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Unidad 1 - Qué Es La Economía PDF

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¿QUÉ ES LA ECONOMÍA?

El término “Economía” proviene del griego, en concreto de la conjunción de dos voces: “oikos”,
que significa casa (en el sentido de bienes, patrimonio), y “nomos” que significa administrar. En la
actualidad, su significado mantiene en cierta forma el original, porque la Economía es la ciencia
social que estudia cómo los individuos o las sociedades usan o manejan los recursos escasos para
satisfacer sus necesidades básicas. Por tal razón, en términos prácticos la economía se entiende
como el conjunto de actividades que se realizan en la sociedad para la producción, distribución y
consumo de bienes y servicios, para satisfacer las necesidades humanas básicas.

Sin embargo, a pesar de que los fenómenos económicos son tan antiguos como el hombre, la
Economía como ciencia es relativamente joven. Se considera que nació con la obra La riqueza de
las naciones (publicada por primera vez en 1776), escrita por el economista escocés Adam Smith
(1723-1790), quien sistematizó el conjunto de conocimientos que integraban hasta ese momento la
Economía. Se le considera una ciencia porque reúne las características que permiten calificarla
como una materia científica, puesto que tiene un objeto de estudio propio (que son los fenómenos
económicos), un método (inductivo-deductivo) y un conjunto de teorías económicas capaces de
explicar estos fenómenos. Y, específicamente, es una ciencia social, porque se ocupa de los
fenómenos de la vida humana en sociedad; más concretamente se refiere a las cuestiones
económicas relacionadas con la vida del ser humano.

Ahora bien, la Economía no es una ciencia exacta, porque las acciones y reacciones humanas no
son matemáticamente previsibles. Se puede demostrar que sus conclusiones no son siempre
exactas, sino que muchas veces manifiestan nuevas tendencias de conducta. Pero las escuelas de
pensamiento económico empezaron a darle a la Economía el sentido de una ciencia económica,
perdiendo así su verdadera esencia y naturaleza de ciencia social. Entre las escuelas de pensamiento
económico se encuentran el Mercantilismo, la Escuela Clásica, el Marxismo, la Escuela
Neoclásica, el Keynesianismo y el Neoliberalismo. Especialmente la Escuela Neoclásica pretendió
darle a la Economía el sentido de ciencia económica al introducir herramientas como las
matemáticas y la estadística aplicadas en la econometría, la cual se empezó a utilizar ampliamente
en el desarrollo y prueba de modelos económicos.
1. RAMAS DE ESTUDIO DE LA CIENCIA ECONÓMICA

La ciencia económica puede dividirse en dos grandes ramas para su estudio: la Economía positiva
y la Economía normativa.

1. La Economía positiva estudia lo que es, ha sido o podría ser, es decir, analiza de manera objetiva
los fenómenos económicos tal como han sucedido o pueden suceder. Si, por ejemplo, decimos que
“un salario mínimo por encima del salario de equilibrio ocasionará un aumento del desempleo”, o
que “la bajada de impuestos hará que incremente el consumo”, estamos realizando proposiciones
económicas positivas, que se pueden contrastar con la realidad para comprobar si se cumplen o no.
Estos enunciados carecen de juicios de valor, únicamente predicen lo que va a ocurrir en el caso de
que se apliquen dichas medidas.

A su vez, la Economía positiva se subdivide en:

• Teoría económica. Estudia los hechos con un elevado grado de abstracción y generalidad. Dentro
de ella, se distinguen dos grandes áreas de conocimiento: la Microeconomía y la Macroeconomía.

- La Microeconomía se ocupa del estudio del comportamiento de los agentes económicos


individuales, es decir, de las familias como unidades de consumo y de las empresas como unidades
de producción, así como sus interrelaciones. Por ello, cuando hablamos del nivel de producción de
una empresa determinada o del precio de los tomates, estamos haciendo planteamientos
típicamente microeconómicos.

