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MISA DE PRIMERA COMUNIÓN

GUIÓN LITÚRGICO
29 de junio de 2019

MONICIÓN ANTES DE LA ENTRADA DEL SACERDOTE


Nosotros hemos recibido una tradición que viene de los Apóstoles, según la cual el Señor
Jesús, antes de dar su vida por nosotros, reunido con ellos para celebrar la Pascua, tomó pan,
dio gracias a Dios, lo bendijo y se lo dio diciendo: «Tomen y coman todos de Él, porque esto es
mi cuerpo». Acabada la cena, tomó el cáliz lleno de vino, dando de nuevo gracias a Dios, lo
bendijo y lo dio a sus discípulos diciendo: «Tomen y beban todos de él, éste es el cáliz de mi
sangre, que será derramada por ustedes y por todos para el perdón de los pecados». Y les dijo
después: «Hagan esto en memoria mía».
***
Esta mañana, siguiendo la invitación del Señor, vamos a cumplir su mandato. Vamos a celebrar
la Eucaristía en la que los niños y niñas de nuestra Comunidad, por primera vez, recibirán a
Cristo en el sacramento de su Cuerpo y de su Sangre.
***
Para favorecer el clima de oración y de escucha y por respeto al lugar y al momento en el que
nos encontramos, a partir de ahora, todos los teléfonos celulares deberán estar apagados.
***
Los invito a ponernos de pie. Vamos a recibir al sacerdote y a sus ministros, entonando el canto
de entrada.
Inicia el Canto de entrada

SALUDO DEL SACERDOTE


Sacerdote: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.     TODOS: AMÉN.   
Sacerdote: Queridos amigos: que la alegría y la paz de Jesús Resucitado, y la de todos 
estos niños, estén con todos vosotros.   
TODOS: Y CON TU ESPÍRITU. 
Niño/a: Estamos muy contentos porque vamos a recibir a Jesús por primera vez  y  queremos 
que  vosotros  participéis  también  de  nuestra  alegría.  Os 
agradecemos vuestro cariño a todos los que estáis aquí a nuestro lado y os 
pedimos que nos ayudéis a celebrar bien esta 
Eucaristía. 
ACTO PENITENCIAL
Sacerdote: Antes de celebrar esta Eucaristía, pensemos en nuestros pecados y pidamos 
perdón de ellos a Dios Padre y a los amigos y hermanos que hemos ofendido.   
Niño/a: Hoy te pido perdón Jesús, en nombre de todos mis compañeros, por las  veces que 
somos egoístas, no obedecemos o decimos mentiras. 
Señor, ten  piedad.   
Padre/Madre: Te quiero pedir perdón, Padre, en nombre de todos los padres, 
por las veces que no hemos sabido darte a conocer a nuestros hijos y no hemos 
tenido más paciencia con ellos. Cristo, ten piedad.   
Catequista:  Perdón,  Señor,  por  esas  veces  que  nos  olvidamos  de  ti  y  no  amamos de 
verdad a los demás. 
Señor, ten piedad.   
Sacerdote:  Dios  padre  nuestro,  tenga  misericordia  de  nosotros,  perdone  nuestros 
pecados y nos lleve a la vida eterna. 
Pidamos ahora perdón por nuestros pecados y por los pecados del mundo entero.
En nuestra vida hay muchas cosas que no son como deberían ser. A menudo nos preocupamos
sólo de nosotros mismos y no vivimos el amor que Jesús nos enseñó.
Ahora lo reconocemos delante de Él, para que nos dé su fuerza y su gracia.
Yo confieso ante Dios todopoderoso… 
-Dios todopoderoso tenga misericordia…
- CANTO
-GLORIA
-ORACIÓN COLECTA
Señor, Tú que recibiste con especial cariño a los niños y niñas que se acercaban a Ti, recibe
con bondad la sencillez de estos hijos tuyos que vienen por primera vez a recibir Tu cuerpo y Tu
Sangre. Defiéndelos de todos los peligros del cuerpo y alma, y guárdalos siempre en Tu Amor.
Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de
los siglos.

 MONICIÓN ANTES DE LA PRIMERA LECTURA


Cuando sentimos hambre y no tenemos nada para comer, estamos de mal humor, nos
quejamos.
Los israelitas, en el desierto del Sinaí, pasaron hambre y protestaron.
Dios escuchó su queja y puso al alcance del pueblo un alimento desconocido para ellos, pero
capaz de saciar su hambre. Moisés al verlo exclamó: «Éste es el pan que el Señor les da de
comer».

PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Éxodo (16, 2-4a. 12a. 12c. 13b-15)
En aquellos días, la comunidad de los israelitas protestó contra Moisés y Aarón en el desierto,
diciendo: «¡Ojalá hubiéramos muerto a manos del Señor en Egipto, cuando nos sentábamos
junto a la olla de carne y comíamos pan hasta hartarnos! Nos han sacado a este desierto para
matar de hambre a toda esta comunidad».
El Señor dijo a Moisés: «Yo haré llover pan del cielo: que el pueblo salga a recoger la ración de
cada día. He oído las murmuraciones de los israelitas. Diles: “Por la mañana se saciarán de
pan; para que sepan que yo soy el Señor, su Dios”».
Por la mañana, había una capa de rocío alrededor del campamento. Cuando se evaporó la
capa de rocío, apareció en la superficie del desierto un polvo fino, parecido a la escarcha. Al
verlo, los israelitas se dijeron: «¿Qué es esto?» Pues no sabían lo que era. Moisés les dijo: «Es
el pan que el Señor les da de comer».
Palabra de Dios. 
MONICIÓN ANTES DEL SALMO
Dios nos regala un pan que nos hace estar siempre vivos por dentro. Ese pan es Jesús. Por
eso le pediremos cantando:

Salmo responsorial (Sal 144, 10-11. 15-16. 17-18)


R. Danos, Señor, el pan de la vida.
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
Que te bendigan todos tus fieles;
Que proclamen la gloria de tu reino,
Que den a conocer tus maravillas.
R. Danos, Señor, el pan de la vida.
Los ojos de todos Te están aguardando,
Tú les das la comida a su tiempo;
Abres tu mano generosa,
Y sacias de favores a todo viviente.
R. Danos, Señor, el pan de la vida.
El Señor es justo en todos sus caminos,
Es bondadoso en todas sus acciones;
Cerca está el Señor de los que lo buscan,
De los que lo invocan sinceramente.
R. Danos, Señor, el pan de la vida.

MONICIÓN ANTES DE LA SEGUNDA LECTURA


Cuando participamos de una misma mesa y de un mismo pan, nos sentimos más unidos. San
Pablo nos lo recuerda en este pasaje que vamos a escuchar. Cuando comemos del mismo pan,
que es Jesús, quedamos tan unidos con Él que formamos un solo cuerpo.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (10, 16-17)
Hermanos: El cáliz de la bendición que bendecimos, ¿no es comunión con la sangre de Cristo?
Y el pan que partimos, ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo?
El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque
comemos todos del mismo pan.
Palabra de Dios.

MONICIÓN ANTES DEL EVANGELIO


Cuando compartimos nuestro pan con los demás, les damos algo que nos hace vivir.
Este gesto o signo hizo Jesús en la última Cena para decir a sus discípulos que entregaba su
vida por nosotros. Cada vez que celebramos la Misa, el sacerdote recuerda el gesto de Jesús,
parte el pan que es Jesús y nos lo entrega. Cuando lo comemos, Jesús nos une a Él, nos da su
vida, para que nosotros vivamos compartiendo nuestra vida y nuestras cosas con los demás.

ALELUYA
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo —dice el Señor— el que coma de este pan vivirá
para siempre. (Jn 6, 51)
ALELUYA

EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas (22, 14-16. 19-20)
Llegada la hora, se sentó Jesús con sus discípulos y les dijo: «He deseado enormemente
comer esta comida pascual con ustedes, antes de padecer, porque les digo que ya no la
volveré a comer, hasta que se cumpla en el reino de Dios».
Y, tomando pan, pronunció la acción de gracias, lo partió y se lo dio, diciendo: «Esto es mi
cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía».
Después de cenar, hizo lo mismo con la copa, diciendo: «Esta copa es la nueva alianza, sellada
con mi sangre, que se derrama por ustedes».
Palabra del Señor.

