Origen de La Vida
Origen de La Vida
Origen de La Vida
Los progresos en esta área son generalmente lentos y esporádicos, aunque aún atraen la
atención de muchos dada la importancia de la cuestión que se investiga. Existe una serie
de observaciones que apuntan las condiciones fisicoquímicas en las cuales pudo
emerger la vida, pero todavía no se tiene un cuadro razonablemente completo acerca de
cómo pudo ser este origen. Se han propuesto varias teorías, siendo las más importantes
en cuanto al número y calidad de investigadores que la apoyan la hipótesis del mundo
de ARN y la Teoría del mundo de hierro-sulfuro8
La tesis de la generación espontánea fue defendida por Aristóteles, quien afirmaba, por
ejemplo que era una verdad patente que los pulgones surgían del rocío que cae de las
plantas, las pulgas de la materia en putrefacción, los ratones del heno sucio, los
cocodrilos de los troncos en descomposición en el fondo de las masas acuáticas, y así
sucesivamente (Aristóteles, Generatio Animalium e Historia Animalium). Todos ellos
surgían merced a una suerte de fuerza vital a la que da el nombre de "Entelequia". El
término empleado por Aristóteles y traducido posteriormente por espontáneo es
"αυτοματικóς", es decir, fabricado por si mismo.
La autoridad reconocida durante siglos al filósofo estagirita hizo que esta posición
prevaleciera durante siglos y fuera admitida por pensadores tan ilustres como Descartes,
Bacon o Newton. Por ejemplo, en el siglo XVI, el químico y naturalista Jan Baptista
van Helmont, padre de la bioquímica, llega a afirmar en su obra Ortus medicinae 1648
que:
En el siglo XVII estos supuestos comienzan a cuestionarse, como por Sir Thomas
Browne en su Pseudodoxia Epidemica, subtitulada Enquiries into Very many Received
Tenets, and Commonly Presumed Truths (Indagaciones sobre los principios tantas veces
admitidos y las verdades comúnmente supuestas), de 1646, un ataque a las falsas
creencias y "errores vulgares". Sus conclusiones no fueron ampliamente aceptadas. Por
ejemplo, su contemporáneo, Alexander Ross escribió:
"Pues poner en cuestión esto (la generación espontánea) es poner en tela de juicio la
razón, los sentidos y la experiencia. Si duda de esto, que se vaya a Egipto y allí se
encontrará con que los campos se plagan de ratones, engendrados del barro del Nilo
para gran calamidad de sus habitantes."9
En 1768 Lazzaro Spallanzani probó que los microbios venían del aire y se podían
eliminar mediante el hervido. Pero no fue hasta 1861 que Louis Pasteur llevó a cabo una
serie de cuidadosos experimentos que probaron que los organismos como los hongos y
bacterias no aparecían en los medios ricos en nutrientes por ellos mismos en materiales
no vivos, lo cual confirmaba la teoría celular.
Darwin [editar]
En una carta a Joseph Dalton Hooker del 1 de febrero de 1871,11 Charles Darwin sugirió
que la chispa original de la vida pudo haber comenzado en un “pequeño charco cálido,
con todo tipo de sales fosfóricas y de amonio, en presencia además de luz, calor,
electricidad, etc.; de modo que se formara un compuesto proteico listo para sufrir
cambios aún más complejos”. Continuó explicando que “a día de hoy semejante
material sería instantáneamente devorado o absorbido, lo cual no habría sido el caso
antes de que los seres vivos se hubieran formado”12 En otras palabras, la presencia de la
vida misma hace la búsqueda del origen de la vida dependiente de las condiciones de
esterilidad que se dan en el laboratorio. Más precisamente, el oxígeno producido por las
diferentes formas de vida es muy activo a escala molecular, lo cual perjudica a cualquier
intento de formación de vida.
