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¿Qué Es La Ecología Humana?: Social Humano y El Resto Del Ecosistema. El Sistema Social Incluye Todo Acerca de

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¿Qué es la Ecología Humana?

La ecología es la ciencia de las relaciones entre los seres vivos y su medio


ambiente. La ecología humana trata de las relaciones entre las personas y el
medio ambiente. El medio ambiente, en la ecología humana se percibe como
un ecosistema. Un ecosistema es todo lo que existe en un área determinada – el
aire, el suelo, el agua, los organismos vivos y las estructuras físicas, incluyendo
todo lo construido por el ser humano. Las porciones vivas de un ecosistema – los
microorganismos, las plantas y los animales (incluyendo a los seres humanos) –
son su comunidad biológica.

Los ecosistemas pueden ser de cualquier tamaño. Un pequeño estanque en un


bosque es un ecosistema, y el bosque entero es un ecosistema. Una granja es un
ecosistema, y un paisaje rural es un ecosistema. Las villas, los pueblos y las
grandes ciudades son ecosistemas. Una región de miles de kilómetros cuadrados
es un ecosistema, y el planeta Tierra es un ecosistema.

Aunque los seres humanos son parte del ecosistema, es útil pensar en la
interacción de los seres humanos y el ecosistema como la interacción del sistema
social humano y el resto del ecosistema. El sistema social incluye todo acerca de
las personas, su población y la psicología y organización social que moldean su
comportamiento. El sistema social es un concepto central en la ecología humana
porque las actividades humanas que ejercen algún impacto sobre los ecosistemas
están fuertemente influenciadas por la sociedad en que viven las personas. Los
valores y conocimientos – que constituyen juntos nuestra cosmovisión como
individuos y como sociedad – determinan la manera en que procesamos e
interpretamos la información y cómo la traducimos en acción. La tecnología define
nuestro repertorio de acciones posibles. Estas posibilidades son limitadas por la
organización social, y las instituciones sociales que especifican conductas
socialmente aceptables, transformándolas en acciones reales. Al igual que los
ecosistemas, los sistemas sociales pueden tener cualquier escala – desde una
familia hasta la totalidad de la población humana en el planeta.
El

ecosistema proporciona servicios al sistema social transportando materia, energía


e información hacia el sistema social, para satisfacer las necesidades de las
personas. Estos servicios ambientales incluyen el agua, combustibles,
alimentos, materiales para confeccionar vestimentas, materiales de construcción, y
oportunidades de recreo. Los movimientos de materia son evidentes; los de
energía e información no lo son tanto. Cada objeto material contiene energía, cosa
que resulta más conspicua en el caso de alimentos y combustibles, y cada objeto
contiene información en la manera en que está estructurado u organizado. La
información puede moverse de los ecosistemas a los sistemas sociales,
independientemente de la materia. La detección de una presa por un cazador, la
observación que un agricultor hace de su parcela, la evaluación del tráfico que
hace el habitante de una ciudad cuando cruza una calle, y un refrescante paseo
por el bosque, son transferencias de información del ecosistema al sistema social.

La materia, energía e información se mueven del sistema social al ecosistema


como consecuencia de las actividades humanas que ejercen algún impacto sobre
el ecosistema:

 Las personas afectan al ecosistema cuando utilizan recursos como agua,


peces, madera, y tierras de pastoreo.
 Después de utilizar los materiales de los ecosistemas, las personas los
devuelven como desechos.
 Las personas modifican o reorganizan intencionalmente los ecosistemas
existentes, o los crean nuevos, para satisfacer sus necesidades de la mejor
manera posible.

Mediante la utilización de máquinas o trabajo humano, las personas utilizan


energía para modificar o crear ecosistemas moviendo materiales dentro de ellos, o
entre unos y otros. Transfieren información del sistema social al ecosistema
siempre que modifican, reorganizan o crean un ecosistema. El cultivo que siembra
un agricultor, el espaciado entre cultivos, la alteración de la comunidad biológica
de un campo mediante el deshierbe, y la modificación de la química del suelo al
aplicar fertilizantes no son solamente transferencias de materiales, sino también
transferencias de información, ya que el agricultor reestructura la organización del
ecosistema de su granja.

Un ejemplo de interacción entre el sistema social y el ecosistema: la


destrucción de animales marinos mediante la pesca comercial

La ecología humana analiza las consecuencias de las actividades humanas como


una cadena de efectos a través del ecosistema y el sistema social humano. La
siguiente historia es acerca de la pesca. La pesca se dirige hacia una parte del
ecosistema; es decir, los peces, pero tiene efectos imprevistos en otras partes del
ecosistema. Esos efectos desencadenan una serie de efectos adicionales del
ecosistema hacia el sistema social y viceversa.
Las redes de deriva son redes de nylon que no se pueden ver dentro del agua.
Los peces se enmallan en las redes de deriva cuando tratan de nadar a través de
ellas. Durante los años ochenta, los pescadores utilizaron miles de kilómetros de
redes de deriva para atrapar peces en todos los océanos del mundo. A mediados
de esa década se descubrió que las redes de deriva estaban matando un gran
número de delfines, tortugas, y otros animales marinos que se ahogaban al quedar
enredados – una transferencia de información del ecosistema al sistema social.