HOMILÍA
MONICIÓN ANTES DE ENCENDER LA VELA
Sacerdote: Queridos niños y niñas, este Cirio Pascual que hoy se encuentra encendido junto al
Altar, representa a Jesús resucitado.
En el día de su bautismo, Jesús empezó a iluminar sus corazones. Por eso el sacerdote
entregó a sus papás y padrinos una vela que significa la luz de Cristo. A lo largo de estos años
ustedes han ido conociendo en qué consiste ser cristianos y amigos de Jesús.
 Ahora ustedes mismos van a recibir esa Luz, para decirles a todos que Cristo es la Luz que
ilumina nuestra vida y nos enseña el camino para llegar al cielo.
Monitor:    
En este momento algunos padrinos y madrinas van a acercarse a encender las velas del Cirio
Pascual y pasarán la luz a todos los niños y niñas.

Sacerdote: ¿Quién presenta a estos niños y niñas para que participen plenamente en la 
Eucaristía haciendo hoy su Primera Comunión?   
Se nombra a los niños:………….
PADRES: NOSOTROS, PADRES Y MADRES DE ESTOS NIÑOS, HACEMOS UNA 
PETICIÓN A ESTA COMUNIDAD PARA QUE NUESTROS HIJOS SEAN ADMITIDOS 
A LA EUCARISTÍA POR PRIMERA VEZ.    
Sacerdote: Y  vosotros,  queridos  catequistas,  ¿sabéis  si  están  suficientemente  preparados
Catequistas:  Por  lo  que  hemos  podido  ver  durante  estos  dos  años  de 
catequesis, estos chicos han aprendido mucho cada sábado sobre la vida de 
Jesús, los Sacramentos, la Iglesia… También en las convivencias con diferentes 
dinámicas, juegos y talleres. 
En definitiva, ¡se lo han pasado genial! Pero sobre  todo en la celebración de la Misa de cada 
domingo en la que han escenificando  el Evangelio metiéndose de lleno en el papel de los 
amigos de Jesús. Así nos lo 
han demostrado en cada una de las celebraciones. Por todo esto y mucho más 
consideramos que están suficientemente preparados. 

RENOVACIÓN DE LAS PROMESAS DEL BAUTISMO


Sacerdote: Queridos niños y niñas, cuando eran pequeños, sus papás y padrinos prometieron
en su nombre que ustedes renunciaban al mal, al egoísmo y a la mentira y que iban a seguir a
Jesús y sus enseñanzas. Hoy que ya son más grandes y se encuentran aquí porque quieren
recibirlo por primera vez en la Comunión, los invito a que todos juntos renovemos las promesas
de nuestro bautismo y hagamos personalmente la profesión de nuestra fe católica.
Sacerdote: ¿Están ustedes dispuestos a luchar contra el pecado, que se manifiesta entre otras
cosas en el egoísmo, la envidia, la venganza y la mentira?
Todos: Sí, estoy dispuesto.
Sacerdote: ¿Están ustedes dispuestos a perdonar a quienes los ofendan, a amar incluso a
quienes no los quieren bien, a ayudar a quienes los necesiten, aunque no sean sus amigos?
Todos: Sí, estoy dispuesto.
Sacerdote: ¿Creen ustedes en Dios Padre Todopoderoso, creador del Cielo y de la Tierra?
Todos: Sí, creo.
Sacerdote: ¿Creen ustedes en Jesucristo, su Único Hijo, Nuestro Señor, que nació de Santa
María, Virgen, murió, fue sepultado, resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha
del Padre?
Todos: Sí, creo.
Sacerdote: ¿Creen en el Espíritu Santo, Señor y Dador de Vida?
Todos: Sí, creo.
Sacerdote: ¿Creen ustedes en la Santa Iglesia Católica, en la comunión de los Santos, en el
perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos y en la Vida Eterna?
Todos: Sí, creo.
Todos: Esta es nuestra fe. Esta es la fe de la Iglesia, que nos gloriamos de profesar en
Jesucristo Nuestro Señor.
ORACIÓN UNIVERSAL

