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Psicologia de Masas

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La 

psicología de masas es el estudio del comportamiento de los grupos colectivos. Es


decir, esta rama se encarga de investigar por qué los individuos se contagian del
comportamiento de los demás y se limitan a repetirlo sin cuestionarse nada. La influencia
repercute en cualquier aspecto de la vida ya sea político, religioso, social, económico o
moda. Por supuesto, la cultura de dicho grupo social está completamente relacionada con
los valores que la masa comparte. La idea de psicología de masas se centra en la
inexistencia de autonomía dentro de un grupo ya creado. Una persona que forma parte de
una masa deja de ser independiente, es más, se subordina al grupo al que pertenece.

Breve reseña de la investigación de la psicología de


masas[editar]
Ya desde la antigüedad grandes filósofos como Platón o Aristóteles realizaron teorías
sobre la organización de sociedades en las que un patrón se repetía entre las personas
que formaban dicha sociedad.
El sociólogo Emile Durkheim creó el concepto de anomia, una alienación que se desarrolla
cuando el ser humano no tiene la sensación de pertenecer a una comunidad determinada.
Durkheim hacía hincapié en que la causa de aquello era una ruptura de orden social,
alterado por los cambios de la división del trabajo social.
Según Gustave Le Bon:
La masa es siempre intelectualmente inferior al hombre aislado. Pero, desde el punto de vista de los
sentimientos y de los actos que los sentimientos provocan, puede, según las circunstancias, ser
mejor o peor. Todo depende del modo en que sea sugestionada.1

La investigación prosiguió mediante William McDougall, psicólogo británico que a través de


la fisiología pretendía demostrar que todos los miembros de una sociedad hacen uso de
sus funciones fisiológicas para adaptarse al medio, para integrarse en esa masa
comentada anteriormente.
Sigmund Freud y Alfred Adler investigaron los orígenes inconscientes del comportamiento
humano. Freud tenía la curiosidad de conocer la necesidad de los deseos sexuales del
hombre y Adler pretendía averiguar en que momento el hombre tendría deseo de poder y
dominación.
Freud define la Psicología Colectiva en la siguiente frase:
El individuo se le ve como miembro de una tribu, pueblo, casta social o institución que se organiza
en una masa o colectividad.2

En 1930 se reabrió la investigación a manos de George Herbert Mead, que resaltó la


indudable importancia de la aceptación social de la opinión de cada individuo. Más
tarde Michel Foucault haría hincapié en aspectos del individualismo como la fuerza de la
sociedad, sexualidad y nuevas formas de control social.
En 1940 Kurt Lewin, un psicólogo alemán conocido por ser el fundador de la Psicología
Social moderna, continuó la investigación haciendo hincapié en la importancia de la
sociedad que rodea al individuo una vez apartado del grupo.

Conceptos fundamentales[editar]
La psicología de masas abarca tres áreas fundamentales:

1. La naturaleza social de los individuos. El comportamiento de las personas


viene marcado por sus genes biológicos y su costumbre cultural.
2. Su relación con los demás. La conducta de los seres humanos viene
influenciada por el contagio que adquieren de los demás grupos colectivos.
Estos tienden a hacer las mismas acciones que ven en los demás. Por eso
al relacionarse con ellos suelen actuar comportándose de manera similar.
3. Su representación de la vida en sociedad. Al verse presionados por los
demás grupos sociales, las personas acaban cediendo ante una idea
dominante. Una vez que el individuo forma parte de este grupo colectivo
se deja llevar por los sentimientos y se une a estos, dejando de lado sus
hábitos anteriores sin cuestionarse si son correctos o no.

Gustave Le Bon y su descripción del alma de las


masas[editar]
Para el autor Gustave Le Bon la Psicología de Masas es: «la relación de individuos con su
medio». Es decir, los seres humanos al relacionarse con otra masa o grupo social suelen
destacar unas características: son un alma colectiva en la cual sienten, piensan y actúan
de forma totalmente diferente a la que sentirían, pensarían y actuarían de manera
individual. No es lo mismo actuar en un grupo que realizar una tarea de forma aislada.
Para que los seres humanos formen un grupo colectivo tiene que haber algo que los una a
todos en masa. Según Le Bon, al unirse las personas desaparecen las virtudes de estos y
su peculiaridad, «lo heterogéneo se hunde en lo homogéneo». El Yo deja de existir para
crear un Nosotros.

