La Ideología de Género Como Bioideología Del Sistema Capitalista Actual
La Ideología de Género Como Bioideología Del Sistema Capitalista Actual
La Ideología de Género Como Bioideología Del Sistema Capitalista Actual
“
Observatorio de biopolitica
BIOIDEOLOGIA
PARTE III
Carlos Llarandi.
En efecto, si muchos y graves aspectos de la actual problemática social pueden explicar en cierto
modo el clima de extendida incertidumbre moral y atenuar a veces en las personas la
responsabilidad objetiva, no es menos cierto que estamos frente a una realidad más amplia, que se
puede considerar como una verdadera y auténtica estructura de pecado, caracterizada por la
difusión de una cultura contraria a la solidaridad, que en muchos casos se configura como
verdadera «cultura de muerte». Esta estructura está activamente promovida por fuertes
corrientes culturales, económicas y políticas, portadoras de una concepción de la sociedad basada
en la eficiencia. Mirando las cosas desde este punto de vista, se puede hablar, en cierto sentido, de
una guerra de los poderosos contra los débiles. La vida que exigiría más acogida, amor y cuidado
es tenida por inútil, o considerada como un peso insoportable y, por tanto, despreciada de muchos
modos. Quien, con su enfermedad, con su discapacidad, más simplemente, con su misma
presencia pone en discusión el bienestar y el estilo de vida de los más aventajados, tiende a ser
visto como un enemigo del que hay que defenderse o a quien eliminar. Se desencadena así una
especie de « conjura contra la vida », que afecta no sólo a las personas concretas en sus relaciones
individuales, familiares o de grupo, sino que va más allá llegando a perjudicar y alterar, a nivel
mundial, las relaciones entre los pueblos y los Estados.
Después de las experiencias de los regímenes totalitarios, del modo brutal en que han pisoteado a
los hombres, humillado, avasallado, golpeado a los débiles, comprendemos también de nuevo a los
que tienen hambre y sed de justicia; redescubrimos el alma de los afligidos y su derecho a ser
consolados. Ante el abuso del poder económico, de las crueldades del capitalismo que degrada al
hombre a la categoría de mercancía, hemos comenzado a comprender mejor el peligro que supone
la riqueza y entendemos de manera nueva lo que Jesús quería decir al prevenirnos ante ella, ante
el dios Mammon que destruye al hombre, estrangulando despiadadamente con sus manos a una
gran parte del mundo
Estas páginas solo intentan ofrecer sintéticamente una perspectiva adecuada para entender
correctamente el qué y el porqué de la Ideología de Genero (IG) en el contexto de la
sociedad global neocapitalista actual. Hay muchos libros y buenos sobre este tema. Al final
del capítulo aportamos los nombres de aquellos más significativos y que hemos utilizado de
una forma directa en este trabajo. Su lectura es muy recomendable, pero nosotros les
aportamos una sensibilidad política diferente que esperamos que pueda ser útil para
combatir el antihumanismo en el que se ha instalado la IG.
Muchos que afirman estar en contra de la IG defienden el capitalismo. Otros dicen estar en
contra del capitalismo y a favor de la IG como ideología progresista. Sin embargo, la
realidad es que ambas posiciones incurren en una tremenda contradicción. La vinculación
entre IG y capitalismo es intrínseca, no se puede apoyar una sin apoyar la otra y viceversa.
El neocapitalismo lleva la mitad del siglo XX y el siglo XXI con una estrategia directa y
explícita de control cuantitativo y cualitativo de la población del planeta. Cuantitativo
porque se trata de eliminar población, fundamentalmente población empobrecida, cuya
mera existencia pone en peligro su poder ya que la riqueza del planeta cada día está
concentrada en menos manos. Y cualitativo, porque se trata de diseñar y construir un
modelo de ser humano que se adapte a las exigencias de la cultura neocapitalista. Por eso
hay una relación intrínseca entre la antropología de género y el control de población
capitalista.
La IG parte de la negación de la naturaleza sexual binaria de los seres humanos (por tanto,
la maternidad, la feminidad, la masculinidad, el matrimonio, la familia, etc) y, sobre este
postulado, transformar, junto con otras bioideologías capitalistas, toda la realidad a favor
de un orden capitalista global superior que no ha conocido la humanidad.
La cuestión de fondo es por qué nuestra cultura, que es técnica y científica, incurre
sistemáticamente y de manera generalizada en tal error. Ello nos induce a pensar que el
conocimiento se instrumentaliza al servicio de una ideología, y esta es una de sus
connotaciones totalitarias.
En este enfoque las condiciones tan evidentes y estructurales de carácter natural, las
diferencias hormonales y sus variadas consecuencias, el procesamiento cognitivo y sus
resultados, la capacidad para la maternidad, toda una serie de diferencias muy conocidas y
estudiadas, carecen de significación para la perspectiva de género.
La ideología de género opera desde la desvinculación entre el sexo objetivo de una persona
y el llamado género, de forma que el sexo, que es naturalmente binario, se desquicie y sea
sustituido por el concepto género entendido este como constructo socio cultural variable,
continuo y moldeable.
Según la IG, la identidad de género es distinta a la identidad sexual, que se relaciona con
los órganos sexuales. Es obvio el simplismo de este enfoque dado que la condición sexuada
de una mujer y la de un hombre, no son solo su genitalidad, sino su psiquismo, y todas sus
implicaciones fisiológicas, incluidas las cognitivas. Esta simplificación radical obedece al
esfuerzo de convertir determinadas disfunciones, sobre todo de tipo anatómico, en
identidades colectivas marginadas.
En la perspectiva de género la unidad del ser humano y sus derechos comunes deja de
existir como realidad universal, y se fragmenta en múltiples identidades de género
portadoras de otros derechos, como lo constatan los Principios de Yogyakarta, un remiendo
de la Declaración Universal de Derechos Humanos, a partir de las pseudoidentidades de
género.
La no coincidencia entre sexo y género, así como la variabilidad o fluidez de este a lo largo
del tiempo induce numerosas identidades de género, que fragmentan la naturaleza
humana. A la idea que hay un único ser humano portador de derechos, que posee dos
especificidades naturales, varón y mujer, complementarias, derivadas de su naturaleza
sexual procreativa, se opone la existencia de múltiples identidades.