Oremos hermanos, al Padre, por estos niños y niñas que hoy por primera vez participan
plenamente del Banquete del Señor, y por todo el pueblo de Dios.
A cada petición diremos:
¡Escúchanos, Padre!
Para que la Iglesia sea una casa de puertas abiertas, donde todos puedan experimentar el
amor del Padre. OREMOS.
¡Escúchanos, Padre!
2. Para que los pueblos que viven la ceguera de la guerra, del odio y del rencor encuentren la
paz y la alegría del perdón. OREMOS.
¡Escúchanos, Padre!
3. Para que en el corazón de todos los hombres y mujeres del mundo crezcan sentimientos de
amor y de generosidad. OREMOS.
¡Escúchanos, Padre!
4. Para que los niños abandonados y los que no tienen lo necesario para vivir dignamente
encuentren amor y ayuda. OREMOS.
¡Escúchanos, Padre!
5. Para que los niños y niñas que hoy recibirán la Primera Comunión, valoren siempre este
primer encuentro con Jesús Eucaristía. OREMOS.
¡Escúchanos, Padre!
6. Para que sus padres y padrinos los ayuden, con el ejemplo de su vida, a seguir fielmente a
Cristo. OREMOS.
¡Escúchanos, Padre!
7. Para que sus catequistas y todos los que les han ayudado a crecer en la fe, sigan realizando
su misión con fidelidad y amor. OREMOS.
¡Escúchanos, Padre!
8. Para que nosotros seamos un ejemplo de servicio a los demás y sepamos poner esperanza a
nuestro alrededor. OREMOS.
¡Escúchanos, Padre!
Escucha, Padre, nuestras plegarias y derrama tu amor sobre nosotros y sobre todos los
hombres y mujeres del mundo. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.

MONICIÓN ANTES DEL OFERTORIO


Hasta este momento de la Misa, oramos y escuchamos la Palabra de Dios. Ahora vamos a
preparar la Mesa de la Eucaristía.
Pondremos el pan y el vino sobre el Altar para que se conviertan en el Cuerpo y la Sangre de
Jesús, el alimento que nos da vida eterna.
Acompañaremos el pan y el vino con una ofrenda para los pobres. Jesús nos enseña que
debemos ser compartidos, porque no podemos amarlo a Él si no ayudamos a nuestros
hermanos necesitados.
También realizaremos la Colecta con la ayudamos a cuidar nuestro templo porque nos
sentimos responsables de las necesidades materiales de nuestra Comunidad.
Canto del Ofertorio
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, las ofrendas que Te presentamos. Son pruebas de nuestra gratitud por el más
precioso don que podemos recibir: Tu Hijo Jesucristo. Te rogamos que este mismo pan y vino
que Te ofrecemos se conviertan para nosotros hoy en el Pan de Vida y el Cáliz de Salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

MONICIÓN ANTES DE LA PLEGARIA EUCARÍSTICA


Vamos a empezar ahora el momento más importante de nuestra celebración.
Juntos daremos gracias a Dios por todas las cosas buenas que ha hecho por nosotros y sobre
todo le daremos gracias por la cosa más grande que ha hecho: enviarnos a Jesús, para que
esté con nosotros, para que nos enseñe a vivir amando de verdad, tal como Él nos ama.
Después, dando gracias, el sacerdote repetirá las palabras y los gestos que Jesús hizo el día
antes de su muerte, los gestos con los que nos dejó en el pan y en el vino su Cuerpo y su
Sangre, para que fueran alimento para nuestra vida, para que pudiéramos estar siempre muy
unidos a Él.
Ahora pues, prestemos mucha atención a lo que vamos a hacer, a escuchar y a decir. 

PLEGARIA EUCARÍSTICA PARA LAS MISAS CON NIÑOS I

Sacerdote: El Señor esté con vosotros   
TODOS: Y CON TU ESPÍRITU.   
Sacerdote: Levantemos el corazón   
TODOS: LO TENEMOS LEVANTADO HACIA EL SEÑOR.   
Sacerdote: Demos gracias al Señor, nuestro Dios   
TODOS: ES JUSTO Y NECESARIO.   
Sacerdote: En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre
y en todo lugar Señor padre Santo Dios todo poderoso y eterno.
Te damos gracias, Señor. Tú nos has creado para que, amándonos los unos a  los  otros, 
nuestra  vida  sea  para  Ti.  Tú  quieres  que  nos  miremos  cara  a  cara  y 
dialoguemos. Nos llamas a compartir entre todos, las cosas buenas que Tú nos has 
dado y a superar con tu ayuda aquellas que son difíciles.   
TODOS: POR ESO, PADRE, HOY ESTAMOS CONTENTOS Y TE DAMOS GRACIAS. 
Sacerdote: Con todos los que creen en Ti, con todos los santos y los ángeles te 
alabamos y te glorificamos cantado:

Santo, Santo, bendito es el que viene  en nombre del Señor, Hosanna en el cielo. 
Hosanna en el cielo, bendito Canto: Es el que viene 
en nombre del Señor, Hosanna en el cielo.   
Santo, Santo, oh Santo, Santo. Santo es el Señor. 
Llenos están cielos y tierra de tu gloria.   
Sacerdote: Tú eres Santo, Señor; eres bueno con nosotros y te muestras misericordioso 
con todos los hombres.   