Hasta 1924 no se realizó ningún progreso real, cuando Aleksandr Ivanovich Oparin
demostró experimentalmente que el oxígeno atmosférico impedía la síntesis de
moléculas orgánicas que son constituyentes necesarios para el surgimiento de la vida.
Según el profesor Loren S. Graham en su ensayo Science, philosophy, and human
behavior in the Soviet Union. New York: Columbia University Press.13 Oparin recibió el
impulso para comenzar sus investigaciones de un intento de probar el materialismo
dialéctico en el contexto de la guerra fría en la antigua Unión de Republicas Socialistas
Soviéticas.
El mismo año J.B.S. Haldane también sugirió que los océanos pre-bióticos de la tierra
—muy diferentes de sus correspondientes actuales— habrían formado una "sopa
caliente diluida" en la cual los compuestos orgánicos, los constituyentes elementales de
la vida, se pudieron haber formado. Esta idea se llamó biopoesis, es decir, el proceso
por el cual la materia viva surge de moléculas autorreplicantes pero no vivas.16
Representación artística del "océano de magma" que se cree que existió en la tierra tras
su formación, y posiblemente tras el impacto que formó la Luna. Se observan pequeñas
islas de roca en estado sólido, que formarían la corteza primigenia.
Una de las formas de verificar la actividad biológica es una curiosa propiedad de los
sistemas celulares, como la fotosíntesis que incorporan CO2 de diversas fuentes para
organificarlo. Existen dos isótopos estables del carbono, C12 y C13, siendo sus
abundancias relativas fijas en la atmósfera. Cuando se incorpora CO2 por un sistema
biológico, este prefiere ligerísimamente el isótopo más ligero, enriqueciendo las rocas
carbonatadas en el otro isótopo.18
La prueba de una aparición temprana de la vida viene del cinturón supracortical de Isua
en Groenlandia occidental y formaciones similares en las cercanas islas de Akilia. El
carbono que forma parte de las formaciones rocosas tiene una concentración de δ13C
elemental de aproximadamente −5.5, lo que debido a que en ambiente biótico se suele
preferir el isótopo más ligero del carbono,12C, la biomasa tiene una δ13C de entre −20 y
−30. Estas "firmas" isotópicas se preservan en los sedimentos y Mojzis19 ha usado esta
técnica para sugerir que la vida ya existió en el planeta hacía 3.850 millones de años.
Lazcano y Miller (1994) sugieren que la rapidez de la evolución de la vida está
determinada por la tasa de agua recirculante a través de las fumarolas submarinas
centrooceánicas. La recirculación completa lleva 10 millones de años, por ello cualquier
compuesto orgánico producido por entonces podría ser alterado o destruido por
temperaturas que excedan los 300 °C. Ambos estiman que el desarrollo a partir de un
genoma de 100 kilobases de un heterótrofo primitivo de ADN/proteínas hasta la
generación de un genoma de 7.000 genes de una cianobacteria filamentosa hubiera
requerido sólo 7 millones de años.20
Morse y MacKenzie han sugerido que los océanos podrían haber aparecido en el eón
Hadeico tan pronto como hace 200 millones de años tras la formación de la tierra,24 en
un ambiente caliente (100ºC) y reductor y con un pH inicial de 5.8 que subió
rápidamente hacia la neutralidad. Esta idea ha sido apoyada por Wilde25 quien elevó la
datación de los cristales de Zircón encontrados en cuarcitas metamorfizadas del Terrane
de gneis del Monte Narryer, en Australia occidental, del que previamente se pensaba
que era de 4.1–4.2 mil millones de años a 4402 millones de años. Otros estudios
realizados más recientemente en cinturón de basalto de Nuvvuagittuq, al norte de
Quebec, empeando Neodimio-142 confirman, estudiando rocas del tipo faux-anfibolita,
la existencia muy temprana de una corteza, con una datación de 4,36 Ga. 26 Esto
significa que los océanos y la corteza continental existieron dentro de los 150 primeros
millones de años tras la formación de la tierra. A pesar de esto, el ambiente hadeico era
enormemente hostil para la vida. Se habrían dado frecuentes colisiones con grandes
objetos cósmicos, incluso de más de 500 kilómetros de diámetro, suficientes para
vaporizar el océano durante meses tras el impacto, con vapor caliente mezclado con
polvo de rocas elevándose a elevadas altitudes que cubrían todo el planeta. Tras unos
cuantos meses la altitud de esas nubes comenzaría a disminuir, pero la base de la nube
continuaría aún estando elevada probablemente durante los próximos mil años, tras lo
cual comenzaría a llover a una altitud más baja. Durante 2.000 años las lluvias
consumirían lentamente las nubes, devolviendo los océanos a su profundidad original
sólo 3.000 años tras el impacto.27 El posible bombardeo intenso tardío provocado
probablemente por los movimientos posicionales de los planetas gaseosos gigantes, que
acribillaron la luna y otros planetas interiores (Mercurio, Marte y posiblemente la Tierra
y Venus) hace entre 3.800 y 4.000 millones de años probablemente habrían esterilizado
el planeta si la vida ya hubiera aparecido en ese periodo.
