Casa de Lancaster
Casa de Lancaster
Casa de Lancaster
Rama secundaria de la familia Plantagenet, que reinó en Inglaterra entre 1399 y 1471. Su
fundador fue Edmond Crouchback, el Cruzado (1245-96), hijo de Enrique III de Inglaterra,
de quien recibió el título de conde de Lancaster (1267). Gobernó el Condado de Champaña
(en Francia) por su casamiento con Blanca de Artois. Su hijo Thomas (h. 1278-1322),
segundo conde de Lancaster, luchó contra el favorito del rey Eduardo II, Gaveston, a quien
arrebató el poder y ejecutó en 1312. Fue a su vez desplazado por un nuevo favorito,
Despenser, quien le hizo ejecutar.
Pero su hermano Henry (h. 1281-1345), segundo conde de Lancaster, continuó la lucha
hasta apresar al rey y proclamarse jefe de un Consejo de Regencia (1326). Su hijo Henry (h.
1300-61) sirvió a Eduardo III como militar durante la Guerra de los Cien Años, lo cual le
valió el título de primer duque de Lancaster. Sin embargo, no tuvo descendientes varones,
por lo que dicho título y la inmensa riqueza de la familia pasaron a su yerno, el cuarto hijo
del rey, Juan de Gante (1340-99). Al quedar viudo, éste se casó con una hija de Pedro I, el
Cruel, de Castilla, razón por la que reivindicó sin éxito el Trono castellano. Convertido en
el noble más poderoso de Inglaterra, ejerció como regente de hecho durante los últimos
años del reinado de Eduardo III y actuó de mediador entre el siguiente monarca -Ricardo II-
y los nobles descontentos.
Para fortalecer la unidad en torno a la Corona relanzó la Guerra de los Cien Años contra
Francia, obteniendo una resonante victoria en la batalla de Azincourt (1415) y conquistando
Normandía. El consiguiente Tratado de Troyes (1420) le convirtió en regente de Francia,
yerno de su rey Carlos VI y heredero del Trono francés, aunque nada de esto se llegó a
plasmar en la práctica por la pronta muerte de Enrique V.
Los Lancaster fueron derrotados en 1461, pasando el Trono al candidato de los York,
Eduardo IV, mientras Enrique VI y su esposa se refugiaban en Holanda; sin embargo,
Enrique sería repuesto transitoriamente en el Trono en 1470 por la traición del favorito de
Eduardo, el conde de Warwick. Derrotado definitivamente al año siguiente, Enrique VI fue
encerrado en la Torre de Londres, donde murió. Su fama de hombre bueno y piadoso
convirtió su tumba en lugar de peregrinación e incluso Enrique VII solicitó a Roma su
canonización, sin conseguirla.