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Cédula

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Derecho Constitucional

Cédula 2: Nacionalidad.
1. Concepto y fuentes de la nacionalidad.
2. Causales de pérdida de la nacionalidad, recuperación y recurso de
reclamación.
3. Concepto y requisitos para ser ciudadano chileno.
4. Derechos que otorga la ciudadanía. Pérdida, suspensión y rehabilitación.
Introducción
Buenos días, profesores y público presente. Con la venia de la comisión solicito
autorización para rendir mi examen de grado.
Siempre intruso, nunca bienvenido fue la frase con la que él apátrida Gustav Mahler,
compositor y director de orquesta, manifestaba su permanente sentimiento de exilio y
desubicación, al ser bohemio entre los austriacos, austriaco para los germanos y judío en
el mundo entero.

La posesión de una determinada nacionalidad es un requisito para el ejercicio de ciertos


derechos básicos de la persona, de ahí radica su importancia, razón por la cual, he
decidido exponer la cédula que se enmarca dentro del Derecho Constitucional
denominada nacionalidad y ciudadanía.

La Declaración Universal de Derechos Humanos establece en su artículo 15 que “toda


persona tiene derecho a una nacionalidad” y seguidamente nos establece que “nadie se
privará arbitrariamente de su nacionalidad ni del derecho a cambiar de nacionalidad”,
asimismo, la Declaración Americana de Derechos y Deberes del hombre, en su artículo
19 nos indica que “toda persona tiene derecho a la nacionalidad que legalmente le
corresponda y el de cambiarla, si así lo desea, por la de cualquier otro país que esté
dispuesto a otorgársela”.

Es evidente la importancia de la nacionalidad y ciudadanía, sobre todo hoy en día, que


estamos en una época de constante evolución, donde la sociedad se encuentra cada vez
más y más globalizada, con tendencia a la internacionalización y con grandes
fenómenos migratorios producto de distintas causas, sean políticas, económicas,
sociales, entre otras.

El derecho, como está continuamente sujeto a transformaciones para así adaptarse a las
sociedades actuales, ha tenido que ir modificándose a lo largo de la historia y esto lo
podemos ver manifestado en nuestra legislación. Las primeras observaciones que
podemos dar cuenta acerca de su regularización, se dio a raíz de la independencia, en el
Reglamento Constitucional de 1812, asimismo estuvo regulada en el reglamento para el
gobierno provisorio de 1814, en la Constitución de 1818 y 1822 y así, hasta la actual
Constitución de 1980.

La particularidad de la legislación chilena acerca de esta materia es que su regulación es


entregada al constituyente, a diferencia de lo que ocurre en el Derecho Comparado,
puesto que, en la mayoría de los países es materia de ley, tratado por leyes de menor
grado o inclusive por sus Códigos civiles.

Como consecuencia de lo anterior y de la gran influencia de los tratados internacionales


celebrados por Chile, no fue hasta el año 2005 mediante la ley 20.005 que se modificó
esta materia con el objeto de modernizarla y estar en una situación similar a los textos
legales internacionales. De tal manera que, se modificó las causales de adquisición y
pérdida de nacionalidad, con el fin de asimilar el ius solis con el ius sanguinis, se abordó
que para la nacionalización ya no sea necesario renunciar a la nacionalidad anterior,
evitando así la situación de los denominados “ápátridas”, pero manteniendo la
posibilidad de renunciar a la nacionalidad en caso de obtener una segunda, todo lo cual
se debe enmarar en un acto de carácter formal, expreso y voluntario.

Esta materia la encontramos regulada en el capítulo II de la Constitución, bajo el


concepto de “nacionalidad y ciudadanía”, dentro de este capítulo, tenemos tres artículos
particulares que tratan la nacionalidad, esto es el artículo 10, 11 y 12.

El artículo 10 nos señala cuales son las fuentes de la nacionalidad, tanto originarias
como derivativas, contemplando lo que es el ius solis, ius sanguinis, la carta de
nacionalización y la nacionalización por gracia. Posteriormente, en el artículo 11
encontramos la s causales de pérdida de nacionalidad y finalmente, en el artículo 12 se
contempla el recurso de pérdida o desconocimiento de la nacionalidad.

En cuanto a la ciudadanía, está se encuentra regulada desde el artículo 13 al artículo 18


de la Constitución. La ciudadanía, es un concepto que ha ido evolucionando conforme a
las prioridades de la comunidad, así, por ejemplo, en la Constitución de 1818, donde por
primera vez se establecieron los requisitos para ser ciudadano, se requería tener más de
veinticinco años o estar casado, luego en la Constitución de 1925 los requisitos eran
tener veintiún años y saber leer y escribir hasta 1970 donde se rebajo la edad a los 18
años y se extendió el derecho a sufragar a las personas analfabetas.
Y finalmente, la Constitución nos señala en el artículo 15 cuales son los derechos y
deberes de los ciudadanos, en el artículo 16 nos establece los casos en que no podrán
ejercer el derecho a sufragio, o lo casos en que se pierde la ciudadanía conforme al
artículo 17.

Materia

Concepto y fuentes de la nacionalidad

El origen de la palabra nacionalidad, proviene del latín “natío” el cual significa nacer,
de esta manera se infiere que la nacionalidad hace alusión al lugar del nacimiento de la
persona.

Dentro de la doctrina del derecho constitucional, el autor Gabriel Amunategui le da a la


nacionalidad el carácter de “vínculo jurídico entre un individuo y una determinada
Nación, y ese vínculo es fuente de deberes y derechos recíprocos”, además el concepto
de nacionalidad, a su vez engloba una serie de elementos configurativos de esta como la
raza, el idioma, las costumbres, la cultura, la historia, el pasado común, etc.

