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Tarea 1 Andragogia

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UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA

DIRECCIÒN DE INVESTIGACIONES Y POSTGRAD


MAESTRÌA EN EDUCACIÒN ABIERTA Y A DISTANCIA

Actividades de Evaluación
Sumativa Unidad I y II.

Autor:
Lcdo.
Alfredo
Solorzano
CI.

MARZO DEL 2023


La Educación, proceso de humanización de conformación de la personalidad.

Es importante destacar la importancia que tiene la educación sobre el proceso de


humanización, ya que esta juega un papel fundamental, según algunos autores, tal es el caso
de Savater (1997), quien indica refiriéndose a al aprendizaje humano, en su obra el valor de
educar: “Nacemos humanos pero eso no basta: tenemos también que llegar a serlo.” (P 21)
esto haciendo alusión de que el hombre llega a formarse como un ser intelectual a través
del proceso de aprendizaje, y no sólo sometiéndose a él sino también rebelándose contra él
e innovando a partir de él. Como punto importante podemos destacar que esta proeza de
llegar a ser humanos puede depender del proceso de socialización ya que nos humanizamos
a medida que vamos interactuando con los que nos rodean, que son otros humanos también
en el mismo proceso de humanización.

Como es posible que el ser humano, una vez nace, no tiene patrones de conducta
previamente establecidos tal y como sucede con el resto de las especies. Esto puede llevar
a pensar que necesita relacionarse con los demás miembros de su comunidad para
entenderse como persona, ya que si esto no sucediese, una de las cosas que pasaría es que
desarrollaría formas de comportamiento que poco o nada tendrían que ver con las de la
especie humana, partiendo de aquí entonces se puede decir que la educación se justifica en
la necesidad que tiene cada persona de recibir influencias de sus iguales que le permitan
dotarse de las características que son propias de los humanos, apoyándose en la plasticidad
orgánica que posibilita tales procesos.

Hannah Arendt sintetizo La "Humanización" desde quien defiende que en el "vivir


juntos", en la constitución de una "esfera pública", en la "trama de las relaciones humanas"
se constituye un mundo humano distinto del natural; y de acuerdo con la Profesora Suárez,
en su obra Educación. Condición De Humanización humanizar esto se refiere a depositar
confianza en la plasticidad de la condición humana que es donde se abre el camino a
nuevos horizontes, todo ello en la vida cotidiana, esa trama de relaciones tipo donde todos,
incluyendo a los genios, terminamos siendo hijos de nuestro tiempo y cada tiempo va
sucesivamente caracterizándose. La Profesora Suárez (p. 143) quien menciona que la tarea
de la educación como condición humana y de las generaciones adultas, consiste
fundamentalmente en movilizar todo lo necesario para que el sujeto entre en el mundo, se
sostenga en él, se apropie de los interrogantes que ha construido la cultura humana,
incorpore los saberes elaborados por el hombre y subvierta los órdenes establecidos con
respuestas propias.

Siguiendo la linea de Ludojoski (1978) la educación como proceso de humanización


implica reconocer el principio de continuidad que subyace en la educación del ser humano.
Principio en el que emerge la premisa que la educación del hombre se da desde su gestación
hasta su muerte. Además, el autor plantea que todo hombre nace con la condición de ser
persona pero es, a través de la educación, que esa persona puede iniciar y desarrollar su
proceso de humanización y la conformación de su personalidad. Dicho planteamiento
coincide con lo señalado por Savater quien indica que "... Nuestra humanidad biologica
necesita una confirmación posterior." (p.27). Es a través de la educación como ese ser
biologico llamado humano puede llegar a construir su humanidad. En palabras de Savater
(1997) es mediante la educación que el ser humano "traguará su identidad personal" (p. 29)

