Tema 8 - Apartado de Literatura
Tema 8 - Apartado de Literatura
Tema 8 - Apartado de Literatura
Índice.
2. Literatura en verso.
2.1. L a fábula,
3. Literatura en prosa.
3.1. La prosa ensayística o de ideas.
3.2. La prosa de ficción.
4. Literatura dramática.
4.1. Leandro Fernández de Moratín.
1. SIGLO XIII: LA ILUSTRACIÓN
Las ideas ilustradas llegaron parcialmente y de manera tardía a España debido a: poco
protagonismo de la burguesía, la presión de la nobleza, y una jerarquía eclesiástica que se negaba a
perder privilegios.
Las 3 tendencias convivieron en el tiempo e incluso en la obra de un mismo autor, ya que los
autores ilustrados se decantaban por una u otra tendencia en función de la finalidad perseguida en
cada una de sus obras.
2. LITERATURA EN VERSO.
Aunque el género lírico no fue el predominante en esta época, si es verdad que casi todos los
autores lo cultivaron teniendo en cuenta unas estrictas reglas de composición y subordinando el
contenido y la finalidad de los poemas.
Los escritores se guiaron por unas normas reunidas por Ignacio Luzán en su “Poética”, un
tratado donde se caracterizaba cada uno de los géneros literarios según las ideas estéticas neoclásicas.
En la primera mitad del siglo, la poesía sigue el modelo de los grandes escritores del Barroco
como Lope de Vega, Quevedo o Góngora, sin que nadie aporte obras significativas. Será en la
segunda mitad donde encontraremos nuevas propuestas que seguirán tres líneas principales:
1. Poesía pastoril: trata temas amorosos ambientados en escenarios naturales desde una
posición sentimental. Destaca Juan Meléndez Valdés.
2. Poesía neoclásica: crítica con los comportamientos sociales y cuyo objetivo era una defensa
de las ideas ilustradas (solidaridad, bien común, la lealtad y la amistad). Destacan Leandro
Fernández de Moratín y los fabulistas Tomás de Iriarte y Féliz María de Samaniego. Dentro
de esta corriente podemos encontrar poemas de contenido filosófico y argumentativo junto a
otros con ironía y humor.
3. Poesía prerromántica: que introduce los sentimientos del autor, bien sobre su propia
intimidad, bien sobre cuestiones patrióticas en las que aflora la libertad como ideal de vida.
Poesía cultivada por Manuel María de Arjona y Alberto Lista.
Juan Meléndez Valdés: nació en Ribera del Fresno (badajoz) en 1754 y murió en Montpellier
(Francia) en 1827, país donde fue exiliado por su condición de afrancesado, es decir, partidario de la
monarquía impuesta por Napoleón. Buena parte de su vida la pasó en Salamanca, donde fue
catedrático, participando en tertulias literarias con Jovellanos y Cadalso.
En su obra lírica se advierten 2 etapas: la poesía amorosa de su juventud y una lírica reflexiva de
madurez donde defiende los planteamientos reformistas de la Ilustración Española.
2.1. La Fábula.
Recordemos que las fábulas son relatos protagonizados por animales que reproducen
comportamientos humanos y situaciones sociales con el fin de transmitir una enseñanza, criticar una
conducta o fijar una posición ante la vida.
La literatura de este siglo XVIII se vale de ella para defender las nuevas ideas ilustradas:
constancia, fraternidad entre las personas, respeto a las leyes, búsqueda del bien común,...
a) Félix María de Samaniego: Compuso sus fábulas entre 1781 y 1784 para instruir a los niños
del Real Seminario Vascongado. Con un lenguaje sencillo mediante el cual analizaba un
determinado comportamiento humano y terminaba con una moraleja en la que se exponía una
lección moral.
b) Tomás de Iriarte: Dedicó sus “Fábulas literarias” de 1782 a exponer su concepción
neoclásica de la creación artística. En una de sus fábulas más conocidas “El burro flautista” el
autor defiende la necesidad del conocimiento de las “reglas del arte”.
3. LITERATURA EN PROSA
Las aportaciones más importantes de la prosa del siglo XVIII llegaron con la prosa
ensayística; estos ensayos críticos encontraron difusión a través del libro, aunque fue la prensa el
principal medio escogido por los autores.
La expresión de opiniones generó polémicas entre los intelectuales en cuestiones como la
validez de la literatura barroca o la necesidad de reformar los espectáculos públicos.
1. JOSÉ CADALSO:
Compaginó su oficio de soldado con una vida activa intelectual que le llevó a realizar
numerosos viajes por Europa y a frecunetar las tertulias ilustradas de Salamanca, Sevilla y
Madrid.
Cultivó todos los géneros habituales y se acercó a las 3 tendencias literarias estudiadas
anteriormente.
Obra lírica: publicada tras su muerte bajo el título “Ocios de mi juventud”, ofrece poemas de
tema amoroso y pastoril, así como otros en los que aflora la crítica y la reflexión filosófica.
Obras teatrales: “Solaya a los circasianos” y “Don Sancho García”, son tragedias que siguen
las reglas neoclásicas de verosimilitud y respeto las unidades dramáticas de tiempo, espacio y
lugar.