Siguiendo la noción doctrinal de la nacionalidad, se ha estimado que dicho vínculo debe


relacionarme más con el “Estado” que con la “Nación”, dado que esta última en virtud
de su carácter subjetivo, compuesto de diversos elementos sociológicos, puede mutar en
el tiempo. Sin dejar de lado que, no solo los nacionales están relacionados con el
Estado, sino que también los extranjeros.

El concepto de nacionalidad ha sido objeto de estudio de diversos autores y ello


conlleva a que no solo exista una definición, de esta forma, podemos señalar la
definición del autor Hernán Molina Guaita que sostiene que la nacionalidad es “un
vínculo jurídico que liga a una persona con un estado determinado y que da origen a
derechos y obligaciones reciprocas”.

En general el Estado reconoce lo mismos derechos y obligaciones tanto a nacionales


como extranjeros, en todo aquello relativo a los derechos civiles, libertades públicas y
garantías constitucionales, sin embargo, toda regla general tiene su excepción. Por
ejemplo, los extranjeros solo tendrán derecho a sufragar en las elecciones
parlamentarias y presidenciales si se encuentran avecindados en el país por un periodo
de más de 5 años.
Respecto de los nacionales, la Constitución en el artículo 22, señala una serie de
obligaciones de los chilenos para con el Estado “Todo habitante de la república le debe
respeto a Chile y a sus emblemas nacionales. Los chilenos tienen el deber fundamental
de honrar a la patria, defender su soberanía y de contribuir a preservar la seguridad
nacional y los valores esenciales de la tradición chilena. El servicio militar y las demás
cargas personales que impongan la ley son obligatorio en los términos y formas que esta
determine. Los chilenos en estado de cargar armas deberán hallarse inscritos en los
Registros Militares, si no están legalmente exceptuados”.

Volviendo a los nacionales, existen ciertos efectos que genera la nacionalidad, podemos
señalar ciertos derechos y deberes que genera esta, ya que emanan derechos y
obligaciones para ambos, tanto para el nacional como para el estado, podemos
distinguir:

 El derecho a permanecer en el territorio nacional, sin poder ser expulsado de él,


sino que por un delito al que la ley señala esa pena.
 Derecho a refugiarse en su país, en caso de ser perseguido por un delito en otro
territorio, salvo que se conceda la extradición, que por lo general no se otorga a
los nacionales.
 Derecho a que las autoridades de su país le otorguen pasaporte, el cual, conlleva
la concesión de amparo diplomático en lo que respecta a su persona y bienes en
los casos que sea procedente.
 Los derechos que están establecidos en la Constitución en su artículo 19.
 Derecho a elegir y ser elegido a través del sufragio.
 Derecho a desempañar cargos públicos.

Entre los deberes de los nacionales para con el estado, podemos mencionar:

 Abstenerse de ejecutar actos que vayan en contra de la dignidad e interés de


país.
 No tomar armas en contra de su país de origen.
 Acatar la ley nacional, aun cuando se encuentre fuera del territorio del Estado.
 Pagar los tributos conforme a la ley nacional.

Apartándose de lo relativo a los derechos y obligaciones recíprocas, encontramos otros


efectos de la nacionalidad, en principio un Estado solo puede otorgar amparo
diplomático a un nacional, además los tratados internacionales mencionan la
nacionalidad en ciertos casos, por ejemplo en la Convención de Viena sobre Relaciones
diplomáticas de 1961, que dice que los miembros del personal diplomático deberán
tener la nacionalidad del estado acreditante, cuando los nacionales de un estado sean
expulsados de otros, corresponderá a el primero acogerlo en su territorio.

La nacionalidad, también tiene un impacto en materia de derecho administrativo, civil,


laboral e internacional público. Este último en particular, ha generado diversas
directrices o principios referentes a la adquisición de la nacionalidad. Dentro de las
cuales encontramos:

Por nacimiento: este principio, se caracteriza por ser el modo principal para adquirir la
nacionalidad, de esta forma se genera ya sea por el hecho de nacer dentro de un estado
(ius solis), o bien, por ser descendiente de una nacional (ius sanguinis).

En lo relativo a este último punto, la reforma del año 2005, homologa los efectos y sus
condiciones, ya que anteriormente primaba el ius sanguinis.

Por matrimonio: Este método existe en algunos países, en donde la nacionalización se


produce de manera automática cuando una mujer se casa con un nacional.

Por adopción o legitimación.

Por naturalización: esta forma de adquirir la nacionalidad, se produce a través de un


procedimiento en donde el Estado le otorga ésta a una persona, a solicitud de esta
misma, debido a que el derecho internacional, prohíbe conferir nacionalidad a un
extranjero sin su consentimiento.

Por transferencia de un territorio de un Estado a otro: este fenómeno se produce


por el cambio de soberanía territorial, caso en el cual se puede perder la nacionalidad
antigua y adquirir la del Estado que sucede. Sin embargo, todo este tema puede se puede
regular en los tratados y dependerá de lo dicho sobre la transferencia de territorio en
dicho texto legal. Este punto, presenta una particularidad entre Chile y Perú, en el
tratado de Ancon, en donde surgía un derecho de opción consistente en poder elegir
dentro de un plazo la nacionalidad del Estado cedente o cesionario.

