Sentencia T-414-92
Sentencia T-414-92
Sentencia T-414-92
T-414/92
DERECHO A LA INTIMIDAD PERSONAL Y
FAMILIAR/DERECHO A LA INFORMACION
LIBERTAD INFORMATICA
Magistrado Ponente:
CIRO ANGARITA BARON
Ha pronunciado la siguiente
SENTENCIA
I. ANTECEDENTES
A. La acción.
1. Hechos.
2.- Solicitud.
3.- Pruebas.
a) Copia de la sentencia del 27 de abril de 1987 por la cual el Juzgado 16
Civil del Circuito de Bogotá declara probada la excepción de prescripción de
la acción cambiaria.
"no tiene responsabilidad alguna del acto que se imputa, ya que esta
simplemente da trámite a la información que suministran los
bancos".(Fl. 17).
"no debe seguir con este bloqueo por cuanto no existe obligación
alguna del señor Argüelles Norambuena con el referido banco.(Fl.
18).
b.- De aceptarse la tesis del fallador no tendría razón alguna de ser la tutela,
puesto que todos los derechos fundamentales constitucionales tienen algún
medio de defensa judicial.
Siendo esto así, es claro entonces que el otro medio de defensa judicial a que
alude el artículo 86 debe poseer necesariamente, cuando menos, la misma
eficacia en materia de protección inmediata de derechos constitucionales
fundamentales que, por su naturaleza, tiene la acción de tutela. De no ser así,
se estaría haciendo simplemente una burda y mecánica exégesis de la norma,
en abierta contradicción con los principios vigentes en materia de efectividad
de los derechos y con desconocimiento absoluto del querer expreso del
Constituyente.
En otros términos, en virtud de lo dispuesto por la carta del 91, no hay duda
que "el otro medio de defensa judicial" a disposición de la persona que
reclama ante los jueces la protección de sus derechos fundamentales ha de
tener una efectividad igual o superior a la de la acción de tutela para lograr
efectiva y concretamente que la protección sea inmediata. No basta, pues,
con la existencia en abstracto de otro medio de defensa judicial si su eficacia
es inferior a la de la acción de tutela.
De otra parte, es así mismo claro que cuando el Estado colombiano está
obligado a hacer la mayor divulgación de la Constitución (Constitución
Nacional art. 41) ello no implica sólamente una labor formal a través de los
diversos medios de comunicación sino también el estímulo concreto a la
práctica cotidiana de sus principios y valores por parte de sus funcionarios.
Lo cual supone, entre otras cosas, que el Juez del Estado social de derecho en
que se ha transformado Colombia por virtud de lo dispuesto en el artículo 1o.
de su nueva Carta, está en la obligación de indicarle al peticionario, con la
claridad y precisión que son de presumir en un profesional egresado de una
facultad de Derecho aprobada por el Estado, el otro medio de defensa judicial
de que puede disponer el afectado para proteger su derecho. De no ser así,
podría estimularse una práctica dilatoria y claramente kafkiana en abierta
burla de la dignidad humana. Tal como ha ocurrido en el presente caso y que
bien amerita una investigación por parte de las autoridades competentes.
1.- La intimidad.
En el primero, la expresión designa todas las reglas jurídicas que tienen por
objeto proteger la vida personal y familiar. Este es el alcance que le reconoce
la Corte Europea de Derechos del Hombre al artículo 8o. de la Convención
sobre la materia.
2
Cfr. Kayser Pierre. La protection de la vie privée. Protection du secret de la vie privée. Económica París,
1984. pp. 9, 10.
3
Citado por Kayser. Op. Cit., p. 200
Por su naturaleza manifiestamente individualista y negativa, concepciones
como ésta son hoy insuficientes para demandar la protección del ordenamiento
ante las embestidas del "poder informático".
4
Cfr. Molinero César. Libertad de Expresión Privada. Editorial A.T.E., Barcelona, 1981, pp. 63, 69. Citado
por Madrid Malo Garizabal Mario, Los Derechos Humanos en Colombia, Documentos ESAP, Bogotá, Abril
de 1989, p. 156
creado grandes esperanzas de encontrar por fin el remedio más eficaz para
muchos de sus problemas, algunos de los cuales se remontan al siglo pasado.
