Nutricion Pre Escolar
Nutricion Pre Escolar
Nutricion Pre Escolar
ANDAHUAYLAS-APURIMAC
2023
ALIMENTACIÓN PRE- ESCOLAR FISIOLOGÍA Y CARACTERÍSTICAS
NORMA DIETÉTICA DE ADULTO Y ADULTO MAYOR
ALIMENTACIÓN DEL NIÑO PREESCOLAR, ESCOLAR Y DEL
ADOLESCENTE
Alimentación en el preescolar y escolar Características biológicas y otros
condicionantes de la alimentación de la edad escolar y preescolar
La desaceleración del crecimiento en las etapas preescolar y escolar, conlleva una
disminución de la necesidad en energía y nutrientes. La edad preescolar (2-6 años)
engloba el periodo desde que el niño adquiere autonomía en la marcha hasta que
empieza a asistir regularmente a la escuela. En este periodo, se produce una
desaceleración del crecimiento: 8-9 cm en el 3º año y, a partir de esa edad, unos 5-7
cm/año, lo cual conlleva una disminución de las necesidades en energía y nutrientes
específicos en relación al tamaño corporal. Hay un aumento de la masa muscular,
disminuyendo la cantidad de agua y grasas. A esta edad presentan un rápido aprendizaje
del lenguaje, una maduración en la motricidad fina y gruesa y es una etapa importante
de socialización. En cuanto al desarrollo emocional, en esta etapa preescolar, aumenta la
actividad, la autonomía y la curiosidad, se vuelven caprichosos con las comidas y, a
veces, presentan fobias a todo lo nuevo, incluidos los alimentos. El niño va
desarrollando sus preferencias y clasifica los alimentos entre los que le gustan y los que
no le gustan, influido por su aspecto, sabor y olor.
Recomendaciones Prácticas
Eliminar la grasa visible de las carnes.
Cocinar con poca sal.
Incluir diariamente ensaladas y/o verduras cocidas.
Incluir diariamente fruta fresca.
• Calcular las calorías de forma individualizada en función del peso respecto a la talla y
según el grado de actividad física, intentando adecuarlas a las actividades escolares. De
forma especial, el deportista escolar debe incrementar el aporte energético en relación al
tipo de actividad y a la duración de la misma.
• Ofrecer una alimentación variada atendiendo a la calidad más que a la cantidad de los
alimentos. La dieta del escolar debe incluir alimentos de todos los grupos, con el fin de
conseguir un aporte de nutrientes satisfactorio. En su elección hay que tener en cuenta
los gustos, costumbres y condicionamientos sociales de la población a la que va a
dirigirse, para poder ofrecer diversas posibilidades con alimentos de un valor nutritivo
similar.
• Repartir las comidas del día en tres principales (desayuno, comida y cena) y una o dos
intermedias (almuerzo y merienda), promoviendo de forma especial la importancia del
desayuno. actividad intelectual y física. La cena debe tener una composición
complementaria a la comida, aportando alimentos que no se toman habitualmente en la
comida del mediodía.
• Utilizar preparaciones culinarias sencillas, que no precisen la adición de cantidades
importantes de grasa y/o sal en su elaboración. Es recomendable utilizar aceite de oliva
frente a otro tipo de grasas.
• Las fuentes de proteína deben combinar las de origen animal, principalmente a través
de huevos, lácteos y pescado, con las de origen vegetal a partir de las legumbres y cereal
• Beber agua en cantidad suficiente. Se desaconseja el consumo sistemático de zumos
industriales y refrescos. Las colas se desaconsejan por ser excitantes, al igual que el té y
el café. Las bebidas alcohólicas no deberán figurar en la alimentación del niño.
Otro ejemplo: María tiene 71 años, mide 1 metro con 56 cm, y pesa 55kg.
Ubicamos su talla en la tabla de valoración nutricional, y en la misma fila
horizontal buscamos su peso actual, que se encuentra en la columna clasificada
como DELGADEZ. Por lo tanto, es necesario que María acuda al
establecimiento de salud más cercano para recibir orientación por parte del
profesional de salud.
Un ejemplo más: Pedro tiene 62 años, mide 1 metro con 58 cm, y pesa 84kg.