- La Macroeconomía estudia el funcionamiento de la economía en todo su conjunto. Analiza el


comportamiento global de una economía reflejado en un número reducido de variables que son
obtenidas a partir de la suma de las actuaciones de los agentes individuales. El Producto Interior
Bruto (PIB), por ejemplo, es una magnitud que mide la producción de bienes y servicios de un país
durante un período de tiempo determinado.
• Economía aplicada. Estudia los hechos con menor grado de abstracción y mayor detalle. Engloba
la estructura económica, que describe la realidad presente, y la historia económica, que se encarga
del estudio de la realidad pasada.

2. La Economía normativa, por su parte, estudia lo que debería ser, es decir, valora las situaciones
y recomienda actuaciones para intentar mejorar la realidad. Las proposiciones normativas tienen
un carácter subjetivo, porque están impregnadas de los juicios de valor de quien las formula. Por
ejemplo, si decimos que “habría que incrementar el salario mínimo un 10%” o que “habría que
bajar los impuestos”, estamos realizando proposiciones económicas de tipo normativo, en las que
cobra especial importancia el punto de vista personal de quien las realiza. Su máximo exponente
es la política económica, que es la forma concreta en que el Estado interviene en la actividad
económica para lograr determinados objetivos: eficiencia económica, equidad, alto nivel de
empleo, estabilidad de precios, etc., haciendo uso de los medios de los que dispone: política fiscal,
política monetaria, política de rentas, etc.

2. LA ESCASEZ DE RECURSOS Y LA NECESIDAD DE ELEGIR

Como hemos comentado al empezar el texto, el problema económico básico consiste en que los
seres humanos tenemos una serie de necesidades, que son ilimitadas, y disponemos de unos
recursos escasos para satisfacerlas. De ahí que la Economía estudie la forma en que se utilizan esos
recursos escasos para lograr el bienestar material de la sociedad. De esta definición de la Economía
subyacen dos ideas clave:

• La escasez económica: los recursos son insuficientes para satisfacer las necesidades que se tienen
de ellos.
• La necesidad de elegir: ante la escasez de recursos y la posibilidad de usos alternativos, los
individuos tendrían que administrar cuidadosamente los recursos para obtener el máximo provecho
posible, es decir, deberían elegir la alternativa que más se ajusta a sus preferencias y a su nivel de
ingresos.
Puesto que los recursos sólo pueden atender a una parte de los deseos, es necesario elegir cuáles
son prioritarios. Por ejemplo, si a un estudiante le quedan cinco horas libres al acabar las clases y
las alternativas al salir del instituto son estudiar, practicar deporte o navegar por Internet, el
estudiante deberá tomar una decisión en función de sus preferencias sabiendo que no puede hacer
dos cosas al mismo tiempo.

Lo mismo les sucede a las empresas: si una empresa asigna una serie de máquinas a la producción
de tornillos, esas mismas máquinas no pueden producir a la vez tuercas. E igual ocurre con el
conjunto de la sociedad, donde existen necesidades colectivas como la sanidad, la educación, el
transporte, que los gobernantes o el sector privado tendrán que atender con recursos limitados.

En definitiva, cada vez que las familias, las empresas o los gobiernos toman una decisión están
renunciando a las alternativas no elegidas. Se dice entonces que su decisión tiene un coste de
oportunidad porque al elegir una opción en detrimento de otra están dejando pasar una oportunidad.
El coste de oportunidad es el valor, medido o no en dinero, de aquello a lo que se renuncia al tomar
una decisión. Por ejemplo, si tu salario semanal es de $15 y quieres ir a un concierto (precio de la
entrada $12) y comprarte una camiseta ($14) tendrás que elegir entre una cosa y otra. Si finalmente
te decides por ir al concierto, el coste de oportunidad de tu decisión será la camiseta que no te has
podido comprar.