TODOS: TE DAMOS GRACIAS, SOBRE TODO, POR TU HIJO JESUCRISTO.   
Sacerdote: Él vino a nuestro mundo porque los hombres se habían separado de Ti, y no 
llegaban a entenderse. Él nos abrió los ojos y los oídos para que nos reconozcamos 
como hermanos y a Ti como el Padre de todos. 
TODOS: ÉL NOS HA REUNIDO AHORA EN UNA MISMA MESA, PORQUE QUIERE 
QUE HAGAMOS LO MISMO QUE ÉL HIZO.

Sacerdote: Padre bueno, tú que eres santo, te pedimos que santifiques este pan y este  vino 
con la fuerza de tu Espíritu y así sean para nosotros (+) el Cuerpo y la Sangre de tu 
Hijo, Señor nuestro Jesucristo. 
Una noche, la víspera de su muerte, Jesús cenó por 
última vez con sus discípulos. Tomó un pedazo de pan y te dio gracias; lo partió, lo dio a 
sus discípulos y dijo:   
TOMAD  Y  COMED  TODOS  DE  ÉL  PORQUE  ESTO  ES  MI  CUERPO  QUE  SERÁ 
ENTREGADO POR VOSOTROS.   
Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz lleno de vino, te dio gracias, y lo pasó a 
sus discípulos diciéndoles:   
TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL: PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE,  SANGRE 
DE  LA ALIANZA  NUEVA  Y  ETERNA,  QUE  SERÁ  DERRAMADAPOR 
VOSOTROS Y MUCHOS PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS. HACED ESTO EN 
MEMORIA MÍA.   
Sacerdote: Éste es el Sacramento de nuestra Fe.   
TODOS: CADA VEZ QUE COMEMOS DE ESTE PAN Y BEBEMOS DE ESTE CALIZ,  ANUNCIAMOS
TU MUERTE, SEÑOR, HASTA QUE VUELVAS.   
Sacerdote: Por eso hoy estamos reunidos delante de Ti, Padre Dios, recordando, llenos 
de alegría, lo que Jesús ha hecho para salvarnos. Padre que estás en los cielos, te 
pedimos que nos recibas juntamente con tu Hijo querido. Él aceptó la muerte por 
nosotros, pero tú lo resucitaste. Ahora todos nosotros, llenos de alegría, te aclamamos:   
TODOS: SEÑOR, TÚ ERES BUENO, TE ACLAMAMOS, TE DAMOS GRACIAS.   
Sacerdote: Él vive ahora junto a Ti y está también cerca de nosotros e intercede por  todos.   
TODOS: PORQUE NOS AMAS TAL COMO SOMOS, TE ALABAMOS Y TE DAMOS  GRACIAS.   
Sacerdote: Al final de los tiempos vendrá con su gloria y en su Reino no habrá miseria 
ni dolor, nadie llorará. Nadie estará triste.   
TODOS: ACUÉRDATE DE TODOS LOS QUE SUFREN LA INJUSTICIA. QUE TE  SIENTAN 
COMO PADRE CERCANO.   
Sacerdote: Padre, Tú nos has llamado para que comamos en esta mesa el Cuerpo de  Cristo. 
Haz  que,  con  la  fuerza  de  este  sacramento,  te  agrademos  cada  vez  más.  
Acuérdate, Señor, de la Iglesia, del Papa Francisco, de nuestro Obispo  y de  todos los demás
obispos, sacerdotes y diáconos.   
TODOS:  AYUDA  A  LOS  QUE  CREEN  Y  ANUNCIAN  A  CRISTO  PARA  QUE TRABAJEN POR
LA PAZ Y COMUNIQUEN SU ALEGRÍA A LOS DEMÁS.   
Sacerdote: En tu amor de Padre ten presente a todos los que nos precedieron en el 
camino de la fe y duermen ya el sueño de la paz. Y un día, junto con María, la Madre de 
Jesús y madre
nuestra, San José, los Apóstoles, San Ignacio de Loyola y todos los santos, admítenos a estar
al lado de Cristo y vivir para siempre contigo.  
Por Cristo  con Él y en Él, a Ti Dios Padre Omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo,
todo  honor y toda gloria, por los siglos de los siglos.    
TODOS: AMÉN 
Fieles a la recomendación de nuestro Señor Jesucristo y siguiendo sus divinas enseñanzas nos
atrevemos a cantar y a orar como Él nos enseñó.
-PADRE NUESTRO………
Líbranos Señor de todos los males y concédenos la paz, mientras esperamos la gloriosa venida
de nuestro Señor Jesucristo.
