan del tema de la benevolencia, no podemos
dejar de reflexionar sobre Isaías 58, cuando se exhorta sobre la debida observancia del ayuno.
En los versículos 6 y 7 leemos: “¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras
de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis
todo yugo? ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en
casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano?”
Enseguida tenemos las promesas sobre lo que enfatizamos, en el versículo 10: “y si dieres
tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad
será como el mediodía”.
En el Nuevo Testamento
En las Escrituras vemos la continua preocupación de Jesús por los menos favorecidos. Su
vida y su ministerio estaban centrados en las necesidades de las personas y él mismo declaró
esto públicamente. “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar
buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a prego-
nar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar
el año agradable del Señor” (Lucas 4:18, 19).
Este pasaje frecuentemente se lo ve solamente del lado espiritual, o sea, que el cautivo y
el oprimido están bajo la opresión espiritual y no física. Sin embargo, Jesús estaba refiriéndo-
se a ambas. En esa ocasión, Jesús estaba leyendo Isaías 61, y este es un pasaje que muestra
claramente la intención de Dios en establecer un reino de justicia.
Al hablar de los momentos finales de este mundo, específicamente sobre el gran juicio
de Mateo 25:31-46, Jesús habla que todas las naciones se reunirán en su presencia, y serán
separadas en dos grupos. Los que estén a su derecha serán los que oirán al Maestro decir
“Venid, benditos de mi Padre”. Esos serán los que extendieron la mano al hambriento, al se-
diento, al forastero, al desnudo, al encarcelado. Lo más lindo será escuchar a Jesús: “En cuanto
lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”. ¡Qué privilegio nos
concede Jesús al darnos la oportunidad de hacer algo para él a través del servicio al prójimo!
Siguiendo el ejemplo del Maestro, en Hechos 4:34, 35, vemos a la iglesia primitiva que
practicaba la benevolencia, cuidando unos de otros. La comunidad cristiana de entonces de-
positaba valores a los pies de los apóstoles; luego, estos bienes eran distribuidos a medida
que alguno los necesitaba, al punto de que la Biblia declara que “no había entre ellos ningún
necesitado”.
“Las Sagradas Escrituras y el Espíritu de Profecía, sobre todo la vida de Jesús, son la base
para que la Iglesia Adventista del Séptimo Día, a través de sus miembros, ejercite las virtudes
12
cristianas de la compasión, del altruismo y de la solidaridad. Así, desde sus comienzos la igle-
sia se preocupó e hizo planes para que a través de ofrendas, como el fondo de los pobres, los
necesitados pudiesen ser ayudados (Joyas de los testimonios, t. 2, p. 42, 43).
Con esta visión, en 1874, la iglesia oficializó una sociedad asistencial liderada por volun-
tarios de la Iglesia Adventista del Séptimo Día para ministrar a favor de los pobres y necesita-
dos, que se llamó Sociedad de Beneficencia Dorcas, nombre inspirado en la vida de Tabita o
Dorcas (Hechos 9:36). A partir de entonces, a medida que la iglesia iba avanzando para otros
países, se siguió el modelo en varias iglesias adventistas, esparciéndose por todo el mundo.
Hoy, Dios continúa llamando a cada miembro de iglesia a ser un agente de transforma-
ción en su comunidad, siguiendo los métodos de Jesús, para traer esperanza a través del
ministerio de la compasión. “Hay que aliviar a los pobres, atender a los enfermos, consolar a
los afligidos y dolientes, instruir a los ignorantes y aconsejar a los inexpertos. Hemos de llorar
con los que lloran y regocijarnos con los que se regocijan” (El ministerio de curación, p. 102).
• “[...] los hijos podrían ayudar haciendo, aún siendo bien jóvenes, pequeños mandados
de misericordia y amor para bendecir a otros” (p. 107).
• “Los que tienen talentos y capacidades deben usar esos dones para bendecir a sus pró-
jimos […]” (p. 203).
• “[…] todo el que entienda de algún oficio, debe sentirse moralmente obligado a ense-
ñar y ayudar a los ignorantes y desocupados” (p. 206).
• “¿Por qué habría de negarse a los santos pobres la bendición de dar para ayudar a los que
son más pobres que ellos?” (p. 215).
• “Los pobres no están excluidos del privilegio de dar. Ellos, tanto como los ricos, pueden
tener una parte en esta obra” (p. 212).
13
Con estos textos concluimos que el trabajo de beneficencia social es de TODOS: niños,
jóvenes y adultos, hombres y mujeres, ricos y pobres, personas con cualquier tipo de talento.
Las necesidades humanas son tantas y tan urgentes que requieren la participación de
cada cristiano. Hay lugar para el servicio de cada persona. “Él usa a los humildes y consagra-
dos cristianos que tienen el amor de la verdad en su corazón” (ibíd., p. 114).
Y un último consejo: “[…] los creyentes inmediatamente se unieron para ejercitar la cari-
dad” (ibíd., p. 110).
Para reflexionar:
14
CAPÍTULO
2
2 CREADOS PARA SERVIR
No hay mayor ejemplo de una vida de servicio que la de Jesucristo. Él curó, enseñó, predi-
có, ayudó, se entregó, salvó y amó. Y eso se confirma en sus propias palabras: “Porque el Hijo
del hombre no vino para ser servido, sino para servir […]” (Marcos 10:45).
Así, la vida del cristiano debe estar repleta, no solamente de palabras y buenas intencio-
nes, sino también de buenas acciones. Pero, servir no es solo algo que hacemos, es algo que
identifica lo que en realidad somos, pues si decimos ser seguidores de Cristo, entonces el ser-
vir debe ser parte de nosotros. “Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también
estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará” (Juan 12:26).
El apóstol Pablo entendiendo el espíritu de servicio que debía estar en el corazón de cada
cristiano, exhortó: “[…] servíos por amor los unos a los otros” (Gálatas 5:13).
Servir es como un distintivo del cristiano verdadero. Servir es dejar de mirar solamente
a nuestras propias necesidades y prioridades, y tomar la iniciativa para actuar a favor de los
demás. Dios es honrado cuando con fidelidad, obediencia y gozo nos colocamos en la con-
dición de siervos.
16
El servicio verdadero es hecho con honestidad
Vivimos en un mundo en el cual el cambio de valores está infiltrado, donde el “te hago esto
a cambio de aquello”, consciente o inconscientemente, es parte de muchas relaciones. Vemos
esto hasta entre los actos de beneficencia, a veces, hechos para proyectar un nombre, una igle-
sia, una organización o el propio yo. En otras palabras, una pseudo (falsa) beneficencia pone
detrás una piedad aparente, oculta intereses de tipo político, religioso, personal u otros.
Jesús actuaba diferente, pues todos los actos bondadosos que hizo a las personas sufrien-
tes fueron sin esperar nada a cambio. Vean sus palabras: “Guardaos de hacer vuestra justicia
delante de los hombres, para ser vistos de ellos […]” (Mateo 6:1).
Siguiendo el modelo de servicio de Jesús, toda acción dirigida a los semejantes debe ser
motivada por amor. “Cuando ellos vean la evidencia de nuestro amor desinteresado será más
fácil que crean en el amor de Cristo” (El ministerio de la bondad, p. 86).
17
El servidor auténtico no se pregunta: ¿En qué puedo beneficiarme con lo que hago? Pero
sí: ¿Cómo puedo beneficiar a otros? Busca oportunidades para servir, no para ser servido.
En general somos muy selectivos en nuestra compasión. Por ejemplo, nos compadece-
mos de las víctimas del SIDA, si es que fueron contaminadas por transfusión de sangre; nos
compadecemos de una familia que perdió la casa en un incendio, si ese no fue provocado por
un cigarrillo; nos compadecemos de la adolescente embarazada, siempre que no sea “madre
soltera”; o sea, parece que nuestra compasión es solamente para los necesitados “dignos”.
Jesús siempre estuvo dispuesto a servir, incluso a aquellos que, a los ojos del mundo, no me-
recían misericordia. Sus actos de bondad llegaban hasta aquellos que a los ojos humanos eran
indignos e impuros. Alcanzaba a los indefensos, los solitarios, los discriminados, los excluidos.
Un ejemplo tal lo vemos en su actitud hacia los leprosos, pues a pesar de la fuerte dis-
criminación que existía hacia esas personas, él les permitió acercarse: “Vino a él un leproso,
rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme. Y Jesús, teniendo miseri-
cordia de él, extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio” (Marcos 1:40, 41).
El servidor verdadero lo hace con alegría: “he aquí que mis siervos cantarán por júbilo
del corazón” (Isaías 65:14). Además, el servidor verdadero, siguiendo el ejemplo del Maes-
tro, distribuye alegría: “Mientras él [Cristo] pasaba por los pueblos y ciudades, era como
una corriente vital que difundía vida y gozo por dondequiera que fuera” (El ministerio de la
bondad, p. 78).
“Cada acto de misericordia hacia los necesitados, los que sufren, es considerado como
hecho a Jesús” (ibíd., p. 330). Este pensamiento debe motivar y permear nuestras acciones.
Por lo tanto, todo servicio prestado a nuestro prójimo debe ser completo, hecho con calidad,
dedicación, dando lo mejor de nosotros.
Entre los varios personajes descritos en la Biblia como ejemplos de servicio, resaltaremos
aquí a una mujer y a un hombre cuyos corazones eran solidarios por naturaleza: Dorcas, una
mujer que fue parte del ministerio de Pedro, y el buen samaritano, un hombre que aparece
en una de las parábolas relatada por Jesús. La Biblia no dedica muchos versículos a ellos, pero
menciona lo suficiente para resaltar el ejemplo de amor al prójimo ejercido por ambos.
