Psicologia de Masas
Psicologia de Masas
Psicologia de Masas
Conceptos fundamentales[editar]
La psicología de masas abarca tres áreas fundamentales:
Crítica de Freud[editar]
La principal crítica del psicoanalista Freud va referida al hecho de que un individuo deba
descuidarse a sí mismo en el momento en que se une a un grupo colectivo, ya que todos
deben de ser iguales y poseer lo mismo. El ser humano debe de tener la posibilidad de
elegir lo que quiere, desea y piensa. Freud hace hincapié en la idea de igualdad social, ya
que esta es la raíz de la conciencia moral, social y del sentimiento del deber.
Cada ser humano forma parte de muchas masas, tiene varios enlaces de identificación y
ha edificado su ideal del yo según los distintos modelos de masa. Cada ser participa del
alma de muchas masas: su raza, estamento, comunidad de credo, comunidad estatal, etc.
Y puede subirse por encima de todo esto hasta lograr una autonomía y ser más original.
Cuando un individuo pasa de una masa efímera a una masa estable, en ese mismo
momento, pierde su ideal del yo. Es decir, lo intercambia por el ideal de la masa
corporizado en el líder. No es así en todos los casos, es excepcional. A veces para los
seres humanos la separación entre su yo y su ideal del yo no llega demasiado lejos.
Un ser humano quiere pasar a un grupo colectivo ya que se siente en muchas ocasiones
solo y para salir de la soledad busca ser aceptado de cualquier manera posible.
Freud entiende que las masas están gobernadas por lazos afectivos de dos clases: uno, la
unión con el conductor y otro, la unión de los individuos entre sí. Ya que una masa es una
multitud de individuos que han puesto un objeto, uno y el mismo en el lugar de su Ideal del
Yo, a consecuencia de lo cual, se han identificado entre sí en su yo (esto permite que
rivales al comienzo, han podido identificarse entre sí por parejo amor hacia el mismo
objeto).
Para hablar de las masas artificiales, Freud toma a la iglesia y al ejército por ser masas de
alto grado de organización y duraderas en el tiempo, en dichas masas se emplea cierta
compulsión externa para prevenir su disolución e impedir alteraciones de lo estructurado.
Por regla general no se quiere preguntar al individuo si quiere ingresar en una masa de
esa índole, ni se lo deja a su libre elección. Y el intento de separación suele castigarse o
penarse rigurosamente, o se lo sujeta a condiciones muy determinadas.
Toda la teoría sobre la psicología de masas creada por Freud se encuentra registrada en
su obra Psicología de las masas y análisis del yo, que resultó un gran avance en los
estudios acerca de la psicología.
Conductas extremistas[editar]
Los colectivos extremistas actúan con normas de grupo bastante simplificadas. Hay
personas que muestran estas conductas extremistas como son la obsesión, el fanatismo o
el favoritismo por algo como puede ser un equipo de fútbol o pensar que algo es sagrado o
intocable. Este tipo de grupos muestran desobediencia hacia las normas sociales y
plasman sus enfados con el resto de los demás.
Hay ciertas características como son contar con una educación y unas relaciones sociales
deficientes o poseer prejuicios, lo que puede llevar a una persona a declinarse por un
grupo de carácter extremista. Además, situaciones como la pobreza, vivir en una familia
estricta o con unos valores marcados o en condiciones de opresión también puede
decantarnos por este tipo de colectivos más radicalizados.
Estos grupos acaban obsesionándose y se ciegan por un idealismo que puede llevarlos a
la autodestrucción masiva. Se puede decir que se guían por las emociones y sus ideales
carecen de respaldo alguno. Por estos motivos, para la comprensión de la psicología de
masas es muy importante mantener la paz y el bienestar social ya que como hemos
comprobado, las actitudes extremistas pueden derivar en violencia.
Uso de la regresión[editar]
La regresión psicológica de los grandes grupos humanos se caracteriza por una pérdida
de la identidad individual; reagrupamiento en torno a un líder; ruptura mental marcada;
proyecciones e introyecciones masivas; obsesiones narcisistas compartidas; desaparición
del sentido de la realidad; incapacidad de realizar duelos; y abolición de la confianza
básica en la humanidad del prójimo. La regresión generada por el terror se caracteriza por
el desarrollo de una locura colectiva, con pérdida del criterio individual. Se fomentan el
pensamiento mágico, los mitos nacionalistas, el narcisismo de las pequeñas diferencias y
la deshumanización del adversario. El objetivo psicológico de dicha regresión es el de
agrupar a la comunidad en situaciones de amenaza. Pero esta amenaza puede ser real,
fabricada o delirante.
En situaciones violentas, los gestos de compasión suelen ser interpretados por el grupo
que se siente amenazado como síntoma de debilidad del enemigo. Por ejemplo, en el caso
del terrorismo, las reacciones de acuerdo por parte del gobierno suelen ser
malinterpretadas y utilizadas para fines destructivos. Sin embargo, raramente, la represión
del terrorismo también puede aumentar el número de partidarios a sus fines.
Como dijo Waelder: «la relación entre el consenso con que un gobierno ha de contar para
poder gobernar y el grado de fuerza en que se ha de apoyar, depende de la naturaleza de
la coerción [...] y del clima moral que determina cuánta fuerza puede usarse». Las
restricciones severas de la libertad llevan incluido el mensaje de la injusticia de la Ley y
siempre benefician a la táctica de unos terroristas que pretenden fomentar la inseguridad
en la ciudadanía. La finalidad de los terroristas es poner a los políticos libremente elegidos
en la dificultad de tener que ceder a sus peticiones o soportar la posibilidad de ser
acusados de despotismo. La libertad tiende siempre a dañar a la autoridad, pero ninguna
comunidad puede sobrevivir sin una unión de ambos principios.
Cabe resaltar el papel de los medios de comunicación en las sociedades democráticas.
Estos medios pueden aumentar las regresiones emitiendo información relacionada con
una separación mental primitiva de los grupos en “buenos” y “malos”, e interviniendo de
portavoz y altavoz de las causas terroristas. En su afán de sensacionalismo, estos medios
pueden fortificar la estrategia terrorista de difusión e influencia sobre una sociedad de
simpatizantes pasivos y asustados, dispuestos a identificarse con los culpables.