Características de la Nacionalidad
1. Toda persona tiene derecho a una nacionalidad, de esta forma no puede ser
desconocida y nadie se halla habilitado para despojarla arbitrariamente de una
persona, esto se refleja en el artículo 15 de la Declaración Universal de los
Derechos del Hombre y Ciudadano, en el cual se menciona que toda persona
tiene derecho a una nacionalidad y no será privada de ella arbitrariamente.
2. La nacionalidad al ser un derecho intrínseco de todo ser humano, su titular posee
el deber correlativo de guardar y respetar cuanto implica ser nacional, es decir,
respetar todo lo relacionado con el Estado al que pertenece.
3. Todo hombre tiene derecho a cambiar de nacionalidad, siempre que cumpla con
los requisitos señalados en el país respecto del cual se pretende nacionalizar, y
en virtud de la Constitución y leyes de nuestro país, la renuncia deberá ser libre
y voluntaria, con el objeto de evitar todo fraude o delito.
4. Toda persona tiene derecho a cambiar de nacionalidad, y para ello deberá
renunciar a su nacionalidad, acompañado de la obtención de una nueva, evitando
así la formación de un apátrida, respetando así lo establecido en el artículo 11
del mismo cuerpo legal anteriormente mencionado.
5. Existen convenciones internacionales que otorgan pasaporte a las personas sin
nacionalidad.
6. La nacionalidad solo puede ser privada, a través de una resolución fundada en el
derecho positivo, en consecuencia, deberá ser dictada por la autoridad
competente y restituyéndola cuando se cumplan los requisitos que se piden. Así,
el órgano estatal que prive de nacionalidad debe ser acreditada en un proceso
previo y justo, debiendo contemplarse los recursos pertinentes.

Nuestra constitución, distingue entre chilenos y extranjeros, y a su vez el Código Civil


señala que son chilenos, los que la constitución declara como tales y los demás
extranjeros, de esta forma a los chilenos los clasifica:

 Chilenos nativos.
 Chilenos por opción.
 Chilenos por naturalización o nacionalización.
 Chilenos por gracia.
También encontramos distintos tipos de extranjeros, para ello, resulta útil señalar que
dicha palabra tiene un origen latín “extraneus”, lo que significa por un lado “lo que
viene de afuera” o bien, “lo que no forma parte de la familia”. Según la Real Academia
Española, se define como lo que es o viene de otra soberanía, también el natural de una
nación respecto a los naturales de cualquier otra. Así, encontramos:

 Extranjeros que se encuentran al servicio de su gobierno.


 Extranjeros transeúntes.
 Extranjeros que obtuvieron la carta de nacionalización.
 Extranjeros avecindados en Chile.

Dichas clasificaciones, respecto de los nacionales dicen relación en cuanto al ejercicio


de los derechos políticos; en cambio respecto de los extranjeros dicen relación en cuanto
a pueden o no ejercer derechos determinados; sin embargo, para la adquisición y goce
de derecho civil no existe tal distinción dado que la ley es obligatoria para todos los
habitantes de la república.

Fuentes de la Nacionalidad

Las fuentes de la nacionalidad son aquellas formas en cómo se determina quienes son
nacionales de un Estado. Estas pueden ser:

Fuentes naturales, biológicas u originarias: son aquellas que revisten la nacionalidad


al momento del nacimiento, ya sea al lugar donde este ocurrió o a la nacionalidad de los
padres.

En este tipo de fuente, encontramos por un lado el ius solis (derecho a suelo), en virtud
del cual se adquiere la nacionalidad del país dentro del cual se produjo el nacimiento.

Por otro lado, encontramos el ius sanguinis, en virtud del cual se le atribuye la
nacionalidad de una persona, la que tengan sus padres.

Fuentes derivadas, adquiridas o legales: este tipo de fuente le atribuye una


nacionalidad distinta a la que se produce por el nacimiento, la cual debe ser a petición
del solicitante y siempre que se cumplan con todos los requisitos legales.

El artículo 10 de la Constitución establece las fuentes de la nacionalidad, y señala


taxativamente quienes son chilenos:
1. Los nacidos en el territorio de Chile, con excepción de los hijos de extranjeros
que se encuentren en Chile en servicio de su gobierno, y de los hijos de los
extranjeros transeúntes, todos los que, sin embargo, podrán optar por la
nacionalidad chilena.

Hay varios elementos que deben analizarse dentro de este artículo, primeramente,
debemos determinar que se entiende por “nacido”, para ello el artículo 74 del Código
civil señala que la existencia legal comienza al nacer, y se produce al separarse
completamente de la madre y sobrevivir un momento siquiera. De esta forma el
nacimiento debe haberse producido en “el territorio de Chile”, el cual puede ser real o
ficticio.

El territorio real, es aquel en donde el Estado ejerce su soberanía en forma exclusiva y


comprende el suelo, subsuelo y el mar territorial, el lecho y el subsuelo del marte
territorial y el espacio aéreo ubicado entre esta última y la superficie terrestre.

El territorio ficticio, están comprendidas las naves o aeronaves militares en cualquier


lugar en que estas se encuentre y las naves o aeronaves privadas que se encuentren en
espacio internacionales y que enarbolen el pabellón nacional.

Los recintos de las embajadas diplomáticas y sedes consulares no se consideran


territorio nacional, pese a que hasta la Segunda Guerra Mundial lo fueron. Hoy en día,
son más bien consideradas como inmunidad de jurisdicción, por tanto, inviolables y se
le garantiza al personal diplomático, independencia y seguridad en el desarrollo de sus
gestiones y contendiéndoles inmunidades jurisdiccionales, tales como no quedan
sometidos a legislaciones civiles y penales del Estado receptor, entre otras.

