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Tema 8 - Apartado de Literatura

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Tema 8: Apartado de literatura.

Índice.

1. Siglo XIII: La ilustración.


1.1. Tendencias literarias.

2. Literatura en verso.
2.1. L a fábula,

3. Literatura en prosa.
3.1. La prosa ensayística o de ideas.
3.2. La prosa de ficción.

4. Literatura dramática.
4.1. Leandro Fernández de Moratín.
1. SIGLO XIII: LA ILUSTRACIÓN

Durante el siglo XIII, se generalizaron en Occidente los cambios sociales, políticos y


culturales que supusieron el inicio del camino hacia la Edad Contemporánea.

La burguesía se consolida en un grupo social hegemónico en sustitución de la nobleza; se


defiende la igualdad entre los seres humanos así como la valoración del trabajo personal que cristaliza
en el inicio de la Revolución Industrial.

Se produce un lento proceso de transformación política en el que la libertad y el ciudadano


van cobrando protagonismo. Se impone el Despotismo Ilustrado que es un sistema de gobierno
donde el rey seguía teniendo el poder, pero actuaba a favor de las necesidades ciudadanas. (En España
se instauró con los Borbones). La negatividad del rey a ceder protagonismo al ciudadano dará lugar a
las revoluciones francesa y americana.

La Ilustración es un movimiento ideológico en el que el ilustrado aspira a dos objetivos


primordiales: conocer el mundo por medio de la razón y la experimentación y buscar la felicidad,
entendida como un bien común.

Las ideas ilustradas llegaron parcialmente y de manera tardía a España debido a: poco
protagonismo de la burguesía, la presión de la nobleza, y una jerarquía eclesiástica que se negaba a
perder privilegios.

El desarrollo del pensamiento ilustrado pasa en España por tres etapas:

1. Primera etapa (1700-1758): Tras la Guerra de Sucesión se instauró en España la dinastía de


los Borbones. El nuevo rey, Felipe V, favorece la introducción de reformas económicas y
sociales que chocan con el inmovilismo anterior.
2. Segunda etapa (1759-1788): llega al trono Carlos III y sus ministros y realizan importantes
transformaciones como la repoblación de lugares urbanos, reordenación de ciudades, nuevas
vías de comunicación, reglamento de la vida social, ….
3. Tercera etapa (1789-1808): durante el reinado de Carlos IV, se pone freno a las reformas por
miedo al contagio del espíritu revolucionario francés. Pero el germen estaba sembrado, y en
1812 se promulgará la constitución liberal.

1.1. Tendencias literarias.

El período se abre con el rococó, una continuación de técnicas barrocas como el


recargamiento y la complejidad formal de las obras, aunque insistiendo en el vitalismo y el colorido.

El neoclasicismo es el estilo que mejor representa a la Ilustración y que mayor número de


autores y obras representa. Sus características son:

- Sometimiento a las reglas de creación literaria, derivadas de los clásicos grecolatinos:


a) Predominio de la verosimilitud sobre la fantasía.
b) Eliminación de los sentimientos desbordados a favor de posturas razonables.
c) Búsqueda de la claridad, corrección lingüística y diferenciación entre géneros.
- Defensa de la utilidad y finalidad práctica del arte.
- Valoración de la ironía, el humor y la parodia como herramientas críticas.

El prerromanticismo introduce el sentimiento individual en las obras. La literatura se llena


de palabras desbordadas (amor, terror, ira) ambientadas en escenarios nocturnos que apuntan a la
intimidad de los autores.

Las 3 tendencias convivieron en el tiempo e incluso en la obra de un mismo autor, ya que los
autores ilustrados se decantaban por una u otra tendencia en función de la finalidad perseguida en
cada una de sus obras.
2. LITERATURA EN VERSO.

Aunque el género lírico no fue el predominante en esta época, si es verdad que casi todos los
autores lo cultivaron teniendo en cuenta unas estrictas reglas de composición y subordinando el
contenido y la finalidad de los poemas.

Los escritores se guiaron por unas normas reunidas por Ignacio Luzán en su “Poética”, un
tratado donde se caracterizaba cada uno de los géneros literarios según las ideas estéticas neoclásicas.