Otros trabajos de investigación sugieren un comienzo de la vida más frío. Los trabajos
de Stanley Miller mostraron que los ingredientes de la vida adenina y guanina requieren
condiciones de congelación para su síntesis, mientras que la citosina y el uracilo
precisan temperaturas de ebullición.29 Basándose en estas investigaciones sugirió que el
origen de la vida implicaría condiciones de congelación y meteoritos impactando.30
La evolución y su relación con los modelos actuales del origen de la vida [editar]
No hay un verdadero modelo "estándar" del origen de la vida. Los modelos actualmente
más aceptados se construyen de uno u otro modo sobre cierto número de
descubrimientos acerca del origen de los componentes celulares y moleculares de la
vida, enumerados en el orden más o menos aproximado en el que se postula su
emergencia:
A fecha de 2008, aún nadie ha sintetizado una protocélula utilizando los componentes
básicos que tenga las propiedades necesarias para la vida (el llamado enfoque "de abajo
a arriba"). Sin esta prueba de principio, las explicaciones tienden a quedarse cortas. No
obstante, algunos investigadores están trabajando en este campo, en especial Jack
Szostak de la Universidad Harvard. Otros autores han argumentado que un enfoque "de
arriba a abajo" sería más asequible. Uno de estos intentos fue realizado por Craig Venter
y colaboradores en el Institute for Genomic Research. Utilizaba ingeniería genética con
células procariotas existentes con una cantidad de genes progresivamente menor,
intentando discernir en qué punto se alcanzaban los requisitos mínimos para la vida. El
biólogo John Desmon Bernal acuñó el término biopoiesis para este proceso, y sugirió
que había un número de "estadios" claramente definidos que se podían reconocer a la
hora de explicar el origen de la vida:
Bernal sugirió que la evolución darwiniana pudo haber comenzado temprano, en algún
momento entre el estadio 1 y 2.
Los experimentos, que comenzaron en 1953, fueron llevados a cabo por Stanley Miller,
bajo condiciones simuladas que recordaban aquellas que se pensaba que habían existido
poco después de que la Tierra comenzara su acreción a partir de la nebulosa solar
primordial. Los experimentos se llamaron "experimentos de Miller". El experimento
original de 1953 fue realizado por Miller cuando era estudiante de licenciatura y su
profesor Harold Urey. El experimento usaba una mezcla altamente reducida de gases
(metano, amoniaco e hidrógeno). No obstante la composición de la atmósfera terrestre
prebiótica aún resulta materia de debate. Otros gases menos reductores proporcionan
una producción y variedad menores. En un momento se pensó que cantidades
apreciables de oxígeno molecular estaban presentes en la atmósfera prebiótica, que
habrían impedido esencialmente la formación de moléculas orgánicas. No obstante, el
consenso científico actual es que este no era el caso. El experimento mostraba que
algunos de los monómeros orgánicos básicos (como los aminoácidos) que forman los
ladrillos de los polímeros de la vida moderna se pueden formar espontáneamente. Las
moléculas orgánicas más simples están lejos de lo que es una vida autorreplicante
completamente funcional. Pero en un ambiente sin vida preexistente estas moléculas se
podrían haber acumulado y proporcionado un ambiente rico para la evolución química
("teoría de la sopa").
