Mito Domo y Lituche
Mito Domo y Lituche
Mito Domo y Lituche
Departamento de Lenguaje
Domo y Lituche
(mito mapuche)
Hace mucho tiempo, en el mundo no había más que un espíritu que habitaba en
el cielo. Sólo él podía hacer la vida.
Aburrido un día de tanta quietud, decidió crear a una criatura vivaz e imaginativa,
a la cual llamó “Hijo”, porque mucho le quiso desde el comienzo. Luego, muy
contento lo lanzó a la Tierra. Tan entusiasmado estaba que el impulso fue tan fuerte
que se golpeó duramente al caer. Su madre desesperada quiso verlo y abrió una
ventana en el cielo. Esta ventana es Kuyén, la Luna, y desde entonces vigila el sueño
de los hombres.
El gran espíritu quiso también seguir los primeros pasos de su hijo. Para mirarlo
abrió un gran hueco redondo en el cielo. Esta ventana es Antú, el Sol, y su misión es
desde entonces calentar a los hombres y alentar la vida cada día. Así, todo ser
viviente lo reconoce y lo saluda con amor y respeto. También es llamado Padre Sol.
Pero en la Tierra el hijo del gran espíritu se sentía terriblemente solo. Nada había,
nadie con quién conversar. Cada vez más triste miró al cielo y dijo: ¿Padre, por qué
he de estar solo?
-En realidad necesita una compañera- dijo Ngnechen, el espíritu progenitor.
Pronto le enviaron desde lo alto una mujer de suave cuerpo y muy graciosa, la
que cayó sin hacerse daño cerca del primer hombre. Ella estaba desnuda y tuvo
mucho frío. Para no morir helada, echó a caminar y sucedió que a cada paso suyo
crecía la hierba y cuando cantó insectos y mariposas salían de su boca a raudales,
y pronto llegó a Lituche el armónico sonido de la fauna.
Cuando estuvo uno frente al otro, dijo ella:
-Qué hermoso eres, ¿Cómo he de llamarte?
-Yo soy Lituche, el hombre del comienzo.
-Yo soy Domo, la mujer, estaremos juntos y haremos florecer la vida amándonos-
dijo ella.
-Así debe ser, juntos llenaremos el vacío de la tierra- dijo Lituche.
Mientras el primer hombre y la primera mujer conseguían su hogar, al cual
llamaron ruka, el cielo se llenó de nuevos espíritus. Estos traviesos Cheruves eran
torbellinos muy temidos por la tribu.
Lituche pronto aprendió que los frutos del pewen eran su mejor alimento y con
ellos hizo panes y esperó tranquilo el invierno. Domo cortó la lana de una oveja,
luego con las dos manos, frotando y moviéndolas una contra otra hizo un hilo grueso.
Después en cuatro palos grandes enrolló la hebra y comenzó a cruzarlas.
Desde entonces hacen así sus tejidos en colores naturales, teñidos con raíces.
Cuando los hijos de Domo y Lituche se multiplicaron, ocuparon el territorio de mar
a cordillera. Luego, hubo un gran cataclismo, las aguas del mar comenzaron a subir
guiadas por la serpiente Kai Kai. La cordillera se elevó más y más porque en ella
habitaba Tren Tren la culebra de la tierra y así defendía a los hombres de la ira de
Kai Kai. Cuando las aguas se calmaron, comenzaron a bajar los sobrevivientes de
los cerros. Desde entonces se les conoce como “Hombres de la tierra” o mapuche.
Siempre temerosos de nuevos desastres, los mapuche respetan la voluntad de
Ngnechen y tratan de no disgustarlo. Trabajan la tierra y realizan hermosa artesanía
con cortezas de árboles y con raíces tiñen lana. Con fibras vegetales tejen canastos
y con lana, mantas y vestidos.
Aún hoy en el cielo Kuyén y Antú se turnan para mirarlos y acompañarlos. Por
eso la esperanza de un tiempo mejor nunca muere en el espíritu de los mapuche,
los hombres de la tierra.
Desarrolla las siguientes actividades.
5. ¿Por qué creses que la mujer, Domo, ¿podía crear la vida a su paso?
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6. ¿Cómo caracterizarías a Antú?
7. Imagina que eres Lituche y estás solo en la Tierra, ¿Qué harías? Valorar
9. Si pudieras reunirte con la o las personas que crearon este mito, ¿qué
pregunta realizarías entorno a la historia?