Brown - Meier - Antioch and Rome Parc Es Deep
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A
omo acabo de indicar, es vital desde el principio mostrar
que el Evangelio de Mateo fue escrito hacia 80-90 d.C., la
mayoría
probablemente en Antioquía de Siria.
15
16 ANTIOQUÍA-CAPÍTULO I
vorado. Por otra parte, el hecho de que las cartas de Ignacio de Antioquía
utilicen material del evangelio de Mateo impide una datación lejana en el
siglo II, ya que Ignacio murió no más tarde del AÑO 117 d.C..26 En
consecuencia, el período comprendido entre los años 80-90 d.C. es la
mejor opción.
En consecuencia, la mayoría de los críticos estarían de acuerdo con
una datación posterior al año 70, aunque siempre ha habido partidarios de
una fecha anterior. En los últimos años destaca J.A.T. Robinson, que
intenta fijar la redacción de todos los libros del canon del NT antes del
año 70.27 La obra de Robinson ofrece una saludable reacción a un
dogmatismo que da por sentado que casi todos los escritos del NT, aparte
de las indiscutibles epístolas de Pablo, deben fecharse después del año
70. Sin embargo, su tratamiento de Mateo adolece de una falta de rigor.
Su tratamiento de Mateo, sin embargo, adolece de vaguedad y saltos
lógicos. Robinson expresa serias dudas sobre la hipótesis de las dos
fuentes -una hipótesis que ciertamente hace muy dudosa una datación
anterior a 70 para Mateo-, pero su contrapropuesta sigue siendo nebulosa.
Robinson postula la existencia de un proto-Mateo, cuya extensión nunca
queda claramente delineada. Robinson es consciente de la larga historia
que hay detrás de nuestro Mateo,28 , pero no llega a la conclusión
metodológica adecuada: a saber, que, dados tantos estratos diferentes de
tradiciones, hay que atender al material procedente de la redacción final
para determinar la fecha de la composición definitiva. Robinson, en
cambio, hace hincapié en el material de coloración judeo-cristiana
primitiva, ignorando algunos añadidos destacados del redactor final.
Por ejemplo, Robinson apela al capítulo 24 del discurso
apocalíptico, que, según él, no muestra indicios de un intervalo entre la
caída de Jerusalén y la parusía.29 No se da cuenta de que la mayor parte
de Mateo 24 retoma Marcos 13 con pocos cambios de redacción,
mientras que Mateo opta por expresar su propio punto de vista sobre la
escatología al final de Mateo 24 y a lo largo de todo Mateo 25. De este
modo, Robinson pasa por alto el importante discurso apocalíptico de
Mateo. De este modo, Robinson descuida el importante tema-mateo del
26.El uso de Mateo por Ignacio se tratará más adelante, bajo la cuestión
del lugar de composición.
27. Robinson, Redating. En las pp. 86-117 menciona a otros autores que prefieren
una datación anterior a 70 para Mateo.
28. Idem 102: "Pero es Mateo el que da pruebas de la historia de formación más
larga".
29. Ídem 103.
18 ANTIOQUÍA-CAPÍTULO I
34.Trilling, Israel 220-21, es especialmente bueno sobre las variadas funciones del
evangelio de Mateo dentro de la iglesia de Mateo.
35.Véase Fitzmyer, "Languages" 38, donde reafirma la opinión de que el arameo
era la lengua más utilizada en Palestina en el siglo I D.C., aunque también se utilizaban el
griego y el hebreo.
36. Hengel, Judaism, especialmente 1.58-65. Del mismo modo, Freyne, Galilea
139-45, basándose en Sevenster, Griego, que quizá lleva demasiado lejos un buen
argumento. Sin embargo, a pesar de su énfasis en el griego, Freyne acepta la opinión de
Fitzmyer de que el arameo seguía siendo la lengua más hablada por la gran mayoría.
37. Fitzmyer, "Lenguas" 37, piensa que los helenistas eran aquellos judíos o
cristianos judíos que habitualmente sólo hablaban griego. Véase arriba p. 6, y abajo p. 34.
38. Hengel, Judaism, 1.105, se pregunta si el evangelio de Mateo no podría
proceder de círculos judeo-cristianos de habla griega en Palestina. A la luz de lo dicho
anteriormente, la respuesta es no. Freyne, Galilea 104, señala que Marcos parece conocer
mejor la geografía palestina que Mateo o Lucas (aunque algunos también encuentran
errores en la geografía de Marcos). En la p. 364, rechaza explícitamente Galilea como
lugar de composición del evangelio de Mateo y se inclina por Siria.
