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EXAMÉN FINAL

¿Cómo desarrollar la investigación, el pensamiento critico y la creatividad en


las Universidad?

1.- RESUMEN

La presente investigación parte de la noción de pensamiento crítico de Richard Paul y Linda


Elder, quienes lo abordan como una capacidad que permite la mejora del pensamiento en sí
mismo, pues permite adquirir el conocimiento, la comprensión y la introspección. A partir
de ahí se desarrollan las habilidades que este posee para su desarrollo en los estudiantes
de educación superior: argumentación, análisis, solución de problemas y evaluación. En el
caso de los estudiantes universitarios, se afirma que estas habilidades son indispensables
para promover el pensamiento crítico, siempre con el refuerzo del docente, pues es
fundamental su figura para motivar a los estudiantes. La manera de concretar el
pensamiento crítico en las aulas será a través de trabajos de investigación que estimulen la
reflexión del estudiante dentro de su contexto, pues el desarrollo de este, con criterios
claros, permitirá establecer una relación directa con las habilidades de este tipo de
pensamiento. Por tanto, se concluye que un trabajo de investigación en la universidad
permite que el estudiante desarrolle las características de un pensador crítico.

PALABRAS CLAVE: Pensamiento crítico; habilidades del pensamiento crítico;


investigación; universidad

Luis Miguel Cangalaya Sevillano1


http://orcid.org/0000-0003-4309-0598
1
Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, Perú lumicase@gmail.com

3. RESUMEN

El desarrollo del pensamiento crítico en estudiantes universitarios por medio


del Aprendizaje Basado en Problemas

Resumen: La educación basada en competencias busca el desarrollo de


habilidades cognitivas que permiten al estudiante generar un pensamiento crítico
que se traduce en la capacidad del estudiante para resolver problemas dentro y
fuera del aula. El propósito de este estudio fue encontrar el beneficio del
Aprendizaje Basado en Problemas en el desarrollo de las competencias genéricas
del pensamiento crítico. Se utilizó un método mixto con un diseño embebido y de
tipo transeccional en un grupo de 27 personas de primer cuatrimestre de la
materia de Introducción a la Nutrición y a la Dietética de la licenciatura en
Nutrición, en una universidad privada de Iguala, Guerrero. Los instrumentos
utilizados fueron el cuestionario de competencias genéricas individuales, sección
de pensamiento crítico adaptado (Olivares et al., 2013: 9) y la rejilla de
observación para las habilidades del pensamiento crítico (Facione, 1990: 15). Los
resultados indicaron que la técnica mencionada presentó un efecto positivo en las
habilidades relacionadas al juicio de una situación específica, con datos objetivos
y subjetivos.
Palabras clave: competencias, pensamiento crítico, estudiantes universitarios,
aprendizaje basado en problemas, México.

Susana Núñez-López susana.nunez@outlook.com
Instituto del Telebachillerato del Estado de Guerrero, Mexico
José-Enrique Ávila-Palet enriqueavila41@hotmail.com
Universidad Panamericana, Mexico
Silvia-Lizett Olivares-Olivares solivares@itesm.mx
Tecnológico de Monterrey, Mexico

Revista iberoamericana de educación superior, vol. VIII, núm. 23, pp. 84-103,
2017. Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones
sobre la Universidad y la Educación; Universia

ÍNDICE

I. INTRODUCCION

II. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA

III. OBJETIVOS

IV. JUSTIFICACIÓN

V. MARCO DE TEORICO
A. La Investigación Universitaria
B. Metodología Enseñanza-Aprendizaje
C. Pensamiento Crítico
D. Componentes del Pensamiento Crítico
E. Desarrollo del Pensamiento Crítico en la Universidad

VI. PROPUESTA
A. La Formación Profesional en las Universidades
B. Estrategias Docentes dentro del Pensamiento Crítico

VII. CONCLUSIONES

VIII. BIBLIOGRAFÍA
I. INTRODUCCION

Formar a un estudiante universitario, es una tarea compleja y poco normada, la


creación de las primeras universidades en el mundo tuvo como objetivo la
discusión de los problemas más trascendentes para el hombre, la evolución de
esta institución la llevó a convertirse en un centro de formación. Se enfoca en el
desarrollo del estudiante no sólo en el plano de los conocimientos, sino también en
la adquisición de otras “competencias”, esto es, la formación de habilidades y
actitudes.

Dentro de esta formación integral, exigida para un posterior desempeño


profesional adecuado, se encuentra el Pensamiento Crítico, como cualidad
imprescindible, el buen desenvolvimiento de la vida del estudiante universitario
requiere que éste se adapte a las exigencias, lo que conlleva a adquirir una
postura crítica ante la frecuente interacción con los conceptos, puntos de vista,
valores y modos de obrar.

En este sentido, existe la virtual obligación de la institución universitaria, y del


propio estudiante, de desarrollar un pensamiento autónomo y crítico, que implique
una capacidad adecuada para el desarrollo profesional y social, este tipo de
pensamiento es el que permite tomar conciencia de lo que se estudia, para su
correcta aplicación posterior, lo que es fundamental para la formación de
profesionales autónomos, creativos y responsables.

La formación del Pensamiento Crítico viene siendo materia de reflexión directa e


indirecta, en la búsqueda de métodos que permitan un resultado exitoso y de
alguna manera medible, aunque al final lo importante es la formación integral del
profesional, que vea aparecer o incrementar su capacidad de mejorar la sociedad
y de mejorarse a sí mismo, y es en este sentido donde se comienza a apreciar una
relación entre la formación de Pensamiento Crítico y la Investigación.

La necesidad de una formación que asegure no sólo el consumo de conocimientos


sino la continuidad en su creación, de modo que exista una relación permanente
entre la investigación, los intereses sociales y la creación de conocimiento con sus
aplicaciones prácticas. La función educativa de la investigación sería doble, en
cuanto a relacionar los conocimientos formales con los empíricos, y en cuanto a
reflexionar sobre la relación entre los conocimientos y el interés general de la
sociedad.

El desarrollo de la investigación crítica mediante la enseñanza de la Filosofía, la


cual conduciría al estudiante a asumir un pensamiento abierto, integrando la vida
académica con la vida cotidiana. La formación de estudiantes capaces de pensar
críticamente beneficia tanto al sistema educativo como a la sociedad en general,
en la que es vital la valoración crítica de la información. La importancia de la
reflexión crítica, el análisis y aprovechamiento de la ingente cantidad de
información que se produce cada día, la misma que no puede ser aceptada a
priori, sino que necesita ser procesada, con criterio, para poder ser provechosa.