En la primera mitad del siglo, la poesía sigue el modelo de los grandes escritores del Barroco
como Lope de Vega, Quevedo o Góngora, sin que nadie aporte obras significativas. Será en la
segunda mitad donde encontraremos nuevas propuestas que seguirán tres líneas principales:

1. Poesía pastoril: trata temas amorosos ambientados en escenarios naturales desde una
posición sentimental. Destaca Juan Meléndez Valdés.
2. Poesía neoclásica: crítica con los comportamientos sociales y cuyo objetivo era una defensa
de las ideas ilustradas (solidaridad, bien común, la lealtad y la amistad). Destacan Leandro
Fernández de Moratín y los fabulistas Tomás de Iriarte y Féliz María de Samaniego. Dentro
de esta corriente podemos encontrar poemas de contenido filosófico y argumentativo junto a
otros con ironía y humor.
3. Poesía prerromántica: que introduce los sentimientos del autor, bien sobre su propia
intimidad, bien sobre cuestiones patrióticas en las que aflora la libertad como ideal de vida.
Poesía cultivada por Manuel María de Arjona y Alberto Lista.

Juan Meléndez Valdés: nació en Ribera del Fresno (badajoz) en 1754 y murió en Montpellier
(Francia) en 1827, país donde fue exiliado por su condición de afrancesado, es decir, partidario de la
monarquía impuesta por Napoleón. Buena parte de su vida la pasó en Salamanca, donde fue
catedrático, participando en tertulias literarias con Jovellanos y Cadalso.

En su obra lírica se advierten 2 etapas: la poesía amorosa de su juventud y una lírica reflexiva de
madurez donde defiende los planteamientos reformistas de la Ilustración Española.

2.1. La Fábula.

La finalidad didáctica de la poesía neoclásica encontró el cauce adecuado en la fábula, un


género cuyas raíces las encontramos en la Antigüedad (Esopo), después en la literatura medieval (El
conde Lucanor) y en la literatura clásica (el escritor francés La Fontaine).

Recordemos que las fábulas son relatos protagonizados por animales que reproducen
comportamientos humanos y situaciones sociales con el fin de transmitir una enseñanza, criticar una
conducta o fijar una posición ante la vida.

La literatura de este siglo XVIII se vale de ella para defender las nuevas ideas ilustradas:
constancia, fraternidad entre las personas, respeto a las leyes, búsqueda del bien común,...

a) Félix María de Samaniego: Compuso sus fábulas entre 1781 y 1784 para instruir a los niños
del Real Seminario Vascongado. Con un lenguaje sencillo mediante el cual analizaba un
determinado comportamiento humano y terminaba con una moraleja en la que se exponía una
lección moral.
b) Tomás de Iriarte: Dedicó sus “Fábulas literarias” de 1782 a exponer su concepción
neoclásica de la creación artística. En una de sus fábulas más conocidas “El burro flautista” el
autor defiende la necesidad del conocimiento de las “reglas del arte”.
3. LITERATURA EN PROSA

En la prosa de la Ilustración española encontramos dos modalidades diferentes: la de ideas y


la de ficción.

3.1. Prosa Ensayística o de ideas.

Las aportaciones más importantes de la prosa del siglo XVIII llegaron con la prosa
ensayística; estos ensayos críticos encontraron difusión a través del libro, aunque fue la prensa el
principal medio escogido por los autores.
La expresión de opiniones generó polémicas entre los intelectuales en cuestiones como la
validez de la literatura barroca o la necesidad de reformar los espectáculos públicos.

1. JOSÉ CADALSO:
Compaginó su oficio de soldado con una vida activa intelectual que le llevó a realizar
numerosos viajes por Europa y a frecunetar las tertulias ilustradas de Salamanca, Sevilla y
Madrid.
Cultivó todos los géneros habituales y se acercó a las 3 tendencias literarias estudiadas
anteriormente.
Obra lírica: publicada tras su muerte bajo el título “Ocios de mi juventud”, ofrece poemas de
tema amoroso y pastoril, así como otros en los que aflora la crítica y la reflexión filosófica.
Obras teatrales: “Solaya a los circasianos” y “Don Sancho García”, son tragedias que siguen
las reglas neoclásicas de verosimilitud y respeto las unidades dramáticas de tiempo, espacio y
lugar.
Obras en prosa: “Eruditos a la violeta”, obra con la que se dio a conocer y dnde se hace una
crítica de la cultura basada en la simple acumulación de datos y carente de reflexión.
“Noches lúgubres” obra póstuma que es un diálogo sin terminar donde se da rienda suelta a la
explosión sentimental y al espíritu rebelde y provocador.
“Cartas marruecas” es su obra más relevante, póstuma también.

