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En Lugar de Escapar

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" En lugar de escapar, adéntrate, aproximate a ti mismo para ver mejor.

Porque nadie más


puede ver tu belleza interior, solo tú puedes ver ese esplendor y esa magnificencia.
El miedo a conocerse a sí mismo es el mayor miedo del mundo. y lo más fácil, es huir de tí
mismo. Todos lo hacen, a su manera, unos corren en busca de dinero, otros corren en busca
de poder, otros de respetabilidad, otros de virtud, de santidad, otros se refugian en
adicciones...
Pero si te fijas bien, no corren en busca de nada, sino que estan huyendo de algo.
La humanidad ha creado una situación muy extraña en la que nadie se siente a gusto, en la
que nadie puede relajarse, porque en cuanto te relajas te enfrentas contigo mismo.
Cuanto más te alejes de tí mismo, más oscura será tu vida, más desdichada, más cargada de
ansiedad, más la condenarás y más la rechazarás. Y cuanto más te alejes, más difícil se te
hará encontrar el camino de vuelta.
Estas dormido, y llevas dormido muchas vidas, es hora de despertar. Has desperdiciado
demasiado tiempo, demasiada energía y demasiadas oportunidades, pero aún hay tiempo, y
cuando despiertes acabará la penumbra y comenzará el amanecer.."
En estos tiempos de tanta confusión externa e interna nada mejor que mirar adentro de
nosotros para enfrentar los miedos, mirarlos a los ojos y sanar el alma....Namastê

APRENDE A LLORAR EN PAZ


Uno de los momentos en los que el estado interno es de mayor apertura, autenticidad, paz,
relajación, claridad y pureza es luego de llorar en paz. Nadie llora así. Te metieron en la
cabeza que si no estás feliz todo el día como en las estúpidas y perversas publicidades eres
raro y estás fallando. Vives buscando encajar en un modelo social de éxito falso y loco,
pretendiendo ser aceptado por los demás porque no te aceptas a ti mismo. Así te
desconectas de la sabiduría de tu propio organismo. Todo el mundo lucha contra la tristeza,
la resiste y llora sufriendo, sintiéndose una víctima. O reprimen tanto que viven cargando
con su llanto ahogado durante toda su vida. A medida que te vas dando cuenta que después
de llorar te sientes maravillosamente, cada vez eres más libre y aceptas cualquier estado
interno. No sólo no reprimes el llanto, sino que lo vas a buscar para seguir limpiando y
sanando el canal emocional, que conduce al tesoro de tu verdadero ser. Lo que piensen los
demás (presos de sus mentes juiciosas y carentes de amor, empatía y comprensión) te tiene
sin cuidado. Sabes que para sanar tu autoestima debes sentir el dolor que llevas acumulado
en tu interior desde hace tantos años. Sabes que estás viviendo una vida prestada y limitada
que asfixia a tu corazón que no puede dejar de anhelar la más sagrada libertad. Sabes que
vas por el camino correcto, pues cada vez hueles más intensamente el dulce perfume de tu
poderosa esencia de amor. Estás recuperando tu paraíso perdido; esa es tu dicha, tu honor y
tu gloria.
Lo que comienza a aflorar no es un nuevo sistema de creencias ni una religión, ideología
espiritual o mitología.
Estamos llegando al final no solamente de las mitologías sino también de las ideologías y de
los credos.
El cambio viene de un nivel más profundo que el de la mente, más profundo que el de los
pensamientos.
En efecto, en el corazón mismo de la nueva conciencia está la trascendencia del
pensamiento, la habilidad recién descubierta de elevarse por encima de los pensamientos, de
reconocer al interior del ser una dimensión infinitamente más vasta que el pensamiento.
Por consiguiente, ya no derivamos nuestra identidad, nuestro sentido de lo que somos de ese
torrente incesante de pensamientos que confundimos con nuestro verdadero ser de acuerdo
con la vieja conciencia.
Es inmensa la sensación de liberación al saber que no somos esa "voz que llevamos en la
cabeza".
¿Quién soy entonces? Aquel que observa esa realidad.
La conciencia que precede al pensamiento, el espacio en el cual sucede el pensamiento,
o la emoción o la percepción.
Eckhart Tolle

Me estoy sanando...
Estoy entendiendo que no tengo que hacerme indispensable.
Estoy tomando distancia para observar y observarme desde lejos.
Estoy despertando de un aletargado condicionamiento.
Me doy cuenta que no necesito de apegos.
Que para ser libre es necesario volar ligero.
Estoy sintiendo lo que significa no ser necesitado.
Estoy entendiendo lo que hace la distancia, el tiempo y la autonomía en las decisiones.
Estoy dejando de influir e intervenir en vidas ajenas.
Estoy dejando de estar donde no soy llamado.
Estoy dejando de cargar procesos de otros.
Estoy practicando guardar silencio y respirar lento.
Estoy recordando que ser amable no me impide ser claro y dejarme sentir las emociones que
afloran en mi interior en este preciso momento.
Estoy despojándome de expectativas ajenas para reconstruirme desde mis propios instintos.
Estoy dejando que mi naturaleza salga desde la profundidad de mi alma.
Me estoy sanando y eso me está enseñando a escucharme, a priorizarme, a permitirme sentir
ser yo mismo.

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