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Nacionalidad y Ciudadanía

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Derecho Constitucional

Cedula 2: NACIONALIDAD

1. Concepto y fuentes de la nacionalidad


2. Causales de perdida de la nacionalidad, recuperación y recurso de
reclamación
3. Concepto y requisitos para ser ciudadano chileno
4. Derechos que otorga la ciudadanía. Pérdida, suspensión y rehabilitación.

INTRODUCCION

Buenos días profesores y pú blico presente.

Con la venia de la comisió n solicito autorizació n para rendir mi examen de grado.

La cedula que procedo a exponer, se enmarca dentro del Derecho Constitucional,


específicamente el tema de la nacionalidad y ciudadanía.

Siempre intruso, nunca bienvenido fue la frase con la que él apá trida Gustav
Mahler, compositor y director de orquesta, manifestaba su permanente sentimiento
de exilio y desubicació n, al ser bohemio entre los austriacos, austriaco para los
germanos y judío en el mundo entero.

La posesió n de una determinada nacionalidad es un requisito para el ejercicio


de ciertos derechos bá sicos de la persona, de ahí radica su importancia, razó n por la
cual, he decidido exponer acerca de ella.

Actualmente vivimos una realidad que es testigo de un acelerado proceso de


globalizació n e internalizació n que podemos fá cilmente identificar en el gran flujo
migratorio que se produce entre habitantes de distintos países. Es por este motivo que
resulta interesante abordar el tema, considerando que la materia ha sido tratada por
distintos cuerpos normativos tanto de legislaciones internas de los propios países
como de tratados internacionales. Es así como encontramos el derecho a la
nacionalidad en la Declaració n Universal de Los Derecho Humanos, la cual en su
artículo 15 señ ala que “Toda persona tiene derecho a una nacionalidad”. Así mismo, la
Declaració n Americana de Derechos y Deberes del Hombre, en su artículo 19 indica
que “Toda persona tiene derecho a la nacionalidad que legalmente le corresponde”.

Imagínense que fue tal la influencia que ejercieron estos cuerpos legales, que
incentivaron a modificar la controvertida Constitució n de 1980, a través de la ley
20.050, la cual modificó esta materia con el objeto de modernizarla y estar en una
situació n similar a los textos legales internacionales antes mencionados.

En nuestro país, podemos observar que su reglamentació n se da a comienzos


de la independencia, a raíz del Reglamento Constitucional de 1812, en el Reglamento
para el gobierno provisorio de 1814 y en la Constitució n de 1818, 1822 y así hasta la
actual constitució n de 1980. Sin embargo, la legislació n chilena sobre esta materia,
tiene la particularidad de que es entregada para que sea regulada por el constituyente,
a diferencia de lo que ocurre con el Derecho Comparado, puesto que, en otros países
este tema es tratado por leyes de menor grado o incluso por sus có digos civiles,
debido a que son consideradas materias propias de ley.

Por lo anterior, esta materia, la encontramos en el capítulo II de la Constitució n


de 1980, bajo el concepto de “nacionalidad y ciudadanía”, y fue este capítulo en
particular el cual vino a modificar la ley 20.050 en la reforma de añ o 2005, donde
modificó lo relativo a las causales de adquisició n y perdida de la nacionalidad, con el
fin de asimilar el ius solis con el ius sanguinis. De esta manera también se abordó que
en la nacionalizació n, ya no se requiere renunciar a la nacionalidad anterior, evitando
así la situació n de los denominados ‘’apá tridas’’, pero manteniendo de igual forma y de
manera paralela, la renuncia a la nacionalidad en caso de obtener una segunda, todo
lo cual se debe enmarcar en un acto de cará cter formal, expreso y voluntario.

Dentro del capítulo de esta materia, se estudian en particular tres artículos de


nuestra constitució n, los cuales son el artículo 10, 11 y 12.

Para comenzar, el artículo 10 no señ ala cuales son las fuentes de la


nacionalidad, tanto originarias como derivativas, encontrá ndose contempladas el ius
solis, ius sanguinis, carta de nacionalizació n y la nacionalizació n por gracia.

Luego, en el artículo 11 encontramos lo referente a las causales de la perdida


de la nacionalidad.

A su vez, el artículo 12 contempla el recurso de desconocimiento o privació n de


la nacionalidad.

Posteriormente a la nacionalidad, encontramos a la ciudadanía, regulada entre


los artículos 13 a 18. La ciudadanía, es un concepto que ha ido evolucionando de
acuerdo a las prioridades que tiene la comunidad, así por ejemplo en la constitució n
de 1818, para ser ciudadano se requería tener má s de veinticinco añ os o estar casado,
siendo en este cuerpo legal el primero donde se establecieron requisitos para ser
ciudadano. Luego en la constitució n de 1925 se establecía como requisito para ser
ciudadano la edad de veintiú n añ os y ademá s saber leer y escribir, los cuales fueron
modificados en el añ o 1970 en cuanto a rebajar la edad a 18 añ os y extender el
derecho de sufragar a las persona analfabetas.

Nuestra carta fundamental, después de señ alar quienes tienen la calidad de


ciudadanos, procede a señ alar en su artículo 15 los derechos y deberes de los cuales
goza aquel con dicho cará cter. Dentro de los cuales encontramos el derecho a sufragar
en elecciones y plebiscitos, y el derecho a optar a cargos pú blicos, específicamente
aquellos que son de elecció n popular.

La Constitució n, también prevé aquellos eventos en los cuales el ciudadano no


pudiese ejercer sus derechos como tal, señ alando en su artículo 16 casos de
suspensió n del derecho a sufragio, o bien, aquellos eventos en que se pierde la
ciudadanía en su artículo 17.

MATERIA:

Concepto y Fuentes de la Nacionalidad

El origen de la palabra nacionalidad, proviene del latín “natío” el cual significa


nacer, de esta manera se infiere que la nacionalidad hace alusió n al lugar del
nacimiento de la persona.

Dentro de la doctrina del derecho constitucional, el autor Gabriel Amunategui


le da a la nacionalidad el cará cter de “vinculo jurídico entre un individuo y una
determinada Nación, y ese vínculo es fuente de deberes y derechos recíprocos”, ademá s
el concepto de nacionalidad, a su vez engloba una serie de elementos configurativos
de esta como la raza, el idioma, las costumbres, la cultura, la historia, el pasado comú n,
etc.

