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Ensayo Huracan

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ENSAYO SOBRE EL HURACAN

JUAN ANDRES RODRIGUEZ CHAPARRO

UNIVERSIDAD PEDAGOGICA Y TECNOLOGICA DE COLOMBIA


FACULTAD DE CIENCIAS BASICAS
BIOLOGIA
TUNJA, BOYACA
2022
HURACANES
Uno de los fenómenos meteorológicos más potentes que existen y que más daños pueden
dejar a su paso son los huracanes. También se les conoce como ciclones o tifones, aunque
se les nombra de acuerdo a la zona en la que se producen.
Para que lleguen a formarse se requieren ciertas condiciones específicas, de manera que
no se pueden conformar en cualquier parte del mundo. Cuando lo hacen en el Océano
Atlántico y el este del Pacífico se les llama huracanes, en el Océano índico son ciclones y
en el Pacífico occidental se les conoce como tifones. Los huracanes se forman por la
acumulación de tormentas eléctricas que se desplazan sobre aguas oceánicas cálidas.
Cuando el aire cálido de la tormenta y de la superficie oceánica se combina, empiezan a
elevarse en forma de remolinos. Esto genera baja presión en la superficie del océano. Los
vientos que circulan en direcciones opuestas hacen que la tormenta comience a girar. La
elevación del aire cálido hace que la presión disminuya a mayor altitud. La tormenta gira
debido a la rotación de la Tierra y la energía del agua caliente del océano aumenta la
velocidad de los vientos, así es como la tormenta va fortaleciéndose; para que finalmente
sea considerado un huracán tiene que alcanzar los 119 km/h.
El mecanismo más común de formación de huracanes en el Atlántico (que provoca más
del 60% de estos fenómenos), es una onda tropical. La onda empieza como una
perturbación atmosférica que crea un área de relativa baja presión. Suele generarse en
África Oriental a partir de mediados de julio. Si encuentra las condiciones adecuadas para
mantenerse o desarrollarse, esta área de baja presión empieza a moverse de este a oeste,
con la ayuda de los vientos alisios. Cuando llega al océano Atlántico, la onda tropical
puede ser el germen de un huracán, pero para que este se forme necesita fuentes de
energía, como el calor y el viento adecuado. En concreto, es necesario que la superficie
del agua esté por encima de los 27ºC y que haya una capa espesa de agua caliente en el
océano. También tiene que haber, por un lado, vientos con un giro horizontal para que la
tormenta se concentre. Por el otro, vientos que mantengan su fuerza y velocidad
constante a medida que suben desde la superficie del océano. Si hay cortante de viento, o
variaciones del viento con la altura, esto puede interrumpir el flujo de calor y humedad
que hace que el huracán se forme. Además, tiene que haber una concentración de nubes
cargadas de agua y una humedad relativa alta presente en la atmósfera.
Los huracanes poseen una estructura de viento giratoria, observable desde el espacio
como una gran espiral blanca, en torno a un ojo o centro de baja presión que puede llegar
a medir casi 50 km de ancho y en el que se produce una calma relativa. Alrededor de él, en
cambio, existe una pared de vientos lluviosos y nubes de tormenta llamadas
cumulonimbos.
En ellos huracanes área de baja presión hace que el aire húmedo y caliente que viene del
océano suba y se enfríe, lo que alimenta las nubes. La condensación de este aire libera
calor y provoca que la presión sobre la superficie del océano baje aún más, lo que atrae
más humedad del océano, engrosando la tormenta. Los vientos convergen y ascienden
dentro de esta área de baja presión, girando en dirección contraria a las agujas del reloj,
por influencia de la rotación de la Tierra y dando a los huracanes esa imagen tan
característica. A medida que la tormenta se hace más poderosa, el ojo del huracán — el
área central de hasta 10 km — permanece relativamente tranquilo. A su alrededor se
levanta la pared del ojo, compuesta de nubes densas donde se localizan los vientos más
intensos. Más allá, están las bandas nubosas en forma de espiral, donde hay más lluvias.
