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Contratos

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Contratos

Art. 957. Definición


Contrato es el acto jurídico mediante el cual dos o más partes manifiestan su
consentimiento para crear, regular, modificar, transferir o extinguir relaciones
jurídicas patrimoniales.

- Los principios contractuales: La regulación general de los contratos se orienta


por un conjunto de principios básicos, cuyo respeto hace a la construcción de
vínculos eficaces:
a) Libertad de contratación: se trata de un principio básico, que surge de
diversas normas, como los arts. 958, 960 y 990 CCyC, con límites
regulatorios básicamente de-marcados por lo dispuesto en los arts. 12 y 963
CCyC.
b) Fuerza obligatoria: principio por el que el contrato válidamente celebrado
es obligatorio para las partes y solo puede ser modificado o extinguido
conforme lo que en él se disponga por acuerdo de partes o en los supuestos
previstos por la ley, según surge del art. 959 CCyC.
c) Buena fe: es, como se ha visto en el comentario al art. 9° CCyC, es un
principio vertebral del derecho privado, especialmente enunciado para los
contratos en el art. 961 CCyC
d) Conservación del contrato: establecido en el art. 1066 CCyC, se trata de
un mandato de optimización orientado a posibilitar que el vínculo negocial
alcance los fines previstos por las partes, más allá de la ineficacia de alguna
de sus previsiones.
e) Principio de relatividad de efectos: es de la esencia de los contratos que
las disposiciones enunciadas por las partes en ejercicio de la libertad de
determinación de contenidos que se les reconoce, solo las afecte a ellas y no
perjudiquen a terceros, quienes sólo habrán de ser alcanzados en los
supuestos expresamente previstos por la ley, como lo establecen los arts.
1021 y 1022 CCyC.

Art. 960: Facultades de los jueces


Los jueces no tienen facultades para modificar las estipulaciones de los contratos,
excepto que sea a pedido de una de las partes cuando lo autoriza la ley, o de oficio
cuando se afecta, de modo manifiesto, el orden público.

- La norma refuerza lo establecido en el artículo anterior. son las partes las que
pueden celebrar, modificar o extinguir un vínculo contractual, en ejercicio de
la libertad contractual de la que gozan y que los jueces deben en principio
respetar.
- Habilitación del ejercicio de la función jurisdiccional: la norma habilita el
ejercicio de la función jurisdiccional con relación a las estipulaciones de un
contrato bajo los siguientes recaudos:
a) Pedido de parte y autorización legal; por ejemplo, ante un supuesto de
lesión (art. 332 CCyC) o de imprevisión (art. 1091 CCyC).
b) De oficio, ante la afectación manifiesta del orden público; supuesto en el
que la verifi-cación de tal circunstancia por el juez le impone intervenir en los
términos del contrato para privar de eficacia a la estipulación que lo vulnera.
A diario ocurre ello en nuestros tribunales cuando, por ejemplo, se verifica la
existencia de una cláusula en la que se estipulan intereses usurarios, ante lo
que el juez priva de validez a la estipulación e integra el contrato con la
determinación de la tasa que considere adecuada; operación expresamente
prevista en este Código en el art. 771.
- Intervención limitada a supuestos de ineficacia parcial el artículo habla de
modificación, por lo que supone la posibilidad de intervención en alguno de
los aspectos de la regulación convenida por las partes, sin que se afecte la
subsistencia del vínculo contractual, conservado por aplicación del principio
contenido en el art. 1066 ccyc.

Art. 1011. Contratos de larga duración


En los contratos de larga duración el tiempo es esencial para el cumplimiento del
objeto, de modo que se produzcan los efectos queridos por las partes o se satisfaga
la necesidad que las indujo a contratar. Las partes deben ejercitar sus derechos
conforme con un deber de colaboración, respetando la reciprocidad de las
obligaciones del contrato, considerada en relación a la duración total.La parte que
decide la rescisión debe dar a la otra la oportunidad razonable de renegociar de
buena fe, sin incurrir en ejercicio abusivo de los derechos.

