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Estuve Nueve Meses

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Estuve nueve meses

imaginando este encuentro,


lo esperaba para poder abrazarte
y finalmente poder mirarte a los ojos.
Te conozco desde hace solo
unos segundos pero ya te amo
Más que nada en el mundo.
qué bien que se siente el calorcito
de tu piel en contacto con la mía.
Es tan suave y reconfortante
que si pudiera detener el tiempo,
me quedaría así por el resto de mi vida.
A tu lado me siento invencible,
nunca voy a conocer la soledad
porque sé que esta unión
es eterna e indestructible.

Este momento es solo tuyo y mío,


todo lo que nos rodea no existe.
Si tan solo pudiera hablar, diría….
Estuve nueve meses
imaginando este encuentro,
lo esperaba para poder abrazarte
y finalmente poder mirarte a los ojos.
Te conozco desde hace solo
unos segundos pero ya te amo
Más que nada en el mundo.
qué bien que se siente el calorcito
de tu piel en contacto con la mía.
Es tan suave y reconfortante
que si pudiera detener el tiempo,
me quedaría así por el resto de mi vida.
A tu lado me siento invencible,
nunca voy a conocer la soledad
porque sé que esta unión
es eterna e indestructible.

Este momento es solo tuyo y mío,


todo lo que nos rodea no existe.
Si tan solo pudiera hablar, diría….
Ella habla con
sabiduría

Ella habla con sabiduría, y fiel instrucción


en su lengua. Está atenta a la marcha de
su hogar y no come el pan de balde. Sus
hijos se levantan y la llaman
bienaventuradas; también su esposo, y él
la alaba: “Muchas mujeres hacen las cosas
nobles, pero tú las superas a todas”.
Engañosa es la gracia, y vana la
hermosura; pero una mujer que teme al
Señor es digna de alabanza. Darle la
recompensa que se ha ganado, y lograr que
sus obras la alaben en las puertas de la
ciudad. (Proverbios 31: 9b-31)
“EL ODIO, ENVIDIA,
Y SOBERBIA
ENSUCIAN LA VIDA.
NO DEBEMOS
TENER MIEDO DE
LA BONDAD NI DE
LA TERNURA”
SOY TU MADRE
Mamá. Es la primera palabra que aprenden los niños. Los niños crecen
seguros cuando han logrado estrechar una relación con su madre. No
importa que no la vean, saben que está ahí y por eso no tienen miedo.

¿Quién es esta Mujer? Juan Pablo II la invocaba: «totus tuus ego sum et
omnia mea tua sunt». Y la tenía en su escudo y en su corazón.

¿Quién es esta Mujer? Se le apareció a una niñita en una cueva y le dijo:


«Yo soy la Inmaculada Concepción». ¿Quién es esta Mujer? Miguel Ángel
la esculpió en mármol de Carrara.

¿Quién es esta Mujer? París puso su nombre a su catedral.


¿Quién es esta Mujer? Éfeso le dio el título más grande que jamás ha
recibido alguna mujer.
¿Quién es esta Mujer? En torno a Ella la Iglesia primitiva perseveraba
unida en la oración.
¿Quién es esta Mujer? El ángel le dijo: «no temas».
Mujer, tú que escuchaste del ángel del Señor: «no temas», dinos: ¿es
verdad? ¿Es verdad que no hay que tener miedo? Mira el mundo... Mira la
Iglesia... Mira mi vida... Mira mi pecado... ¿Es verdad, Mujer? ¿Es verdad
que no hemos de temer?

Dinos, Mujer, ¿qué le dijiste a san Juan Diego en el Tepeyac? ¿Qué le


dijiste al joven Karol Wojtyla que después, siendo Papa, tantas veces nos
repitió «no tengáis miedo»? Respóndenos, Mujer, dinos algo... ¿quién eres?
No temas esta enfermedad, ni ninguna otra enfermedad, ni cosa difícil o
aflictiva. ¿No estoy yo aquí que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra y
resguardo? ¿No soy yo la fuente de tu alegría? ¿No estás en el hueco de mi
manto, en el cruce de mis brazos? ¿Tienes necesidad de alguna otra cosa?

Si es así, si eres mi Madre, si estás aquí... no temo, María. En medio de la


oscuridad, en medio del desierto no temo, María, y porque tú estás
conmigo. Estoy a punto de comenzar una misión y no sé lo que me
espera, pero no temo porque tú estás conmigo. En unos meses pueden
pasar ' muchas cosas pero no temo porque tú estás conmigo.

