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Confi 2 de 23 Niños

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PARROQUIA “NTRA SRA DEL ROSARIO” --ABRA—PAMPA--

FICHA DE ENCUENTRO
CATEQUESIS FAMILIAR
NIÑOS N° 2
1° AÑO CONFIRMACION-2023-

TEMA: “SEMANA SANTA”

Vivir la semana santa como un tiempo de gracia que el Señor nos dona para
abrir las puertas de nuestro corazón, de nuestra vida y disponernos en los
encuentros de la catequesis en familia.

ORACION: DELANTE DE LA BIBLIA ABIERTA Y DEL CIRIO ENCENDIDO, REPRESENTA LA LUZ DE CRISTO Y NUESTRA FE,
TOMADOS DE LA MANO REZAMOS UNA ORACION O BIEN HACEMOS UN CANTO: “DEJAME NACER DE NUEVO”. SE
ADJUNTA AL FINAL.

HECHO DE VIDA: Leemos el siguiente relato (se adjunta al final) O SI LO PREFIEREN PUEDEN BUSCAR UN VIDEO
RELACIONADO A LA PASION Y MUERTE DE JESÚS.

Así ocurrió la pasión y muerte de Jesús


La actividad pública de Jesús resulto polémica. Al principio tuvo muchos seguidores, pero poco
a poco empezaron a aparecer reacciones en contra:
 A los fariseos y doctores de la ley no les gustaba la
interpretación que Jesús hacía de las leyes judías,
especialmente de la ley del sábado. También que
perdonara los pecados sin exigir el cumplimiento de lo
establecido para ello en la ley.
 Otras personas se sintieron decepcionadas porque
esperaban milagros y Jesús, en cambio, les pedía la
conversión de corazón.
 Sus mismos discípulos no le comprendían de todo: Pedro no aceptaba que el Mesías
tuviera que morir ejecutado; Judas lo traicionó.
 Las autoridades judías que formaban el sanedrín veían en Jesús un peligro para sus
instituciones, especialmente por sus ataques al templo de Jerusalén.
Todo esto fue creando un clima en contra de Jesús, que se hizo más
tenso con su llegada a Jerusalén para celebrar la fiesta de la pascua.
Fue entonces cuando el sanedrín decidió acabar con él.
Jesús conocía las reacciones que provocaba su actividad y preveía
que podían matarlo. Varias veces se lo anuncio a sus discípulos. Sin
embargo, no cambio su mensaje ni sus obras. Al contrario, consideraba que la muerte formaba
parte de la misión que había recibido del Padre.
Jesús dio sentido a la muerte que se le venía encima, porque para él era una forma de dar vida a
otros, la manera de que su tarea diese fruto. Decía que si el grano de trigo no se entierra y se
pudre, no sale la espiga, no da fruto.
Cuando Jesús anunciaba su muerte, hablaba también de la resurrección, porque sabía que el
Padre no dejaría que todo acabase en la muerte. Eso hubiera sido dar la razón a los que querían
matarlo.
Jesús subió a Jerusalén para celebrar la fiesta de la pascua con sus discípulos. El rito judío de la
pascua incluía una cena familiar en la que se pronunciaban
unas oraciones.
Jesús aprovecha este contexto para realizar un signo de gran
trascendencia. Teniendo cercana su muerte, bendijo y repartió
entre los comensales el pan y el vino diciendo que ese pan y
ese vino eran su cuerpo y su sangre. Y, al igual que ahora se
los daba para que comiesen y bebiesen, él iba a entregar su
cuerpo y su sangre para que fuesen alimento y salvación de todos los hombres.
Esta entrega inauguraba una nueva alianza, una relación nueva entre Dios y los hombres, mucho
más perfecta y más plena que la realizada entre Dios y el pueblo de Israel. Los discípulos
deberían repetir, en adelante, este signo de bendecir y repartir el pan y el vino. De esa manera,
Jesús estaría realmente presente entre ellos entregándoles su vida. Así, los efectos salvadores de
su muerte se prolongarían a lo largo de toda la historia. Con este gesto sencillo, pero lleno de
contenido, nace la Eucaristía.
Terminada la cena, el grupo salió a las afueras de Jerusalén. Jesús se puso a rezar. Fue una
oración llena de sufrimiento porque veía lo que le esperaba. Sin embargo, acepto la voluntad del
Padre como siempre había hecho. Mientras tanto, los discípulos dormían, y cuando Jesús fue
arrestado todos huyeron.
Jesús fue conducido ante la máxima autoridad religiosa del pueblo:
el sanedrín, presidido por el sumo sacerdote. Allí las acusaciones
fueron de tipo religioso: se le acusaba de haber hablado en contra
del templo. Pero lo que decidió su condena a muerte fue que Jesús
dijese públicamente ser el Mesías enviado por Dios. A los ojos de
todos estaba blasfemado y, según la ley judía, la blasfemia se
condenaba con la muerte.
Luego, las autoridades judías, llevaron a Jesús ante poncio Pilato, el gobernador romano, por
dos motivos:
 Preferían que fuese la autoridad romana, y no ellos, quien apareciese ante el pueblo como
responsable de la muerte de Jesús.
 Era una forma de estar a buenas con los romanos, puesto que entregándoles a Jesús
hacían ver que reconocían su autoridad política.
El juicio ante Pilato es distinto del realizado ante el sanedrín. Se acusa a Jesús de proclamarse
rey de los judíos. Es una acusación de tipo político, ya que le hacía aparecer ante los romanos
como un agitador que ponía en peligro el orden político.
Pilato lo condeno a morir crucificado, que era la ejecución reservada a los criminales peligrosos
y a los miembros de las clases sociales inferiores.
Tanto en un juicio como en otro, a Jesús se le condena en nombre de la ley y el orden.
Jesús fue sometido a las torturas habituales en estos casos:
azotes, palizas, burlas, etc. Fue crucificado fuera de las
murallas de Jerusalén junto con otros dos. A los ojos de sus
enemigos, y también de muchos de sus seguidores, aparecía
como un fracasado.
Jesús, antes de morir, hizo algo importante: entrego a María como madre
al discípulo amado, y a este como hijo a María. Desde entonces, María se
convirtió en madre de todos los discípulos de Jesús.
La fidelidad de Jesús al cumplimiento dela voluntad del padre convierte
su muerte en un acontecimiento salvífico para toda la humanidad.