- Interpretación: El código alude en este artículo a los contratos de larga


duración, que no se encuentran mencionados como tales en el capítulo
referido a la clasificación general.Tales contratos son aquellos en los que, o
bien se pacta un plazo extenso (por ejemplo, contrato de concesión, que
tiene un plazo mínimo de cuatro años, según el art. 1506 ccyc) o, superado el
plazo contractual, el vínculo perdura, transformándose en un contrato por
plazo indeterminado (art. 1506 ccyc, último párrafo), o bien no se estipula
plazo resolutorio, manteniéndose el vínculo en tanto perdure el interés de
ambas partes.
A menudo, tales contratos prevén facultades rescisorias para una o para
ambas partes, en una regulación aparentemente igualitaria, que no es tal si
evaluamos la asimetría entre partes que habitualmente presentan estos
contratos. Para morigerar tal asimetría es que, por ejemplo, en el art. 9° de la
ley 26.682 de Medicina Prepaga, se establece que los usuarios pueden
rescindir en cualquier momento el contrato celebrado, sin limitación y sin
penalidad alguna, mientras que los prestadores solo pueden hacerlo cuando
el usuario incurra, como mínimo, en la falta de pago de tres cuotas
consecutivas o cuando haya incurrido en reticencia dolosa, falseando los
datos de su declaración jurada de ingreso al sistema prestacional provisto por
la empresa.este artículo establece el carácter esencial del tiempo, el que
estará determinado por el ne-cesario para el cumplimiento del objeto
estipulado, de modo tal que se produzcan los efectos queridos por las partes
o se satisfagan las necesidades que las indujeron a contratar.
Salvo supuestos de limitación legal, como el ya señalado, el mero enunciado
de una cláusula rescisoria no conlleva abuso. lo que sí puede resultar
abusivo es el ejercicio de esa estipulación, situación que podría darse, por
ejemplo, cuando un concedente ejerce la facultad rescisoria antes de haber
dado al concesionario la posibilidad de amortizar la inversión realizada; o sin
el debido preaviso (arts. 1492, 1493, 1508, 1522 ccyc y conc.).
Se desprende del contenido del artículo la existencia de un deber de
colaboración entre las partes de los contratos de larga duración, el que debe
ser ejercido con respeto por la reciprocidad de las obligaciones del contrato,
evaluada por resultado, ex post, teniendo en cuenta su duración total.
Y es en atención al particular vínculo establecido entre las partes en un
contrato de larga duración que se establece que la parte que decide la
rescisión debe dar a la otra una oportunidad razonable de renegociar de
buena fe. no debe tratarse de un formu-lismo, de una comunicación sin
intención real de posibilitar tal renegociación, para que pueda considerársela
enunciada de buena fe. Quien tiene intención de rescindir debe
proporcionarle a la contraria, información suficiente para que pueda
reformular sus obligaciones de modo tal de posibilitar la máxima reciprocidad
de intereses entre los contratantes. esta posibilidad que la ley impone como
requisito de un proceder leal y justo se suma al preaviso exigido para el
adecuado ejercicio, no abusivo, de las facultades rescisorias.

Art. 1067. Protección de la confianza


La interpretación debe proteger la confianza y la lealtad que las partes se deben
recíprocamente, siendo inadmisible la contradicción con una conducta jurídicamente
relevante, previa y propia del mismo sujeto.

- La norma impone al intérprete orientar sus valoraciones en el sentido de


proteger la confianza y la lealtad que las partes se deben recíprocamente,
desestimando como admisibles aquellas ponderaciones que validen una
conducta que, por entrar en contradicción con otra anterior de la parte de la
que emana, resulta jurídicamente inadmisible. Para que la conducta anterior
pueda considerarse contradictoria con la actual, ella debe partir del mismo
sujeto y ser jurídicamente relevante; esto es, no viciada, vinculada con la
misma relación jurídica de la que se trate y a algún aspecto importante de
ella, no a una cuestión accesoria o tangencial.
Art. 1097. Trato digno
Los proveedores deben garantizar condiciones de atención y trato digno a los
consumidores y usuarios. La dignidad de la persona debe ser respetada conforme a
los criterios generales que surgen de los tratados de derechos humanos. Los
proveedores deben abstenerse de desplegar conductas que coloquen a los
consumidores en situaciones vergonzantes, vejatorias o intimidatorias.