Este optimismo, tal vez ingenuo, parece haber relegado a un plano secundario
la consideración de un aspecto específico de la informatización del Estado que
concierne en grado sumo al ciudadano común, a saber: el uso indebido de una
ingente masa de información en manos del Ejecutivo bien puede acarrear
consecuencias nocivas para sus derechos en países donde todavía no existe
una regulación adecuada sobre nuevas tecnologías de información como es,
precisamente, el caso de Colombia.
7
Cfr. Superintendencia Bancaria, Concepto No. 91015226-0 de mayo 9 de 1991
Artículo 4o. Titulares de los datos. Las personas cuyos datos
personales hayan sido reportados a la Central son los titulares de
los mismos, y en consecuencia tienen derecho a conocer, actualizar
y rectificar las informaciones, conforme al procedimiento señalado
en este reglamento.
De otra parte, las personas cuyos datos personales son reportados a dicha
Central tienen derecho a conocer, actualizar y rectificar las informaciones, de
acuerdo con la Constitución o la ley8 .
8
Por todo lo anterior, esta Sala encuentra reprochable en grado sumo la
conducta de la Asociación Bancaria al negarse rotundamente a acceder a la
solicitud que le hiciera el peticionario en dos ocasiones en el sentido de que lo
retirara de la lista de deudores morosos. En efecto, en el expediente obra
prueba de que por sentencia debidamente ejecutoriada el Juzgado 16 Civil
del Circuito de Bogotá había declarado prescrita la obligación del Arquitecto
Argüelles desde el 27 de Abril de 1987.
Sorprende igualmente que dicho quejoso haya tenido que impetrar, por medio
de apoderado, la presente acción de tutela ante el Juzgado 110 de Instrucción
Criminal de Bogotá para que se le retirara de la lista de deudores morosos y se
actualizara y rectificara la información que sobre él existe en el banco de datos
de la Asociación Bancaria. Porque es lo cierto que por virtud de lo dispuesto
en el reglamento de la Central, él tenía perfecto derecho a la actualización de
las informaciones que le concernían, en particular, que su obligación con el
Banco de Bogotá había sido declarada prescrita por sentencia judicial desde
abril de 1987 y no tenía por qué seguir figurando en la condición de deudor
moroso de dicha entidad financiera.
8
Cfr. arts. 4 y 9 del reglamento.
Ello quiere decir, en otros términos, que el ejercicio del derecho a la
información en que, según la Asociación Bancaria de Colombia, se
fundamenta la Central de Información que dicha entidad administra, no puede
conducir en manera alguna a la vulneración de la dignidad humana. Tal como
ha ocurrido en el caso del señor Argüelles. La misma limitación pesa sobre el
ejercicio del derecho a la protección del crédito como proyección del derecho
de propiedad.
"A través de los signos y mensajes los eventos adquieren realidad social.
La realidad expresada a través de mensajes ... es la determinante de la
acción social (Lleras et. al p. 6).
De otra parte, la facultad de difusión que es, como se sabe, propia del derecho
a la información, adquiere un contenido económico que muy a menudo
dificulta establecer un límite claro entre el ejercicio del derecho a la
información como dimensión de la libertad política y presupuesto de una
democracia participativa y pluralista, y la simple actividad empresarial de
producir más y más noticias para una creciente clientela teniendo como
materia prima los datos. Algunos se apropian codiciosamente de ellos, como si
se tratara de colegiales indisciplinados a la caza de frutos silvestres en predios
que consideran baldíos y que son en verdad los huertos de sus iracundos
vecinos o colegas.
Lo cierto es que por las muy estrechas relaciones entre el dato personal y la
intimidad que atrás hemos destacado, la sóla búsqueda y hallazgo de un dato
no autoriza a pensar que se ha producido simultáneamente su apropiación
exclusiva y, por tanto, la exclusión de toda pretensión por parte del sujeto
concernido en el dato.