La importancia de la Investigación para el desarrollo de Pensamiento Crítico


resulta imprescindible y fundamental en la formación del estudiante universitario,
tanto desde el punto de vista profesional como en su desarrollo personal. De
acuerdo con tal marco, el presente análisis tiene como objetivo reflexionar sobre la
metodología de formación universitaria basada en el desarrollo de competencias
investigativas, así como su relación con el desarrollo de Pensamiento Crítico por
parte de los estudiantes, quienes en un futuro ejercerán una profesión.

Se pretende verificar la realidad de la educación universitaria, la cual es el de la


formación de Pensamiento Crítico en los estudiantes, con miras a una conveniente
preparación, para ejercer la vida profesional, frente a las necesidades reales de
formación. Dentro de estas necesidades, también llamadas “competencias”, se
encuentra el desarrollo de Pensamiento Crítico, como cualidad fundamental del
buen profesional.

Se buscará así contrastar la formación universitaria fundamentada en la


transmisión de conocimientos en el aula, frente a una nueva metodología centrada
en el desarrollo de trabajos de investigación, esto es, la creación de nuevos
conocimientos. Se desarrollará propuesta para la metodología de formación
universitaria del Pensamiento Crítico centrada en la realización de trabajos de
investigación.

II. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA

En las distintas Universidades de Panamá existe la problemática innegable de una


disminución conjunta de la creatividad a la vez que se pierde la criticidad, la cual
es observada por los docentes quienes suelen quejarse por la falta de
Pensamiento Crítico en sus estudiantes. Una consulta con los docentes en las
diferentes asignaturas llevaría posiblemente a concluir que el alumno no “piensa”
ni sabe analizar, entiende, pero no utiliza el saber.

Se critica el pacivismo de los estudiantes, que no se dan cuenta de la vida que


tienen por delante y no actúan para adquirir por sí mismos las destrezas
necesarias para enfrentar la vida, sino que se limitan a esperar lo que los docentes
puedan ofrecerles. Sin embargo, los diseños curriculares, y la práctica académica,
no ayudan a fomentar y motivar en profesores y estudiantes una actividad de
carácter profesionalizante, destinada a desarrollar habilidades y destrezas más
que a adquisición de conocimientos, lo cual se logra con una actitud crítica y
reflexiva.

Se plantea una educación basada en solución de problemas, trabajo en equipo,


interacción con la comunidad científica, centrada en la investigación de los
estudiantes, con gran énfasis en el desarrollo de habilidades investigativas. El
proceso de enseñanza-aprendizaje basado en el eje de desarrollo de
competencias investigativas tiene como lineamientos metodológicos:
a. Sesiones de aprendizaje de tipo teórico-práctico, así como seminarios
y talleres.
b. Clases altamente participativas: Con la participación en clase se
potencia fundamentalmente las aptitudes personales del estudiante (seguridad,
imaginación, creatividad, pragmatismo, competitividad, toma de decisiones,
comunicación oral y escrita, etc.).
c. Trabajo en equipo: Los participantes son divididos en pequeños grupos.

Constituyen una herramienta didáctica importante para el profesor en cada


asignatura. La priorización de la educación en cuanto a la adquisición de
conocimientos ha dejado de lado la necesidad de trabajar más la educación del
pensamiento, en cuanto a su organización, al proceso de la información, a la
obtención de nuevas ideas, conclusiones, propuestas.

Sin embargo, para que esto se dé se propone que hace falta por un lado
incrementar y efectivizar las políticas y programas que, desde los organismos
internacionales, hasta los gobiernos locales, promuevan un cambio educativo que
enfatice el desarrollo de Pensamiento Crítico, y por otro lado, desde la parte
práctica, emprender una reforma curricular que contenga una integralidad en la
formación.

Dentro de esta reforma se pueden tomar soluciones ya probadas como la


formación por “Solución de Problemas”. El pasar de la percepción a la solución va
formando en el intelecto una competencia valiosa, ya que se atraviesan campos
de acción mental muy beneficiosos como el análisis, la síntesis, la evaluación, en
un marco de racionalidad y de razonabilidad.

La educación universitaria panameña, en su mayor parte, viene desarrollándose


desde un enfoque centrado en la formación profesional desde una perspectiva
instruccionalista, en la que se busca principalmente una fijación memorística de
conocimientos, lo cual se pretende lograr mediante actividades de enseñanza-
aprendizaje que, aparentemente, no promueven el desarrollo de Pensamiento
Crítico, sino que buscan simplemente la transmisión de los conocimientos del
profesor hacia el alumno, y cuya eficacia es medida a través de evaluaciones,
reducidas por lo general a exámenes escritos.
No existe una manera válida de medir objetivamente esta eficacia, por lo que con
el presente estudio se intentará dar una respuesta preliminar a este problema, a la
vez que se planteará evaluar una alternativa metodológica para resolver el mismo,
cual es la de la formación de Pensamiento Crítico mediante una formación
universitaria centrada en el desarrollo de trabajos de investigación.

III. OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN

El objetivo de este trabajo valorará el desarrollo de la investigación y el


Pensamiento Crítico en las instalaciones de Educación Superior, a partir de la
implementación de la estrategia metodológica de desarrollo de competencias
investigativas, durante el estudio universitario.

De este objetivo se desprenden los siguientes objetivos específicos:

a. Comprender la competencia de Pensamiento Crítico desde una perspectiva


multidimensional en el contexto de la educación universitaria.
b. Conocer el impacto de la metodología de desarrollo de competencias
investigativas en cuanto a su efecto en la formación de Pensamiento
Crítico.
c. Evaluar si existe una relación positiva entre la formación universitaria
basada en una metodología centrada en la elaboración de trabajos de
investigación, y el desarrollo de las competencias necesarias para la vida
profesional.
d. Evaluar si el desarrollo de Pensamiento Crítico en estudiantes universitarios
está relacionado positivamente con la aplicación de una metodología de
formación universitaria basada en la elaboración de trabajos de
investigación.

IV. JUSTIFICACIÓN

La mejor educación universitaria que podría darse debería centrarse en el


desarrollo de Pensamiento Crítico. Para alcanzar la ola de los grandes avances
tecnológicos, impulsados por las grandes corporaciones empresariales, sin que se
deje de lado la discusión intelectual sobre el impacto de dichos avances en la
sociedad, es necesario adiestrarse en el manejo, crítica y procesamiento de la
información, lo que se menosprecia en la institución universitaria moderna, que no
forma expresamente en habilidades de pensamiento. La formación de
Pensamiento Crítico, además, promueve la formación integral del ser humano, de
modo que no sólo se adapte a la realidad socio-cultural de su entorno, sino que
encuentre las maneras de cambiarlo, mejorándolo. Inclusive, la formación de
Pensamiento Crítico es esencial, desde el punto de vista del utilitarismo
empresarial, por cuanto brinda a los nuevos profesionales las capacidades
necesarias precisamente para la mejora y obtención de nuevos productos y
servicios.