Debido al efecto Coriolis, que imprime cierta aceleración sobre los huracanes debido a la
rotación terrestre, los huracanes de cada hemisferio giran hacia el polo: los del hemisferio
norte tienden hacia el Polo Norte girando en sentido contrario a las manecillas del reloj;
mientras que los del sur tienden al Polo Sur girando en sentido de las agujas del reloj. Para
explicar mejor el efecto Coriolis se puede observar hacia dónde rota el agua cuando se va
por el desagüe del fregadero; en condiciones físicas ideales (en la que otras fuerzas
mayores o condiciones ambientales no lo impidan), si se está en el hemisferio norte,
siempre rotará en el sentido contrario a las manecillas del reloj, por el contrario, en el sur,
rotara en sentido de las manecillas del reloj. La causa detrás de esto fue descubierta en el
siglo XIX y se le conoce como efecto Coriolis y es resultado del movimiento de la Tierra
sobre su eje, esta fuerza es la que hace que los huracanes en el hemisferio norte giren en
contra de las manecillas del reloj.
Ciclo-génesis de un huracán
La teoría más aceptada sobre la ciclo-génesis, y que cumple en gran manera con las
observaciones y mediciones realizadas, es la de la maquina térmica, en donde
supondremos para seguir dicha teoría que un huracán se comporta de manera que sigue
un ciclo de Carnot. Dicho ciclo de Carnot consta de:
1. Expansión isotérmica
Suponiendo que nuestro sistema está formado por un cilindro que en la parte superior
esta tapado por un pistón movible, suponiendo también que este cilindro encierra un gas
ideal (P1, V1, T1), donde este gas ideal se puede expandir o comprimir; ahora si ponemos
nuestro sistema en contacto con un foco de calor, el gas entonces al calentarse se
expande ejerciendo una fuerza sobre el pistón aumentando el volumen (V2),
disminuyendo la presión (P2) y manteniendo así la temperatura constante (T1) dentro del
pistón. En la formación de un huracán, como lo heos mencionado la superficie del mar
actúa como un foco o fuente de calor haciendo que el aíre se expanda, sin embargo, al
tener limitado el desplazamiento hacia arriba debido a la presión atmosférica el aíre
entonces se dirige hacia el lugar donde la presión atmosférica es menor, siendo en ese
lugar donde precisamente se forma el ojo del huracán. El desplazamiento lo hace en
forma de espiral sobre la superficie del mar manteniendo la temperatura constante,
siendo entonces un proceso isotérmico.
2. Expansión Adiabática
En este caso no hay flujo de calor hacia el exterior o el interior del sistema, lo que se logra
aislando térmicamente el sistema de manera perfecta o haciendo que los cambios sean
tan rápidos que no haya tiempo para la transferencia de calor. Así si el pistón que encierra
el gas se desliza de manera brusca hacia arriba, aumentando el volumen del gas, entonces
tanto la presión como la temperatura del gas tenderán a disminuir. En el caso de un
huracán cuando el aíre ha llegado a la pared del ojo este asciende de forma adiabática,
sobre la pared del ojo, disminuyendo la presión desde aproximadamente 100 Kpa hasta 25
Kpa y disminuyendo la temperatura de aproximadamente 28° Celsius hasta -18° Celsius.
Ya estando en la máxima altura alcanzada, que es en la troposfera, el aíre pierde por
radiación calor de manera muy rápida produciendo un descenso de temperatura de -18◦C
hasta -83◦C, es en este momento cuando el aíre ahora desciende adiabáticamente
haciendo que se produzca un aumento de presión y de temperatura hasta alcanzar
nuevamente la superficie del mar.
Es así el factor principal en la trayectoria del movimiento de un huracán es el movimiento
del fluido circundante, este fluido circundante obedece la distribución de las zonas de alta
y baja presión, las cuales son generadoras de vientos de gran intensidad y que arrastran o
dirigen la trayectoria de los huracanes.

Referencias
1. Salazar-Vallejo, S. I. (2002). Huracanes y biodiversidad costera tropical. Revista de
Biología Tropical, 50(2), 415-428.

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