18
3.1 ¿Qué sabemos sobre Dorcas?
En la Biblia lee-
mos: “Había entonces
en Jope una discípu-
la llamada Tabita, que
traducido quiere decir,
Dorcas. Esta abundaba
en buenas obras y en li-
mosnas que hacía” (He-
chos 9:36).
En el libro El ministe-
rio de la bondad, p. 148,
leemos: “En Jope había
una [mujer llamada]
Dorcas, cuyos hábiles
dedos eran más activos
que su lengua. Sabía quiénes necesitaban vestimenta adecuada y quiénes necesitaban sim-
patía […]. Y cuando murió Dorcas, la iglesia de Jope se dio cuenta de su pérdida […]. Ella era
de tan gran valor que, mediante el poder de Dios, fue rescatada del terreno del enemigo para
que su habilidad y energía pudieran ser todavía una bendición para otros”.
Con la descripción bíblica y la referencia del Espíritu de Profecía concluimos que Dorcas
tenía algunas características especiales:
Su muerte conmovió a los que la conocían y a quiénes había servido. Fue resucitada para
continuar sirviendo a los necesitados, no por el dinero que poseía, sino para que sus habili-
dades y energía pudieran continuar siendo una bendición para otros.
19
3.2 ¿Qué sabemos sobre el
buen samaritano?
“En la historia del buen samaritano, Cristo ilustra la naturaleza de la verdadera religión.
Muestra que ésta no consiste en sistemas, credos, o ritos, sino en la realización de actos de
amor, en hacer el mayor bien a otros, en la bondad genuina” (ibíd., p. 46).
¿Qué motivó a estas personas a servir? Sólo hay una respuesta: un espíritu de servicio mo-
vido por el AMOR. Difícil de definir, difícil de explicar, pero es el AMOR que motiva a alguien a
desear el bien del otro, que predispone la dedicación absoluta de un ser a otro ser. La mayor
20
demostración de amor que se encuentra en la Biblia es Juan 3:16: “De tal manera amó Dios [a
usted y a mí] que dio a su Hijo unigénito […]”. Amar es darse.
“Cualquier cosa que se haga por puro amor, por pequeña o despreciable que sea a la vista
de los hombres, es completamente fructífera; porque Dios considera más con cuánto amor se
trabajó que la cantidad lograda” (Servicio cristiano, p. 324).
• Nunca pierda de vista el foco supremo: “a Cristo el Señor servís” (Col. 3:24, u.p.).
• Glorifique a Dios con sus obras: “Si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para
que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria […]” (1 Ped. 4:11).
• Sirva con gozo: “Estad siempre gozosos” (1 Tes. 5:16).
• Desarrolle una vida de oración: “Orad sin cesar” (1 Tes. 5:17).
• Agradezca a Dios por darle la oportunidad de servir: “Dad gracias en todo” (1 Tes. 5:18).
Para reflexionar:
• Piense en sus motivos o razones para servir. Pregúntese: ¿Qué me mueve? ¿Cómo puedo
saber si mi servicio realmente proviene del corazón?
• Valorice sus capacidades, sus dones y talentos. Pregúntese: ¿Qué puedo hacer?
• Valorice las capacidades de su iglesia y comunidad. Pregúntese: ¿Qué podemos hacer juntos?
• Finalmente: andemos en sus pisadas. “Pero no necesitamos ir a Nazaret, Capernaúm y Beta-
nia para andar en las pisadas de Jesús. Hallaremos sus huellas al lado del lecho del enfermo,
en los tugurios de los pobres, en las atestadas callejuelas de la gran ciudad, y en todo lugar
donde haya corazones humanos que necesiten consuelo. Al hacer como Jesús hizo cuando
estaba en la tierra, andaremos en sus pisadas” (El Deseado de todas las gentes, p. 595).
21
CAPÍTULO
3
3
¿QUÉ ES LA ACCIÓN SOLIDARIA
ADVENTISTA: ASA?
“La religión pura y sin mácula no es un sentimiento, sino la
realización de obras de misericordia y amor”
(El ministerio de la bondad, p. 42).
El nombre Acción Solidaria Adventista (ASA) está compuesto de tres palabras que se en-
lazan dando significado a su existencia:
A
Impulsa la transformación de ideas en actividades reales.
ACCIÓN Significa actuar. En palabras simples, “manos a la obra”.
3. IDENTIDAD VISUAL
La identidad visual de ASA se traduce en su logo marca, siendo esta una manera fuerte de
crear conciencia pública acerca de cómo se preocupa la iglesia adventista por la comunidad,
en este caso, con los menos favorecidos.
El logo marca comunica en esencia lo que ASA es y a qué se dedica. A continuación, la
definición filosófica que está contenida en él.
El logo marca de la iglesia en el centro simboliza que toda la solidaridad practicada por
ASA está insertada en la manera como nos relacionamos con Dios en nuestra religión ad-
ventista y concuerda plenamente con nuestro cuerpo de doctrinas. Por lo tanto, confirma el
hecho de que es una Acción Solidaria de la IASD.
23
Los dos muñecos formando un corazón unidos de pies y manos simboliza:
PIES: Que tenemos los pies unidos porque vivimos en un mismo mundo, somos iguales,
tenemos los mismos orígenes, pecamos.
MANOS: Las manos se unen en el sentido de SOLIDARIDAD, o sea, en ayuda, apoyo, so-
corro, atendiendo las necesidades físicas, mentales, emocionales, sociales y espirituales. Esa
unión de las manos puede simbolizar tanto el momento en que llega la ayuda al necesitado,
como el hecho de que trabajamos en conjunto, un grupo de personas que se organiza para,
unidos, ampliar la capacidad de ayudar a las personas.
CORAZÓN: Indica que la base de todas nuestras acciones es el AMOR, así como nuestro
modelo, que es Cristo, también tuvo el amor como la única motivación de su ayuda a noso-
tros. 1ª Corintios 13:3 nos recuerda que “si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los
pobres, […] y no tengo amor, de nada me sirve”.
La posición de los muñecos curvados indica la disposición de servir. Si uno de los muñe-
cos simboliza la persona que presta ayuda, entonces su posición curvada simboliza la dedica-
ción altruista por el bien del otro. Por otro lado, si uno de los muñecos simboliza una persona
en necesidad, entonces su posición curvada simboliza su propia necesidad o incapacidad de
solucionar solo sus problemas y dificultades.
El logo marca de ASA es como si fuera su “firma”. De esta manera no se podrá alterar ni
su diseño, ni su color. Si su presentación no fuera siempre la misma, perdería su significado.
Cualquier cambio, además de causar confusión, demuestra que no tenemos una unidad de
presentación.
24
Por lo tanto, este logo marca se deberá utilizar exactamente como fue creado en todos
los medios de comunicación, en los materiales producidos, ya sea educativos, promociona-
les u otros. En el Anexo 1 se encuentran instrucciones para el uso correcto del logo marca y
ejemplos de materiales.
En la iglesia local ASA tendrá, como una representación del trabajo social realizado por
sus miembros, un/a Director/a de ASA nombrado/a por la junta de la iglesia1.
En los Campos2 y Uniones hay un coordinador de ASA, el que será conocido por todas las
iglesias que están en su esfera geográfica. También hay un coordinador de ASA en la División
Sudamericana.
En cuanto a los informes de ASA, la línea de dirección de los mismos será la siguiente:
• ASA deberá presentar el informe de sus actividades a la junta de su iglesia. Una vez apro-
bado, el pastor deberá enviarlo al coordinador de ASA de su Campo.
• El coordinador de ASA del Campo deberá presentar un informe consolidado al coordina-
dor de ASA de su respectiva Unión. Este a su vez, informará al coordinador de ASA de la
División Sudamericana.
25
6. RELACIÓN ENTRE ADRA Y ASA
Aunque tanto ADRA como ASA tienen una causa común de servir al prójimo, y están
orientadas a un público blanco similar, existen diferencias importantes en su estructura ad-
ministrativa, financiera y de gestión de proyectos, que consecuentemente, repercuten en sus
líneas de dependencia y amplitud de acción, las cuales se aclaran en el siguiente cuadro:
ADRA ASA
Es una agencia humanitaria internacional con Es una rama de las actividades misioneras de la
el estatus de organización no gubernamental3. iglesia local.
Tiene en su l���������������������������������
ínea�����������������������������
de mando inmediato a la jun- Tiene en su línea de mando inmediato a la junta
ta directiva de ADRA. de iglesia local.
Contrata funcionarios y prestadores de servi- Opera con los miembros voluntarios de la iglesia y
cios, así como opera con voluntarios. simpatizantes.
3 Es la única organización no gubernamental oficial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Para mayores detalles
sobre la agencia, ver el Anexo 2 – ADRA.
26
Varias de las acciones de ADRA y de ASA se pueden y deben complementar, una fortale-
ciendo la otra.
Por un lado, ADRA apoyará el crecimiento de ASA a través de:
• Los voluntarios de la iglesia son un recurso de extremo valor, que apoya la implementa-
ción de proyectos administrados por la agencia, sobre todo, durante las situaciones de
emergencia.
• Los voluntarios de la iglesia dan una visibilidad significativa a la agencia, haciéndola cono-
cer como agencia humanitaria oficial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
• La organización que tiene ASA y el compromiso con valores y principios bíblicos facilita
la implementación de determinados proyectos cuyos recursos son captados por ADRA.