La generalización de una educación universitaria que forme Pensamiento Crítico


permitirá además el aumento del conocimiento de este mismo concepto,
permitiendo encontrar nuevas formas y estrategias para su desarrollo, creando
nuevas áreas científicas. Se produciría así un círculo virtuoso de mayores
aprovechamientos de aprendizajes que abundan en aportes y una mejor
colocación de los profesionales en el medio empresarial.

Los estudiantes formados para pensar críticamente son inquisitivos, exploradores,


investigadores, flexibles, tolerantes, reflexivos y juiciosos. Son ordenados en el
trabajo y en los procesos de búsqueda de soluciones, así como son persistentes
para buscar las soluciones. Las actitudes y capacidades que se desarrollan en el
estudiante forman a un profesional involucrado en el desarrollo de su entorno,
actuando con autonomía, pero contrastando sus opiniones y descubrimientos con
los de otros investigadores. Las tendencias modernas apuntan al desarrollo de
competencias intelectuales, entre las que destaca el Pensamiento Crítico.

En la mayoría de las universidades la situación del desarrollo de Pensamiento


Crítico en la educación superior asume que el Pensamiento Crítico ya está
implícito en la enseñanza a los estudiantes. El Pensamiento Crítico a través de los
planes de estudios en una institución, ya que es importante que los estudiantes
que egresan de una Universidad adquieran habilidades intelectuales, necesarias
para razonar a través de elementos complejos.

Pocas universidades se ocupan en desarrollar en sus estudiantes las habilidades


de Pensamiento Crítico y herramientas de lógica y razonamiento, siendo así que
se dedican más a enseñar a sus estudiantes “qué pensar” y no “cómo pensar”. A
pesar de ser la esencia del espíritu universitario, la Investigación, como método de
formación universitaria para el desarrollo de Pensamiento Crítico, no ha sido
mayormente tomada en cuenta.

Sin embargo, aún desde el nivel escolar, la investigación es importante, vista la


necesidad de orientar la formación al trabajo profesional. Los trabajos de
investigación sobre desarrollo de Pensamiento Crítico han sido desarrollados, en
su mayor parte, a partir de experiencias de trabajo en instituciones escolares, por
lo que se propone investigar hasta qué punto el desarrollo de Pensamiento Crítico
puede darse en una universidad, mediante el uso de la Investigación como
metodología de trabajo.

V. MARCO TEÓRICO

Aunque las universidades no nacieron para educar, sino para estudiar, desde muy
pronto aceptaron la responsabilidad de preparar a quienes deberían hacerse
responsables de dirigir y emprender las actividades humanas, para lo cual había
que descubrir cómo podían hacerse mejor dichas actividades. Docencia e
investigación han ido siempre de la mano.

La Universidad, como centro de estudios, tuvo siempre esa doble acepción: centro
donde se estudia la vida, la realidad, y centro donde se estudia para vivir, para
trabajar profesionalmente. Ha sido esa integración entre universidad y sociedad la
que ha conducido el impulso de la institución universitaria, hasta llegar a ser lo que
es en estos días: un centro de formación, de investigación y de extensión, que se
integra a su entorno y lo desarrolla.

La Educación Universitaria se convirtió así en un agente del conocimiento, hasta


llegar a formar parte del sistema educativo en muchos países, a la vez que se
toma como referente cuando se trata de pedir pronunciamientos y opinión sobre
temas de realidad social. Sin embargo, al volverse el conocimiento un valor, se ha
producido una fractura entre universidades dedicadas exclusivamente a la
formación profesional, y aquellas capaces de tener producción intelectual.

Las necesidades empresariales han ido presionando a las personas a tener un


mayor nivel de estudios para conseguir trabajo, y es por esto por lo que ir a la
universidad, que antes era sólo para unos pocos con alto nivel intelectual, se ha
convertido en camino casi obligatorio para la actividad laboral.

La responsabilidad de la Universidad de preparar bien a los nuevos profesionales


las va llevando a concentrarse más en las actividades de instrucción que en las de
producción intelectual. La diversificación de profesiones y especialidades se
produce por la estructura académica de la institución, y por las propias
capacidades intelectuales de los estudiantes.

La presión económica influye sobre la actividad académica, al punto que la falta de


recursos va en desmedro de la calidad. Cada universidad se ve obligada así a
dedicarse a actividades para generar recursos propios, de manera que en algunos
casos la docencia y la investigación son dirigidas a la recaudación de fondos. Es
por esto por lo que a veces se dedican también mayores recursos a la docencia
que a la investigación.

Las universidades públicas que buscan optimizar sus recursos minimizando los
gastos y las universidades privadas con fines de lucro, que buscan maximizar sus
beneficios, no tienen un mayor desarrollo en el campo de la investigación, a
menos que, como se dijo antes, alguno de sus centros tenga una oportunidad y
sepa aprovecharla. La Formación Profesional en las Universidades, no solo deben
preocuparse por formar profesionales sino deben tener en cuenta que éstos deben
ser competentes.

El desprestigio de un profesional lleva también desprestigio a la institución. Es por


esto por lo que deben preocuparse por la calidad de la formación, la cual está muy
relacionada con los requerimientos de la sociedad respecto a las cualidades que
debe tener un profesional. La calidad va más allá del simple dominio de los
conocimientos. Los procesos de formación deben considerar el desarrollo de
actitudes, destrezas, habilidades y valores que conviertan al estudiante en un
ciudadano útil y solidario, por lo que es fundamental el desarrollo de
“competencias”.

Las competencias manifiestan la manera de ser y actuar de la persona, por lo que


el proceso de su formación debe ir más allá de lo instructivo, debiendo tenerse
procesos que mejoren la capacidad de acción del estudiante en el futuro entorno
cultural, productivo y social. Se hace necesario entonces una transformación de
los currículos hacia la formación en competencias.

El interés por la formación en competencias es uno de los casos típicos de


respuesta a una necesidad social por parte de la universidad. La “competencia” es
apreciada como una característica de rendimiento laboral. Una persona
competente es la que realiza bien sus tareas. Las competencias, que antes se
formaban en los centros laborales, deben ser desarrolladas ya desde la
universidad. Es así como ha comenzado a abrirse una amplia gama de
conocimientos, habilidades, actitudes y valores que son tratados como objetivos
de formación bajo el término de competencia. Las competencias profesionales
desde una perspectiva compleja la formación en competencias se ha convertido
en una tarea compleja, puesto que no hay un acuerdo unánime en cuántas y
cuáles son las necesarias para formar una persona como profesional competente
en una especialidad.