Sin embargo, siguiendo la noció n doctrinal de la nacionalidad, se ha estimado


que dicho vínculo debe relacionarse má s con el “Estado” que con la “Nació n”, dado que
esta ú ltima en virtud de su cará cter subjetivo, compuesto de diversos elementos
socioló gicos, puede mutar en el tiempo. Sin dejar de lado que, no solo los nacionales
está n relacionados con el Estado, sino que también los extranjeros.

El concepto de nacionalidad, ha sido objeto de estudio de diversos autores y


ello conlleva a que no solo exista una definició n, de esta forma el autor Herná n Molina
Guaita la defina como “un vínculo jurídico que liga a una persona con un Estado
determinado y que da origen a derechos y obligaciones reciprocas”.

Pero, en general el Estado reconoce los mismos derechos y obligaciones tanto a


nacionales como extranjeros, en todo aquello relativo a los derechos civiles, libertades
pú blicas y garantías constitucionales, aun así, toda regla general tiene excepciones,
como en el caso de los extranjeros los cuales solo tendrá n derecho a sufragar en las
elecciones parlamentarias y presidenciales si se encuentran avecindados en el país
por un periodo de má s de 5 añ os.

Ahora bien, respecto de los nacionales, la Constitució n en el artículo 22, señ ala
un serie de obligaciones de los chilenos para con el Estado, el cual señ ala que “Todo
habitante de la Republica debe respeto a Chile y a sus emblemas nacionales.

Los chilenos tienen el deber fundamental de honrar a la patria, de defender su


soberanía y de contribuir a preservar la seguridad nacional y los valores esenciales de la
tradición chilena.

El servicio militar y demás cargas personales que impongan la ley son


obligatorios en los términos y formas que esta determine.
Los chilenos en estado de cargar armas deberán hallarse inscritos en los
Registros Militares, si no están legalmente exceptuados”.

Volviendo a los nacionales, existen ciertos efectos que genera la nacionalidad,


podemos señ alar ciertos derechos y deberes que genera esta, ya que emanan derechos
y obligaciones para ambos, tanto para el nacional como para el Estado, podemos
distinguir:

- Derecho a permanecer en el territorio nacional, sin poder ser expulsado


de él, sino que por un delito al que la ley señ ala esa pena.

- Derecho a refugiarse en su país, en caso de ser perseguido por un delito


en otro territorio, salvo que se conceda la extradició n, que por lo
general no se otorga a los nacionales.

- Derecho a que las autoridades de su país le otorguen pasaporte, el cual


conlleva la concesió n de amparo diplomá tico en lo que respecta a su
persona y bienes en los casos que sea procedente.

- Los derechos que está n establecidos en la Constitució n en su artículo


19.

- Derecho a elegir y ser elegido a través del sufragio


.
- Derecho a desempeñ ar cargos pú blicos.

Entre los deberes de los nacionales para con el estado, podemos mencionar:

- Abstenerse de ejecutar actos que vayan en contra de la dignidad e


interés de país.

- No tomar armas contra su nació n de origen.

- Acatar la ley nacional, aun cuando se encuentre fuera del territorio del
Estado.

- Pagar los tributos conforme a la ley nacional.


Apartá ndose de lo relativo a los derechos y obligaciones reciprocas,
encontramos otros efectos de la nacionalidad, en principio un Estado solo puede
otorgar amparo diplomá tico a un nacional, ademá s los tratados internacionales
mencionan la nacionalidad en ciertos casos, por ejemplo en la Convenció n de Viena
sobre Relaciones Diplomá ticas de 1961, que dice que los miembros del personal
diplomá tico de la misió n deberá n de tener la nacionalidad del estado acreditante,
cuando los nacionales de un Estado sean expulsados de otros, corresponderá a el
primero acogerlo en su territorio.

Sin embargo, la nacionalidad también tiene un impacto en materia de derecho


administrativo, civil, laboral e internacional pú blico. Este ú ltimo en particular, ha
generado diversas directrices o principios referentes a la adquisició n de la
nacionalidad. Dentro de las cuales encontramos:

Por nacimiento: este principio, se caracteriza por ser el modo principal para adquirir
la nacionalidad, de esta forma se genera ya sea por el hecho de nacer dentro de un
Estado (ius solis), o bien, por ser descendiente de una nacional (ius sanguinis).

En lo relativo a este ú ltimo punto, la reforma del añ o 2005, homologa los


efectos y sus condiciones, ya que anteriormente primaba el ius sanguinis.

Por matrimonio: Este método existe en algunos países, en donde la nacionalizació n


se produce de manera automá tica cuando una mujer se casa con un nacional.

Por adopción o legitimación:

Por naturalización: esta forma de adquirir la nacionalidad, se produce a través de un


procedimiento en donde el Estado le otorga está a una persona, a solicitud de esta
misma, debido a que el Derecho Internacional, prohíbe conferir nacionalidad a un
extranjero sin su consentimiento.

Por transferencia de territorio de un Estado a otro: este fenó meno se produce por
el cambio de soberanía territorial, caso en el cual se puede perder la nacionalidad
antigua y adquirir la del Estado que sucede. Sin embargo, todo este tema se puede
regular en los tratados y dependerá de lo dicho sobre la transferencia de territorio en
dicho texto legal. Este punto, presenta una particularidad ente Chile y Peru, en el
tratado de Ancon, en donde surgia un derecho de opció n consistente en poder elegir
dentro de un plazo la nacionalidad del Estado cedente o cesionario.

Características de la Nacionalidad

1- Toda persona tiene derecho a una nacionalidad, de esta forma no puede ser
desconocida y nadie se halla habilitado para despojarla arbitrariamente de una
persona, esto se refleja en el artículo 15 de la Declaració n Universal de los
Derechos del Hombre y del Ciudadano, en el cual se menciona que toda
persona tiene derecho a una nacionalidad y que no será privada de ella
arbitrariamente.

2- La nacionalidad al ser un derecho intrínseco de todo ser humano, su titular


posee el deber correlativo de guardar y respetar cuanto implica ser nacional, es
decir, respetar todo lo relacionado con el Estado al que pertenece.