Tengo una responsabilidad muy grande sobre mis hombros, no sé si


puedo, pero no temo porque tú estás conmigo. Entonces, mi última
palabra en la hora de mi muerte será la misma que la primera que
pronuncié de niño... «Mamá».
DICHOSOS LOS QUE SABEN VIVIR
Nuestra vida muchas veces va perdiendo el brillo. Los acontecimientos,
las circunstancias, más que ayudarnos a crecer, en vez de ser
oportunidades de maduración para nuestra persona, nos limitan, nos
hacen sufrir y por lo tanto los rechazamos.

Toma la vida con filosofía, aprende de ella y sácale el jugo, exprime de


forma positiva todo lo que Dios permite y así serás una persona feliz y
dichosa.

DICHOSOS los que sa ben reírse de sí mismos, porque no terminarán


nunca de divertirse.

DICHOSOS los que saben distinguir una montaña de una piedra, porque
se evitarán muchos inconvenientes.

DICHOSOS los que saben descansar y dormir sin buscarse excusas:


llegarán a ser sabios.

DICHOSOS los que saben escuchar y callar: aprenderán cosas nuevas.

DICHOSOS los que son suficientemente inteligentes como para no


tomarse en serio: serán apreciados por sus vecinos.

DICHOSOS los que están atentos a las exigencias de los demás, sin
sentirse indispensables: serán fuente de alegría.

DICHOSOS ustedes cuando sepan mirar seriamente a las cosas pequeñas


y tranquilamente a las cosas importantes: llegarán lejos en esta vida.

DICHOSOS ustedes cuando sepan apreciar una sonrisa y olvidar un


desaire: vuestro camino estará lleno de sol.

DICHOSOS ustedes cuando sepan interpretar con benevolencia las


actitudes de los demás, aún contra las apariencias: serán tomados por
ingenuos, pero es el precio justo de la caridad.

DICHOSOS los que piensan antes de actuar y rezan antes de pensar:


evitarán muchas tonterías.

DICHOSOS ustedes sobre todo cuando sepan reconocer al Señor en todo


los que se encuentran: habrán logrado la verdadera luz y sabiduría.
EL AMOR ES MÁS GRANDE
El amor de Cristo es más grande. Esto es lo que afirmarían
más fuertemente los grandes pecadores perdonados,
convertidos.

San Pedro negó a Cristo públicamente tres veces, y fue


perdonado. ¡Qué poca penitencia le exigieron: tres veces “Tú
sabes que te quiero”!

Agustín cometió muchos y gravísimos pecados, y está


perdonado; es un gran santo.

María Magdalena fue una pecadora pública, una


prostituta...y, con el amor mismo con que pecó, purificado,
se convirtió en una gran santa.

Judas tenía perdón. Cristo le perdonó, pero Judas no quiso


confiar. -“He entregado sangre inocente”. “Demasiado pecado
- pensó-, pecado que no tiene perdón”. Pero se equivocaba.
Sí tenía perdón.

Te equivocas cuando crees que tú tampoco tienes perdón,


porque algún pecado tuyo ha superado con mucho la
medida. Tienes solamente que pedir, con humildad, perdón.

El amor de Cristo ha superado todas las marcas; la


misericordia de Cristo no tiene orillas ni fronteras; es mayor,
infinitamente mayor que todos los pecados que has cometido
y que "puedas cometer en el futuro.

Si desconfías, te equivocas, como se equivocó Judas. Si


confías, aciertas, como ese innumerable ejército de
pecadores convertidos.
AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
Señor: Tú que todo lo puedes,
Aminora mis necesidades,
Guíame por buen camino,
Reconforta mi espíritu,
Alivia mis sufrimientos,
Dadme fe y resignación,
Orienta mis pasos hacia ti.

Cuando me encuentro triste,


O creo que estoy vencido,
Recurro fervorosamente
A Cristo Todopoderoso,
Zafio es el que no cree
O duda de su poder;
Nadie socorre como Él.

Dios es la única verdad;


Es remedio omnipotente.

Jesucristo, amigo infalible,


Egrerio guía del mundo,
Sagrado Corazón de Jesús,
Única luz de esperanza,
Salvadme del infortunio.
LAS ALEGRÍAS QUEDAN
Hay un lugar en el cual las alegrías quedan. Hay
un lugar donde aquellos días de oro, esos
instantes preciosos, viven una y otra vez.