Al surgir nuevas especialidades a medida que avanza el desarrollo de las ciencias


y la tecnología, surgen nuevas competencias. Pero no solo desde el punto de vista
de la productividad, sino también desde el punto de vista de las cualidades
personales para el manejo de situaciones. La formación profesional se convierte
así en la formación de la persona. Competencias profesionales genéricas y
específicas.

El buen desempeño de la profesión exige el dominio de competencias tanto


genéricas como específicas. Esto es, junto a los conocimientos, habilidades y
actitudes específicos para el desempeño de una actividad se requiere de
competencias generales o transversales de carácter más personal. El objetivo de
distinguir entre competencias genéricas y específicas es el de mantener una
integralidad en la formación. Todo esto permitirá una mejor adaptación y desarrollo
del profesional en el mundo laboral y social.

Evaluación académica para la mejora de la calidad educativa uno de los


elementos de mayor importancia para la mejora de la calidad educativa y el
desarrollo de competencias, es la evaluación. La observación y medición de la
actividad educativa es el único medio para obtener información que permita
mejorar el mismo proceso, mejorando su calidad. La observación va no sólo a la
medición de los aprendizajes sino también a la visión de los comportamientos
desde el punto de vista de la interacción social.
El desarrollo de las competencias requiere de su observación para poder mejorar
el proceso, tomando medidas correctivas. Tanto las competencias intelectuales
como las sociales son pasibles de medición. La observación del incremento de
valor por parte de profesores y estudiantes es un elemento motivador que impulsa
a conseguir un valor superior. La falta de avance o el poco aprovechamiento no
deben ser tomados como factores negativos sino como insumos para una mejor
planificación y programación del trabajo formativo.

Es importante diseñar la evaluación de las competencias para lo cual es


conveniente la interacción profesor-estudiante. Se debe determinar la competencia
a medir, los criterios de evaluación, los instrumentos de medición, la
categorización de los resultados, entre otros aspectos. No debe dejarse de ver que
la evaluación es sólo una herramienta para el proceso y no un fin en sí.
Metodología Enseñanza-Aprendizaje Típicamente, la mayor parte de la actividad
de una universidad gira alrededor de la metodología utilizada por los profesores
para formar a los estudiantes.

Los tipos de metodología utilizados actualmente pueden resumirse en dos: La


Metodología Tradicional y la Metodología de Investigación. La Metodología
Tradicional viene siendo aquella que utiliza procesos de enseñanza – aprendizaje,
centrada en la transmisión de conocimientos unidireccional, del profesor al
estudiante. Esta metodología engloba una serie de metodologías de aprendizaje,
como son las clases magistrales, las metodologías activas de participación en
aula, la metodología del caso, el aprendizaje basado en problemas, y otras, cuyo
objetivo es la adquisición de conocimientos o habilidades intelectuales por parte
del estudiante, y cuya eficacia trata de maximizarse mediante metodologías o
estrategias de aprendizaje. Este es el tipo de metodología ampliamente extendido
en los programas de pregrado de las universidades.

La Metodología de Investigación es aquella que centra su actividad en el


desarrollo de trabajos por parte del estudiante, en los que el aprendizaje no
constituye un objetivo sino una consecuencia de la actividad, mientras que el
objetivo principal consiste en la producción intelectual, esto es, la generación de
nuevo conocimiento. Esta es la metodología ampliamente usada en los programas
de posgrado Doctorales, que empieza a utilizarse también en algún programa de
Maestría, pero que no se pone en práctica en los programas de pregrado,
generalmente por prejuicios como la incapacidad del estudiante, la ausencia de
aprendizaje, la falta de recursos económicos, entre otros.

A. La Investigación Universitaria

La ciencia es el estilo de pensamiento y de acción en el que se tiene que distinguir


el trabajo de investigación de su producto final: el conocimiento. La investigación,
por lo tanto, está orientada a la generación de conocimientos.

La ciencia y la investigación se han dado desde las primeras actividades del ser
humano, yendo progresivamente en aumento, para formar un cuerpo de
conocimientos que poco a poco ha ido diversificándose en las diferentes
disciplinas que constituyen hoy las especialidades universitarias.

Durante los primeros pasos de la civilización los conocimientos se formaban en


base a conjeturas, cayéndose muchas veces en errores y confusiones. Poco a
poco se ha ido formando la estructura y los caminos para desarrollar un orden
sistemático. A través de la investigación se amplía el conocimiento, por lo que es
ella la que debe ser considerada como el eje de la formación universitaria.

Es por eso que las universidades deben desarrollar currículos que planteen
estrategias que permitan al estudiante tener una formación articulada, integrada, y
propositiva. Esta formación, basada en la investigación, si bien no debe excluir la
intuición ni la subjetividad, debe ir llevando al estudiante a comportarse como un
profesional integrado a la sociedad. Los procesos de investigación, como son las
estrategias de estudio, la metodología de procesamiento de información, el
análisis y la propuesta, deben ser parte tanto del sistema de trabajo universitario,
como del currículo.

La Universidad misma debe articularse administrativa y académicamente para


apoyar el desarrollo de este sistema. Es importante poder aprender y aplicar el
método científico para poder formar y desarrollar un profesional. La investigación
por lo tanto debe constituirse en la pieza fundamental de la formación de los
estudiantes de pre-grado y pos-grado.

La investigación en la universidad debe abordarse incluso a nivel extra curricular,


de modo que los estudiantes participen de los proyectos de investigación que
desarrolla la universidad fuera de los planes de estudio, de modo que llegue
incluso a la publicación en revistas estudiantiles o especializadas.

La investigación científica no necesariamente se ocupa de los hechos. Mientras


que las ciencias formales demuestran o prueban, dando respuestas categóricas,
finales, las ciencias fácticas confirman o desconfirman, dando respuestas
incompletas y provisionales. Es por esto que la enseñanza universitaria limitada a
teorías, producto de las ciencias formales, desligadas del progreso y los cambios
que se dan en la realidad, puede llevar a una formación incompleta y sesgada de
los estudiantes.

La investigación universitaria que involucre a los estudiantes no debe limitarse al


desarrollo de trabajos de gabinete como la elaboración de monografías, o la
recopilación, ordenamiento y procesamiento de datos para la producción de 66
informes, como ejercicio complementario dentro de la docencia académica. La
investigación de los estudiantes debe promoverse y desarrollarse, pero debe estar
ligada a la generación de nuevo conocimiento ligado a la realidad, dado el fin de la
formación universitaria en cuanto a la preparación para la vida profesional.