Reconocer que el papel de la educación es determinante para el proceso de


humanización es tomar en consideración dos importantes aspectos el primero, que el
desarrollo de la personalidad es un proceso durante toda la vida, es decir este inicia desde la
época intrauterina, el día a día del individuo hasta la hora de su muerte. Y en segundo lugar
desde la andragogia el hecho educativo quien según Brandt (1998), señala que: el hecho
educativo como un hecho andragógico, donde la educación se realiza como autoeducación.
Entendiéndose por autoeducación el proceso, mediante el cual, el ser humano consciente de
sus posibilidades de realización, libremente selecciona, exige, asume el compromiso, con
responsabilidad, lealtad y, sinceridad, de su propia formación y realización personal (p. 48).
En todo ello, la educación tiene una presencia fundamental, pues persigue dotar al sujeto de
lo que en un principio no posee, con el objeto de mejorarlo, tomando como referente los
ideales sociales asumidos colectivamente.
La educación debe ser permanente e integral.

En esta época y con el desarrollo de las Tics, es un nuevo reto el hecho educativo y es
por ello que la educación permanente e integral se ha surgido como un nuevo modelo
educativo, la cual está dirigida a la persona y no a la institución. Antiguamente, se entendía
que el aprendizaje formal solo podía ser llevado a cabo por jóvenes, este fue un paradigma
que se ha ido superando y gracias a este nuevo concepto de educación permanente se
entiende que es un proceso para toda la vida, y que no solo los jóvenes pueden involucrase
sino que no hay límites de edad para alcanzar la educación. Teniendo en cuenta que existen
diferentes principios que desarrollan los procesos de educación permanente los cuales son:

Apertura: Desde la perspectiva de la educación continua como un canal de aprendizaje a


lo largo de la vida, se debe tener en cuenta que su tarea es brindar diversas
oportunidades de aprendizaje y permitir que el individuo se enriquezca personal, social
y culturalmente, para que pueda mejorar su calidad de vida. La calidad de vida contiene un
componente subjetivo, que hace de la realización y desarrollo personal y social un
proceso relacionado con un determinado conjunto de necesidades e intereses que el
sujeto considera propios y que hará. . . que no tienen, comparables a otros. Por lo tanto, las
actividades educativas a largo plazo deben formularse desde una perspectiva muy abierta,
no cerrada en una estructura y propuesta única y predeterminada, y preparada
para responder adecuadamente a la diversidad de necesidades e intereses individuales.
Nivel, pueden ser personas involucradas en movimientos de entrenamiento.

Flexibilidad: Surge de la puesta en práctica del principio de apertura. Si la educación


permanente debe dar respuesta a la diversidad de necesidades e intereses de las personas
que de ella participan, se hace necesario que las acciones formativas sean abiertas y
flexibles. Esta flexibilidad se pone de manifiesto mediante la oferta de múltiples
oportunidades de aprendizaje, y la inclusión de importantes espacios de optatividad en las
propuestas de formación, de modo que cada persona pueda disponer de diversas y variadas
posibilidades a la hora de diseñar el itinerario formativo que mejor se adapte a sus
necesidades e intereses.
Integración: En el marco de la educación permanente, las propuestas formativas deben
tomar como punto de partida la realidad de los sujetos que aprenden. Ya hemos comentado
con anterioridad que esta realidad aparece, sin duda, ligada a la experiencia de la persona, a
su contexto de vida. Tal y como apunta FREIRE, "en el acto mismo de responder a los
desafios que le plantea su contexto de vida, el hombre se crea, se realiza como sujeto,
porque esta respuesta reclama de él reflexión, critica, invención, elección, decisión,
organización, acción... Cosas todas por las cuales se crea la persona y que hacen de ella un
ser no solamente «adaptado» a la realidad y a los otros, sino «integrado»" (En INODEP,
1972, p. 52).

Existen otros principios fundamentales que son la participación, que juega un papel
fundamental ya que llevando este planteamiento a los procesos de educación permanente,
habría que entender la participación de las personas en la toma de decisiones, esto es, en el
diseño y desarrollo de las acciones formativas, como un hecho irrenunciable e
imprescindible. Otro principio seria pluridimensionalidad que Constituye un principio
básico. La formación integral de la persona, objetivo último de la educación, implica
centrar la atención sobre todas y cada una de las dimensiones que conforman el ser
humano.