De la neo realidad que impone la perspectiva de género se deriva tener que aceptar como lo
“específico” del ser humano:
◦ Una identidad de género como vivencia interna e individual del género tal como cada
Como ideología tiene una consistencia filosófica muy débil, incluso contradictoria
(posmoderna), pero su conexión con lo vital la hace muy persuasiva y penetrante[v]. Se
mueve más en el plano de las emociones y los sentimientos que en el de la razón. Aunque es
de naturaleza totalitaria no tiende a ofrecer una cosmovisión global y coherente de la
realidad. Es más bien fraccionaria, líquida, lo que facilita su asimilación masiva y su
conexión con otras bioideologías. Tiende a funcionar mediante grupos de presión, lobbies,
Los postulados básicos de la IG han sido tomados de diversos autores, todos los cuales
tienen en común la obsesión por liberar al hombre de cualquier determinismo y concebirlo
como pura libertad. Podemos mencionar a los más importantes teóricos de la revolución
sexual: Wilhem Reich y Herbert Marcuse; Marx y Engels, de quienes asumieron las
categorías marxistas de lucha de clases; y a S. Freud, de quien tomaron una explicación
pansexualista del hombre y su teoría sobre la lucha de sexos. Las feministas de género (2ª
ola) también se apoyaron en algunos postestructuralistas sociales, como Jacques Derrida y
sus teorías deconstruccionistas, que el mismo aplicó a la sexualidad en alguna de sus obras,
y Michel Foucault, con su defensa del control sobre nuestros propios cuerpos, sobre
nuestros deseos y pasiones.
Todo ser humano por el hecho de existir es persona y tiene una inalienable y absoluta
dignidad personal desde la concepción hasta la muerte natural. Esto quiere decir que su
dignidad es intrínseca. Todo ser humano la posee independientemente de sus
circunstancias biológicas o sociales. Sin embargo, la dignidad humana que sostiene la IG es
la del neocapitalismo, es decir, una dignidad humana utilitarista y funcional y, por tanto,
Esta esquizofrenia radical entre sexo y género desestabiliza a las personas hasta tal punto
que las hace altamente vulnerables al poder político-mediático-cultural del neocapitalismo.
Y más cuando las formas de vida urbanas que se han instalado promueven la soledad y la
desvinculación social. Sin este proceso de desvinculación no se entendería el éxito de las
redes sociales.
Sin embargo, lo real es que la persona humana es un ser singular al mismo tiempo que
social y comunitario. Ningún ser humano se configura de manera individualista, sino que
necesita de diferentes referentes colectivos, sociales, comunitarios y políticos. De hecho, el
referente más importante para la conformación integral adecuada de la persona humana es
la familia basada en el matrimonio entre el hombre y la mujer. Una sociedad configurada
subsidiariamente desde la familia es el mejor fundamento de la comunidad política. La IG
combate a muerte esta constitución adecuada de la persona y de la sociedad.
político; se destruye la solidaridad como camino hacia el bien común y todo finalmente se
somete a la voluntad de los más poderosos porque las personas y la sociedad han sido
deliberadamente desestructurados.
Varón/Mujer. Esta polaridad es sin duda la más afectada directamente por la IG. La
negación e instrumentalización de la sexualidad humana es una de las mayores agresiones
que está sufriendo el ser humano para desestructurarlo y así debilitarlo y hacerlo
consecuentemente más vulnerable a los dictados del poder neocapitalista hegemónico. La
IG es el instrumento ideológico que está intentando fluidificar la sexualidad binaria objetiva
hombre-mujer vinculada a la procreación, que, ya está dicho, no es un mero acto
reproductivo de la especie sino un acto derivado de un amor y una responsabilidad que
existencialmente exigen al matrimonio y a la familia. La desvinculación no sólo es
individuación y soledad, es también esterilidad. Lo que conforma a su vez, ¿casualidad?, el
impresionante negocio que se está haciendo a costa del sexo, la soledad y la fecundación.
La verdad hay que conectarla con la libertad-responsabilidad y con el amor. Por eso la
libertad siempre tiene dos momentos. El primero pide la liberación de las coacciones y el
segundo, que es lo que orienta al primero, invoca una dirección, un para qué. Por eso
debemos hablar de una libertad orientada hacia el Bien (responsabilidad). Solo así la
libertad es humana. Lo que me coacciona es lo que me impide asumir mis
responsabilidades plenamente, lo que me impide amar, conseguir el desarrollo integral de
todos y cada uno, el bien común.
Por eso, la auténtica libertad, la que realmente nos libera, necesita la conexión entre verdad
y amor, y es la que hace adecuada la relación razón y afectividad. Solamente el amor basado
en la verdad sobre el bien del ser humano puede ordenar los afectos y las emociones.
Desvincular los afectos del amor y la verdad en un ambiente radicalmente individualista no
produce más que una sociedad de enfermos narcisistas.
Sin embargo, este es uno de los puntos más débiles de esta ideología puesto que la
contradicción factual es manifiesta. Si aceptamos el presupuesto de que la sexualidad y la
orientación sexual es relativa, optativa y cambiante debe aceptarse en los dos sentidos. Pero
esto no se acepta. El paso de la heterosexualidad hacia otras “formas” de sexualidad se
presenta como una demostración de la libertad, de pluralismo y de tolerancia democrática.
Lo contrario, se estigmatiza, se difama, se persigue y finalmente se penaliza. Sin duda esta
contradicción radical es la manifestación más palpable de la mentira que subyace detrás de
la Ideología de Género.
Nacimiento y evolución de la IG
Los pioneros de la Ideología de Genero son aquellos que han ido configurando un
concepto de libertad “liberal” no subordinada ni a la verdad sobre el bien, ni al amor.
Podríamos citar casi todos los filósofos e ideólogos nacidos en el seno de la clase
El marxismo. Desde la primera mitad del siglo XIX, el marxismo ha sido la referencia
filosófica y política “anticapitalista”[vii] más seria. Muchos lo han visto como una versión
secularizada del cristianismo. Su influencia ha sido enorme y por ello casi todas ideologías
sexuales del siglo XX tienen alguna conexión con el marxismo. De la mano de Engels
fundamentalmente (El origen de la familia, la propiedad privada y el estado. 1884), se señala
como primera opresión histórica de clase la de la mujer por parte del varón. Lógicamente
defender la dignidad de la mujer frente a todo tipo de violencia y dominación es
incuestionablemente bueno y necesario. Sin embargo, la IG ha convertido una lucha
legítima en un campo ideológico lleno de injusticias y contradicciones como el denominado
“derecho al aborto” que convierte a la mujer en víctima y también verdugo. Además, sin
olvidar que el comunismo tiene a sus espaldas más de 100 millones de muertos.
Wilhelm Reich. Fue uno de los agitadores sexuales más eficaces de la República de Weimar.