Otro elemento necesario de analizar respecto de este artículo son las excepciones al ius
solis que contempla. La primera excepción es:

“Los hijos de extranjeros que se encuentre en Chile al servicio de su gobierno” Para


formular esta excepción en necesario que:

 Que los padres sean extranjeros. De acuerdo con el Consejo de Defensa de


Estado basta con que solo uno de ellos esté al servicio de su gobierno.
 Que se encuentre al “servicio de su gobierno” de esta manera se entiende que se
encuentra limitado al personal diplomático, consular o técnico del Estado al que
pertenece, también puede extenderse a los funcionarios de organismos
internacionales como la Comisión Económica para América Latina o las
distintas agencias de la organización de Naciones Unidas.

La segunda excepción es “los hijos de extranjeros transeúntes”

La Real Academia de la Lengua Española trata al extranjero transeúnte como “aquel


que transita o pasa por un lugar”. De esta manera el Servicio de Registro Civil de 1996
consideraba como tales a los turistas, tripulantes y cualquier persona que estuviere de
forma irregular en el país. Respecto de este último caso, los hijos de los ilegales son
inscritos como hijos de extranjeros transeúntes ya que, al no cumplir con la residencia
legal, no pueden ser considerados chilenos.

Derecho de opción:

Este derecho se encuentra en la parte final del artículo 10 Nº1, el cual le otorga a los
hijos de extranjeros nacidos en Chile la opción de adquirir nacionalidad chilena. Según
el Decreto con Fuerza de Ley Nº5142 modificado por la ley 20.888, en el artículo 10
estas personas podrán optar a la nacionalidad chilena cuando realicen una declaración
en un plazo fatal no superior a un año, que se cuenta desde la fecha que el solicitante
haya cumplido 18 años de edad, ante el intendente o gobernador respectivo o ante el
Ministerio de Interior en su departamento de Extranjería y Migración, si la persona se
encuentra en Chile, de lo contrario, puede hacerlo ante el cónsul o agente diplomático
chileno en el extranjero, dependiendo del lugar de residencia del solicitante.

Cuando es acogida la solicitud el subsecretario del interior dicta una resolución exenta
en la cual declara que es chileno, se requiere el pago de los derechos correspondientes y
se comunica según si, se encuentra en Chile o no, a través del Consulado o
Gobernación.

2. Los hijos de padre o madre chilenos, nacidos en territorio extranjero. Con todo,
se requerirá que alguno de sus ascendientes en línea recta de primer o segundo
grado, haya adquirido nacionalidad chilena en virtud de lo establecido en los
numerales 1, 3 o 4.

Este numeral refleja claramente el principio del ius sanguinis, y en virtud de este
artículo se deja en igualdad el ius solis con el ius sanguinis, trascendiendo a las
anteriores constituciones las cuales daban más importancia al ius solis, considerando
este segundo caso como una forma accesoria de adquirir la nacionalidad, por ejemplo,
solo en el caso de que estos hijos se avecindaran en Chile a lo menos un año podían
optar a la nacionalidad chilena.

3. Los extranjeros que obtuvieron la carta de nacionalización en conformidad a la


ley.

Este numeral en particular permite al legislador regular a esta materia, antes de la


reforma del 2005 por la ley 20.005 se exigía que la persona debiera renunciar a su
nacionalidad anterior, lo que significaba que en caso de que no obtuviera la
nacionalidad chilena quedaba en el estado de apátrida.

La nacionalidad estaba regulada por el Decreto con fuerza Ley Nº 5142, donde se señala
los requisitos para obtenerla, presentado una solicitud ante la intendencia o gobernación,
según la que corresponda conforme a su domicilio, en caso de ser en la Región
Metropolitana dicha solicitud debe hacerse en el Ministerio del Interior, con todo la
solicitud debe cumplir con:

 Haber cumplido 18 años de edad.


 Acreditar haber residido más de 5 años en Chile. La ley 20.888 suprimió el
requisito de la continuidad de la residencia.
 Tener el permiso de residencia definitiva otorgado por el Ministerio del Interior,
este permiso otorga a los extranjeros radicarse indefinidamente en el país y
poder desarrollar cualquier actividad, solo con las limitaciones que establezcan
las leyes y reglamentos.
 También podrán solicitar la carta de nacionalización los hijos de extranjeros que
hayan cumplidos 14 años de edad, tengan más de 5 años de residencia en el
territorio de la República, cuenten para ello con la autorización de quienes estén
a cargo de su cuidado personal y hayan obtenido el permiso de permanencia
definitiva.
 Los menores de 18 años, cuyo padre o madre tenga la calidad de refugiados
reconocidos por Chile, podrán nacionalizarse chilenos desde el momento en que,
al menos, uno de sus padres haya obtenido la carta de nacionalización, sin
necesidad de cumplir cualquier otro requisito legal.
 No haber sido condenados, ni estar procesado por simples delitos o crímenes,
hasta que se sobresea definitivamente el caso; no estar capacitado para ganarse
la vida, ni los que practiquen o difundan doctrinas que puedan producir la
alteración régimen social o político o que puedan afectar la integridad nacional,
tampoco los que se dediquen a trabajos ilícitos o que pugnen con la moral, orden
público y las buenas costumbres y en general, aquellos extranjeros cuya
nacionalización no se estime conveniente por razones de seguridad nacional.

El decreto si bien dispone que el interesado debe renunciar expresamente a su


nacionalidad, en virtud de la reforma del año 2005 y de acuerdo al principio de la
supremacía constitucional ya no se exige tal renuncia. Posteriormente en la circular Nº
100 se la subsecretaría del interior, ha concluido que la disposición ha quedado
tácitamente derogada en razón de dicha reforma constitucional.

