Tercera Semana Contrato de Permuta . - Donacion (Derecho Civil Vii (Contratos Especiales)
Tercera Semana Contrato de Permuta . - Donacion (Derecho Civil Vii (Contratos Especiales)
Tercera Semana Contrato de Permuta . - Donacion (Derecho Civil Vii (Contratos Especiales)
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
EL DERECHO ROMANO
en lingotes de bronce, aes rude, cuyo valor se apreciaba según el peso. Fue, pues,
con la Ley de las XII Tablas que comenzó a acuñarse la moneda, en cobre, que se
valuaban no ya por el peso, sino por el valor unitario y el número, pecunia numerata, y
cuyo uso fue sustituyendo el uso de la moneda por peso. Posteriormente, aparecería
la moneda acuñada en plata y en oro contribuyendo a que la compraventa como
contrato se fuera afianzando en cuanto al pago del valor de las cosas en dinero,
denares, acentuándose la diferencia entre la compraventa, emptio et venditio, y la
permuta, permutatio2
En consecuencia, para la Escuela de los Sabinianos la permutiato era una venta, pues
encontraba lógico dar el mismo tratamiento a todos los actos de enajenación a título
oneroso, sea que el precio fuera pecunia numerata o que no lo fuera. Para la Escuela
de los Proculeyanos, el criterio sabiniano distorsionaba las reglas de la emptio et
vendione, siendo este el criterio que prevaleció en el Derecho Romano, que concretó
un tratamiento dual entre la permuta y la compraventa y que recepcionaría la
codificación civil moderna.
Sin embargo, y pese a la opinión de los proculeyanos, la permuta fue inmersa dentro
de los contratos innominados. Según Rodríguez Pastor6 los contratos innominados
debían presentar tres características: que hubiese una convención sinalagmática, que
una de las partes hubiese cumplido y que la convención no constituyese un contrato
nominado. Estos contratos, aún cuando receptaban viejas prácticas fueron lentamente
reconocidos en el Derecho Romano, entre ellos la permutatio, que era expresión de
un doy para que des, do ut des.
Como bien lo han expuesto los romanistas, los jurisconsultos romanos no fueron
afectos a la abstracción sino a la consideración de los casos concretos y a las
circunstancias dentro de las cuales debía
ser declarado el derecho mediante la tutela jurisdiccional. Pero esto no significa, como
puntualiza Juan Iglesias7, que la tendencia hacia la concreción y la tipicidad de los
juristas de Roma no haya determinado y aproximado determinadas figuras en las que
se encontraba una cierta homogeneidad. Y así se fue perfilando la permuta, como
cambio de cosa por cosa, como un contrato consensual que radicaba en dar, datio,
recíproco de las partes.
La Recepción del Derecho Romano significó que el Corpus Iuris Civiles fuera
considerado como el Derecho Civil, pero, como apunta Federico Puig Brutau en la
parte que regulaba las relaciones entre sujetos privados, esto es, en la del Ius
Privatum.
. LA CODIFICACIÓN CIVIL
Según los historiadores del Derecho, la codificación civil, luego de algunos intentos,
alcanzó su eclosión con el Código Civil Francés de 1804, el denominado Código
Napoleón, que irradió una gran influencia en los nacientes Estados de la América
Ibérica constituidos como consecuencia del movimiento emancipador.
Por la vía del Código Francés el contrato de permuta fue receptado en la codificación
civil peruana.
EL CÓDIGO CIVIL DE 1852
El Código Civil de 1852 es el primer ordenamiento civil peruano que tuvo una vigencia
real y efectiva, iniciándola a partir del 29 de julio de ese año, receptando la influencia
románica y napoleónica. Si bien fue precedido por el Código de Bolivia de 1831, este
fue una réplica del Código Francés, por lo que puede afirmarse que, por su
originalidad, es el primer código iberoamericano, pues antecedió al Código Chileno de
1857 y al Argentino de 1871.
sólo convenio de las partes (art. 1530), con lo que dejó de ser un contrato real, esto
es, que requería de la entrega recíproca de las cosas, como lo había previsto el
Derecho Romano, y devino en un contrato consensual. Por último, el permutante
quedaba obligado a la indemnización de daños y perjuicios por la demora en la
entrega del bien que estaba obligado a entregar (art. 1531), y, si no cumplía con la
entrega, quedaba obligado, además, a devolver el bien que había recibido o a pagar
su valor en dinero (art. 1532).