39. Véase Brandon, Fall 221, 226, 232, 242-43. El intento de van Tilborg, Leaders
172, de recuperar la elección de Brandon de Alejandría no ha tenido gran aceptación.
20 ANTIOQUÍA-CAPÍTULO I
situado en Asia Menor o en Grecia. No es de extrañar, pues, que Lucas utilice una
formulación paulina modificada, aunque tenga delante el texto de Marcos. Todo esto no
dice nada en contra del origen del evangelio de Mateo en Antioquía.
63. Tal vez la mayor debilidad del tratamiento de Downey de la iglesia de
Antioquía sea el enorme agujero que deja en pie durante la segunda generación de la
iglesia antioquena (70-100 D.C.). El período se llena sólo con declaraciones vagas sobre el
desarrollo de la "herejía de Nicolaitan" y gnosticismo, sin un ojo crítico que es echado en
las fuentes patrísticas de nuestro conocimiento; vea Downey, la Historia 288-92.
CAPÍTULO II
La Iglesia antioquena
de la
primera generación cristiana
(40-70 D.C. - Gálatas 2; Hechos 11-15)
FUENTES
28
Primera generación (Gálatas, Hechos) 29
y que escribe la carta a los Gálatas sólo unos años después del
acontecimiento.65 66
El autor de los Hechos escribe en una fecha posterior; además,
tiene una notable tendencia a suavizar las encarnizadas batallas de la
Iglesia primitiva. Hasta qué punto su visión pacífica moldeó su narración
y, de hecho, hasta qué punto disfrutó de fuentes fiables para el
cristianismo primitivo, sigue siendo objeto de disputa entre los eruditos
lucanos. La historia del debate puede encontrarse en la obra de Gasque
A History of the Criticism of the Acts of the Apostles" (Historia de la
crítica de los Hechos de los Apóstoles). Aunque el propio Gasque
muestra que el frente no está tan claramente trazado según las líneas
nacionales, puede decirse con cierta verdad que la mayoría de los
alemanes (por ejemplo, Haenchen, Conzelmann, Vielhauer y, hasta
cierto punto, Dibelius) se han mostrado más reservados hacia la
fiabilidad histórica de los Hechos que los británicos y los
estadounidenses, especialmente los de tradición evangélica (por ejemplo,
Bruce, Mattill y el propio Gasque). Hengel y Munck, en el lado más
confiado, y C. Talbert, en el más cauto, sirven para recordarnos que estas
distinciones geográficas o nacionales sólo pueden tomarse como vagas
generalidades. Ante este desacuerdo, por no decir desorden, entre los
estudiosos de los Hechos, haríamos bien en seguir un camino intermedio
en el que los Hechos no se descarten a la ligera como pura teologización
ni se acepten ingenuamente como pura historia. Cada texto debe
juzgarse por sus propios méritos y por la información disponible de otras
fuentes (especialmente Gál 2). Al menos en esto podemos estar de
acuerdo con Gasque: las hipótesis especulativas deben dar paso a una
exégesis cuidadosa y basarse en ella.67
Afortunadamente, la mayoría de los eruditos aceptan la narración
de Lucas sobre los primeros días
39-40 d.C. Tal vez esté relacionado con esto el ataque a los judíos en EL
año 40 d.C., registrado en un relato muy adornado de Malalas; es difícil
extraer el núcleo de verdad de la historia. Downey sospecha que el
acercamiento cristiano a los gentiles desempeñó un papel en los
disturbios.76
La primera guerra judía (66-73 D.C.) ocasionó masacres de judíos
en muchos lugares de Siria, pero al principio los judíos de Antioquía se
salvaron. Sin embargo, tras la llegada de Vespasiano a Siria, un apóstata
judío llamado Antíoco agitó a la población pagana con rumores de
conspiraciones judías. Se produjeron disturbios y asesinatos (66-67
D.C.), QUE SE repitieron cuatro años más tarde. Cuando Tito, el hijo de
Vespasiano, llegó a Antioquía, los gentiles le pidieron que expulsara a
los judíos o, al menos, que les revocara sus derechos y privilegios. Tito
se negó a ambas peticiones, aunque colocó en la puerta de la ciudad que
conducía a Dafne (un suburbio muy judío) parte del botín de Jerusalén
como recuerdo de la humillación de los judíos. Dado que en Antioquía
no se produjo una gran desbandada de judíos, la Iglesia cristiana de
Antioquía disponía de una matriz constante y en gran medida
imperturbable a partir de la cual crecer y con respecto a la cual definirse.
