EL DERECHO Y LA SEXUALIDAD EN LA
ANTIGUEDAD TARDIA.
Aproximacién histdrico-jurtdica’
LUIS ROJAS DONAT™
1, SIGLO [; INICIOS DE LA ERA CRISTIANA,
cristo
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interesado rmicho en este tema, & diferencia de ots alos quest les dedicd extensus reflexiones,
como le riqueza, cl crecimienta espiritual y la salvacién. Jestis no rechazé las creencias judias tradi-
cionales relativas al matrimonio y la familia, peto es evident: que difrié de lt mayoria de los
rmacstres anteriores a Ely a nis eonremporineas, al poner acen‘o en el amor como elemento prin-
cipal del mauimonio, ¥ no solamence Cristo sino eambiéa sus seguidores eavieron en vista que las
parejas casas crsranas vivirian dentro del maren de Ia cul ra judta tradicional, pero hicieron
hincapié ea la mutua enteoga que formabs parte del nicico del concepco que los cvangeliess la
man dgepe (for), Gucen su sentido primigenio sigoifica amer, cuifto, As las selaviones sexuales
focmaban sélo una parte—sin duda, importanie peto no exclusiva— ée la relacidn, que ahora se
transformaba en la acciéa de compartir y amar, de acuerdo con el ideal de matrimonig que tanto
Cristo coma sus discipulos ensenaron.
‘En cuanto al divorcio, Ceisto fue en parte hombre de su tierspo aceptando el marco cultural en
que vivfa. No prohibié de plano resuurir a este espediente, al que consideré como un recurso
timo y extrema, pero en ningin caso como ura salida fell yhasta utnaria ance la dificultades
conyugiles. Fuede opinidn que debfa imitarsee espectro de los motives para impetrarel divorcio,
yen este punto, clertamente, se opusa al juicio que prevaleca en la mayorta de los rabinos de
entonces, El adulterio fue para Ella nica causa qu: podla motivar el uso del recurso del divorcio,
eapertionre en of cual se mastrd muy calita, parque fle rendene a autarizar otia matrimonio
despucs del divorcia, aunque, e& certo, tampaco le prohibié por completo,
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‘Varies passjes de los evangelios se refieren 2 Ia prostirucién (nopvevci=pomneia) condensindola,
Elconcepto es polivalente, pues, en ocssiones significabe, en efecto, prosticueién, pero en tras
hace referencia al scxo no marital en general. Es dificil precisa siel rérmino se aplicab a las relacia-
nes prematrimoniales entre personas que se habfan promerido, o en realidad eabria un amplio
espectro de relaciones heterosexuales no comerciales, que caver dentro-da! tipo convencionalmente
denominade “fornicacién’, esto es, lee relaciones secuales fuera del mattimonio. Le actieud de la
smayorfa de los maestros rebinos contemporineos de Cristo, tampoco ayuda a precisur el concepto,
ya que no prohibieron las relaciones sexuales enere parejas no casadas, ni las consideraron una
‘efue mora, Filo induce a pensar que porncia sigaifcaba cl sexo con prostitutes, el adulcrio y
‘ours relaciones promiscuas, fn relacidn coa cl adulterio, delito para el cual cl derecho tradicional
judio presesibia la muerte, Jesds se aparts de esta doctrina viendo en ello un problema moral y no
un crimen puiblico. Por es0, sus ensefianzas no apunvaron a ks cueles penas paiblicas, sinoa tatar
a los culpables con remedios espiricuales
Quizis esta actitud haya determinado fa otta de Cristo ance la proseitucién, yu que en este
campo también sa posicién fe distinta del pensamiento july convencional. Su conducta aqut fue
no condenerla como institucién, porque no censurda rarmeris ea particular, pero, es justo decirlo,
arapoce se mostré talerancecon ellas. Bs bien conocido aquel pasaie del Evangelin que lo muestra
diciendo que los publicanos y las prosticurasentracian al reinadeloscielos antes que los ariseos ran
eserupuloses desde el puunta de vista religioso. Deste Iuege este paraje no da pie a pensar que
Crisco considerase que las prostituras tenfan, en cierto sentido, mis derecho que otror a la salva
Gin, Coma en arras si
jones, Jess tems en erre cago la prostituta como un sfinbole que repre
sontaa todos los pecadores, para quienes la misesicerdia divina les salvand si se mucstean sinceri
mente errepentidos, De igual modo, como los observantes minucinsos de la Jey ellas también se
Timpiasin gracias a la eccitud humilde de su arspensimicnte, que es ol punco que desea destacir
Cristo. Pero esta rolerancia de Jestis hacia las prostieutas y otras petsonas consideradas en la epoca
‘ome patias agrav6 Ta hostilidad de las autoridacesreligiess julias contra sus ensefanzas,
Existen algunos pasajes del Evangelio, especialmente en Lacas, que han dado lugar a pensar que
‘Ctisto acasa considerara el sexo voo una barreraen el carnin) hacia la saivacién. Ei la parébola de
Ja gran cena, en que se inviea al banquete del reino de Dios (la Salvecién), entre las excusas que
enumera, la rercera comresponde a aquel que se acabu de eatar (Le 14, 20), Unes versiculos mas
adelante, cuando se refiere hs condiciones ddl discipulado, esis dice que para seguirlo es necesi-
tio “estar dispuesio a renunciar a su padre y asu madre, a sa ranger y @ sus hijos...” (Le 14, 20).