3- Todo hombre tiene derecho a cambiar de nacionalidad, siempre que cumpla


con los requisitos señ alados en la ley de país respecto del cual se pretende
nacionalizar, y en virtud de la Constitució n y leyes de nuestro país, la renuncia
a la nacionalidad deberá ser libre y voluntaria, con el objeto de evitar todo
fraude o delito.

4- Toda persona tiene derecho a cambiar de nacionalidad, y para ello deberá


renunciar a su nacionalidad, acompañ ado de la obtenció n de una nueva,
evitando así la formació n de un apá trida, respetando así lo establecido en el
artículo 11 del mismo cuerpo legal anteriormente mencionado.

5- Existen convenciones internacionales que otorgan pasaporte a las personas sin


nacionalidad.

6- La nacionalidad solo puede ser privada, a través de una resolució n fundada en


el derecho positivo, en consecuencia, deberá ser dictada por la autoridad
competente y restituyéndola cuando se cumplan los requisitos que se piden.
Así, el ó rgano estatal que prive de la nacionalidad debe ser acreditada en un
proceso previo y justo, debiendo contemplarse los recursos pertinentes.

Nuestra Constitució n, distingue entre chilenos y extranjeros, y a su vez el Có digo Civil


señ ala que son chilenos, los que la constitució n declara como tales y los demá s
extranjeros, de esta forma a los chilenos los clasifica:

- Chilenos nativos
- Chilenos por opció n
- Chilenos por naturalizació n o nacionalizació n
- Chilenos por gracia

También encontramos distintos tipos de extranjeros, para ello, resulta ú til señ alar que
dicha palabra tiene un origen latín “extraneus”, lo que significa por un lado “lo que
viene de afuera” o bien, “lo que no forma parte de la familia”. Segú n la Real Academia
Españ ola, se define como lo que es o vine de otra soberanía, también el natural de una
nació n respecto a los naturales de cualquier otra.

Así, encontramos:

- Extranjeros que se encuentran al servicio de su gobierno


- Extranjeros transeú ntes
- Extranjeros que obtuvieron carta de nacionalizació n
- Extranjeros avecindados en Chile

Dichas clasificaciones, respecto de los nacionales dicen relació n en cuanto al ejercicio


de los derechos políticos; en cambio respecto a los extranjeros dicen relació n en
cuanto a pueden o no ejercer derechos determinados; sin embargo, para la
adquisició n y goce de derechos civiles no existe tal distinció n dado que la ley es
obligatoria para todos los habitantes de la Republica.

Fuentes de la Nacionalidad

Las fuentes de la nacionalidad son aquellas formas en có mo se determina


quienes son nacionales de un Estado. Estas pueden ser:

Fuentes naturales, biológicas u originarias: son aquellas que revisten la


nacionalidad al momento del nacimiento, ya sea al lugar donde este ocurrió o a la
nacionalidad de los padres.

En este tipo de fuente, encontramos por un lado el ius solis (derecho a suelo),
en virtud del cual se adquiere la nacionalidad del país dentro del cual se produjo el
nacimiento.

Por otro lado, encontramos el ius sanguinis, en virtud del cual se atribuye la
nacionalidad de una persona la que tengan sus padres.

Fuentes derivadas, adquiridas o legales: este tipo de fuente le atribuye una


nacionalidad distinta a la que se produce por el nacimiento, la cual debe ser a petició n
del solicitante y siempre que se cumplan con todos los requisitos legales.

El artículo 10 de la Constitucion se establece las fuentes de la nacionalidad, y señ ala


taxativamente quienes son chilenos:

1- Los nacidos en el territorio de Chile, con excepción de los hijos de extranjeros que
se encuentren en Chile en servicio de su gobierno, y de los hijos de extranjeros
transeúntes, todos los que, sin embargo, podrán optar por la nacionalidad
chilena.

Hay varios elementos que deben analizarse dentro de este artículo, primeramente
debemos determinar que se entiende por “nacido”, para ello el artículo 74 del Có digo
Civil, señ ala que la existencia legal comienza al nacer, y se produce al separarse
completamente de la madre y de sobrevivir un momento siquiera. De esta forma el
nacimiento debe haberse producido en “el territorio de chile”, el cual puede ser real o
ficticio.
El territorio real, es aquel donde el Estado ejerce su soberanía en forma exclusiva y
comprende el suelo, subsuelo y el mar territorial, el lecho y el subsuelo del mar
territorial y el espacio aéreo ubicado entre esta ú ltima y la superficie terrestre.

El territorio ficticio, está n comprendidas las naves o aeronaves militares en


cualquier lugar en que estas se encuentren y las naves o aeronaves privadas que se
encuentren en espacios internacionales y que enarbolen el pabelló n nacional.

Sin embargo, los recintos de las embajadas diplomá ticas y sedes consulares no se
considera territorio nacional, pese que hasta la Segunda Guerra Mundial lo fueron, hoy
en día son má s bien consideradas inmunidad de jurisdicció n por tanto inviolables, al
cual se le garantiza al personal diplomá tico, independencia y seguridad en el
desarrollo de sus gestiones y basta con conceder inmunidades jurisdiccionales, como
entre otras que no quedaran sometidos a las legislaciones civiles y penales del Estado
receptor.

Otros elementos necesarios de analizar respecto de este artículo, son las


excepciones al ius solis que contempla. La primera excepció n es:

“Los hijos de extranjeros que se encuentren en Chile al servicio de su gobierno”

Para formular esta excepció n, es necesario que:

- Que los padres sean extranjeros, pero el consejo de defensa del estado
ha señ alado que basta con que solo uno de ellos esté al servicio de su
gobierno y no ambos.

- Que se encuentre “al servicio de su gobierno”, de esta manera se


entiende que se encuentra limitado al personal diplomá tico, consular o
técnico del Estado al cual pertenece, también puede extenderse a los
funcionarios de organismos internacionales como la Comisió n
Econó mica para América Latina o las distintas agencias de la
organizació n de Naciones Unidas.

La segunda excepció n es “los hijos de extranjeros transeúntes”.