3. LOS DISTINTOS TIPOS DE NECESIDADES

Una necesidad es la sensación de carencia de algo unido al deseo de satisfacerla. No todas las
necesidades son iguales, se pueden clasificar en:

- Necesidades básicas o primarias. Son aquellas que es necesario satisfacer para poder sobrevivir:
la alimentación, el vestido y la vivienda. En una “sociedad desarrollada”, estas necesidades están
prácticamente cubiertas para la mayoría de la población. Sin embargo, la evolución de nuestra
sociedad y la concepción actual del Estado hacen que se haya ampliado el concepto de necesidades
primarias, por ejemplo, contemplando la educación y la sanidad, que según el tipo de Estado
debería cubrir el propio Estado o el sector privado. Por ello, hoy se consideran necesidades
primarias todas aquellas que hay que satisfacer para poder ejercer plenamente como ciudadano.

Por lo tanto, el bienestar humano no consiste solamente en la mera supervivencia, sino en la


disposición de todo aquello que permite el desarrollo integral (económico, social y cultural) de la
persona.

- Aparte de las necesidades básicas, el hombre tiene otro tipo de necesidades cada vez más
evolucionadas como el ocio, la comunicación, etc. Son las llamadas necesidades secundarias y
tienden a aumentar el nivel de satisfacción y bienestar del individuo. Ahora bien, ¿todo el mundo
tiene las mismas necesidades? No. La evolución de las necesidades y el modo de satisfacerlas
depende, entre otros factores, de la clase o grupo social al que pertenece el individuo, el momento
histórico en el que vive, el área geográfica en la que nace, el grado de desarrollo de un país y el
modo como esté repartida la renta nacional entre sus habitantes. Por lo tanto, aunque la escasez
está presente en el seno de todas las sociedades (la escasez es universal), el grado con el que se
manifiesta entre países y personas es sustancialmente diferente. Es decir, la escasez es relativa.

4. TIPOS DE BIENES

Las personas satisfacemos nuestras necesidades consumiendo bienes y servicios, pero los primeros
son materiales (ropa, alimentos, electrodomésticos…) y los segundos son inmateriales (educación,
sanidad, transporte…). Aunque a ambas categorías las consideramos bienes en sentido amplio. Los
podemos clasificar con base en distintos criterios:

- Según su grado de escasez, pueden ser bienes libres o económicos. Se denominan libres los que
son ilimitados y, por ello, están disponibles de forma gratuita para todos, por ejemplo, el aire o la
luz del Sol. Son económicos todos aquellos que son escasos y, por tanto, tienen un precio.

- Según su función se distinguen bienes de consumo y bienes de capital. Bienes de consumo son
los que se dedican directamente a satisfacer una determinada necesidad, como la mermelada o una
lavadora. A su vez, estos se clasifican en: a) Bienes de consumo duraderos, que permiten un uso
prolongado en el tiempo, por ejemplo, un televisor. b) Bienes de consumo perecederos, que
desaparecen una vez consumidos (una manzana).

Los bienes de capital, también conocidos como bienes de producción, sirven para obtener otros
bienes (por ejemplo, una máquina). Se puede dar el caso de que un mismo bien sea de consumo o
de producción, según el uso que se le dé. Así, un martillo en la casa de una familia cualquiera es
un bien de consumo, mientras que en una carpintería sería un bien de producción, pues se utiliza
para hacer muebles.

- Según su grado de transformación hablamos de bienes intermedios y bienes finales. Los bienes
intermedios son los que se emplean para ser transformados o incorporados a la producción de otros
bienes; mientras que los bienes finales son aquellos que ya son aptos para el consumo. Por ejemplo,
una rastra de madera es un bien intermedio que se emplea para producir una mesa (bien final). Sin
embargo, la línea que distingue los bienes intermedios de los finales puede ser difusa, porque
existen bienes que son intermedios para unas empresas, mientras que son bienes finales para otras.
Por ejemplo, la seda es un bien final para una empresa especializada en la producción de telas; sin
embargo, para una empresa que fabrica ropa, es un bien intermedio, ya que necesita ser
transformado antes de convertirse en el bien final de una camisa.