De ahí que no pueda hablarse de que existe un propietario del dato con las
mismas implicaciones como si se tratara de una casa, un automóvil o un bien
intangible. Tampoco cabe pensar que la entidad que recibe un dato de su
cliente en ejercicio de una actividad económica, se convierte por ello mismo
en su propietario exclusivo hasta el punto de que es ella quien pueda decidir
omnímodamente su inclusión y posterior exclusión de un banco de datos. Esto
sería tanto como autorizarlo de lleno a desposeer al sujeto, con todas sus
consecuencias previsibles, de los "perfiles virtuales" que, como ya hemos
visto, pueden construírse a partir de los datos de una persona.
Por eso, a partir de la vigencia del art. 15 de la Carta del 91 y en desarrollo del
mismo es indispensable la regulación integral del poder informático para
poner coto a sus crecientes abusos. Así lo exige la adecuada protección de la
libertad personal frente a los poderosos embates de las nuevas tecnologías. Y
así lo ordenará esta Sala.
Tal como lo señala el profesor Mario G. Losano9 precursor muy fecundo tanto
9
9
Losano Mario G., Informatica per le scienze sociali Giulio Einaudi editore s.p.a., Torino 1985, pág. 315.
datos y ser distribuídas a los usuarios de una entidad que se ocupa de su
constante actualización y ampliación.
Como se ve, pues, los bancos de datos son objetos propios de la ciencia de la
información que adquieren una particular relevancia en el moderno derecho
constitucional por la gran potencialidad que tienen de vulnerar algunos
derechos fundamentales, como la intimidad.
Los datos tienen por su naturaleza misma una vigencia limitada en el tiempo
la cual impone a los responsables o administradores de bancos de datos la
obligación ineludible de una permanente actualización a fin de no poner en
circulación perfiles de "personas virtuales" que afecten negativamente a sus
titulares, vale decir, a las personas reales.
Por eso es a todas luces censurable la rebeldía del banco a reconocerle efectos
a esta sentencia. Como lo es también, en mayor grado, la complicidad
manifiesta con dicha conducta por parte de una entidad llamada a velar por los
mejores intereses del gremio, como es el caso de la Asociación Bancaria de
Colombia.
Por cuanto respecta a la ubicación regional, vale la pena señalar que en tanto
que en Bogotá y la región central se concentra el 68% de los recursos
informáticos, en la zona pacífica el porcentaje tan solo llega al 12, y el 20%
restante en las regiones atlántica oriental y los territorios nacionales.
De otra parte, estudios realizados por la Embajada de los Estados Unidos para
estimar el potencial del mercado de los computadores en nuestro país
prospectado hacia el año de 1993, indican claramente que en cinco años la
adquisición de equipos pasó de 482 a 3.827 con una marcada tendencia al
crecimiento en la demanda de microcomputadores la cual constituirá más de la
mitad del mercado general de computadores, tanto en valor como en número
de unidades.
14
Embajada de los Estados Unidos, Empresa de Investigación de Mercados Optimos Ltda., El mercado de los
Computadores en Colombia.
15
Cfr. Decretos 131 de 1976 y 1160 de 1976.
16
Cfr. Decreto 2328 de 1982.
17
Cfr. Decreto 473 de 1989
18
Cfr. ACIS, "Estudio sobre la evolución de la informática en Colombia. En : Sistemas, No. 46 pp. 4, 5.
Recientemente la voz muy autorizada de la Procuraduría General de la Nación
expresó su preocupación al respecto en un amplio e iluminante concepto
conque creyó oportuno pronunciarse en defensa de los intereses de la
comunidad ante el avance tecnológico de los sistemas y la información
computarizada y cuyas siguientes conclusiones esta Sala acoge integralmente:
Las implicaciones sociales de las nuevas tecnologías no pueden por eso ser
ignoradas por la Academia comoquiera que afectan positiva y negativamente
la comunidad y el entorno, determinando fenómenos y conductas
concernientes a la cultura, a la convivencia social y a la suerte misma de la
persona humana.
DECISION
RESUELVE
Cfr. Presidencia de la República, Propuestas de las Comisiones Preparatorias. Bogotá, Colombia. Enero de
19
Sentencia aprobada por la sala primera de revisión a los dieciseis (16) días
del mes de junio de mil novecientos noventa y dos (1992).