Causas del alma de masas[editar]


1. Sentimiento de poder invencible: el hombre deja de lado sus
responsabilidades ya que los sentimientos le unen a una masa que se
expresa de forma anónima. Freud sostiene que el individuo al entrar en el
grupo queda subordinado a condiciones que le permiten echar por tierra
las represiones de sus mociones pulsionales inconscientes. Desaparecerá
la conciencia moral del ser humano, tanto para lo bueno como para lo
malo.
2. Contagio de sentimiento y forma de actuar: el interés colectivo pasa a ser
el rasgo más importante. Las acciones y sentimiento serán contagiados, lo
que llevara a cabo que el ser humano sacrifique sus hobbies por el interés
colectivo, la mayoría de las veces de forma inconsciente (lo más
importante es sentirse integrado).
3. Sugestionabilidad: es la causa más importante. El ser humano se contagia
y pasa a ser hipnotizado por las acciones de los otros. Con lo cual, adapta
características diferentes que ejerce de forma aislada. No tiene conciencia
de sus actos porque se ha dejado contagiar por la masa. Asimismo, Le
Bon cree que la masa es impulsiva, voluble y excitable. Ya que aparece un
sentimiento de omnipotencia y el ciudadano ya no ve nada imposible.
4. Identificar el alma de las masas con el alma de los primitivos. Cuando en
las masas no están de acuerdo con algo, se tolera y discute sin que esto
se convierta en un problema. Está sujeta al poder mágico de las palabras
porque no conocieron lo real. La masa pide ilusiones que no pueden
rechazar, lo irreal predomina ante lo real.
5. Mecanismo de Supervivencia: Ya Le Bon mencionaba que en la "masa"
desaparecen las peculiaridades de los individuos. Hay un acuerdo tácito
del grupo en las peculiaridades que la masa ha de manifestar. «Es mejor 2
—o muchas— cabezas que una», En la masa el individuo percibe la
oportunidad de alcanzar lo imposible para el uno, pero sí para el grupo. Y
por supuesto hay sacrificios pero alguna de las necesidades del individuo
las cubrirá la masa. En la naturaleza vemos muestras formidables de la
masa con propósito de supervivencia: Las manadas de mamíferos, las
parvadas de aves, los peces, etc. Hay mayor oportunidad de supervivencia
en el conjunto, en la masa, que de manera individual.
Características negativas de la masa[editar]
Los sentimientos de la masa son simples y exaltados. Esta quiere ser dominada y someter
a la vez.
La sociedad en masa presenta características negativas como son: la impulsividad;
inconsciencia; falta de perseverancia; influenciable y crédula; acrítica; voluble; intolerante;
sentimientos simples y exaltados. En la masa predomina una falsa ilusión sobre lo real.
La masa no existe sin un líder y este presenta cualidades como: fuerte personalidad; una
creencia marcada y voluntad poderosa. Los grupos colectivos se sienten atraídos por el
prestigio que presenta el líder. Si el jefe perdiese este prestigio decepcionaría a la masa.
Ya que el prestigio no lo tiene cualquiera, por eso los grupos colectivos se dejan hipnotizar
por este.
Otra característica negativa que hay que resaltar es que los grupos colectivos al unirse a la
masa, presentan un bajo rendimiento intelectual, al no ejercitar su mente por sí mismos.
Se ven mermados por el aumento de afectividad y se hipnotizan por la capacidad inferior
que presentan el resto de miembros. Intentan nivelarse al nivel intelectual.
Le Bon apostilla que los individuos una vez pasan al grupo colectivo estos pasaran a ser
dominados por un jefe. Ya que a los individuos las ideas del líder les fascinan, están
hipnotizados por estos.
También se debe tener en cuenta que el hecho de que una mayoría coincida en un
determinado punto de vista no significa que sea necesariamente la opinión correcta. La
falta de información, el peso de los intereses de cada grupo o la ausencia de suficiente
reflexión pueden hacer predominar ideas equivocadas.