Nadie puede decirte cómo llegar a ese lugar. Sin


embargo tú sabes exactamente dónde está y
cuándo estás allí.

Estando en ese lugar sabes que las alegrías


existen más allá de toda circunstancia, y que son
resistentes a cualquier tipo de daño o
declinación. No sólo crees o esperas que así sea,
lo sabes.

Los instantes fugaces, las cosas superficiales del


mundo van a ir y venir. Y mientras tanto las
alegrías seguirán siempre contigo, en algún
lugar.

No dediques tu energía al enojo, a la frustración,


ni a disputas mezquinas o placeres vacíos,
porque todos ellos se desvanecerán muy
rápidamente. Pon tu energía en las alegrías,
porque ellas perdurarán.

En tu corazón sabes lo que son y de dónde


vienen. Y en tu corazón, las alegrías vivirán por
siempre.
LA FAMILIA
La familia, “patrimonio de la humanidad”, constituye uno de los
tesoros más importantes de los pueblos latinoamericanos. Ella
ha sido y es escuela de fe, palestra de valores humanos y cívicos,
hogar en que la vida humana nace y se acoge generosa y
responsablemente.

Sin embargo, en la actualidad sufre situaciones adversas


provocadas por el secularismo y el relativismo ético, por los
diversos flujos migratorios internos y externos, por la pobreza,
por la inestabilidad social y por legislaciones civiles contrarias al
matrimonio que, al favorecer los anticonceptivos y el aborto,
amenazan el futuro de los pueblos.

En algunas familias de América Latina persiste aún por


desgracia una mentalidad machista, ignorando la novedad del
cristianismo que reconoce y proclama la igual dignidad y
responsabilidad de la mujer respecto al hombre.

La familia es insustituible para la serenidad personal y para la


educación de los hijos. Las madres que quieran dedicarse
plenamente a la educación de sus hijos y al servicio de la familia
han de gozar de las condiciones necesarias para poderlo hacer, y
para ello tienen derecho a contar con el apoyo del Estado. En
efecto, el papel de la madre es fundamental para el futuro de la
sociedad.

El padre, por su parte, tiene el deber de ser verdaderamente


padre, que ejerce su indispensable responsabilidad y
colaboración en la educación de sus hijos. Los hijos, para su
crecimiento integral, tienen derecho de poder contar con el
padre y la madre, para que cuiden de ellos y los acompañen
hacia la plenitud de su vida.

Es necesaria, pues, una pastoral familiar intensa y vigorosa. Es


indispensable también promover políticas familiares auténticas
que respondan a los derechos de la familia como sujeto social
imprescindible. La familia forma parte del bien de los pueblos y
de la humanidad entera.
ACUERDATE DE LO BUENO
Cuando el cielo esté gris,
acuérdate cuando lo viste profundamente azul.
Cuando sientas frío,
piensa en un sol radiante que ya te ha calentado.
Cuando sufras una temporal derrota,
acuérdate de tus triunfos y de tus logros.
Cuando necesites amor,
revive tus experiencias de afecto y ternura.
Acuérdate de lo que has vivido y de lo que has dado con alegría.
Recuerda los regalos que te han hecho, los abrazos y besos que
te han dado, los paisajes que has disfrutado y las risas que de ti
han brotado.
Si esto has tenido, lo puedes volver a tener y lo que has logrado,
lo puedes volver a ganar.
Alégrate por lo bueno que tienes y por lo bueno de los demás,
acéptalos tal cual son; desecha los recuerdos tristes y dolorosos,
y sobre todo no tengas ningún rencor, no te lastimes más.
Piensa en lo bueno, en lo amable, en lo bello y en la verdad.
Recorre tu vida y detente en donde haya bellos recuerdos y
emociones sanas y vívelas otra vez.
Visualiza aquel atardecer que te emocionó.
Revive esa caricia espontánea que se te dio.
Disfruta nuevamente de la paz que ya has conocido,
piensa y vive el bien.
Allí en tu mente están guardadas todas las imágenes;
¡Y sólo tú decides cuáles has de volver a mirar!
No hay carga que se nos dé y no tengamos la capacidad de
llevar.
Busca siempre vivir el presente aprendiendo del pasado,
y no cargues con situaciones y problemas que ya han pasado.
Piensa en esto:
¿Cuál era tu mayor problema hace 10 años? Probablemente
ahora sea nada. Ahora, si dentro de 10 años tus problemas
actuales no van a ser nada-…. ¿por qué vivir triste por ellos?.

Madre Teresa de Calcuta.

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