El desarrolló sus teorías sexuales sobre el orgasmo a partir de la teoría de la lívido de Freud.
Según esto la familia y el matrimonio deberían ser destruidos como base del principio social
autoritario que reprime la sexualidad. La sexualización era el instrumento adecuado para
destruir el orden social general. Reich intento unificar el psicoanálisis de Freud con el
marxismo. Tuvo mucha influencia sobre otras corrientes como la terapia Gestalt y su
expansión fue facilitada porque se revistió con los teóricos neomarxistas de la Escuela de
Frankfurt.
En este sentido la excatólica Simone de Beauvoir, mujer de Sartre, jugó un papel decisivo al
afirmar en El segundo sexo (1949) que “una no nace, se hace” frase que se ha utilizado para
negar la esencia femenina, especialmente la maternidad. Para este feminismo es
fundamental el aborto y la anticoncepción como forma de liberación de su condición
femenina. El feminismo tuvo su auge en las décadas de 1970 y 1980 una vez que el dique
fue roto por Simone de Beauvoir.
[viii] [ix]
Shulamit Firestone , Be�y Friedman , Kate Millet son nombres destacados de este
periodo. El objetivo era la renuncia de la heterosexualidad y de la familia y no tanto la
igualdad efectiva de derechos entre hombres y mujeres. Un lugar especial lo ocupa Judith
Butler, la principal ideóloga de la perspectiva transversal de género que negaba la importancia
de la diferencia biológica de género entre el hombre y la mujer. Entramos en el feminismo
de la 3ª ola que abandona la distinción entre sexo y género. Y abre las puertas a variables
como la raza, la clase, la cultura, la etnia. Supera las definiciones esencialistas del feminismo
de 2ª ola que con frecuencia partían de la existencia de una identidad femenina universal
que se identificaba con la experiencia de las mujeres norteamericanas de clase media. Para
Butler, el término mujer es un término abierto, en proceso, una construcción siempre
inacabada. La categoría mujer no debería ser el fundamento de la política feminista. Se
impone una interpretación completamente libre de género y la sexualidad es central para
este feminismo de la tercera ola, que con frecuencia incorpora elementos de la teoría queer.
Lo importante es que cada uno se defina y construya a sí mismo con plena libertad.
Por tanto, se habían sentado las bases de una nueva cultura neocapitalista que es la que se
ha venido desarrollando en los últimos cincuenta años y que han configurado la sociedad
líquida en la que estamos actualmente.
Para provocar una visibilidad mayor de la real hay una inducción social y mediática por
parte del lobby LGTB de tendencias sexuales excepcionales igualándolas a la
heterosexualidad, lo que genera la proliferación artificial de las mismas produciendo un
efecto de “profecía autocumplida”. Con ello la sociedad queda desestructurada y sometida
deliberadamente a problemáticas sexuales de todo tipo que no pueden ser afrontadas de
forma adecuada porque se “normalizan”, ocultando las verdaderas causas de su existencia
y provocando una autentica pandemia de comportamientos autolíticos[x] y antisociales de
diferente grado y naturaleza.
La promoción de la pornografía.
mundo, acrecentado por la difusión masiva por redes sociales. Pornografía y capitalismo
forman una unidad indisoluble.
Son constatables los efectos perversos de la pornografía sobre la psicología humana con
repercusiones individuales y sociales que afectan a la concepción y vivencia de la
sexualidad; la destrucción de la mente, la adicción, el aumento de la violencia sexual.
Las primeras víctimas de la pornografía son los niños y los jóvenes que son abusados y
educados desde la pornografía. Hoy cualquier niño con un móvil tiene acceso a páginas
pornográficas y sin embargo la sociedad se sorprende y se escandaliza cuando se constata el
aumento de las violaciones colectivas. Lógica consecuencia de una generación educada
desde la pornografía.
La revolución sexual de mitad del siglo XX se puede afirmar ya que era y es el contexto
cultural en el que nacería y se desarrollaría la Ideología de Género. Y en este punto es
necesario recordar a San Pablo VI que promulgó el 25 de julio de 1968 una encíclica
histórica y profética, la Humanae vitae.
Las revueltas estudiantiles del mayo del 68 francés tenían una componente muy importante
de lo que se llamó “liberación sexual” identificada en gran parte con la llamada “liberación
de la mujer”. La píldora anticonceptiva nacida en esta época fue fundamental para plantear
la separación entre sexualidad y procreación y unir la liberación de la mujer con la
liberación de la maternidad entendida como explotación y la liberación, por tanto, del
matrimonio y la familia. Junto a ello se planteaba también el control de la supuesta
superpoblación mundial.
El relevo fue tomado con fuerza, tenacidad y creatividad por un joven obispo polaco que
llegaría a ser el papa San Juan Pablo II que desarrolló una pastoral incansable a favor de
una antropología adecuada en base a la nueva Teología del Cuerpo sistematizada en 134
catequesis sobre el amor humano. Juan Pablo II ofreció la fundamentación antropológica
que no tenía la Humanae vitae. Juan Pablo II también nos entregó Familiaris consortio, una
guía fundamental para redescubrir el valor del matrimonio y de la familia. Mientras, la
revolución sexual avanzaba con las alianzas entre el feminismo, el lobby gay, la promoción
de las filosofías constructivistas de Michel Foucault y Jacqes Derrida. La IG fue derivando
hacia el movimiento queer y cyborg.
LA DESESTABILIZACIÓN SEXUAL
COMO FORMA DE DOMINACIÓN
PSICOPOLÍTICA
¿Cómo es posible que, con ideas tan arbitrarias, negadas por la realidad,
haya alcanzado tal predicamento?
Pues porque la desestabilización de la vocación sexual del varón o de la mujer produce una
herida ontológica que hacen a la persona humana radicalmente vulnerable a los
imperativos del poder al imposibilitar la donación sincera de uno mismo a los demás en el
matrimonio, en la familia y en la sociedad.
deseo constituyen derechos, todo lo que rechazo debe ser prohibido. El narcisismo
identitario y subjetivista se convierte en una auténtica pandemia alimentada y acelerada por
las formas de vida urbana, las redes sociales y el solitarismo[xi].
En esta tarea la perspectiva de género ha conseguido un gran éxito, sobre todo por la
incomparecencia de las tesis racionales. La perspectiva de género implica el descrédito de la
razón tanto teórica como práctica y la emergencia de la pasión, las emociones y el deseo.
Por ello, bajo la amalgama de la IG existe un trasfondo irracional que explica porque lo que
se plantea como “la revolución de la igualdad” y tiene explicaciones tan extrañas, logra el
decidido apoyo de las élites económicas globalizadas, empezando por las mayores
empresas del mundo por su cotización en bolsa como Apple, Google, Amazon, Facebook.