Masas estables y efímeras[editar]


A lo que Le Bon se refiere es a dos tipos de masas: las efímeras y estables. Las masas
efímeras son las que se acumulan por la reunión de grupos de diversos tipos con miras a
un tipo de interés pasajero. Mientras que las masas estables son cuando los seres
humanos consagran su vida para encarnarse en las instituciones de la sociedad.
A lo que se refiere el autor es que el ser humano cuando permanecía individual poseía
unas características, tradiciones, usos, virtudes y se mantenía alejado de los otros. Y al
unirse al resto de la masa adquiere las características de los otros grupos colectivos de
forma totalmente rápida.

Crítica de Freud[editar]
La principal crítica del psicoanalista Freud va referida al hecho de que un individuo deba
descuidarse a sí mismo en el momento en que se une a un grupo colectivo, ya que todos
deben de ser iguales y poseer lo mismo. El ser humano debe de tener la posibilidad de
elegir lo que quiere, desea y piensa. Freud hace hincapié en la idea de igualdad social, ya
que esta es la raíz de la conciencia moral, social y del sentimiento del deber.
Cada ser humano forma parte de muchas masas, tiene varios enlaces de identificación y
ha edificado su ideal del yo según los distintos modelos de masa. Cada ser participa del
alma de muchas masas: su raza, estamento, comunidad de credo, comunidad estatal, etc.
Y puede subirse por encima de todo esto hasta lograr una autonomía y ser más original.
Cuando un individuo pasa de una masa efímera a una masa estable, en ese mismo
momento, pierde su ideal del yo. Es decir, lo intercambia por el ideal de la masa
corporizado en el líder. No es así en todos los casos, es excepcional. A veces para los
seres humanos la separación entre su yo y su ideal del yo no llega demasiado lejos.
Un ser humano quiere pasar a un grupo colectivo ya que se siente en muchas ocasiones
solo y para salir de la soledad busca ser aceptado de cualquier manera posible.
Freud entiende que las masas están gobernadas por lazos afectivos de dos clases: uno, la
unión con el conductor y otro, la unión de los individuos entre sí. Ya que una masa es una
multitud de individuos que han puesto un objeto, uno y el mismo en el lugar de su Ideal del
Yo, a consecuencia de lo cual, se han identificado entre sí en su yo (esto permite que
rivales al comienzo, han podido identificarse entre sí por parejo amor hacia el mismo
objeto).
Para hablar de las masas artificiales, Freud toma a la iglesia y al ejército por ser masas de
alto grado de organización y duraderas en el tiempo, en dichas masas se emplea cierta
compulsión externa para prevenir su disolución e impedir alteraciones de lo estructurado.
Por regla general no se quiere preguntar al individuo si quiere ingresar en una masa de
esa índole, ni se lo deja a su libre elección. Y el intento de separación suele castigarse o
penarse rigurosamente, o se lo sujeta a condiciones muy determinadas.
Toda la teoría sobre la psicología de masas creada por Freud se encuentra registrada en
su obra Psicología de las masas y análisis del yo, que resultó un gran avance en los
estudios acerca de la psicología.

Investigación y áreas de aplicación[editar]


Actualmente, se aplica el estudio de la psicología de masas a través de la investigación
para obtener resultados y respuestas acerca de diferentes temas y comportamientos o
conductas de la vida humana.
Temas como la disonancia y la conformidad son puntos de interés actual y que se estudian
a través de la psicología de masas. También existen otros aspectos como la inteligencia o
la orientación social que son investigados para saber si son genéticos o se adoptan o
adquieren del entorno.
Todas las personas que persiguen un objetivo buscan el convencimiento de las personas
acerca de un determinado tema. Para ello, recurren a este fenómeno denominado
psicología de masas con el fin de persuadirlos. Un ejemplo de ello serían los políticos o
líderes que buscan el apoyo de una gran masa mediante la persuasión y el moldeamiento
de los valores sociales. Para llevar a cabo las pertinentes investigaciones se puede recurrir
a investigaciones de mercado, encuestas de opinión, entrevistas, trabajos de laboratorio,
experimentos naturales, estudios detallados, análisis estadísticos, etc.
Por tanto, se estudian casos como el comportamiento de los grupos colectivos en eventos
o competiciones deportivas o la razón por la que las personas se paran a mirar
determinadas cosas como puede ser un escaparate. También existe el caso en el que un
investigador se introduce y convive con una comunidad para extraer conclusiones acerca
de sus valores y costumbres.
La filosofía, la neuropsicología y la investigación de la inteligencia artificial conforman el
conjunto interdisciplinar de las ciencias cognitivas.