El desarrollo de trabajos de investigación promueve la producción intelectual, lo


que permite el ejercicio, y por lo tanto, el desarrollo de Pensamiento Crítico, a la
vez que permite la fijación del conocimiento con mayor eficacia. En ese sentido las
asignaturas universitarias deben ser pensadas, diseñadas y ejecutadas para
realizar investigación sobre un saber. Los propios profesores pueden y deben
emplear la investigación tanto como para el desarrollo de sus estudiantes como
para mejorar la capacidad profesional de ellos mismos.

B. Metodología Enseñanza-Aprendizaje

Típicamente, la mayor parte de la actividad de una universidad gira alrededor de la


metodología utilizada por los profesores para formar a los estudiantes. Los tipos
de metodología utilizados actualmente pueden resumirse en dos: La Metodología
Tradicional y la Metodología de Investigación.

La Metodología Tradicional viene siendo aquella que utiliza procesos de


enseñanza – aprendizaje, centrada en la transmisión de conocimientos
unidireccional, del profesor al estudiante. Esta metodología engloba una serie de
metodologías de aprendizaje, como son las clases magistrales, las metodologías
activas de participación en aula, la metodología del caso, el aprendizaje basado en
problemas, y otras, cuyo objetivo es la adquisición de conocimientos o habilidades
intelectuales por parte del estudiante, y cuya eficacia trata de maximizarse
mediante metodologías o estrategias de aprendizaje. Este es el tipo de
metodología ampliamente extendido en los programas de pregrado de las
universidades.

La Metodología de Investigación es aquella que centra su actividad en el


desarrollo de trabajos por parte del estudiante, en los que el aprendizaje no
constituye un objetivo sino una consecuencia de la actividad, mientras que el
objetivo principal consiste en la producción intelectual, esto es, la generación de
nuevo conocimiento.

Esta es la metodología ampliamente usada en los programas de posgrado


Doctorales, que empieza a utilizarse también en algún programa de Maestría, pero
que no se pone en práctica en los programas de pregrado, generalmente por
prejuicios como la incapacidad del estudiante, la ausencia de aprendizaje, la falta
de recursos económicos, entre otros.

En los últimos años se ha venido tratando de desarrollar nuevas estrategias


destinadas a mejorar los aprendizajes obtenidos por los estudiantes, para lo cual
se han venido proponiendo diversas metodologías tanto para el proceso de
enseñanza, como para mejorar la capacidad de recepción y retención por parte de
los estudiantes. Existen muchas estrategias y actividades pedagógicas para el
mejoramiento de los aprendizajes, pero no existe aún una clara identificación de
una metodología válida para la formación del pensamiento crítico.

El desarrollo del Pensamiento Crítico se puede fomentar por medio de: a. Educar
a los estudiantes según sus diversos estilos de aprendizaje. b. Favorecer la
creatividad, los descubrimientos y los cuestionamientos. c. Realizar actividades en
pequeños grupos. d. Usar la técnica de desarrollo de papeles. e. Lectura de
artículos y elaboración de críticas. f. Simulaciones. g. Estudio de casos y
escenarios críticos. h. Elaboración de proyectos. i. Adopción de la estrategia de
Aprendizaje Basado en Problemas. Incentivar al diálogo.

C. Pensamiento Crítico

¿Qué es el Pensamiento Crítico? En 1995, cuarenta y seis expertos en Filosofía


y Educación propusieron una definición del Pensamiento Crítico como juicio auto
regulatorio útil que redunda en una interpretación, análisis, evaluación e inferencia,
así como en la explicación de lo evidencial, conceptual, metodológico,
caracterológico o contextual, de aquellas consideraciones sobre las cuales el juicio
está basado.

Sin embargo, hasta la actualidad no hay una opinión convergente hacia una
conceptualización del Pensamiento Crítico. Definir el Pensamiento Crítico
empobrece el término. Es así como todos los intentos de definición son cada vez
más extensivos e insuficientes. El Pensamiento Crítico tiene un componente
fuertemente subjetivo, Hay una fuerte influencia social, integrando el Pensamiento
Crítico y el Pensamiento Creativo en lo que denomina Pensamiento de Orden
Superior.

Las primeras referencias sobre desarrollo formal del Pensamiento Crítico las
tenemos en la antigua Grecia de los siglos VII y VI a.c., debido al auge de la
Filosofía y disciplinas afines como la Lógica, la Retórica y la Dialéctica. Destaca en
el período pre-socrático a Tales de Mileto, quien era un filósofo de la naturaleza y
afirmaba que el agua era el principio de todo. También sostenía que las ideas casi
nunca eran acertadas; había que mejorarlas. Pitágoras, en este período, cultivaba
las matemáticas, por la cual, según ellos, se podía llegar a la exactitud total y
evidencia absoluta.

Heráclito de Éfeso, tuvo la aguda percepción de la variabilidad y fugacidad de


cuanto existe, de su diversidad y perpetua mudanza. Con Zenón, digno
representante de la escuela estoica, se origina la dialéctica, con su teoría del
movimiento. Luego surgen los socráticos. Sócrates sostenía que la vida debe ser
analizada, pensada. Se convierte en el pionero del Pensamiento Crítico. Separó el
cuerpo del alma, lo físico de lo metafísico. Daba importancia a la lógica, al
raciocinio, por medio d preguntas, para llegar a la verdad. Su método es
considerado el mejor para enseñar a pensar críticamente.

Platón (427-347) y Aristóteles (384-332), siguieron a Sócrates. Platón se dedicó a


buscar la justicia tanto para la persona como para el Estado, en base a las ideas,
las cuales en sí dan un valor moral. Fue el primero en estudiar el conocimiento.
Aristóteles pertenecía a la Academia, escuela filosófica fundada por Platón,
Después de unos años, funda el Liceo, donde dialogaban paseando por un jardín.
Luego surgen los estoicos, quienes combaten la creencia platónica y también la
afirmación aristotélica sobre las esencias universales en el seno de las cosas.
Para ellos solo existen las cosas materiales que se pueden percibir por los
sentidos.

En Roma destacan los filósofos Lucrecio y Séneca. Este último descubrió la


conciencia y la voluntad, la cual sostenía, era distinta del conocimiento. Se
distinguía por su prudencia y sabiduría. Con el Cristianismo surge una nueva
filosofía, una nueva mentalidad, una nueva civilización. La fe orienta, aunque en
un sentido muy general, a la razón, deparándole unas directrices fundamentales
que marcan una dirección al pensamiento (Gambra, 1986). En los primeros siglos
destaca San Agustín y posteriormente Santo Tomás de Aquino.