Cuestionario:

¿Qué es la cuaresma?

¿Qué significa SEMANA SANTA?

¿Cuándo comienza?

Reflexión: Los católicos celebramos en estos días la cuaresma y la semana santa, recordando la pasión y muerte de
Jesús, lo más importante en estos días de cuaresma es que te CONVIERTAS.

Convertirse es “cambiar”, luchar por quitarse lo malo, lo que ofende a Dios. Es también tratar de ser cada día mejor en
todo lo que haces.

La cuaresma empieza el MIÉRCOLES DE CENIZAS; este día vamos a la iglesia para que el padre nos haga con ceniza una
cruz en la frente y diga “conviértete y cree en el Evangelio”

En la cuaresma recordamos los 40 días que Jesús paso en el desierto rezando y sin comer para prepararse antes de salir
a predicar. Al finalizar la cuaresma los católicos celebramos la semana santa, en la que recordamos la pasión, muerte y
resurrección de Jesús.

La semana santa es el momento litúrgico más intenso de todo el año. Sin embargo, para muchos católicos se ha
convertido solo en una ocasión de descanso y diversión. Se olvidan de lo esencial: esta semana la debemos dedicar a la
oración y la reflexión en los misterios de la pasión y muerte de Jesús para aprovechar todas las gracias que esto nos trae.
Para vivir la Semana Santa, debemos darle a Dios el primer lugar y participar en toda la riqueza de las celebraciones
propias de este tiempo litúrgico. Acompañar a Jesús con nuestra oración, ayuno, sacrificio, arrepentimiento, confesión,
etc. Esta semana comienza con el domingo de ramos y termina con el domingo de pascuas.