Conductas extremistas[editar]
Los colectivos extremistas actúan con normas de grupo bastante simplificadas. Hay
personas que muestran estas conductas extremistas como son la obsesión, el fanatismo o
el favoritismo por algo como puede ser un equipo de fútbol o pensar que algo es sagrado o
intocable. Este tipo de grupos muestran desobediencia hacia las normas sociales y
plasman sus enfados con el resto de los demás.
Hay ciertas características como son contar con una educación y unas relaciones sociales
deficientes o poseer prejuicios, lo que puede llevar a una persona a declinarse por un
grupo de carácter extremista. Además, situaciones como la pobreza, vivir en una familia
estricta o con unos valores marcados o en condiciones de opresión también puede
decantarnos por este tipo de colectivos más radicalizados.
Estos grupos acaban obsesionándose y se ciegan por un idealismo que puede llevarlos a
la autodestrucción masiva. Se puede decir que se guían por las emociones y sus ideales
carecen de respaldo alguno. Por estos motivos, para la comprensión de la psicología de
masas es muy importante mantener la paz y el bienestar social ya que como hemos
comprobado, las actitudes extremistas pueden derivar en violencia.

La influencia de la publicidad y los medios de


comunicación social[editar]
Los medios de comunicación en la actualidad influyen de manera constante en las
personas para modificar sus modelos de vida, sus elecciones, sus costumbres, el consumo
y la opinión pública. Este hecho es inevitable puesto que las masas son solo el
destinatario, no se comunican a través de los medios; son los propietarios de esos medios
quienes comunican algo. La tecnología y la inmensa cantidad de datos sobre los individuos
facilitan una manipulación más estratégica y dirigida.
Los medios de comunicación (radio, televisión, prensa, internet) lanzan ciertos estereotipos
o tendencias que nos influyen en nuestra forma de vida. El cine por su parte, también nos
incide de una forma u otra en nuestra forma de pensar o actuar.
La publicidad es un claro ejemplo de persuasión ya que busca a toda costa atraer al
público. Para ello, utilizan lemas o campañas dónde sustituyen un análisis racional por otro
ligado a lo emocional. Pues bien, utilizan nuestra vulnerabilidad a través de las emociones
para captar nuestra atención.

Psicología de masas en la historia[editar]


La historia de la noción de masa nace con las multitudes incontrolables que se
manifestaron en los movimientos revolucionarios y se convirtieron en una amenaza para el
desarrollo del capitalismo industrial naciente. En ese contexto el control de las grandes
concentraciones humanas se volvió una preocupación creciente de los gobiernos y de los
científicos sociales.
Tres momentos importantes en el desarrollo de las teorías acerca del hombre como masa:

1. Visión aristocrática: Se extiende por un largo período de tiempo. En esta


corriente de pensamiento se da por sentado como natural «la excelencia
de unos pocos frente a la mezquindad de la mayoría».
2. Psicología de las multitudes: Antes de la Primera Guerra Mundial. Una
representación negativa de la población como conjunto heterogéneo e
inorgánico de personas incultas, salvajes e incapaces de pensamiento
racional.
3. Escuela de Fráncfort: La sociedad es alienada.
Durante los periodos históricos del mundo se ha hecho uso de la psicología de masas para
controlar al pueblo, ya que si tienes el poder para controlar a las masas, tienes el poder de
gobernar. Las ideas más simples son las más creíbles, sobre todo si vienen en forma de
«promesa». Entre los ejemplos más claros podemos fijarnos en la imposición de valores
de la iglesia en la Edad Media y en los fascismos (alemán, italiano e, incluso, español).
Uno de los casos más importantes en la historia de la psicología de masas fue el usado
por Napoleón que comunicaba a su Consejero de Estado estas palabras: «Comulgando en
público terminé con la guerra de la Vendée; haciéndome pasar por musulmán me establecí
en Egipto; con dos o tres declaraciones papistas me ganaré a todos los curas de Italia».1

Psicología de las masas y violencia[editar]