Por lo tanto, complementar las acciones beneficia a ambas, hace que el trabajo social,
ya sea desarrollado por la agencia o por las iglesias locales a través de ASA, surja o continúe
llevándose a cabo y se fortalezca.
Para reflexionar:
“Las buenas obras son el fruto que Cristo requiere que llevemos; palabras bondadosas,
actos de bondad, de tierna compasión por los pobres, los necesitados, los afligidos. Cuan-
do los corazones simpatizan con los corazones cargados de desánimo y angustia, cuando la
mano reparte a los necesitados, cuando se viste a los desnudos, cuando se invita a un extraño
a descansar en la sala y se le da un lugar en su corazón, los ángeles llegan a estar muy cerca, y
un acorde responde en el cielo” (Mente, carácter y personalidad, t. 1, p. 86).
27
CAPÍTULO
4
Objetivos del tema:
4
ORGANIZANDO ASA EN LA IGLESIA4
4 El presente capítulo solo presenta orientaciones básicas de organización, entendiendo que hay una variedad de
ASA en diferentes etapas de desarrollo. Algunas iglesias están en zona rural, otras en zona urbana o en las cercanías,
algunas tienen mayor acceso a recursos que otras, y en consecuencia el nivel de organización y desempeño de las
ASA son diferentes. Mientras tenemos ASA ya bien estructuradas, con muchos recursos y experiencia, otras están
apenas dando los primeros pasos, o quién sabe, están todavía pensando en organizarse.
1. PASOS INICIALES PARA LA ORGANIZACIÓN DE ASA EN LA IGLESIA
29
• Relacionarse con ADRA, ministerios, departamentos e instituciones de la iglesia, así como
con organizaciones afines fuera de la iglesia adventista.
• Incentivar, promover, orientar y apoyar todas las acciones solidarias de su iglesia.
• Participar de las reuniones, capacitaciones y comisiones de la iglesia cuando sea invitado/a.
• Conservar un registro fiel de las entradas y salidas de los recursos de ASA en coordinación
con el tesorero/a de la iglesia. Se recomienda que se hagan ajustes mensuales.
• Controlar la emisión de recibos.
• Realizar las compras para los proyectos y/o administración de ASA con sus respectivos
comprobantes.
• Mantener un registro organizado y actualizado del patrimonio bajo la responsabilidad de
ASA como muebles, utensilios, ropas, alimentos, etc.
• Captar recursos dentro y fuera de la iglesia, manteniendo una lista de donantes actualiza-
da, tanto de donantes actuales como posibles futuros donantes.
• Realizar los informes financieros mensuales que sean para la propia ASA, tesorería o junta
de iglesia y donantes.
• Controlar el envío de cartas de agradecimiento a los donantes.
• Participar de las reuniones, capacitaciones y juntas de iglesia cuando sea invitado/a.
5 Dependiendo del país, se deben llenar los registros específicos de filantropía para presentar al gobierno. En este
caso, busque orientaciones directamente con el coordinador de ASA de su Campo.
30
necesarios para implementar sus proyectos, el stock de recursos materiales que son recau-
dados y guardados para dar respuesta en casos de emergencia. Por lo tanto, debe ser un
ambiente seco, aireado y que ofrezca seguridad.
Afirmamos la importancia de que cada ASA tenga siempre literatura denominacional en
stock para compartir con los beneficiados.
El ideal es que este espacio físico se abra al público por lo menos una vez por semana,
en por lo menos un turno, colocando el horario en un lugar bien visible. Esta es solo una
propuesta, pues sabemos que los días y horarios de apertura van a depender de los tipos
de proyectos y actividades de cada ASA.
ciones importantes que debe comprender este registro están detalladas en el Anexo 3.
En el caso de una persona o familia beneficiada, en este registro debe constar también la
atención prestada que puede ser tanto de tipo asistencial o tal vez, por ejemplo, la participación
en algún curso de orientación o de generación de recursos. Estos beneficiados deberán ser veri-
ficados tanto durante el período en que estén vinculados directamente a ASA, como posterior-
mente, a fin de poder verificar qué impacto tuvo en sus vidas la ayuda recibida.
Algunas personas vendrán hasta nosotros por sí mismas, otras por nuestras invitaciones,
otras por indicación de alguien. Aunque serán ellas las que decidan venir o no, nosotros,
como cristianos, estamos comisionados a ir. Por lo tanto, resaltamos aquí la importancia de
las visitas domiciliares, pues permiten un contacto directo con la realidad y las necesidades
de las personas. Y, durante estas visitas, si se da la oportunidad, debemos leer algo de la Biblia,
orar y entregar alguna literatura.
“El Salvador iba de casa en casa, sanando a los enfermos, confortando a los enlutados,
consolando a los afligidos, hablando paz a los desconsolados. Tomaba a los niñitos en sus bra-
zos y los bendecía, y hablaba palabras de esperanza y consuelo a las cansadas madres. Con
incansable ternura y cortesía, trataba toda forma de aflicción y dolor humanos. No trabajaba
para sí sino para otros. Era siervo de todos” (Los hechos de los apóstoles, p. 364).
Toda ASA deberá tener un registro de técnicos y profesionales que estén dispuestos a
colocar sus capacidades, habilidades y tiempo a disposición de un trabajo voluntario. Cuando
surja una necesidad, ASA podrá solicitar la colaboración de los mismos en un determinado
proyecto o actividad. Algunos de los datos requeridos para el registro son:
6 Puede suceder que nuestra capacidad como ASA no pueda atender a determinada persona o familia en sus ne-
cesidades específicas del momento. Pero, podemos registrarlas para atenderlas posteriormente cuando aparezca
alguna oportunidad.
31
• Nombre completo del técnico o profesional.
• Fecha de nacimiento (opcional).
• Nº de documento de identidad.
• Dirección completa de la residencia y del lugar de trabajo.
• Teléfono/s y/u otros medios de contacto.
• Profesión.
• Días y horarios disponibles para el voluntariado.
• Religión.
• Nombre de la institución.
• Ámbito de acción y servicios prestados.
• Dirección completa.
• Teléfono/s y/u otros medios de contacto.
• Criterios para la admisión (puede ser la edad, sexo, ingreso familiar per cápita, etc.).
• Documentación exigida.
• Días y horarios de atención.
• Nombre del responsable de la organización y/o persona para contacto.
Aunque, como ASA, es nuestro deber estar preparados para atender de manera inmedia-
ta a una persona en necesidad, nuestras acciones sociales no deben estar caracterizadas por
el impulso; deben ser cuidadosamente planeadas de manera responsable.
Una herramienta útil para organizar el trabajo es un plan de acción. Básicamente, es una
tabla donde se distribuyen las actividades, el tiempo o período para realizarlas, los responsa-
bles y los recursos necesarios para ejecutarlas.
Con un plan de acción resulta más fácil controlar el cumplimiento de las actividades, por-
32
que identifica qué se hará, cuándo se hará, quién lo hará y qué recursos se utilizarán. Además
de eso, en las reuniones de equipo se deberá discutir cómo se harán esas actividades.
El plan de acción es fundamental para presentar un servicio organizado y de calidad, a la
iglesia, al prójimo y a Dios. Debe ser:
La recomendación es que se prepare un plan de acción anual. Pero, por supuesto, deberá
tener ajustes de acuerdo con las necesidades y oportunidades que van surgiendo en el trans-
curso del año.
Del plan de acción anual se puede hacer un plan de acción mensual, donde se detallen las
actividades propuestas para determinado mes.
Algunas de las actividades que podrían estar contempladas en el plan de acción anual son:
Recuerde que el plan de acción debe ser presentado al pastor y a la junta de la iglesia,
pues ellos deberán conocerlo, aprobarlo y concederle el mayor apoyo.
7 Nota: Los proyectos aparecen en el plan de acción anual solo de manera general. Sin embargo, cada proyecto
deberá tener su cronograma de implementación específico, descrito dentro del propio proyecto.
33
PLAN DE ACCIÓN ANUAL
34
CRONOGRAMA
ACTIVIDAD DESCRIPCIÓN CT RESP $
E F M A M J J A S O N D
Julio
Asistencia a familias Recolección de datos 3x / año x x x -
Adriana
carenciadas
Cestas básicas 20 / mes Marta x x x x x x x x x x x x 250
9
Charlas para padres Lucía x x x x x x x x x 100
1 x / mes
Proyecto enlace
9 Lucía
Reunión con grupo de adolescentes x x x x x x x x x 350
1 x / mes Julio
Proyecto generando Corte y costura 2 x / año Juana x x x x x x 320
economía para el
hogar Aprovechamiento de alimentos 3 x / año Marta x x x 280
Día de los niños 1 x / año Luis x 80
Días especiales Día de la acción solidaria y servicio a 1 x / año Marta x 180
la comunidad
Día de acción de gracias de ASA 1 x / año Adriana x 20
Venta a beneficio 2 Celia x x 35
Entre las varias actividades que se pueden realizar durante las reuniones mensuales del
equipo de ASA, sugerimos algunas que son indispensables:
• Iniciar siempre con el aspecto devocional. Este es un momento para alabar, reflexionar
sobre la Palabra de Dios, y sobre todo, orar. Orar por la dirección de ASA, por los demás
voluntarios que donan su tiempo, por aquellos a quienes servimos, por los donantes, por
nuestros planes, por nuestros proyectos, por nuestra iglesia y sus líderes, por tantas otras
personas y motivos.
• Presentar un informe de las actividades realizadas y los respectivos resultados, o por la
dirección de ASA o por los responsables de las tareas.
• Dedicar tiempo para evaluar lo que se realizó bien, lo que se puede mejorar y lo que
no se deberá hacer más. El resultado de esta evaluación es lo que llamamos “lecciones
aprendidas”.