Sidney W. Fox.
Se puede argumentar que el cambio más crucial que aún sigue sin recibir respuesta por
esta teoría es cómo estos "ladrillos" orgánicos relativamente simples polimerizan y
forman estructuras más complejas, interactuando de modo consistente para formar una
protocélula. Por ejemplo, en un ambiente acuoso la hidrólisis de oligómeros/polímeros
en sus constituyentes monoméricos está energéticamente favorecida sobre la
condensación de monómeros individuales en polímeros. Además, el experimento de
Miller produce muchas substancias que acabarían dando reacciones cruzadas con los
aminoácidos o terminar la cadena peptídica.
Entre las décadas de los 50 y los 60, Sidney W. Fox, estudiaba la formación espontánea
de estructuras peptídicas bajo condiciones que plausiblemente pudieran haber existido
tempranamente en la historia de la tierra. Demostró que los aminoácidos podían formar
espontáneamente pequeños péptidos. Estos aminoácidos y pequeños péptidos podían
haber sido estimulados para formar membranas esféricas cerradas, llamadas
microesferas. Fox describió este tipo de formaciones como "protocélulas", esferas de
proteínas que podían crecer y reproducirse.
En 1961 Juan Oró, añadió ácido cianhídrico al caldo primigenio y obtuvo algunas
purinas. En 1962, en otro experimento, añadió formaldehído y consiguió la síntesis de
dos azúcares, ribosa y desoxirribosa, componentes de soporte de los ácidos nucléicos en
el ADN y ARN.
A principios de los años 1970 se organizó una gran ofensiva al problema del origen de
la vida por un equipo de científicos reunidos en torno a Manfred Eigen del instituto Max
Planck. Intentaron examinar los estados transitorios entre el caos molecular de una sopa
prebiótica y los estados transitorios de un hiperciclo de replicación, entre el caos
molecular en una sopa prebiótica y sistemas macromoleculares autorreproductores
simples.
Fumarolas negras. Algunas teorías afirman que la vida surgió en las proximidades algún
tipo de fuente hidrotermal submarina.
Artículo principal: Teoría del mundo de hierro-sulfuro
Otra posible respuesta a este misterio de la polimerización fue propuesta por Günter
Wächtershäuser en 1980, en su teoría del hierro-sulfuro. En esta teoría, postuló la
evolución de las rutas (bio)químicas como el fundamento de la evolución de la vida.
Incluso presentó un sistema consistente para rastrear las huellas de la actual bioquímica
desde las reacciones ancestrales que proporcionaban rutas alternativas para la síntesis de
"ladrillos orgánicos" a partir de componentes gaseosos simples.
Al contrario que los experimentos clásicos de Miller, que dependían de fuentes externas
de energía (como relámpagos simulados o irradiación UV), los "sistemas de
Wächstershäuser" vienen con una fuente de energía incorporada, los sulfuros de hierro y
otros minerales (por ejemplo la pirita). La energía liberada a partir de las reacciones
redox de esos sulfuros metálicos, no sólo estaba disponible para la síntesis de moléculas
orgánicas, sino también para la formación de oligómeros y polímeros. Se lanza por ello
la hipótesis de que tales sistemas podrían ser capaces de evolucionar hasta formar
conjuntos autocatalíticos de entidades autorreplicantes metabólicamente activas que
serían los precursores de las actuales formas de vida.