Domingo de ramos

Celebramos la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, donde se produjo su Pasión, Muerte y


Resurrección.

La Semana Santa comienza con el Domingo de Ramos o domingo de la Pasión de nuestro Señor
Jesucristo.

La celebración presenta una primera parte de aclamación por parte del pueblo hacia Jesús como
Rey.

La liturgia consta, entonces, de tres partes:

 Bendición de Ramos.
 Procesión en honor de Cristo Rey
 Misa, con la lectura de la Pasión.

La pasión y muerte de Jesús adquieren pleno sentido en la resurrección.

La iglesia celebra este Misterio Pascual en cada Misa: la liturgia de la Eucaristía, que sigue a la liturgia de la palabra, es la
acción por excelencia del amor de Dios.

La comunión nos permite unirnos en serio con cristo resucitado, con cristo viviente.

Porque en el “hoy” de nuestras vidas podemos disfrutar la presencia de Cristo que venció la muerte.

El olivo es un árbol típico de la región donde vivió Jesús y aparece muchas veces en la Biblia como signo de paz y de
amistad de Dios con el hombre.

Llevamos en las manos los ramos como signo de PAZ y ESPERANZA que queremos contagiar a todos los hombres.

Siguiendo a Jesús y “pasando” nuestra propia pasión y muerte, viviremos nuestra resurrección definitiva junto a Dios.

Luego llevamos los ramos bendecidos a casa como signo de la bendición de Dios (su protección y ayuda) y los colocamos
en el crucifijo o en un cuadro religioso.

El olivo bendito nos ayuda a recordar que, como la gente de su tiempo, hemos seguido y “vitoreado” a Cristo y nos
anima a seguirlo con amor todo el año.

Jueves santo

Este día conmemoramos:

 La Institución De La Eucaristía: Jesús nos entrega su cuerpo y su sangre como comida y


bebida, como signo de fraternidad y encuentro cotidiano. Al recibir la Eucaristía
entramos en intima comunión con Jesús y los hermanos.
 El Mandamiento Del Amor: Jesús nos enseña a obrar como EL en el gesto de lavarles los pies a sus discípulos y
nos pide: “hagan lo mismo entre ustedes”. En este gesto Jesús nos invita a amarnos como EL nos amó, a abrirnos
con humildad al servicio fraterno sin reservas. Jesús nos entregó el mandamiento del amor como señal para que
todos los hombres nos reconocieran como sus discípulos. ¡Qué bueno sería cultivar a lo largo de todo este año
especiales actitudes de amor hacia el prójimo!
 La Institución Del Sacerdocio: Jesús nos regala a aquellos que partirán el pan en lugar suyo, que lo harán
presente en cada Misa, que serán nuestros servidores. Recemos por nuestros sacerdotes. Sin sacerdotes la
Eucaristía no sería posible, nadie puede sustituirlos. Son ellos quienes han sido consagrados para “prestar voz,
gestos e intención” a Jesucristo que parte el pan para su comunidad creyente en cada Misa. Así lo quiso Jesús
cuando les dijo a sus amigos en la Última Cena: “Hagan esto en conmemoración mía…”

Viernes Santo

Es el único día del año en el cual los católicos no celebramos la Eucaristía.

Conmemoramos la Pasión y la muerte de nuestro Señor Jesucristo y la Iglesia nos invita a subir al Calvario para
experimentar la misericordia, el amor y la ternura de Dios.

El relato dela Pasión nos muestra qué inmenso es el amor de Dios en la persona de Jesús.

La oración universal que la Iglesia – Pueblo de Dios, a través de diez intenciones, reza para que la salvación de Jesús
llegue a todo el mundo.

La adoración de la cruz es una profesión de fe: al besar la cruz, adherimos y nos comprometemos con Cristo.

En la Acción Litúrgica (que no es una misa), el Señor se hace presente actualizando su misterio pascual.