77.Aquí acepto la lectura Hellenas, "griegos", "gentiles", atestiguada por P " una
corrección posterior de Sinaiticus, Alexandrinus, el texto original de Bezae, y ciertos
Padres, como la lectura correcta. Vaticanus, corrección posterior de Bezae, Laudianus,
Leningrado (P), y otros manuscritos leen Hellenistas, "helenistas". Haenchen, Hechos
365, n. 5, sostiene con razón que "helenistas", en oposición a Ioudaiois ("a los judíos") en
el versículo 19, no tiene sentido. Mi elección coincide con la primera edición de The
Greek New Testament (ed. Aland, 1966), y no con la tercera edición (1975).
78.Así, por ejemplo, Haenchen y Meeks (Hechos 355-63, 368-72; Judíos 14).
Obsérvese, a este respecto, todo el empuje de los capítulos 11-15 de los Hechos, y
especialmente la relación entre 11:19-26 y 15:1-2. Pablo da una confirmación
independiente de la situación en Antioquía en Gal 2:1-14. Haenchen y Meeks piensan que
Lucas interpone a propósito la conversión de Pablo y la conversión de Cornelio por Pedro
entre 8:1 y 11:19 para evitar que los helenistas sean responsables directos e
independientes del comienzo de la misión gentil.
34 ANTIOQUÍA-CAPÍTULO II
79. Hengel, Hechos 101-2, prefiere ver a Bernabé como un miembro de los
"hebreos" dirigidos por los Doce, uno de los "hebreos" que simpatizaba con los
acontecimientos fuera de Palestina. Hengel no considera a Bernabé como un simple
"inspector" enviado desde Jerusalén, sino como alguien que se trasladó a Antioquía por
razones teológicas y personales. De importancia clave es la definición de "helenistas" que
Hechos 6 distingue de los "hebreos". Los diccionarios interpretan Hellenistes (adjetivo
propio de Hechos y relacionado con Hellas, "Grecia", y Hellen, "un griego") como "de
habla griega". Basándose en los Hechos, los exégetas añadirían varias calificaciones para
definir a un helenista: (1) judío de la diáspora; (2) residente en Jerusalén; (3) [en el caso de
un cristiano judío] abierto a una misión sin circuncisión a los gentiles; (4) que sólo hablara
griego, no semítico; (5) muy aculturado en griego; (6) con una teología antitemplaria. Más
arriba, al hablar del Grupo Cuatro, la Introducción señalaba el desacuerdo entre los
eruditos acerca de estas calificaciones, y de hecho los dos autores de este volumen
discrepan sobre el significado de "helenista". Yo sostengo que Bernabé es helenista;
Brown se inclina por Hengel. Acepto las tres primeras calificaciones, así como la quinta,
pero tengo dudas sobre las demás. En cuanto a (4), es muy posible que algunos helenistas
de Jerusalén fueran bilingües; en cuanto a (6), independientemente de que Hechos 7
represente o no el pensamiento del Esteban histórico, no considero probado que todos los
helenistas sostuvieran opiniones contrarias al Templo, sobre todo cuando gran parte de las
pruebas literarias proceden de la época posterior a 1970. Brown (pp. 6-7 supra),
argumentando que Pablo no era helenista, pone poco énfasis en las tres primeras
calificaciones, todas las cuales se aplican a Pablo. Los dos últimos son considerados por
Primera generación (Gálatas, Hechos) 35
85. Ibid. 58-61. Obsérvese que en el contexto de una misión fuera de Antioquía,
Lucas, en contra de su terminología habitual y quizá debido a su fuente, llama "apóstoles"
a Bernabé y Pablo (14:4, 14). Dado que Bernabé y Pablo ya habían sido llamados profetas
y maestros (13:1), esto nos da las denominaciones de maestros, apóstoles y profetas de la
Didajé, todas ellas verificadas en Hechos en las mismas personas.
