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Técnica Psicológica de La Linea de Vida

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TÉCNICA PSICOLÓGICA DE LA LINEA DE VIDA

11/04/2012

 “Esta técnica psicológica resalta momentos


de cambio, experiencias importantes y modificaciones en el rumbo de la historia personal, así
como proyecciones de momentos futuros”.

 “La recapitulación de acontecimientos es necesaria para aprender de la historia y entender


qué sucedió en un momento dado”. 

En la siguiente entrevista, Diana Beriain, psicóloga colaboradora del INSTITUT


D’ASSISTENCIA PSICOLOGICA I PSIQUIATRICA MENSALUS, nos presenta la técnica
psicológica de la línea de vida.
 ¿En qué consiste la técnica de la línea de vida?

 Todos poseemos una línea de vida que simboliza nuestro relato, nuestra experiencia,
nuestro bagaje.  Las personas tenemos una historia de nuestro pasado formada a partir de
recuerdos que marcan distintas vivencias que hemos experimentado y que, de un modo
imaginario, dividen el camino que hemos seguido.  Estas divisiones son etapas y cada
persona fracciona su vida mentalmente de un modo subjetivo.

De forma resumida, podríamos decir que esta técnica consiste en la creación de una línea
(gráfica o imaginaria), en la que la persona coloca los acontecimientos más relevantes de su
vida o de un periodo de la misma.  Así pues, la línea de vida es una representación de
aquellos eventos que han marcado o tenido una influencia importante en la historia de vida,
partiendo del inicio de ésta, hasta llegar al momento actual.  La técnica resalta momentos de
cambio, experiencias importantes y modificaciones en el rumbo de la historia personal,
así como proyecciones de momentos futuros.

Nos hablas de línea de vida física o imaginaria, ¿a qué te refieres?

 Esta técnica puede realizarse sobre una cartulina o un papel a modo de gráfico, o en un
espacio físico que marque el terapeuta a modo imaginario.

¿Cómo se realiza esta técnica?

 En los dos casos, gráficamente o espacialmente, el terapeuta pide a la persona que se sitúe
en el momento presente, y señale dónde se encuentra su pasado y su futuro.  Con este
ejercicio puede trabajarse toda la historia de vida (es decir, desde el nacimiento hasta el
momento actual y la proyección de futuro), o una etapa concreta (por ejemplo, la etapa de
estudios universitarios o una etapa laboral).

En el caso de la técnica a modo gráfico, la persona dibujará su “línea” y la dividirá en distintas


etapas ordenadas cronológicamente, cada una de ellas protagonizada por un suceso
relevante concreto.  La división de etapas será totalmente subjetiva.

En el caso de la técnica a modo espacial, la persona señalará en el suelo cuál es su “línea”. 


Para realizar las distintas divisiones y etapas, la persona se desplazará a lo largo de la línea.
En los dos casos, el terapeuta ayudará al individuo a recordar momentos pasados y revivir
emociones con intervenciones tipo “¿cómo te sentías María en esta etapa concreta de tu
vida?”, conocer el estado actual preguntando “¿cómo te sientes en este momento presente?”,
proyectar momentos futuros con preguntas tales como “¿cómo te ves dentro de cinco
años?”, y establecerá incluso un diálogo entre distintas etapas facilitando preguntas tipo: “¿la
María actual, que le diría a la María del futuro?”, “la María del momento futuro, ¿qué consejo
podría ofrecerle a la María actual?”
Así pues, ¿qué utilidad tiene esta técnica?

En un espacio ordenado encontramos las cosas más fácilmente y resulta más sencillo
asignar el sitio apropiado para cada cosa.  El objetivo de la línea de vida es ordenar
acontecimientos de nuestra historia y preservarlos vivos, así como obtener un recurso para
encontrarlos fácilmente si los necesitamos.

Construir una línea de este tipo puede ayudarnos a entender qué visión tenemos de la vida,
cuáles son nuestras prioridades, qué recuerdos conservamos de la infancia y cómo han
podido influir en el presente, qué cambios hemos realizado a lo largo del tiempo, cómo
vivimos en la actualidad y cómo nos planteamos el futuro.

Aun así, esta no es una tarea fácil; para ello es necesario mucha reflexión, concentración y
capacidad de síntesis.  

La recapitulación de acontecimientos es necesaria para aprender de la historia y entender


qué sucedió en un momento dado.  Es importante comprender qué pasó para poder así
construir un futuro.  La línea de vida nos facilitará conocer cómo hemos llegado hasta el
punto presente, y pondrá de manifiesto cuáles fueron las decisiones que se tomaron en cada
momento y cómo evolucionaron creando nuevas situaciones y experiencias.