La cruz es la victoria del amor y la esperanza de la resurrección.

Este día no hay celebración eucarística. Se distribuye a los fieles la comunión reservada del día anterior durante la
celebración de la Pasión, con excepción de los enfermos que pueden recibirla cualquier hora del día.

Usamos el color rojo del mártir que da su vida por salvarnos a todos, no el morado ya que la Cuaresma terminó ayer
(jueves santo).

No hay flores, música ni grandes luces.

La celebración, que comienza y termina en silencio nos invita a orar y contemplar la Pasión y muerte de Jesús.

El Viernes Santo celebramos la Pasión y muerte de Jesús por medio de la Palabra, por la Adoración a Dios mediante el
misterio de la cruz, la que besamos como adhesión y compromiso con Cristo, y la Comunión Eucarística en que la Iglesia
reza para que Su Salvación llegue a todo el mundo.

Rezamos también el Vía Crucis. Peregrinamos, con devoción, siguiendo las estaciones del vía crucis (que significa camino
de la cruz), de este modo nos unimos al dolor y la Pasión de Cristo.

El altar es despojado y sólo queda la Cruz expuesta para inspirar nuestra oración.

Sábado Santo

Hoy es un día de silencio para meditar, rezar, contemplar y esperar.

Durante este día la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando su pasión y muerte, su descenso a los
infiernos y esperando su resurrección hasta que comienza la Vigilia Pascual.

Como Iglesia nos preparamos para que Dios “pase”.

La iglesia congrega a sus hijos para permanecer en vela en honor del Señor durante la noche del sábado al domingo.

La Vigilia Pascual, que es la celebración más importante de todo el año, se desarrolla en cuatro partes: Liturgia de la Luz,
Liturgia de la Palabra, Liturgia Bautismal y Liturgia Eucarística.

 Liturgia de la Luz:

El FUEGO: el sacerdote bendice el fuego que se presenta como LUZ, CALOR, FUERZA y VIDA y es símbolo de un AMOR
INTENSO.
CIRIO PASCUAL: con la llama de ese fuego enciende el CIRIO PASCUAL que representa a Cristo resucitado vencedor de
las tinieblas y la muerte. Marca sobre ÉL una cruz, en su extremo superior la letra griega “alfa” y en el inferior la letra
“omega”, (principio y fin), en los cuatro extremos se graban los números que indican el año en curso y también hay
costumbre de colocar cinco granos de incienso en la cruz en honor de las cinco llagas de Jesús.

El CIRIO PASCUAL encendido con la llama del fuego nuevo entra procesionalmente en el templo que está a oscuras. Una
vez colocado el Cirio en el candelabro correspondiente un ministro canta el ANUNCIO PASCUAL.

 Liturgia de la Palabra:

La PALABRA: estamos invitados a recuperar el oído del corazón para que la Palabra de Dios resuene de una manera
nueva y para eso hace falta estar preparados.

Nos alimentamos con el Pan de la Palabra que nos hace descubrir en esta noche cómo la historia se renueva, la fe se
reasume y el Bautismo aparece como la gran marca de la identidad cristiana.

 Liturgia Bautismal:

El AGUA: se convierte en el gran signo de la vida nueva, la vida de Cristo resucitado.

RITO BAUTISMAL: Rezar comunitariamente, con las Letanías de los Santos. Bendecir el agua bautismal. Renovar las
promesas bautismales.

 Liturgia Eucarística:

Nos alimentamos con el Pan de la Eucaristía que cierra plenamente todo lo vivido y celebrado desde la noche del Jueves
Santo.

En la comunión, Dios con toda su fuerza, ingresa en la interioridad del creyente y es esta la manera culminante de que el
creyente resucite con Cristo.

Hagamos vida lo que cantamos en la Vigilia Pascual: llevo mi luz por la ciudad ¡Yo la haré brillar!