- Según el acceso a los bienes estos pueden ser públicos o privados. Son bienes públicos aquellos
donde ninguna persona es excluida de su utilización (parques, bibliotecas…), y privados los de uso
particular (mi moto…).

- Según la relación que tienen dos bienes entre sí estos pueden ser bienes sustitutivos, que son los
que cubren una misma necesidad, es decir, si se consume uno no es preciso consumir el otro (gafas
y lentes de contacto); y bienes complementarios, aquellos que deben utilizarse conjuntamente para
satisfacer determinada necesidad (el automóvil y la gasolina).
5. LAS ACTIVIDADES ECONÓMICAS

Tras haber analizado qué son las necesidades y cómo se satisfacen, han de estudiarse cuáles son
las actividades que hacen posible llevar a cabo dicha satisfacción. Estas actividades son la
producción, la distribución y el consumo, que se denominan actividades económicas porque en
cualquiera de ellas hay que elegir renunciando a lo que no se escoge, es decir, hay un coste de
oportunidad.

- Producción. Las empresas tienen que decidir qué bienes les compensa elaborar y qué recursos
deben utilizar para ello. Una empresa que fabrica muebles debe decidir si produce sillas o armarios,
o si emplea medios mecánicos o artesanales. Para ello, comparará los costes o los beneficios que
le reportarán cada una de las posibles opciones y seleccionará la mejor alternativa, que será aquella
que mejor aproveche los recursos disponibles.

- Distribución. La distribución es el nexo entre la producción y el consumo de bienes y servicios.


De nada serviría producirlos si después no se pusieran a disposición de los consumidores. La
mayoría de las empresas no producen, sino que distribuyen lo que producen otros. Por ejemplo,
una farmacia, una heladería o un supermercado.

- Consumo. Son aquellas actividades que realizan las familias para satisfacer sus necesidades, por
ejemplo, cuando compramos un pan y nos lo comemos satisfacemos la necesidad de alimentarnos.
Como la renta (ingresos) de la que disponen las familias es limitada tienen que decidir qué bienes
van a adquirir en función de sus preferencias.

6. LOS AGENTES ECONÓMICOS

Asociado a cada una de las actividades económicas hay un agente, es decir, alguien que se ocupa
de decidir cómo producir, dónde distribuir o qué consumir, y de cuyas decisiones depende la
marcha de su economía y, por tanto, la de todos en general. De ahí, que a quienes deciden sobre
estas cuestiones se les denomine también decisores o protagonistas de la economía.
- Las empresas toman decisiones sobre la producción y distribución de bienes y servicios,
normalmente a cambio de un beneficio.
- Los consumidores, agrupados en familias o economías domésticas, deciden sobre qué bienes y
servicios consumir para satisfacer mejor sus necesidades.
- El sector público, formado por las distintas entidades públicas, tiene como principal objetivo
conseguir el máximo bienestar para el conjunto de la sociedad. También establece el marco jurídico
que regula las relaciones socioeconómicas y vigila su cumplimiento.

A manera de conclusión, muchos autores consideran que la Economía pierde, de alguna forma, su
verdadero carácter al pasar de ciencia social a ciencia económica (econométrica). Mediante esta
última muchos economistas están tratando de dar alguna explicación a los hechos ocurridos en el
pasado y realizar pronósticos acerca del comportamiento económico en el futuro. Lo anterior ha
conllevado al diseño y la implementación de políticas económicas en un país o una región por parte
de los organismos multilaterales que rigen la economía global, con la facilitación de las autoridades
económicas de carácter estatal. Unas y otras, mediante estas políticas, dirigen la economía con el
objetivo de procurar sus intereses y, supuestamente, satisfacer las necesidades de las personas.

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