Cuando las organizaciones conservacionistas se dieron cuenta de lo que las redes


le estaban haciendo a los animales marinos, iniciaron campañas en contra del uso
de redes de deriva, movilizando a la opinión pública y presionando a gobiernos
con el fin de obligar a los pescadores a abandonar esta práctica. Los gobiernos de
algunas naciones no respondieron, pero otras llevaron el problema ante la
Organización de las Naciones Unidas, que aprobó una resolución para que todos
los países dejaran de utilizar redes de deriva. Al principio, muchos pescadores no
querían dejar de utilizarlas, pero sus gobiernos los obligaron a cambiar. Después
de algunos años, los pescadores cambiaron de redes de deriva a palangres y
otras artes de pesca. Los palangres, que ostentan muchos anzuelos con cebo en
un cordel que mide con frecuencia varios kilómetros de largo, han sido un arte de
pesca muy común durante muchos años. Los palangres usados actualmente por
los pescadores ponen en el agua un total de varios cientos de millones de
anzuelos en los océanos del mundo.

La historia de la red de deriva muestra cómo las actividades humanas pueden


generar una cadena de efectos que pasa de un lado a otro entre el sistema social
y el ecosistema. La pesca afectó al ecosistema (al matar delfines y focas), lo que a
su vez condujo a un cambio en el sistema social (en la tecnología pesquera). Y la
historia continúa hasta hoy. Hace unos seis años se descubrió que los palangres
están matando grandes cantidades de aves marinas, especialmente albatros,
cuando las líneas son tiradas al agua desde los barcos. Mientras los anzuelos se
van desenrollando de la popa de un barco hacia el agua, las aves vuelan hacia
ellos para comerse la carnada de los anzuelos que flotan detrás del barco, muy
cerca de la superficie del agua. Las aves son atrapadas por los anzuelos,
arrastradas bajo el agua, y ahogadas. Ya que algunas especies de aves podrían
ser llevadas a la extinción local si no se suspende su matanza, los gobiernos y los
pescadores están investigando modificaciones a los palangres para proteger a las
aves. Algunos pescadores están utilizando una cubierta en la popa de sus barcos
para evitar que las aves alcancen los anzuelos, y otros están añadiendo peso a los
anzuelos para hundirlos más allá del alcance de las aves antes de que éstas
puedan llegar a ellos. También se ha descubierto que las aves no acuden a la
carnada que ha sido teñida de color azul.

Esta historia continuará durante muchos años, mientras los efectos se muevan
entre el ecosistema y el sistema social. Otra parte de la historia es la que atañe a
las focas y otros animales piscívoros cuyas poblaciones pueden estar
disminuyendo hacia la extinción en algunas áreas, debido a que la pesca excesiva
ha reducido la disponibilidad de su alimento. Los efectos pueden reverberar en
muchas direcciones a través del ecosistema marino. Parece ser que la
disminución de las poblaciones de focas en aguas ribereñas de Alaska es la causa
de la desaparición de los impresionantes bosques de algas de esa región. Las
orcas que antes perseguían a las focas, se han adaptado a su disminución,
cambiando su dieta por nutrias marinas, reduciendo así la población de esta
especie. Los erizos de mar son el principal alimento de las nutrias marinas, y se
alimentan de algas. La disminución de las poblaciones de nutrias marinas ha
ocasionado el incremento de la abundancia de erizos de mar, y estos han
diezmado los bosques de algas que constituyen un hábitat único para cientos de
especies de animales marinos.

Desarrollo Sustentable

Las consecuencias no intencionadas como las descritas en la historia acerca de la


pesca y los animales marinos no son infrecuentes. Muchas actividades humanas
generan impactos en el medio ambiente de maneras que son sutiles o
inconspicuas, o involucran cambios tan lentos que las personas no se dan cuenta
de lo que está sucediendo hasta que el problema es grave. Los problemas pueden
aparecer de repente, y a veces a distancias muy considerables de los sitios donde
se llevaron a cabo las actividades humanas que los ocasionaron.

El mal de Minamata es un ejemplo clásico de una consecuencia no intencionada.