Santo Tomás de Aquino (1225-1274) explicaba que el animal solo puede conocer
lo que sus sentidos le permiten, mientras que el ser humano que posee el
entendimiento, la inteligencia, que puede tener un conocimiento racional de las
cosas. Pero, además, según Santo Tomás, poseemos un conocimiento superior
del cual no estamos conscientes.

El desarrollo filosófico desde entonces no ha tenido mayor impulso. Las corrientes


filosóficas modernas no han conseguido establecer hitos más allá de intentos
puntuales como los de Kant y Popper (Marciales, 2003). No es hasta el siglo XIX,
que aparece el Positivismo, que admite otro saber que el “positivo”, que tiene su
punto de partida en la experiencia sensible. Recién en el siglo XX se comienza a
estudiar específicamente y con profundidad el tema del Pensamiento Crítico.

D. Componentes del Pensamiento Crítico

Componentes del Pensamiento Crítico Como todo proceso mental, el


Pensamiento Crítico, para accionar, requiere de tres componentes; conocimiento,
habilidades y actitudes:

1. Conocimientos; El acto de pensamiento nace del conocimiento de aquello


en lo que hay que pensar. Aunque la literatura se ha concentrado en las
habilidades y disposiciones, no debe dejarse de lado el propio acto
cognoscitivo como punto inicial para la ejecución del Pensamiento Crítico,
con todas las implicaciones que conlleva el acto cognoscitivo: la
percepción, la imaginación, el sentido común, la memoria, intervienen cada
vez que se formula y establece un pensamiento.
2. Habilidades; El Pensamiento Crítico efectivo requiere de habilidades
mentales tales como el centrarse en la cuestión, analizar argumentos,
clarificar, desafiar, observar y juzgar (Ennis, 1987). Aunque no existe un
acuerdo común respecto a la cantidad y diversidad de las habilidades, un
grupo de especialistas (APA, 1990) identificó las siguientes habilidades
como centrales: interpretación, análisis, evaluación, inferencia, explicación y
autorregulación.
3. Actitudes; Aunque la literatura habla sobre disposiciones, el concepto más
amplio resulta ser el de actitud.
Las tendencias, propensiones, susceptibilidades, motivaciones son factores que
condicionan el actuar y por lo tanto la ejecución del Pensamiento Crítico. Para
Ennis (1996) las disposiciones pueden lograrse ejecutando habilidades cognitivas
concretas. Otros autores (Facione y Facione, 1992) consideran las disposiciones
como hábitos mentales. En general existe una amplia aceptación al hecho de que
la Motivación es un factor clave para el desencadenamiento del Pensamiento

E. Desarrollo del Pensamiento Crítico en la Universidad

La Universidad, como centro de estudios, tuvo siempre esa doble acepción: centro
donde se estudia la vida, la realidad, y centro donde se estudia para vivir, para
trabajar profesionalmente. Ha sido esa integración entre universidad y sociedad la
que ha conducido el impulso de la institución universitaria, hasta llegar a ser lo que
es en estos días: un centro de formación, de investigación y de extensión, que se
integra a su entorno y lo desarrolla.

La Educación Universitaria se convirtió así en un agente del conocimiento, hasta


llegar a formar parte del sistema educativo en muchos países, a la vez que se
toma como referente cuando se trata de pedir pronunciamientos opinión sobre
temas de realidad social. Sin embargo, al volverse el conocimiento un valor, se ha
producido una fractura entre universidades dedicadas exclusivamente a la
formación profesional, y aquellas capaces de tener producción intelectual.

Las necesidades empresariales han ido presionando a las personas a tener un


mayor nivel de estudios para conseguir trabajo, y es por lo que ir a la universidad,
que antes era sólo para unos pocos con alto nivel intelectual, se ha convertido en
camino casi obligatorio para la actividad laboral, la responsabilidad de la
Universidad de preparar bien a los nuevos profesionales las va llevando a
concentrarse más en las actividades de instrucción que en las de producción
intelectual.

La diversificación de profesiones y especialidades se produce por la estructura


académica de la institución, y por las propias capacidades intelectuales de los
estudiantes. La presión económica influye sobre la actividad académica, al punto
que la falta de recursos va en desmedro de la calidad. Cada universidad se ve
obligada así a dedicarse a actividades para generar recursos propios, de manera
que en algunos casos la docencia y la investigación son dirigidas a la recaudación
de fondos.

Es por esto que a veces se dedican también mayores recursos a la docencia que
a la investigación. Las universidades públicas que buscan optimizar sus recursos
minimizando los gastos y las universidades privadas con fines de lucro, que
buscan maximizar sus beneficios, no tienen un mayor desarrollo en el campo de la
investigación, a menos que, como se dijo antes, alguno de sus centros tenga una
oportunidad y sepa aprovecharla.
La Formación Profesional en las Universidades no solo deben preocuparse por
formar profesionales sino deben tener en cuenta que éstos deben ser
competentes. El desprestigio de un profesional lleva también desprestigio a la
institución. Es por esto que deben preocuparse por la calidad de la formación, la
cual está muy relacionada con los requerimientos de la sociedad respecto a las
cualidades que debe tener un profesional. La calidad va más allá del simple
dominio de los conocimientos.

Los procesos de formación deben considerar el desarrollo de actitudes, destrezas,


habilidades y valores que conviertan al estudiante en un ciudadano útil y solidario,
por lo que es fundamental el desarrollo de “competencias”. Las competencias
manifiestan la manera de ser y actuar de la persona, por lo que el proceso de su
formación debe ir más allá de lo instructivo, debiendo tenerse procesos que
mejoren la capacidad de acción del estudiante en el futuro entorno cultural,
productivo y social. Se hace necesario entonces una transformación de los
currículos hacia la formación en competencias.

El interés por la formación en competencias es uno de los casos típicos de


respuesta a una necesidad social por parte de la universidad. La “competencia” es
apreciada como una característica de rendimiento laboral. Una persona
competente es la que realiza bien sus tareas. Las competencias, que antes se
formaban en los centros laborales, deben ser desarrolladas ya desde la
universidad. Es así que ha comenzado a abrirse una amplia gama de
conocimientos, habilidades, actitudes y valores que son tratados como objetivos
de formación bajo el término de competencia.