• Rever el plan anual para recordar o ajustar las actividades, estrategias, presupuesto y dis-
tribución de tareas del próximo mes, si así fuera necesario.
• Separar tiempo para capacitar al equipo. Elegir un tema que se considera necesario apren-
der para suplir mejor las necesidades de algún proyecto que estamos implementando,
compartir algo nuevo relacionado con el área social, o incluso rever capítulos del presente
manual.
Previamente a la reunión mensual, la dirección deberá preparar una agenda con los te-
mas a abordar.
Toda entrada recibida por ASA, ya sea donaciones, valores de la venta de productos para
beneficencia, etc., se debe entregar sin demora al tesorero/a de la iglesia para el fondo de
35
ASA. También al mismo fondo deberán ir las ofrendas entregadas por los miembros, e identi-
ficadas con el destino de ASA. Estos fondos pertenecen a ASA y solo podrán ser desembolsa-
dos por orden del director/a de ASA, con previo consenso de toda la dirección de ASA.
El tesorero/a de iglesia dará un recibo de todos los fondos recibidos para ASA. A su vez el
tesorero/a de ASA firmará un recibo cada vez que desembolse fondos de ASA8.
5. CAPACITACIONES
6. COORDINACIÓN
Coordinación con ADRA, ministerios, departamentos e instituciones de la iglesia
ASA debe tener una coordinación estrecha, no solamente con ADRA, como agencia hu-
manitaria oficial de la iglesia9; sino también con sus ministerios, departamentos e instituciones
especialmente cuando estos están involucrados con algún proyecto de carácter social, como
por ejemplo: el Ministerio de la mujer, con el proyecto Rompiendo el silencio; los Conquistadores,
que tienen varias insignias que incluyen asistencia a la comunidad; el Ministerio personal, que
incentiva a realizar acciones de carácter social a través de los Grupos pequeños; etc.
Cuando tales proyectos e iniciativas son bien coordinados se fortalecen y se hacen más
significativos, tanto para la iglesia como para la comunidad.
ASA también debe participar activamente de los proyectos misioneros lanzados para la
iglesia en general, y de las fechas especiales del calendario de la iglesia.
ASA deberá mantener también una coordinación armoniosa con donantes e instituciones
afines que no pertenecen a la iglesia, tales como instituciones prestadoras de apoyo técnico o
de capacitación, religiosas, entre otras. Un gesto de aprecio o una carta de reconocimiento o
agradecimiento, será siempre bienvenida. Debemos aprovechar las oportunidades presenta-
das para dar testimonio, demostrando en la práctica nuestros principios y valores.
36
7. COMUNICACIÓN
Interna
Los proyectos y actividades de ASA deberán ser conocidos por la iglesia local para que
puedan ser apreciados y apoyados. Por lo tanto, es fundamental que su iglesia reciba comuni-
cación sobre lo que ASA está haciendo, lo que ya hizo, y lo que pretende realizar en el futuro.
Algunas formas de comunicar a la iglesia serían colocar una nota sobre ASA en el mural,
boletín, periódico o página web de la iglesia, celebrar los alcances por lo menos una vez al
trimestre una reunión con toda la iglesia, preferentemente un sábado, para relatar y recibir la
reacción de los miembros.
Externa
Para reflexionar:
UNA ASA DE ÉXITO ES AQUELLA QUE DEPOSITA SU CONFIANZA EN DIOS
“La razón por la cual muchos dejan de tener éxito es que confían demasiado en sí mismos,
y no sienten la positiva necesidad de descansar en Cristo al salir a buscar y salvar lo que se ha
perdido” (El ministerio de la bondad, p. 104).
“Pero la habilidad sola, los mejores talentos solos, no pueden tomar el lugar del amor”
(ibíd., p. 86, 87).
37
CAPÍTULO
5
Objetivos del tema:
5
INTRODUCCIÓN A LOS PROYECTOS SOCIALES
• Dar a conocer los conceptos básicos y esferas de acción de los proyectos sociales.
• Incentivar a ASA a servir de manera equilibrada tanto con acciones asistenciales como con
las de desarrollo humano.
• Comprender que nuestras acciones de solidaridad deben alcanzar transformación positi-
va y duradera en la vida de aquellos a quienes servimos.
1. ¿QUÉ ES UN PROYECTO SOCIAL?
Un proyecto social surge a partir de una idea motivada por una necesidad observada o
sentida, que afecta a la calidad de vida de individuos, familias o comunidades. Pero no bas-
tan ideas y buenas intenciones. Es necesario colocarlas en práctica planeando actividades y
recursos, buscando estrategias eficaces, evaluando continuamente el progreso e impacto de
las mismas, y por supuesto, teniendo siempre en consideración las necesidades, prioridades
y contribución de las personas o comunidades servidas.
Más detalles sobre cómo construir un proyecto social estarán expresados en el capítulo 6.
39
3. ESFERAS DE ACCIÓN DE LOS PROYECTOS SOCIALES
Los proyectos sociales se pueden dividir en dos grandes esferas de acción: las acciones
asistenciales y las acciones de desarrollo. Es importante reconocer las características particu-
lares de ambas para poder actuar con buen discernimiento.
Ayudan a atender una necesidad inmedia- Ayudan a las personas a procurar su pro-
ta y se deben usar en situaciones extrema- pio bienestar, mejorando su vida de ma-
damente críticas. nera duradera.
Jesús las utilizó como un recurso ocasional Estas acciones fueron las más utilizadas
y justificado. por Jesús.
Ejemplo: Proveer gratuitamente alimen- Ejemplo: Dar orientación para que las
tos, ropas y otros materiales. personas obtengan sus propios recursos.
4. ACCIONES ASISTENCIALES
Las acciones asistenciales son las que atienden las necesidades que exigen una interven-
ción inmediata. Se concretan con una atención básica y son dirigidas a atender:
40
• Necesidades temporarias como la pérdida de empleo, surgimiento de una enfermedad,
fallecimiento de la persona responsable del sustento familiar, etc.
• Necesidades inmediatas vinculadas a víctimas de emergencias y desastres.
• Necesidades crónicas, como es el caso de huérfanos, ancianos y deficientes en una situa-
ción de abandono.
• Distribución de alimentos secos (tipo cesta básica10) o preparados (tipo sopa o guiso).
• Distribución de ropas, calzados, frazadas y colchones.
• Distribución de muebles y utensilios domésticos.
• Distribución de productos de limpieza e higiene personal.
• Distribución de material escolar.
• Distribución de medicamentos.
• Atención médica, odontológica, psicológica y de apoyo espiritual.
• Días especiales de atención a la comunidad.
• Cuidados esporádicos a los huérfanos, ancianos, deficientes sin compañía y familia de
prisioneros.
• Otros.
Aquí se incluyen las diversas actividades prestadas por ocasión de emergencias o desas-
tres, como ser, suplir de agua potable y refugio. Los detalles están descriptos en el capítulo 8.
Recalcamos que estas acciones se deben realizar siempre pensando que estas personas
probablemente tienen otras necesidades a largo plazo, por lo tanto, se las debe registrar para
darles un seguimiento. Podrán recibir los beneficios de algún proyecto de desarrollo que ASA
esté implementando o se las podrá transferir a otro lugar que tenga más recursos de los que
su ASA puede ofrecer.
Importante: En las acciones asistenciales hay que evitar al máximo dar dinero.
41
5. ACCIONES DE DESARROLLO
• “Debe hallarse alguna manera por la cual [los pobres] puedan ganarse la vida. A algunos
será necesario enseñarles a trabajar” (El ministerio de la bondad, p. 187).
• “En vez de estimular a los pobres a pensar que pueden conseguir que se les provea gratis
o casi gratis lo que necesitan para comer y beber, debemos esforzarnos por proveerles
trabajo y, si es necesario, enseñarles a trabajar” (ibíd., p. 202).
42
• “Debemos educar a los pobres para que se sostengan a sí mismos. Esto será un auxilio
verdadero, porque no sólo les dará sostén propio, sino que los habilitará para ayudar a
otros” (ibíd.).
Los cursos de generación de ingresos son aquellos que propician el desarrollo de habi-
lidades con las cuales la persona tendrá condiciones de generar recursos, y a través de ellos
podrá contribuir o hasta mismo suplir sus necesidades básicas.
A pesar de no ser profesionalizados, permiten que la persona desarrolle una actividad
que genere ingreso económico y pueden ser los primeros pasos para un trabajo definitivo.
43
Algunos ejemplos de cursos de generación de ingre-
sos son:
Cursos técnicos
44
• Ley de seguridad en el trabajo.
• Contabilidad básica.
• Código de ética.
• Tendencias del mercado de trabajo.
• Entrevista de empleo.
• Inscripción en el departamento de previsión social.
• Auxiliar administrativo.
• Auxiliar de depósito/almacenamiento.
• Auxiliar de informática.
• Tele marketing.
• Recepcionista.
Finalmente, tanto los cursos de generación de ingresos como los cursos técnicos ayudan
a restaurar la dignidad, a aumentar la autoestima, a rescatar la identidad de personas antes
consideradas como desempleadas, transformándolas en productivas e incluidas en el merca-
do de trabajo.
Para mayores detalles de cómo organizar un curso de generación de ingresos o profesio-
nalizado, ver el Anexo 8.
6. ALGUNOS CONSEJOS
• Los cursos de Administración financiera del hogar deberían formar parte de todos los pro-
yectos de ASA. Si no como un curso aparte, por lo menos, como complemento de todos
los demás cursos ofrecidos.