TODOS: Tuyo es el reino, el poder y la gloria por siempre Señor
SACERDOTE: Señor Jesucristo que dijiste a tus apóstoles, mi paz os dejo, mi paz os doy, no
tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu iglesia y conforme a tu palabra concédenos
la paz y la unidad, tu que vives y reinas por los siglos de los siglos.
TODOS: Amen
SACERDOTE: La paz del Señor este con dos ustedes
TODOS: Y con tu espíritu
SACERDOTE: Dense fraternalmente la paz
-CORDERO DE DIOS
MONICIÓN ANTES DE LA COMUNIÓN
Sacerdote:
Queridos hermanos:
Jesús nos está invitando a recibirlo en su Cuerpo y en su Sangre.
Comulgar es recibir a Jesús.
Es decirle «sí» a Jesús.
Es renovar nuestra amistad con Él y querer parecernos cada día más a Él.
***
Monitor:
En este momento, los niños y niñas, acompañados por sus padrinos y madrinas, atendiendo las
indicaciones de las catequistas, se irán acercando de manera ordenada a los reclinatorios y —
de rodillas, respondiendo «Amén» al sacerdote, comulgarán reverentemente el Cuerpo y la
Sangre de Cristo.
A los demás la Sagrada Comunión será llevada a sus lugares por los Ministros.
Cantos de Comunión
ACCIÓN DE GRACIAS
Catequista:
Jesús está en nuestro corazón.
En silencio démosle gracias y pidamos que siempre lo sintamos cerca.
(Breve silencio).
***
Canto: Dios está aquí…
Un niño: Jesús, tú eres nuestro hermano, nuestro amigo. Te damos gracias porque has venido
a nuestro corazón y estás con nosotros. Te queremos. Gracias por nuestros padres y familiares
que hoy nos acompañan.
Canto: Jesús está aquí…
Una niña: Gracias por nuestros catequistas y por las personas que nos han ayudado a
prepararnos para la Primera Comunión. Gracias por todas las cosas buenas que hay en
nosotros y en todas las personas que tenemos a nuestro lado. Por todo, gracias, Señor.
Canto: Mi hermano está aquí…
Un niño: María, a ti también queremos darte gracias. Tú eres nuestra madre, y nos quieres
como hijos tuyos que somos. Tú nos has dado a Jesús, a quien nosotros hoy hemos recibido
por primera vez en el sacramento de la Eucaristía.
Una niña: Queremos ser sencillos como tú lo fuiste, María; dispuestos a cumplir la voluntad del
Señor, como tú la cumpliste. Queremos ser personas abiertas a los demás y amigos de todos,
como tú nos enseñaste, María.
Un niño: En este día de nuestra Primera Comunión, queremos decirte que eres nuestra madre,
que no nos vamos a olvidar de ti. Nos recordaremos siempre de lo que nos ha enseñado Jesús,
tu Hijo y nuestro Señor. Y te damos gracias, María, porque sabemos que tú le pides al Señor
por nosotros.
Canto: María está aquí… 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que la Hostia que hemos recibido en Comunión, nos permita permanecer unidos a Ti y
dar frutos que siempre permanezcan, por Jesucristo nuestro Señor.

MONICIÓN ANTES DE LA BENDICIÓN FINAL


Queridos niños y niñas, esta Misa —que está por terminar— es para Ustedes un punto de
partida: es la Primera de muchas Comuniones.
Como discípulos de Jesús —pequeños y grandes— seguiremos siendo convocados a celebrar
la Eucaristía en el Día del Señor. Para crecer como cristianos. Y para que a ninguna de
nuestras familias le falte una luz del domingo, que es Jesús, en la Palabra y en la Comunión:
nuestro amigo y hermano, fuente de la alegría y del amor que necesitamos durante la semana.
     ***
Ahora, con un corazón agradecido por el regalo de este Día, dispongámonos a recibir la
Bendición del sacerdote.
BENDICIÓN FINAL
Canto de salida

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