Hasta los años sesenta, el mercurio se utilizaba en muchos procesos industriales,
como la producción de papel y plásticos. Las fábricas de plásticos de la región de
Minamata en Japón descargaban rutinariamente desechos de mercurio en las
aguas costeras adyacentes. Aunque se sabía que el mercurio era muy tóxico,
nadie se preocupaba, porque se pensaba que el océano era muy grande. Sin
embargo, las bacterias que habitaban alrededor de los desagües de las fábricas
estaban transformando el mercurio en el aún más letal mercurio metano, que se
estaba acumulando año tras año en el ecosistema costero. El mercurio era
biológicamente acumulado al pasar de un nivel a otro de la cadena alimenticia,
desde el fitoplancton (plantas microscópicas) al zooplancton (animales
diminutos), a pequeños peces, y finalmente a los peces lo suficientemente
grandes como para que la gente los comiera. Nadie se estaba dando cuenta de
que la concentración de mercurio en los peces era más de un millón de veces
mayor que la concentración en el agua de mar circundante.

Durante los años cincuenta, más de 1000 personas en la región de Minamata


contrajeron una enfermedad que mató a varios centenares, dejó sobrevivientes
con daños neurológicos devastadores y produjo severas deformaciones
congénitas en muchos recién nacidos. Una vez que los pescados contaminados
con mercurio fueron identificados como la causa del problema, los habitantes
locales emprendieron una campaña para que las fábricas hicieran algo al
respecto. Finalmente, después de varios años, el gobierno ordenó a las fábricas
que dejaran de descargar mercurio; pero la gran cantidad de mercurio que ya se
encontraba en el ecosistema costero continuó circulando a través de la red
alimenticia. Pasaron cerca de 50 años antes de que los peces de la región de
Minamata pudiesen comerse con seguridad de nuevo. Este dramático incidente
condujo eventualmente a la eliminación mundial del mercurio en los procesos
industriales de gran escala, aunque por desgracia el mercurio todavía se utiliza en
la extracción de oro de las minas de parte de África, Latinoamérica y Asia.

Una reciente tragedia en Corea del Norte demuestra lo grave que puede resultar
un error ecológico. Varios millones de personas han muerto de hambre durante los
últimos cinco años debido a fracasos agrícolas ocasionados por inundaciones. Las
causas son complejas, pero la deforestación parece jugar un papel importante en
esta historia. La deforestación comenzó hace cien años con la explotación de los
bosques coreanos bajo el colonialismo japonés, y continuó tras la división de
Corea después de la Segunda Guerra Mundial. En vista de que el norte era la
región industrial de Corea y el sur la región agrícola, el aislamiento del norte lo
obligó a incrementar su producción de alimentos expandiendo las tierras agrícolas
en lo que otrora fueron bosques. La utilización de madera a gran escala como
combustible tanto doméstico como industrial, y la tala de árboles para la
exportación de madera en rollo, redujeron aún más los bosques del norte.

Los bosques desempeñan una valiosa función al captar agua pluvial y liberarla
hacia los arroyos y los ríos que proporcionan agua para las ciudades y la
agricultura. La alfombra de hojas en descomposición de los suelos de los bosques
absorbe agua como una esponja, y la retiene para soltarla gradualmente hacia los
arroyos a lo largo de todo el año. Cuando las cuencas hidrológicas pierden sus
bosques, los suelos pueden perder su capacidad para absorber agua pluvial como
lo hacían anteriormente. El agua pluvial fluye más rápidamente por la cuenca, lo
que ocasiona inundaciones durante la temporada de lluvias, y una disminución en
el suministro de agua durante la temporada de secas. Corea del Norte fue
deforestada durante casi un siglo antes de que se hicieran aparentes las
desastrosas consecuencias. Hoy, las inundaciones devastadoras y la pérdida de
cosechas se han convertido en eventos normales. Este error no se podrá corregir
rápidamente, debido a que la reforestación lleva mucho tiempo. Lo que es peor,
las mismas fuerzas que ocasionaron la deforestación han creado un círculo vicioso
que la intensifica aún más. La deforestación ha reducido la producción agrícola, lo
que ha generado la necesidad de importar fertilizantes y alimentos, forzando a
Corea del Norte a cortar aún más árboles para pagar los bienes importados con
los ingresos generados por la exportación de recursos forestales.

El desarrollo sustentable puede definirse como la satisfacción de las


necesidades del presente sin que se comprometa la capacidad de las
generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades. Se trata de dejar a
nuestros hijos y nietos la oportunidad de tener una vida digna. El propósito del
desarrollo ecológicamente sustentable es mantener saludables a los ecosistemas.
Se trata de interactuar con los ecosistemas de maneras tales que les permita
mantener la suficiente integridad funcional como para continuar proporcionando a
los seres humanos y a todas las demás criaturas del ecosistema los alimentos,
agua, refugio y demás recursos que necesitan. Corea del Norte no ha sido
ecológicamente sustentable porque no ha sido capaz de mantener suficiente
cobertura forestal en las cuencas hidrológicas forestales, tan esencial para
mantener un paisaje saludable. Tampoco el exterminio de los animales marinos, la
destrucción de los bosques para obtener combustible para las cocinas, o la
contaminación de los ecosistemas marinos con mercurio, son formas de desarrollo
ecológicamente sustentable.