“A muchos les falta un manejo prudente y economía” (El ministerio de la bondad, p. 209).
“Muchos son pobres por falta de diligencia y economía. No saben usar correctamente sus
recursos” (ibíd., p. 193).
45
• Tenga una lista de instituciones del gobierno, ONG, fundaciones que pueden suplir al-
gunas de las necesidades que estarán más allá de las posibilidades de atención de ASA.
• Los cursos deben ser extensivos a la comunidad carenciada y no restringidos a los
adventistas.
• Si su ASA está planeando un proyecto de mayores dimensiones (tanto en términos de
tipo de actividades, número de beneficiarios o presupuesto), entre en contacto a través
del coordinador de ASA de su Campo con el director de ADRA de su Estado. Él podrá ver
cómo ayudar técnicamente a escribir la propuesta y a buscar donantes.
Para reflexionar:
46
CAPÍTULO
6
6
ESTRUCTURANDO, IMPLEMENTANDO Y
EVALUANDO PROYECTOS SOCIALES
ESTRUCTURAR DISEÑO
IMPLEMENTAR ACCIÓN
EVALUAR PONDERACIÓN
No es la intención de este manual presentar una discusión extensa sobre el tema. Aquí
solamente se darán algunas orientaciones básicas y prácticas de cómo el equipo de ASA debe
estructurar, implementar y evaluar sus proyectos.
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áres��������������������������������������������������������������������������
e! Esta es una etapa de mucha búsqueda de informaciones y mucha planifica-
ción. Es vital para el buen funcionamiento futuro del proyecto, por eso, estaremos discutien-
do con más énfasis sobre ella.
Para estructurar un proyecto con bases s�������������������������������������������������
ólidas�������������������������������������������
es necesario dar una serie de pasos impor-
tantes, que siguen una lógica, y que culminan en un documento escrito. De manera simple y
resumida, lo que tenemos que hacer durante esta etapa es:
48
Todos los pasos descritos anteriormente se deben registrar por escrito, a esto lo llamamos
“documento o propuesta del proyecto”. Por lo tanto, la redacción del proyecto es el resultado
del proceso inicial de planificación. Existe una variedad de formatos ya establecidos, los cua-
les facilitan la redacción de un proyecto. Sin embargo, en el Anexo 9, sugerimos un formato
básico que contiene los principales tópicos que debe comprender una propuesta.
1.1 El problema
Identificando y comprendiendo los problemas
“Tal como Job, vosotros debéis ser ojos para los ciegos y pies para los cojos y debéis inquirir
por las causas que vosotros no conocéis investigándolas con el objeto de conocer sus necesida-
des y ayudarlos justamente en lo que ellos más necesitan ayuda “ (El ministerio de la bondad, p. 92).
49
Definiendo un problema central
Después de reunir suficiente información, hay que definir un problema central o princi-
pal, de manera que se pueda trazar un proyecto que supuestamente podrá transformar la
situación.
¿Por qué proponemos definir un problema central? Porque al realizar el paso anterior de
recolección de informaciones junto a la comunidad, a veces, nos deparamos con una variedad
significativa de problemas que enfrenta, y es evidente que no podemos actuar en todos, por
lo menos no al mismo tiempo. Con frecuencia en una misma comunidad podemos encontrar
problemas de desempleo, analfabetismo, delincuencia infantojuvenil, violencia doméstica y
otros tantos más. En este caso, es posible definir junto con la comunidad, por ejemplo, que
el analfabetismo de jóvenes y adultos es un problema relevante y que la solución del mismo
sería un paso importante para la solución de otros problemas, colaborando para el desarrollo
de la comunidad en general. Por lo tanto, el analfabetismo podrá ser el problema central de
nuestro proyecto.
Es posible que su iglesia esté ubicada en un lugar próspero y el analfabetismo no sea un
problema. Tal vez, en vez de eso, el problema sea el uso de drogas y la ausencia de proyectos
de sensibilización y concientización que aborde esta situación, sobre todo con los jóvenes y
adolescentes.
Para ayudarlo a definir el problema algunas de las preguntas que deberá responder son:
• ¿Cuál es la necesidad?
• ¿Quiénes son las personas afectadas?
• ¿Dónde están las personas afectadas?
• ¿Cuándo se presenta la necesidad?
• ¿Por qué se presenta esa necesidad?
• ¿Qué cambios se producirán si se suple la necesidad?
• ¿Qué mejoras habrá?
50
Un recurso útil que se puede usar durante esta planificación inicial es lo que llamamos
“Árbol de análisis”. Así como un árbol tiene un solo tronco central, se necesita definir un pro-
blema único, central. Y así como un árbol tiene muchas raíces y ramas, todo problema central
tiene varias causas y sus efectos también son diversos.
Continuando con el ejemplo del analfabetismo como problema central, entre las causas
de éste podríamos encontrar la falta de ánimo de las personas de ir a una sala de clases des-
pués de un día largo de trabajo, la falta de un lugar accesible y horario apropiado para que
jóvenes y adultos puedan tener sus clases, la falta de material didáctico adaptado a esta franja
de edad, etc. Entre los efectos o consecuencias del analfabetismo podríamos encontrar per-
sonas con acceso solo a trabajos mal remunerados y hasta inclusive desempleadas, limitadas
a las fuentes de comunicación que necesitan de lectura, baja autoestima, etc.
A veces, los efectos pueden transformarse en causas de otros problemas, formando un
círculo vicioso, lo que hace que el problema central sea más relevante. Si actuamos sobre el
mismo, estaremos colaborando para que esa maraña de causa y efectos sea por lo menos, el
mínimo amenizada.
51
1.2 Los objetivos
Una vez definido el problema central e identificadas sus principales causas y efectos, con
seguridad, desearemos cambiar esa situación. Por lo tanto, es el momento de comenzar a
definir los objetivos de nuestro proyecto. Estos se dividen en objetivo general y objetivos
específicos.
Por lo tanto el objetivo general del proyecto será: 60 jóvenes y adultos alfabetizados en el
barrio Aurora, en el período de marzo a agosto de 2012.
Objetivos específicos
Los objetivos específicos están dirigidos a las causas del problema y a los cambios espe-
rados. También se expresan en resultados que se pueden verificar. Pregúntese:
Por ejemplo, una fortaleza puede ser el hecho de tener un grupo de profesionales volun-
tarios registrados y motivados que serán útiles para colaborar en la resolución del problema.
52
Como debilidad puede ser que necesitemos de algún tipo de equipo que no tenemos y tam-
poco tenemos condiciones de adquirirlo.
También debemos pensar sobre ciertas oportunidades y amenazas que están fuera de
nuestro control y que pueden incidir en la resolución o no del problema. A esto lo llamamos
investigación externa. Como ejemplo de oportunidades puede estar el hecho de que el go-
bierno local tiene como prioridad atacar el mismo tipo de problema que queremos eliminar
o amenizar; y como amenaza puede ser el hecho de que el proyecto necesite una cantidad
importante de recursos que depende en gran parte de donantes externos.
Siguiendo con el ejemplo del analfabetismo, al verificar sus causas, algunos de los objeti-
vos específicos del proyecto podrían ser:
Note que con este último objetivo nos estamos proponiendo, no solo proveer una es-
tructura física y materiales para la alfabetización, sino que nos estamos comprometiendo a
ofrecer un curso de tan buena calidad, que los alumnos no lo van a abandonar.
Una vez establecidos los objetivos del proyecto, el siguiente paso será definir las activida-
des y estrategias que se realizarán para alcanzar tales objetivos. Pregúntese:
• Realizar junto a los interesados una encuesta para identificar los mejores días y horarios
de clase.
53
• Elaborar un afiche para divulgar el lugar y horario de clases.
• Registrar a los interesados.
• Etc.
A medida que se planean las actividades del proyecto, hay que tener en mente que cada
una de ellas está sujeta a ciertos recursos. Por lo tanto pregúntese:
2. IMPLEMENTAR: ACCIÓN
54
3. EVALUAR: EXAMINAR
• Detectar a tiempo situaciones que necesitan atención, motivándonos a buscar otras op-
ciones que, probablemente, darán más éxito.
• Mostrar lo que definitivamente no está funcionando, y qué se debe descartar o modificar.
• Mejorar lo que ya estamos haciendo bien.
FINALMENTE: “Un proyecto bien planeado es como un mapa fiel, porque nos conducirá
paso a paso hasta el destino final. Pero, si nuestro mapa tiene espacios en blanco, informa-
ciones imprecisas y está mal hecho, ciertamente llegaremos a un destino que no esperába-
mos o tal vez no llegaremos a ningún lugar” (Llamados para servir, p. 25).
Para reflexionar:
55
CAPÍTULO
7
7 RECURSOS
• Presentar las diferentes fuentes y tipos de recursos, así como dar orientaciones básicas
sobre las formas de recaudación de los mismos.
Cuando hablamos de recursos, muchas veces, pensamos
enseguida en dinero. Sin embargo, existen otros recursos que
pueden ser más importantes que éste.
Continúe reflexionando:
1. FUENTES DE RECURSOS
1.1 Recursos internos
57
Por lo tanto, uno de los pasos más relevantes que el equipo de ASA debe tomar es sen-
sibilizar continuamente a los miembros de iglesia en cuanto a la necesidad de ser solidarios,
generosos, y donantes sistemáticos.
Algunas ideas de cómo sensibilizar a los miembros para realizar acciones solidarias son:
2. TIPOS DE RECURSOS
• Recursos humanos.
• Recursos materiales o en especies.
• Recursos estructurales.
• Recursos financieros.