Enseguida, Lucas atribuye a Cristo estas palabras: “Os asegaro que odo aquel quie haya dejado
casa, mje; hertnanos, parieates o hijs por el reino de Dias recibir mucho mds en ese mindo,
y le vide eterna en el fro” (LC. 18, 29.20). Bs muy posible que este mensaje debia provocar
escindalo en la comunidad judia, Ms que ainguno de lot owos evangelistas, ha sido Latcas el que
hha presontada las mas radicales epiniones de Jensen relaeiin con Io secuslidad, muy en pugna con
Ja opinign general d= los rabinos contemporéncos.
PABLO
Hn parte diferenciandose de las ensefianzas judias tradicionales, pero también oponiéndose a elles,
las creencias y pricticascrstianas evohicionaron con su propio deserrella durante la primera gene-
racidn de maestros y esctitores cristianos que siguieron a le mucrte de Cristo, Sin lugar a dudas, la
figare dominance fue Pablo. Se ha postulado que este oriundo de Tessa y coavertido, habria en
parte “modificado” el mensaje cristiano, acomodndelo al momento hist6rive de acuerdo 2 st
26ct in, pneimscin Hee ores Ls Ras owt
formaciéa romans. Debido a que sus epfsolas fueron eseritas antes de quelos evangelists pusieraa
por escrito las ensefianzas de Jesis, son estos documentes los més antiguas testimonies que dispo-
rnemos de las creencias de los primeros cristianos.
En lo que aqui nos importa, es Pablo el que mucsera mavor preocupacién por hs cuestiones
sexuales que lo qu el mismo Criseo ensefid, segiin vestimonian los evangelios. Para Pablo, el sexo
cra una gran fuence de pecado que se cransformaba en un impedimento para la vida eristiana, Hs
cictto que no era el mayor de los pecados, pero en Pablo este ema ocupa na parte importante de
sus prcocupaciones, eganclo a considera el sexo ilicivo car grave como el asexinato, La teora
paulina de los pecados sexuales establece distinciones entre cuauo tipes de pecadores: proscieuto,
adtlteros, impuros (masturbadores y otros que buscan sexo por placer) y afeminados que practice
ban elsexo enitre si. "O es que no sadéts que los malvados no t=ndrin parte en el reino de Dios? No
os engaiiis: ni los ljuriases, ni los iddlatias,nilos adiluerr, ti los aféminades, ni los omosecsales”
(0 Cor 6, 9). Dice a Timoteo que ke ley esté hecha para “los malvados.. os lbertinus, inversias..
(1 Yim 1, 10), ya los tosalonicenses Jes recomienda que ‘cada uno de vorotros viva santa y
decorosamente con su mujer, sin dejrse arrastrar por Ia pasiéa..” (I Tes 4, 4).A todos estos Pablo
les considerS pecadlores, indignos de ser admitidos en el reine dle Dios,
El pensamienea del apéstal Pablo acerca de! sexo ilcita extramatrimonial (porteia) y el mismo
sexo marital, deben inseribirse dentro de! siguiente contexto: