Psicología de Masas
Psicología de Masas
Psicología de Masas
La psicología de masas es el estudio del comportamiento de los grupos colectivos. Es decir, esta rama se
encarga de investigar por qué los individuos se contagian del comportamiento de los demás y se limitan a
repetirlo sin cuestionarse nada. La influencia repercute en cualquier aspecto de la vida ya sea política,
religión, sociedad, economía o moda. Por supuesto, la cultura de dicho grupo social está completamente
relacionada con los valores que la masa comparte. La idea de psicología de masas se centra en la
inexistencia de autonomía dentro de un grupo ya creado. Una persona que forma parte de una masa deja de
ser independiente, es más, se subordina al grupo al que pertenece.
Índice
Breve reseña de la investigación de la psicología de masas
Conceptos fundamentales
Gustave Le Bon y su descripción del alma de las masas
Causas del alma de masas
Características negativas de la masa
Masas estables y efímeras
Crítica de Freud
Investigación y áreas de aplicación
Conductas extremistas
La influencia de la publicidad y los medios de comunicación social
Psicología de masas en la historia
Psicología de las masas y violencia
Uso de la regresión
Véase también
Referencias
Enlaces externos
El sociólogo Emile Durkheim creó el concepto de anomia, una alienación que se desarrolla cuando el ser
humano no tiene la sensación de pertenecer a una comunidad determinada. Durkheim hacía hincapié en
que la causa de aquello era una ruptura de orden social, alterado por los cambios de la división del trabajo
social.
La investigación prosiguió mediante William McDougall, psicólogo británico que a través de la fisiología
pretendía demostrar que todos los miembros de una sociedad hacen uso de sus funciones fisiológicas para
adaptarse al medio, para integrarse en esa masa comentada anteriormente.
Sigmund Freud y Alfred Adler investigaron los orígenes inconscientes del comportamiento humano. Freud
tenía la curiosidad de conocer la necesidad de los deseos sexuales del hombre y Adler pretendía averiguar
en que momento el hombre tendría deseo de poder y dominación.
El individuo se le ve como miembro de una tribu, pueblo, casta social o institución que se
organiza en una masa o colectividad.2
En 1930 se reabrió la investigación a manos de George Herbert Mead, que resaltó la indudable importancia
de la aceptación social de la opinión de cada individuo. Más tarde Michel Foucault haría hincapié en
aspectos del individualismo como la fuerza de la sociedad, sexualidad y nuevas formas de control social.
En 1940 Kurt Lewin, un psicólogo alemán conocido por ser el fundador de la Psicología Social moderna,
continuó la investigación haciendo hincapié en la importancia de la sociedad que rodea al individuo una
vez apartado del grupo.
Conceptos fundamentales
La psicología de masas abarca tres áreas fundamentales:
Los sentimientos de la masa son simples y exaltados. Esta quiere ser dominada y someter a la vez.
La sociedad en masa presenta características negativas como son: la impulsividad; inconsciencia; falta de
perseverancia; influenciable y crédula; acrítica; voluble; intolerante; sentimientos simples y exaltados. En la
masa predomina una falsa ilusión sobre lo real.
La masa no existe sin un líder y este presenta cualidades como: fuerte personalidad; una creencia marcada y
voluntad poderosa. Los grupos colectivos se sienten atraídos por el prestigio que presenta el líder. Si el jefe
perdiese este prestigio decepcionaría a la masa. Ya que el prestigio no lo tiene cualquiera, por eso los
grupos colectivos se dejan hipnotizar por este.
Otra característica negativa que hay que resaltar es que los grupos colectivos al unirse a la masa, presentan
un bajo rendimiento intelectual, al no ejercitar su mente por sí mismos. Se ven mermados por el aumento de
afectividad y se hipnotizan por la capacidad inferior que presentan el resto de miembros. Intentan nivelarse
al nivel intelectual.
Le Bon apostilla que los individuos una vez pasan al grupo colectivo estos pasaran a ser dominados por un
jefe. Ya que a los individuos las ideas del líder les fascinan, están hipnotizados por estos.
También se debe tener en cuenta que el hecho de que una mayoría coincida en un determinado punto de
vista no significa que sea necesariamente la opinión correcta. La falta de información, el peso de los
intereses de cada grupo o la ausencia de suficiente reflexión pueden hacer predominar ideas equivocadas.
Masas estables y efímeras
A lo que Le Bon se refiere es a dos tipos de masas: las efímeras y estables. Las masas efímeras son las que
se acumulan por la reunión de grupos de diversos tipos con miras a un tipo de interés pasajero. Mientras
que las masas estables son cuando los seres humanos consagran su vida para encarnarse en las instituciones
de la sociedad.
A lo que se refiere el autor es que el ser humano cuando permanecía individual poseía unas características,
tradiciones, usos, virtudes y se mantenía alejado de los otros. Y al unirse al resto de la masa adquiere las
características de los otros grupos colectivos de forma totalmente rápida.
Crítica de Freud
La principal crítica del psicoanalista Freud va referida al hecho de que un individuo deba descuidarse a sí
mismo en el momento en que se une a un grupo colectivo, ya que todos deben de ser iguales y poseer lo
mismo. El ser humano debe de tener la posibilidad de elegir lo que quiere, desea y piensa. Freud hace
hincapié en la idea de igualdad social, ya que esta es la raíz de la conciencia moral, social y del sentimiento
del deber.
Cada ser humano forma parte de muchas masas, tiene varios enlaces de identificación y ha edificado su
ideal del yo según los distintos modelos de masa. Cada ser participa del alma de muchas masas: su raza,
estamento, comunidad de credo, comunidad estatal, etc. Y puede subirse por encima de todo esto hasta
lograr una autonomía y ser más original.
Cuando un individuo pasa de una masa efímera a una masa estable, en ese mismo momento, pierde su ideal
del yo. Es decir, lo intercambia por el ideal de la masa corporizado en el líder. No es así en todos los casos,
es excepcional. A veces para los seres humanos la separación entre su yo y su ideal del yo no llega
demasiado lejos.
Un ser humano quiere pasar a un grupo colectivo ya que se siente en muchas ocasiones solo y para salir de
la soledad busca ser aceptado de cualquier manera posible.
Freud entiende que las masas están gobernadas por lazos afectivos de dos clases: uno, la unión con el
conductor y otro, la unión de los individuos entre sí. Ya que una masa es una multitud de individuos que
han puesto un objeto, uno y el mismo en el lugar de su Ideal del Yo, a consecuencia de lo cual, se han
identificado entre sí en su yo (esto permite que rivales al comienzo, han podido identificarse entre sí por
parejo amor hacia el mismo objeto).
Para hablar de las masas artificiales, Freud toma a la iglesia y al ejército por ser masas de alto grado de
organización y duraderas en el tiempo, en dichas masas se emplea cierta compulsión externa para prevenir
su disolución e impedir alteraciones de lo estructurado. Por regla general no se quiere preguntar al
individuo si quiere ingresar en una masa de esa índole, ni se lo deja a su libre elección. Y el intento de
separación suele castigarse o penarse rigurosamente, o se lo sujeta a condiciones muy determinadas.
Toda la teoría sobre la psicología de masas creada por Freud se encuentra registrada en su obra Psicología
de las masas y análisis del yo, que resultó un gran avance en los estudios acerca de la psicología.
Todas las personas que persiguen un objetivo buscan el convencimiento de las personas acerca de un
determinado tema. Para ello, recurren a este fenómeno denominado psicología de masas con el fin de
persuadirlos. Un ejemplo de ello serían los políticos o líderes que buscan el apoyo de una gran masa
mediante la persuasión y el moldeamiento de los valores sociales. Para llevar a cabo las pertinentes
investigaciones se puede recurrir a investigaciones de mercado, encuestas de opinión, entrevistas, trabajos
de laboratorio, experimentos naturales, estudios detallados, análisis estadísticos, etc.
Por tanto, se estudian casos como el comportamiento de los grupos colectivos en eventos o competiciones
deportivas o la razón por la que las personas se paran a mirar determinadas cosas como puede ser un
escaparate. También existe el caso en el que un investigador se introduce y convive con una comunidad
para extraer conclusiones acerca de sus valores y costumbres.
Conductas extremistas
Los colectivos extremistas actúan con normas de grupo bastante simplificadas. Hay personas que muestran
estas conductas extremistas como son la obsesión, el fanatismo o el favoritismo por algo como puede ser un
equipo de fútbol o pensar que algo es sagrado o intocable. Este tipo de grupos muestran desobediencia
hacia las normas sociales y plasman sus enfados con el resto de los demás.
Hay ciertas características como son contar con una educación y unas relaciones sociales deficientes o
poseer prejuicios, lo que puede llevar a una persona a declinarse por un grupo de carácter extremista.
Además, situaciones como la pobreza, vivir en una familia estricta o con unos valores marcados o en
condiciones de opresión también puede decantarnos por este tipo de colectivos más radicalizados.
Estos grupos acaban obsesionándose y se ciegan por un idealismo que puede llevarlos a la autodestrucción
masiva. Se puede decir que se guían por las emociones y sus ideales carecen de respaldo alguno. Por estos
motivos, para la comprensión de la psicología de masas es muy importante mantener la paz y el bienestar
social ya que como hemos comprobado, las actitudes extremistas pueden derivar en violencia.
Los medios de comunicación (radio, televisión, prensa, internet) lanzan ciertos estereotipos o tendencias
que nos influyen en nuestra forma de vida. El cine por su parte, también nos incide de una forma u otra en
nuestra forma de pensar o actuar.
La publicidad es un claro ejemplo de persuasión ya que busca a toda costa atraer al público. Para ello,
utilizan lemas o campañas dónde sustituyen un análisis racional por otro ligado a lo emocional. Pues bien,
utilizan nuestra vulnerabilidad a través de las emociones para captar nuestra atención.
Tres momentos importantes en el desarrollo de las teorías acerca del hombre como masa:
Durante los periodos históricos del mundo se ha hecho uso de la psicología de masas para controlar al
pueblo, ya que si tienes el poder para controlar a las masas, tienes el poder de gobernar. Las ideas más
simples son las más creíbles, sobre todo si vienen en forma de «promesa». Entre los ejemplos más claros
podemos fijarnos en la imposición de valores de la iglesia en la Edad Media y en los fascismos (alemán,
italiano e, incluso, español).
Uno de los casos más importantes en la historia de la psicología de masas fue el usado por Napoleón que
comunicaba a su Consejero de Estado estas palabras: «Comulgando en público terminé con la guerra de la
Vendée; haciéndome pasar por musulmán me establecí en Egipto; con dos o tres declaraciones papistas me
ganaré a todos los curas de Italia».1
La acción violenta de las masas, como cualquier otra actividad humana, contiene parte de verdad y se halla
fundamentada en motivaciones psicológicamente comprensibles, aunque sean inconscientes. Han existido
revueltas, revoluciones y guerras por motivos de supervivencia, por codicia, por cuestiones de honor, por
razones de justicia, etcétera.
La percepción de la indignidad e injusticia social es un asunto muy relativo. Esto no suele suceder si las
desigualdades sociales se toman como inevitables.
Un denominador común de todos los fenómenos de masas es el amor o aceptación poco discriminada para
los que acatan las leyes del grupo y, por otra parte, de odio o intolerancia hacia aquellos que no pertenecen
a él. Esto es aplicable tanto a nacionalismos y religiones como a las pandillas de barrio o a los seguidores de
un equipo de fútbol. El comportamiento de estos grupos humanos ha hecho a Erik Erikson (1966) hablar de
“pseudo especies”.3 Dicho esto debe comprenderse desde la perspectiva de la regresión narcisista al estado
de desarrollo mental llamado ‘preambivalente’, en el que el niño percibe a las personas de su alrededor
como buenas o malas. En el ser humano persiste siempre, en mayor o menor grado, el potencial de un
retorno al estado psicológico en que las relaciones se sentían como ideales o, por el contrario, persecutorias
(Klein, 1946). El individuo extirpa lo malo de su líder, de su grupo —y de sí mismo—, y se lo implanta al
enemigo. Además, se apropia de los atributos buenos que los rivales puedan tener. Es en estas
circunstancias cuando el Superyó puede encontrar no sólo aceptable, sino como obligación, la eliminación
de los oponentes, depositarios de todo lo abominable. Así pues se consigue justificar los actos de terrorismo
y las acciones de guerra, y cómo se refuerzan a la vez los sentimientos nacionalistas de pertenencia.
Uso de la regresión
La regresión psicológica de los grandes grupos humanos se caracteriza por una pérdida de la identidad
individual; reagrupamiento en torno a un líder; ruptura mental marcada; proyecciones e introyecciones
masivas; obsesiones narcisistas compartidas; desaparición del sentido de la realidad; incapacidad de realizar
duelos; y abolición de la confianza básica en la humanidad del prójimo. La regresión generada por el terror
se caracteriza por el desarrollo de una locura colectiva, con pérdida del criterio individual. Se fomentan el
pensamiento mágico, los mitos nacionalistas, el narcisismo de las pequeñas diferencias y la
deshumanización del adversario. El objetivo psicológico de dicha regresión es el de agrupar a la comunidad
en situaciones de amenaza. Pero esta amenaza puede ser real, fabricada o delirante.
En situaciones violentas, los gestos de compasión suelen ser interpretados por el grupo que se siente
amenazado como síntoma de debilidad del enemigo. Por ejemplo, en el caso del terrorismo, las reacciones
de acuerdo por parte del gobierno suelen ser malinterpretadas y utilizadas para fines destructivos. Sin
embargo, raramente, la represión del terrorismo también puede aumentar el número de partidarios a sus
fines.
Como dijo Waelder: «la relación entre el consenso con que un gobierno ha de contar para poder gobernar y
el grado de fuerza en que se ha de apoyar, depende de la naturaleza de la coerción [...] y del clima moral
que determina cuánta fuerza puede usarse». Las restricciones severas de la libertad llevan incluido el
mensaje de la injusticia de la Ley y siempre benefician a la táctica de unos terroristas que pretenden
fomentar la inseguridad en la ciudadanía. La finalidad de los terroristas es poner a los políticos libremente
elegidos en la dificultad de tener que ceder a sus peticiones o soportar la posibilidad de ser acusados de
despotismo. La libertad tiende siempre a dañar a la autoridad, pero ninguna comunidad puede sobrevivir sin
una unión de ambos principios.
Cabe resaltar el papel de los medios de comunicación en las sociedades democráticas. Estos medios pueden
aumentar las regresiones emitiendo información relacionada con una separación mental primitiva de los
grupos en “buenos” y “malos”, e interviniendo de portavoz y altavoz de las causas terroristas. En su afán de
sensacionalismo, estos medios pueden fortificar la estrategia terrorista de difusión e influencia sobre una
sociedad de simpatizantes pasivos y asustados, dispuestos a identificarse con los culpables.
Véase también
Psicología multitudinaria
Psicología de las masas y análisis del yo
Psicología social
Referencias
2. Freud, Sigmund (1921). La psicología de
1. Le Bon, Gustave (1896). La psicología de
masas y el análisis del Yo.
masas. p. 4.
3. Erikson, Erik (1963). Teoría psicosocial.
Enlaces externos
La psicología de masas y el análisis del Yo (https://web.archive.org/web/20130526040611/h
ttp://www.elortiba.org/freud40.html)
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