Esta técnica no sirve para juzgar o arrepentirnos de nuestras decisiones, sino para
comprender por qué tomamos un camino concreto en un momento dado y qué rumbo
queremos seguir de ahora en adelante.
 

¿Nos podrías mostrar un breve ejemplo de esta técnica?

 Veamos a groso modo cómo se realizaría la técnica a modo gráfico:

En una gran hoja o cartulina, el paciente dibuja una línea y marca en ella las fechas que
considera más significativas desde su nacimiento hasta ahora, reflejando aquello que tuvo un
impacto significativo: estudios, trabajos, enfermedades, cambios personales, familiares, etc. 
La línea la puede crear el paciente solo o con la ayuda del terapeuta conforme se explora su
historia.

A continuación,  la persona se sitúa en el momento actual y se inicia una revisión de etapas.  
Con esta revisión,   se puede  agregar todo tipo de información: sentimientos, ideas,
decisiones que cambiaron su vida, emociones, fotos, etc. todo ello a partir de reflexiones y
diálogos generados con la ayuda del terapeuta.

Veamos un ejemplo de las distintas etapas verbalizadas por un personaje imaginario, María.
1-  Nacimiento

2-  Nacimiento de mi hermano pequeño.  3 años.  Dejo de ser el centro de atención. 


Aprendo a compartir.

3-  Colegio, Primaria.  8 años.  Era muy feliz, no tenía que tomar decisiones.  La vida era
fácil.

4-  Enfermedad de mi padre e inicio instituto. 14 años. Un momento muy duro. Los
estudios empiezan a ir mal y en casa la situación es realmente tensa.  Mi madre está ausente
en las tareas del hogar.

5-  Mi primera ruptura de pareja. 16 años. Rompo con mi primera pareja después de un año
de relación.  Mi padre empieza a recuperarse y mi madre sigue absorbida por la enfermedad.  
No lo comento con nadie hasta pasados muchos meses.

6-  Inicio de la universidad, arquitectura. 18 años. Por fin empiezo unos estudios que me
interesan.  Conozco gente muy interesante y me relaciono con más personas.  Estoy más
centrada en mis objetivos, disfruto de lo que hago.

7-  Erasmus. 23 años.  Una gran época.  Mi primera experiencia fuera de casa y en el
extranjero.  Los estudios no van muy bien, se retrasa el final de la carrera.

8-  Mi primer trabajo.  26 años.  Empiezo a sentirme independiente.

9-  Mi segunda pareja.  28 años.  Por fin parece que conozco al chico ideal.

10-  Oferta de trabajo en el extranjero.  30 años.  La situación laboral es muy complicada


en España.  Estoy bien con mi pareja pero irme al extranjero nuevamente es una gran
oportunidad.  No sé qué hacer. 

 Así pues, a partir de esta información, el terapeuta explora cómo se sintió la persona en cada
una de estas etapas, cómo se siente en la actualidad, y qué proyección hace de futuro.   En
este caso, María, tiene serias dudas sobre su futuro laboral.  El revisar y reflexionar sobre
cómo ha transcurrido su vida, qué recursos obtuvo en cada etapa, qué necesidades presenta
en la actualidad, y qué consejos puede otorgarse a su propia persona de cara a un futuro,
puede ayudar a María a obtener una información muy valiosa que facilite la toma de
decisiones.

Recientemente en Mensalus realizamos la técnica de la línea de vida a modo espacial entre


los alumnos que finalizaron el Curso Práctico de Psicoterapia que se imparte en este centro.
Para llevarla a cabo, les pedimos que pensaran en cómo había sido su paso por el curso y
qué diferencias observaban a nivel personal y profesional entre antes de iniciarlo y el
momento actual.  Un alumno realizaba el rol de terapeuta y guiaba a otro que deseaba
representar espacialmente esta línea de vida.  El resultado fue muy satisfactorio para todas las
personas que lo experimentaron dado que, de un modo vivencial, sintieron estas diferencias
entre el antes y el después, y pudieron proyectar sus metas y objetivos a corto plazo.

En definitiva, la línea de vida es un reflejo de aquello que la persona ha vivido; le recuerda


qué rumbo ha seguido hasta el momento y qué desea conseguir a partir de ahora.

Muchas gracias Diana.

Entrevista realizada por Mª Teresa Mata.

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