Las políticas de género son en gran medida políticas del deseo, convirtiendo en categoría
política la pulsión sexual. La IG es en realidad la voluntad de construir una política de la
satisfacción del deseo, sobre todo en su dimensión sexual, que recoge el reconocimiento de
las reivindicaciones del feminismo de segunda generación: libertad sexual plena de la mujer
como la que posee el hombre y por ello relevancia del aborto y descrédito de la maternidad,
que castiga las relaciones sexuales en unos términos que el hombre no sufre. También ha
significado reconocimiento en igualdad de condiciones de comportamientos sexuales
especiales, homosexualidad, y bisexualidad. Finalmente, asignación en el mismo orden de
reconocimiento de alteraciones del psiquismo, el transgénero y el transexual (la persona
cuyo psiquismo siente un sexo distinto del biológicamente mostrado).
Todo esto da lugar a una maraña de identidades personales[xii] que exigen reconocimiento
político y derechos específicos, porque el término transgénero incluye la clasificación de
distintas identidades de género, y como consecuencia divide a la sociedad frente al poder y
difumina las verdaderas causas de las injusticias.
Desde que Kate Millet, la teórica más importante delfeminismo radical saliera del armario
en 1970 en la portada de la revista Time, el lesbianismo fue tomando un protagonismo
autónomo dentro del feminismo, que se afirmó de manera singular a partir de los años 80,
en gran parte por influencia del movimiento del orgullo gay. Uno de los grandes efectos de
la revolución sexual, al desvincular la maternidad de la práctica sexual, es la vindicación del
placer sexual autónomo de las mujeres; es cuando surge la nueva identidad del feminismo
como reivindicación del lesbianismo y del movimiento gay en general.
Poco después de la redada realizada en julio del 69 por la policía de New York, en el bar de
copas Stonewall Inn concurrido habitualmente por homosexuales, se fundó el primer grupo
político de reivindicación gay llamado Gay Liberation Front. Su creación hay que
entenderla en el contexto de la nueva izquierda de mayo del 68. Posteriormente el
movimiento gay ha ido evolucionando de tal forma que fue perdiendo su carácter
Esta ideología tiene como referencia teórica fundamental a una autora ya citada, Judith
Butler que es, sobre todo, una activista política del movimiento lesbiano y gay, que trasladó
su deseo sexual al plano filosófico, lo “objetivó”, y convirtió la querencia personal en
categoría política. Lo hizo en términos de una cierta sofisticación (era bastante mala filósofa
y bastante mala escritora), y sin ningún fundamento empírico, pero el fuerte apoyo de
académicas feministas y su alineamiento en el progresismo estadounidense, la proyectó, y
blindó a la crítica. Butler, el fluido y múltiple afirma que el sexo el performativo, va
construyéndose con la práctica. El objetivo es la destrucción del orden heteronormativo.
Pero la estrategia performativa no solo afecta al sexo, afecta al género también y por tanto
supone la supresión de todas diferencias. El modelo queer es el dragqueen. La teoría Queer
termina rechazando cualquier identidad y con ello al sujeto porque considera que siempre
tiene efectos excluyentes en concordancia con Lacan. El problema es que la teoría Queer al
dejar al sujeto sumido en un proceso de autoconstrucción de identidades cambiantes y
performativas, se convierte en un agente activo hacia sí mismo, pero no hacia los demás.
Ello conduce inevitablemente hacia el solipsismo.
Butler propugna que el ser mujer u hombre es algo que uno se construye. El género es un
estado construido con independencia de la naturaleza. Su planteamiento es político, y esta
militancia política surgió a través de la proyección colectiva de su preferencia lésbica. Sin
embargo, la deriva anti heterosexual es una deriva no solo contra el llamado
cisheteropatriarcado falocrático blanco, sino que es una deriva contra el propio feminismo que
reivindica los derechos legítimos de las mujeres (entre los que no debería estar el aborto).
La deriva anti heterosexual termina en la anti sexualidad negando por todos los medios
posibles la objetividad sexual binaria que es biológicamente indiscutible, aunque el sujeto
tenga una orientación “homo” (más adecuadamente llamada pps: proyección sobre el
mismo sexo.
En este sentido, la activista y filósofa burgalesa hoy llamada Paul B. Preciado (antes Beatriz
Preciado) es la representante actual más influyente de la teoría queer, un modelo de
transexualidad fármaco quirúrgica absolutamente entregado a las fauces del más salvaje
capitalismo neoliberal del que paradójicamente no deja de renegar.
La Teoría Queer aparece aquí como la más potente disruptiva de la normatividad sexual
binaria. Se presenta a sí misma como antisistema cuando no solamente no lo es, sino todo lo
contrario. La teoría Queer fortalece la estrategia de conectar la llamada revolución sexual
(anticapitalista) con las problemáticas de minorías marginadas ocultando las verdaderas y
objetivas causas de la dominación política y económica del capitalismo. Jamás el
neoliberalismo podría haber soñado con un aliado tan eficaz. Esta es la auténtica razón de
que el neocapitalismo global potencie, promocione, financie masivamente todo lo que
favorezca el generismo y persiga y ataque todo aquello que verdaderamente se opone a la
primacía del capital. Así vemos como las grandes corporaciones financieras y tecnológicas
financian sistemáticamente cualquier iniciativa que promueva la IG incluido el aborto al
tiempo que impiden la sindicación de sus trabajadores en defensa de la dignidad del
trabajo.
Las teorías Queer y Cyborg proporcionan una proyección utópica a la IG: una sociedad sin
sexos y sin géneros; ambas son la deconstrucción del cuerpo sexuado. Cyborg es la solución
a un mundo sin reproducción sexual, sin maternidad, sin paternidad… Es un
construccionismo totalmente materialista y artificial que supone romper una serie de
fronteras: 1) la frontera entre lo humano y lo animal. Todos somos animales. 2) Todos
animalizados hay que romper la frontera entre lo animal y la máquina. 3) Romper la
Feminismo vs Generismo
Pero sin duda, uno de los fenómenos más dramáticos del generismo trans o queer
hegemónico es el crecimiento exponencial inducido de llamada la disforia de género que
está afectando especialmente a los niños y a los jóvenes, especialmente a las chicas, a los que
está empujando literalmente a tratamientos fármaco quirúrgicos de cambio de sexo, muchos
de ellos irreversibles, pero que engordan las cuentas bancarias de toda la industria que se
esconde detrás. El crecimiento descontrolado de la disforia femenina sobre todo, indica que
se puede estar convirtiendo en una salida diferente a una problemática psicológica
sistémica que antes se orientaba en parte hacia otros tipos de trastornos como por ejemplo
la anorexia. Además, la gran influencia desestabilizadora de la sexualidad por parte de la
IG probablemente sea la propia causa del aumento de la discordancia de género.