- Sobre la base de la previsión contenida en el art. 42 cn, el código establece la


obligación del proveedor de garantizar condiciones de atención y trato digno
a los consumidores y usuarios e impone el deber de respetar su dignidad,
según los criterios generales establecidos en los tratados de derechos
humanos

Específicamente, en el artículo se le impone al proveedor el deber de


abstenerse del desarrollo de conductas que coloquen a los consumidores en
situaciones vergonzantes, vejatorias o intimidatorias. ellas pueden darse en
múltiples situaciones cotidianas, como, por ejemplo, de no respetarse las
pautas de trato y respeto propias de determinadas culturas o religiones; en
caso de no proveer un centro de salud a un paciente de vestimentas
adecuadas para cubrir su cuerpo cuando debe circular o ser trasladado por
sus instalaciones para que se le practiquen estudios médicos que requieren
que se despoje de sus vestimentas; cuando se colocan cámaras de
seguridad en el espacio donde habrán de probar ropas los clientes de una
tienda; cuando se adoptan actitudes intimidantes o vejatorias para requerir a
un cliente de una tienda o supermercado que permita ser revisado ante la
sospecha de un hurto; cuando sus conversaciones o expresiones son
registradas en audio o video sin que se le dé aviso de ello, etc.

Lo previsto en la norma no se agota en el sometimiento de la persona del


consumidor a situaciones vejatorias de las que sea directamente víctima, sino
también de su exposición a prácticas vergonzantes o lesivas de la dignidad
de terceros, como pueden ser personas vinculadas con el proveedor por un
nexo laboral o contractual distinto del establecido por el consumidor. Tal, por
ejemplo, la situación planteada en el caso de Manuel Wacken-heim c.
France, al que se hizo referencia al comentar el art. 1004 ccyc.
Sobre el particular se sostiene que el derecho de acceso al consumo supone
a un “acceso digno y equitativo”, lo que significa, sin menoscabo a los
atributos esenciales del consumidor como ser humano, que aparecen
afectados no sólo en razón de tratos discriminatorios o arbitrarios, sino
también cuando el aprovechamiento importa menguar las pretensiones de
dignidad y equidad del público.
Lo propio acontece con la prohibición de publicidad que sea abusiva,
discriminatoria o induzca al consumidor a comportarse de forma perjudicial o
peligrosa para su salud (art. 1101, inc. c, ccyc).

Art. 1098: Trato equitativo y no discriminatorio


Los proveedores deben dar a los consumidores un trato equitativo y no
discriminatorio. No pueden establecer diferencias basadas en pautas contrarias a la
garantía constitucional de igualdad, en especial, la de la nacionalidad de los
consumidores.
- Trato equitativo y no discriminatorio: el trato equitativo es el trato
razonablemente igualitario. un proveedor puede tener alguna atención
especial con relación a un buen cliente, lo que es propio de las prácticas
comerciales, pero no puede incurrir en conductas que conlleven una
desigualdad sustantiva de trato o un trato discriminatorio respecto de algún
consumidor o usuario.

- Las categorías del trato discriminatorio: en nuestro sistema jurídico, la ley


Penal Antidiscriminatoria (23.592), establece en su art. 1° que “Quien
arbitrariamente impida, obstruya, restrinja o de algún modo menoscabe el
pleno ejercicio sobre bases igualitarias de los derechos y garantías
fundamentales reconocidos en la Constitución Nacional, será obligado, a
pedido del damnificado, a dejar sin efecto el acto discriminatorio o cesar en
su realización y a reparar el daño moral y material ocasionados.” y precisa
que “... se considerarán particularmente los actos u omisiones
discriminatorios determinados por motivos tales como raza, religión,
nacionalidad, ideología, opinión política o gremial, sexo, posición económica,
condición social o caracteres físicos...”, categorías sensibles que permiten
presumir la existencia de una conducta discriminatoria; presunción que puede
ser desvirtuada por el proveedor, en algunos supuestos acotados, si acredita,
por ejemplo, que no permite el ingreso a una actividad de riesgo de personas
con determinada discapacidad, ello con la finalidad de proteger su salud y no
de someterlos a un trato inequitativo o violatorio de sus derechos.

