Jueves Santo
Jueves Santo
Jueves Santo
(Comentador: , dice:)
SENTIDO DEL DÍA
Iniciamos con este día, el gran triduo pascual, tres días en los cuales
celebramos el único misterio Pascual de Cristo. Con esta celebración de la
misa vespertina de la cena del Señor, celebramos que un jueves como hoy
Jesús Instituyó el sacramento de la Eucaristía; al servicio de la Eucaristía
Instituyó el orden sacerdotal, para perpetuar por los siglos su presencia y
nos dio el mandamiento nuevo del amor. En esta Eucaristía demos gracias
por este admirable Sacramento, por todos los sacerdotes del mundo entero,
por nuestro Párroco, por todos los que están haciendo concreto el Amor y
el Servicio en medio de nuestra comunidad Parroquial sobretodo en estos
tiempos difíciles.
El Sacerdote con ornamentos blancos como para la misa, se realiza el comentario y después el
coro canta “Pueblo de Reyes”.
(Comentador: , dice:)
COMENTARIO INICIAL
Como los primeros discípulos, reunidos con Jesús en el cenáculo la víspera
de su pasión, así también nosotros nos congregamos hoy para celebrar la
Santa Cena. Iniciemos gozosos estos tres días centrales del año litúrgico
para resucitar con Cristo a una vida nueva y comprometernos a ser fieles
seguidores de su palabra.
RITOS INICIALES
Concluido el canto de entrada, el sacerdote luego pasa a la Sede y los fieles de pie se signan, mientras el que
preside dice:
En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
Y el pueblo responde.
R/ Amén.
El Sacerdote dice:
La paz, la caridad y la fe, de parte de Dios Padre, y de Jesucristo, el Señor,
estén con todos ustedes.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
ACTO PENITENCIAL
El Sacerdote invita a los fieles al acto penitencial diciendo:
El Señor Jesús, que nos invita a la mesa de la Palabra y de la Eucaristía, nos
llama ahora a la conversión. Reconozcamos, pues, que somos pecadores e
invoquemos con esperanza la misericordia de Dios.
GLORIA
A continuación, se recita el himno del Gloria solemne mientras los monaguillos tocan suavemente las
campanas:
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te
glorificamos, te damos gracias, Señor Dios rey celestial, Dios Padre
todopoderoso. Señor Hijo Único, Jesucristo, Señor Dios, cordero de Dios,
Hijo del padre; Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros;
Tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestras súplica; Tú que estas
sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo Tú eres
Santo, sólo Tú Señor, sólo Tú altísimo Jesucristo, con el Espíritu Santo en
la Gloria de Dios Padre. Amén.
ORACION COLECTA
AL CONGREGARNOS, OH DIOS, PARA CELEBRAR ESTA SACRATÍSIMA
CENA, EN LA CUAL TU UNIGÉNITO, CUANDO IBA A ENTREGARSE A LA
MUERTE, ENCOMENDÓ A LA IGLESIA EL SACRIFICIO NUEVO Y ETERNO Y
EL BANQUETE DE SU AMOR, CONCÉDENOS, TE ROGAMOS, QUE POR LA
CELEBRACIÓN DE TAN SAGRADO MISTERIO OBTENGAMOS LA PLENITUD
DE AMOR Y DE LA VIDA. POR NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, TU HIJO, QUE VIVE
Y REINA CONTIGO, EN LA UNIDAD DEL ESPÍRITU SANTO Y ES DIOS POR LOS SIGLOS
DE LOS SIGLOS. /R. AMEN.
(Comentador: , dice:)
LITURGIA DE LA PALABRA COMENTARIO
Jesús ha hecho de toda su vida un verdadero servicio, y lo hizo realidad en
los signos de la Eucaristía, el Sacerdocio y el Amor. ¿Estamos dispuestos a
acoger el don de la salvación que Jesús nos ofrece mediante estos signos?