Desde luego, para nada está comprobado que a medio y largo plazo el malestar psicológico
se resuelva con el cambio de sexo. Además, hay una dinámica creciente de personas que se
arrepienten de haberse cambiado de sexo y que lamentablemente no van a poder revertir el
proceso. Todo ello corrobora la tesis de que “nadie nace en un cuerpo equivocado”. Más
bien hay una inducción mediática y política que está disparando la disforia de género en un
ecosistema social muy frágil, muy líquido especialmente en el terreno familiar y educativo
que afecta fundamentalmente a niños y jóvenes. Se genera un círculo vicioso en el que el
transexualismo se convierte en una profecía autocumplida.
Y las leyes que se están promulgando en este sentido suponen una auténtica colonización
de la infancia y la juventud en contra de los padres y de la familia en general que podrían
actuar como factor protector. La implantación de la terapia afirmativa casi obligatoria en
muchos ámbitos se hace automáticamente (autodiagnóstico), sin hacer ningún tipo de
estudio profesional como si su idoneidad fuera evidente cuando la realidad está
demostrando que esto no es así.
◦ Control del sistema educativo. Imponiendo una antropología sin el mínimo consenso
filosófico y científico.
◦ Control del sistema sanitario. Imponiendo unas prácticas políticas antes que sanitarias.
◦ Control del sistema mediático. Imponiendo una opinión pública y censurando, de
hecho, otras.
◦ Control del sistema político. Imponiendo leyes LGTB de naturaleza totalitaria.
Las leyes LGTB son una pieza fundamental de la estrategia del poder neocapitalista. Se
intentan implementar verticalmente de arriba a abajo, del vértice del poder a la base de la
sociedad y de afuera a dentro, es decir desde los poderes trasnacionales subordinando las
legislaciones nacionales y regionales. Se impone un falso consenso establecido en
convenciones internacionales mediante una serie de pseudoexpertos cooptados por el poder
que elaboran programas, principios, memorándums, etc. que lógicamente se aprueban por
“unanimidad” porque previamente se ha eliminado la posible disidencia. Para ello, el
control de los medios de comunicación es muy fuerte porque es fundamental crear una
opinión pública que sostenga la mentira.
En el caso concreto de las leyes del lobby LGTB todo emana escrupulosamente de los
principios elaborados en 2006 en la Conferencia Internacional de Yogyakarta (Indonesia).
Los 29 principios es un manual detallado para la aplicación de la ideología de género en
todo el mundo. Se presentaron en la sede de la ONU en Ginebra en marzo de 2007. Su
redacción está diseñada para ser directamente trasladada a las legislaciones nacionales. Los
objetivos son claros y se ponen de manifiesto en todas las legislaciones LGTB:
Presunción de una falsa legitimidad. En este caso el aval es de Naciones Unidas lo que
permite ejercer una presión indecente sobre las naciones especialmente sobre las más
débiles y empobrecidas. Estas naciones son chantajeadas. Si quieren “ayuda al desarrollo”
deben tragar las leyes LGTB.
Imposición supranacional sobre las naciones, especialmente sobre las más pobres, a través
de los organismos internacionales, supranacionales, ONGs y los tratados. Se ha creado una
auténtica red mundial para imponer la Ideología de Género.
Criminalización de la oposición
Influencia mediática unánime (lo que demuestra que es una ideología del poder)
Un nuevo totalitarismo
El nuevo totalitarismo que se está promocionando desde los centros de poder del
neocapitalismo global está atacando lo más profundo de la persona que es su auténtica
vocación al Bien Común y para ello utiliza como punta de lanza al lobby LGTB,
instrumentalizando la sexualidad, una de las dimensiones fundamentales del ser humano.
Desde estas páginas animamos, especialmente a los jóvenes, a que no se dejen engañar por
la mentira de la parafernalia del “orgullo” y que vivan adecuadamente su sexualidad desde
el amor y la vida y siempre como referencia el Bien Común de toda la sociedad.
Nunca como ahora ha sido necesaria una nueva Revolución Sexual por el Bien Común que
plantee sin complejos modelos adecuados de vivencia de la sexualidad: masculinidad y
feminidad adecuadas, maternidad y paternidad responsables, matrimonio y familia, familia
de familias, amor, fidelidad, respeto…. Y todo para cuidar personalmente y defender
políticamente a los más débiles, necesitados y oprimidos.
BIBLIOGRAFÍA
Errasti J, Pérez Álvarez M.(2022) Nadie nace en un cuerpo equivocado. Éxito y miseria de la
identidad de género. Deusto. 3ª Ed. Barcelona.
Trillo Figueroa J. (2007). La revolución silenciosa. La política sexual del feminismo socialista.
Libros libres. Madrid.
Notas bibliográficas
[i] Cfr. Caritas in veritate 75 (Benedicto XVI), Amoris laetitia 56, Laudato Si’ 118 (Francisco)
[ii] Errasti J., Pérez Álvarez M. Nadie nace en un cuerpo equivocado. Éxito y miseria de la
Identidad de Género. Deusto. 3ª Ed. Barcelona. 2022. p.37
[iii] Se pueden encontrar referencias de hasta 251 géneros posible de la especie humana.
Errasti J, Pérez Álvarez M. Nadie nace en un cuerpo equivocado. Éxito y miseria de la Identidad
de Género. Deusto. 3ª Ed. Barcelona. 2022. p.251
[iv] Errasti J, Pérez Álvarez M. Nadie nace en un cuerpo equivocado. Éxito y miseria de la
Identidad de Género. Deusto. 3ª Ed. Barcelona. 2022. p.196 ss
[vi] Filósofos liberales, Rousseau, Comte, Sain Simon, Fourier, Nie�sche, Marx, Freud,…
[vii] Sostenemos con San Juan Pablo II que comunismo es un tipo de capitalismo justamente
por su materialismo que pone al capital, dimensión objetiva, por encima de la persona,
dimensión subjetiva.
[viii] Para suprimir la explotación de la mujer había que instaurar una sociedad todo fuesen
iguales, sin diferencias entre sexos.
[ix] Publicó en 1963 El espíritu femenino. Este espíritu constituía una imposición con la que
había que romper.