Siguiendo con el Decreto, este en su artículo 7 señala que al momento de negar una
carta de nacionalización, está siempre debe ser fundada, apartando así resoluciones
arbitrarias y sin fundamentos. Cuando una persona adquiere la nacionalidad por este
medio solo puede ejercer su derecho a optar a cargos públicos de elección popular, solo
a los 5 años de estar en posesión de la respectiva carta de nacionalización.

4. Los que obtuvieron especial gracia de nacionalización por ley.


La ley reglamentara los procedimientos de opción por nacionalidad chilena, de
otorgamiento, negativa y cancelación de las cartas de nacionalización, y la
formación de un registro de todos estos actos.

De esta manera, la nacionalización por gracia es aquella que es otorgada en ciertas


ocasiones a extranjeros que han prestado grandes servicios a Chile o a la humanidad.

Este tipo de nacionalización consiste en una concesión discrecional por ley, de la


nacionalidad chilena, la cual se realiza por la ley común teniendo como origen
cualquiera de las cámaras o por el presidente de la república.

Respecto de la nacionalidad por gracias una vez adquirida de esta forma, no es


necesario que la persona acepte y manifieste su voluntad para adquirir la nacionalidad
chilena, debido a que no se requiere tramitación, ni solicitud del interesado, sino que se
considera como un honor al que se le otorga, pudiendo optar de inmediato y sin plazo
alguno a los cargos de elección popular, salvo el cargo de presidente de la república.

Este tipo de nacionalidad ha sido otorgada a Don Andrés Bello, Jose Joaquin de Mora,
Ignacio Domeyko, Guilio y Claudio Di Girolamo, Horst Paulmann.

Causales de pérdida de nacionalidad, recuperación y recurso de reclamación


Las causales de pérdida de nacionalidad se encuentran taxativamente enumeradas en el
artículo 11 de la Constitución:

1. Por renuncia voluntaria manifestada ante la autoridad competente. Esta renuncia


solo producirá efectos si la persona, previamente, se ha nacionalizado en país
extranjero.

Una persona pierde la nacionalidad siempre que hubiese adquirido otra anteriormente y
haya renunciado de manera expresa ante la autoridad competente. Dicha autoridad
puede ser el departamento de Extranjería y Migración del Ministerio del Interior o en la
oficina de Extranjería de la gobernación provincial si la persona se encuentra en Chile, y
en caso contrario ante el cónsul chileno respectivo.

Con todo, existen dos casos en donde la persona adquiere la nacionalidad sin voluntad
de renunciar a la nacionalidad chilena:

 Que exista un tratado internacional que reconozca los mismos beneficios a los
chilenos en ese país.
 Adoptar una nacionalidad para poder ejercer los mismos derechos civiles que los
nacionales de ese país o poder permanecer en él.

2. Por decreto supremo, en caso de prestación de servicio durante una guerra


exterior a enemigos de Chile o de sus aliados.

La particularidad de esta causal es que el Presidente de la República puede declararla


través de un Decreto Supremo.

Esta causal requiere que un chileno preste servicio a lo enemigos de Chile o sus aliados.
Estos servicios pueden ser militares, económicos, financieros, crediticios, jurídicos,
públicos u otros.

La constitución, además, señala un requisito adicional, y es que dichos servicios sean


durante una guerra exterior, y está es tal, cuando así lo ha declarado el Presidente de la
República, previa autorización del Congreso (artículo 32 Nº19)

3. Por cancelación de la carta de nacionalización.


Esta cancelación se produce a través de un Decreto Supremo que dicta el Presidente de
la República, previo consenso con el Consejo de Ministros. Esta puede ser cancelada
por:

 Cuando haya sido otorgada en los casos que la ley lo prohíbe.


 Cuando se ha hecho indigna una persona de la nacionalidad chilena.
 Por cometer delitos de la ley 12.927 sobre Seguridad del Estado, la persona
poseedora de la carta.

Además de los requisitos mencionados, el Decreto ley Nº5142 exige que la cancelación
debe considerar los hechos en que se justifica o funda para cancelar la carta de
nacionalización.

4. Por ley se revoque la nacionalización concedida por gracia.

Esta causal establece que de la misma manera que se otorgo la nacionalidad se debe
revocar, por tanto será a través de una ley de quorum ordinario.

Rehabilitación de la nacionalidad

El artículo 11 en su parte final establece que quienes hayan perdido la nacionalidad por
alguna de las 4 causales, solo podrá ser rehabilitada mediante ley. De tal manera que,
independiente de como se haya adquirido la nacionalidad ni cual fue la causal para
perderla, solo se puede recuperar mediante una ley.

Prueba de la nacionalidad

Para poder probar la nacionalidad debemos distinguir:

Para aquellas personas nacidas en el territorio de Chile su nacionalidad se prueba


mediante una copia del certificado de nacimiento expedido por la oficina del registro
civil en el que se practicó la inscripción. En caso de falta de dicha inscripción, el
artículo 309 del Código Civil señala que se podrá acreditar por otros documentos
auténticos, por declaraciones de testigos que hayan presenciado el hecho, y en el caso de
que estas pruebas sean defectuosas, se puede probar mediante la posesión notoria del
estado civil.

Respecto de las personas nacidas en el extranjero, distinguimos, cuando su padre o


madre se encuentren al servicio de la República, deben inscribirse ante el Cónsul
respectivo, luego, el funcionario deberá remitir los antecedentes al Ministerio de
Relaciones Exteriores, quien, posteriormente deberá enviarlos al Servicio de Registro
Civil, inscribiéndose en la primera sección de la comuna de Santiago. Y si no son hijos
de padre o madre al servicio de la República, serán inscritos en el Registro Civil de
nuestro país, de la primera sección de la comuna de Santiago.