Son las personas con sus habilidades, talentos, conocimiento, donación de tiempo y, so-
bre todo, espíritu solidario.
58
• Puede faltar dinero...
• Pueden faltar materiales...
• La estrategia no es de punta...
• El lugar no es el más adecuado...
…Pero si usted tiene personas con espíritu solidario, comprometidas, que compartan la
misma visión de servicio, entonces tendrá un recurso poderoso con el cual podrá realizar
grandes cosas.
Por lo tanto, además del equipo de ASA, organice un grupo de voluntarios para unirse
a los proyectos y actividades junto con ustedes. Como ya fue mencionado en el capítulo 4
de este manual, mantenga un registro de profesionales y técnicos voluntarios, que puedan
actuar en proyectos específicos con sus respectivas capacidades.
Ahora, ¿quién es el voluntario? El voluntario es toda persona que dona su labor, sus ca-
pacidades, sus talentos y su tiempo en una actividad que lo desafía y lo gratifica. El trabajo
realizado por un voluntario se basa en un compromiso no remunerado, donde prevalece la
dedicación, la entrega de sí mismo.
En el grupo de voluntarios puede y debe haber niños, adolescentes, jóvenes, adultos y
mayores de edad, hombres y mujeres, o sea, TODOS pueden de alguna forma participar en las
diversas acciones realizadas para el bienestar de los menos favorecidos.
Recordamos que todo el trabajo que realizan los miembros de iglesia es voluntario. Sin
embargo, específicamente para el trabajo de acción social es necesario conocer cómo fun-
ciona el aspecto legal del voluntariado de cada país. Algunos países exigen que se firme un
“Término de adhesión del voluntariado” en el cual queda registrado por escrito el deseo de la
persona de realizar trabajo voluntario.
Son aquellos recursos captados a través de donaciones tales como alimentos, ropas, cal-
zados, frazadas, colchones, juguetes, material escolar, productos de limpieza e higiene per-
sonal, muebles, utensilios de cocina y otros objetos. Estos se usan para la atención de una
necesidad inmediata o guardados para situaciones de emergencia locales, o para atención de
una emergencia mayor, en ese caso deberán ser canalizados para ADRA11.
Algunos ejemplos de los que se puede utilizar para la recaudación de recursos materiales son:
• Campañas como las del kilo, del abrigo, del material escolar, que se pueden realizar junto
a las escuelas y otras instituciones adventistas o en la comunidad en general.
• Registro de donantes sistemáticos de alimentos no perecederos u otras especies.
• Recaudación de materiales en compañías, negocios, supermercados, etc.
• Aniversarios cuyos obsequios son donaciones de algún tipo de recurso.
• Presentaciones musicales, ferias, etc., cuya entrada es la donación de un recurso material.
11 Para mayores detalles sobre la coordinación entre ADRA y ASA frente a situaciones de emergencias y desastres,
ver capítulo 8.
59
En el manejo de los recursos materiales o en especies hay que tener en cuenta que todo
material, antes de entregarlo a la persona necesitada, debe estar en condiciones de uso. En el
caso de alimentos y productos de higiene personal, verificar el estado de presentación de los
mismos y la fecha de vencimiento.
Son los espacios y estructuras físicas puestos a disposición para las actividades de ASA.
Algunos ejemplos son:
• Un ambiente en la iglesia.
• Un garaje u otro recinto colocado a disposición de ASA por una familia para implementar
algún proyecto.
• Un recinto público o privado cedido para realizar alguna campaña.
• Un pequeño almacén para depósito de materiales. En este caso recordar que debe ser
seco y ventilado.
• Otros.
Son recursos recibidos en dinero. Estos pueden ser recaudados de diversas formas. A con-
tinuación damos algunas ideas:
60
IMPORTANTE: En el caso de recursos materiales que son transformados en recursos financie-
ros para mantener proyectos específicos, como por ejemplo: venta de ropas a beneficio, el
donante del recurso debe conocer y autorizar la venta.
“Los fondos de la iglesia local están compuestos por los fondos para los gastos de la igle-
sia, los fondos para proyectos de construcción y reparación de la iglesia, y los fondos de la
iglesia para los pobres y necesitados” (Manual de la iglesia, p. 64).
“Tenga cada uno una alcancía de abnegación en su hogar, y cuando piense que deba
gastar […] en complacencia propia, recuerde a los necesitados y hambrientos de África y de
India y a los que están cerca de su puerta” (El ministerio de la bondad, p. 287).
“En toda iglesia debe establecerse un fondo para los pobres. Luego cada miembro pre-
sentará una ofrenda de agradecimiento a Dios cada semana o cada mes, según resulte más
conveniente. Esta ofrenda expresará nuestra gratitud por los dones de la salud, el alimento y
las ropas cómodas. Y en la medida en que Dios nos bendijo con estas comodidades, apartare-
mos recursos para los pobres, los dolientes y los angustiados” (ibíd., p. 286).
El segundo diezmo
“…la consagración de un segundo diezmo destinado al alivio del pobre y otros usos be-
néficos, tendía a mantener siempre presente ante el pueblo el principio de que Dios es dueño
de todo, y que ellos tenían la oportunidad de ser los canales por los cuales fluyen sus bendi-
ciones” (ibíd., p. 288).
Los miembros deben recibir orientación en relación a entregar ofrendas y segundos diez-
mos con este propósito, identificando el destino de los mismos.
• Tenga proyectos concretos para presentar a los miembros de la iglesia y otros donantes.
• Prepare un plan de recaudación de recursos.
• Haga una lista de posibles donantes.
• Antes de divulgar los proyectos, recuerde que los mismos deben ser de pleno conoci-
miento del pastor y de la junta de iglesia.
61
• Involucre los líderes de otros departamentos en los proyectos.
• Cuando presente los proyectos a la iglesia, elija a una persona de buena comunicación
que transmita el mensaje de manera cautivante, que incentive a las personas a participar.
• Relate fielmente los resultados de los proyectos a la iglesia y a otros donantes. Ellos nece-
sitan saber.
• Aceptar recursos o patrocinio de empresas cuyos productos atentan contra la salud y/o la
moral. Ejemplos: Industria tabacalera, de bebidas alcohólicas, etc.
• Sorteos, rifas, bingos y otros juegos de azar.
• Kermeses.
• Apelar a la generosidad de manera coercitiva o condicional.
• Vender materiales o especies que donantes ofrecen para distribución gratuita.
4. RECOMENDACIONES
“El Señor desea conmover a los hombres del mundo, aún a los idólatras, a fin de que nos
den de su abundancia para el sostén de la obra si llegáramos hasta ellos sabiamente y les
diéramos una oportunidad de hacer aquellas cosas que es un privilegio hacer [.����������������
..]. Si las per-
sonas debidas presentaran delante de los que tienen medios e influencia, las necesidades de
la obra de Dios en una forma adecuada, esos hombres harían mucho para hacer progresar la
causa de Dios en nuestro mundo” (El ministerio de la bondad, p. 292).
• Tenga en mente que las personas donan por algún motivo. Percibir esto lo ayudará, al acer-
carse, a enfocar el punto sensible y la motivación del donante. Algunas de las razones son:
62
• Relacionarse es el punto clave. Las personas quieren relacionarse con otras personas, con
acciones transparentes y justas, y Dios valoriza estas relaciones.
• Si usted está buscando recursos para un proyecto en funcionamiento, cuéntele a su do-
nante la historia de alguien cuya vida fue tocada por colaborar en el mismo. Nada podrá
ser más convincente.
• Lleve una carta de presentación con la firma de su pastor y un resumen convincente del
proyecto. Tenga cuidado porque las personas pueden pedir donaciones usando su iden-
tidad y su iglesia.
• Coordine con la tesorería de la iglesia la entrega y controle los recibos para los donantes.
• Intercambie experiencias con otras ASA. Pueden surgir ideas nuevas y posibilidades de
recaudación de recursos.
MUY IMPORTANTE:
• Por más pequeña que haya sido una donación, haga un informe. Todo donante tiene el
derecho de saber lo que se hizo con su donación. Y nos cabe el deber de informarlo.
• También agradezca a su donante.
• Ore por cada donante.
Para reflexión:
• “El dinero donado no puede reemplazar el ministerio personal. Es bueno que demos de
nuestros recursos, y muchos más debieran hacerlo; pero se requiere de todos un servicio
personal proporcional a sus fuerzas y oportunidades” (El ministerio de la bondad, p. 197).
• Dar limosnas: ¿Cuál es mi postura? ¿Funciona? ¿Es para aliviar mi conciencia?
• ¿Cuánto de mi tiempo estoy donando a favor de los necesitados?
• ¿Mis donaciones son proporcionales a las bendiciones que Dios me está otorgando?
63
CAPÍTULO
8
8
ATENCIÓN EN EMERGENCIAS Y DESASTRES
• Conocer las características de los diferentes tipos de desastres y el papel que la iglesia
puede ejercer a través de ASA, estando afectada o no por esa situación.
• Aclarar el procedimiento de coordinación entre ADRA y ASA frente a situaciones de emer-
gencia y desastres.
Continuamente se producen emergencias y desastres, están registrados en la historia de
la humanidad y tienden a ocurrir con mayor frecuencia e intensidad. Ocasionan sufrimiento
físico y emocional, muertes violentas y, a veces, pérdidas materiales incalculables. Frente a
estas situaciones es necesario actuar para que los afectados tengan sus necesidades básicas
suplidas de inmediato y, posteriormente, puedan recibir ayuda para recuperarse y rehacer
sus vidas.