Adicionalmente, previó la permuta del bien ajeno disponiendo que en tal caso el otro
permutante, si lo probaba, no estaba obligado a recibirlo ni a entregar el que había
ofrecido, y, en caso de haberse efectuado la recíproca entrega, el contrato se
rescindía y obligaba al pago de una indemnización (art. 1533). En cuanto al riesgo,
atendiendo a su carácter consensual, dispuso que la mejora o deterioro del bien
correspondía al permutante que lo había adquirido (art. 1534), salvo que la demora en
la entrega del bien fuera imputable al otro permutante y perecía por su dolo o culpa
(art. 1535). En relación a la evicción y saneamiento, cada permutante quedaba
respectivamente obligado (art. 1536), quedando facultado el permutante afectado por
la evicción a que se le devolviera el bien que había entregado o su valor en dinero,
con mas los frutos y los daños y perjuicios que hubiera sufrido (art. 1537). Por último,
previó la lesión como causal rescisoria, pero a la que se aplicarían las reglas de la
compraventa (art. 1538), reglas que, en general, eran supletorias a la permuta (art.
1539).
Como puede apreciarse, la permuta no tuvo como característica ser un contrato real
sino que fue legislado como consensual, al requerirse, tan sólo, del consentimiento
para la formación del contrato. A pesar de que tuvo su propio régimen legal con una
relativa autonomía se le vinculó a la compraventa. Dispuso una capacidad especial
para su celebración y no le prescribió formalidades. Siendo la permuta fuente de
obligaciones, le estableció reglas para el caso de su inejecución.
José León Barandiarán, ante el tratamiento diminuto que había recibido el contrato de
permuta fue de opinión que las normas de la compraventa no se debían aplicar pura y
simplemente y que, por lo contrario, su aplicación debía hacerse con las adaptaciones
necesarias, es decir, adecuando los preceptos en cuestión a la naturaleza específica
del contrato de permuta, algunas veces con simples e insignificantes retoques, pero,
en otras, precisando el principio de la norma de la compraventa para después deducir
si el precepto era o no el adecuado a la permuta13.
DEFINICIÓN
Según el artículo 1602 del C.C., por la permuta los permutantes se obligan a
OBJETO
En aplicación de lo dispuesto por el Art. 1603 del C.C., la permuta tiene por objeto la
transferencia de bienes y de créditos o derechos. Por consiguiente la permuta puede
Consistir en el trueque de cosas corporales o incorporales o de una Corporal y otra
incorporal.
EL OBJETO DEBE SER LICITO, es decir, permitido por la Ley y las buenas
costumbres y debe tener existencia en la naturaleza y estar en el comercio de los
hombres, así como que deben ser determinados o determinables.
LOS ELEMENTOS CONSTITUTIVOS
✔ la intención de permutar,
✔ animus permutationem, y
✔ los bienes permutables.
1. La intención de permutar debe provenir de un sujeto con plena capacidad de
ejercicio y sin ninguna de las restricciones que contempla la ley, conforme a la
modificación del numeral 1 del artículo 140 del Código Civil introducida por el
Decreto Legislativo No. 1384.
2. La intención de los permutantes, que constituye el fin o, mejor dicho, la
finalidad del contrato, debe ser necesariamente lícita.
3. Los bienes permutables pueden ser muebles o inmuebles. Si son bienes
muebles la transferencia de la propiedad requiere de su entrega, traditio,
conforme al artículo 94715 del Código Civil y, si son inmuebles la propiedad se
transfiere al prestar el permutante su consentimiento, conforme al artículo
94916 del mismo Código.
3. Puede ser real o consensual, según los bienes que se permutan sean muebles,
cuya transferencia requiere de la tradición, o inmuebles, cuya transferencia requiere
sólo del consentimiento, como lo hemos dejado establecido anteriormente.
5.- Por último, puede ser un contrato conmutativo o aleatorio, en la medida de que los
bienes permutados tengan equivalencia o no la tengan e impliquen un riesgo, alea.