Acción de reclamación por pérdida o desconocimiento de nacionalidad.

El recurso o acción de reclamación por pérdida o desconocimiento de nacionalidad se


encuentra consagrado en el artículo 12 de la Constitución, siendo una acción
contenciosa administrativa.

Antiguamente, en la Constitución de 1925 solo contemplaba un recurso relativo a la


cancelación de la carta de nacionalidad y por un plazo menor de solo 10 días. Esto fue
modificado en el año 1957.

El artículo 12 de la Constitución señala que:

“La persona afectada por un acto o resolución de autoridad administrativa que la prive
de su nacionalidad chilena o se la desconozca, podrá recurrir, por sí o por cualquiera a
su nombre, dentro del plazo de treinta días, ante la Corte Suprema, la que conocerá
como jurado y en el tribunal pleno. La interposición del recurso suspenderá los efectos
del acto o resolución recurridos”

En virtud de este medio la ley concede la facultad para reclamar la pérdida o


desconocimiento de nacionalidad. Es una acción y no un recurso, toda vez que no tiene
las características propias de un recurso, no se interpone con el objeto de invalidar una
sentencia judicial ni se encuentra dentro de un proceso.

Esta acción busca invalidar un acto o resolución de carácter administrativo. El acto


administrativo en virtud del artículo 3 de la ley 19.880 consiste en “las decisiones
formales que emiten los órganos de la administración del Estado en las cuales se
contienen declaraciones de voluntad, realizadas en el ejercicio de una potestad pública”
y las resoluciones administrativas son “ordenes escrita que dictan autoridades
administrativas dotadas de poder de decisión”. Por lo tanto, no se puede reclamar por
este medio las sentencias judiciales que la desconozcan.

Esta acción procede cuando la nacionalidad ha sido privada o desconocida, es decir,


cuando un acto o resolución administrativa despoja o quita la nacionalidad a quien la
tenga o cuando se niega, sin que se prive, de tal manera que cumpliendo con los
requisitos de la nacionalidad esta no se reconoce. Por tanto, se podrá entablar esta
acción cuando se crea que exista una causal de pérdida de nacionalidad y está no ha
existido, o cuando se desconozca la fuente de la nacionalidad.

La acción de pérdida o desconocimiento de nacionalidad puede ser interpuesta por la


persona afectada, ya sea por si mismo o por cualquiera a su nombre. Ante la Corte
Suprema, quien debe conocer como jurado, es decir, apreciar los hechos y falla en
conciencia, y en pleno.

El plazo para interponer la acción es de 30 días contados desde que el afectado tome
conocimiento del acto o la resolución que lo priva o desconoce su nacionalidad. Dicho
plazo, como es de días, es continuo, no se descuentan los feriados, según el artículo 50
del Código Civil, los plazos señalas por leyes o decretos del Presidente de la República,
o los tribunales o juzgados, comprenden los días feriados salvo que se exprese que será
de días útiles, donde se descontaran.

El efecto que produce el entablar la acción es suspender los efectos del acto o resolución
administrativa. Si la Corte suprema acoge la acción, está será con efecto retroactivo, de
tal manera que se anula el acto o resolución administrativa desde su dictación, quedando
el solicitando como si nunca hubiese sido afectado por este.

Respecto de la resolución que acoge o rechaza la acción, no existe ningún recurso que
permita impugnar la decisión de la Corte Suprema, por lo tanto, el interesado deberá
respetar lo resuelto, independiente si este le favorece o no.

El auto acordado del 26 de Octubre de 1976 establece la forma en cómo debe


interponerse la acción, su tramitación y plazo:

 Al interponer el recurso y acogerlo a tramitación, se procede a pedir a la


autoridad administrativa cuyo acto pretende impugnarse un informe, el cual
tendrá un plazo establecido por la Corte, y en el cual, se debe establecer los
motivos por los cuales, se privó o desconoció la nacionalidad del interesado.
 Vencido el término, haya o no evacuado informe, se deben remitir los autos al
fiscal judicial con el objeto que evacue un informe.
 Una vez evacuado el informe respectivo, este quedará en estado de “autos en
reclamación”
 Cuando se llega a acuerdo, la sentencia debe dictarse en el plazo de 10 días
ocurridos este.

Concepto y requisitos para ser ciudadano chileno

El concepto ciudadanía proviene del latín “civitas” que significa, ciudad. Antiguamente
este concepto estaba limitado a los hombres, no esclavos y mayores de edad.

Por otro lado, la Real Academia Española define al ciudadano como “natural o vecino
de una ciudad” o “habitante de una ciudad”; sin embargo, hoy en día se ha definido
como mayor frecuencia como “aquella persona considerada como miembro activo de un
Estado, titular de derechos políticos y sometido a sus leyes”

En cuanto a la reglamentación en nuestro país, antiguamente no se señalaba a detalle


quien era ciudadano, inclusive se presumía la calidad, como en el Reglamento
Constitucional de 1812 el cual, en el artículo 16 se limitaba a señalar que “se respetará
el derecho que los ciudadanos tienen a la seguridad de sus personas, casas, efectos y
papeles ”. No fue hasta 1822 donde por primera vez se señalaron los requisitos para ser
ciudadano en su artículo 16 “son ciudadanos todos los que tiene la calidad de chilenos,
con tal que sean mayores de 25 años o casados” y señalaba las causales de suspensión y
pérdida de ciudadanía.