La relación entre racionalidad y la realidad del comportamiento humano destacado sobre
todo en el funcionamiento de la masa, tanto el agresor como la víctima.
La acción violenta de las masas, como cualquier otra actividad humana, contiene parte de
verdad y se halla fundamentada en motivaciones psicológicamente comprensibles, aunque
sean inconscientes. Han existido revueltas, revoluciones y guerras por motivos de
supervivencia, por codicia, por cuestiones de honor, por razones de justicia, etcétera.
La percepción de la indignidad e injusticia social es un asunto muy relativo. Esto no suele
suceder si las desigualdades sociales se toman como inevitables.
Un denominador común de todos los fenómenos de masas es el amor o aceptación poco
discriminada para los que acatan las leyes del grupo y, por otra parte, de odio o
intolerancia hacia aquellos que no pertenecen a él. Esto es aplicable tanto a nacionalismos
y religiones como a las pandillas de barrio o a los seguidores de un equipo de fútbol. El
comportamiento de estos grupos humanos ha hecho a Erik Erikson (1966) hablar de
“pseudo especies”.3 Dicho esto debe comprenderse desde la perspectiva de la regresión
narcisista al estado de desarrollo mental llamado ‘preambivalente’, en el que el niño
percibe a las personas de su alrededor como buenas o malas. En el ser humano persiste
siempre, en mayor o menor grado, el potencial de un retorno al estado psicológico en que
las relaciones se sentían como ideales o, por el contrario, persecutorias (Klein, 1946). El
individuo extirpa lo malo de su líder, de su grupo —y de sí mismo—, y se lo implanta al
enemigo. Además, se apropia de los atributos buenos que los rivales puedan tener. Es en
estas circunstancias cuando el Superyó puede encontrar no sólo aceptable, sino como
obligación, la eliminación de los oponentes, depositarios de todo lo abominable. Así pues
se consigue justificar los actos de terrorismo y las acciones de guerra, y cómo se refuerzan
a la vez los sentimientos nacionalistas de pertenencia.

Uso de la regresión[editar]
La regresión psicológica de los grandes grupos humanos se caracteriza por una pérdida
de la identidad individual; reagrupamiento en torno a un líder; ruptura mental marcada;
proyecciones e introyecciones masivas; obsesiones narcisistas compartidas; desaparición
del sentido de la realidad; incapacidad de realizar duelos; y abolición de la confianza
básica en la humanidad del prójimo. La regresión generada por el terror se caracteriza por
el desarrollo de una locura colectiva, con pérdida del criterio individual. Se fomentan el
pensamiento mágico, los mitos nacionalistas, el narcisismo de las pequeñas diferencias y
la deshumanización del adversario. El objetivo psicológico de dicha regresión es el de
agrupar a la comunidad en situaciones de amenaza. Pero esta amenaza puede ser real,
fabricada o delirante.
En situaciones violentas, los gestos de compasión suelen ser interpretados por el grupo
que se siente amenazado como síntoma de debilidad del enemigo. Por ejemplo, en el caso
del terrorismo, las reacciones de acuerdo por parte del gobierno suelen ser
malinterpretadas y utilizadas para fines destructivos. Sin embargo, raramente, la represión
del terrorismo también puede aumentar el número de partidarios a sus fines.
Como dijo Waelder: «la relación entre el consenso con que un gobierno ha de contar para
poder gobernar y el grado de fuerza en que se ha de apoyar, depende de la naturaleza de
la coerción [...] y del clima moral que determina cuánta fuerza puede usarse». Las
restricciones severas de la libertad llevan incluido el mensaje de la injusticia de la Ley y
siempre benefician a la táctica de unos terroristas que pretenden fomentar la inseguridad
en la ciudadanía. La finalidad de los terroristas es poner a los políticos libremente elegidos
en la dificultad de tener que ceder a sus peticiones o soportar la posibilidad de ser
acusados de despotismo. La libertad tiende siempre a dañar a la autoridad, pero ninguna
comunidad puede sobrevivir sin una unión de ambos principios.
Cabe resaltar el papel de los medios de comunicación en las sociedades democráticas.
Estos medios pueden aumentar las regresiones emitiendo información relacionada con
una separación mental primitiva de los grupos en “buenos” y “malos”, e interviniendo de
portavoz y altavoz de las causas terroristas. En su afán de sensacionalismo, estos medios
pueden fortificar la estrategia terrorista de difusión e influencia sobre una sociedad de
simpatizantes pasivos y asustados, dispuestos a identificarse con los culpables.

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