[xii] Hay publicaciones en donde se recogen hasta 251 identidades de género diferentes.
(ACTUES. Asociación Trans Cuirgénero Estatal). La lista de LGTB wiki supera los 4000
géneros con sus 4000 banderas.
[xiv] Se podría dedicar todo un capítulo a la manipulación y degradación del lenguaje y por
tanto del pensamiento. Hay una estrategia deliberada de reducción y eliminación del
pensamiento crítico de la mayoría de la población hasta llegar a conseguir que las personas
no entiendan y no expresen correctamente el malestar que padecen. Es una forma muy
eficaz de dominación: la creación de neologismos y neomorfemas; el cambio de significado
de palabras; la utilización del participio pasivo que elimina la responsabilidad personal;
reducir la discrepancia racional a “fobias” irracionales basadas en el miedo o el odio;
estigmatizar y suprimir palabras; el uso de pronombres en contra de la gramática.
ANEXO CIENTÍFICO I
¿EXISTE UN DETERMINISMO DE LA ORIENTACIÓN SEXUAL?
Nicolás Jouve.
En una serie de informes desarrollados entre 1948 y 1953, Kinsey, considerado por muchos
como el responsable de la revolución sexual en los EEUU, llegó a la conclusión de que la
sexualidad humana es polimórfica. La aplicación de la discutida escala de Kinsey, basada
en una declaración personal, daba como resultado que en varones se exageran los extremos,
entre totalmente homosexuales o totalmente heterosexuales, frente a los bisexuales,
mientras que en mujeres la distribución aparecía descendente desde heterosexuales a
homosexuales, con una mayor proporción de bisexuales que entre los varones [1].
Descartados los genes simples, de existir una base genética de la homosexualidad debería
suponerse determinada por múltiples genes menores o poligenes, relacionados con
caracteres complejos de efectos cuantitativos (QTLs, quantitative trait loci), que actúan
sumando sus efectos para la manifestación del carácter siempre en dependencia de
influencias ambientales.
Antes de señalar los resultados de los análisis desarrollados en este sentido, hay que indicar
que en la manifestación de los caracteres dependientes de sistemas poligénicos puede haber
una importante influencia ambiental. En tal caso, la varianza fenotípica, representada por
VF, depende no solo del componente genético, VG, sino además de un componente
ambiental, VA, y de la interacción genotipo–ambiente, VGA, del siguiente modo:
VF = VG + VA + VGA
En los casos de sistemas poligénicos, para conocer la importancia del componente genético
del carácter frente a la influencia del ambiente, habría que estimar un parámetro
denominado heredabilidad, que revela la parte de influencia de los genes respecto a la
variabilidad total:
Antes de ello, conviene aclarar que la influencia del ambiente en la expresión de los
caracteres del comportamiento humano, como puede ser cualquier tipo de orientación
sexual, se refiere a las influencias recibidas en la etapa infantil y adolescencia en que se
edifica la personalidad. En este sentido, los distintos tipos de orientación sexual se han
relacionado con factores psico-biográficos, como deficiencias de educación por parte de los
padres, soledad, tristeza, falta de autoestima y auto-aceptación personal, desconfianza,
miedo, abuso o maltrato sexual en la infancia y en la adolescencia, rechazo de los
compañeros de escuela, narcisismo, fobia social, falta de identificación con el propio sexo,
ausencia del padre o de la madre en la infancia, etc. [2]. En este sentido son especialmente
críticas las influencias recibidas desde el nacimiento hasta la madurez sexual.
En 1992, Simon Levay, un neurólogo del Salk Institute de San Diego (California),
publicó un trabajo en el que creía demostrar que la región INAH3 –un grupo celular de
núcleos intersticiales del hipotálamo anterior–, de una pequeña muestra de varones
presumiblemente heterosexuales duplicaba con creces a la región equivalente de varones
homosexuales [3]. Levay concluyó que las diferencias estructurales de los cerebros están
presentes desde el nacimiento o incluso desde antes, contribuyendo así a establecer la
orientación sexual del varón. Sin embargo, admitía que cualquier conclusión en este aspecto
es especulativa ya que la respuesta de cada cerebro a los andrógenos supone unos procesos
moleculares complejos que implican la interacción de receptores y una serie de proteínas
desconocidas codificadas por genes en aquel momento no identificados. Una objeción a este
trabajo es el número muy reducido de individuos en que se habían hecho los análisis. Desde
un punto de vista experimental, una muestra de un individuo, o incluso dos docenas de
individuos, para un estudio de un carácter cuantitativo tan sensible como la orientación
sexual, es inadmisible y falto de rigor. Además, se objetó que se había realizado en cerebros
de personas fallecidas como consecuencia del SIDA, lo cual podía haber influido en el
carácter que se analizaba.
Dos años después, William Byne, investigador del New York State Psychiatric Institute, de
la Universidad de Columbia, demostró que, si bien el INAH3 es un carácter dimórfico en
relación con el sexo, las diferencias son de número de neuronas y no de tamaño ni de
densidad de las neuronas entre varones y mujeres. En su trabajo demostró que en los
varones homosexuales se aprecia, al igual que en los cerebros de mujer, un menor número
de neuronas, sin que esto signifique que estas diferencias se pueden relacionar con la
orientación sexual [4].
Tampoco han resultado concluyentes los estudios de la relación de la longitud de los dedos
índice y anular (2D:4D), que algunos autores han creído estar correlacionados con la
orientación sexual. En un trabajo publicado en Nature en una muestra de más de 700
adultos californianos, la ratio 2D:4D de la mano derecha en mujeres homosexuales era
significativamente menor que en mujeres heterosexuales, al igual que ocurre en los varones
[5]. Sin embargo, otros estudios sobre este mismo carácter han dado resultados
contradictorios e incluso opuestos [2].
En general se admite que un carácter tiene base genética cuando se da con más frecuencia
entre parientes genéticamente relacionados que con otros individuos de la población. Por
ello, un modo de acercarse al estudio de la base genética de las diferentes formas de
orientación sexual es mediante un análisis comparado en gemelos monocigóticos o
idénticos con respecto a los fraternos o a los hermanos no gemelos.
En general, los trabajos llevados a cabo en diferentes poblaciones concluyen que las
concordancias son bajas como para apoyar la hipótesis de una base genética de la
homosexualidad.
Otro modo de abordar la búsqueda de factores genéticos asociados a los diferentes patrones
de orientación sexual es mediante la utilización de la información que ofrecen las secuencias
de ADN del genoma de los grupos de individuos homosexuales frente a los heterosexuales.