Primero que todo, se debe determinar que se entiende por extranjero


transeú nte, para lo cual la Real Academia de la Lengua Españ ola lo trata como “aquel
que transita o pasa por un lugar”. De esta manera, el Servicio de Registro Civil de 1996
consideraba como tales a los turistas, tripulantes y cualquier persona que estuviere de
forma irregular en el país. En lo relativo a este ú ltimo caso, es posible encontrar a los
hijos de ilegales, los cuales son inscritos como hijos de extranjeros transeú ntes, ya que
no cumplen con la residencia legal por tanto no pueden ser considerados chilenos.

El derecho de opción:
Este derecho se encuentra en el parte final del artículo 10 N° 1, el cual otorga a los hijos de
extranjeros nacidos en Chile adquirir la nacionalidad chilena. Según el Decreto con Fuerza
de Ley N º5.142, modificado por Ley 20.888, de 2016, en su artículo 10 dice que estas
personas podrán optar a la nacionalidad chilena cuando realicen una declaración en un
plazo fatal no superior a un año, que se cuenta desde la fecha que el solicitante haya
cumplido 18 años de edad, debe realizarse ante el Intendente o Gobernador Provincial
respectivo o en el Ministerio del Interior en su Departamento de Extranjería y Migración, si
la persona se encuentra en Chile, de no encontrarse en el país se puede hacer ante el Cónsul
o Agente Diplomático chileno en el extranjero, dependiendo del lugar de residencia del
solicitante.

Cuando es acogida la solicitud el Subsecretario del interior dicta una resolución


exenta en la cual declara que es chileno, se quiere el pago de los derechos correspondientes
y se comunica según si se encuentra en chile o no a través del Consulado o Gobernación
que debe documentarse como chileno.

2- Los hijos de padre o madre chilenos, nacidos en territorio extranjero. Con todo, se
requerirá que alguno de sus ascendientes en línea recta de primer o segundo
grado, haya adquirido la nacionalidad chilena en virtud de lo establecido en los
numerales 1, 3 o 4.

Este numeral, refleja claramente el principio del ius sanguinis, y en virtud de


este artículo se deja en igualdad el ius solis con el ius sanguinis, trascendiendo a las
anteriores constituciones las cuales daban má s importancia al ius solis, considerando
el segundo como una forma accesoria para adquirir la nacionalidad, por ejemplo, solo
en el caso que estos hijos se avecindaran en Chile a lo menos un añ o, podían optar a la
nacionalidad chilena.

Con todo, se establecen ciertas limitaciones en que solo puede ser chileno la
persona que alguno de sus ascendientes en línea recta de primer o segundo grado, es
decir, sus padres o abuelos, hayan adquirido la nacionalidad chilena, en cualquiera de
los casos de los nú meros 1º, por nacer en Chile, 3º por carta de nacionalizació n o 4º
por nacionalizació n por gracia.

3- Los extranjeros que obtuvieron carta de nacionalización en conformidad a la ley.

Este numeral en particular, permite al legislador regular esta materia, siendo


así, antes de la reforma del 2005 por la ley 20.050 se exigía que la persona debiera
renunciar a su nacionalidad anterior, lo que significaba que en el caso que la persona
no obtuviera la nacionalidad chilena no quedara en estado de apá trida.

De esta forma, la nacionalidad estaba regulada por el Decreto con Fuerza de


Ley Nº 5142, donde se señ ala los requisitos para obtenerla debe presentar una
solicitud ante la Intendencia Regional o Gobernació n Provincial, segú n la que
corresponda segú n su domicilio, en caso de ser la Regió n Metropolitana dicha
solicitud debe hacerse en el Ministerio del Interior, con todo la solicitud debe cumplir
con:

- Haber cumplido 18 añ os de edad.


- Acreditar haber residido más de 5 años en Chile. La Ley 20.888
suprimió el requisito de la continuidad de la residencia.
- Tener el permiso de residencia definitiva otorgado por el Ministerio del
Interior, este permiso otorga a los extranjeros radicarse
indefinidamente en el país y poder desarrollar cualquier actividad, solo
con la limitació n que establecen las leyes y reglamentos.
- También podrá n solicitar carta de nacionalizació n los hijos de
extranjeros que hayan cumplido 14 añ os de edad, tengan má s de cinco
añ os de residencia en el territorio de la Repú blica, cuenten para ello
con la autorizació n de quienes estén a cargo de su cuidado personal y
hayan obtenido permiso de permanencia definitiva.
- Los menores de 18 añ os, cuyo padre o madre tenga la calidad de
refugiados reconocidos por Chile, podrá n nacionalizarse chilenos desde
el momento en que, al menos, uno de sus padres haya obtenido la carta
de nacionalizació n, sin necesidad de cumplir cualquier otro requisito
legal.
- No haber sido condenados, ni estar procesado por simple delitos o
crímenes, hasta que se sobresea definitivamente el caso; no estar
capacitado para ganarse la vida; ni los que practiquen o difundan
doctrinas que puedan producir la alteració n revolucionaria del régimen
social o político o que puedan que puedan afectar a la integridad
nacional; como tampoco los que se dediquen a trabajos ilícitos o que
pugnen con las buenas costumbres, la moral o el orden pú blico y, en
general, aquellos extranjeros cuya nacionalizació n no se estime
conveniente por razones de seguridad nacional.

El Decreto Ley, dispone que ademá s el interesado renuncie expresamente a su


nacionalidad, pero en virtud de la reforma del añ o 2005, ya no exige tal renuncia, de
acuerdo al principio de supremacía constitucional. Posteriormente en la circular Nº
100 de la Subsecretaria del Interior, ha concluido que la disposició n ha quedado
tá citamente derogada en razó n de dicha reforma constitucional.
Siguiendo con el Decreto, este en su artículo 7 señ ala que al momento de negar
una carta de nacionalizació n, está siempre debe ser fundada, apartando así
resoluciones arbitrarias y sin fundamentos. Cuando una persona adquiere la
nacionalidad por este medio solo puede ejercer su derecho para optar a cargos
pú blicos de elecció n popular, solo a los 5 añ os de estar en posesió n de la respectiva
carta de nacionalizació n.

4- Los que obtuvieren especial gracia de nacionalización por ley.