Las competencias profesionales desde una perspectiva compleja, la formación en


competencias se ha convertido en una tarea compleja, puesto que no hay un
acuerdo unánime en cuántas y cuáles son las necesarias para formar una persona
como profesional competente en una especialidad. Al surgir nuevas
especialidades a medida que avanza el desarrollo de las ciencias y la tecnología,
surgen nuevas competencias. Pero no solo desde el punto de vista de la
productividad, sino también desde el punto de vista de las cualidades personales
para el manejo de situaciones.

La formación profesional se convierte así en la formación de la persona.


Competencias profesionales genéricas y específicas. El buen desempeño de la
profesión exige el dominio de competencias tanto genéricas como específica. Esto
es, junto a los conocimientos, habilidades y actitudes específicos para el
desempeño de una actividad se requiere de competencias generales o
transversales de carácter más personal.

El objetivo de distinguir entre competencias genéricas y específicas es el de


mantener una integralidad en la formación. Todo esto permitirá una mejor
adaptación y desarrollo del profesional en el mundo laboral y social. Evaluación
académica para la mejora de la calidad educativa Uno de los elementos de mayor
importancia para la mejora de la calidad educativa y el desarrollo de
competencias, es la evaluación.

La observación y medición de la actividad educativa es el único medio para


obtener información que permita mejorar el mismo proceso, mejorando su calidad.
La observación va no sólo a la medición de los aprendizajes sino también a la
visión de los comportamientos desde el punto de vista de la interacción social. El
desarrollo de las competencias requiere de su observación para poder mejorar el
proceso, tomando medidas correctivas. Tanto las competencias intelectuales
como las sociales son pasibles de medición.

La observación del incremento de valor por parte de profesores y estudiantes es


un elemento motivador que impulsa a conseguir un valor superior. La falta de
avance o el poco aprovechamiento no deben ser tomados como factores
negativos sino como insumos para una mejor planificación y programación del
trabajo formativo. Es importante diseñar la evaluación de las competencias para lo
cual es conveniente la interacción profesor-estudiante. Se debe determinar la
competencia a medir, los criterios de evaluación, los instrumentos de medición, la
categorización de los resultados, entre otros aspectos.

No debe dejarse de ver que la evaluación es sólo una herramienta para el proceso
y no un fin en sí, Metodología Enseñanza-Aprendizaje Típicamente, la mayor parte
de la actividad de una universidad gira alrededor de la metodología utilizada por
los profesores para formar a los estudiantes. Los tipos de metodología utilizados
actualmente pueden resumirse en dos: La Metodología Tradicional y la
Metodología de Investigación.

La Metodología Tradicional viene siendo aquella que utiliza procesos de


enseñanza – aprendizaje, centrada en la transmisión de conocimientos
unidireccional, del profesor al estudiante. Esta metodología engloba una serie de
metodologías de aprendizaje, como son las clases magistrales, las metodologías
activas de participación en aula, la metodología del caso, el aprendizaje basado en
problemas, y otras, cuyo objetivo es la adquisición de conocimientos o habilidades
intelectuales por parte del estudiante, y cuya eficacia trata de maximizarse
mediante metodologías o estrategias de aprendizaje.

Este es el tipo de metodología ampliamente extendido en los programas de


pregrado de las universidades. La Metodología de Investigación es aquella que
centra su actividad en el desarrollo de trabajos por parte del estudiante, en los que
el aprendizaje no constituye un objetivo sino una consecuencia de la actividad,
mientras que el objetivo principal consiste en la producción intelectual, esto es, la
generación de nuevo conocimiento.

Esta es la metodología ampliamente usada en los programas de posgrado


Doctorales, que empieza a utilizarse también en algún programa de Maestría, pero
que no se pone en práctica en los programas de pregrado, generalmente por
prejuicios como la incapacidad del estudiante, la ausencia de aprendizaje, la falta
de recursos económicos, entre otros.

En los últimos años se ha venido tratando de desarrollar nuevas estrategias


destinadas a mejorar los aprendizajes obtenidos por los estudiantes, para lo cual
se han venido proponiendo diversas metodologías tanto para el proceso de
enseñanza, como para mejorar la capacidad de recepción y retención por parte de
los estudiantes. Existen muchas estrategias y actividades pedagógicas para el
mejoramiento de los aprendizajes pero no existe aún una clara identificación de
una metodología válida para la formación del pensamiento crítico, el desarrollo del
Pensamiento Crítico se puede fomentar por medio de:

a. Educar a los estudiantes según sus diversos estilos de aprendizaje.


b. Favorecer la creatividad, los descubrimientos y los cuestionamientos.
c. Realizar actividades en pequeños grupos.
d. Usar la técnica de desarrollo de papeles.
e. Lectura de artículos y elaboración de críticas .
f. Simulaciones.
g. Estudio de casos y escenarios críticos.
h. Elaboración de proyectos.
i. Adopción de la estrategia de Aprendizaje Basado en Problemas (ABP).
j. Incentivar al diálogo.

Las estrategias de enseñanza más efectivas para el desarrollo del Pensamiento


Crítico y la promoción de una actitud activa de los estudiantes.

VI. PROPUESTA PARA EL DESARROLLO DEL PENSAMIENTO CRÍTICO EN


LA UNIVERSIDAD

A. La Formación Profesional en las Universidades

Enseñanza del Pensamiento Crítico en Educación Superior, existe el objetivo


generalizado a nivel internacional de dirigir la formación profesional al desarrollo
de competencias y al análisis creativo y crítico, considerando como un camino
necesario la incorporación del Pensamiento Crítico en los planes curriculares.

Los resultados de la Conferencia Mundial sobre la Educación Superior en el Siglo


XXI, resaltan la importancia dada a la necesidad de formación del Pensamiento
Crítico. A pesar de esto son pocos los intentos y resultados de conseguir un
camino efectivo de formación superior que comprenda el desarrollo del
Pensamiento Crítico. la falla obedece a la falta de una acción integral que
involucre políticas de Estado, acciones administrativas, involucramiento de
profesores y directivos académicos, entre otros.

La existencia de falacias respecto al proceso de Enseñanza-Aprendizaje:


a. Los profesores no tienen nada que aprender de los estudiantes.
b. Sólo el profesor tiene Pensamiento Crítico.
c. Existe un programa ideal para la enseñanza del Pensamiento Crítico.
d. El programa de enseñanza del Pensamiento Crítico se debe tomar tal como
está. e. Lo importante es la respuesta correcta y no el pensamiento que
está detrás de ella.
e. El Pensamiento Crítico es un medio y no un fin en sí mismo.
f. El estudiante debe llegar a la excelencia en el manejo del Pensamiento
Crítico. h. El objetico de la asignatura de Pensamiento Crítico es enseñar
Pensamiento Crítico.