El problema se ciñe a la búsqueda de los llamados “marcadores moleculares”. Se trata de
detalles distintivos en las secuencias del ADN de una región concreta del genoma. La
ventaja de este tipo de análisis, si se demuestra la correlación entre determinados
marcadores y el carácter fenotípico de que se trate, es su gran objetividad y valor
diagnóstico.
En 1993, el investigador Dean Hamer y sus colaboradores del Instituto Nacional del Cáncer
de Bethesda (Maryland), desarrollaron un análisis de ligamiento entre 22 marcadores del
tipo microsatélites localizados en el cromosoma X, y la orientación homosexual en 40
parejas de hermanos ambos homosexuales y pertenecientes a familias que no mostraban
indicios de transmisión no materna [8]. Sus resultados señalaron que había cinco
marcadores pertenecientes a la región Xq28 (región próxima al extremo del brazo largo del
cromosoma X) que segregaban conjuntamente con la orientación homosexual en 33 de los
40 pares de hermanos analizados. El resultado fue ratificado un par de años después por los
mismos autores [9].
Sin embargo, en 1999, unos neurólogos clínicos canadienses, que habían desarrollado un
estudio con más grupos familiares que el de Hamer, concluyeron que no existe ninguna
relación entre el comportamiento homosexual y los pretendidos marcadores moleculares
del Xq28 [10]. La crítica más importante al trabajo de Hamer fue que carecía de un grupo
control, es decir de unas referencias obligadas en que apoyar los resultados cuantitativos
obtenidos por contrastación.
Dada la oportunidad que ofrece el conocimiento de las secuencias completas del genoma
humano, pronto se aplicaron otros tipos de marcadores moleculares distintos a los
microsatélites, pero igualmente útiles para la búsqueda del ligamiento con el carácter que se
indaga, en este caso la homo o heterosexualidad. Entre los diversos tipos de marcadores
moleculares que se pueden utilizar en este tipo de análisis, los más utilizados son los
llamados SNPs –polimorfismos de una sola base-, que han dado excelentes resultados en el
diagnóstico de patologías determinadas genéticamente. Los primeros análisis con SNPs,
aplicados a la búsqueda de su ligamiento con la homosexualidad, fue llevado a cabo y
publicado en 2012, en una muestra de cerca de 8.000 varones y más de 5.500 mujeres. Al
igual que con los microsatélites no se evidenció ninguna correlación ni con la región Xq28 ni
con la orientación sexual [11].
Contradictoriamente, en un trabajo más amplio publicado dos años después, Sanders y sus
colaboradores, encontraron una asociación significativa entre la orientación sexual y unos
SNPs localizados en la región Xq28 y en otra región del cromosoma 8, confirmando los
hallazgos de Hamer de 1993 [12].
Las cuatro variantes genéticas identificadas también fueron correlacionadas con una mayor
El hecho de que los autores de la comunicación indiquen que alguna de las regiones
cromosómicas encontradas, relacionadas con la no heterosexualidad, coincide con las que se
asocian a las depresiones u otras alteraciones mentales, muy influenciadas por factores
ambientales, podría indicar que se trata en todo caso de QTLs. Lo que parece más
cuestionable es asociar estas alteraciones neurológicas a la “discriminación” que sufren las
personas de los colectivos LGTBIQ.
Otra de las hipótesis más extendidas para quienes achacan factores biológicos o genéticos
como determinantes de la orientación sexual que se revela en la infancia o en la
adolescencia, es la que propone desequilibrios en el nivel hormonal durante el desarrollo
embrionario y fetal. El nivel hormonal durante la gestación es de una gran complejidad, con
momentos críticos en que el exceso o defecto de determinadas hormonas puede dar lugar a
trastornos en el desarrollo sexual, con consecuencias en el fenotipo gonadal y sexual del
niño al nacer. De hecho, se han descrito efectos de alteraciones congénitas debidas al
desequilibrio hormonal que influyen en el desarrollo gonadal de al menos cinco hormonas:
la testosterona, la dihidrotestosterona, el estradiol (derivado de la testosterona por acción de
la enzima aromatasa), la progesterona y el cortisol.
También se ha demostrado que más del 90% de los casos de hiperplasia suprarrenal
congénita –HSC–, una de las alteraciones de carácter hormonal más estudiadas en mujeres,
son consecuencia de una mutación del gen CYP21A2, que codifica una enzima que ayuda a
sintetizar el cortisol, lo que puede derivar en una virilización genital [15]. Estos casos están
tipificados como alteraciones estructurales o funcionales relativas al desarrollo genital. Sin
embargo, estudios recientes demuestran que el estrés de la madre durante el embarazo no
explica de forma significativa las diferencias en la población de hijos o hijas homosexuales o
heterosexuales [16].
Si bien hay cierta evidencia de que las mujeres con derivaciones lesbianas, en promedio,
muestran una posible exposición prenatal a niveles más elevados de andrógenos que los
grupos de mujeres no lesbianas, más de 50 años de estudios no han logrado demostrar que
los factores biológicos, genes u hormonas, influyan de manera determinante en el desarrollo
de la orientación sexual femenina [18], y tampoco se han demostrado diferencias en los
niveles de hormonas masculinas en la etapa prenatal entre varones homosexuales y
heterosexuales [19].
En un reciente editorial de Nature, se señala que los médicos tienden a menudo a utilizar
métodos quirúrgicos en los raros casos que se presentan de genitales ambiguos al nacer el
bebé, con el fin de hacerlos coincidir con el sexo biológico, lo que puede resultar
contraproducente [20]. Con frecuencia, se cometen errores. Debe recordarse al psicólogo y
sexólogo americano John Money (1921–2006), considerado como el introductor de las
operaciones de reasignación de sexo, que utilizó como cobaya a un niño que por un error en
la circuncisión y ante la preocupación de sus padres fue sometido a un cambio de sexo
hacia niña. El cambio de sexo en este niño, llamado Bruce, convertido en niña a la que
llamaron Brenda, supuso su ruina como persona y la de toda su familia, incluido su
hermano gemelo. Bruce nunca quiso ser niña y al alcanzar la madurez deseó volver a su
condición natural de niño, pero ya era demasiado tarde. Él y su hermano gemelo
terminaron suicidándose. Más recientemente, en 2004, New England Journal of Medicine
publicó el caso de un seguimiento de 14 niños varones con disfunción genital a los que al
nacer se les intervino para revertir sus genitales como femeninos. De ellos, 8 terminaron
identificándose como varones y la intervención quirúrgica les causó una gran angustia [21].
