Tema 25.1.
Tema 25.1.
Tema 25.1.
Antes de nada, dejar claro que un conflicto no tiene por que ser algo negativo,
todo lo contrario, un conflicto bien gestionado puede resultar en una mejora
de rendimiento.
Para que el resultado de la gestión del conflicto sea positivo, debemos contar
con un ambiente de trabajo propicio, no tóxico y personas preparadas para
gestionarlos adecuadamente.
Algunas técnicas de resolución
de conflictos conocidas
Aunque existan muchas herramientas para gestionar las discusiones,
sin duda algunas son má s eficaces que otras. En este artículo vamos a
estudiar las siguientes:
Evitación.
Acomodación.
Compromiso.
Colaboración.
1- Evitación
La evitación es una de las primeras técnicas de resolución de
conflictos que má s tendemos a utilizar, especialmente las personas
introvertidas. Pero tambié n es una de las menos eficaces en general.
Consiste simplemente en retirarse de una situación en la que hay
amenaza de discusión o ya se está dando. Sin embargo, hay veces en
que los conflictos, al evitarlos, crecen en tamañ o.
Por el contrario, podría ser útil cuando el conflicto puede resolverse
por sí solo y las consecuencias del mismo no son graves. Tambié n será
ú til cuando la situació n sea muy tensa y haya peligro de que exprese o
de que el otro exprese ideas que en realidad no piensa.
La clave está en no dejar que se convierta en nuestra ú nica estrategia,
en utilizarla con inteligencia. Si la empleamos solamente cuando es
má s ú til, la evitación puede convertirse en una estrategia útil.
2- Acomodación
La acomodació n consiste en encontrar áreas de acuerdo entre las dos
partes de un conflicto, intentando no perder una visión objetiva del
panorama general. El conflicto o el enfrentamiento puede darse en un
determinado campo, pero eso no significa que el desacuerdo sea
completo. Sin embargo, esto que es tan fá cil de ver desde fuera, cuando
empieza el “combate” y le damos prioridad alta, conservar esta visió n
no es tan sencillo.
Ademá s, reduciendo la intensidad y centrarnos en los puntos de unió n,
será má s fá cil encontrar una salida pactada. De hecho, se puede
recuperar la armonía en el grupo, aunque la discusió n subyacente no
se resuelva del todo. De nuevo, la acomodació n no debería ser tu ú nica
estrategia. Finalmente, podemos decir que es útil cuando es más
importante mantener la cordialidad y buscar una base sobre la que se
asiente un acuerdo.
3- Compromiso
La siguiente té cnica de resolució n de conflictos consiste en encontrar
un punto medio entre las necesidades de las dos partes. Esta
herramienta es especialmente útil cuando todos los involucrados en la
discusión necesitan ganar.
Así, el conflicto pierde intensidad y se puede ganar tiempo para
encontrar una solució n má s estable. Sin embargo, aunque ambos
bandos ganan en cierta medida, ninguno de los dos consigue del todo
lo que quiere. Por ello, es posible que sigan insatisfechos, incluso
después de las negociaciones . No obstante, al menos, se podrá producir
un acercamiento en las posiciones. Ademá s, este tipo de pruebas nos
permite ver có mo puede funcionar una solució n en la realidad y no
só lo sobre el papel.
4- Colaboración
La colaboració n es la té cnica de resolució n de conflictos má s difícil de
llevar a cabo, pero tambié n es una de las má s eficaces. Consiste
en mediar en un desacuerdo hasta que las dos partes sean capaces de
encontrar una solución. Esto puede requerir de mucho tiempo y
recursos, pero es la ú nica forma de llegar a una solució n que dejará a
las partes contentas con el resultado.
Por supuesto, existen muchas otras té cnicas para resolver conflictos.
Sin embargo, estas cuatro son algunas de las má s utilizadas.
Practícalas y aplícalas a distintas situaciones. Verá s có mo tus
discusiones disminuyen en frecuencia e intensidad.
5. Conciliación
En esta té cnica de resolució n de conflictos se recurre a un tercero para
que éste proponga soluciones adecuadas al conflicto. Cabe destacar que
las alternativas que é ste ofrezca deben propuestas y no impuestas.
En este caso, el papel del conciliador es ofrecer ideas y guiar a las
partes en conflicto para que puedan solventar la situación. Sin
embrago, la ú ltima palabra la tienen las partes involucradas.
Se trata de una estrategia muy útil cuando las partes han llegado a un
punto muerto. Incluso, resulta poderosa en la medida que se pueda
contar con un tercero capacitado, con conocimientos y experiencias
sobre el tema generador de conflicto; ademá s, que sea imparcial y que
sepa indagar, preguntar o entender ambos lados para proponer
alternativas u opciones innovadoras.