La Adultez es plenitud vital.

Partiendo de lo que dice Adam (1977), quien definió la adultez aplicada al ser humano
como «plenitud vital […], debe entenderse como su capacidad de procrear, de participar en
el trabajo productivo y de asumir responsabilidades inherentes a su vida social, para actuar
con independencia y tomar sus propias decisiones con entera libertad». Podemos entender
lo citado por este otro autor Castillo (2014), quien hace mención que en un proceso
formativo en él que participa uno o más adultos mayores, es conveniente conocer un poco
más acerca de ellos, para evitar situaciones que puedan abochornar a alguien, por ejemplo,
si uno de ellos tiene diabetes, quizá sea más conveniente ubicarlo en sillas cercanas a la
puerta por si tiene que ir a miccionar frecuentemente, o si sufre alguna cardiopatía o lesión
osteomuscular por si se tienen consideradas algunas actividades que requieran movimiento.
Por lo que no puede uno ignorar esta circunstancia en los procesos formativos donde uno
participe como facilitador. Los síntomas que tienen mayor peso y que se enlistan
descendentemente en porcentaje de influencia son: inatención, impulsividad e
hiperactividad. Mismos que tienen según Antoni y otros (2009), un origen multifactorial, en
donde las causas biológicas pueden ser de hasta un 80% o que se dieron algunos problemas
ambientales durante el embarazo por el consumo de la madre gestante de drogas o tabaco o
en el momento del parto.

Estos son algunos factores basados en la psicología educativa que determinan el


aprendizaje en el adulto mayor:

1. El adulto trae al proceso formativo un cúmulo de conocimientos o de experiencias o


de ambos. Su experiencia puede ser profesional o de la vida, por lo tanto y en
palabras de Adam (1977, p. 67) “la enseñanza del adulto debe orientarse a
proporcionarle nuevos contenidos vitales a su anterior desenvolvimiento”.
2. El hecho de que el adulto asista a un proceso formativo, es apreciado como un acto
voluntario basado en una toma de decisión consciente y que por lo tanto sus
expectativas son claras, por lo que, si lo que se promueve en el proceso formativo
no satisface sus aspiraciones, abandona fácilmente dicho proceso formativo. Por lo
que a los adultos se le debe de presentar “experiencias y contenidos que mantengan
su interés” en el proceso formativo (Adam, 1977, pp. 67-68).
3. En el proceso formativo es conveniente considerar que a diferencia del niño, el
adulto mantiene un conjunto de situaciones en su vida diaria que pueden alterar su
estado anímico y que puede repercutir en su disposición al aprendizaje aun teniendo
en cuenta que estudiar puede ser el medio para mejorar sus condiciones humanas.
Otro factor que también incide en el rendimiento del adulto en su estudio pueden ser
la deficiencia en su descanso, alimento y su salud.
4. El contenido programático del proceso formativo de los adultos debe estar
directamente atendiendo las necesidades de los participantes, ajustado a sus
capacidades intelectuales y cognitivas, para que puedan en poco tiempo completar
lo que al principio del proceso fuese su déficit cultural o técnico.
5. El facilitador debe comprender que durante el proceso formativo se halla frente a un
individuo, con coincidencias tales como ser adulto sin importar el momento de su
ciclo vital, el pleno goce de sus derechos ciudadanos, con responsabilidades dentro
de la sociedad, incorporado a la vida productiva generalmente, algunos son jefes de
familia y en general, a quienes debe tratar con tacto y delicadeza estimulando su
interés y preocupación para promover el alcance de sus objetivos de aprendizaje.

Asimismo, son cuatro los motivadores principales para el aprendizaje de los adultos:

1. Los adultos quieren ser estudiantes exitosos.


2. Los adultos quieren sentir que ejercen su voluntad en su aprendizaje.
3. Los adultos desean aprender algo de valor para ellos.
4. Los adultos desean experimentar el aprendizaje como algo placentero (Knowles,
2006, 166).