LAS DISPOSICIONES APLICABLES
En relación a las reglas de la compraventa son aplicables todas las que se deriven de
la autonomía de la voluntad de los permutantes y que sean compatibles con los
elementos constitutivos de la permuta. Así, por ejemplo, los gastos de entrega de los
bienes permutados (art. 1530); pueden permutarse los bienes existentes o que
puedan existir, siempre que sean determinados o determinables y cuya enajenación
no esté prohibida por la ley (art. 1532); el derecho del permutante a retractarse en
caso del perecimiento del bien al celebrarse el contrato (art. 1533); la permuta de bien
futuro (arts. 1534 y 1535) y de bien ajeno (art. 1539); la obligación del permutante de
perfeccionar la transferencia del bien permutado y su entrega (arts. 1549, 1550,1551,
1554. 1556); la transferencia del riesgo (arts. 1567 y 1570). Puede celebrarse a
satisfacción de uno o ambos permutantes (art. 1571), también a prueba (art. 1572),
sobre muestra art. (1573) y sobre medida (art. 1574). Por último, son aplicables
también las normas para el ejercicio del derecho de retracto (arts. 1592 y siguientes).
LA DONACIÓN
DEFINICIÓN
Es uno de los contratos más generosos. que requiere ser analizado cuidadosamente, pues
muchos no conocen los efectos del mismo, que al final puede ocasionar perjuicios en la
familia o en el propio donatario o beneficiario.
La donación está definida en nuestro Código Civil en el Art. 1621 del Código civil lo
define de la siguiente manera:
OBJETO DE LA DONACIÓN
CLASES DE DONACIONES
A pesar que la donación es gratuita, sin embargo, puede estar sujeta a condición o
La donación puede ser otorgada en vida a través del con-trato respectivo o producirse
después de la muerte del donante mediante su testamento.
a) PACTO DE REVERSIÓN
b) DERECHO DE REVOCACIÓN
d) DONACIÓN INOFICIOSA.- El Art. 1629 del C.C. limita la donación señalando que nadie
puede donar más de lo que puede disponer libremente por testamento.
En consecuencia, de acuerdo con el derecho sucesorio, cuando el donante tiene hijos, sólo
puede donar un tercio de sus bienes (tercio de libre disposición). Si el donante no tiene
hijos pero tiene cónyuge y padres, puede donar hasta el 50% de sus bienes. Si no tiene
hijos, cónyuge ni ascendientes, entonces se le permite donar el 100% de sus bienes.
a. VERBALES: cuando se trata de bienes muebles, cuyo valor no exceda del 25% de la
UIT.
b. ESCRITOS: cuando se trata de bienes muebles, cuyo valor exceda del 25% de la UIT,
debe realizarse mediante contrato con firmas legalizadas notarialmente, debiendo
especificarse y valorizarse los bienes que se donan, bajo pena de nulidad.
C. POR ESCRITURA PÚBLICA: cuando se trata de inmuebles, cualquiera que sea su valor,
con indicación individual del inmueble, de su valor real y de las cargas que debe cumplir el
donatario, bajo sanción de nulidad
a) BIENES MUEBLES: el Art. 1623 del C.C. manifiesta que la donación de bienes muebles
puede hacerse verbalmente cuando el valor del bien mueble no exceda el 25% de la
Unidad Impositiva Tributaria. El Art. 1623 tiene una excepción contemplada en el Art.
1624 del C-C-C al manifestar que si el valor de los bienes muebles excede el límite del 25%
de la U.I.T. el contrato de Donación se deberá hacer por escrito de fecha cierta, bajo
sanción de nulidad. Además el instrumento que contenga el contrato de Donación se debe
especificar y valorizar los bienes que se donan. Los bienes que pueden ser objeto de
registro pueden ser joyas, cuadros valiosos.
La donación de un bien donde ambas partes saben que es ajeno se rige por lo dispuesto
en los artículos 1470, 1471 y 1472 del Código Civil
LIMITES A LA DONACION
El donante no puede donar más de lo que puede disponer por testamento, es decir,
solamente puede disponer de un tercio de sus bienes si tiene hijos descendientes o
cónyuge, si solamente tiene cónyuge puede disponer solamente de la mitad de sus bienes
ya que la otra mitad le pertenecería a su cónyuge (sociedad de gananciales), la donación
es invalida cuando el donante exceda esta medida, el valor se regula por el valor que
tengan o debían tener los bienes al momento de la muerte del donante