Para eso debemos tener conocimiento de cómo actuar, estar preparados y prestar ayuda
de manera organizada. No es el objetivo del presente capítulo profundizar este tema, pero sí
alentar y orientar a ASA en cuanto a su actuación. Cursos más completos se pueden conse-
guir directamente con ADRA o en coordinación con organismos gubernamentales responsa-
bles de dar respuesta a estas situaciones.
65
2. FASES PARA ACTUAR EN DESASTRES
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ticamente, las acciones relacionadas a un desastre se dividen en cuatro fases des-
critas a continuación:
• Prevención: se refiere a las actividades que deberán reducir o eliminar los efectos e
impactos de un futuro desastre. Por ejemplo: en el caso de un terremoto, no podemos
impedir que suceda, pero podemos minimizar su impacto al construir nuestras iglesias y
casas con técnicas apropiadas para resistirlos.
• Preparación: en esta fase se asegura que estén disponibles, para el caso que ocurra una
emergencia, recursos humanos, materiales, estructurales y financieros. También es aquí
que se establecen las responsabilidades y las coordinaciones necesarias para la acción.
• Respuesta: alcanza todas las acciones de protección a la vida, bienes y propiedades dadas
inmediatamente después de una situación de emergencia.
• Recuperación: se refiere a las actividades que deberán ayudar a las familias y comunida-
des a recuperarse del evento, retornar a su condición igual, similar o hasta mejor que antes
del desastre.
66
3.1 Si su iglesia está dentro del lugar del desastre
• Refugio temporario, tanto para los miembros de iglesia afectados por la emergencia,
como para la comunidad en general. En este caso, es preciso recordar que la iglesia no
servirá solo como hospedaje, sino será un lugar donde los afectados probablemente re-
cibirán sus alimentos, harán su higiene personal, buscarán guardar sus pertenencias de
valor, necesitarán seguridad y, a pesar de las circunstancias se debe pensar hasta en la
cuestión de la privacidad. Establecer un refugio temporario puede ser una tarea compleja,
por lo tanto ASA deberá buscar orientación de ADRA, o en su ausencia, de las autoridades
responsables de coordinar la respuesta a emergencias.
• Centro de prestación de servicios, tales como la distribución de alimentos o comidas pre-
paradas, agua, ropas y otros suministros.
• Centro de atención médica y apoyo psicoemocional.
• Local de oración o meditación y apoyo espiritual (hay detalles más adelante en este mis-
mo capítulo).
• Almacén de bienes que llegan para ser distribuidos a los afectados.
• Centro de coordinación de la emergencia, donde autoridades gubernamentales, eclesiás-
ticas, ONGs y otros se reúnen para la distribución de las responsabilidades y actividades.
67
• Lugar para capacitación y/o descanso de trabajadores y voluntarios que están actuando
en la emergencia.
• Centro de información para la búsqueda de familiares o amigos desaparecidos. Se incluye
aquí la lista de búsqueda de miembros de la propia iglesia afectados por el evento. Las
personas también pueden traer o buscar documentos que se extraviaron por ocasión del
desastre.
• Etc.
• La iglesia podrá conducir servicios de cultos especiales y, de a poco, volver a sus activida-
des de rutina, o sea, restablecer los cultos regulares, programaciones, etc. ASA también
deberá retomar su plan de acción, y si es necesario ajustarlo de acuerdo con las nuevas
necesidades y realidad.
• Continuar con ciertos servicios como el de apoyo psicoemocional y espiritual.
• Continuar apoyando a las familias en la recuperación de sus hogares, ayudándolos en la
limpieza, reparación o reconstrucción de la casa y los anexos.
• Continuar con la donación de bienes.
• Etc.
Después de algunas semanas de emergencia, las noticias en relación a la misma van dis-
minuyendo de a poco, así como las ayudas y donaciones. Sin embargo, muchas necesidades
continúan y dentro de lo posible se deberán atender. Por eso, ASA deberá continuar promo-
cionando las donaciones y continuar el apoyo a las familias afectadas.
Cuando ocurre una emergencia de importante magnitud, para la cual se necesita ayuda
externa, intente conocer las necesidades solicitadas por ADRA, las cuales estarán en relación
con las necesidades detectadas junto a las personas y autoridades del lugar del desastre. Esta
información se puede obtener a través del Portal Adventista www.portaladventista.org/esp
y otros medios de divulgación.
• Centro de recolección de alimentos secos y otros bienes como ropas, calzados, frazadas,
colchones, productos de limpieza, etc. A veces, sucede que se recibe donación de medi-
camentos que no pueden ser utilizados, o mucha ropa para una determinada edad, o un
68
tipo específico de alimento en exceso. Es función del equipo de ASA orientar a los miem-
bros de iglesia y público en general sobre el tipo de donaciones que se está solicitando.
• Recaudación de una ofrenda especial para determinada emergencia, que podrá apoyar
inclusive el transporte de los bienes recolectados y que deberán llevarse hasta el centro
de distribución de ADRA en el lugar de lo ocurrido.
• Círculo de oración a favor de las familias afectadas y del personal que estará actuando en
el lugar para socorro de las víctimas.
• Si en su registro de voluntarios tiene una persona con capacidad para atender una nece-
sidad específica solicitada por ADRA, facilite la comunicación entre ambos, colocándolos
en contacto.
Frente a una emergencia o desastre, las personas reaccionan de manera diferente, in-
clusive espiritualmente. Algunas estarán cuestionando
la justicia de Dios, algunas se rebelan contra él, otras
se acercan a él, otras se fortalecen en él. Algunas
pierden el propósito para su vida, otras se
sienten abandonadas por él. Para algunas,
las prácticas religiosas pierden su signi-
ficado, mientras para otras es la única
cosa en donde encuentran apoyo.
Frente a esta diversidad de situa-
ciones y reacciones, algunas indica-
ciones importantes para el equipo de
ASA y colaboradores son:
69
• Anime a las personas a hablar de sus sentimientos, experiencias y escúchelas con interés, pro-
veyendo un sentimiento de apoyo y esperanza.
• Sea prudente para detectar la necesidad de recomendar a la persona a un servicio espe-
cial. Si usted se depara con un caso que está más allá de su capacidad y nivel de entrena-
miento para poder ayudar efectivamente, recomiende o indique un servicio o profesional
que esté entrenado a tratar con las dificultades y complejidad del caso.
La iglesia adventista mundial se une anualmente para recoger una ofrenda especial, la
cual se destina al Fondo de Emergencia. En la División Sudamericana, dentro del calendario
eclesiástico, esta ofrenda se recoge el segundo sábado del mes de mayo.
ADRA es la responsable de preparar los materiales promocionales de esta ofrenda. A nivel
de la iglesia, el pastor y el equipo de ASA deben divulgar esta fecha con anticipación a fin de
que los miembros se preparen y participen con alegría de la misma. Estas ofrendas son un
recurso importante para que ADRA esté preparada para dar una respuesta inmediata cuando
surge una emergencia.
70
Para reflexionar:
“Ejerce su poder en todos los lugares y bajo mil formas: en las desgracias y calamidades
de mar y tierra, en las grandes conflagraciones, en los tremendos huracanes y en las terribles
tempestades de granizo, en las inundaciones, en los ciclones, en las mareas extraordinarias
y en los terremotos. Destruye la mies casi madura y a ello siguen la hambruna y la angustia;
propaga por el aire emanaciones mefíticas y miles de seres perecen en la pestilencia. Estas
plagas irán menudeando más y más y se harán más y más desastrosas. La destrucción
caerá sobre hombres y animales” (El conflicto de los siglos, p. 647).
71
ANEXOS
ANEXOS
ANEXO 1
INSTRUCCIONES PARA EL USO DEL LOGO MARCA DE ASA
73
1. COLORES
2. TIPO DE LETRA
Es la misma letra del logo marca oficial de la IASD, o sea, Goudy Oldstyle, en la función
negrito o bold.
4. SIGLA
Es permitido utilizar el logo marca con la sigla del nombre “Acción Solidaria Adventista”, o
sea, solamente utilizando las letras “ASA”, sin punto entre ellas. La diagramación de esta varia-
ble también debe ser respetada conforme el diseño padrón.
Algunos ejemplos de materiales confeccionados con el uso correcto del logo marca están
a continuación:
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75
ANEXO 2
ADRA
DECLARACIÓN DE IDENTIDAD
Su razón de existir es seguir el ejemplo de Cristo, siendo una voz para servir y asociarse
a los que están en necesidad. Establecida en más de 120 países, actúa tanto en situaciones
de emergencia como implementando proyectos de desarrollo comunitario, propiciando una
mejor calidad de vida a miles de individuos y familias. Sus acciones son sin discriminación
étnica, política o religiosa.
MISIÓN
ADRA trabaja con la gente que padece pobreza y aflicción para crear un cambio justo y
positivo a través de alianzas potenciadoras y acciones responsables.
VISIÓN
ADRA es una red profesional, formativa y eficiente construida con integridad y transpa-
rencia. ADRA se extiende más allá de las fronteras, fortaleciendo y abogando a favor de los
que se encuentran en situaciones de riesgo y olvido para lograr cambios verificables, docu-
mentados y duraderos en las personas y en la sociedad.