Ubicamos su talla en la tabla de valoración nutricional, y en la misma fila
horizontal buscamos su peso actual, que se encuentra en la columna clasificada
como OBESIDAD. Entonces, Pedro tiene que ser referido al establecimiento de
salud más cercano para recibir orientación profesional.
Lavarse las manos con agua y jabón antes de preparar los alimentos.
Mantener las uñas cortas y limpias.
Mantener sujeto el cabello, evitando tenerlo encima del rostro cuando se está
preparando los alimentos.
Usar mandil y secadores limpios.
Taparse la boca con un pañuelo limpio al toser y estornudar. Lavarse las manos
después de ir al baño o al estar en contacto con objetos o superficies
contaminadas (pañales, dinero, herramientas del campo, etc.)
Mantener limpios los cubiertos, cucharones, cucharas de palo, ollas, platos y
todos los servicios de la cocina, guardarlos en un lugar cerrado y cubrirlos con
un trapo limpio.
Mantener los depósitos de agua tapados y limpios.
Mantener la basura en depósitos tapados y lejos de los depósitos de agua y
alimentos.
Mantener los animales en sus jaulas, corrales, establos, pero fuera de la casa.
Colocar los venenos, pesticidas, fertilizantes, kerosene, en lugares altos y
seguros, si es posible con llave, y siempre lejos de los alimentos y el agua,
además tienen que estar etiquetados.
RECOMENDACIONES NUTRICIONALES DEL ADULTO MAYOR
Energía:
El proceso de envejecimiento se acompaña de una reducción significativa de la
actividad
física, hecho que contribuye a una pérdida de masa muscular. No existe una buena
definición
del IMC ideal para la tercera edad, si bien se estima que no debe exceder el valor de 30.
Por
otra parte los datos de ingesta indican que son significativamente más bajas que en
adultos
más jóvenes. Esto se explica por una menor actividad física y una menor masa
muscular.
Si se aumenta la ingesta sin incrementar en forma simultánea el gasto energético, se
inducirá
un aumento de tejido adiposo favoreciendo el desarrollo de obesidad. Por otra parte, si
se
provee solo lo necesario para mantener un balance energético para un nivel de gasto
bajo,
se estará manteniendo una situación poco saludable creando situaciones de desnutrición.
Proteínas:
Los requerimientos de proteína son un tanto mayores para personas de la tercera edad
considerando que existe perdida de músculo (sarcopenia).
La inmunidad celular se ve particularmente afectada por el déficit proteico con
infecciones más frecuentes y severas en esta población. Una dieta con mayor cantidad
de proteína, acompañada de ejercicio físico especialmente de tipo isométrico (pesas y
resistencia), favorece una mejor síntesis y utilización de la proteína.
Al relacionar las cifras de requerimiento de proteínas con las de energía se recomienda
que la dieta tenga un aporte de 1.1 o 12% de calorías proteicas.
Grasas
La ingesta de grasas es fundamental como fuentes de energía, como aporte de ácidos
grasos esenciales y de vitaminas liposolubles. Las recomendaciones de grasa son de
23% del total de calorías, debiendo ser menor del 10% como grasa saturada, menor o
igual del 10% como grasa poliinsaturada y con predominio de grasa monoinsaturada. La
ingesta de colesterol ha de ser menor a 200 mg/día.
Hidratos de Carbono
Se recomienda que el aporte de carbohidratos sea de un 65% de la ingesta calórica total,
y que dicho aporta se realice a expensas de carbohidratos complejos (almidones),
limitando la ingesta de carbohidratos simples (azucares y derivados) a menos del 10%
de las calorías totales. Se recomienda una dieta rica en carbohidratos ricas en fibra lo
que previene el estreñimiento, favoreciendo la función del colon.
VALORACIÓN NUTRICIONAL
Es el conjunto de procedimientos que permite determinar el estado nutricional de una
persona, valorar las necesidades o requerimientos nutricionales y determinar los
posibles riesgos de salud que pueda presentar con relación a su estado nutricional. Es
necesario poder definir, en primer lugar, el estado normal o estándar, pero este es muy
variable en función del área geográfica, edad, factores psicosociales, factores médicos y
factores dietéticos. Los objetivos principales de la valoración nutricional, consisten en
identificar las posibles causas, cuantificar las consecuencias e indicar el tratamiento más
adecuado para cada situación. En la valoración nutricional convencional se evalúan
aspectos de la historia clínica, encuesta dietética, valoración geriátrica (funcional,
cognitiva y psicológica) y socioeconómica.