86. La presentación que sigue depende del resumen elaborado por Meeks, judíos
16-18, con algunas sentencias modificadas y ciertas observaciones añadidas. Obsérvese
que
brevemente tanto los principales acuerdos como los desacuerdos que
Primera generación (Gálatas, Hechos) 37
los acompañan.
(1) Representantes de la iglesia de Antioquía viajan a
Jerusalén para una reunión que tiene como punto central la cuestión
de la conversión de los gentiles a la fe en Cristo sin circuncisión.
Incluso Pablo, a pesar de defender su independencia, no puede
ocultar el hecho de que la cuestión se lleva a Jerusalén para tomar
una decisión. Históricamente, Jerusalén tenía una posición
preeminente y gozaba de una autoridad especial frente a Antioquía".
(2) Los principales representantes de Antioquía eran Pablo y
Bernabé (si podemos utilizar el orden de Hechos 15:2). Gálatas y
Hechos coinciden en que Pablo y Bernabé no fueron los únicos
antioquenos que fueron a Jerusalén. Lucas habla vagamente de
"algunos otros" (Hch 15:2), mientras que Pablo dice específicamente
que el incircunciso Tito, que resultó ser un caso de prueba (Gal
2:1,3), les acompañó. En los Hechos, la razón del viaje es que
algunos judíos cristianos "judaizantes" no especificados habían
molestado a la congregación "integrada" de Antioquía al insistir en
que los gentiles tenían que circuncidarse como condición para la
salvación. Ante el alboroto resultante, la iglesia nombró delegados
para ir a Jerusalén.87 88 En cambio, Pablo subraya su independencia e
iniciativa al afirmar que subió a Jerusalén "a causa de una
revelación" (Gal 2:2).89
(3) En ninguno de los dos relatos se identifica a los judíos
cristianos que instaban a la circuncisión en la reunión de Jerusalén
con "los apóstoles de la columna" o con Santiago en particular. Hay
que subrayar que ninguna fuente del NT afirma que Santiago
exigiera que los gentiles conversos se circuncidaran. Pablo habla
vagamente de "falsos hermanos, que se colaron para
La Iglesia antioquena
de la
segunda generación cristiana
(70-100 D.C.-Mateo)
L
onociendo el estado de cosas en Antioquía tras la partida de
Pablo y viendo la situación reflejada en el evangelio de Mateo
(escrito en Antioquía hacia 80-90), nos vemos obligados a llegar a la
conclusión de que la iglesia
antioquena sufrió algunas modificaciones notables entre los
años 50 y 80 del primer siglo.104 Es esencial para nuestro propósito
indagar en las razones de estos cambios y en los resultados
del cambio de existencia que experimentó la iglesia.
A continuación intentaremos esbozar una hipótesis viable que
tenga en cuenta
: (1) los
factores externos que influyeron en la
Iglesia antioquena; (2) los factores internos de la Iglesia que provocaron
104. Downey, Historia 288-92, apela a informes de Padres posteriores como Justino,
Ireneo y Eusebio para justificar la ubicación de los nicolaítas, Saturnino y Menandro en
Antioquía en el período en blanco entre el año 70 d.C. e Ignacio. Sin embargo, dado que el
evangelio de Mateo no muestra una gran tendencia antignóstica, hay que situar el auge de
las tendencias gnosticizantes en Antioquía cerca del año 100. Fue esta amenaza en
particular la que precipitó el surgimiento del obispo único en Antioquía. Meeks-Wilken
guardan silencio sobre el período, salvo para señalar la ruptura con la sinagoga {judíos 18-
19).
45
46 ANTIOQUÍA-CAPÍTULO III
105. Véase Farmer, "Character". Para la cuestión del destino de la iglesia cristiana
de Jerusalén antes y después del año 70 D.C., véase von Campenhausen, Jerusalén; y
Liidemann, "Sucesores." El único hecho claro sobre la iglesia de Jerusalén es que,
cualquiera que fuera su destino preciso durante y después de la guerra judía, no recuperó
su antigua prominencia en las décadas inmediatamente posteriores a la catástrofe del 70.