- La cuestión relativa a la nacionalidad: en el art. 20 cn se establece la igualdad


de derechos civiles entre los nacionales y los extranjeros y en el art. 4° ccyc,
se establece la obligatoriedad de las leyes para todos los habitantes de la
república, sean ellos ciudadanos o extranjeros, residentes, domiciliados o
transeúntes, sin perjuicio de lo dispuesto en leyes especiales, lo que
determina una paridad por lo que las distinciones basadas en la nacionalidad
de los consumidores no podría ser considerada sino arbitraria y, a partir de lo
pautado en este artículo, que enuncia una regla de orden público, será ilegal.
-El derecho de admisión: el derecho de admisión, para no ser discriminatorio,
debe basarse en cuestiones razonables y de aplicación objetiva, las que no
habrán de vincularse, básicamente, con las categorías “sensibles”
mencionadas en los apartados anteriores; pero sí pueden aceptarse cuando
están destinadas a proteger al destinatario de la limitación o el buen orden en
la prestación del servicio.Así, es habitual que se limite el acceso de menores
de edad a determinados espectáculos y cabe también considerar razonable
que el explotador de un local comercial disponga las medidas necesarias
para que se impida el ingreso o se excluya a una persona alcoholizada que
altera las normas de convivencia en el lugar. Pero es claro que no será
admisible que se prohíba el ingreso y permanencia en un local comercial de
alguien en razón de su religión u origen étnico o nacionalidad.es claro, por
otra parte, que la norma contractual que impone una determinada pauta para
la admisión debe ser ejercida con criterio equitativo, pues la violación a la
regla del trato no discriminatorio puede provenir de una aplicación arbitraria
de una previsión en apariencia objetiva, como podría suceder, por ejemplo,
en caso de existir un determinado requerimiento en materia de vestimenta
como, por ejemplo, para una función de gala en un teatro, que no concurran
las personas en pantalones tipo bermudas, disposición que podría ser
discriminatoria si se advierte que se aplica a unos sí y a otros no, según el
antojo de quien ejerce el control de entrada.

Art. 1100. Información


El proveedor está obligado a suministrar información al consumidor en forma cierta y
detallada, respecto de todo lo relacionado con las características esenciales de los
bienes y servicios que provee, las condiciones de su comercialización y toda otra
circunstancia relevante para el contrato. La información debe ser siempre gratuita
para el consumidor y proporcionada con la claridad necesaria que permita su
comprensión.

- Obligación informativa del proveedor: Según se establece en la primera parte


del artículo, recae sobre el proveedor la obligación de suministrar al
consumidor información respecto de las características esenciales de los
bienes y servicios que provee. esa información debe ser proporcionada en
forma cierta y detallada; para lo que el proveedor deberá disponer los medios
que resulten necesarios para satisfacer tales exigencias normativas. Debe
ser clara, expuesta en términos comprensibles, en idioma claro. el contenido
de dicha información deberá referirse a las características esenciales de los
bienes y servicios, las condiciones de comercialización y toda otra
circunstancia que pueda ser objetivamente relevante para que su destinatario
pueda evaluar la conveniencia o no de adquirir el bien o servicio del que se
trate. se trata de posibilitarle tomar una decisión ponderada, con base en
información clara y suficiente que le permita razonablemente formar un juicio
de valor
-Accesibilidad de la información: en el tramo final del artículo se establecen
dos pautas básicas para garantizar la accesibilidad de la información:
1) que ella sea gratuita; y
2) que sea proporcionada con la claridad necesaria para su comprensión.
Ningún costo puede imponer el proveedor al acceso a la información por
parte del consumidor o usuario y la que le proporcione debe estar expresada
en forma clara, en términos comprensibles por una persona con instrucción
básica. Podrán emplearse diagramas y dibujos y deberá alertarse al usuario
sobre cualquier aspecto riesgoso para él o para el adecuado empleo y
funcionamiento del bien o servicio del que se trate, a fin de evitar la
producción de daños

Art. 1118: Control de incorporación


Las cláusulas incorporadas a un contrato de consumo pueden ser declaradas
abusivas aun cuando sean negociadas individualmente o aprobadas expresamente
por el consumidor.