CARTAS MARRUECAS: La obra aparenta srr una coleccióon de cartas que se envían entre sí 3
personajes.

 GAZEL: Es un joven marroquí que viaja por España y expone en sus cartas una visión
ingenua y desnuda de prejuicios sobre las costumbres, los tipos humanos y la historia del país,
 BEN-BELEY: Es el viejo maestro de Gazel que refleja la visión del sabio capaz de
comprender sin dejarse llevar por las emociones.
 NUÑO: Es el español al que conoce Gazel en su viaje, ofrece la perspectiva ilustrada:
analista, crítico y algo desengañado por la dificultad para llevar a cabo las reformas
necesarias.

Mediante las cartas que se envían los personajes, Cadalso aborda dos temas centrales en la
obra:

a) El problema de España: los personajes analizan el retraso de España en relación con las grandes
potencias europeas; se repasa la historia para explicar el presente; aisla los defectos de carácter
español; somete a crítica las costumbres populares y estudia el estado de las ciencias y de las artes.
b) El ideario del hombre de bien: se interesa por el tipo de persona que pueda contribuir en la
reforma y modernización de la patria, un hombre con los valores de la ilustración, es decir: imparcial,
tolerante, con conciencia social, preocupado por el bien común,…

Esta obra es de capital importancia para las letras españolas pues es una de las primeras
apariciones del tema de España desde una perspectiva de esperanza en las reformas.

2. Benito Jerónimo Feijoo:


En la 1º mitad del siglo publica 2 obras: “Teatro crítico universal” y “Cartas eruditas y
curiosas”, con las que pretende combatir el atraso cultural de España. Sus textos se centran en
3 cuestiones:

 Acabar con los errores populares derivados de la tradición y la superstición.


 Luchar contra una ciencia que se basaba en las ideas de la Biblia, en las de Aristóteles y en la
filosofía medieval sin contrastar su utilidad o su veracidad.
 Dar a conocer las innovaciones científicas procedentes de Europa.

3. Gaspar Melchor de Jovellanos:


Compuso numerosos ensayos como complemento a su actividad política al servicio de los
reyes Carlos III y Carlos IV. En ellos propuso reformas importantes como:

 La necesidad de hacer más rentable la producción agrícola e industrial.


 El derecho de disfrutar de espectáculos que resulten útiles y favorezcan la diversión.
 La reforma de la educación: introducción de nuevos estudios, defensa de la enseñanza de
idiomas, rechazo del aprendizaje memorístico e intrgración de los conocimientos científicos y
humanísticos.
 La aplicación de la ley y la defensa de la igualdad de todos los ciuadanos ante ella.

3.2. La prosa de ficción.

Aunque la prosa de este siglo no se puede comparae con el de anteriores, destacamos los
siguientes autores:

1. Diego de Torres Villaroel.


Autor de “Visa, ascendencia, nacimiento, crianza y aventuras del doctor don Diego de Torres
Villaroel”. Es una autobigrafía que recuerda a la novela pintoresca del siglo XVIII y al estilo
Barroco, aunque introduce caracteres propios de la nueva época como la ausencia de
pesimismo y la crítica de la decadencia cultual de España.
2. Juan Francisco de la Isla, padre Isla.
Autor de “Fray Gerundio de Campazas, alias Zotes”. Esta obra se sitúa en la misma línea
crítica con las costumbres y los usos sociales de la época. Es una novela que tuvo mucho
éxito en su tiempo y en la que se satiriza la complejidad lingüística de los oradores religiosos.
4. LITERATURA DRAMÁTICA.