El experimento tal y como fue llevado a cabo rindió una producción relativamente
pequeña de dipéptidos (del 0,4% al 12,5 %) y una producción inferior de tripéptidos
(0,003%) y los autores advirtieron que: "bajo estas mismas condiciones los dipéptidos
se hidrolizaban rápidamente."35 Otra crítica del resultado es que el experimento no
incluía ninguna organomolécula que pudiera con mayor probabilidad dar reacciones
cruzadas o terminar la cadena (Huber y Wächsterhäuser, 1998).
Este modelo sitúa al "último antepasado común universal" (LUCA, del inglés Last
Universal Common Ancestor) dentro de una chimenea negra, en lugar de asumir la
existencia de una forma de vida libre de LUCA. El último paso evolutivo sería la
síntesis de una membrana lipídica que finalmente permitiera al organismo abandonar el
sistema en el interior de la microcaverna de las chimeneas negras y comenzar su vida
independiente. Este postulado de una adquisición tardía de los lípidos es consistente con
la presencia de tipos completamente diferentes de lípidos de membrana en
arqueobacterias y eubacterias (más los eucariotas) con una fisiología altamente similar
en todas las formas de vida en otros aspectos.
John Parnell de la Universidad de Aberdeen sugiere que tales procesos formaron parte
del "crisol de la vida" en los comienzos de cualquier planeta rocoso hasta que este fuera
lo suficientemente grande para generar un sistema de tectónica de placas que aportara
minerales radiactivos a la superficie. Puesto que se cree que la tierra en sus orígenes
estaba formada por muchas "microplacas", se darían condiciones favorables para este
tipo de procesos.
Homoquiralidad [editar]
La hipótesis del mundo de ARN fue enunciada por Walter Gilbert, de Harvard en base a
los experimentos de Thomas Cech (Universidad de Colorado) y Sidney Altman (Yale)
en 1980.44 Sugiere que las moléculas relativamente cortas de ARN se podrían haber
formado espontáneamente de modo que fueran capaces de catalizar su propia
replicación continua. Es difícil de calibrar la probabilidad de esta formación. Se han
expuesto algunas hipótesis de cómo pudo haber sucedido. Las primeras membranas
celulares pudieron haberse formado espontáneamente a partir de proteinoides —
moléculas similares a proteínas que se producen cuando se calientan soluciones de
aminoácidos—. Cuando están presentes a la concentración correcta en solución acuosa,
forman microesferas que, según se ha observado, presentan una conducta similar a los
compartimientos rodeados de membrana.
Un punto de vista ligeramente distinto sobre esta misma hipótesis es la de que un tipo
diferente de ácido nucleico, como los ácidos nucleicos peptídicos (ANP) o los ácidos
nucleicos de treosa (TNA) fueron los primeros en emerger como moléculas
autorreproductoras para ser reemplazadas por el ARN sólo después.46 .47
Aún quedan algunos problemas con la hipótesis del mundo de ARN, en particular la
inestabilidad del ARN cuando se expone a la radiación ultravioleta, la dificultad de
activar y ligar los nucleótidos y la carencia de fosfato disponible en solución requerida
para construir su columna vertebral y la inestabilidad de la base citosina (que es
susceptible a la hidrólisis). Recientes experimentos también sugieren que las
estimaciones originales del tamaño de una molécula de ARN capaz de autorreplicación
eran muy probablemente ampliamente subestimadas. Formas más modernas de la teoría
del mundo de ARN proponen que una simple molécula era capaz de autorreplicación
(que otro "Mundo" por tanto evolucionó con el tiempo hasta producir el mundo de
ARN). En este momento, no obstante, las distintas hipóteis tienen insuficientes pruebas
que lo apoyen. Muchas de estas pueden ser simuladas y probadas en el laboratorio, pero
la ausencia de rocas sedimentarias sin alterar de un momento tan temprano en la historia
de la tierra nos deja pocas oportunidades de probar robustamente esta hipótesis.