La ley reglamentara los procedimientos de opción por nacionalidad chilena, de


otorgamiento, negativa y cancelación de las cartas de nacionalización, y la
formación de un registro de todos estos actos.

De esta manera, la nacionalizació n por gracia es aquella que es otorgada en


ciertas ocasiones a extranjeros que han prestado grandes servicios a Chile o a la
humanidad.

Este tipo de nacionalidad consiste en una concesió n discrecional por ley, de la


nacionalidad chilena, la cual se realiza por la ley comú n teniendo como origen
cualquiera de las cá maras, pudiendo ser iniciada por Diputados, Senadores y el
Presidente de la Republica.

Respecto de la nacionalidad por gracia, una vez adquirida por esta forma, no es
necesario que la persona acepte y manifieste su voluntad para adquirir la
nacionalidad chilena, debido a que no requiere tramitació n, ni solicitud del interesado,
sino que se considera como un honor al que se le otorga, pudiendo optar de inmediato
y sin plazo alguno a los cargos de elecció n popular, con la sola excepció n ser optar al
cargo de Presidente de la Republica.

Este tipo de nacionalidad, ha sido otorgado a Don Andres Bello, Jose Joaquin de
Mora, Ignacio Domeyko, Giulio y Claudio Di Girolamo, Horst Paulmann.

Causales de Perdida de la Nacionalidad, Recuperación y Recurso de


Reclamación

Todo lo relativo a las causales de pérdida de la nacionalidad, se encuentran en el


artículo 11 de la Constitució n, siendo estas taxativas:

1- Por renuncia voluntaria manifestada ante la autoridad chilena competente. Esta


renuncia solo producirá efectos si la persona, previamente, se ha nacionalizado
en país extranjero.

Una persona, pierde la nacionalidad siempre hubiese adquirido otra


anteriormente y haya renunciado de manera expresa ante la autoridad
competente. Dicha autoridad puede ser el Departamento de Extranjería y
Migració n del Ministerio del Interior o en la Oficina de Extranjería de la
Gobernació n Provincial si la persona se encuentra en Chile, y en caso contrario
ante el Có nsul chileno respectivo.

Con todo, existen dos casos en donde la persona adquiere una nacionalidad sin
voluntad de renunciar a la voluntad chilena:

a) Que exista un tratado internacional que reconozca los mismos beneficios a


los chilenos en ese país
b) Adoptar una nacionalidad para poder ejercer los mismos derechos civiles
que los nacionales de ese país o poder permanecer en el

2- Por decreto supremo, en caso de prestación de servicios durante una guerra


exterior a enemigos de Chile o de sus aliados.

Esta causal, tiene la particularidad que la puede hacer el Presidente de la


Republica, a través de un Decreto Supremo.

Dicha causal, requiere que un chileno preste servicios a los enemigos de Chile
o sus aliados. Los servicios pueden ser ya sea militares, econó micos, financieros,
crediticios, jurídicos, pú blicos u otros.

La Constitució n, señ ala como requisito adicional que dichos servicios sean
durante una guerra exterior y ella es tal cuando así lo ha declarado el Presidente
de la Republica previa autorizació n del Congreso (artículo 32 nº 19).

3- Por cancelación de la carta de nacionalización

Esta cancelació n, se produce a través de un Decreto Supremo que dicta el


Presidente de la Republica, previo consenso con el Consejo de Ministros. Esta puede
ser cancelada por:

- Cuando haya sido otorgada en los casos que la ley lo prohíbe.


- Cuando se ha hecho indigna una persona de la nacionalidad chilena.
- Por cometer delitos de la ley 12.927, sobre Seguridad del Estado la
persona poseedora de la carta.

En cuanto al Decreto Supremo mencionado, a su vez el Decreto Ley Nº 5.142, la


cancelació n debe considerar los hechos en que se justifica o funda para cancelar la
carta, ademá s de lo mencionado anteriormente dentro de sus requisitos.

4- Por ley que revoque la nacionalización concedida por gracia

Esta causal, establece que la misma manera en como es otorgada este tipo de
nacionalidad, sea también en virtud de una ley su revocació n, a través de una ley de
quorum ordinario.
Rehabilitación de la Nacionalidad

En el mismo artículo 11, en su parte final se establece que quieren han perdido
la nacionalidad por alguna de las 4 causales del mismo, pueden ser rehabilitadas
mediante ley.

De esta manera, nos damos cuenta que no importa có mo se haya adquirido la


nacionalidad, ni cual causal haya sido para perdedera, de todas maneras solo
mediante una ley se podrá recuperar la nacionalidad.

Prueba de la Nacionalidad

Para poder probar la nacionalidad, debemos distinguir entre aquellas personas


nacidas en el territorio de Chile, ya que su nacionalidad se prueba mediante una copia
del certificado de nacimiento expedido por la oficina del Registro Civil en el que se
practicó la inscripció n. En caso de faltar dicha inscripció n, el artículo 309 del Có digo
Civil señ ala que se podrá probar por otros documentos auténticos, por declaraciones
de testigos que hayan presenciado el hecho, y el caso que etas pruebas sean
defectuosas, se puede probar mediante la posesió n notoria del estado civil.

Respecto de las personas nacidas en el extranjero, cuando su padre o madre se


encuentren al servicio de la Republica, deben inscribirse ante el Có nsul respectivo,
luego, el funcionario deberá remitir los antecedentes al Ministerio de Relaciones
Exteriores, quien posteriormente deberá enviarlos al Servicio de Registro Civil
inscribiéndose en la primera secció n de la comuna de Santiago. Sin embargo, cuando
los nacidos en el extranjero no sean hijos de padre o madre al servicio de la Republica,
será n inscritos en el Registro Civil de nuestro país, de la primera secció n de la comuna
de Santiago.

Acción de Reclamación por Pérdida o Desconocimiento de la


Nacionalidad

El recurso o acció n de reclamació n por perdida o desconocimiento de


nacionalidad se encuentra consagrado en el artículo 12 de nuestra Carta fundamental,
la cual es una acció n contenciosa administrativa.
Antiguamente, en la Constitució n del añ o 1925, la cual fue modificada en el añ o
1957, solo se contemplaba un recurso relativo a la cancelació n de la carta de
nacionalidad y por un plazo menor de solo 10 días.

El artículo 12 de la nuestra Constitució n señ ala que:

“La persona afectada por acto o resolución de autoridad administrativa que la prive de
su nacionalidad chilena o se la desconozca, podrá recurrir, por sí o por cualquiera a su
nombre, dentro del plazo de treinta días, ante la Corte Suprema, la que conocerá como
jurado y en tribunal pleno. La interposición del recurso suspenderá los efectos del acto o
resolución recurridos”.

En virtud de este medio, la ley concede la facultad para reclamar la pérdida o


desconocimiento de la nacionalidad, es una acció n y no un recurso, ya que no presenta
características propias de un recurso, es decir, que no se interpone con el objeto de
invalidad una sentencia judicial, y tampoco se encuentra dentro de un proceso.

Esta acció n, lo que busca es invalidar un acto o resolució n de cará cter


administrativa, es decir, aquel acto administrativo que en virtud del artículo 3 de la ley
19.880 se trata de “las decisiones formales que emiten los órganos de la administración
del Estado en las cuales se contienen declaraciones de voluntad, realizadas en el
ejercicio de una potestad publica” o bien, por resolució n administrativa “ordenes
escritas que dictan las autoridades administrativas dotados de poder de decisión”.
Quedando claro así, que no se puede reclamar de un ley de las sentencias judiciales
que la desconozcan, por este medio.

Esta acció n procede cuando la nacionalidad ha sido privada o desconocida, de


esta manera se entiende dicha situació n cuando un acto o resolució n administrativa
despoja o quita la nacionalidad a quien la tenga. Sin embargo, cuando se desconoce la
nacionalidad esta se niega, sin que se prive, ya que cumpliendo con los requisitos de la
nacionalidad esta no se reconoce, de esta forma se podrá entablar esta acció n cuando
se crea que exista una causal de perdida de la nacionalidad y esta nunca ha existido o
cuando se desconozca alguna fuente de nacionalidad.

La acció n de pérdida o desconocimiento de nacionalidad, puede ser interpuesta


ya sea por la persona afectada o por cualquier persona a su nombre. Esta deberá ser
entablada en la Corte Suprema que conocer como jurado, es decir, apreciar los hechos
y fallar en conciencia, y en pleno.

El plazo para interponer la acció n, es de 30 días contados desde que el afectado


tome conocimiento del acto o resolució n que lo priva o desconoce su nacionalidad.
Dicho plazo, al tener el cará cter de días, no se descuentan los feriados y segú n el
artículo 50 del Có digo Civil, los plazos señ alados por leyes o decretos del Presidente
de la Republica, o los tribunales o juzgados, comprenderá n los días feriados a no ser
que se exprese que será n de días ú til, donde se descontaran los días feriados.

El efecto que produce el entablar la acció n, es suspender los efectos del acto o
resolució n administrativa. En el evento que la Corte Suprema acoja la acció n se debe
tener con efecto retroactivo, anulando así el acto o resolució n administrativa desde su
dictació n, quedando el solicitante como si nunca hubiese sido afectado por este.

Si bien la acció n puede ser acogida o rechazada, respecto de ella no existe


ningú n recurso que permita impugnar la decisió n de la Corte Suprema, por lo que el
interesado deberá respetar lo resuelto, independiente si lo favorece o no.

Existe un auto acordado del 26 de Octubre de 1976 el cual establece la forma


en có mo se debe interponer esta acció n, su tramitació n y plazo para ella:

- Al interponer el recurso y acogerlo a tramitació n, se procede a pedir a


la autoridad administrativa cuyo acto pretende impugnarse, un
informe, el cual tendrá un establecido por la Corte, y en el cual debe
establecer los motivos por los cuales se privó o desconoció la
nacionalidad del interesado.
- Vencido este término, y haya o no evacuado el informe, se deben
remitir los autos al Fiscal Judicial con el objeto de este evacue su
informe.
- Una vez evacuado el informe respectivo, este quedara en estado de
“autos en reclamació n”
- Cuando se llega a acuerdo, la sentencia debe dictarse en el plazo de 10
días ocurrido este.

Concepto y Requisitos Para ser Ciudadano Chileno

La ciudadanía, es un concepto que proviene del latín “civitas”, el cual significa


ciudad. En cuyo entonces, dicho concepto solo se encontraba limitado a los hombres,
no esclavos y mayores de edad.

Por otro lado, la Real Academia Españ ola, define al ciudadano como “natural o
vecino de una ciudad” o bien, “habitante de una ciudad”; sin embargo, hoy en día se
utiliza con mayor frecuencia “aquella persona considerada como miembro activo de un
Estado, titular de derechos políticos y sometido a sus leyes”.

A lo largo de las reglamentaciones de esta materia en nuestro país, en un


principio no se señ alaba con detalle quien era ciudadano, incluso, se presumía tal
calidad así como por ejemplo, en el Reglamento Constitucional de 1812 en su artículo
16 solo se limitaba a señ alar “se respetara el derecho que los ciudadanos tienen a la
seguridad de sus personas, casas, efectos y papeles”, de esta forma no fue hasta el añ o
1822 en el cual el Reglamento Constitucional de ese añ o señ alo por primera vez
requisitos para ser ciudadano en su artículo 16 “son ciudadanos todos los que tienen la
calidad de chilenos, con tal que sean mayores de veinticinco años o casados”, así como
también señ alar causales de suspensió n y perdida de la ciudadanía.

Actualmente, nuestra carta fundamental en su artículo 13 se limita a señ alar


que “son ciudadanos los chilenos que hayan cumplido los dieciocho años de edad y que
no hayan sido condenados a pena aflictiva”.
De esta manera, encontramos que se deben cumplir con ciertos requisitos
como:

1- Se debe ser chileno

En consecuencia lo que corresponde este artículo 13 es relacionarlo con el artículo 10.


Por tanto dicho precepto nos indica quienes son ciudadanos en chile y para serlo la
constitució n no entrega un concepto doctrinal sino que nos da los requisitos paras ser
ciudadano, y acto seguido otorga sus derechos.