Obras en prosa: “Eruditos a la violeta”, obra con la que se dio a conocer y dnde se hace una
crítica de la cultura basada en la simple acumulación de datos y carente de reflexión.
“Noches lúgubres” obra póstuma que es un diálogo sin terminar donde se da rienda suelta a la
explosión sentimental y al espíritu rebelde y provocador.
“Cartas marruecas” es su obra más relevante, póstuma también.
CARTAS MARRUECAS: La obra aparenta srr una coleccióon de cartas que se envían entre sí 3
personajes.
GAZEL: Es un joven marroquí que viaja por España y expone en sus cartas una visión
ingenua y desnuda de prejuicios sobre las costumbres, los tipos humanos y la historia del país,
BEN-BELEY: Es el viejo maestro de Gazel que refleja la visión del sabio capaz de
comprender sin dejarse llevar por las emociones.
NUÑO: Es el español al que conoce Gazel en su viaje, ofrece la perspectiva ilustrada:
analista, crítico y algo desengañado por la dificultad para llevar a cabo las reformas
necesarias.
Mediante las cartas que se envían los personajes, Cadalso aborda dos temas centrales en la
obra:
a) El problema de España: los personajes analizan el retraso de España en relación con las grandes
potencias europeas; se repasa la historia para explicar el presente; aisla los defectos de carácter
español; somete a crítica las costumbres populares y estudia el estado de las ciencias y de las artes.
b) El ideario del hombre de bien: se interesa por el tipo de persona que pueda contribuir en la
reforma y modernización de la patria, un hombre con los valores de la ilustración, es decir: imparcial,
tolerante, con conciencia social, preocupado por el bien común,…
Esta obra es de capital importancia para las letras españolas pues es una de las primeras
apariciones del tema de España desde una perspectiva de esperanza en las reformas.
Aunque la prosa de este siglo no se puede comparae con el de anteriores, destacamos los
siguientes autores:
La reforma del teatro fue una de las principales preocupaciones de los ilustrados, era un tema
habitual en tertulias, polémicas y ensayos; ellos eran conscientes del poder del género dramático para
comunicar los valores de la nueva sociedad. Pero el pueblo rechazaba el sometimiento a unas estrictas
“reglas del arte” que eran las siguientes:
Estructuralmente las obras deben estar sometidas a las unidades drámaticas formuladas por
Aristóteles.
1. De lugar: tod la acción debe desarrollarse en un único espacio dramático.
2. De tiempo: la acción representada no debe superar las 24 hrs.
3. De acción: debe representarse una única acción en la que participen todos los personajes
de la obra.
NOTA: Las diferencias entre los gustos del público y las intenciones ilustradas permiten apreciar en el
teatro 2 tendencias diferentes.
1.- TEATRO POSCBARROCO: que continua las formas y los temas del siglo anterior como
múltiples acciones, personajes que se dejan arrastrar por las pasiones, lenguaje sonoro, situaciones
inverosímiles,… (teatro de mayor éxito pero sin aportaciones relevantes).
2.- TEATRO ILUSTRADO: apreciado por los intelectuales pero rechazado por el público de su
tiempo. En esta tendencia están los principales dramaturgos del siglo XVIII: Vicente García de la
Huerta, José Cadalso y Moratín (autores de tragedias); Tomás de Iriarte, Jovellanos y Moratín
(autores de comedias).
Nació en Madrid en 1760, era hijo del también escritor Nicolás Fernández de Moratín, lo qu
le brindó la posibilidad de recibir una educacion moderna y abierta a las reformas tanto en España
como en Francia e Inglaterra.
Compaginó la actividad literaria con puestos políticos iversos mostrando su vinculación a las
ideas progresistas de Francia, esta condición de “afrancesado” motivó nsiu exilio en 1818. Murió en
París en 1828.
En su obra literaria destacamos sus piezas dramáticas aunque cultivó casi todos los órganos.
Entre 1790 y 1806 escribió 5 comedias: “El viejo y la niña”, “La comedia nueva o El café”,
“El barón”, “La mojigata” y “El sí de las niñas”; en todas sus obras apreciamos la intención didáctica
pues Moratín pensaba que el tetaro debía servir para riducalizar los comportamientos sociales
equivocados (los matrimonios desiguales, la mala literatura, el papel de la mujer en la sociedad) y
proponer una alternancia fruto de la razón y de la virtud.
“EL SÍ DE LAS NIÑAS”: escrita en 1801 y estrenada en 1806. La historia se centra en el triángulo
amoroso formado por una muchacha (Doña Francisca) a quien su madre obliga a casarse con un
hombre mayor (Don Diego), pese a estar enamorada en secreto de un joven (Don Carlos) que resulta
ser subrino del viejo.
1. La crítica de los matrimonios desiguales en edad: entre ellos no puede haber beneficio y
condena a los cónyuges al sufrimiento.
2. La denuncia de una educación autoritaria, donde no se tienen en cuenta los deseos de los
individuos.
3. La oposición entre el comportamiento irracional (doña Irene: madre de Paquita) y el
derivado del sentido común, la justicia y la comprensión (don Diego).