106. Existen diversos relatos en Josefo (Antigüedades, 20.9.1; #200-203, aunque
algunos afirman que se trata de una inserción cristiana) y en el relato más legendario de
Hegesipo, recogido por Eusebio, Hist. 2:23.4-18. La fecha varía según se siga a Josefo (62
d.C.) o a Hegesipo (hacia 66 d.C.). La fecha varía según se siga a Josefo (62 d.C.) o a
Hegisipo (hacia 66). Sobre la presentación que hace Hegisipo de Santiago, véase
Zuckschwerdt, "Naziraat". Hay que señalar que las leyendas sobre el martirio de Santiago
pasan (¿a través de los herejes judeocristianos sirios?) al gnosticismo cristiano; véase "El
segundo Apocalipsis de Santiago" en Robinson, Nag Ham- madi 254-55).
Segunda generación (Matthew) 47
han tenido poca paciencia con los cristianos judíos no conformistas que
se asociaban con cristianos gentiles. Era simplemente cuestión de tiempo
que llegara la ruptura con la sinagoga.
Quizá algunos cristianos judíos conservadores lucharon
valientemente por mantener vivo el vínculo con la sinagoga, citando
logia como Mateo 23:2-3: "Los escribas y los fariseos han sucedido a
Moisés como maestros [literalmente, 'se sentaron en la cátedra de
Moisés']; por tanto, todo lo que os digan, hacedlo y observadlo." Pero la
marea estaba en su contra. Como Hare ha argumentado hábilmente, la
ruptura con la sinagoga probablemente se produjo antes de la redacción
del evangelio de Mateo, un documento que considera la sinagoga como
una institución ajena ("su sinagoga" en contraposición a "mi iglesia").112
113
La ruptura, por tanto, habría tenido lugar en algún momento entre los
años 70-85. No sólo se había cortado el cordón umbilical con Santiago y
Jerusalén. A mediados de los 80, el único vínculo organizativo que les
quedaba con el judaísmo, la conexión con la sinagoga local, desapareció
para los cristianos judíos de Antioquía. Ahora estaban a la deriva en un
mar gentil, rumbo a un futuro gentil.
No debemos pensar que los cristianos gentiles estaban libres de
acoso y persecución, simplemente porque no tenían relación con la
sinagoga judía. Fue en Antioquía donde los discípulos fueron llamados
cristianos por primera vez (Hechos 11: 26); esto indica que ya en los
años 40 la comunidad cristiana era un grupo bien definido, claramente
distinguible de los judíos que no creían en Jesús. (En esta fecha tan
temprana, por supuesto, judíos cristianos y judíos no cristianos podían
encontrarse a veces en la misma sinagoga). El nuevo peligro que surgió
tras la ruptura con la sinagoga fue que los cristianos podían perder la
protección de la categoría de religión legal (religio licit a), protección de
la que gozaba y gozaba el judaísmo. Los discursos misioneros y
apocalípticos de Mateo (10,5-42; caps. 24-25) hablan de la oposición no
sólo de las sinagogas, sino también de gobernantes y reyes, tanto de
judíos como de gentiles (nótese el "a ellos [los judíos] y a los gentiles"
de 10,18; el "a todas las naciones" de 24,9 y el "a todas las naciones" de
24,14)"'. La oposición de las autoridades civiles afectaría tanto a los
cristianos judíos como a los gentiles y, naturalmente, acercaría a los dos
grupos.
recogen los logia de Jesús. Puesto que Q nunca llegó a adoptar la forma
de un evangelio acabado, sus límites y contenido permanecieron fluidos;
probablemente circularon varias recensiones. La naturaleza ecléctica de
la colección Q habría facilitado su aceptación en Antioquía; varios
grupos podían encontrar en las palabras de Jesús algo que reforzara su
posición.121 Al mismo tiempo, sería difícil para cualquier grupo rechazar
lo que pretendía ser nada más que una catena de los dichos de Jesús,
presentando las demandas morales radicales, la profecía escatológica, y
la sabiduría apocalíptica de Jesús. No se puede decir si una recensión
particular fue llevada a Antioquía desde Palestina, o si el propio Q fue
redactado por primera vez en Antioquía. Sin duda, incluso más que
Marcos, Q estaba, por su propia naturaleza, abierto a cambios editoriales
en su presentación oral.
