3.1jesus Salvacion de Todos
3.1jesus Salvacion de Todos
3.1jesus Salvacion de Todos
Nombre
Max Aníbal
Apellido
Rivera
Asignatura
CRISTOLOGIA
Facilitador
P. Daniel de los Santos
Tema
-Jesucristo es la Salvación de Todos-
INDICE
Introducción
Conclusión general
JESUCRISTO ES LA SALVACIÓN DE TODOS
Desde los primeros tiempos del cristianismo, la figura de Jesucristo ha sido central en la fe y en
la vida de los creyentes. Para los cristianos, Jesucristo es el salvador del mundo, el enviado de
Dios para redimir a la humanidad y llevarla a la vida eterna. En el siguiente trabajo,
exploraremos algunas de las ideas clave que fundamentan esta premisa.
Después, examinaremos el papel de Jesús como sumo sacerdote según la Carta a los Hebreos.
Veremos cómo Jesús fue acreditado como sumo sacerdote, y cómo su solidaridad con los
hombres lo convierte en un intercesor eficaz ante Dios.
En conjunto, estos temas nos permitirán entender por qué Jesucristo es considerado como la
salvación de todos, y cómo su vida, muerte y resurrección son fundamentales para la fe cristiana.
La vida y enseñanzas de Jesús en el Nuevo Testamento se han convertido en un tema central para
el estudio de la religión cristiana y de la historia en general. El Nuevo Testamento incluye los
cuatro evangelios canónicos que narran la vida y obra de Jesús, desde su nacimiento hasta su
muerte y resurrección. Estos relatos ofrecen una amplia variedad de enseñanzas y ejemplos de
vida que han influido en la cultura occidental y en la fe de millones de personas alrededor del
mundo. Aunque hay diferencias entre los evangelios, todos ellos presentan a Jesús como el
Mesías prometido en las Escrituras hebreas, y como el modelo perfecto de amor, justicia y
compasión.
La resurrección de Jesús no solo es un evento histórico, sino también una exaltación a la diestra
del Padre, como lo indica la creencia en Cristo Resucitado como principio, centro y fin de la
historia de la salvación. Esta creencia tiene implicaciones profundas en la vida cristiana, ya que
la resurrección de Jesús es la base de la esperanza de los creyentes en la vida eterna y en la
victoria sobre el pecado y la muerte. Por lo tanto, la resurrección de Jesús es una parte integral de
la identidad y la misión de Jesús según el Nuevo Testamento.
Además, la muerte y resurrección de Jesús son vistas como una obra redentora que tiene
implicaciones profundas en la relación entre Dios y la humanidad. A través de su muerte, Jesús
ofreció el sacrificio perfecto por los pecados de la humanidad, reconciliando al hombre con Dios
y abriendo la posibilidad de una nueva vida en comunión con Él. La importancia de la muerte y
resurrección de Jesús en el cristianismo es, por tanto, una cuestión fundamental que merece ser
explorada y comprendida en su profundidad.
La muerte y resurrección de Jesús son fundamentales para entender su identidad como el Hijo de
Dios y el Salvador del mundo; y de cómo esta salvación es un don gratuito que recibimos de
Dios por Jesucristo. Esto lo plantea exquisitamente Piper (2017): "La muerte de Cristo fue el
sacrificio perfecto y suficiente por los pecadores, lo que significa que no hay nada que podamos
hacer para ganar nuestra propia salvación. Todo lo que podemos hacer es recibir la salvación
de Dios como un regalo gratuito."1. Además, la exaltación de Jesús a la diestra del Padre
después de su resurrección muestra su poder y autoridad divinos. La resurrección también es la
base de la fe cristiana, ya que, sin ella, la predicación y enseñanzas de Jesús no tendrían sentido.
En cuanto a la obra de salvación de Cristo, su muerte en la cruz es vista como un sacrificio
redentor que ofrece la reconciliación entre Dios y la humanidad. Así, la muerte y resurrección de
Jesús son esenciales para el cristianismo y han sido temas centrales de la teología cristiana a lo
largo de los siglos.
1
PIPER, JOHN. CRISTO MURIÓ POR LOS PECADORES. EDITORIAL CLIE, 2017, P. 25
2
SAN AGUSTÍN. SERMONES. NÚMERO 232, DISCURSO 1.
Testamento, la muerte y resurrección de Jesús son la base de la salvación y la reconciliación de
la humanidad con Dios.
En la Carta a los Hebreos, se presenta a Jesús como el Sumo Sacerdote supremo y perfecto. La
idea del sacerdocio de Jesús se basa en la creencia de que Él es la ofrenda de sacrificio perfecta
para la expiación de los pecados de la humanidad. La carta destaca el papel de Jesús como el
mediador entre Dios y los seres humanos, ofreciendo un sacrificio de una vez para siempre y, por
lo tanto, estableciendo una nueva alianza entre Dios y la humanidad. Además, la carta enfatiza la
importancia de la obediencia y la sumisión de Jesús al Padre en su obra salvífica.
La Carta a los Hebreos presenta a Jesús como el sumo sacerdote acreditado por Dios, y el
comentario de Albert Vanhoye (2003) profundiza en este tema 3(pág. 4). Según Vanhoye, el
sacerdocio de Jesús es único e incomparable, ya que es a la vez sacerdote y víctima. Él mismo es
quien ofrece el sacrificio, su propia vida, por la salvación de la humanidad.