Domingo de pascuas

En la misa se realiza la bendición y envío de los distintos grupos de nuestra parroquia para que realicen su misión de
anunciar a Cristo resucitado a los niños y jóvenes que se acercan a prepararse para recibir los sacramentos.

De alguna manera todos somos enviados desde la eucaristía para cumplir nuestra misión.

Se trata de renovar y fortalecer el compromiso enunciado del Domingo de Ramos… de no


olvidarnos que, si Jesús resucito, no lo hizo solo por mí sino por todos.

Es necesario que el Señor resucite en mí y en toda la comunidad cristiana.

Yo también tengo parte de responsabilidad por lo que ocurre en el mundo, especialmente a mí


alrededor.

Reconociendo lo que no está bien en mi me pregunto qué tengo que hacer para mejorar: en la catequesis, en lo
personal, familiar, laboral… en mi comunidad.

La celebración pascual nos envía a cumplir una misión…

Cada Misa, cada celebración eucarística actualiza este envío y con el mi compromiso.

Dentro de la iglesia hay distintos “ministerios” todos ellos muy importantes para que pueda lograrse su misión
evangelizadora; en ellos cada uno pone sus dones al servicio de los demás: la liturgia, la catequesis, las obras de caridad
en favor de los más necesitados.
Hay distintas formas de participar de la vida y misión de la iglesia en nuestra parroquia.

Todos estamos llamados a compartir nuestros dones, nuestro tiempo y talentos ya sea por medio de nuestro servicio
voluntario, de nuestra contribución material…

Seamos generosos y demos gratuitamente de la abundancia que hemos recibido gratuitamente del amor de Dios,
nuestro Padre.

¡Cristo ha resucitado! Nosotros somos sus testigos.

ACTIVIDAD: CADA CATEQUISTA DEBERA REALIZAR EL SIGUIENTE DIBUJO GRANDE Y CON LA AYUDA DE LOS NIÑOS,
RECORDANDO LO QUE VIVIERON EN ESTA SEMANA SANTA EN FAMILIA, PEGAMOS LOS DIBUJOS MAS PEQUEÑOS. CADA
VELITA HACE REFERENCIA A UN DIA IMPORTANTISIMO PARA EL CATOLICO.

UNA VEZ TERMINADA LA CHARLA; REPARTIMOS EL DIBUJO PARA QUE ELLOS LO COLOREEN Y PEGUEN EN SUS
CUADERNOS.

COMPROMISO: ¿QUE PODEMOS HACER?