76
PRINCIPIOS Y VALORES
ADRA cree:
77
ANEXO 3
REGISTRO DE PERSONAS O FAMILIAS CARENCIADAS
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ANEXO 4
REGISTRO DE TÉCNICOS Y PROFESIONALES VOLUNTARIOS
Nº de documento de identidad
Teléfono(s)
Correo electrónico
Profesión
Religión
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ANEXO 5
REGISTRO DE INSTITUCIONES A DÓNDE DERIVAR
Nombre de la institución
Dirección completa
Teléfono
Fax
Correo electrónico
Documentación exigida
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ANEXO 6
DÍA DE LA ACCIÓN SOLIDARIA Y SERVICIO A LA COMUNIDAD
“De acuerdo con el cuarto mandamiento, el sábado fue dedicado al descanso y culto reli-
gioso. Todo asunto secular debía ser suspendido, pero las obras de misericordia y benevolen-
cia estaban en armonía con el propósito del Señor. Estas obras no estaban limitadas ni por el
lugar ni por el tiempo. Aliviar a los afligidos y consolar a los tristes es un trabajo de amor que
realmente honra el santo día de Dios” (El ministerio de la bondad, p. 81).
Las actividades del sábado a la tarde deberán orientarse especialmente a la visitación. En
Santiago 1:27 está escrito que “la religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta:
visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones […]”.
• Hogares de ancianos.
• Hogares de niños.
• Hogares para personas con necesidades especiales.
• Prisiones o familiares de presos.
• Enfermos en hospitales, clínicas y domicilios.
• Familias registradas por ASA.
• Etc.
81
En esa oportunidad podemos entregar algún alimento, ropa, u otro bien material que
sepamos será de utilidad para la persona o familia visitada; ofrecer literatura denominacional;
leer porciones de las Sagradas Escrituras; dar orientación, palabras de ánimo y aliento espiri-
tual, y orar.
Obviamente, estas actividades siempre deben estar promovidas por ASA. Pero, este es
un sábado especial, separado para eso, cuando todas las iglesias en la División Sudamericana
estarán unidas con el mismo propósito.
“El placer de servir a los demás imparte calor a los sentimientos de uno mismo, el cual
fulgura por los nervios, aviva la circulación de la sangre y promueve la salud mental y física”
(El ministerio de la bondad, p. 319).
82
ANEXO 7
PREPARANDO UNA CESTA BÁSICA
Los productos y cantidades sugeridos a continuación son solo a título de orientación bá-
sica . El cálculo se hizo tomando en cuenta las necesidades de consumo de una persona
12
Al usar alimentos no perecederos hay que prestar mucha atención al plazo de validez y
tener en cuenta las costumbres de cada país o región. Los productos desconocidos o que
no forman parte de la alimentación de cada día tienden a ser mal utilizados o no utilizados.
Recordamos que los alimentos presentados anteriormente no atienden las necesidades
nutricionales diarias de nutrientes como fibras, vitaminas y minerales que son muy importan-
tes para una dieta balanceada. Por lo tanto, esta composición se deberá complementar con
legumbres, frutas y hortalizas, huevos, etc.
En la “Cesta de Navidad” se pueden colocar algunas golosinas como bizcochos, galletitas,
pan dulce, jugos, etc.13
83
1.2 Qué no colocar en la cesta
• Productos vencidos o con algún indicio de deterioro, tipo lata oxidada o hinchada, harinas
o porotos con gorgojos o polillas, arroz mohoso, etc.
• Dulces en general como caramelos, chicles, etc.
• Gaseosas, bebidas con porcentaje de alcohol, café y otros estimulantes.
• Enlatados de carne en general.
A veces, se agrega la leche en polvo a la cesta básica. Sin embargo, cuando se utiliza para
los niños, puede traer problemas en lo que se refiere a:
• No se debe utilizar para sustituir la leche materna. Esta última, debe ofrecerse a los niños
hasta los dos años de edad.
• Para reconstituirla se debe utilizar agua potable, filtrada o hervida. Esos cuidados evitarán
la contaminación que podrá ocasionar diarrea, enfermedades parasitarias, etc.
• Prestar atención a la cantidad de polvo y agua indicadas en el embalaje a fin de hacerlo
correctamente, evitando el exceso o la falta del producto. Cuando el polvo se coloca en
exceso, puede eventualmente causar constipación y si se coloca menor cantidad no pro-
veerá al niño una nutrición adecuada.
Los productos de limpieza, tanto para la limpieza personal como para la limpieza de la
casa, son excelentes complementos de la cesta básica, tales como:
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2. IDENTIFICACIÓN
Colocar una carta de presentación de la iglesia dentro de cada cesta básica explicando:
• Quiénes somos.
• Por qué hacemos esto.
• Dirección de la iglesia.
RECUERDE: Como iglesia debemos ofrecer lo mejor que podemos a quienes queremos ayu-
dar. Por lo tanto, debemos cuidar de la presentación de la cesta básica. No colocar bizcochos
enmohecidos, latas herrumbradas, paquetes rotos, etc.
3. DISTRIBUCIÓN
Nota: Agradecemos a la nutricionista Iara dos Santos Pereira Voos por el aporte técnico y la
revisión del presente anexo.
85
ANEXO 8
PASOS PARA ORGANIZAR UN CURSO
DE GENERACIÓN DE INGRESOS O TÉCNICO
1. Investigar en las inmediaciones de la iglesia a fin de identificar qué curso sería útil para
satisfacer las necesidades de los habitantes de la región. Investigar también el mercado
de trabajo junto a un organismo gubernamental de asistencia social del Municipio para
comprobar cuál es la profesión que más se necesita.
2. Determinar los costos y la fuente de dónde vendrán los recursos para financiar el curso.
Si fuera necesario y posible, cobrar una pequeña cantidad para cubrir los gastos de
materiales, instructor, etc.
3. Establecer un lugar adecuado para el curso que se ofrecerá.
4. Verificar si ASA está capacitada para ofrecer el referido curso o si tiene un voluntario/a
registrado/a que podrá ser el instructor/a. Si no, buscar medios de hacerlo en conjunto
con otros organismos capacitados para tal fin.
5. Definir el período, horario, carga horaria, duración del curso y el número de alumnos por
grupo.
6. Definir los materiales y equipos necesarios para el referido curso.
7. Divulgar el curso en la comunidad, asociaciones de barrios, iglesias, escuelas, casas
comerciales, etc., a través de folletos, radio comunitaria, carteles, pasacalles, etc.
8. Iniciar las matrículas con un mes de anticipación. Generalmente aparecen más personas
que el número de vacantes que se puede ofrecer. Si es así será necesario hacer una
selección de las personas que más necesitan del curso.
9. Proveer medios para garantizar la asistencia, tales como voluntarios para cuidar de los
hijos de los matriculados, manteniéndolos ocupados con actividades constructivas.
10. Como resultado del buen aprovechamiento ofrecer certificados al terminar el curso o
realizar una graduación.
86
ANEXO 9
FORMATO BÁSICO PARA ESCRIBIR PROYECTOS SOCIALES14
PRESENTACIÓN
Lugar
Barrio, Municipio, Estado.
Ej.: Barrio Aurora, Município “X”, Estado “X”.
Duración
Período de duración en meses.
Ej.: Marzo a agosto de 2012.
Costo
Se coloca el monto total, de acuerdo con el presupuesto hecho.
Ej.: $ 750.
RESUMEN
• Por qué fue elegido este problema.
• Qué se pretende hacer.
• Qué resultado tendrá.
Importante: El resumen debe ser breve, pero completo.
14 A título de ejemplo, el presente formato tiene registrado parcialmente un “Proyecto de alfabetización de jóvenes y adultos” y
contiene algunas orientaciones sucintas.
87
I. DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMA
II. OBJETIVOS
Permite elaborar de manera coherente y articulada los componentes del proyecto. Tam-
bién mejora la planificación, seguimiento y evaluación del mismo.
FIN (opcional)
Es una declaración amplia, visionaria que describe la transformación final que producirá
el proyecto.
Ejemplo: Mejorar la calidad de vida de las familias del barrio Aurora de una manera duradera
a través de la alfabetización de jóvenes y adultos durante el período de marzo a agosto de
2012.
OBJETIVO GENERAL
Está expresado en un resultado que se puede medir, tiene un tiempo específico y está
relacionado directamente al problema central. Debe ser realista y posible de alcanzar.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
También se expresan en resultados que se pueden medir y están dirigidos a las causas
del problema y a los cambios esperados. Generalmente se relacionan con conocimientos,
actitudes y prácticas.
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Ejemplos:
Las actividades y estrategias explican las acciones y cómo ellas deben ser realizadas para
alcanzar los objetivos del proyecto. Pregúntese:
Ejemplo (con relación al objetivo específico 2 - Dos grupos de 35 alumnos en horários diferentes):
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Como método de enseñanza se podrá emplear el mismo que el gobierno usa para la alfa-
betización de jóvenes y adultos.
V. SUPERVISIÓN Y EVALUACIÓN
Todo proyecto necesita ser supervisado y evaluado. Por lo tanto dentro de la redacción
del proyecto se necesita anotar cómo se hará.
VI. RECURSOS
• Recursos humanos
• Recursos materiales
• Recursos estructurales
• Recursos financieros
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SUGERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. White, Elena de. El ministerio de la bondad. Buenos Aires: ACES, 1987. 374 páginas.
Este libro debería ser leído cuidadosamente para mejor comprensión de la beneficencia
social y de la importancia de la misma para el crecimiento espiritual de cada miembro indi-
vidualmente y de la iglesia como un todo.
2. White, Elena de. Servicio cristiano. Buenos Aires: ACES, 1993. 346 páginas.
3. Nelson, Dwight K. O Décimo Primeiro Mandamento [El décimo primer mandamiento]. Tatuí:
CPB, 2008. 128 páginas.
4. Swindoll, Charles R. Desafío a servir. Nashville: Grupo Nelson, 2010. 210 páginas.
91
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