ACTIVIDAD FÍSICA
La actividad física en el adulto mayor, debe ser conservadora y no se lo debe someter a
ejercicio físico excesivo. El ejercicio siempre deberá ir acompañado de una mejora de
los hábitos alimentarios y la intensidad del ejercicio debe adaptarse a la edad y a la
forma física del individuo. En ningún caso la frecuencia cardiaca máxima alcanzada,
deberá sobrepasar el 60 – 80% del valor de 220 latidos/minuto, menos la edad del
paciente.
Hay dos tipos de actividad física: la actividad física cotidiana y la actividad física
programada. La actividad física cotidiana es la que más se debe fomentar en el adulto
mayor, ya que es la que podemos realizar como elemento normal de nuestra vida como
ser: subir algún tramo de escaleras, andar, recorrer un trayecto al bajar de una parada
antes de lo habitual del medio de transporte, no utilizar la movilidad para recorrer
distancias cortas, etc.
GUÍA ALIMENTARIA PARA EL ADULTO MAYOR
La aplicación de la guía alimentaria, permitirá orientar a los adultos mayores en la
selección adecuada de alimentos para obtener la energía necesaria proveniente de
carbohidratos, proteínas y grasas, así como también obtener otros nutrientes y no
nutrientes como, por ejemplo fibra dietética. Como objetivo general, las guías orientarán
la selección de una alimentación que promueva una mejor salud y contribuya a evitar
discapacidades secundarias a enfermedades crónicas no transmisibles del adulto mayor.
Es importante considerar que las costumbres, hábitos, disponibilidad de alimentos y
necesidades nutricionales de los adultos mayores, influirá en la selección de alimentos,
así como también los cambios fisiológicos asociados al envejecimiento, como son la
percepción del gusto y olfato, alteraciones del aparato masticatorio y de las funciones
gastrointestinales.
Una dieta saludable corresponde a aquella que contiene una cantidad suficiente de
energía, nutrientes y otros componentes que permitan prevenir deficiencias o excesos
nutricionales.
LA DIETA MEDITERRÁNEA
La dieta mediterránea es una forma de alimentación saludable que prioriza el consumo
de alimentos frescos y naturales, basándose en los sabores y tradiciones de la
región, beneficiando la salud en general, además de disminuir el riesgo de contraer
enfermedades cardíacas, cáncer, diabetes y enfermedades degenerativas.
La dieta mediterránea prioriza el aceite de oliva como principal fuente de grasas,
además de las frutas, vegetales, legumbres, cereales integrales, semillas, frutos secos
y pescados, evitando productos industrializados nocivos para la salud, como salchichas,
bollerías, comida congeladas y prefabricadas.
Principales beneficios
RECOMENDACIONES GENERALES
A continuación, se enumeran una serie de consejos prácticos que ayudarán a
seguir las recomendaciones nutricionales anteriormente referidas:
Cocine en casa siempre que le sea posible: es la mejor manera de controlar la
composición de su dieta. Las comidas de los restaurantes, especialmente la
«comida rápida», tiende a tener un alto contenido de grasas, sal y azúcares.
Incremente el consumo de alimentos frescos (frente a precocinados, que tienen
un alto contenido en grasas), aves y pescados. ·
Cocine los alimentos al vapor, cocidos, en el microondas o a la plancha, para
evitar aumentar el contenido de grasa de su dieta.
Progresivamente reduzca la sal que añade a las comidas. La apetencia por la sal
es, en buena medida, adquirido. El aliño con especias aumenta el sabor y puede
reducir la necesidad de sal.
Puede asegurar la ingesta de calcio consumiendo leche y derivados lácteos
desnatados o semidesnatados. Los lácteos constituyen la principal fuente de
calcio de la dieta, pero son también la segunda fuente de grasas, después de las
carnes.
Lea la etiqueta de composición de los alimentos.