Es importante resaltar el carácter limitativo de las visiones de la formación superior


en cuanto a orientar o centrar la actividad en los aprendizajes o bien en los
contenidos. Igualmente, no es conveniente centrar u orientar los procesos
alrededor del estudiante o del profesor.

Es importante especificar qué significa ser crítico o acrítico, definiendo como rasgo
principal la autonomía del pensador. Mientras que el pensador crítico evalúa y
conduce sus pensamientos alrededor de sus evaluaciones, el acrítico no se toma
la molestia de realizar dicho trabajo intelectual, aceptando o rechazando lo que se
le plantea, muchas veces sin saber de qué se trata. Para realizar dicha evaluación
se plantean la definición de estándares, como patrones, proponiendo los
siguientes: Claridad, Exactitud, Precisión, Relevancia, Profundidad, Amplitud y
Lógica.

Así mismo los estudiantes deben cultivar las siguientes virtudes: Humildad, Coraje,
Empatía, Integridad, Perseverancia, Fe en la Razón e Imparcialidad. El desarrollo
del Pensamiento Crítico: una necesidad en la formación de los estudiantes
universitarios. La formación superior tradicional en la que la opinión de los
estudiantes no es tomada en cuenta impide el desarrollo del Pensamiento Crítico,
que se fundamenta precisamente en la relación profesor-estudiante.

No debe dejarse de lado la ascendencia de los profesores respecto al modo de


aprender de los alumnos, por lo que es necesario que el profesor los estimule
positivamente. de dar un rol preponderante a la asignatura de Filosofía, la cual
permite a la vez enseñar a pensar y ofrecer contenidos que promueven la reflexión
crítica del estudiante. La Filosofía hace posible introducirse en los problemas
fundamentales inmersos en el desarrollo de los conocimientos. Para Santiuste et
al. la Filosofía forma a los alumnos en una dialéctica constructiva importante para
el equilibrio de su pensamiento.

B.- Estrategias Docentes dentro del Pensamiento Crítico

En los últimos años se ha venido tratando de desarrollar nuevas estrategias


destinadas a mejorar los aprendizajes obtenidos por los estudiantes, para lo cual
se han venido proponiendo diversas metodologías tanto para el proceso de
enseñanza, como para mejorar la capacidad de recepción y retención por parte de
los estudiantes. Existen muchas estrategias y actividades pedagógicas para el
mejoramiento de los aprendizajes, pero no existe aún una clara identificación de
una metodología válida para la formación del pensamiento crítico.

El desarrollo del Pensamiento Crítico se puede fomentar por medio de:


1. Educar a los estudiantes según sus diversos estilos de aprendizaje.
2. Favorecer la creatividad, los descubrimientos y los cuestionamientos.
3. Realizar actividades en pequeños grupos. d. Usar la técnica de desarrollo
de papeles.
4. Lectura de artículos y elaboración de críticas. f. Simulaciones. g. Estudio de
casos y escenarios críticos.
5. Elaboración de proyectos.
6. Adopción de la estrategia de Aprendizaje Basado en Problemas.

El proceso es exigente en su preparación especialmente para el docente, por el


diseño, conducción, evaluación y orientación de toda la actividad. El Pensamiento
Crítico Según, el pensamiento crítico es una destreza que cuestiona cualquier
conocimiento, es una forma de obtener conocimiento y buscar la verdad, a fin de
tener la capacidad de emitir buenos juicios. El pensador crítico ideal es una
persona inquisitiva, que confía en la razón, justa en la evaluación, honesta,
prudente, ordenada, dispuesta a reconsiderar sus juicios, es decir, que es una
persona que cuenta no solo con una disposición general, sino que también cuenta
con las habilidades intelectuales necesarias.

Las estrategias de enseñanza más efectivas para el desarrollo del Pensamiento


Crítico y la promoción de una actitud activa de los estudiantes, son los métodos de
simulación y luego el estudio de casos. Estrategias Docentes dentro del
Pensamiento Crítico. Entre las diversas metodologías y técnicas que se vienen
utilizando, tenemos:

a. A través de preguntas y respuestas; el educador obtiene del educando


los conocimientos con los que cuenta y lo cuestiona llevándolo hacia el
descubrimiento del nuevo conocimiento. El método saca a la luz no solamente las
pre-concepciones del estudiante sino también sus propios sentimientos, de modo
que el estudiante conozca lo que piensa, siente, hace y dice, en modo de estar en
mejor condición para sostener sus opiniones y creencias

b. Simulaciones; Se trata de hacer una reproducción dinámica de una


situación en modo de replicar un sistema o proceso sobre el que tienen que
tomarse decisiones. Aunque tienen una buena efectividad para acelerar los
procesos de aprendizaje, es difícil integrarlas al plan general de formación
profesional. La imitación de la realidad se presta para la observación del
comportamiento de un ente o grupo de personas permitiendo ver el
comportamiento de las variables. El profesor juega un rol mediador en cuanto
establece los componentes y las variables, actuando también como animador y
orientador.

c. Estudio de casos; Se trata de historias diseñadas para educar (Herreid,


1997). Son ejemplos complejos en los que se expone un problema por descubrir.
Se aplican conceptos teóricos y se motiva al estudiante a examinar la situación y a
dar soluciones razonadas y sustentadas. Son altamente motivadores. Se forma al
estudiante para la toma de decisiones.

d. Lectura Crítica; Es necesario formar un lector crítico que no solamente


aprenda los contenidos de un texto, sino que a partir del mismo extraiga críticas y
propuestas. La lectura crítica está asociada a la capacidad de escribir. Por lo
mismo ambas actividades deben realizarse contemporáneamente, no solamente
para mejorar la retención memorística sino especialmente para activar la
producción intelectual

e. El aprendizaje basado en problemas; Se trata de una estrategia que


promueve el estudio y la investigación en contextos reales, basada en la técnica
de resolución de problemas, en la que se genera, evalúa, desarrolla, refina e
implanta soluciones a oportunidades y problemas. El proceso es exigente en su
preparación especialmente para el docente, por el diseño, conducción, evaluación
y orientación de toda la actividad.

El Pensamiento Crítico, es una destreza que cuestiona cualquier conocimiento, es


una forma de obtener conocimiento y buscar la verdad, a fin de tener la capacidad
de emitir buenos juicios. El pensador crítico ideal es una persona inquisitiva, que
confía en la razón, justa en la evaluación, honesta, prudente, ordenada, dispuesta
a reconsiderar sus juicios, es decir, que es una persona que cuenta no solo con
una disposición general, sino que también cuenta con las habilidades intelectuales
necesarias.

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