Una crítica al concepto de nacionalidad se hace expansiva por la doctrina a las


personas jurídicas, tema que es discutible en la doctrina continental y romanista. En
cambio en la ciudadanía si hay un concepto pero se basa en requisitos, pero no hay
uniformidad de doctrina puesto que estos pueden ser diferentes respecto del país.

2- Haber cumplido los 18 añ os de edad

Este requisito tiene su razó n de ser en el hecho de que siendo la democracia un


sistema que tiene como requisito para su éxito la representatividad necesita integrar
un mayor nú mero de participantes. Cuando se dictó la constitució n de 1925 la
mayoría de edad era a los veintiú n añ os, sin embargo y con el tiempo los
comisionados vieron que eran muchos los casos en materia de derecho comparado
donde se había establecido que teniendo 18 añ os de edad eran ciudadanos.

Después de dictada la Carta fundamental de 1980 todo el ordenamiento chileno quedo


unificado con este cambio, salvo el caso de los candidatos a diputados donde se exige
la edad de 21 añ os.

3- No haber sido condenado a pena aflictiva

En esta constitució n se eliminó el tema de saber leer o escribir, ya que chile venia
saliendo del analfabetismo, cambiá ndose por un requisito que es que la persona no
debe haber sido condenado por pena aflictiva y el articulo 37 del Có digo Penal para
los efectos legales se reputan aflictivas todas las penas de crímenes y respecto de las
de simple delito las de presidio, reclusió n, confinamiento, extrañ amiento y relegació n
menores en sus grados má ximos, lo que permite definir la pena aflictiva como la pena
corporal igual o superior a 3 añ os y un día, impuesta mediante una sentencia
declarada firme y ejecutoriada por un tribunal, lo que significa que no procede recurso
alguno en contra de ella.

Derechos que otorga la Ciudadanía. Pérdida, Suspensión y Rehabilitación


La ciudadanía, al igual que la nacionalidad entrega derechos y deberes
recíprocos entre el ciudadano y el Estado, dentro de los derechos que encontramos
para aquellos con calidad de ciudadano son:

1- Derecho a sufragar en elecciones y plebiscitos

Al referirse a este derecho, se habla del poder electoral que va a fijar la orientació n
política del estado y que tiene por funció n la selecció n y nombramiento de las persona
que han de ejercer el poder el estado a través de la expresió n “de la voluntad del
ciudadano”; por medio de estos se manifiesta la voluntad de la colectividad, es decir, la
expresió n má s pura de la soberanía. El cual se encuentra relacionado con el artículo
5to de nuestra carta fundamental.

La expresió n ciudadanía tiene una cierta incidencia, porque es frecuente encontrarse


con la idea presente en la opinió n pú blica que solo califica tal manifestació n en cuanto
da cuenta de esto, y olvida que su objeto es la direcció n de la colectividad.

“Cuando se gana por una mayoría que no es de consideración, es decir, que no


alcanza a un 55% el gobernante tiene que tener claro que aun obteniendo la
mayoría hay una parte importante del electorado que no esta de acuerdo con él,
y para ser un buen gobierno debe considerarse el segundo porcentaje”.

Es importante señ alar y tener en cuenta, ciertas características de este sufragio


al cual tienen derecho los ciudadanos, tales como:

- Universal
- Igualitario
- Personal
- Secreto
- Obligatorio, pero no sancionado
- Debe ser informado

Ademá s esta facultad va a operar solo en los casos en que la constitució n


establece y de acuerdo al precepto electoral por lo cual queda prohibido al legislador
disponer elecciones populares o plebiscitos en otras situaciones de aquellas
expresamente señ aladas en la constitució n, esto ademá s es compatible con el artículo
18 de nuestra Constitució n, entonces para concluir se podrá convocar los actos
electorales utilizando el sistema electoral pú blico, y en el segundo caso el sistema de
los plebiscitos.
Existe también, una excepció n en relació n a los extranjeros establecida en el
artículo 14 del mismo cuerpo legal, este artículo señ ala que los extranjeros
avecindados en chile por má s de 5 añ os y que cuenten con residencia definitiva,
cumpliendo determinados requisitos del articulo 13, podrá n ejercer el derecho de
sufragio y participar en las elecciones en Chile, en aquellos casos y formas que
determine la ley.

Esta materia fue un punto discutido en la comisió n Ortuzar, cuando y en qué


medida se le podía otorgar el voto a extranjeros y se determinó que estos 5 añ os era
un plazo suficiente como para que los extranjeros pudieran manifestar su parecer en
materias electorales. Para ello, los ciudadanos extranjeros que deseen votar y no estén
inscritos pueden sumarse al padró n electoral acudiendo al Servel, presentando su
cedula de identidad, certificado de avecindamiento de Extranjería y el Formulario de
Solicitud de ingreso al Registro Electoral.

2- Derecho a optar a cargos pú blicos

Este derecho se refiere específicamente aquellos que son de elecció n popular, en esta
materia es necesario señ alar que los chilenos que han obtenido la nacionalidad por
carta se encuentran limitados en el derecho de optar por el cargo de elecció n popular
solo después de 5 añ os de posesió n de la carta de nacionalidad.

La Ciudadanía, como todo derecho, puede perderse y para ello la Constitució n


de la Republica señ ala tres causales en que esta se pierde en su artículo 17:

1. Por perdida de la nacionalidad chilena

Esta causal puede ser por cualquiera de las causales que el articulo 11 contempla se
pierde la calidad de ciudadano si en cualquiera de estas la persona fuera ratificada por
ley en ese mismo momento será restablecida su ciudadanía.

2. Por conde de pena aflictiva


Este numeral en el fondo no impone una pena adicional ya que se refiere una de las
consecuencias de encontrarse afecto a una condena aflictiva por sentencia firme igual
o superior a 3 añ os y 1 día, sin importar si la cumple dentro o fuera de la cá rcel, está
perdida se produce desde que la sentencia se encuentre firme y ejecutoriada. Esta se
puede recuperar siempre y cuando se de en conformidad a la ley una vez extinguida la
responsabilidad penal, esto en general se producirá por el cumplimiento efecto de las
penas privativas de libertad a las que hubiesen sido condenado, sin embargo el Có digo
Penal en su artículo 93 y siguientes señ ala otras formas de extinguir la
responsabilidad penal como la muerte del responsable, el cumplimiento de la
condena, la amnistía, el indulto, el perdó n del ofendido (cuando la pena se haya
impuesto por delitos respecto de los cuales solo procede la acció n privada o una
prescripció n de la acció n penal, así como la prescripció n de la pena misma).