La reforma del teatro fue una de las principales preocupaciones de los ilustrados, era un tema
habitual en tertulias, polémicas y ensayos; ellos eran conscientes del poder del género dramático para
comunicar los valores de la nueva sociedad. Pero el pueblo rechazaba el sometimiento a unas estrictas
“reglas del arte” que eran las siguientes:

 La acción tiene que ser verosímil y rennciar a la fantasía desbordada.


 La intención de la obra es comunicar na enseñanza concreta y una posición ideológica clara.
 Las obras han de ajustarse a dos géneros bien diferenciados.
1. Tragedia: la acción está alejada de lo cotidiano y el individuo se enfrenta una fuerza
superior a él; está protagonizada por personajes pertenecientes a clases altas que emplean
lenguaje culto y cuyo final es infeliz.
2. Comedia: en ella se desarrolla una acción cotidiana, los personajes pertenecen a distintas
clases sociales y emplean un lenguaje sencillo; su final es feliz.

 Estructuralmente las obras deben estar sometidas a las unidades drámaticas formuladas por
Aristóteles.
1. De lugar: tod la acción debe desarrollarse en un único espacio dramático.
2. De tiempo: la acción representada no debe superar las 24 hrs.
3. De acción: debe representarse una única acción en la que participen todos los personajes
de la obra.

NOTA: Las diferencias entre los gustos del público y las intenciones ilustradas permiten apreciar en el
teatro 2 tendencias diferentes.

1.- TEATRO POSCBARROCO: que continua las formas y los temas del siglo anterior como
múltiples acciones, personajes que se dejan arrastrar por las pasiones, lenguaje sonoro, situaciones
inverosímiles,… (teatro de mayor éxito pero sin aportaciones relevantes).

2.- TEATRO ILUSTRADO: apreciado por los intelectuales pero rechazado por el público de su
tiempo. En esta tendencia están los principales dramaturgos del siglo XVIII: Vicente García de la
Huerta, José Cadalso y Moratín (autores de tragedias); Tomás de Iriarte, Jovellanos y Moratín
(autores de comedias).

4.1. Leandro Fernández de Moratín.

Nació en Madrid en 1760, era hijo del también escritor Nicolás Fernández de Moratín, lo qu
le brindó la posibilidad de recibir una educacion moderna y abierta a las reformas tanto en España
como en Francia e Inglaterra.

Compaginó la actividad literaria con puestos políticos iversos mostrando su vinculación a las
ideas progresistas de Francia, esta condición de “afrancesado” motivó nsiu exilio en 1818. Murió en
París en 1828.

En su obra literaria destacamos sus piezas dramáticas aunque cultivó casi todos los órganos.
Entre 1790 y 1806 escribió 5 comedias: “El viejo y la niña”, “La comedia nueva o El café”,
“El barón”, “La mojigata” y “El sí de las niñas”; en todas sus obras apreciamos la intención didáctica
pues Moratín pensaba que el tetaro debía servir para riducalizar los comportamientos sociales
equivocados (los matrimonios desiguales, la mala literatura, el papel de la mujer en la sociedad) y
proponer una alternancia fruto de la razón y de la virtud.

“EL SÍ DE LAS NIÑAS”: escrita en 1801 y estrenada en 1806. La historia se centra en el triángulo
amoroso formado por una muchacha (Doña Francisca) a quien su madre obliga a casarse con un
hombre mayor (Don Diego), pese a estar enamorada en secreto de un joven (Don Carlos) que resulta
ser subrino del viejo.

Con este sencillo argumento, Moratín aborda 3 temas principales:

1. La crítica de los matrimonios desiguales en edad: entre ellos no puede haber beneficio y
condena a los cónyuges al sufrimiento.
2. La denuncia de una educación autoritaria, donde no se tienen en cuenta los deseos de los
individuos.
3. La oposición entre el comportamiento irracional (doña Irene: madre de Paquita) y el
derivado del sentido común, la justicia y la comprensión (don Diego).

Tecnicamente la comedia de Moratín y respeta las reglas del teatro ilustrado:

 La acción representada y el comportamiento de los personajes resulta verosímil.


 El argumento se divide en tres actos, que coincide con la presentación, el nudo y el desenlace.
 La acción se desarrolla en una dependencia de una posada (unidad de lugar), durante una
única noche (unidad de tiempo) y sin que existan acciones paralelas que complementen a la
principal (unidad de acción).

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