DE TODO LO QUE HE ESCUCHADO ESCRIBO MI COMPROMISO PARA ESTE AÑO EN LA CATEQUESIS Y LO COMPARTIMOS /
PEGAMOS EN EL DIBUJO QUE PRESENTO LA CATEQUISTA.
Así ocurrió la pasión y muerte de Jesús
La actividad pública de Jesús resulto polémica. Al principio tuvo muchos seguidores, pero poco
a poco empezaron a aparecer reacciones en contra:
 A los fariseos y doctores de la ley no les gustaba la
interpretación que Jesús hacía de las leyes judías,
especialmente de la ley del sábado. También que
perdonara los pecados sin exigir el cumplimiento de lo
establecido para ello en la ley.
 Otras personas se sintieron decepcionadas porque
esperaban milagros y Jesús, en cambio, les pedía la
conversión de corazón.
 Sus mismos discípulos no le comprendían de todo: Pedro no aceptaba que el Mesías
tuviera que morir ejecutado; Judas lo traicionó.
 Las autoridades judías que formaban el sanedrín veían en Jesús un peligro para sus
instituciones, especialmente por sus ataques al templo de Jerusalén.
Todo esto fue creando un clima en contra de Jesús, que se hizo más
tenso con su llegada a Jerusalén para celebrar la fiesta de la pascua.
Fue entonces cuando el sanedrín decidió acabar con él.
Jesús conocía las reacciones que provocaba su actividad y preveía
que podían matarlo. Varias veces se lo anuncio a sus discípulos. Sin
embargo, no cambio su mensaje ni sus obras. Al contrario, consideraba que la muerte formaba
parte de la misión que había recibido del Padre.
Jesús dio sentido a la muerte que se le venía encima, porque para él era una forma de dar vida a
otros, la manera de que su tarea diese fruto. Decía que si el grano de trigo no se entierra y se
pudre, no sale la espiga, no da fruto.
Cuando Jesús anunciaba su muerte, hablaba también de la resurrección, porque sabía que el
Padre no dejaría que todo acabase en la muerte. Eso hubiera sido dar la razón a los que querían
matarlo.
Jesús subió a Jerusalén para celebrar la fiesta de la pascua con sus discípulos. El rito judío de la
pascua incluía una cena familiar en la que se pronunciaban
unas oraciones.
Jesús aprovecha este contexto para realizar un signo de gran
trascendencia. Teniendo cercana su muerte, bendijo y repartió
entre los comensales el pan y el vino diciendo que ese pan y
ese vino eran su cuerpo y su sangre. Y, al igual que ahora se
los daba para que comiesen y bebiesen, él iba a entregar su
cuerpo y su sangre para que fuesen alimento y salvación de todos los hombres.
Esta entrega inauguraba una nueva alianza, una relación nueva entre Dios y los hombres, mucho
más perfecta y más plena que la realizada entre Dios y el pueblo de Israel. Los discípulos
deberían repetir, en adelante, este signo de bendecir y repartir el pan y el vino. De esa manera,
Jesús estaría realmente presente entre ellos entregándoles su vida. Así, los efectos salvadores de
su muerte se prolongarían a lo largo de toda la historia. Con este gesto sencillo, pero lleno de
contenido, nace la Eucaristía.
Terminada la cena, el grupo salió a las afueras de Jerusalén. Jesús se puso a rezar. Fue una
oración llena de sufrimiento porque veía lo que le esperaba. Sin embargo, acepto la voluntad del
Padre como siempre había hecho. Mientras tanto, los discípulos dormían, y cuando Jesús fue
arrestado todos huyeron.
Jesús fue conducido ante la máxima autoridad religiosa del pueblo:
el sanedrín, presidido por el sumo sacerdote. Allí las acusaciones
fueron de tipo religioso: se le acusaba de haber hablado en contra
del templo. Pero lo que decidió su condena a muerte fue que Jesús
dijese públicamente ser el Mesías enviado por Dios. A los ojos de
todos estaba blasfemado y, según la ley judía, la blasfemia se
condenaba con la muerte.
Luego, las autoridades judías, llevaron a Jesús ante poncio Pilato, el gobernador romano, por
dos motivos:
 Preferían que fuese la autoridad romana, y no ellos, quien apareciese ante el pueblo como
responsable de la muerte de Jesús.
 Era una forma de estar a buenas con los romanos, puesto que entregándoles a Jesús
hacían ver que reconocían su autoridad política.
El juicio ante Pilato es distinto del realizado ante el sanedrín. Se acusa a Jesús de proclamarse
rey de los judíos. Es una acusación de tipo político, ya que le hacía aparecer ante los romanos
como un agitador que ponía en peligro el orden político.
Pilato lo condeno a morir crucificado, que era la ejecución reservada a los criminales peligrosos
y a los miembros de las clases sociales inferiores.
Tanto en un juicio como en otro, a Jesús se le condena en nombre de la ley y el orden.
Jesús fue sometido a las torturas habituales en estos casos:
azotes, palizas, burlas, etc. Fue crucificado fuera de las
murallas de Jerusalén junto con otros dos. A los ojos de sus
enemigos, y también de muchos de sus seguidores, aparecía
como un fracasado.
Jesús, antes de morir, hizo algo importante: entrego a María como madre
al discípulo amado, y a este como hijo a María. Desde entonces, María se
convirtió en madre de todos los discípulos de Jesús.
La fidelidad de Jesús al cumplimiento dela voluntad del padre convierte
su muerte en un acontecimiento salvífico para toda la humanidad.

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