Chimeneas de Tynagh (círculos oscuros) junto con burbujas. Según una teoría48 los
lugares donde surgió el metabolismo podrían ser semejantes a estas formaciones
Las olas que rompen en las costas crean una delicada espuma compuesta por burbujas.
Los vientos que barren el océano tienen tendencia a llevar cosas a la costa, de forma
similar a la madera que se junta a la deriva en una playa. Es posible que las moléculas
orgánicas se pudieran concentrar en los bordes costeros de un modo parecido. Las aguas
costeras más someras también tienden a ser más cálidas, concentrando más tarde las
moléculas orgánicas por evaporación. Mientras las burbujas formadas mayormente por
agua estallan rápidamente, sucede que las burbujas de grasas son mucho más estables,
dándole más tiempo a cada burbuja en particular para llevar a cabo estos cruciales
experimentos.
Los fosfolípidos son un buen ejemplo de un compuesto graso que se cree que fue
prevalente en los mares prebióticos. Debido a que los fosfolípidos contienen una cabeza
hidrofóbica en un extremo y una cola hidrofílica en el otro, tienen tendencia a formar
espontáneamente bicapas lipídicas en agua. Una burbuja de monocapa lipídica solo
puede contener grasa y una burbuja de bicapa lipídica solo puede contener agua y fue un
probable precursor de las modernas membranas celulares. Si una proteína acaba
incrementando la integridad de su burbuja nodriza, entonces la burbuja tiene una gran
ventaja y acaba situándose en la cúspide de la selección natural. La primitiva
reproducción se podría visualizar cuando las burbujas estallaban, liberando el resultado
del experimento en su medio circundante. Una vez que se libera una cantidad suficiente
del "material correcto", el desarrollo de los primeros procariotas, eucariotas y
organismos multicelulares se podía lograr.50 De modo similar, las burbujas formadas
completamente por moléculas similares a proteínas, llamadas microesferas, se formarían
espontáneamente bajo las condiciones adecuadas. Pero no hay precursores probables de
las modernas membranas celulares, puesto que las membranas celulares están
compuestas primariamente de componentes lipídicos más que de componentes
aminoacídicos.
Un modelo reciente puesto a punto por Fernando y Rowe51 sugiere que el confinamiento
de un metabolismo autocatalítico no-enzimático dentro de las protocélulas podría haber
sido un modo de evitar el problema de las reacciones colaterales que son típicas de los
modelos de "metabolismo primero".
Autocatálisis [editar]
Peggy Rigou del Instituto Nacional de Investigación Agronómica de EE. UU. (INRA),
en Jouy-en-Josas, Francia, publicó en la edición del 11 de febrero de Science News que
los priones son capaces de unirse a partículas de arcilla y abandonar estas partículas
cuando la arcilla se carga negativamente. Mientras no se hace ninguna referencia en el
apartado de implicaciones para las teorías del origen de la vida, esta investigación
podría sugerir que los priones son una ruta probable hacia las primeras moléculas
reproductoras. En 2007, Kahr y colaboradores publicaron sus experimentos que
examinan la idea de que los cristales pueden actuar como una fuente de información
transferible, usando cristales de ftalato de potasio hidrogenado. Los cristales "Madre"
con imperfecciones fueron cortados y usados como semillas para criar cristales "hijos" a
partir de la disolución. Entonces examinaron la distribución de las imperfecciones en el
sistema cristalino y encontraron que las imperfecciones de los cristales madre realmente
se reproducían en los hijos. Los cristales hijos tenían muchas imperfecciones
adicionales. Para una conducta paragenética las imperfecciones adicionales deberían ser
mucho menores que las de los padres, y de ahí que Kahr concluya que los cristales "No
eran lo suficientemente fieles como para almacenar información de una generación a la
siguiente"53 54
Hay una teoría que afirma que las primeras substancias autorreplicantes eran de tipo
lipídico.55 Se sabe que los fosfolípidos forman bicapas en el agua si están sometidas a
agitación. Esta estructura es idéntica a la de las membranas celulares. Estas molécuas no
se encontraban en la tierra primigenia, aunque otras cadenas anfifílicas largas también
forman membranas. Además, estos cuerpos se pueden expandir (por inserción de lípidos
adicionales) y bajo una expansión excesiva pueden sufrir escisiones espontáneas que
conservan el mismo tamaño y composición de lípidos en ambas progenies. La idea
principal de esta teoría es que la composición molecular de los cuerpos lipídicos es la
primera forma de almacenar información y la evolución conduce a la aparición de
entidades poliméricas como el ARN o el ADN que pueden almacenar información
favorablemente. Aún no se ha hablado de ningún mecanismo que apoye la teoría del
mundo de lípidos.