(3) El llamado material M es simplemente un término general para
todas las tradiciones del evangelio de Mateo no derivadas de Marcos o
Q. A veces es extremadamente difícil separar las tradiciones M de la
redacción mateana.122 No hay razones suficientes para postular un
"documento M", más rudimentario que Q.123 El material M abarca
tradiciones de lo más variado, cada una de las cuales refleja un punto de
vista diferente en la Iglesia antioquena. 124 Podemos distinguir las
siguientes:
(a) La herencia de los judaizantes extremos del Grupo Uno estaría
representada por los dichos que rechazan una misión gentil. En Mateo
10:5-6 se lee: "No vayáis a los gentiles ni entréis en ciudad samaritana;
id más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel". Y Mat 15:24 da a
la prohibición un fundamento cristológico: "No fui enviado sino a las
ovejas perdidas de la casa de Israel". Tal
Con esta enseñanza podían responder a los reparos del partido jacobeo
sobre la inmoralidad y, al mismo tiempo, hacer hincapié en la
imperfección de la Ley de Moisés. En consecuencia, tanto el grupo
jacobeo como el helenista se preocuparían activamente por desarrollar la
catequesis moral, una necesidad acuciante en una iglesia misionera en la
que entraban tantos paganos. La forma final del evangelio de Mateo
refleja esta necesidad práctica y pastoral de la iglesia antioquena. Todos
los grupos de Antioquía estaban interesados en conservar las tradiciones
petrinas, ya que históricamente la figura de Pedro había demostrado ser
un punto de unión para las diversas alas de la comunidad. Con el paso
del tiempo, la creciente tensión y la ruptura definitiva con la sinagoga
impartirían un tono antijudío cada vez más fuerte a muchas de estas
tradiciones M.
Sería un error considerar Marcos, Q y M como tres bloques
separados de tradición que fueron combinados por primera vez por
Mateo. Las tres corrientes principales de la tradición habrían
interactuado regularmente en la liturgia, la catequesis y otras actividades
eclesiásticas. M era el mar vivo de la tradición oral en el que flotaban y
se impregnaban Marcos y Q.127 Es posible que ciertos pasajes de Marcos
y Q hubieran sido alterados por la tradición oral eclesiástica antes de que
Mateo escribiera una sola palabra de su evangelio. Sobre todo en el caso
de Q, es muy posible que cierto material de M se mezclara con Q en
forma escrita. Por lo tanto, Mateo habría estado trabajando con esta
forma confusa y pre-matea de Q.128
El desarrollo de las tradiciones no se produce en el vacío. Con
tantos hilos complicados de tradición circulando y creciendo en la iglesia
antioquena, era natural que surgiera un grupo de maestros o escribas para
formular, estudiar, comentar y enseñar la tradición cristiana en
expansión. Hechos 13:1 afirma que los primeros líderes de la iglesia
antioquena eran profetas y maestros (prophetai kai didaskaloi), que
también dirigían el culto público (lei- tourgounton en el versículo 2).
Esta interacción entre poderosos, charis
127. Hay que dejar abierta la posibilidad de que M contuviera formas variantes
extraviadas de tradiciones también contenidas en Marcos y Q. Algunos de los "acuerdos
menores" de Mateo y Lucas pueden explicarse de este modo.
128. Así J. Brown, "The Form of 'Q' Known to Matthew", NTS 8 (1961-62) 27- 42;
Walter, "Bearbeitung" 246, n. 1; Schweizer, Matthew 12-14; Liihrmann, Redak- tion 11-
23, esp. 18 y 21, n. 2; Hare, Theme 81.
56 ANTIOQUÍA-CAPÍTULO III
131. Así pues, la imagen que tenemos de los profetas y maestros de Antioquía en
tiempos de Mateo sería algo diferente de la imagen de los maestros, profetas y apóstoles
errantes de la Didajé 11-13. El estudio profundo e intenso del AT y de las tradiciones
cristianas que se refleja en la obra de la "Escuela de San Mateo" exigiría un grupo
sedentario y algo estable, algo que el gran entorno urbano de Antioquía haría probable en
cualquier caso. Por supuesto, esto no excluiría la labor misionera a distancia de profetas y
maestros individuales, a la manera de Pablo y Bernabé.