Conclusiones
La realidad es que los seres humanos nacen con un sexo cromosómico, genético y gonadal
normalmente concordantes. El sexo es el resultado del desarrollo del aparato reproductor
interno y externo y también del tipo de cerebro de varón o de mujer, bajo la influencia de
señales genéticas y hormonales.
Ante los casos de rechazo del propio sexo en los niños de tres o más años es importante
lograr un diagnóstico médico, pediátrico y psicológico definitivo y fiable, como base para
establecer un plan de tratamiento apropiado.
Referencias
[1] Kinsey, A., Ch., Pomeroy, W.B. y Martin, C.E. (1998). «Sexual Behavior in the Human
Male». Indiana University Press. [reimpresión del original del 1948]
[4] Byne, W. and Parsons, B. (1993) «Human sexual orientation: The biologic theories
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[5] Terrance, J., Williams y col. (2000) Finger-length ratios and sexual orientation, Nature
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sex sexual behavior: A population study of twins in Sweden. Arch. Sex Behav. 39: 75–80.
[8] Hamer, D.H., Hu, S. y col. (1993). A linkage between DNA markers on the
X-chromosome and male sexual orientation. Science 261: 321–327.
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[10] Rice, G., Anderson, C, y col. (1999). Male homosexuality: Absence of linkage to
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[11] Drabant, E.M,, Kiefer, A.K. y col. (2012). Genome-wide linkage association study of
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Conference (abstract 1957T). San Francisco.
[12] Sanders, A.R., Dawood, K., y col. (2014). Genome-wide scan demonstrates significant
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[13] Michael Price (2018). Giant study links DNA variants to same-sex behavior. Science,
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[17] Balthazart, J. (2011). The biology of homosexuality. Oxford University Press, Oxford.
[18] Peplau L.A., Spaulding, L.R. y col., (2012). The Development of Sexual Orientation in
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[19] Breedlove, S.M. (2017). Prenatal influences on human sexual orientation: expectations
versus data. Archives of sexual behavior 46(6): 1583–1592.
[20] Nature – (2018). US proposal for defining gender has no basis in science. A move to
classify people on the basis of anatomy or genetics should be abandoned. Editorial 30-
Oct-2018.
[21] Reiner W.G. y Gearhart J.P. (2004). Discordant Sexual Identity in Some Genetic Males
with Cloacal Exstrophy Assigned to Female Sex at Birth. New England J. Med. 350, 333–341;
2004
[22] Mayer, L.S. y McHugh, R.S. (2016). Sexualidad y género. Conclusiones de la Biología, la
Psicología y las Ciencias Sociales. The New Atlantis, 50.
ANEXO CIENTÍFICO II
SEXUALIDAD Y GÉNERO
[2]
Informe publicado en la Revista New Atlantis el 2 de septiembre 2016
Este informe ofrece una explicación minuciosa, resumida y actualizada de los resultados de
investigaciones en el ámbito de las ciencias biológicas, psicológicas y sociales acerca de la
orientación sexual y la llamada “identidad de género.” Esperamos que esta exposición
facilite la labor de los médicos, científicos y ciudadanos en general, a la hora de abordar las
dudas que tienen algunas personas en nuestra sociedad.
1.- Las pruebas científicas no respaldan la visión de que la orientación sexual es una
propiedad innata y biológicamente fija del ser humano (la idea de que los individuos
“nacen así”).
2.- Si bien hay pruebas de que los factores biológicos, como los genes y las hormonas, están
asociados a la conducta y a la atracción sexual, no existen explicaciones convincentes de que
la orientación sexual en los seres humanos tenga una causalidad biológica determinista.
Aunque los científicos han detectado ciertas diferencias menores en la estructura y la
actividad cerebral de sujetos homosexuales y heterosexuales, esos descubrimientos
neurobiológicos no aclaran si son innatas o fruto de factores ambientales y psicológicos. No
aclaran si son causa o efecto de conductas humanas.
4.- Se encuentran antecedentes de haber sufrido abusos sexuales dos o tres veces más
frecuentemente en personas que no son heterosexuales en comparaciones con personas
heterosexuales.
2.-Se estima que los miembros de la población no heterosexual tienen 1,5 veces más riesgo
de trastornos de ansiedad que los miembros de la población heterosexual, así como
aproximadamente el doble de riesgo de depresión, 1,5 veces más riesgo de abuso de
sustancias y casi 2,5 veces más riesgo de suicidio.
4.-Hay pruebas, si bien limitadas, de que diversos factores de estrés social como la
discriminación y la estigmatización, contribuyen a elevar el riesgo de problemas de salud
mental de las poblaciones no heterosexual y transgénero. Es necesario llevar a cabo más
estudios longitudinales de calidad para que el “modelo de estrés social” sea una
herramienta útil para entender esos problemas de salud pública. Sin embargo, las
diferencias antes descritas se encuentran incluso en entornos sociales donde no existe un
ambiente de discriminación contra estas personas.
1.-Los estudios científicos no corroboran la hipótesis de que la identidad de género sea una
propiedad innata y fija del ser humano e independiente del sexo biológico, es decir, que una
persona sea “un hombre atrapado en un cuerpo de mujer” o “una mujer atrapada en un
cuerpo de hombre,” como si hubiera un error en su cuerpo y sus órganos genitales.
2.-De acuerdo con una reciente estimación, aproximadamente el 0,6% de la población adulta
estadounidense se identifica con un género que no se corresponde a su sexo biológico.
4.-En comparación con la población general, los adultos sometidos a cirugía de reasignación
de sexo siguen experimentando un mayor riesgo de problemas de salud mental. En un
estudio se observó que, en comparación con los grupos control, los individuos con
reasignación de sexo tenían aproximadamente 5 veces más probabilidades de intentar
suicidarse y 19 veces más de morir por suicidio.
5.- Los niños son un caso especial al abordar las cuestiones transgénero. Solo una pequeña
minoría de los que manifiestan una “identificación de género cruzada” durante la niñez
siguen haciéndolo en la adolescencia y la edad adulta.
6.-Son escasos los estudios científicos que avalen el valor terapéutico de los tratamientos
para retrasar la pubertad o modificar las características sexuales secundarias en
adolescentes, aunque algunos niños puedan mostrar un mayor bienestar psicológico si son
apoyados y animados en su identificación de género cruzada. No existen pruebas de que a
todos los niños con pensamientos o conductas de género atípicas haya que animarlos a
convertirse en transgénero.
[1]
.h�ps://profesionalesporelbiencomun.com/existe-un-determinismo-genetico-de-la-
orientacion-sexual/#.YqB6xHZBxPY
[2]