Por otra parte, Castillo (2014) mencionó que es necesario considerar que los
participantes traen una mezcla de factores que los hacen únicos e irrepetibles:

1. Tiene algún deterioro o deficiencia fisiológica que impida alguna actividad.


2. Deficiente alimentación que no le permita una permanencia en el curso.
3. Poco descanso y mucho desgaste físico o intelectual.
4. Falta de confianza en sí mismo.
5. Resistencia al cambio.
6. Poca atención a las exposiciones e instrucciones.
7. Se niega las diferentes aplicaciones de lo que está por aprender.
8. Dificultad para expresar sus ideas.
9. Temor de introspección.
10. No desea enfrentar su nivel de aprendizaje.
11. Temor a la crítica.
12. Poca capacidad de memoria.
13. Actitud individualista.
14. Deficientes hábitos de estudio.
15. Desorganización.

Otras consideraciones en los adultos que ingresan a diversos procesos formativos es


tener en cuenta la manera en que Knowles (2006) tipificó a los estudiantes:

1. Aprendices orientados a una meta. Recurren a la educación para cumplir objetivos


bien trazados.
2. Alumnos orientados a una actividad. Participan porque encuentran en las
circunstancias del aprendizaje un significado que no tiene que ver con los
contenidos, por ejemplo, en un curso se logran relacionar para ampliar las acciones
de la empresa donde labora.
3. Aprendices orientados al aprendizaje. Estudian por el amor al conocimiento.

Adam (1977) determinó que los adultos aprenden con base en cuatro intereses
fundamentales:

1. Económico. El adulto comprende que a mayor preparación, mayores posibilidades


tendrá de obtener un mejor trabajo o aspirar a estar en posibilidad de un ascenso.
2. Capacitación profesional. En la actualidad, para el caso de medicina ya no es
suficiente ser médico general y según la tendencia, tampoco ser especialista. Lo de
hoy es que posean subespecialidades. Eso hace que en algunas profesiones se sepa
mucho en un campo muy específico de conocimiento, en otras profesiones la
certificación de sus conocimientos son un manera de ofertarle a la sociedad
servicios profesionales de calidad.
3. Estudios superiores. Algún sector de adultos consideran la posibilidad de estudiar
con la finalidad de continuar con sus estudios profesionales, por ejemplo, aquel que
terminó su licenciatura y que ahora ya está considerando la posibilidad de continuar
su preparación con un posgrado.
4. Extender la sociabilidad y relaciones humanas. Algunos adultos consideran que el
incorporarse a un proceso formativo (formal o no formal) puede ser el medio para
extender sus relaciones sociales y humanas, provocando que se motive
continuamente su interés por aprender de acuerdo a sus expectativas.

para los que participamos como facilitadores entre adultos en procesos formativos
basados en la Andragogía, éste no puede ser considerado únicamente por el hecho de la
edad, sino desde las cuatro dimensiones: biológica, psicológica, social y legal.
Asimismo, sus intereses y metas irán siendo modificados de acuerdo al momento del
ciclo vital donde se encuentre el adulto en ese momento.

Con respecto a su aprendizaje denota una serie de situaciones que en primer lugar le
permite motivarse a someterse a un proceso formativo, cuyo contenido temático tiene
que estar acorde a las expectativas de los participantes debido a que de no ser así
desertará o perderá interés, asimismo, el participante por su condición y etapa de
adultez, estilo y ritmo de aprendizaje y las consideraciones como de estado de salud y
nivel de estrés deberá ser atendido tanto en lo general como en lo particular.

El adulto como aprendiz requiere un modelo educativo que se ajuste a sus


características diferenciales.