58 ANTIOQUÍA-CAPÍTULO III
132. Aquí Mateo está combatiendo la laxitud moral, una preocupación práctica y
pastoral, no el antinomianismo, que es una negación teórica de la validez de la Ley o de la
obligación moral; así correctamente Rohde, Redescubrir 58-59, contra Barth, "La
comprensión de Mateo" 74-75, 159-64. Que anomia ("anarquía") en Mateo no tiene por
qué significar antinomianismo queda claro por la acusación de Jesús contra los escribas y
fariseos en Mt 23:28: "Por dentro estáis llenos de hipocresía y de anarquía [anomia]". La
anomia, de la que pueden ser igualmente culpables los cristianos carismáticos y los
fariseos legalistas, es esa rebelión interior contra la voluntad de Dios que los
profesionalmente religiosos ocultan con una floritura de acciones piadosas o entusiastas.
Véase el uso de anomia en los LXX para traducir
Obviamente, la crisis de la autoridad moral institucional se hacía
Segunda
sentir en la iglesia de Mateo generación (Matthew)
en este período de transición. 59
Para hacer frente a la doble crisis de identidad y autoridad
moral de la Iglesia, Mateo unió las diversas tradiciones del
cristianismo antioqueno en su Evangelio. El suyo fue un intento
sistemático de "recuperar la tradición", de formular una nueva
síntesis cristiana a partir de materiales tradicionales, una síntesis que
proporcionara a su iglesia una explicación adecuada de su origen y
naturaleza, mientras intentaba salvar la distancia entre un pasado
predominantemente judío y un futuro cada vez más gentil. * 133 El
enfoque de Mateo es verdaderamente sintético. Siendo un verdadero
"conservador liberal", no desecha las diversas vertientes de la
antigua tradición judeo-cristiana. Al contrario, las absorbe en un
punto de vista teológico más elevado, una síntesis más elevada. Su
objetivo se describe claramente en la parábola del escriba que se ha
convertido en discípulo del Reino de los Cielos: es como un padre
de familia que saca de su almacén cosas "nuevas y viejas" (kaina kai
palaia, 13:52). Llama la atención el enfoque global, pero aún más
llamativo es el orden. Naturalmente, esperaríamos "lo viejo y lo
nuevo". Mateo, el escriba cristiano, entiende el orden antiguo con el
criterio del orden nuevo, que, en consecuencia, se menciona en
primer lugar. Tal hermenéutica se muestra perfectamente en las citas
de las fórmulas, donde a veces el texto veterotestamentario se
manipula según la vara de medir ("canon") del acontecimiento
crístico. Por ejemplo, en 2:6 Mateo añade la frase "de ninguna
manera" (oudamos) a su cita de Miqueas 5:2, ¡invirtiendo así todo el
sentido del pasaje veterotestamentario!
Sin embargo, aunque Mateo se empeña en comprender lo
antiguo mediante la norma de lo nuevo, se muestra igualmente firme
en la necesidad de preservar lo antiguo. Mientras que Marcos 2:22
se limita a subrayar que el vino nuevo es incompatible con los odres
viejos y debe echarse en odres nuevos, Mateo 9:17 añade con
amplitud de miras que, si se hace así, se conservarán ambos tipos de
odres. Ese es su programa teológico: pre
términos hebreos generales como 'awen (maldad, maldad), 'awon (transgresión, pecado) y
pesa ' (rebelión, revuelta).
133. Para la idea de "recuperar la tradición", véase Tracy, Blessed Rage and
Analogical Imagination; para la idea del evangelio de Mateo como "mito fundacional",
véase Perrin, New Testament 164.
60 ANTIOQUÍA-CAPÍTULO III
139. Por ejemplo, Mateo 9:1-8, comparado con Marcos 2:1-12; Mateo 16:13-
20, comparado con Marcos 8:27-30; Mateo 21:33-46, comparado con Marcos 12:1-12;
Mateo 22:1-14, la parábola del banquete real de bodas, comparada con la parábola Q
conservada en su forma más original en Lucas 14:15-24, la parábola de la gran cena;
Mateo 27:24-26, comparado con Marcos 15:15.
140. Véase Held, "Mateo", esp. 175-78, 248-49.
141. Para una bibliografía completa sobre Mateo 16:17-19, véase Burgess, History.
142. Streeter, Evangelios 515. Obsérvese cómo este otorgamiento de
autoridad docente a Pedro sigue inmediatamente al rechazo de la autoridad docente del
"frente unido" del judaísmo (fariseos y saduceos) en 16:1-12, especialmente el versículo
12: "Guardaos de la doctrina de fariseos y saduceos".
143.Sobre la diferencia entre 16:18 y 18:18, véase Bomkamm, "Autoridad" 46-48.