Según esta hipótesis, habrían aparecido múltiples formas de vida casi simultáneamente
en los primeros momentos de la historia de la tierra. .61 Como parece que existe una solo
forma de vida, el resto deberían estar extinguidas, aunque dejarían huellas fósiles en las
que se mostraría una bioquímica diferente. Algunos ejemplos propuestos sería el uso de
arsénico en lugar de fósforo. Actualmente podrían sobrevivir como extremófilos, o
pararían desapercibidos debido a su analogía con organismos pertenecientes al árbol de
la vida actual.62 Hartman, por ejemplo, combina varias teorías proponiendo que:
Los primeros organismos eran arcillas ricas en hierro y autorreplicantes que fijaban
dióxido de carbono a ácido oxálico y otros ácidos dicarboxílicos. Este sistema de
arcillas replicadoras y su fenotipo metabólico evolucionaron posteriormente en la región
rica en sulfuro de la fuente hidrotermal adquiriendo la capacidad de fijar nitrógeno.
Finalmente, el fosfato se incorporó a los sistemas en evolución, lo que permitió la
síntesis de nucleótidos y fosfolípidos. Si la biosíntesis recapitula la biopoyesis, entonces
la síntesis de aminoácidos precedió a la síntesis de las bases púricas y pirimidínicas. Y
lo que es más: la polimerización de los tioésteres de aminoácido en polipéptidos
precedió a la polimerización directa de ésteres de aminoácido por los nucleótidos.
Una hipótesis relacionada con ésta es que la vida se formó en primer lugar en el Marte
primigenio y fue transportada a la Tierra cuando material de su corteza fue expulsada de
Marte por un asteroide e impactos cometarios para más tarde alcanzar la Tierra. Es
difícil encontrar evidencias para ambas hipótesis y puede que haya que esperar a que se
traigan muestras de cometas y de Marte para su estudio. Ninguna de ellas responde
realmente a la cuestión de como se originó por primera vez la vida, sino que meramente
traslada este origen a otro planeta o cometa. No obstante, esta hipótesis extiende
tremendamente el abanico de condiciones bajo el cual se pudo haber formado la vida,
desde las posibles condiciones primitivas de la Tierra a literalmente las condiciones de
todo el Universo.
"Los primeros organismos autorreplicantes fueron arcillas ricas en hierro que fijaban
dióxido de carbono en el ácido oxálico y otros ácidos dicarboxílicos. El sistema de
replicación de las arcillas y su fenotipo metabólico evolucionó entonces hacia la región
rica en sulfuro del manantial hidrotermal, adquiriendo la capacidad de fijar nitrógeno.
finalmente se incorporó el fosfato en el sisteme en evolución que permitía la síntesis de
nucleótidos y fosfolípidos.Si la biosíntesis recapitula la biopoiesis, entonces la síntesis
de los aminoácidos precedió a la síntesis de bases púricas y pirimidínicas. Más allá de
esto la polimerización de los tioésteres de aminoácido en polipéptidos precedió la
polimerización dirigida de ésteres de aminoácidos por polinucleótidos."