Mundialmente la educación está siendo considerada como un proceso global,


dialógico, dirigido a generar cambios conductuales y procesos significativos que
comprenden el sentido de la vida del ser humano; cuya meta es formar al hombre desde
muy temprana edad a través de toda su existencia, atendiendo a las etapas de su desarrollo
evolutivo, considerando su naturaleza, motivaciones, intereses, necesidades y
potencialidades que lo identifican como individuo gregario. A este respecto, las
características que indican los intereses, el desarrollo intelectual y las experiencias son las
que establecen marcadas diferencias entre los jóvenes, adolescentes y adultos que ameritan
tratamiento educativo adecuado en cada etapa, por tal razón, la educación debe ser
metodológica, adecuada al nivel y modalidad educativa, en donde sus objetivos o
competencias apunten al desarrollo integral del individuo y a la formación de un hombre
capaz de involucrarse activa y conscientemente en la búsqueda de soluciones a los
problemas de la comunidad, de las instituciones y de la sociedad en general. En la
construcción del aprendizaje del adulto, éste debe ser asistido mediante un proceso que
facilite el propósito a través de la expresión de sus experiencias como un punto de partida
para entender y agilizar la transformación del individuo en su entorno social partiendo del
entramado educativo como ser adulto, en búsqueda siempre de ampliar sus conocimientos
mejorando sus estrategias de aprendizaje que le permita colaborar al desarrollo social y
cultural de su comunidad, región y del país. En ese sentido, la Andragogía representa el
camino para lograr el desarrollo exitoso de un proceso de enseñanza y aprendizaje del
aprendiz adulto en el contexto universitario, diferenciándolo del acto educativo en otros
contextos donde se emplean estrategias basadas en la pedagogía, donde, por supuesto, se
requiere de otros métodos de enseñanza y aprendizaje que considere los intereses y
capacidades de los participantes adultos como elementos generadores de motivación hacia
el aprendizaje continuo, y asumirla como una actitud de vida que va más allá del hogar, la
escuela y la sociedad. En la actualidad, la práctica educativa a nivel universitario se realiza
utilizando estrategias inadecuadas por cuanto no respetan los intereses y motivaciones
propias de un individuo psicológica, social y biológicamente maduro, las cuales lucen
incongruentes para el logro de principios y objetivos de la educación de adultos que se
centra fundamentalmente en considerar al hombre como un individuo que se desarrolla
integrado a una comunidad, con características propias, conductas diferenciadas con un
caudal de actitudes que heredan y se manifiestan objetivamente, donde el participante es
reconocido como un ente social, cuyos esfuerzos individuales benefician el conjunto del
conglomerado humano como unidad de la sociedad, el cual tiene capacidad de aprender,
desaprender y reaprender continuamente. Desde esta perspectiva, los estudiantes de
Educación Superior, aunque a veces, sean considerados en su mayoría como adolescentes,
no se puede negar que presentan características de adultos jóvenes por el hecho de estar
inmersos en un mundo social, laboral y familiar, donde predominan intereses,
características y expectativas propias plenamente diferenciadas; es por este motivo que en
sus orientaciones hacia la construcción de su aprendizaje, requieren ser acompañados por
facilitadores formados de acuerdo a diseños curriculares y perfiles que contengan la
orientación metodológica para este nivel y que a la vez diseñen y apliquen estrategias
metodológicas adecuadas al momento etáreo, y que por ende conlleven hacia la
participación y autogestión del aprendizaje adulto, ya que en ellos subyace el compromiso,
el interés, la responsabilidad y el conocimiento experiencial Es así como diferentes
estudiosos expresan la necesidad de que los docentes del nivel universitario, se capaciten en
este tipo de proceso de construcción de aprendizaje en el adulto, para asistir la participación
individual y colectiva, con capacidad para evaluar, autoevaluar y coevaluar en los grupos
que participan en dicho proceso de aprendizaje continuo. Dicha capacitación docente