Bomkamm advierte con razón que no hay que considerar 18:15-18 como una tradición
rival de 16:17-19; no hay rivalidad, "ni siquiera en el sentido de una secuencia histórica
como si la congregación hubiera sustituido a Pedro" (p. 48). Contrasta con Schweizer,
"Kirche", 159, quien afirma que el sucesor de Pedro en el oficio de atar y desatar es la
comunidad (local). Esto es ignorar las muchas diferencias entre los dos pasajes.
Segunda generación (Matthew) 65
Es difícil llegar a una certeza sobre este punto. Para arrojar algo más de
luz sobre esta cuestión estructural, nos remitimos al segundo texto en el
que se emplea la palabra ekklesia, 18:17.153
(c) En las disputas teológicas, Mateo 18:17 se ha contrapuesto a
menudo con 16:18, pero este procedimiento es erróneo por varios
motivos. En primer lugar, ignora los diferentes contextos de los dos
dichos en la redacción de Mateo: Mateo 16 contiene la narración de la
confesión de fe de Pedro cerca de Cesarea de Filipo, mientras que Mateo
18 presenta el discurso de Jesús sobre la vida y el orden de la Iglesia. En
segundo lugar, ignora la diferencia en el significado de ekklesia: la
iglesia en su conjunto, sobre la que Pedro se sitúa como "rabino
supremo" en 16:18; la iglesia local convocada por la apelación de un
miembro para su adjudicación y disciplina en 18:17. En tercer lugar,
ignora la diferencia de matiz154 entre "atar y desatar" en 16:19
(principalmente el poder de interpretar con autoridad la enseñanza moral
de Jesús) y "atar y desatar" en 18:18 (principalmente el poder de admitir
o excluir de la iglesia local). 155 Lo que resulta especialmente intrigante
de 18:15-20 es que tenemos la imagen de una iglesia local,
presumiblemente la iglesia de Mateo, participando en una acción
disciplinaria formal.156 El problema del pecado en la iglesia debe
resolverse en privado, si es posible. Si el pecador se niega a corregir su
conducta, incluso cuando se le confronta con uno o dos testigos, se
convoca a la iglesia local para oír el caso y actuar (presumiblemente la
ι 57. El duro "Que sea para vosotros como un pagano [ethnikos] y un recaudador de
impuestos" (Mt 18:17) puede indicar que la disciplina proviene de los días en que los
estrictos cristianos judíos tenían la sartén por el mango. Obsérvese el paralelismo en 5:46-
47: "Los recaudadores de impuestos... los paganos [¡etniko!]". La mano de Mateo, sin
embargo, puede verse en el uso del relativamente raro ethnikos, "pagano" (sólo cuatro
veces en el NT) en lugar de ethne, "naciones", "pueblos", "gentiles". Para Mateo, los ethne,
los incircuncisos, pueden ser miembros de la Iglesia, pero los ethnikoi son paganos
incircuncisos que no son (todavía) miembros de la Iglesia; así también Mateo 6:7, que
contempla prácticas de oración paganas en contraposición a las prácticas judías de 6:5. Con
tres de los cuatro usos de ethnikos en el NT, Mateo indica su visión de la iglesia como un
tertium genus, una tercera raza, ni judía ni pagana (véase Mt 21:43). La cuarta aparición de
ethnikos en el NT también se refiere a los paganos en contraposición a los cristianos; véase
el comentario sobre III Juan 7 en R. Bultmann, The Johannine Epistles (Filadelfia:
158.Véase Barth, "Auseinandersetzungen"; sugiere que Mateo 13:24-30 y 18:21-35
actúan como una crítica a la tendencia de la Iglesia a anticipar el juicio final en su
disciplina.
70 ANTIOQUÍA-CAPÍTULO III
(e) Para más detalles sobre la complicada historia de la tradición de Mateo 23:1-12,
véase Garland, Intention 34-63; también Haenchen, "Matthaus 23"; Frankemolle,
"Amtskritik"; Schweizer, "Kirche" 160.
Segunda generación (Matthew) 71
Meeks, Jews 19-36, muestra que las tensas y polémicas relaciones entre judíos y cristianos
continuaron en Antioquía, no sólo bajo Ignacio, sino incluso en el siglo IV.
162. Véase Thompson, "Comunidades del Nuevo Testamento".