Se omite el lavatorio de los pies
PRIMERA LECTURA
Lectura del Libro del Éxodo 12,1-8.11-14
En aquellos días, dijo el Señor a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto: «Este mes
será para vosotros el principal de los meses; será para vosotros el primer mes del
año. Decid a toda la asamblea de Israel: “El diez de este mes cada uno procurará
un animal para su familia, uno por casa. Si la familia es demasiado pequeña para
comérselo, que se junte con el vecino de casa, hasta completar el número de
personas; y cada uno comerá su parte hasta terminarlo. Será un animal sin
defecto, macho, de un año, cordero o cabrito. Lo guardaréis hasta el día catorce
del mes, y toda la asamblea de Israel lo matará al atardecer. Tomaréis la sangre
y rociaréis las dos jambas y el dintel de la casa donde lo hayáis comido. Esa noche
comeréis la carne, asada a fuego, comeréis panes sin fermentar y verduras
amargas. Y lo comeréis así: la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón
en la mano; y os lo comeréis a toda prisa, porque es la Pascua, el paso del Señor.
Esta noche pasaré por todo el país de Egipto, dando muerte a todos sus
primogénitos, de hombres y de animales; y haré justicia de todos los dioses de
Egipto. Yo soy el Señor. La sangre será vuestra señal en las casas donde estéis:
cuando vea la sangre, pasaré de largo; no os tocará la plaga exterminadora,
cuando yo pase hiriendo a Egipto. Este día será para vosotros memorable, en él
celebraréis la fiesta al Señor, ley perpetua para todas las generaciones.”» Palabra
de Dios
SALMO RESPONSORIAL SAL 115,12-13.15-16BC.17-18
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los Corintios
11,23-26
Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he
transmitido: Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó pan
y, pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: «Esto es mi cuerpo, que se
entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía.» Lo mismo hizo con el cáliz,
después de cenar, diciendo: «Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre;
haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía.» Por eso, cada vez que
coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que
vuelva. Palabra de Dios
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan 13, 1-15
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar
de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo,
los amó hasta el extremo. Estaban cenando, ya el diablo le había metido en la
cabeza a Judas Iscariote, el de Simón, que lo entregara, y Jesús, sabiendo que el
Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se
levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa
agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con
la toalla que se había ceñido. Llegó a Simón Pedro, y éste le dijo: «Señor,
¿lavarme los pies tú a mí?» Jesús le replicó: «Lo que yo hago tú no lo entiendes
ahora, pero lo comprenderás más tarde.» Pedro le dijo: «No me lavarás los pies
jamás.» Jesús le contestó: «Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo.» Simón
Pedro le dijo: «Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza.» Jesús
le dijo: «Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo
él está limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos.» Porque sabía
quién lo iba a entregar, por eso dijo: «No todos estáis limpios.» Cuando acabó de
lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo: «¿Comprendéis lo
que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis “el Maestro” y “el Señor”, y decís
bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies,
también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros; os he dado ejemplo para
que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis.» PALABRA
DEL SEÑOR
Homilía
(Comentador: , dice:)
EXPLICACION DEL SIGNO DEL LAVATORIO DE LOS PIES
El agua del lavatorio simboliza pureza y los pies representan la sumisión de quien
los lava o besa. De esta manera, cuando el hijo del Dios Jesucristo lava los pies
a sus 12 apóstoles en la Última cena, muestra con su ejemplo que, si el Hijo de
Dios puede ser servicial y humilde, nosotros también somos capaces de hacerlo
guiados por el amor.
Presidente: Dios y Padre Nuestro, atiende la oración que tus hijos te dirigen
en este Triduo Santo que se inicia, y haz que sus vidas sean un permanente
servicio al prójimo, a ejemplo de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de
los siglos. Amén.
No se dice Credo.
LITURGIA EUCARÍSTICA
Canto:
Plegaria Eucarística
Santo eres en verdad, Padre,
y con razón te alaban todas tus criaturas,
ya que por Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro,
con la fuerza del Espíritu Santo,
das vida y santificas todo,
y congregas a tu pueblo sin cesar,
para que ofrezca en tu honor un sacrificio sin mancha
desde donde sale el sol hasta el ocaso.
Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:
En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse claramente y con precisión,
como lo requiere la naturaleza de las mismas palabras.
Porque él mismo,
la noche en que iba a ser entregado,
Se inclina un poco.
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora, haciendo
genuflexión.
Después prosigue:
tomó el cáliz,
dando gracias te bendijo,
y lo pasó a sus discípulos, diciendo:
*
Se inclina un poco.
Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora, haciendo genuflexión.
Anunciamos tu muerte,
proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!
El sacerdote, con las manos extendidas, dice:
Pero no estamos solos para alabarte, Señor. La Iglesia entera, que es tu pueblo,
extendida por toda la tierra, canta tus alabanzas. Nosotros nos unimos a su
canto con el santo Padre, el Papa FRANCISCO y nuestro Arzobispo PABLO
También en el cielo la Virgen María, los apóstoles y los santos, te alaban sin
cesar.
A ti, Señor, que nunca olvidas a nadie, te pedimos por todas las personas que
amamos y por todos los que han muerto en tu paz.
Acuérdate de todos los que sufren y viven tristes, de la gran familia de los
cristianos y de cuantos viven en este mundo. Al ver todo lo que tú haces por
medio de tu Hijo Jesús, nos quedamos admirados y de nuevo te damos gracias y
te bendecimos.
Por Cristo, con Él y en Él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu
Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos
Junta las manos
El pueblo aclama:
Amén.
Una vez depositados el cáliz y la patena sobre el altar, el sacerdote, con las manos juntas, dice:
Tuyo es el Reino,
tuyo el poder y la gloria
por siempre, Señor.
El pueblo responde:
Amén.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
Luego, si se juzga oportuno, el diácono, o el sacerdote, añade:
Y todos, según las costumbres del lugar, se intercambian un signo de paz, de comunión y de caridad.
El sacerdote da la paz al diácono o al ministro.
Después toma el pan consagrado, lo parte sobre la patena y pone una partícula dentro del cáliz,
diciendo en secreto:
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz.
Esta aclamación puede repetirse varias veces, si la fracción del pan se prolonga. La última vez se
dice:
danos la paz.
El sacerdote hace genuflexión, toma el pan consagrado y, sosteniéndolo un poco elevada sobre la
patena o sobre el cáliz, de cara al pueblo, dice con voz clara:
Después toma la patena o la píxide y se acerca a los que van a comulgar. Muestra el pan consagrado
a cada uno, sosteniéndolo un poco elevado y le dice:
El Cuerpo de Cristo.
Amén.
Y comulga.
El diácono, si distribuye la sagrada Comunión, lo realiza de la misma manera observan los mismos
ritos.
Después el sacerdote puede volver a la sede. Si se considera oportuno, se puede dejar un breve
espacio de silencio sagrado o entonar un salmo o algún cántico de alabanza.
Luego, de pie en el altar o en la sede, el sacerdote, vuelto hacia el pueblo, con las manos juntas, dice:
(Comentador: , dice:)
EXPLICACION DEL SIGNO DE HOY
Las flores, son regalo de la belleza de la creación. Hoy muchos templos están
adornados con hermosos arreglos florales, adornemos o arreglemos un altar en
nuestra casa y hogar.
Los panes, son generosidad de Dios para con nosotros, una vez bendecido, lo
compartimos con alguien que sabemos lo necesita.
(Comentador: , dice:)
COMENTARIO ANTES DE LA PROCESIÓN AL LUGAR DE LA
RESERVA EUCARÍSTICA
Hermanos, ahora el sacerdote se prepara para llevar en procesión a Jesús
Sacramentado al lugar de la reserva. Jesús hecho Eucaristía es presentado
como verdadero pan de vida para que lo admiremos, lo contemplemos y lo
adoremos.
Permanezcamos ante Él en oración y en alabanza, agradeciéndole por los
dones recibidos a través del misterio que hoy celebramos, misterio de amor
y de entrega.
¡Adorémosle con toda reverencia