fundamentalmente debe orientarse a facilitar más que a educar en el proceso educativo, con
base en el contexto social y las características, intereses y necesidades del participante, no
circunscribiéndose única y exclusivamente al salón de clase y al desarrollo de los
contenidos programáticos de un pensum de estudios. A este respecto, Adám (1990),
expresa que “… siendo los principios andragógicos aplicables a la educación del adulto, se
le confiere a la Andragogía la obligación de estudiar su realidad y determinar las normas
adecuadas para dirigir su proceso educativo.” (p. 205). Tales aseveraciones del autor citado
evidencian la misión de la Andragogía, la cual permite orientarse más que a la transmisión
de un cúmulo de información, al estudio del contexto, características, motivación,
disposición y necesidad de aprendizaje del adulto, para conformar una serie de normas,
métodos, técnicas y procedimientos dirigidos a optimizar el proceso de enseñanza y
aprendizaje. Desde este escenario se visualiza entonces el problema existente en el
desarrollo del proceso educativo en el nivel universitario, donde el participante es asistido
en el proceso de construcción de su aprendizaje por personal docente que muchas veces
carece de la formación teórica acerca de lo concerniente a educación de adultos y que
desconoce las formas adecuadas de la aplicación de los principios, técnicas, estrategias y
metodologías andragógicas, lo que trae como consecuencia que se diseñen y apliquen
estrategias basadas en principios netamente pedagógicos, las cuales son diseñadas pensando
en el proceso de enseñanza y aprendizaje de los niños. Tal situación evidencia la necesidad
de estudiar con detenimiento el caso, con la intención de analizar los procesos de enseñanza
y aprendizaje en el nivel de educación universitaria, con el propósito de generar
conclusiones y recomendaciones que se constituyan en alternativas educativas que permitan
que los docentes se motiven hacia la adquisición de conocimientos, tendentes a conducir y
facilitar la acción educativa como un proceso de autoaprendizaje, a partir del uso y manejo
de he- rramientas andragógicas que conlleven estrategias que satisfagan las necesidades de
los participantes adultos partiendo del aprovechamiento de sus experiencias Además, el
facilitador de educación de adultos debe poseer dominio de la técnica de evaluación de los
aprendizajes, dentro de los principios que le son característicos a la educación de adultos,
promoviendo el sentido de responsabilidad de estos, lo cual conllevará a un auto
aprendizaje efectivo y al desarrollo de la capacidad crítica del participante, lo que
redundará en un proceso educativo exitoso y de calidad. Desde este punto de vista, los
docentes o facilitadores de educación superior,erróneamente puede actuar bajo la
concepción de la pedagogía tradicional utilizada en la modalidad de educación básica,
media diversificada y tradicional convencional utilizada en el nivel superior, puesto que de
caer en ese error, estaríanencaminando su praxis educativa a la formación académica en el
aula, transmitiendo conocimientos, dirigiendo, controlando y evaluando únicamente en
clases presenciales; restando importancia a aspectos de interés que desarrollan en el
participante de este nivel la capacidad de discernir, reflexionar y criticar en concordancia
con su motivación de logro hacia la meta establecida.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Brandt, J. (1998). Andragogía: propuesta de autoeducación. Los Teques, Venezuela: Tercer
Milenium.  

Arendt, H. La condición humana Barcelona. Barcelona Paidós 1993 

Suárez R. N. del C. Educación condición de humanización. Centro Editorial Universidad de


Caldas Manizales Colombia S. A. 248 pp. 2008.

INODEP. (1972). El mensaje de Paulo Freire. Teoria y práctica de la liberación. Madrid:


Marsiega.

Adam, F. (1977). Andragogía. Caracas: FIDEA.

Castillo, F. (2014). Andragogía. Procesos formativos entre adultos.


Oaxaca: Carteles Editores.

Alcalá, A. (2000). La praxis andragógica en la edad avanzada. Caracas:


UNA.

Antoni, J., Bosch, R. y Casas, M. (2009). Comprender el TDAH en adultos.


Barcelona: Amat.
http://arje.bc.uc.edu.ve/arj18/art01.pdf

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