El autor de la carta destaca que el sacerdocio de Jesús es superior al sacerdocio levítico, ya que
Jesús es de la tribu de Judá, no de la tribu de Leví. Además, su sacerdocio es eterno, mientras
que el sacerdocio levítico es temporal y necesita ser renovado continuamente.
Vanhoye también destaca la importancia del papel de Jesús como mediador de una nueva alianza
entre Dios y la humanidad. Jesús no solo ofrece su sacrificio por nosotros, sino que también
intercede por nosotros ante el Padre. Él es nuestro abogado y defensor ante Dios.
3
VANHOYE, A. (2003). EL MENSAJE DE LA CARTA A LOS HEBREOS [PDF]. RECUPERADO DE
HTTPS://MERCABA.ORG/ORARHOY/FOLLETOS%20EVD/019_EL_MENSAJE_DE_LA_CARTA_A_LOS_HEBREOS_-
_ALBERT_VANHOYE.PDF
Sumo sacerdote solidario de los hombres
En la Carta a los Hebreos, se destaca la humanidad de Jesús, quien compartió plenamente nuestra
condición humana, experimentó nuestras tentaciones y sufrimientos, y por lo tanto, puede
compadecerse y ayudar a los que también sufren y están tentados. Como sumo sacerdote, Jesús
se acerca a Dios en nombre de los hombres y se acerca a los hombres en nombre de Dios,
estableciendo una comunión entre Dios y la humanidad.
Además, Jesús ofrece un sacrificio único y perfecto en la cruz, en lugar de los sacrificios
repetidos e imperfectos de los antiguos sacerdotes judíos. Este sacrificio no solo expía los
pecados de la humanidad, sino que también la libera de la esclavitud del pecado y la muerte, y la
reconcilia con Dios.
El pecado como una rebelión contra Dios, tal como lo describe John Henry Newman 5(2002).
Según el autor, el pecado es enemigo mortal del Absolutamente Santo, lo que significa que el
pecado y Dios no pueden estar juntos. La muerte de Dios encarnado nos enseña qué es el pecado
en sí mismo y qué fue lo que se abatió sobre la naturaleza humana de Jesús. En aquel momento,
Jesús renunció a la ayuda que su divinidad podía ofrecerle y abrió los brazos para recibir el
asalto de su enemigo mortal, el pecado. El autor describe cómo Jesús se sintió como un pecador
inmundo y repugnante, por la aguda percepción de la masa de corrupción que se derramaba sobre
él. Todos los pecados del mundo estaban presentes en ese momento, excepto uno: la Virgen
4
Vanhoye, A. (2003). El mensaje de la Carta a los Hebreos [PDF]. Recuperado de
https://mercaba.org/ORARHOY/FOLLETOS%20EVD/019_el_mensaje_de_la_carta_a_los_hebreos_-
_albert_vanhoye.pdf
5
BEATO J. H. NEWMAN, LOS SUFRIMIENTOS ANÍMICOS DE CRISTO EN SU PASIÓN: ID., JESÚS. PÁGINAS
SELECTAS (MONTE CARMELO, BURGOS, 2002).
María, quien no estaba allí para consolar a Jesús en el huerto, pero sí estaba a su lado en la cruz.
El peso del pecado es tan grande que solo Dios puede soportarlo.
Ratzinger destaca que en la angustia de Jesús, vemos el choque frontal entre la luz y las tinieblas,
entre la vida y la muerte, que es el verdadero drama de la decisión que caracteriza a la historia
humana. Jesús, al ser el Hijo de Dios, siente profundamente todo el poder del pecado y de la
muerte y debe acogerlo dentro de sí mismo para que en Él quede superado y privado de poder.
En conclusión, a través de este trabajo hemos explorado diferentes aspectos que muestran cómo
Jesucristo es la salvación de todos. En primer lugar, hemos visto que la vida y enseñanzas de
Jesús en el Nuevo Testamento nos presentan su identidad y misión como el Salvador que vino a
traer la salvación a toda la humanidad. En segundo lugar, hemos visto la importancia de la
muerte y resurrección de Jesús en el cristianismo, y cómo estos eventos tienen un significado
teológico profundo y son fundamentales para la fe cristiana. En tercer lugar, hemos explorado el
papel de Jesús como sumo sacerdote según la Carta a los Hebreos, donde se destaca su
acreditación y solidaridad con los hombres. Por último, hemos visto cómo el pecado y la
redención son temas centrales en la teología cristiana, y cómo la redención es la obra de Cristo
para la salvación de la humanidad.
Es así como terminamos afirmando no solo con fe, sino con fundamentos viables que, Jesucristo
es la salvación de todos porque su vida, muerte y resurrección son la obra redentora de Dios que
nos reconcilia con Él y nos ofrece la posibilidad de vida eterna. En la fe cristiana, Jesucristo es el
camino, la verdad y la vida, y a través de Él podemos experimentar la plenitud de la vida que
Dios tiene preparada para nosotros. Por lo tanto, Jesucristo es la salvación de todos, y en Él
encontramos la esperanza de una vida plena y eterna.
6
RATZINGER, JOSEPH. (2016). JESÚS DE NAZARET. MADRID: BAC, PÁGS. 528-530.