Actualmente, el artículo 13 de la Constitución establece que son “ciudadanos los


chilenos que hayan cumplido los 18 años de edad y que no hayan sido condenados a
pena aflictiva”, de tal manera que, los requisitos son:

1. Se debe ser chileno.

Este artículo se relaciona con el artículo 10 de la constitución, que nos indica quienes
son chilenos.

No nos da un concepto sino que más bien nos dice cuales son los requisitos, y acto
seguido, señala otorga sus derechos. Una crítica que se le hace al concepto de
nacionalidad es que se hace expansiva por la doctrina a las personas jurídicas, tema
discutido en la doctrina continental y romanista. En cambio, con la ciudadanía si hay un
concepto, pero como este se basa en los requisitos, será distinto dependiendo del país.

2. Haber cumplido 18 años de edad.


La razón de ser de este requisito radica en que, la democracia es un sistema que requiere
para su éxito la representatividad, por lo que requiere el mayor número de participantes.
Cuando se dictó la constitución de 1925 la mayoría de edad era a los 21 años, sin
embargo, los comisionados dieron cuenta que, en el derecho comparado, en la mayoría
de los países se había establecido a los 18 años.

Y con la constitución de 1980 el ordenamiento chileno quedó unificado con este


cambio, salvo a propósito de los candidatos a diputados, a quienes se les exige tener 21
años de edad.

3. No haber sido condenado a pena aflictiva.

Antiguamente se exigía que la persona sepa leer y escribir, sin embargo esto se eliminó
ya que Chile venía saliendo del analfabetismo, por lo que se cambio por este requisito.
El artículo 37 del Código Penal establece que para los efectos legales se reputa como
pena aflictiva todas las penas de los crímenes, y de las de simple delito la de presidio,
reclusión, confinamiento, extrañamiento y relegación en su grado menor a máximo, de
tal manera que se puede definir a la pena aflictiva como toda pena corporal igual o
superior a los 3 años y un día, impuesta mediante una sentencia declarada firme y
ejecutoria por un tribunal, por lo que no debe proceder recurso alguno en contra de ella.

Derechos que otorga la ciudadanía. Pérdida, suspensión y rehabilitación.

La ciudadanía al igual que la nacionalidad, otorga derechos y deberes recíprocos entre el


ciudadano y el Estado, dentro de los derechos que confiere la calidad de ciudadano,
tenemos:

1. Derecho a sufragar en elecciones y plebiscitos.

Al referirse a este derecho se habla del poder electoral que va a fijar la orientación
política del Estado y que tiene por función la selección y nombramiento de las personas
que han de ejercer el poder del estado a través de la expresión “de la voluntad de
ciudadano”; por medio de estos se manifiesta la voluntad de la colectividad, es decir, es
la expresión más pura de la soberanía. El cual se encuentra relación con el artículo 5 de
nuestra constitución.
La expresión ciudadanía tiene una cierta incidencia puesto que es frecuente encontrarse,
en la opinión pública, la idea de que solo califica tal manifestación en cuanto da cuenta
de esto, y olvida que el objeto es la dirección de la colectividad.

“Cuando se gana por una mayoría que no es de consideración, es decir, que no alcanza a
un 55% el gobernante tiene que tener claro que aun obteniendo la mayoría hay una parte
importante del electorado que no está de acuerdo con él, y para ser un buen gobierno
debe considerar el segundo porcentaje”.

Este sufragio presenta como características que:

 Universal.
 Igualitario.
 Personal.
 Secreto.
 Obligatorio, pero no sancionado.
 Debe ser informado.

Esta facultad solo opera en los casos que la constitución establece y de acuerdo al
precepto electoral, por lo cual, queda prohibido al legislador, disponer de elecciones
populares o plebiscitos en otras situaciones de aquellas que se encuentran expresamente
señalas en la Constitución, siendo esto compatible con el artículo 18 de la Constitución,
del cual se concluye que se podrá convocar los actos electorales utilizando el sistema
electoral público y en segundo lugar, el sistema de los plebiscitos.

En el artículo 14 existe una excepción en relación a los extranjeros, ya que se señala que
los extranjeros avecindados en Chile por más de 5 años y que cuenten con residencia
definitiva, cumpliendo con los requisitos del artículo 13, podrán ejercer el derecho de
sufragio y participar en las elecciones, en aquellos casos y formas que determine la ley.

El cuándo y en qué medida se podía otorgar el voto a extranjero fue un punto muy
discutido en la comisión Ortuzar, en la cual, finalmente se determino que un plazo de 5
años era un plazo suficiente como para que los extranjeros pudiesen manifestar su
parecer en materias electorales. Los extranjeros que deseen votar deben inscribirse para
sumarse al padrón electoral, acudiendo al Servel, presentando su cédula de identidad,
certificado de avecindamiento de Extranjería y el Formulario de Solicitud de ingreso al
Registro Electoral.
2. Derecho a optar a cargos públicos.

Este derecho se refiere específicamente a aquellos cargos que son de elección popular.
Los chilenos que han obtenido la nacionalidad por cara se encuentran limitados en
cuando a este derecho, ya que solo puede optar a cargos de elección popular solo
después de 5 años de posesión de la carta de nacionalidad.

Las causales de pérdida de la ciudadanía se encuentran señaladas en el artículo 17 de la


Constitución:

1. Por la pérdida de la nacionalidad chilena.

Por cualquiera de las causales del artículo 11.

2. Por condena de pena aflictiva.

Este numeral no impone una pena adicional sino que es una de las consecuencias de
encontrarse afecto a una condena de pena aflictiva por sentencia firme igual o superior a
los 3 años y un día, sin importar si se cumple dentro o fuera de la cárcel. Esta pérdida
se produce desde que la sentencia se encuentra firme o ejecutoriada y se puede
recuperar siempre y cuando, en conformidad a la ley, se extinga la responsabilidad
penal.