3. Por condena por delitos que la ley califique como conducta terrorista

Esta causal se refiere a aquellos condenados por delitos de terrorismo o al trá fico de
estupefacientes y ademá s hubiesen merecido una pena aflictiva. Lo importante es que
la ley 20.050 introdujo modificaciones señ alando su actual texto que la calidad de
ciudadano se pierde por condena por delitos calificados como conductas terroristas,
así como o relativo al trá fico de estupefaciente que hubiese merecido pena aflictiva.

Para ambos casos en materia de recuperació n de su ciudadanía, será necesario que


hayan cumplido su condena, es decir, se ha restringido en relació n a los condenados
por pena aflictiva donde puede operar el resto de las causales de extinció n de
responsabilidad penal, así mismo deberá n solicitar su rehabilitació n al senado. Con
anterioridad a la ú ltima modificació n de la Constitució n en el añ o 2005 “quienes
hubiesen sido condenados por delitos calificados como terrorista, se les daría su
rehabilitació n por una ley de quorum calificado”.

Sin perjuicio que la ciudadanía y sus derechos correlativos, puedan perderse,


existen ciertos casos menos drá sticos en que solo se suspenderá , para ello el artículo
16 señ ala ciertos casos como:

1- Por interdicció n en caso de demencia

Para que esta causal opere, debe ser declarado como tal anteriormente y ello lo define
el propio Có digo Civil, señ alando que esta expresió n se refiere a las situaciones de una
persona que por alteració n de facultades mentales carece de la aptitud necesaria para
dirigir su persona o para administrar sus bienes.
2- Por hallarse la persona procesada por delito que merezca pena aflictiva o por
delito que la ley califique como conducta terrorista

Esta suspensió n comienza desde que la persona es acusada, desde que el fiscal
requiere al juez de garantía la apertura de un juicio a través de un acto formal que
contiene la norma del CPP calificando el hecho, y señ alando los medios de prueba. Lo
importante es que esta acusació n deberá versar sobre un delito que merezca pena
aflictiva o de conducta terrorista.

3- Por haber sido sancionado por el Tribunal Constitucional en conformidad al


inciso séptimo del Nº 15, del artículo 19 de la Constitució n

Aquellos que se encuentren suspendidos por esta causa y en consecuencia se hallaren


privado del ejercicio con derecho a sufragio se podrá recuperar al termino de 5 añ os
desde que lo declara el respectivo tribunal; este precepto considera razonable la
constitució n en hechos, actos o conductas que no respeten los principios bá sicos del
sistema constitucional cuando esta conducta desemboque una acció n de
inconstitucionalidad. En el fondo esta 3era causal custodia el artículo 4to de la
constitució n.

Es importante señ alar, que existe la manera en poder recuperar la calidad de


ciudadano, para ello el artículo 17 de la Constitució n en su inciso 2º, indica que “los
que hubieren perdido la ciudadanía por la causal del numeral dos, la recuperaran en
conformidad a la ley, una vez extinguida su responsabilidad penal. Los que la hubieren
perdido por las causales previstas en el numeral tres podrán solicitar su rehabilitación
al Senado, una vez cumplida su condena”.

La rehabilitació n se refiere al proceso a través del cual se restituye la calidad de


ciudadano a quien la hubiese perdido. Así, se presupone encontrarse ante un
individuo afectado por la pérdida de la ciudadanía, por alguna de las causales
establecidas por la ley, y al cual, se le devuelve dicha calidad. Sin embargo, es
necesario señ alar que la rehabilitació n no se refiere al restablecimiento el derecho a
sufragio, ya que en este caso se considera una suspensió n de dicha facultad, situació n
que se refiere a un plazo temporal y no definitivo como la perdida de la ciudadanía.

De esta forma es necesario distinguir la causal de perdida de la ciudadanía. Si


esta se ha perdido en virtud del Nº 2 del artículo 17, se recuperara una vez extinguida
la responsabilidad penal, con sujeció n a lo señ alado por el artículo 93 del Có digo Penal
relativo al cumplimiento de la condena, a la amnistía, al indulto y a la prescripció n de
la acció n penal.

Con todo, la interpretació n y aplicació n del artículo 93 del Có digo Penal,


siempre ha presentado dudas, es por ello que se establece que dicha responsabilidad
se entiende extinta por:
a) La muerte del afectado, la cual no es procedente, pues de acuerdo al artículo 17
de la Constitució n no se puede rehabilitar al difunto en el ejercicio de la
ciudadanía.
b) Cumplimiento de la pena, ya sea que haya sufrido efectivamente la pena o que
se haya cumplido por un medio alternativo.
c) A través del indulto, el cual es un beneficio que opera en virtud de las normas
generales mediante la dictació n de una ley o a través de disposiciones
particulares, contenidas en un Decreto Supremo del Presidente de la Republica.

Posteriormente dicho artículo, se refiere a la prescripció n de la acció n penal o de la


pena. La primera se refiere a que habiéndose cometido un delito y sin que se haya
pronunciado sentencia condenatoria, prescribirá la acció n penal una vez transcurrido
el plazo que la ley fija para reclamar el ilícito; por otra parte, la prescripció n de la pena
opera cuando ciudadano ha sido condenado, pero la demora en pronunciar la
sentencia conlleva a la prescripció n de la pena.

Por ú ltimo, se encuentra la amnistía que es un modo de extinguir la pena y todos sus
efectos de manera que el responsable se reputa no haber delinquido, ni haber tenido
jamá s la calidad de delincuente, ya sea para fines civiles, administrativos, laborales y
de cualquier otra índole.

Ahora bien, si la rehabilitació n se refiere al Nº 3, para poder obtener la calidad


de ciudadano nuevamente, se debe en primer término solicitarse al Senado y solo
después de que el terrorista o narcotraficante haya cumplido la condena. De tal forma,
si se solicita de manera anticipada, será improcedente y declarada inadmisible.

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