El desarrollo sustentable no significa sostener el crecimiento económico. Es


imposible sostener el crecimiento económico si esto depende de incrementar
permanentemente las cantidades de recursos provenientes de ecosistemas con
capacidades limitadas para proporcionarlos. El desarrollo sustentable tampoco es
un lujo que se debe perseguir después de que se han alcanzado el desarrollo
económico y otras prioridades tales como la justicia social. Los ecosistemas
deteriorados, mermados en su capacidad para satisfacer las necesidades
humanas básicas, cancelan las oportunidades para alcanzar el desarrollo
económico y la justicia social. Una sociedad saludable otorga igual atención a la
sustentabilidad ecológica, al desarrollo económico y a la justicia social, porque se
fortalecen entre sí.
La intensidad de las demandas sobre los ecosistemas

Hay una estrecha relación entre la sustentabilidad de la interacción hombre-


ecosistema y la intensidad de las exigencias que la gente hace a los ecosistemas.
Todos dependemos de los ecosistemas para obtener recursos energéticos y
materiales. Algunos recursos, como los depósitos de minerales y combustibles
fósiles, son no renovables; otros recursos, como los alimentos, el agua y los
productos forestales, son renovables. La gente utiliza estos recursos, y después
los devuelve al ecosistema como desechos, tales como el drenaje, la basura, o los
efluentes industriales

En términos generales, cuantos mayores son las demandas sobre los


ecosistemas, en términos de la intensidad del uso de los recursos, resultan menos
sustentables. El uso intenso de los recursos no renovables acaba más
rápidamente con su disponibilidad, deteriorando la capacidad de los ecosistemas
para proporcionarlos. La interacción sustentable con los ecosistemas solamente
es posible si las demandas se mantienen dentro de ciertos límites. Este no ha sido
el caso durante las últimas décadas, ya que el crecimiento demográfico de la
humanidad, así como el crecimiento industrial y económico, y el florecimiento del
consumo material, han incrementado dramáticamente la escala de utilización de
los recursos naturales. A medida que ha aumentado la conciencia ambiental, se
han dado cambios en el sistema social para reducir la intensidad de las exigencias
a los ecosistemas. En años recientes se ha dado un desplazamiento desde
tecnologías que desperdician recursos, hacia tecnologías que los utilizan más
eficientemente y reducen la contaminación.

Una población pequeña puede gozar de altos niveles de consumo sin exigir
demasiado del medio ambiente. Aún utilizando las tecnologías más eficientes que
se puedan imaginar, un exceso de personas viviendo en pobreza puede verse
obligada a hacer exigencias insostenibles al medio ambiente. El nivel de consumo
de las naciones más ricas es enormemente mayor que el de las más pobres. El
impacto de la población en las naciones más ricas no sólo radica en el gran
número de personas que ya tienen, sino también en el hecho de que sus intensas
demandas se extienden a ecosistemas más allá de sus fronteras. Las naciones del
mundo en desarrollo aspiran al desarrollo económico con niveles más altos de
producción industrial y de consumo, aspiraciones que se ven obstaculizadas por el
crecimiento demográfico acelerado que actualmente tipifica a esa parte del
mundo.

Puntos de Reflexión

 Construya un ejemplo de cadena de efectos a través del ecosistema y el


sistema social, utilizando información de artículos periodísticos o de revistas,
además de su conocimiento personal. Ilustre el ejemplo con un diagrama.
 Piense en ejemplos de consecuencias no intencionadas en el medio
ambiente, utilizando información de artículos periodísticos o de revistas, además
de su conocimiento personal. ¿Por qué tardó tanto tiempo la gente en darse
cuenta de lo que estaba sucediendo? ¿Por qué se hizo evidente el problema tan
rápidamente?
 Fíjese en la ecuación de ‘intensidad de demandas sobre los ecosistemas’ y
piense en cómo están cambiando en su país la población, el consumo y la
tecnología. ¿Cuáles son algunas de las formas más importantes en que los
cambios en la población, el consumo y la tecnología están cambiando las
exigencias de su nación sobre los ecosistemas? ¿Cuál es la contribución de cada
uno de estos factores en la magnitud del cambio en las demandas sobre los
ecosistemas?
 ¿Piensa usted que es posible que en su país se dé un proceso de
desarrollo ecológicamente sustentable? ¿Es esto posible para todo el planeta?
Aún si el desarrollo ecológicamente sustentable fuese posible, ¿piensa usted que
realmente llegue a suceder? ¿Le parece más probable que el desarrollo
ecológicamente sustentable se lleve a cabo en algunos lugares más que en otros?

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