En general, se producirá por el cumplimiento efectivo de la pena privativa de libertad,


sin embargo, el Código Penal en el artículo 93 y siguientes, señala que, otras formas de
extinguir la responsabilidad penal, como la muerte del responsable, el cumplimiento de
la condena, la amnistía, el indulto, el perdón del ofendido (siempre que el delito sea solo
de acción penal privada o por la prescripción de la acción penal o de la pena).

3. Por condena por delitos que la ley califique como conducta terrorista y los
relativos al tráfico de estupefacientes y que hubieren merecido, además, pena
aflictiva.

Con la modificación de la ley 20.050 esta causal se refiere a aquellos que han sido
condenados por delito terrorista o por el tráfico de estupefacientes que hubiese merecido
pena aflictiva.

En ambos casos, para la recuperación de la ciudadanía es necesario que hayan cumplido


la condena, es decir, a diferencia de el caso anterior no se puede recuperar por las otras
causales de extinción de la responsabilidad penal y deberán solicitar su rehabilitación al
senado. Antes de la última modificación de la Constitución en el año 2005 se establecía
que “quienes hubiesen sido condenado por delitos calificados como terroristas, se les
daría su rehabilitación por una ley de quorum calificado”.

Los casos en que se suspende el derecho a sufragio se encuentran contemplados en el


artículo 16:

1. Por interdicción en caso de demencia.

Para ello es necesario que haya sido declarado interdicto con anterioridad conforme a
las normas del Código civil. Se refiere a aquellas situaciones que una persona por la
alteración de sus facultades mentales carece de la aptitud necesaria para dirigir su
persona o administrar sus bienes.

2. Por hallarse la persona procesada por el delito que merezca pena aflictiva o por
delito que la ley califique como conducta terrorista.

Es suspensión comienza desde el momento de la acusación, es decir, desde que el fiscal


requiere al juez de garantía la apertura de un juicio a través de un acto forma,
calificando el hecho y señalando los medios de prueba.

3. Por haber sido sancionado por el Tribunal Constitucional en conformidad al


inciso séptimo Nº15 del artículo 19 de la Constitución.

Aquellos que se encuentre privado de ciudadanía por esta causa la podrán recuperar al
término de 5 años desde que lo declara el respectivo tribunal; este precepto considera
razonable la constitución en hechos, actos o conductas que no respeten los principios
básicos del sistema constitucional cuando esta conducta desemboque una acción de
inconstitucionalidad. En el fondo esta causa custodia el artículo cuarto de la
constitución (república democrática).

En cuanto a las formas de recuperar la ciudadanía el artículo 17 inciso 2º de la


Constitución establece “los que hubiesen perdido la ciudadanía por la causal del
numeral dos, la recuperara en conformidad a la ley, una vez extinguida la
responsabilidad penal. Los que la hubieren perdido por las causales previstas en el
numeral tres podrá solicitar su rehabilitación al Senado, una vez cumplida su condena”.

La rehabilitación es el proceso a través del cual, se restituye la calidad de ciudadano a


quien la hubiese perdido. Así, presupone encontrar ante un individuo afectado por la
pérdida de ciudadanía, por alguna de las causales establecidas por la ley, y la cual, se le
devuelve dicha calidad. Sin embargo, hay que señalar que la rehabilitación no se refiere
al restablecimiento del derecho a sufragio, ya que se considera que esta es una
suspensión, siendo un plazo temporal y no definitivo como la pérdida de la ciudadanía.

Por lo tanto, es necesario distinguir la causa de la perdida de la ciudadanía. Si se pierde


en virtud del Nº2 del artículo 17, se recupera una vez se haya extinguido la
responsabilidad penal, con sujeción al artículo 93 del Código Penal relativo al
cumplimiento de la condena, a la amnistía, al indulto y la prescripción de la acción
penal.

La interpretación y aplicación del artículo 93 del Código Penal, ha presentado dudas,


por ello, se ha establecido que dicha responsabilidad se entiende extinta por:

 La muerte del afectado. No es procedente puesto que de acuerdo al artículo 17


de la Constitución no se le puede rehabilitar a un difunto el ejercicio de la
soberanía.
 Cumplimiento de la pena, ya sea que la haya cumplido efectivamente o por un
medio alternativo.
 A través de un indulto, que es un beneficio que opera en virtud de las normas
generales mediante la dictación de una ley o a través de disposiciones
particulares, contenidas en un Decreto Supremo del Presidente.

Posteriormente dicho artículo se refiere a la prescripción de la acción penal o de la pena.


En el primer caso, se refiere a cuando habiéndose cometido un delito y sin que se haya
pronunciado sentencia condenatoria, prescribe la acción penal una vez haya transcurrido
el plazo que la ley fija para reclamar el ilícito. En cambio, la prescripción de la pena
opera cuando el ciudadano ha sido condenado, pero la demora en pronunciar la
sentencia conlleva la prescripción de la pena.

Por último, en cuanto a la amnistía, es un modo de extinguir la pena y todos sus efectos,
de tal manera que el responsable se reputa no haber delinquido ni haber tenido jamás la
calidad de delincuente, ya sea para fines civiles, administrativos, aborales y de cualquier
otra índole.

Ahora bien, si la rehabilitación se refiere al Nº3, para poder obtener la calidad de


ciudadano nuevamente, se debe en primer término solicitarse al senado y solo después
de que el terrorista o narcotraficante haya cumplido la condena. De tal forma, que, si se
solicita anticipadamente, es improcedente y será declarada admisible.

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