- De acuerdo a lo establecido en la norma, en los contratos de consumo no se


admiten mecanismos de convalidación de las cláusulas abusivas. ellas se
encuentran determinadas por su naturaleza y, verificada su existencia,
corresponde excluir las del sistema normativo. expresamente, el artículo
determina que aun cuando el contenido de la cláusula sea negociado
individualmente con el consumidor, desprendiéndolo de la uniformidad
estandarizada del modelo general, o aprobada especialmente por este en el
contexto de la adhesión a un formato de cláusulas predispuestas, esas
estipulaciones pueden ser declaradas abusivas.

Art. 1119: Regla general


Sin perjuicio de lo dispuesto en las leyes especiales, es abusiva la cláusula que,
habiendo sido o no negociada individualmente, tiene por objeto o por efecto
provocar un desequilibrio significativo entre los derechos y las obligaciones de las
partes, en perjuicio del consumidor.

- El equilibrio contractual: en el artículo se establece como regla general que


debe considerarse abusiva a toda cláusula que genere un desequilibrio
contractual en perjuicio del consumidor. Ese equilibrio debe ser juzgado en
términos tanto de onerosidad como de una razonable distribución de los
riesgos, que en una relación de consumo deben recaer centralmente en el
proveedor. no existe un único criterio caracterizante o definitorio de lo que
debe entenderse por desequilibrio significativo o manifiesto.Por ejemplo, el
código de Defensa del consumidor de brasil afirma que es absolutamente
nula la cláusula que coloque al consumidor en desventaja exagerada, que
sea incompatible con la buena fe o la equidad (art. 51, ap. Iv). y se presume
exagerada la ventaja que:
1) ofende los principios fundamentales del sistema jurídico;
2) restringe derechos u obligaciones fundamentales inherentes a la
naturaleza del contrato, de tal modo que amenaza su objeto o el equilibrio
contractual;
3) se muestra excesivamente onerosa para el consumidor.

-La incorporación de una cláusula abusiva: según la norma, la cláusula


abusiva será tal tanto cuando haya sido impuesta por un mecanismo de
adhesión como cuando haya sido negociada individualmente con el
consumidor. no es elemento caracterizante de la cláusula lesiva el que ella
haya sido impuesta por un abuso del poder económico del profesional, pues
la experiencia demuestra que cuando el portador del poder económico es el
consumidor, ello no obsta a su sometimiento al contenido predispuesto del
contrato ya que lo relevante es el poder de negociación.
Y la cláusula abusiva lo será tanto cuando haya sido enunciada con el
objetivo de generar un desequilibrio en perjuicio del consumidor —supuesto
de obrar doloso de quien la introduce en la relación jurídica— como cuando
produzca ese efecto, aun cuando no haya sido tal la finalidad de su
introducción.
Es irrelevante el carácter del documento o el soporte en el que conste la
cláusula abusiva, pues puede ella hallarse incorporada a una diversidad de
documentos por los que se quiera acreditar un vínculo negocial, como ser,
facturas, notas de pedido o de garantía, billetes, tickets, solicitudes, pólizas
de seguros, endosos, anexos, certificados o constancias de cobertura, etc.

Art. 1122: Control judicial


El control judicial de las cláusulas abusivas se rige, sin perjuicio de lo dispuesto en
la ley especial, por las siguientes reglas:
a) la aprobación administrativa de los contratos o de sus cláusulas no obsta al
control;
b) las cláusulas abusivas se tienen por no convenidas;
c) si el juez declara la nulidad parcial del contrato, simultáneamente lo debe integrar,
si no puede subsistir sin comprometer su finalidad;
d) cuando se prueba una situación jurídica abusiva derivada de contratos conexos,
el juez debe aplicar lo dispuesto en el artículo 1075.

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